Moda fascista israelí: Muestra una mujer palestina embarazada, y la frase «un disparo, dos muertes»


Sunday 1 may 2011 7 01 /05 /May /2011 05:27

Moda fascista israelí: Muestra una mujer palestina embarazada, y la frase «un disparo, dos muertes»

Observen el siguiente diseño que lucen con orgullo los soldados israelíes, fundamentalmente los pertenecientes a batallones de francotiradores
Observen el siguiente diseño que lucen con orgullo los soldados israelíes, fundamentalmente los pertenecientes a batallones de francotiradores.

El texto, en inglés, dice «un disparo, dos muertos» y acompaña a una mujer palestina (embarazada) en el objetivo de una mira telescópica.

No es un montaje. Y no lo digo yo, Gaddafi o Hamás. Lo muestra el diario israelí Haaretz en un artículo publicado ayer en su web.

Hay otros modelos con mezquitas bombardeadas, mujeres violadas, madres llorando sobre las tumbas de sus hijos y hasta una pequeña historieta con un bebé palestino que crece hasta convertirse en un muchachito combativo y después en un adulto armado, junto al texto «no importa cómo comience: nosotros lo acabaremos».

A confesión de parte, relevo de pruebas. No conformes con violar, asesinar y torturar de manera evidente, ahora lo promocionan en su vestimenta.

Moda fascista israelí 2009. No es de otoño, primavera o verano. La llevan en cualquier momento del año. Y lo hacen desde hace décadas.

ABN agrega:

Si bien los oficiales israelíes niegan que miembros de las diferentes unidades castrenses vistan este tipo de ropa, un soldado de la Unidad de Combate Givati reveló esta semana que, al final de 2008, su unidad mandó imprimir docenas de camisetas con algunos de los eslóganes racistas.

Preguntado por si la orden final para aprobar la vestimenta procedía de los altos mandos, el soldado aseguró que “estas compras suelen estar supervisadas por algún oficial”, aunque “no en todos los casos”.

Las tropas israelíes comenzaron a imprimir las franelas con consignas racistas acompañadas de atroces imágenes luego de la última invasión contra la Franja de Gaza, que duró 22 días, y causó la muerte de más de 1.300 palestinos y 5.000 heridos.

El diario israelí Haaretz reveló que las franelas utilizadas por el batallón de soldados Lavi lleva la frase “Vinimos, vimos, destruimos!”.

“Hay una percepción de que los palestinos no son personas ni tienen derechos y, por tanto, nada se puede hacer con él”, señaló el sociólogo de la Universidad Bar Ilan, Orna Sasson-Levy. El especialista aseveró que dentro de la sociedad israelí existe un proceso de radicalización contra el pueblo palestino y los soldados son los principales en impulsarlo. 

Fuente: Elpolvorin.net

La beatificación de Juan Pablo II


Se escenifica otro capítulo de la evolución de Benedicto XVI desde el neoconservadurismo al integrismo. El Papa continúa la obra de desmantelamiento del Vaticano II que inició bajo la sombra de su predecesor

JUAN JOSÉ TAMAYO 30/04/2011

La clave de la beatificación de Wojtyla es el agradecimiento de su sucesor, Ratzinger

Con estos dos últimos Papas se ha pasado de la Iglesia pueblo de Dios a la Iglesia piramidal

Lo que no encuentro justificada es la sorpresa. Con esta beatificación, Benedicto XVI no ha hecho otra cosa que poner en práctica el viejo refrán: es de bien nacidos ser agradecidos. La elevación de Karol Wojtyla al grado de beato es la mejor muestra de agradecimiento que podía rendir a su predecesor, que le nombró presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe y le concedió un poder omnímodo en cuestiones doctrinales, morales y administrativas. Más aún, fue Juan Pablo II quien le allanó el camino nombrándolo sucesor in péctore. ¿Cómo el Papa actual no iba a beatificar al autor de tamaño ascenso en el escalafón eclesiástico?

Si no hubiera sido por Juan Pablo II, Joseph Ratzinger sería hoy un arzobispo emérito sin relevancia alguna. Pero quiso el destino que el papa polaco llamara al arzobispo alemán a su lado y le nombrara Inquisidor de la Fe, para que la vida del cardenal Ratzinger diera un giro copernicano. Durante casi un cuarto de siglo fue el funcionario más poderoso de la curia romana por cuyas manos pasaban los asuntos más importantes del orbe católico, desde el control de la doctrina hasta los casos de pederastia sobre los que decretó el más absoluto secreto, imponiendo a víctimas y verdugos un silencio que le convirtieron en cómplice y encubridor de delitos horrendos contra personas indefensas.

Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger vivieron un idilio durante casi cinco lustros con un reparto de papeles que siempre respetaron. El primero, con vocación de actor desde su juventud, ejerció esa función a la perfección, se convirtió en uno de los grandes actores del siglo XX y recibió los aplausos de millones de espectadores de todo el mundo desde su elección papal hasta su entierro. El segundo ejerció el papel para el que estaba especialmente capacitado, el de ideólogo y guionista de la obra que le tocaba representar al papa y que puso por escrito en el libro-entrevista Informe sobre la fe, cuya idea central era la restauración de la Iglesia católica.

El guión incluía la revisión del concilio Vaticano II y el cambio de rumbo de la Iglesia católica, el restablecimiento de la autoridad papal, devaluada en la etapa posconciliar, la afirmación del dogma católico, la nueva evangelización, la recristianización de Europa, la vuelta a la tradición, el freno a la reforma litúrgica, la confesionalidad de la política y de la cultura, la defensa de la moral tradicional en toda su rigidez en materias que hasta entonces eran objeto de un amplio debate dentro y fuera del catolicismo, como la familia, el matrimonio, la sexualidad, el comienzo y el final de la vida, etcétera.

El panorama eclesial descrito por el cardenal Ratzinger en la entrevista con Vittorio Messori, publicada luego como libro bajo el título antes citado Informe sobre la fe, no podía ser más sombrío: «Resulta incontestable que los últimos 20 años han sido decisivamente desfavorables para la Iglesia católica. Los resultados que han seguido al Concilio parecen oponerse cruelmente a las esperanzas de todos, comenzando por las del papa Juan XXIII y, después, las de Pablo VI. Los cristianos son, de nuevo, minoría, más que en ninguna otra época desde finales de la antigüedad. Los papas y los padres conciliares esperaban una nueva unidad católica y ha sobrevenido una división tal que -en palabras de Pablo VI- se ha pasado de la autocrítica a la autodestrucción. Se esperaba un nuevo entusiasmo, y se ha terminado con demasiada frecuencia en el hastío y en el desaliento. Esperábamos un salto hacia adelante, y nos hemos encontrado ante un proceso progresivo de decadencia que se ha desarrollado en buena medida bajo el signo del presunto espíritu del Concilio, provocando de este modo su descrédito».

Dentro del guión entraba el cambio en la política de nombramiento de obispos, sin la cual no podía llevarse a cabo la restauración eclesial diseñada al unísono por Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger. Poco a poco fueron sustituidos los obispos conciliares por prelados preconciliares, los obispos comprometidos con el pueblo dieron paso a obispos cuya preocupación principal era la ortodoxia, los obispos vinculados a la teología de la liberación dieron paso a los obedientes a Roma. De esa manera se garantizaba el éxito de la nueva estrategia neoconservadora.

Wojtyla y Ratzinger se conocían desde la época del concilio Vaticano II, en el que ambos participaron, el primero como obispo, el segundo como asesor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Wojtyla se alineó con el sector conservador. Ratzinger estuvo del lado del grupo moderadamente reformista. Ambos dieron su apoyo a los documentos conciliares. Se esperaba por ello que, ubicados posteriormente en los puestos de la máxima responsabilidad eclesiástica, llevaran a la práctica las reformas aprobadas por el Vaticano II en los diferentes campos del quehacer eclesial: vida y organización de la Iglesia, teología, liturgia, recurso a los métodos histórico-críticos en el estudio de los textos sagrados, diálogo con el mundo moderno, presencia de la Iglesia en la sociedad y, sobre todo, la creación de la «Iglesia de los pobres», propuesta estrella de Juan XXIII. No fue ese, sin embargo, el camino seguido por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Cuando accedieron al papado fueron desmontando poco a poco el edificio construido por los padres conciliares entre 1962 y 1965 y alejándose del proyecto de Iglesia diseñado cuidadosamente en las cuatro Constituciones, los nueve Decretos y las tres Declaraciones que conforman el Magisterio conciliar.

