EL MENSAJE DE LAS MUJERES O EL SEGUIMIENTO FEMENINO DE JESÚS


 Leopoldo Cervantes-Ortiz

Las mujeres no necesitan apologías ni insistir en que son igual de capaces que los hombres para ciertos trabajos aparentemente reservados a éstos. Lo que haremos aquí será una serie de observaciones sobre el significado de la presencia de las mujeres en el inicio canónico del Nuevo Testamento, la revelación de Jesucristo como redentor de lo humano, en el seguimiento de Jesús según los Evangelios, y su relación con el bautismo como acto de iniciación e integración al pueblo de Dios. Presencia más bien reivindicativa luego de una ausencia negadora del seguimiento de Jesús en el evangelio de Marcos, por ejemplo, desde donde es posible advertir la forma en que las mujeres aportaron un tono característico a la proclamación del Evangelio del Reino de Dios. Como escribe el teólogo y psicoterapeuta Eugen Drewermann:

Introducción

 

 

Hay textos en el Nuevo Testamento que realmente sólo cabe poner en la cuenta de las mujeres. La historia de la pasión del Evangelio de Marcos es una historia de hombres; todo cuanto allí ocurre está planificado y desarrollado por hombres. Sólo muy al final, ya al pie de la cruz, se menciona un grupo de mujeres, que acompañan a Jesús hasta a muerte. Mientras que todos los discípulos emprenden la huida en la hora decisiva del Monte de los Olivos para salvar la propia piel (Mr 14.50-51), sólo tres mujeres: María de Magdala, María, madre de Santiago y de José, y Salomé, se mantienen leales a Jesús. Sólo ellas con su mera presencia se enfrentan al mundo masculino de la destrucción y del “dominio”. Y son ellas quienes la mañana de Pascua serán las primeras testigos de la resurrección de Jesús. Fundamentalmente a ellas confía el ángel en el sepulcro el mensaje pascual. La palabra decisiva del cristianismo al mundo es específicamente un mensaje de mujeres. Sólo ellas son a todas luces capaces y dignas de ver la victoria de la vida sobre la muerte y de hacerla patente. 1


Una reinterpretación y reconstrucción de los inicios del cristianismo, vista desde la óptica de las mujeres, daría como resultado, sin duda alguna, algo así como la reinvención del cristianismo, una nueva Reforma pues. Del mismo modo que releer e interpretar el Evangelio desde otras minorías condenadas al silencio. La imposición de un estilo patriarcal y autoritario de fe y práctica ha marcado al cristianismo, ya entrados al siglo XXI. De ahí la necesidad de releer y reinterpretar nada menos que el seguimiento de Jesús, esto es, la realidad del discipulado en su vivencia y experimentación subversivos en los tiempos que corren, dominados por el adocenamiento y la superficialidad, adonde la falta de compromiso ideológico y político se imponen como dogmas indiscutibles. Así pues, la búsqueda de los reversos del cristianismo es una lección permanente.

Cada generación de cristianos y cristianas necesita, entonces, un acercamiento, paralelo y simultáneo, a las raíces de su fe, desde las diversas otredades que nos desafían a vivir la fe y la misión de una manera apelante y pertinente. En el aspecto de género, los hombres y las mujeres, pero mayormente los primeros, necesitamos atisbar la forma y el estilo con que es posible hacerlo desde la otredad más radical que vivimos cotidianamente: las mujeres como prójimas y extrañas, parafraseando a Roger Bastide, pues no existe una contradicción más flagrante que la de a convivencia permanente y la incomprensión inveterada de la perspectiva femenina. Y conste que a estas alturas ya estamos más allá de las simplezas como “Yo entiendo a Dios de otro modo” o fórmulas similares que no alcanzaba a asimilar los enormes retos para la humanidad entera que requiere una visión complementaria, sin superioridades de ningún tipo, de lo que representa la fe cristiana centrada verdaderamente en el testimonio neotestamentario, respetuoso, desde sus inicios canónicos, de la presencia y acción de las mujeres.

 

1. La genealogía femenina de Jesús: incorrección política a manos llenas

Drewermann hace un ejercicio imaginativo y comparativo sobre Raquel, “la primera madre de Israel”, a partir de la forma en que Thomas Mann y Stefan Zweig imaginaron literariamente su vida. Mientras el autor de La montaña mágica, en José y sus hermanos, explora la cadena de tragedias de Raquel, aunque todo es considerado desde la perspectiva de Jacob. Por el contrario, Zweig interpreta su historia desde una discusión con Dios, y ve en ella una “persona cuyo apasionado sentimiento le procura de continuo nuevos sufrimientos, pero cuyo calor y humanidad poseen una grandeza propia y en definitiva algo así como una exigencia jurídica, que explica y reclama la misericordia de Dios”.2 A partir de la figura de Raquel como madre primordial de Israel, Drewermann sugiere: “También el lector de la Biblia tiene que adoptar la actitud dde esa misericordia maternal, si quiere entender ese tipo de relatos históricos del Anriguo y del Nuevo Testamento como narraciones, que en medio de la madeja enmarañada de infinitas ataduras y tragedias, hablan en forma velada de la cólera y de la magnanimidad de Dios”.3