El giro no podía ser más notorio: se pasó de la Iglesia pueblo de Dios y comunidad de creyentes a la Iglesia jerárquico-piramidal, de la corresponsabilidad al gobierno autoritario, del pensamiento crítico al pensamiento único, de la autonomía de las realidades temporales a su sacralización, de la secularización al retorno de las religiones, de la autonomía de la Iglesia local a su control, de la jerarquía como servicio a la jerarquía como ejercicio de poder, de la teología como inteligencia de la fe en diálogo con otros saberes a la teología como glosa del Magisterio eclesiástico, de la ética de la responsabilidad al rigorismo moral, del diálogo multilateral al anatema.

La beatificación de Juan Pablo II constituye, a mi juicio, una muestra más del paso que Benedicto XVI ha dado desde el neoconservadurismo al integrismo.

Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.

Fuentte: http://www.elpais.com/articulo/opinion/beatificacion/Juan/Pablo/II/elpepiopi/20110430elpepiopi_

Cien años de presencia anglicana en El Callao-Venezuela, con las bendiciones del Creador



Dijo Monseñor Jesús Guerrero de la Diócesis Anglicana de Venezuela “estas festividades que marcan este Centenario Anglicano Callaoense, nos ha demostrado que la Divina Comisión que nos dió Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio de San Mateo Cap 28:19-21, es una realidad en el pueblo de El Callao.”

RAMÓN EMANUELLI POGGI
CRONISTA DEL MUNICIPIO EL CALLAO
Las palabras del Mons. Orlando Jesús Guerrero T, Obispo de la Diócesis Anglicana de Venezuela conducen a la Reflexión a través de éstas sabias sentencias que marcan un hito entre la Feligresía Callaoense “mis impresiones del centenario llevan impresas, en primer lugar, la gratitud a Dios por todas las bendiciones que ha derramado a ésta parte de la Iglesia de Cristo, que peregrina en Venezuela especialmente en esta tierra de El Callao, en estos 100 años de presencia Anglicana.
Y de seguidas, insiste el Monseñor Orlando José Guerrero, imbuído del regocijo de los asistentes a todos los Eventos “fui gratamente impresionado como Obispo Anglicano, ver el fervor del Pueblo de El Callao, con esa Fe sencilla pero genuina, ver el apoyo, la simpatía y el compromiso con el Pbro. Canónigo Adams Delgado en su trabajo pastoral y misionero”.
Resaltó Monseñor “éstas festividades que marcan este Centenario Anglicano Callaoense, nos ha demostrado que la Divina Comisión que nos dió Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio de San Mateo Cap 28:19-21, es una realidad en el pueblo de El Callao” y para culminar, destacó, luego de una profunda Reflexión “El Señor derrame grandes bendiciones sobre este pueblo, sus autoridades, bendiga todo el esfuerzo por sacar adelante la cultura y tradiciones propias de sus fundadores”, indicó Monseñor Orlando Guerrero.
Pbro. GIANNINO PRANDELLI
Preciso y conciso, el Pbro. Giannino Pradelli asintió “cien años de la Iglesia Anglicana en El Callao, es un aniversario muy importante, no solo por la comunidad anglicana, sino por todo el pueblo”, desgranando el Padre Prandelli con la sapiencia y dulzura de sus palabras “por la amistad tradicional entre Anglicanos y Católicos, fíjese Usted Señor Cronista Emanuelli, el padre Adams acompañado por el Obispo Anglicano de la Provincia Venezolana, invitaron a los Católicos a participar en la celebración del 100 aniversario, este coincidió con el domingo de Resurrección, después de la Celebración en la Iglesia Católica, en la tarde pasé visitando a la Comunidad Anglicana y los invitados, que después del Concierto de la Orquesta Sinfónica de Roscio, habían consumido un rico almuerzo”, destacó el Padre Giannino.
En medio de la visita del Pbro. Prandelli a los Anglicanos de El Callao, esto dijo “el Padre Adams me presentó al Obispo y juntos pasamos al nuevo Salón (por cierto, donado por Carlos Clark), un Teatro construido en tiempo record, ahí consumimos una buena torta casera y un refresco, el Obispo me habló de la llegada a Venezuela de la Iglesia Anglicana y descubrí que desde el inicio del año 1800, había una comunidad Guaively que en el sur de Guayana vinieron con los Ingleses y sus obreros que buscaban Oro”.
“Todo lo anterior resultó una amena conversación, muy interesante y amable, ésta conversación con el Obispo Anglicano que reconfirmó la profunda y antigua amistad con la Comunidad Católica que celebra al único Señor y Salvador, Jesucristo, muerto y resucitado”, culminó el Padre Giannino Prandelli
UBALDO LEZAMA
“Este Centenario de la Iglesia Anglicana de La Resurrección reviste un interés de gran importancia para el Acervo Callaoense, puesto que la expresión de los pueblos se vuelca en sus obras y en su arte general; en el presente caso considero que el Diseño y Arquitectura de la Iglesia como obra civil no comporta un Estilo Clásico, sino un Estilo Barroco, innegable que es una tendencia muy distinta al Clacisismo”, esgrimió el Abogado, Cristiano e Investigador Ubaldo Lezama, haciendo énfasis en que “en el Barroco, predomina la energía, la tensión y los contrastes de luz, estas característica no son casuales en esta construcción sino que obedecen al nacimiento y encuadramiento propio de los orígenes del Pensamiento y Sentimiento Callaoense, en otras palabras, expresa con certeza lo que somos como Callaoenses, a la par de ello, se pudo observar una integración normal y original entre la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana como Congregación Espiritual, algo que para muchos era desconocido, hasta ahora”, se esmeró en detallar Ubaldo Lezama.
Para finalizar, concluyó Lezama “finalmente, la Orquesta Sinfónica de Roscio estuvo ¡¡soberbia!! en su repertorio del Concierto que presentó en la culminación de ese centenario, particularmente la ejecución de las Obras HIMNO DE LA IGLESIA ANGLICANA, Arreglo del Maestro Eduardo Rávago y ALELUYA de G. Haendel y me gustó mucho debido a la inspiración, la solemnidad y la virtuosidad que le imprimieron los niños y niñas en cada instrumento”, indicó el Dr. Lezama.
ORQUESTA SINFÓNICA JUVENIL
E INFANTIL DE ROSCIO
A continuación un relato breve pero pormenorizado historial a cargo del Profesor César Carreño, Director de la Orquesta Sinfónica “es en el Mes de Julio del Año 2006 cuando se propone la idea de establecer un núcleo orquestal en la población de Guasipati, posteriormente en el mes de Marzo y Abril de 2007 se realiza un proceso de pre-inscripción. A la Vez que se trabajo desde el Mes de Enero al mes de abril del presente año, en preparar, ampliar y acondicionar la sede del núcleo, buscar y contratar profesores de música para iniciar las actividades de la orquesta. Es entonces el 12 de julio del mismo año, cuando los niños y niñas de Guasipati, inician sus actividades como alumnos formales del sistema Nacional de Orquestas, con la materia de flauta dulce bajo la dirección del Profesor Eduardo Rávago, con apoyo técnico de las Profesoras Ana Muñoz y Rosanna Marín.
En Febrero de 2008 es asignado por la fundación nacional de orquestas un director orquestal y es desde entonces dirigida por el Lcdo. Cesar Carreño. Con su corta edad, la Orquesta Sinfónica Juvenil e Infantil de Roscio ha ejecutado diversos programas de concierto con mucho éxito, dentro y fuera del Municipio, mostrando un alto nivel de compromiso y calidad Musical.
NOTA: La Galería Fotográfica que se inserta en este Reportaje Especial para el “Diario El Progreso” corresponde a la interacción entre los Feligreses de las Iglesias con motivo de la Celebración del Centenario de la Iglesia Anglicana “La Resurrección” de El Callao y como respuesta a la Fe que tenemos en Jesucristo. (RSEP).