Al acercarse a Tamar, la propuesta de Drewermann es sólida: “Volver a soñar su vida, que a menudo sólo ha sido esbozada en unas pocas frases de la historia ‘sagrada’ de la Biblia, con los recursos de la visión poética viene a ser como un deber para todo el que quiere comprobar internamente los peculiares caminos de Dios con los hombres o, mejor aún, el empeño constante del hombre por conseguir la elección y justificación a los ojos de Dios”.4 Su decisión de “conseguir esposo” a toda costa fue un acto de protesta ante las condiciones de desventaja para las mujeres sin marido ni hijos. Su “inexistencia” tribal la llevó a urdir un plan que desenmascaró la hipocresía masculina. Pasando al caso de Rahab, hay que puntualizar y enlazarla con Tamar: aquélla se hizo prostituta por necesidad y desesperación, ella era prostituta.

En la historia de Rahab lo que prima es la ley humana de la sobrevivencia. Pero sobrevivir con dignidad no siempre es un objetivo alcanzado. Drewermann es particularmente incisivo al evaluar este relato: “Tenemos que agradecer a ese Salmón que fuese el primero en trasngredir y pasar por alto las leyes que Moisés había consignado en el libro anterior ([…] ¡eliminar a la población cananea en Dt 7.1-11!), al haberse casado con la cananea Rahab, al haber reconocido al hijode ella suyo y al haberse puesto al lado de aquella ramera de una ciudad conquistada. ¡Y la bendición de Dios descansó sobre aquella unión!”.5

Rut es otra historia, casi calcada de la de Tamar, aunque en su caso lo sobresaliente es la suma de marginalidades, algo que no dejaba de aparecer en las historias anteriores: mujer, extranjera, pobre, viuda, sin hijos. En medio de la anarquía social y del primado de la violencia en todas sus formas que azotaba sobre todo a las mujeres (pues no debemos olvidar a la mujer anónima de Jueces cap. 19 ni a las benjaminitas del cap. 21), Rut obliga al pueblo de Israel a cumplir con la ley, incluso con ella, mediante métodos nada ortodoxos y moralmente cuestionables. Su solidaridad con Noemí va más allá de dogmas y patriotismos obsoletos: se basó en la identificación con otra mujer en crisis. Betsabé, a su vez, es violentada por el capricho del poderoso que la toma como si fuera un objeto, pero es reivindicada ¡nada menos que por Dios y, más tarde, por el canon bíblico! Enredada en las intrigas de la sucesión de David y condenada a la desaparición como miles de compañeras suyas, víctimas del terror masculino (conyugal, familiar, laboral, además de las guerras de siempre), Betsabé ingresa por la puerta grande a la genealogía del Mesías. Luego de la muerte del primer hijo de David, quien es el destinatario del castigo divino por su abuso del poder, Betsabé tiene a Salomón, cuyo nombre remite a la paz buscada con tantas ansias. Drewermann subraya que no deberíamos olvidar tampoco a las otras mujeres ligadas al destino de David: Mical, Abigail y Ahinoam, sujetas a las voluntad de los hombres, sin posibilidad de elección.

Sobre estas mujeres, Drewermann concluye: “La única historia de salvación que realmente existe está compuesta por destinos similares a los de Tamar, Rahab, Rut y Betsabé. Qu esto sea así es lo que en exclusiva justifica la esperanza de que tampoco las personas como nosotros estemos excluidos de la salvación de Dios. Dios no camina con nosotros hacia Utopía […] Su humanidad y la nuestra constituyen la única forma de sanar la historia humana”.6


2. Las discípulas y apóstolas de Jesús: de la invisibilidad a la misión

De modo que, entre líneas, bien podría decirse que Tamar, Rahab, Rut y Betsabé, además de las no mencionadas, son madres espirituales, no sólo de las mujeres del llamado “Nuevo Testamento”, sino de todo el pueblo de Dios, pues su invisibilización implica borrar buena parte de la memoria histórica de la fe. Entre las mujeres anónimas de los evangelios están la suegra de Pedro, la mujer con flujo de sangre, la hija de Jairo, la mujer sirofenicia, la viuda pobre y la mujer que unge a Jesús en Betania, la samaritana, la mujer no apedreada, la esposa de Pilato, entre otras. Todo ello sin contar el resto de los libros. Pero en las menciones “canónicas”, el grupo no es pequeño: María, la madre de Jesús, Marta y la otra María, sus amigas, María Magdalena, apóstola y amiga, y, en los Hechos y las epístolas, Febe, Priscila, Lidia, Julia, Trifena y Trifosa, también entre muchas.7

Con todo, cuando Elisabeth Schüssler-Fiorenza realizó su reconstrucción feminista de los orígenes del cristianismo, el modelo de mujer que le sirvió como punto de partida fue quien ungió a Jesús en Mr 14.1-9, debido a la conclusión del propio texto: “Dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”. He aquí la palabra clave, memoria, porque como bien explica esta autora: “La profética acción simbólica de la mujer no forma parte de lo que la mayor parte de los cristianos han retenido del Evangelio. Incluso su nombre se ha perdido para nosotros. Allí donde se proclama el Evangelio y se celebra la Eucaristía se cuenta otra historia: la del apóstol que traicionó a Jesús. Se recuerda el nombre del traidor, pero se ha olvidado el de la discípula fiel por el mero hecho de ser una mujer”.8

Pero el análisis va más allá y Schüssler explica que en Juan la mujer es identificada con María de Betania, pero que el relato enfatiza su carácter de pecadora.

 

Según la tradición fue una mujer quien nombró a Jesús [como hacían los profetas con los reyes] por medio de su profética acción-símbolo. Era una historia políticamente peligrosa. […]

Marcos despolitiza así la historia de la pasión de Jesús, desplazando, primero, la responsabilidad de su muerte de los romanos a las autoridades judías y, segundo, definiendo teológicamente el mesianismo de Jesús como título de sufrimiento y muerte9

 

El matiz relacionado con las discípulas es bastante claro:

 

Mientras, según Marcos, los principales discípulos varones no comprenden este mesianismo sufriente de Jesús, lo rechazan y finalmente le abandonan; las discípulas que han seguido a Jesús de Galilea a Jerusalén se revelan de inmediato como el auténtico discipulado en el relato de la pasión. Ellas son las verdaderas seguidoras (akolouthein), comprendiendo que su ministerio no era la soberanía y la gloria sino diakonia, “servicio” (Mr 15.41).De esta manera, las mujeres aparecen como las verdaderas ministros y tstigos cristianos. La mujer anónima que señala a Jesús con una profética acción-símbolo [….] es el paradigma del verdadero discípulo. Mientras que Pedro había confesado, sin comprenderlo realmente, “Tú eres el ungido”, la mujer, ungiendo a Jesús, reconoce claramente que su mesianismo significa sufrimiento y muerte.10


De modo que aunque los autores masculinos de los textos dejaron en el anonimato a varias mujeres, el propio pasaje subraya la importancia de la acción de la mujer y así el paradigma femenino del seguimiento de Jesús es un hecho irrefutable porque, como comenta también Schüssler Fiorenza: “Mientras los autores pospaulinos intentan estabilizar la frágil situación social del discipulado de iguales insistiendo en la dominación patriarcal y en las estructuras de sumisión —y esto no sólo en relación con la casa sino también en relación con la Iglesia— los escritores del Evangelio se sitúan en el otro extremo de la ‘balanza’. Insisten en la conducta y el servicio altruistas como praxis y ethos apropiado del liderazgo cristiano”.11 Y eso es precisamente lo que hacen por su lado Marcos y Juan, pues ambos enfatizan el servicio y el amor como centro del ministerio de Jesús y exigencia principal del discipulado.

Marcos usa tres verbos para definir el discipulado femenino: le seguían en Galilea, le servían y “habían subido con él a Jerusalén” (15.41). En otras palabras, tomaron la cruz con y como él, aceptaron el riesgo de ser ejecutadas (8.34). Ellas verdaderamente abandonan todo y le siguen en el camino amargo y trágico de la cruz. Marcos presenta a las mujeres al pie de la cruz como los primeros testigos apostólicos más eminentes. Al final del evangelio, aparecen como ejemplos del discipulado sufriente y del verdadero liderazgo, no ligado al ejercicio del poder según la manera establecida. La comunidad cristiana pospascual “debe luchar para evitar el esquema de dominación y sumisión que caracteriza el entorno socio-cultural. Aquéllos que están más lejos del centro del poder religioso y político, los esclavos, los niños, los gentiles, las mujeres, se convierten en el paradigma del verdadero discípulo”.12