Fuente: http://www.diarioelprogreso.com/edi-300411/html/pag29-a.html

ERNESTO SABATO: «LES QUIERO PEDIR A LOS CHICOS Y A LOS JOVENES QUE LEAN»


In memoriam…

      «Les quiero pedir a los chicos y a los jóvenes que lean»

Foto de Ernesto Sábatopor Ernesto Sábato

Discurso pronunciado por el autor durante la presentación del Plan Nacional de Lectura (Buenos Aires, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, 18 de mayor de 2004). Texto difundido por Prensa y Comunicación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.

Queridos chicos:

He venido hasta acá porque quiero hablarles de la educación, de los libros, de la importancia decisiva que tienen en la vida de los pueblos y de las personas, y de la que han tenido en mi vida.

Han pasado tantos años y sin embargo aún conservo el recuerdo de mi escuela de Rojas y de aquel colegio de mi adolescencia donde, igual que ustedes, fui conducido a los umbrales del pensamiento y de la imaginación. Con una mezcla de rigor y de ternura nuestras maestras y nuestros profesores nos enseñaron a buscar la verdad, a la vez que se iba formando nuestro espíritu con valores esenciales. Junto a los saberes que integran la educación básica, ellos nos transmitieron algo de la heroica epopeya del hombre. A menudo nos sentíamos extraviados ante aquellos acontecimientos cuyos motivos últimos, sin duda, sobrepasaban lo que podíamos comprender. Por esos relatos, llenos de peligro y de pasión, lograban suscitar nuestro asombro, que es la piedra angular de la verdadera enseñanza. En aquel tiempo, se forjaron las ideas esenciales que me acompañaron a lo largo de la vida, y se echaron las raíces de todo lo que tuvo que ser.

Por eso he venido hoy, especialmente, para hacerles un pedido: les quiero pedir a los chicos y a los jóvenes, con la autoridad que me dan los años, que lean. Yo también he leído de chico, y fueron los libros quienes me ayudaron a comprender y a querer la grandeza de la vida. Quienes sembraron en mi alma lo que luego los años pudieron expandir. Leía cuanto llegaba a aquellas bibliotecas de barrio, donde primero a través de libros de aventuras, y luego, porque un libro lleva, inexorablememte, a otro libro, a través de los más grandes de todos los tiempos, esos que nos entregan los abismos del corazón humano, y la belleza y el sentido de la existencia.

Leer les agrandará, chicos, el deseo, y el horizonte de la vida.

Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará a rechazar la realidad como un hecho irrevocable. Esa negación, esa sagrada rebeldía, es la grieta que abrimos sobre la opacidad del mundo. A través de ella puede filtrarse una novedad que aliente nuestro compromiso.

Privar a un niño de su derecho a la educación es amputarlo de esa primera comunidad donde los pueblos van madurando sus utopías.

Créanme, es necesario que nos dejemos todos empapar por la utópica búsqueda de una gran educación para nuestros chicos.

Lo he dicho en otras oportunidades y lo reafirmo: la búsqueda de una vida más humana debe comenzar por la educación. Como supo señalar Simone Weil, su tarea es «preparar para la vida real, formar al ser humano para que él mismo pueda entretejer, con este universo que es su herencia, y con sus hermanos cuya condición es idéntica a la suya, relaciones dignas de la grandeza humana».

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Futuro de la iglesia católica está en países emergentes como los latinoamericanos.


Teólogo Leonardo Boff :
  • Boff afirma que la iglesia va más y más a entrar en crisis y disminuir. (Foto: teleSUR)

 Yo creo que los puntos sombríos, más negativos de Juan Pablo II fue haber perseguido la única teología de los pobres que nació en la periferia del imperio en la periferia de las iglesias  

El teólogo brasileño, Leonardo Boff , afirmó este sábado que para garantizar la supervivencia de la iglesia católica en el futuro, ésta debe centrarse en los países emergentes como los localizados en el continente latinoamericano puesto que en estas naciones viven más del 50 por ciento de las personas que hoy en día siguen  esta doctrina religiosa.

En una entrevista con teleSUR, Boff indicó que »hay que subrayar mucho el hecho de que 52 por ciento de los católicos están en el tercer mundo, entonces la iglesia católica hoy es una iglesia del tercer mundo que ha tenido raíces en el primer mundo, por eso el  futuro está en la periferia, y nosotros queremos y tenemos creo el derecho de reivindicar un Papa que venga de África, que  venga de América Latina, que garantice un futuro de más esperanza».

A continuación teleSUR presenta el texto íntegro de la entrevista.

Usted es uno de los teólogos que afirma haber sido castigado durante el pontificado de Juan Pablo II, quien será beatificado este 1 de Mayo ¿Podría explicarnos, cómo fue ese castigo y cuál fue la justificación de esta acción hacia su persona por parte de la iglesia?

B- La verdad fue el cardenal Ratzinger, que hoy es Papa, y con el apoyo de Juan Pablo II que me impusieron un silencio obsequioso, no hablar, no viajar, no escribir, a razón de que yo defendía la Teoría de la Liberación y para el Papá Juan Pablo II, la Teoría de la Liberación era una especie de Caballo de Troya mediante el cual podía entrar el comunismo y el marxismo y como él pretendía saber todo, por amor al pueblo nos condenó a nosotros para decir si entrara el comunismo o el marxismo la iglesia será perseguida y entonces hay que controlar esa teología e impedir que tenga acción en la sociedad latinoamericana.

Según nos cuenta fue condenado a un año de silencio en 1985 por sus tesis sobre la Teología de la Liberación y luego una vez más fue amenazado en 1992 lo que lo hizo dejar la orden Franciscana. ¿Qué significa haber sido perseguido como teólogo?

B- Cuando el cardenal de San Pablo, que  fue profesor mío, cardenal Pablo Evaristo Arns dijo al Papá, santidad usted ha condenado a un discípulo mío al silencio como los militares en Brasil hicieron con los periodistas, y el Papá dijo, yo como los militares absolutamente, liberen a Boff, y efectivamente un año después me ha liberado pero yo seguí en mi trabajo, mientras acontecía la ECO 92, la gran reunión ecológica en Río, yo hice una charla junto con otros sobre el monoteismo como una religión de guerra, cristianos, judíos musulmanes conducen guerras.

Entonces el cardenal Baggio que escuchó la charla dijo, tu Boff no aprendiste nada del silencio, tienes que salir de América Latina a irte a Filipinas o a Corea donde hay franciscanos y seguir. Y yo dije puedo ir y puedo hablar, enseñar,  no absolutamente en silencio, y entonces dije , yo no voy, la primera vez  fui humilde, acepté, ahora es una humillación, humillación es pecado yo no acepto,  y ahí no me quedó más alternativa sino salir del Estado eclesiástico

En la actualidad el Papa Benedicto XVI promulgó el decreto que le reconoce a Juan Pablo II un milagro: la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía del mal de Parkinson, la misma enfermedad que sufría el Papa (Juan Pablo II). Quisiéramos conocer su opinión sobre esto ¿usted está de acuerdo?

B- Yo creo que ese milagro ha provocado en la comunidad teológica una gran discusión porque cuando tenemos la visión cuántica de la realidad, es decir que continuamente emerge novedades y aparecen cosas diferentes de la realidad es difícil definir lo que es un milagro.

Yo no estoy en contra de la beatificación porque es una decisión del Papa, pero las razones por las que quieren beatificarlo creo que son muy complejas y muy contradictorias porque ese Papa tenía dos dimensiones, una volcada hacia afuera como un gran carismático, un gran artista, que movilizaba millones de personas y otra hacia adentro que conducía la iglesia con manos de hierro, controlando a todos, creando un catecismo, un derecho canónico, una sola doctrina mediante la cual encuadró más de 140 teólogos y fue muy duro.

Intentó recuperar una imagen más conservadora de la iglesia en la línea de la gran visión medieval, entonces esa contradicción hace que él no sea un punto de referencia que es el sentido de un ser beato, un santo para toda la iglesia, es para un tipo de iglesia más conservadora, más cerrada, más volcada hacia adentro.

Además, la causa se abrió por deseo de Benedicto XVI, sin esperar a que transcurrieran cinco años la muerte de (Juan PII), como establece el Código de Derecho Canónico. ¿Cuál es el motivo de esta prisa en su opinión?

B- En realidad no hay motivos porque según el derecho canónico el Papa tiene derechos divinos, poder absoluto, universal sobre cada uno, sobre toda la iglesia.

En el fondo él puede hacer lo que quiera y ha mostrado eso, entonces no siguió los trámites normales, era un gran admirador y colaborador del Papa y entonces quiso exaltarlo, y como ese actual Papa conduce ese modelo de iglesia y yo diría más radical todavía, más conservador, más en polémica con la realidad y entonces quiere una especia de avalista, uno que justifique esa posición suya y la figura más importante de eso es exactamente, Juan Pablo II.


Juan Pablo II estuvo tres veces en Brasil y fue responsable por el nombramiento de la mayor parte de los obispos que hoy ocupan las diócesis brasileñas. Se habla que el conservadorismo se impuso. Está de acuerdo?

B- Al seguir ese curso, la iglesia va más y más a entrar en crisis y disminuir, es una iglesia agónica en Europa y hay que subrayar mucho el hecho de que 52 por ciento de los católicos están en el tercer mundo, entonces la iglesia católica hoy es una iglesia del tercer mundo que ha tenido raíces en el primer mundo, entonces el  futuro está en la periferia, y nosotros queremos y tenemos creo el derecho de reivindicar un Papa que venga de África  venga de América Latina, que garantice un futuro de más esperanza, promisorio futuro para toda la cristiandad.

¿Qué pasó con la línea progresista, tan popular en Brasil en los años 70, con la interferencia del Papa Juan Pablo II y del actual Papa Benedicto XVI? Sigue activa ¿Cómo ve el futuro de la Iglesia Católica en Brasil y en América Latina?

B- Mira yo soy un  teólogo católico, franciscano, un agitador cultural, por qué, por todas partes donde voy intento articular el discurso de la ecología, la salvaguarda de la vida, del planeta con el discurso de la fe, de la  espiritualidad, es lo que más hago, tres dimensiones siempre subrayo, trabajar en las bases con los sin tierra, comunidades de base, estudiar y hacer investigaciones y escribir y dar charlas y clases en Brasil, América Latina y el mundo, es una una especie de misión y cátedra que tengo para llevar adelante el sueño de Jesús, que es un sueño bueno y que muchas veces no es el sueños de la iglesia católica.

Yo creo que los puntos sombríos, más negativos de Juan Pablo II fue haber perseguido la única teología de los pobres que nació en la periferia del imperio en la periferia de las iglesias y condenó a los teólogos condenó a la teoría y ha decepcionado a los pobres y muchos pobres dicen el Papa construye allí donde están los opresores, es amigo de (Augusto) Pinochet, es amigo de (Ronald) Reagan, no construye aquí no es cantero donde trabajamos nosotros, nunca él apoyó las luchas, las organizaciones de los pobres, era si para los pobres, pero nunca a partir de la perspectiva de los pobres y con los pobres.

Hoy usted es un renombrado escritor que trata de temas sobre Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. Se caso. ¿Cuál es su religión hoy en día?

B- Yo sigo mi manera en el sentido de que me siento miembro de la iglesia católica, intento vivir con radicalidad una espiritualidad de los pobres, de la sencillez y tomar como referencia no tanto la doctrina, los documentos oficiales sino los evangelios, mejor la práctica de Jesús que fue una práctica liberadora.

Fuente: http://www.telesurtv.net/secciones/entrevistas/92223-NN/futuro-de-la-iglesia-catolica-esta-en-pais.

Ante la beatificación de Juan Pablo II Redes Cristianas muestra su preocupación y rechazo


La Coordinadora de Redes Cristianas, ante la próxima beatificación de Juan Pablo II, quiere expresar públicamente su preocupación y rechazo por este gesto de la jerarquía católica, que en modo alguno comparte. Centramos nuestra postura en los puntos siguientes.

1. Al margen de su vida y conciencia personal, descubrimos en su gestión dos principios que no compartimos y que han marcado profundamente a la Iglesia católica: de una parte, la reinversión de los principios teológicos del Vaticano II, sustituyendo la imagen de un Dios cercano, inmanente en la historia y especialmente en la vida de los pobres –imagen heredada directamente de Jesús- por la vieja imagen del Dios lejano, transcendente y vinculado siempre al poder; y de otra, la politización o su estrecha vinculación con los poderes económicos (escándalo financiero de Marcinkus), políticos (colaboración con Brzenzinski, Consejero de Seguridad Nacional de EEUU y artífice de la caída del telón de acero) y mediáticos.

2. El resultado de todo esto es una vuelta a la forma de iglesia preconciliar, cuyas consecuencias éticas y espirituales queremos reflejar en los siguientes aspectos que, a nuestro juicio, van en dirección contraria al estilo de Jesús:

Su abandono consciente del espíritu y parte de la letra del Vaticano II sobre la democratización interna de la Iglesia.

Su represión y duro castigo a más de 500 teólogos conciliares en todo el ámbito eclesial, y, sobre todo, su condena y descalificación de los teólogos y de la Teología de la Liberación, lo que supone un desprecio por la autonomía de las iglesias y una apuesta por la ignorancia y la ausencia de creatividad en la Iglesia.

Su silenciamiento, invisibilización y hasta descalificación de las comunidades cristianas de base y de los mártires y testigos de la iglesia de los pobres. Fue (y sigue siendo) clamoroso el silencio jerárquico sobre monseñor Romero, los mártires de la UCA y tantos otros.

Su terca y autoritaria oposición a revisar el posicionamiento doctrinal de la jerarquía eclesiástica sobre la ética sexual a la luz de los nuevos estudios del Evangelio y de las aportaciones de la ciencia y la historia.

La imposición sin cisuras ni matices del celibato eclesiástico.

Su negativa a revisar el papel de la mujer en la Iglesia.

Su ocultamiento de la pederastia, protegiendo y encumbrando a personajes corruptos como Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, entre otros.

3. A nuestro modo de ver, lo que estos gestos revelan es la vuelta de la institución eclesiástica a la “sociedad perfecta y desigual” que se impuso durante el segundo milenio sobre la imagen de “Iglesia de comunión” que venía desde los orígenes cristianos y con la que intentó enlazar el Vaticano II. Algunos significados de esta vuelta, los expresamos a continuación:

Significan una revancha antimoderna y anticonciliar. La oposición y abandono institucional del “agiornamento” interno de la Iglesia (Vat. II) y el rechazo de la secularización y laicidad de la sociedad civil suponen una vuelta al ensimismamiento y una separación e imposición sobre el mundo, una autocomprensión de la propia Iglesia como maestra de la verdad y depositaria única de la salvación. En suma, un nuevo intento de “recatolización” –con peligro de sectarización- que prolonga indefinidamente el “largo invierno eclesial” del que hablaba el teólogo Rahner.

Revelan la confirmación y justificación del modelo jerárquico clerical y vertical de la institución católica -que está atravesando una profunda crisis de credibilidad- sobre el silencioso y mudo pueblo cristiano.

Agrandan la brecha espiritual entre dos modelos de Iglesia: la que pretende seguir manteniendo el tutelaje y patronazgo espiritual y ético sobre el mundo y la que no aspira a otra cosa que a ser una pequeña luz y grano de sal que, en unión con todos los demás, trata de cargar y de encargarse de los grandes problemas que están azotando a un mundo en aguda crisis como el de hoy.