3. El mensaje de las mujeres a la Iglesia de todos los tiempos

Todos los evangelios mencionan a María Magdalena como la principal testigo de la resurrección: descubre la tumba vacía y es la primera en recibir una aparición del resucitado, por lo que es . doblemente apostola apostolorum (apóstola de los apóstoles). El cuarto evangelio la muestra llevando a Pedro y Juan al sepulcro y es enviada a anunciar las palabras de Jesús, aunque según Marcos no le creyeron hasta que se les apareció a otros, en una “cadena de incredulidad”. Al contrario de Mr 16.8, Juan dice que Magdalena les anuncia inequívocamente la aparición del Señor y, en contraste con Pablo, que afirma que Pedro fue quien lo vio primero. Además, ella es presentada como la discípula fiel desde tres puntos de vista: primero, porque Jesús le pregunta “¿A quién buscas?”; segundo, porque ella lo reconoce cuando él la llama por su nombre (reminiscencia del Buen Pastor del cap. 10); y tercero, porque su respuesta es la del verdadero discípulo al reconocerlo como maestro. Esto implica que María Magdalena legitima su discipulado, pero también su apostolado, esto es, “como modelo de autoridad para las comunidades joánicas”,13 en este caso, aunque por extensión puede extrapolarse al resto de los grupos cristianos. En ese sentido, Ivone Gebara ha reconocido cómo, a partir de la moda de El Código Da Vinci, la figura de Magdalena está de nuevo en el centro de la atención, aunque no debe olvidarse que el escándalo por dicha novela se aprovechó de la enorme ignorancia sobre los primeros siglos del cristianismo en el seno de las iglesias.14

A partir de esta perspectiva es que deben considerarse muy en serio las lecciones del discipulado femenino para la Iglesia de hoy. Al carácter inevitablemente plural de la Iglesia, las mujeres, con su presencia activa, estimulan y animan a las comunidades para no perder la razón de ser del seguimiento de Jesús, su validez como utopía posible y su compromiso con la construcción de una nueva humanidad. Lamentablemente, luego de 20 siglos de iglesia patriarcal, todavía parece subversivo este modo de ser comunidad cristiana.

Las mujeres desafían a la Iglesia a la inclusión, a la ternura, a renunciar a los paradigmas de poder patriarcal que poco hacen para colocar verdaderamente el amor y la justicia en el centro de todas las relaciones humanas.

Son muy aleccionadoras las palabras finales del libro citado de Elsa Tamez:

 

Se ha dicho que la actitud negativa frente a las mujeres obedece a la fuerte presión exterior de la cultura grecorromana, que veía en las casas-iglesia una célula subversiva. Por lo tanto, si seguían desafiando el orden patriarcal y los valores de la sociedad romana, las comunidades cristianas corrían el riesgo de desaparecer por completo. Por eso y por otras razones, había que tener un “patriarcalismo de amor”. Esta realidad, sin embargo, no justifica ningún tipo de opresión o marginación de miembro alguno de la comunidad cristiana. […

Esta resistencia de las mujeres a callase no ha parado hasta el día de hoy. Las mujeres cristianas sentimos que el espíritu de jesús y su movimiento sigue animando a sus seguidores, mujeres y hombres, dándoles fotaleza y sabiduría para que la comunidad de iguales lleve adelante el mensaje del Reino de Dios y, ala vez, la denuncia de todo aquello que oprime y excluye a las mujeres y a cualquier miembro de as comunidades.15


Después de todo, el bautismo nos unifica a todos y nos inicia en la participación en la Iglesia, con ordenación a algún ministerio o sin ella. El bautismo es una práctica cristiana igualitaria que define e identifica a la comunidad.

1 E. Drewermann, El mensaje de las mujeres. La ciencia del amor. Trad. de C. Gancho. Barcelona, Herder, 1996, p. 7. Énfasis agregado.

2 Ibid., p. 13.

3 Ibid., p. 14.

4 Ibid., p. 25.

5 Ibid., p. 52.

6 Ibid., p. 90.

7 Cf. E. Tamez, Las mujeres en el movimiento de Jesús, el Cristo. Quito, CLAI, 2003. En este libro, la autora cuenta la historia asumiendo la voz de Lidia, lideresa de la iglesia apostólica.

8 E. Schüssler Fiorenza, En memoria de ella. Una reconstrucción teológico-feminista de los orígenes del cristianismo. Trad. María Tabuyo. Bilbao, Desclée de Brouwer, 1989 (Iglesia y sociedad, 18), p. 15.

9 Ibid., p. 16.

10 Idem.

11 Ibid., p. 377.

12 Ibid., p. 386.

13 Ibid., p. 399.

14 Toni Longueira, “Dan Brown revisa el papel de la mujer en la tradición cristiana. Entrevista a Ivonne Gebara”, en La Voz de Galicia, 14 de diciembre de 2006. A pregunta expresa, Gebera respondió: “Pienso que su novela aporta datos históricos pero también imaginarios. La obra reflexiona sobre el patriarcalismo imperante en la Santa Sede. El Código Da Vinci tiene el mérito de revisar el rol de la mujer en la tradición cristiana antigua”.