Gestos de beatificación como este revelan también la gran confusión que la jerarquía católica está creando en torno al concepto de santidad en la Iglesia. Mucho ha tenido que ver en todo esto el mismo Juan Pablo II con sus canonizaciones frecuentes, ideológicamente selectivas y multitudinarias. Siendo el pueblo cristiano el sujeto al que van dirigidas estas propuestas de santidad, parecería normal y justo que antes de proponerle como ejemplar y heroica la vida de Juan Pablo II se le hubiera preguntado a este pueblo por qué es lo que, de esa vida, considera estimable para su espiritualidad.

Es más, a estas alturas del siglo XXI y ya iniciada una nueva era en la historia humana, hubiera sido determinante conocer la idea de santidad que bulle en la conciencia de los cristianos y cristianas de hoy, así como la responsabilidad que los grandes poderes eclesiásticos tienen en la actual crisis de credibilidad que está atravesando la Iglesia en general y el cristianismo en particular. Pero esto no se ha hecho.

4. Finalmente, no nos gusta el procedimiento anacrónico y sectario que se ha seguido en este proceso y que lo deja marcado para el futuro. “Anacrónico” porque todo se ha cocinado, siguiendo el viejo gusto de la jerarquía católica, en los fogones secretos de la curia romana. Hasta el formalismo reglamentario que ella misma se ha dado para estos casos lo ha adaptado a conveniencia. Y “sectario” porque para nada se ha contado con el sentir colectivo del pueblo cristiano. Solo se ha permitido a un grupo incondicional, previamente seleccionado y adoctrinado, gritar “santo súbito”.

EL PUEBLO LO HIZO SANTO: !SAN ROMERO DE AMERICA!


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Benjamín Forcano

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Benjamín Forcano

Mons. Oscar Amulfo Romero fue asesinado, mientras celebraba la Misa, en San Salvador, el 24 de marzo de 1980. Creo que Pedro Casaldáliga tiene plena razón al decir que “El pueblo, amado, buscado, asumido pastoralmente, en sus angustias y en sus reivindicaciones, lo hizo santo. Y santo lo viene declarando desde su muerte-martirio y como santo lo venera sobre todo en la catedral-catacumba de San Salvador. El verdadero proceso de canonización del buen pastor Romero ha de ser el proceso de la asimilación de sus causas y actitudes”.

Nunca mejor dicho: aparece aquí lo que fue procedimiento normal en el primer milenio de la Iglesia: el pueblo proclamaba santo a quienes consideraba modelos. Es en el año 993 cuando se da el primer santo canonizado por el Papa. Y en el siglo XII, Alejandro XII prohíbe la designación de santos “sin la autoridad de la Iglesia Romana”.

Esto hizo que, a partir de entonces, fueran considerados santos gente de la clase alta y media, que se habían distinguido por sus “servicios” a la Iglesia. Examinando el santoral católico, encontramos que el 78 % de los santos y beatos han pertenecido a la clase alta , el 17 % a la clase media y sólo el 5 % a la clase baja. ¿Significa esto algo? A primera vista, sí, que los motivos por los que determinadas personas subían a los altares y las virtudes por las que eran declaradas santos, no eran precisamente las que adornaban a Mons. Romero decidido radicalmente a favor de los pobres, incluso hasta el martirio. Yo tuve la suerte de conocer a este obispo en San Salvador, el 28 de agosto de 1978, en la misa que las ocho de la mañana celebraba para el pueblo. Este le escuchaba y, de vez en cuando, le interrumpía con aplausos. Hora y cuarto le duró la homilía.

Pude verle y hablar con él en Madrid, dos meses antes de ser asesinado. Ya para entonces Mons. Romero había sido propuesto por 118 parlamentarios ingleses para el Premio Nobel de la Paz. Y la Universidad Georgetown de Washington y la Universidad católica de Lovaina le habían otorgado el Doctorado Honoris Causa.

Venía de Roma, muy triste. Había solicitado, un mes antes de llegar a Roma, entrevistarse con el Papa. Al no obtener respuesta, decidió viajar y, allí, aguardar a que le llamaran del Vaticano. Pasaron dos semanas y la llamada no llegaba. Entonces, para no regresar sin ver al Papa, optó por ir a la audiencia general del miércoles, al frente de un grupo de lationoamericanos. El Papa fue dando la vuelta a la gran sala y, al llegar a donde estaba Mons. Romero, le dijo: “¿Y Vd.?” – “Soy, respondió Romero, el Arzobispo de El Salvador” – “Pero, cómo, continuó el Papa, tenemos que vemos.” “Entonces, entendí, me dijo Mons. Romero, que el Papa no estaba informado y que le habían sustraído mi petición”.

Al día siguiente, le recibió el Papa. Pero, ya sobre su mesa, y antes de que Mons. Romero le entregara un grueso informe, el Papa tenía otro con valoraciones negativas. Ya lo dijo poéticamente Casaldáliga: “Pobre pastor glorioso, abandonado por tus propios hermanos de Báculo y de Mesa. (Las curias no podían entenderte, ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo…).”

Mons. Romero, como todo profeta, supo encarnarse en el pueblo: tuvo ojos para ver, oídos para escuchar y corazón para sentir.

Vio que el pueblo salvadoreño era en un 60 % campesino, que un 40 % era analfabeto, que un 80 % no tenía en sus champas agua ni servicios higiénicos y que más del 92 % carecía de energía eléctrica. Vio que una minoría rica poseía más del 75 % de la tierra.

Oscar Romero escuchó a su pueblo, le oyó reclamar justicia. Un grupo de 2.000 familias se oponía a todo cambio y mejora y persistía en mantener al pueblo resignado y esclavo. Y, al servicio de esas familias, había un gobierno, no elegido por el pueblo, y un ejército extrañamente reclutado y diabólicamente entrenado. Según datos bien contabilizados, en treinta meses (de enero del 81 a junio del 82) fueron asesinados 22.783 ciudadanos, de los cuales un 53 % eran campesinos, obreros, empleados y estudiantes.

Mons. Romero tuvo corazón y supo compadecer. Llegado a El Salvador con ideas moderadas y hasta con la determinación de acabar con las comunidades cristianas de base, hubo de sentir y compartir el llanto de su pueblo. Y, en medio de ese llanto, dijo: “Los pobres me han enseñado a leer el Evangelio”. Y se convirtió. Y devino profeta. Y el profeta nunca es neutro.

Mons. Romero no inventa la pobreza de su pueblo, ni el egoísmo y la avaricia de los grandes, no inventa el despliegue represivo del Ejército, ni la omnipresencia decisiva del Gobierno de Estados Unidos. En febrero del 80 escribe al presidente Cárter para que no preste ayuda ni intervenga en los destinos de su país.

Mons. Romero está con todos, pero de una y otra manera. Está con los ricos para combatir su riqueza y exigirles que dejen de oprimir; está con los pobres para que mantengan su dignidad y exijan sus derechos. Pide a los ricos que se despojen de su egoísmo y avaricia, que no alimenten el desespero del pueblo, que compartan los bienes, que cambien sus corazones de piedra en corazones humanos, que dejen de ensangrentar El Salvador con su violencia.

Pero los ricos, por muy cristianos que “sean”, no se convierten. Y comienzan a calumniarlo acusándolo de comunista, subversivo, politizado, divididor de la Iglesia. Otros, los prudentes, los equidistantes, le consideran imprudente y equivocado.

Desde altas instancias se trabajó para que dejara su cargo de Arzobispo y para que no asistiera a la reunión de los obispos latinoamericanos de Puebla. Me consta –de fuente absolutamente fidedigna- que incluso se llegó a pedir a su médico personal que lo declarara loco para alejarlo de la diócesis.

A los hombres del ejército les pide que no obedezcan una orden de matar:

“Hermanos son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: No matar. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio qu de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!”

Estas palabras, transmitidas por la emisora ISAX del Arzobispado, fueron las últimas que oyeron miles y aun millones de oyentes de toda América Latina. Con ellas había firmado su sentencia de muerte.

Diez años más tarde, sus grandes amigos Ignacio Ellacuría y otros jesuitas, después de haber echado su suerte también con los pobres, se encontraron con el mismo dilema. El coronel Guillermo Alfredo Benavides, en vísperas del asesinato, dijo: “Ellos o nosotros”. Y el 15 de Noviembre del 89, el alto mando militar tuvo una reunión para tratar los asuntos militares del día. Al concluir la reunión:: “todos ellos se tomaron de la mano e invocaron a Dios “.

Con razón al día siguiente de la matanza, en Tailandia, un pisano le preguntaba a Jon Sobrino: ¿Y en El Salvador hay que católcos que matan a los sacerdotes?

Una vez más se cumplían aquellas palabras: “Os matarán y creerán que hacen un obsequio a Dios”. “Por vuestra causa es blasfemado el nombre de Dios en las naciones”.

Amenazado de muerte, Mons. Romero rechazó toda escolta y protección: “Yo tengo que arriesgarme como cualquier otro ciudadano de mi pueblo en la lucha por la libertad” y entreviendo lo que le esperaba, dijo: “Un obispo morirá, pero la Iglesia, que es el pueblo, no perecerá jamás”.

Mons. Romero, sin ser alzado por los caminos oficiales a la gloria de Bernini, será este 1 de mayo, aclamado por el pueblo de Dios como Santo. A él le consumió el Reino de Dios, que él anunciaba como preferente para los más pobres y necesitados. A él le consumía la dignidad y derechos maltratados de los pobres y por ellos luchó, trabajó y vivió. Fue hermano, amigo, abogado, padre y padrino suyo. Y, por eso , los poderosos lo odiaron y mataron. Su palabra, su denuncia, su testimonio y su coherencia estuvieron en consonancia con la vida de Jesús. Y, como a él, lo eliminaron. Fue testigo de la verdad, voz de los sin voz, esperanza para los oprimidos y excluidos, bienaventurado por causa de la justicia y mártir por desobedecer al dios Capital.

Fuente: Redescristianas.net

San Romero de América


Actualizado a las 03:07

Desde el Vaticano nos llega una noticia que puede ser de alegría para muchos católicos, pero que en Latinoamérica no deja de ser una sorpresa… Se anuncia que el 1º de mayo, el papa Benedicto XVI beatificará a su predecesor, el papa Juan Pablo II. Según las normas de la Iglesia Católica, para proclamar beata a una persona —es decir, digna de ser imitada— tiene que haber realizado algún milagro que haya sido comprobado… Y el milagro que se atribuye a Juan Pablo II es la curación de una religiosa que sufría de Alzheimer, la misma enfermedad que tanto le afectó a él.

Sin embargo, en América Latina tenemos el ejemplo —entre otros— del Obispo de San Salvador, hombre dedicado a la defensa de los campesinos, luchador a favor de los derechos humanos y que fue asesinado un 24 de marzo de 1980, hace ya 31 años… Obispo y pastor que tuvo el valor de denunciar los atropellos que cometía el Ejército apoyado —logística y financieramente— por el Gobierno de los Estados Unidos, contra el que lanzó duros ataques en sus homilías en la catedral.

La dictadura militar aplastaba a los campesinos y les robaba las tierras, pero no faltaba el grito del pastor religioso que levantaba la voz “en nombre de los sin voz”. Ese fue el obispo Romero, quien afirmaba: “Conocer los mecanismos que engendran la pobreza, luchar por un mundo más justo, apoyar a los obreros y campesinos en sus reivindicaciones, ese es el papel de la Iglesia”.

Para quienes habían amasado fortunas acumulando tierras y desalojando a los campesinos, el mensaje de monseñor Romero era subversivo. Incluso llegaron a convencer a otros obispos salvadoreños para que hicieran callar a su hermano en la fe. Monseñor Romero denunció entonces la actitud de algunos obispos salvadoreños y escribía en su diario, el 17 de julio de 1979: “Me preocupa la radicalidad de algunos hermanos obispos contra mi actuación pastoral. No desean que siga adelante. Me da lástima pensar que no sean sensibles a la situación del país y que sientan más a gusto una pastoral que no tienda a liberar a nuestro pueblo”. Y refiriéndose al papel de la Iglesia, afirmaba: “La persecución es una nota característica de la autenticidad de la iglesia; una iglesia que no sufre persecución (…) ¡tenga miedo!, porque no es la verdadera iglesia de Jesucristo”.

Y porque monseñor Romero no tenía miedo, por eso, el 23 de marzo de 1980 lanzó su mensaje por última vez. Fue tan clara su denuncia y tan valiente su palabra profética, que al día siguiente lo acalló la bala asesina del matón a sueldo contratado por el Gobierno. “Yo quisiera hacer un llamamiento —proclamó en la homilía del 23 de marzo— de manera especial a los hombres del Ejército, a la guardia nacional, a la policía… Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y, ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios, que dice ‘No matarás’. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios… En nombre de Dios, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!”.

Este valiente y ejemplar Obispo no ha merecido la atención del Vaticano para que sea elevado a los altares como ejemplo a ser seguido tanto por los cristianos como por sus hermanos obispos. ¿Será que resulta más fácil beatificar a quien sanó a una religiosa, que a quien dio su vida por sus hermanos cumpliendo la palabra del evangelio “Si a mí me persiguen, también a ustedes los perseguirán”? Por suerte, en Latinoamérica no han faltado voces valientes, solidarias con monseñor Óscar Arnulfo Romero, como la de otro obispo católico, Pedro Casaldáliga, desde el Mato Grosso, en Brasil, quien le otorgó el título que esperamos algún día sean capaces de reproducir en el Vaticano declarándolo San Romero de América.

Docente
universitario

José Ros

La fe une y divide a millones de personas en el planeta


| Beatificación de Juan Pablo II

Representantes religiosos destacan herencia del papa Karol Wojtyla

MARIÁNGELA LANDO BIORD , RAFAEL RODRÍGUEZ , FRANK LÓPEZ BALLESTEROS , CARMEN M. RODRÍGUEZ T. , OCARINA ESPINOZA , CARMEN M. RODRÍGEZ T. |  EL UNIVERSAL
sábado 30 de abril de 2011  12:00 AM

El Ecumenismo fue uno de principales legados del largo papado de Juan Pablo II.

Ante la pregunta de ¿cuál es el legado de Juan Pablo II?, representantes en Venezuela de seis religiones coincidieron en exaltar su acercamiento a otros credos y otras creencias.

Desde su llegada al Trono de Pedro, en octubre de 1978, hasta su muerte el 2 de abril de 2005, tendió la mano a credos y a religiones distintos.

No solamente fue el primer pontífice en orar en una sinagoga o en una mezquita, en ser bendecido por un chamán o en participar en un rito tribal, sino que también dio a conocer la fe católica en todo el mundo, popularizó las doctrinas cristianas y puso al alcance de todos los conceptos, formas y modos de la Iglesia.

En su papado de 26 años y cinco meses, el polaco Karol Wojtyla llevó a todos los rincones del planeta la palabra de Dios.

Hablaba a los fieles de los cinco continentes en su propio idioma, con palabras sencillas y con un mensaje claro de tolerancia, respeto por la vida, por la familia, por la libertad y por la igualdad.

Ese mensaje ecuménico y esa inclusión para con los otros credos le valió a Juan Pablo II el respeto y el aprecio de sus iguales en las demás iglesias.

Ortodoxos, anglicanos, luteranos, calvinistas, musulmanes y judíos tuvieron todos palabras de apoyo al papa polaco, que pidió perdón por los abusos pasados de la Iglesia católica.

Indígenas, hebreos, musulmanes y aborígenes por igual aceptaron las disculpas del Pontífice romano, quien reconoció públicamente los errores de sus antecesores e incluso reivindicó a personajes históricos condenados en el pasado.

Al ser elevado a los altares con su beatificación el próximo domingo 1 de mayo, la apertura de Juan Pablo II a otros credos vuelve a ganarle reconocimiento interreligioso.

Incluso credos que no contemplan la opción de la santidad ven la beatificación de Wojtyla como un reconocimiento a su mensaje de amor, de respeto, de tolerancia, de libertad y de perdón.

Se le reconoce a Juan Pablo II el hecho de haberse acercado a otras religiones con humildad y con respecto, sin prepotencia y con candor.