15 E. Tamez, op. cit., pp. 122-123

Fuente: Lupaprotestante.com

IGUALDAD DE DERECHOS IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA LA MUJER… EN NUESTRA IGLESIA, ASÍ, LO DICEN LOS EVANGELIOS


marzo 7, 2010

Que hoy se siga cuestionado el por qué Jesús no cogió a mujeres para difundir el Evangelio, o como Discípulas… Es por lo menos un rasgo de miopía, ser cortos de vista, o simplemente “mentir” a los ojos de la Palabra.

Todo los Evangelio están lleno de hechos donde Jesús se relaciona con las mujeres, y donde él se religa a ellas por medio de las acciones de esta, y las propias.

La praxis con las que Jesús aborda cada encuentro, no son meras catequesis como ocurre en otros muchos temas, en ellas Jesús se deja aleccionar y aún más descubre por medio de sus palabras y actos que, ellas están más capacitadas para ese encuentro con Dios que los varones con los cuales se encuentran, inclusos aquellos que son hombres pertenecientes a la casa de Levi, o los Sumos sacerdotes.
No podemos olvidar, que el Evangelio Nace con una mujer mayor, estéril que engendra al precursor de Jesús, y una niña que estando embarazada y casi repudiada por aquella clase social y religiosa Camina hacía aquella ruta donde la otra mujer terminará la historia antigua de un pueblo y la relación de Dioss con él…

Ahora, esta niña nos hace VISIBLE y presente este Nuevo Camino, la nueva Historia de la Humanidad donde es Dios quién se Encarna dentro de ella para que seamos libre antes los arcaicos preceptos,  los primitivos arquetipos, y sobre todo  para que las simbologías con la que vamos a descubrir que no se necesita nada para sentirnos hijos e hijas de Dios, ni siquiera pertenecer a una religión, ser de un determinado pueblo, sin una decretada y establecida raza.

El sumo sacerdote del A.T ha quedado mudo ante la maternidad que nos habla que la mujer no es estéril para preconizar la Palabra, y lo que es más escandaloso aún… ¡Una niña! apenas una incipiente mujer de clase pobre y sin parentesco de alianza vetusta, es la que está capacitada para engendrar la nueva y única forma con la  que Dios quiere Sellar la Relación con la humanidad.

  • La Apóstola de los Samaritanos16 (Jn 4:1-42) .Seguirá esta actividades conjuntas de Jesús con nosotras, desde la Samaritana donde él se muestra con un género subversivo, un hombre dialogando con una mujer… Y es que  tanto Jesús como la Mujer Samaritana, entra en un plática escatológica, el Pozo es manantial de Agua Viva hoy y para nosotras, nos hace coparticipes del anuncio a todo un pueblo Samaría-todo el mundo, como signo de la divulgación nunca expuesta, hasta ese dialogo intercultural…
    Jesús, no Revela, que dentro de la búsqueda personal Dios no distingue hechos pasados, como a la vez decencia impuesta por los varones, que atentamente miraban recelosos todo cuanto sucedía entre la Samaritana y Jesús, siendo luego (como somos hoy) criticado por ellos, en la más estricta forma farisea
  • La suegra de Pedro. Iinterpretamos que una mujer que ha quedado sin herencia, sin hijos varones, por lo que la sociedad la anula como ejemplo de estar enferma, encastrada en una cama, inservible para un la comunidad… sin embargo Jesús saca de ese enclaustramiento a la suegra de Pedro y la restituye con todo lo honores de la dueña de la familia… Ella está limpia de prejuicios sin cimientos, se deja agasajar por una mujer sometida y perturbada sin que ella sepa el por qué, de ahí ese estado desconcertante de la fiebre. Cuando Jesús, quiere contradecir aquel modelo ostráscico, donde la mujer está representada por un sexo como único y valedor “signo reproductor” dice aquella famosa frase  ¡ Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan! (Lc 11,27-28).Es precisamente a una mujer, a la que corrige para dirigirle a un nuevo modelo para ellas… Para nada nos cosifica dentro de aquel modelo patriarcal y desnaturalizado, ellas están capacitadas para escuchar e interpretar un nuevo orden dentro de aquella sociedad abierta  prejuicios a todos.

Nuestras opciones de vida, no pasan por la genitalidad sino por la Sabiduría y el don de saber y gustar a Dios dentro de nuestra Vida; somos tejedoras y engendradoras de la Palabra, somos portadoras y Evangelizadoras, porque fuimos invitadas de primera manos. Estuvimos comiendo (sin testigos oculares de varón) con Jesús, se dejó acariciar por nuestras manos sanadoras, nos dejamos restituir sin miedo, siendo el eslabón donde Jesús vinculó la ternura de Dios  Madre y Padre.

  • La mujer sirofenicia, contiende con Jesús para que la liberación y la práctica del evangelio sea ecuménica y universal, no solo para un círculo elitista, por lo tanto como dice Schussler Fiorella es la “antigua madre apostólica” de los gentiles que acogieron el cristianismo. Ella y solo ella supo abrirle los ojos a Jesús sobre la no confinación del aquel SMS que iba proclamando, es más ella entro directamente contra los prejuicios que Jesús  tenía ante aquello que no eran de su cultura, y religión “No está bien quitarle el pan a los hijos para echárselo a los perrillos” (Mc 7, 24-31; Mt 15,26-28), ante la contra directa de ella “también los perrillos comen bajo la mesa migajas de sus amos” solo le queda aceptar que Dios es Universal, capacitándole y evangelizándole para aquella labor de Salvación ecuménica, desde un desconocimiento teológico, pero no de una restauración amorosa a la salud y a la vida en todos su contenido.
  • María de Magdala, anuncio de la Buena Nueva, al hablar de mujeres en misión, la primera en recibir la experiencia del Resucitado y su encargo: . Ella es testigo fiel de la enseñanza, la vida, muerte y resurrección de Jesús ¡Id y decid! (Jn 20,17)”María de Magdala y otras mujeres se le ha revelado todo Misterio sobre el  Reino, la el amor de estas mujeres son fieles hasta más allá de la tumba, y la muerte.María, la de Santiago, la de Joset,  Salomé… todas ellas, eran mujeres disponible y atentas, caminaban junto a Jesús. María de Magdala guardó en su corazón todo lo visto y oído, y le confesó como como su maestro “Rabbuní”. Aquel Kerigma apostólicos conducente a los apóstoles iba de manos de una mujer, Hch 1:21-22)(Auque hoy día, para los Ortodoxos  María de Magdala es “apóstol de los apóstoles”, para los católicos sigue siendo “la pecadora prostituta y arrepentida”)
  • La ungidora María la de Betanía y su perfume (Mc 14:3-9). Ella considerada pecadora por una sociedad machista, irrumpe vestida con una túnica y con su pelo al descubierto (signo de mujer pecadora) y cayéndole como un fiel manto de estrellas, no necesita que nadie diga donde está el Maestro, se arrodilla a sus pies, y los lava con su lágrimas, ante nadie más pidio disculpa, solo ante Jesús ella se dispone a  destapa el frasco de Nardo para ungirle en vida… no hay censura ante este hecho de parte de Jesús sino acogimiento, esperanza y benevolencia para ella, ante la actitud de ella.El hecho provocador por los varones, por ser un gasto innecesario, nos propone donde está el presupuesto de la caridad de los que acompañan a Jesús.

EL absolutismo histórico, marca este acto de amor y recogimiento de la mujer ante aquel que ella proclama como único juez y dueño, es en este profético acto donde ella gasta hasta el último centavo que le queda de su anterior vida. La Buena Nueva ha sido proclamada desde aquellos cabellos derramados ante él, hasta sus últimas lagrimas, y ese frasco quebrado traspasado signo de su propia alma, en total disponibilidad en la Buena Nueva.

Ivonne Gebara manifiesta que “este pasaje es un momento preñado de futuro…”

Las mujeres discípulas ¿economía sumergida? para el Reinado de Dios? (Lc 8,1-3)

Comunidad de discípulos y apóstoles a las mujeres.  Recorrió a continuación ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los doce y algunas mujeres que había aliviadas, restituidas  (espíritus malignos) y empoderadas María,de Magdala,Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes, Susana… se han olvidado a otras muchas que servían con sus asistencias personales y económicas (Lc 8:1)
Porque ellas, se desprendieron de todo yugo saliendo a recorrer junto a él cada pueblo, o nación, sirviendo sin miedo a toda la representación que como mujer tenían y siendo las autenticas testigas  y discípulas.
Dando un portazo a todo desprecio, o descrédito, que ha quedado plasmado en los mismo textos, y que tuviesen que pasar por ser enfermas y curadas de siete o veinte demonios o de la lepra.
Ellas seguían aunque fuese de lejos y nunca sintieron la necesidad de ponerse delante del maestro, como si hiciera Pedro, o tener un lugar a la derecha de Dios, como así pidiera otros discípulos. Tenían ya recuperada toda credibilidad y autoestima, Jesús, las liberó del repudio social, y el enclaustramiento hogareño.