También se elogia su aceptación de los ritos, costumbres y creencias ajenos, sobre todo en América, en Asia, en África y en Oceanía, continentes en los que entró en contacto con cultos aborígenes o tribales, a los que trató como iguales a los de la Iglesia católica.

Wojtyla no logró visitar Rusia ni China durante su pontificado, aunque intentó en repetidas oportunidades obtener la autorización de las autoridades políticas y religiosas correspondientes.

Su lucha sin cuartel contra el comunismo, las dictaduras, la violencia, las guerras, el aborto, las drogas, el alcohol, la pérdida de la fe y la banalización de la vida marcó su permanencia en el Trono de Pedro, y lo convirtió en ícono de la lucha contra el régimen soviético, los conflictos armados y los excesos entre los jóvenes.

También fue ejemplo su entereza ante la enfermedad, su apoyo moral a los ancianos, los discapacitados y los que sufren.

Juan Pablo II padeció mal de Parkinson durante los últimos años de su vida, pero jamás dejó de besar el suelo que pisaba al llegar a un país. Aunque se desplazaba más despacio y hablaba más lento, no perdió nunca el sentido del humor ni el espíritu jovial que marcó su pontificado y lo acercó a todas las naciones y todas las creencias.

Para Monseñor Baltazar Porras, arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, la repercusión histórica de la figura de Juan Pablo II trasciende a la propia religión católica y destaca la humanización de lo religioso como el mayor de sus legados.

«El legado principal de Juan Pablo II es el reconciliar el mensaje religioso y la representación de lo religioso como cercano al ser humano, unido a lo que son sus angustias, principalmente de los derechos humanos, de la libertad», señala.

«Esto con un gran sentido de cercanía y sintonía con la gente, independientemente del credo religioso que tuvieran o de lo que pensaran en cualquier otro orden de cosas y esto es quizás una de las características singulares de Juan Pablo II», agrega el vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y ex presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), quien destaca la proyección de Juan Pablo II como una figura universal.

«Ha sido reconocido o admirado por personas de otras religiones de otros credos y de toda la gama del pensamiento intelectual y popular del mundo», destaca. A juicio de Porras, la beatificación de Karol Wojtyla rompe esquemas tradicionales.

«La beatificación de Juan Pablo II es expresión también de una realidad que rompe los esquemas tradicionales de un proceso de beatificación porque la personalidad de él, el haber viajado por todo el mundo, el entrar en contacto de manera directa con cantidad de personas de instituciones, avalado por las nuevas tecnologías, hace de su personas y de su mensaje alguien a quien muchísima gente, no solo los creyentes, lo sienten cercano y sienten que refleja las inquietudes que tienen que ver con los derechos fundamentales y con la libertad, incluida en ella la libertad religiosa», enfatizó.

Durante muchos siglos los judíos romanos vivieron a la sombra de la majestuosidad del Vaticano, que sucesivamente había tenido diferencias con los miembros de esta religión.

Las relaciones entre la Iglesia Católica y el judaísmo fueron difíciles a lo largo de muchos siglos, y en la capital italiana, en la Sinagoga de Roma, por Lungotevere Cenci, justo frente a la entrada del antiguo gueto, en abril de 1986, el papa Juan Pablo II fue el primer pontífice que asistió a un servicio de la sinagoga, turnándose con el rabino principal de Roma para leer los salmos.

«Ustedes son nuestros hermanos bienamados, y en cierto modo son nuestros hermanos mayores», exclamó el Papa, con lo que de alguna forma, católicos y judíos se reconciliaban entre sí frente a innumerables discordias, dudas y miedos. Así, Juan Pablo II fue un hombre de gestos colosales.

«Sobre la beatificación tenemos unas cosas claras, y es que ni delante de Moisés nos arrodillamos… pero si podemos destacar que como persona y como miembro de la Iglesia Católica hizo buenas acciones con la sociedad, trató de acercarse a los judíos, tendiendo contactos…», expresa un miembro del rabinato en Venezuela.

En marzo de 2000, en pleno año del Jubileo, Juan Pablo II estuvo en Israel. Su visita a la cuna del cristianismo tuvo gran significado. En un mensaje dejado en las piedras del Muro de los Lamentos, Karol Wojtyla pidió perdón por «el comportamiento de cuantos en el curso de la historia han hecho sufrir a éstos tus hijos», comprometiéndose a establecer una «auténtica fraternidad con el pueblo de la alianza».

Para la monja budista Marina Tirado, directora del centro Zen Bodai Shin, la beatificación de Juan Pablo II es algo positivo, en especial por las referencias al amor que el pontífice hizo a lo largo de su vida y que van de la mano con la religión que ella profesa.

El budismo es una de las principales religiones del mundo en relación a la cantidad de practicantes, en su mayoría orientales. Son no teístas y profesan una filosofía de vida basada en el «despertar» y en la búsqueda de un «punto medio».

Tirado destaca la apertura de Juan Pablo II con las otras religiones -incluido el budismo-, y recuerda la reunión que tuvo el fallecido pontífice con el Dalai Lama en el año 2003.

Durante esta visita el monje budista afirmó: «le expresé a Juan Pablo II mi admiración por lo que hace por la paz y por la armonía religiosa en el mundo».

En este sentido Tirado agregó: «todas las iglesias deberían tener una apertura y promover el diálogo entre las religiones».

Para la monja Juan Pablo II fue un papa «muy especial». Además de por promover la compasión, el amor y la tolerancia entre las religiones, por su voluntad de acercarse a las personas que en realidad los necesitaban.

«Se dedicó mucho a la gente, fue muy compasivo con los demás, no se quedó en las cuatro paredes del Vaticano. Fue un profeta, un evangelizador se preocupó mucho, hablo mucho», recordó.

La religiosa budista confiesa que pese a no saber cuál es el concepto católico de qué es un Santo o sobre si Juan Pablo II hizo o no milagros, se merece la beatificación por su apertura.

Monseñor Orlando Guerrero, obispo de la Iglesia anglicana de la Diócesis Venezolana, considera que el papa Juan Pablo II representó la apertura hacia el ecumenismo, es decir, la unidad de la Iglesia de Cristo sin importar los credos, con lo que también dio «ejemplo de humildad en el mundo».

«El ecumenismo recuerda que la fe de Cristo es una sola y Juan Pablo II hizo hincapié en que aunque la Iglesia esté dividida razones políticas o dogmáticas, es necesario que la fe sea una. Lo admiro por eso, los anglicanos somos muy ecuménicos», dijo. Otra de las grandes enseñanzas, según Guerrero, fue la apertura de la fe a la juventud, y el impulso de «una iglesia del presente, viva y joven».

Aunque es difícil resumir 26 años de ejercicio papal, como fue el caso de Juan Pablo II, el obispo señala que entre sus más significativas encíclicas y exhortaciones estuvo la del derecho a la vida y la firmeza en la fe.

«Eso fue fundamental así como lo fue la defensa de la familia. Todo ello ha sido una gran bendición para la iglesia de Cristo».

Sobre la beatificación manifiesta que aunque la Iglesia anglicana no canoniza viven por igual el júbilo que este acto significa para los católicos romanos.

Dijo que los episcopales venezolanos están contentos por su elevación dentro de la Iglesia católica romana: «Compartimos con su eminencia el cardenal Jorge Urosa Sabino, con quien nos unen muchos lazos de amistad y ecumenismo, la gran alegría que embarga la Iglesia Romana en el mundo».

Aplaude la presencia de la Iglesia anglicana en Roma para la beatificación.

«Juan Pablo II representó para el mundo, y en concreto para el cristianismo oriental, una ventana abierta de parte de Occidente para la espiritualidad del Oriente», así lo afirma el padre Fernando Rivas o «Elias», representante en Venezuela de la iglesia ortodoxa griega del viejo calendario.

Los cristianos ortodoxos son la tercera comunidad cristiana, después de los romanos y de los protestantes. y poseen un aproximado de 225 millones de fieles en todo el mundo, la mayorías de estos en Europa del Este.

Son independientes del Vaticano, por lo que no tienen que responder a la figura del Papa como jerarca. Pese a la distancia que en algunos momentos hubo entre las dos religiones, durante el pontificado de Juan Pablo II la distancia se acortaron.