Maria Luisa Prudencio Morales

Fuente: Blog MadredeDios

NICARAGUA: Profanada la iglesia San Agustín y atentado a los fieles


Nicaragua: Sacrilegio en Managu
MANAGUA, viernes 17 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El próximo 18 de junio tendrá lugar, en la catedral de Managua, un acto de desagravio por el atentado sacrílego perpetrado por delincuentes contra la iglesia de San Agustín de la capital nicaragüense. Los obispos han instado a la sociedad nicaragüense y las autoridades a luchar contra la delincuencia que azota al país.

Personas desconocidas robaron una custodia del Santísimo en la iglesia San Agustín, en Managua, y pertenencias del sacerdote de ese templo, el italiano Benito Pitito, denunció el miércoles 15 de junio la archidiócesis de la capital nicaragüense.

El arzobispo de Managua, monseñor Leopoldo Brenes, dijo que los ladrones irrumpieron en el lugar de oración en la madrugada de ese día y tras amenazar a personas que se encontraban orando, se llevaron la custodia del Santísimo.

Monseñor Brenes indicó que la custodia del Santísimo no era de oro, aunque sí estaba “bañada en color dorado”.

Los atracadores también se llevaron un anillo, un teléfono móvil y una cantidad de dinero, que no se precisó, del sacerdote de ese templo, el italiano Benito Pitito, añadió.

No es la primera vez que, en Nicaragua, se roban teléfonos móviles a sacerdotes, una circunstancia que, dada la situación política del país, resulta inquietante.

Aseguró que los asaltantes, además de “ofender la fe católica”, pusieron en peligro la vida del grupo de personas que se encontraba orando en la iglesia.

La Policía Nacional aún no ha emitido ningún informe oficial sobre el suceso.

El arzobispo de Managua, el obispo auxiliar y vicario general monseñor Silvio Báez, y el clero archidiocesano, expresaron en un comunicado que “lamentan y condenan los hechos deplorables y sacrílegos en contra del Santísimo Sacramento (cc 1367 y 13 76 del Código de Derecho Canónico) perpetrados  por delincuentes la madrugada del martes catorce de junio en la parroquia San Agustín ubicada en Altamira de esta ciudad capital”.

El comunicadofue hecho llegar a ZENIT por Karla Taboada, de la Oficina de Prensa de la archidiócesis de Managua

Hechos que –añade el comunicado, dado el 15 de junio–, “también atentaron contra la integridad de los fieles que realizaban la loable acción de orar en la capilla de adoración perpetua a Jesús Sacramentado e incluso pusieron en riesgo la vida de monseñor Benito Pititto pastor y guía de esa comunidad parroquial”.

La archidiócesis pide “a las autoridades policiales poner todos sus bueno oficios de investigación, que lleven a la captura de quienes perturban la seguridad ciudadana, en particular en este caso”.

Manifiesta su “cercanía con los fieles de esa amada parroquia” e invita a sus feligreses “a ofrecer oraciones y actos de reparación a Jesús Sacramentado y continuar orando en todo tiempo ‘con y al estilo de María en el Magnificat’, descubriéndonos ‘amados por Dios’, viviendo ‘con alegría y esperanza’, colaborando con sabiduría para construir un país más humano y desarrollado, más justo y pacífico”.

El Movimiento de Oración por los Sacerdotes y Religiosos (MOSAYRE), por su parte,  expresa su “dolor ante profanación y sacrilegio contra el Santísimo Sacramento ocurrido la madrugada del martes 14 de junio” y “reafirma el compromiso de sus miembros en la oración que nos une como Iglesia”.

Así mismo, el comunicado firmado por el sacerdote Guillermo A. Majewsky, asesor archidiocesano, se solidariza con el arzobispo, obispo auxiliar y párroco de la iglesia profanada.

Invita a la asamblea de adoración y reparación en desagravio al Santísimo Sacramento el próximo sábado 18 de junio, a partir de las 9 a.m. en la catedral de Managua.

La Iglesia católica llamó este jueves a las autoridades a “ser más beligerantes” contra la delincuencia y también instó a la ciudadanía a “tener cuidado”, ante los últimos hechos de violencia registrados en la capital, incluyendo el robo en la iglesia de San Agustín.

“Es triste ver que ayer en ese autobús iba gente tranquila a su trabajo y de repente entra un delincuente… Desgraciadamente murió un asaltante, eso no lo deseamos, porque es un ciudadano. Es mejor que pague una pena en una cárcel y no que se le quite la vida”, declaró a Canal 12, monseñor Leopoldo Brenes.

“Pero también la gente se arriesgó –añadió–. El chófer, un hombre que anda trabajando, ganándose el pan nuestro de cada día, también fue herido”.

El arzobispo recomendó “trabajar por una sociedad que defienda los valores, respete la vida. Porque atentar contra la vida es no tener los conceptos grandes de ese respeto hacia la vida, que solamente nos la da Dios y es el único que está capacitado para quitárnosla”.