Para el padre Elías, el papa fallecido tenía las mismas características de Juan XXIII y cita una de sus famosas frases: «hay que aprender a respirar con los dos pulmones». Para el líder ortodoxo los dos pulmones hacen referencia a las religiones de Oriente y Occidente.

Además recordó la importancia que tuvieron las conversaciones ecuménicas, en particular las de san Francisco de Asís.

El líder religiosos se deslinda de su posición de representante de los ortodoxos griegos en Caracas y afirma sentirse «orgulloso y gozoso con la beatificación de Karol Józef Wojtyla, por ser un papa amigable, cercano al pueblo y por el cariño no solo que ha logrado en el pueblo venezolano y en mundo entero, sino por ese carisma de acercarse al necesitado», y concluye: «fue un Papa que revolucionó la visión del papado que se tenía».

Tres religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islam) son las mayoritarias en el planeta, siendo cristianos unos 2.100 millones de personas, mientras que los musulmanes son unos 1.820 millones y los hebreos 13,3 millones de personas.

Entre los cristianos, los católicos bautizados suman casi 1.200 millones de personas, principalmente en América y Europa occidental, pero también en África y en Filipinas, entre otros. Las iglesias protestantes son fuertes en Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Luteranismo, calvinismo, metodismo, así como las iglesias anglicana, pentecostal, adventista y bautista son las más numerosas. Se centran en las enseñanzas de Jesús, pero no todas tienen al Papa como cabeza.

El Islam se basa en las enseñanzas del Corán, transmitido por Alá al profeta Mahoma. Tiene dos ramas, shií y suní. El Islam está extendido por todo el mundo, desde Arabia Saudí hasta Estados Unidos, pasando por Indonesia, Turquía, Egipto, Libia, Irán, Irak, Jordania o Pakistán.

El judaísmo está basado en las enseñanzas de la Torá. Israel es el estado hebreo por excelencia, pero hay comunidades hebreas en todo el planeta, siendo la de Estados Unidos la más numerosa.

El budismo, fundado por Sidharta Gautama (Buda) en el siglo VI antes de Cristo, es actualmente una religión extendida por todo el mundo a excepción de la mayoría de países africanos. Entre 200 millones y 1.600 millones de personas profesan esta fe.

El hinduismo es profesado por unos 900 millones de personas. Originario de India, agrupa distintas creencias alrededor de las Escrituras védicas. MLB

Fuente:  http://internacional.eluniversal.com/2011/04/30/la-fe-une-y-divide-a-millones-de-personas-en-el-planeta.

Es el Turno de Juan XXIII


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E. J. Dionne

La decisión del Vaticano de acelerar la beatificación del Papa Juan Pablo II despertó gran alegría y la reacción de los católicos que consideran indecorosa la precipitación.
Existe un remedio evidente que podría unir a los católicos enfrentados y trasladar precisamente el mensaje justo de la postura de la Iglesia hacia el mundo moderno: Es hora de beatificar al Papa Juan XXIII.
Hay posibilidades de que Benedicto XVI utilice mañana, domingo, la ceremonia de beatificación de Juan Pablo en Roma para anunciar que el Vaticano está impaciente por completar el proceso de beatificación del Papa Juan el bueno, el gran modernizador de la iglesia que suscribió la democracia y la libertad religiosa.
Y está el vínculo natural entre los dos papados. Cuando los historiadores echen la vista atrás, los mayores logros de Juan Pablo II se considerarán inevitablemente de izquierdas, en el sentido más amplio de la palabra: su compromiso con los derechos humanos y la libertad religiosa, sus llamamientos a una mayor justicia social, la suscripción por su parte de los derechos del trabajador («la prioridad de la mano de obra sobre el capital») y su oposición enérgica al prejuicio religioso. Recuerde que Juan Pablo II fue el primer Papa — sin contar a San Pedro— en visitar una sinagoga, donde dio lectura a una condena tajante del antisemitismo.
Ninguno de estos logros habría sido posible si Juan XXIII no hubiera puesto fin a la guerra del catolicismo con la modernidad convocando el Concilio Vaticano II en los primeros años 60. JuanXXIII instó a los católicos a discernir «la tónica de los tiempos» y censuró a «las almas desconfiadas» que veían en la era moderna «sólo la oscuridad que se cierne sobre la faz de la tierra».
«Quiero abrir de par en par las ventanas de la iglesia para que podamos ver el exterior y la gente pueda ver el interior», es la máxima atribuida de forma generalizada a JuanXXIII. Sigue siendo una idea encantadora. El Padre Joseph Komonchak, uno de los principales historiadores del Concilio Vaticano II, gusta en señalar la opinión de Juan XXIII de que «la Iglesia no es un museo de antigüedades sino un jardín lleno de vida».
JuanXXIII ya está beatificado, el preludio a la santidad en el seno de la tradición católica. Pero su beatificación en el año 2000 se vio empañada cuando Juan Pablo II la condicionó a la beatificación de Pío IX, uno de los papas más reaccionarios de la era moderna. PíoIX se refirió célebremente al catolicismo de izquierdas como «nocivo», «pérfido», «perverso» y «un virus». El enfoque de JuanXXIII fue la antítesis, y bueno fue.
Cuando Juan XXIII falleció en 1963, los cardenales progresistas trataron de acelerar su beatificación a modo de confirmación de la nueva orientación de la Iglesia. Sus esfuerzos fueron rechazados. Pero Benedicto XVI suscribió iniciativas comparables en defensa de Juan Pablo II inmediatamente después de su muerte, lo que conduce a esta ceremonia de beatificación de hoy, domingo.
El hecho de que la tradición fuera utilizada para impedir la beatificación rápida de Juan XXIII pero ignorada por completo para proceder a toda velocidad en el caso de Juan Pablo II sugiere que, sí, hay en juego una cierta dosis de política dentro de estas cuestiones que supuestamente conciernen al otro mundo. Y la ceremonia de Juan Pablo II se ha visto manchada por la polémica legítima en torno a su apoyo inquebrantable a Marcial Maciel Degollado, el sacerdote mexicano que fundó el movimiento conservador de los Legionarios de Cristo y que fue eventualmente condenado por el Papa Benedicto XVI por, entre otras cosas, abusar de los miembros de su orden y tener hijos con dos mujeres al menos. Juan Pablo II protegió a Maciel; recayó en Benedicto XVI aleccionarle.
A tenor de los escándalos y abusos más en general, Ross Douthat, columnista impecablemente católico del «New York Times», observaba con acierto que «el Juan Pablo II de altos vuelos dejó que los escándalos proliferaran bajo sus pies» mientras recaía en el Benedicto XVI «falto de carisma, limpiarlos». Y el vigor de Juan Pablo II a la hora de condenar a los teólogos disidentes insinúa la personalidad paradójica de su papado: más izquierdista en muchas cuestiones relativas al mundo seglar, más conservador en las cuestiones internas.
La Iglesia debería de haber aplicado el mismo rasero a Juan Pablo II que aplicó a Juan XXIII y haber tardado más tiempo en beatificarlo. No obstante, hasta los católicos más progresistas han sentido el atractivo de Juan Pablo II como hombre dinámico, intrépido y genuinamente santo. Habiendo cubierto su información durante dos años como reportero, puedo dar fe de su magnetismo. Como observaba esta semana el Padre James Martin, jesuita de izquierdas, Juan Pablo II era «devoto, audaz y entusiasta… Y, en mi opinión, cualquiera que visite la celda de su asesino frustrado (Alí Agca) y perdone al caballero es un santo». Pero aun así, los actos más ampliamente admirados de Juan Pablo II se apoyan en la herencia de Juan XXIII. Es difícil imaginar a San Agustín sin San Pablo, a Washington sin Jefferson, a Juan Pablo sin Juan. Una Iglesia que necesita volver a abrir sus ventanas haría bien en distinguir al Papa que la liberó para ser ventilada por la tonificante brisa de la modernidad.

http://www.levante-emv.com/opinion/2011/04/30/turno-juan-xxiii/802801.html

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