Por Nieves San Martín

Fuente: Zenit.org

¿No hay cura rojo? No hay misa


Los fieles de un pueblo de Ourense plantan en la iglesia al vicario que sustituye a un colega represaliado – El obispado le apartó por ser concejal del PSOE

CRISTINA HUETE – Ourense – 20/06/2011

El vicario general de la Diócesis de Ourense aguantó ayer como pudo el plantón de más de 150 feligreses de las cuatro parroquias del municipio de Piñor (1.500 habitantes) que tiene a su cargo el «cura rojo» Antonio Fernández Blanco, a quien el obispado obligó a renunciar a su acta de concejal del PSOE, ganada en el municipio de A Gudiña, si quería mantener su actividad pastoral. Fernández renunció a ella el miércoles pasado, pero el obispado le mantiene la suspensión. Los feligreses se plantaron y ayer no fueron a misa de domingo.

Algunos párrocos del PP sí pudieron ser ediles en pueblos de Galicia

«¿A qué vino usted aquí? ¿Por qué echan a don Antonio?», espetaron los feligreses al anciano vicario que se disponía a decir misa en la primera parroquia de Piñor (Carballeda) en sustitución del cura represaliado. «Nunca hizo campaña ni desde el púlpito ni fuera, ayuda a los más pobres pese a que el obispado lo persigue, y desde que está aquí viene más gente a la iglesia», contaban los vecinos de su párroco, de 36 años, seguidor de la Teología de la Liberación.

«Desde que llegó no han hecho más que perseguirlo», asegura su sacristán, Etelvino Lourenzo, y corroboran los fieles de Piñor. Sus antiguos feligreses de A Gudiña, a 180 kilómetros de Piñor, cuentan la misma historia de «persecución política» del sacerdote. «Hasta que lo echaron, no pararon; el PP se empleó», señala el portavoz socialista en A Gudiña, Miguel Rodríguez.

Fernández llegó desterrado de A Gudiña a la casa rectoral de Carballeda (Piñor) en octubre de 2009. Pero no pudo quedarse en ella: era una ruina. El obispado le dijo que ya la arreglaría. Dos años después, crece el musgo en la rectoral y el párroco mantiene su residencia en A Gudiña. Aunque el resto de curas de la provincia perciben dietas por kilometraje, él paga sus 180 kilómetros y la pensión de jueves a domingo en Piñor.

El obispado tampoco le ha dado residencia al cura rojo de O Carballiño (municipio de la provincia de 14.000 habitantes), Emilio Viéitez, de la misma edad que Fernández. «Me dijeron que no estaba en comunión con la Iglesia», explica para precisar que solo dan alojamiento «a los adeptos al régimen».

Viéitez asegura que cuando la jerarquía eclesiástica ataca a su compañero también le atacan a él. Y señala con el dedo acusador al presidente de la Diputación -el barón del PP José Luis Baltar- que «coloca en puestos muy bien pagados» a los curas «que piden el voto para ese partido».

Es de recordar al fallecido párroco de Tamaguelos, en Verín, que mantenía una estrecha vinculación con Manuel Fraga y tuvo que responder judicialmente por adjudicarirregularmente obras de la Xunta. Mientras tanto, daba clases de religión y mantenía las parroquias. Y hubo sacerdotes que fueron concejales del PP en otros Ayuntamientos de la provincia.

Dicen los feligreses que el cura rojo de Piñor no ha hecho política en el púlpito: «Si hacer política es pedir el voto, no lo hizo jamás. Pero él sí que cree en Dios. Los otros hablan de Dios y no creen en él», sentencia una de sus feligresas. A su lado, otro vecino completa la descripción: «Los otros tienen la sotana hasta los tobillos y los bolsillos hasta la rodilla; ya me entiende». Los vecinos han amenazado con no volver a la iglesia hasta que no retornen al cura y han recogido firmas de feligreses de todas las ideologías.

Antonio Fernández es un cura atípico: anima a los fieles a «aprender y a que nadie piense por ellos». En sus homilías, ataca a los poderosos. El año pasado reprobó desde el púlpito el «excesivo gasto» de la visita del Papa a Galicia. Los vecinos escuchan en misa la Salve Rociera de Rocío Jurado, Un millón de amigos, de Roberto Carlos, y canciones de Perales. Y les ha cambiado el tradicional ministerio de la confesión por uno colectivo: «Todos nos arrepentimos, pedimos perdón y cada uno se pone su penitencia». La de Fernández es constante: «Lo machacan porque es el cura de los pobres, pero el señor obispo nunca vino aquí», dicen los vecinos.

 

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/hay/cura/rojo/hay/misa/elpepusoc/20110620elpepisoc_6/Tes

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