Estamos en los últimos días del Tiempo de Adviento del año 2011 y, nuestra Esperanza se hace más intensa, más ansiosa. Después de muchos meses de oración y de súplica de luces al Espíritu Santo, finalmente tenemos algo especial para ofrecer al Niño Dios que volverá a nuestros corazones en la noche del día 24, vísperas de Navidad: la que llamamos «
Agrupación Betania en Colores«.
¿Quiénes son?
«Betania en Colores» está formado por un grupo de creyentes cristianos, religiosas y religiosos en su mayor parte, que deseando permanecer fieles a su vocación específica, se encuentran además con el handicap de experimentar una inclinación homo-afectiva-sexual. Esta inclinación, que durante mucho tiempo ha sido motivo de vergüenza, negación, arrepentimiento mal encauzado, frustación y, finalmente autonegación, les impedía profundizar en su tarea y misión contemplativa, por un lado, y por otro, entorpecía su vocación a la caridad fraternal por sentirse estigmatizados. Gracias al Espíritu Santo, están comprendiendo que esa peculiar inclinación afectiva-sexual es, lejos de un error, pecado o «cruz», un regalo de Dios que conforma una personalidad, una forma de ser, una sensibilidad y que, profundizando en ella, puede llevarles, no sólo a dar sentido a su propia vocación, sino a fortalecerla y, sobre todo, a ser sinceros con nuestro Padre Dios y con nuestros hermanos, los hombres y mujeres.
¿Cómo son?
Por el momento «Betania en Colores» está integrado por un pequeño grupo de mujeres y hombres que provienen de diferentes órdenes religiosas. Hay un seglar integrado en una determinada Orden Terciaria y un ex-miembro de una prelatura personal. Cuentan además con el apoyo de un sacerdote que les presta su acompañamiento espiritual y preside las celebraciones eucarísticas. Están trabajando para darse a conocer y, gracias a Internet, aunar a los que viven en otras ciudades o en comunidades de clausura.
Dada la novedad de este espíritu ¿o carisma?, que les está sorprendiendo a ellos mismos, son íntimamente discretos a la espera de lo que el Espíritu Santo les vaya pidiendo. Por ello, no hacen apostolado público entre asociaciones LGTB o en las iglesias cristianas. Confían que será el Espíritu quién les marque el camino y quién atraiga a esta Agrupación a quién deba ser llamado a la misma.
¿Qué hacen?
Participan en dos momentos fuertes semanales. Una oración comunitaria los miércoles por la tarde, en la que rezan la Liturgia de las Horas -Vísperas-, entonan himnos y cantos inspirados y elevan a Dios todas las intenciones relacionadas, especialmente, con el mundo homosexual, la controvertida cuestión de «cristianismo y homosexualidad», así como todas aquellas noticias que les consten de homofobia y violencia por razón de género. Ellas y ellos, curtidos en la meditación, y con vocación ascética, bien saben que la oración es el arma más poderoso y eficaz con que cuentan para aportar su grano de arena en el desarrollo y defensa de los Derechos Humanos y en la extensión del Evangelio (= Buena Noticia) a todos los Pueblos. La oración es seguida de una cena fraterna que les permite compartir además sus dificultades cotidianas, ilusíones y situaciones humanas. Esta primera actividad tiene lugar, por el momento, en un piso céntrico de Madrid que uno de los promotores de esta Agrupación, y único laico por el momento, ha puesto a su disposición.
El segundo momento fuerte, es la celebración semanal de la Santa Eucaristía, los sábados por la mañana, en una determinada pequeña iglesia de nuestra ciudad. Precedida del rezo común de «Laudes» y seguida de un rato de Accíón de Gracias, culminan con un desayuno fraterno antes de regresar, cada una y cada uno, a sus comunidades para seguir con sus tareas cotidianas.
De forma continua, y dada su vocación contemplativa, tienen presente el resto de la semana en su oración habitual, y en la presencia de Dios, a toda la Agrupación sabiendo que es la Comunión de los Santos la que los une en el amor, así como al resto de religiosos de todo el mundo que comparte su espíritu.
¿Por qué «agrupación»?
Porque no están interesados en fundar ningún movimiento, orden o asociación distinta o, cuanto menos, porque no es eso lo que les pide el Espíritu Santo. Cada una y cada uno ya tiene una vocación específica: unos, la de franciscanos, otros la de jesuitas, otras, misioneras de la caridad, otros, carmelitas, alguno busca la «santidad en medio del mundo» como laico, otra, forma parte de una orden terciaria…. Eso es lo que Dios les pidió en un momento determinado de sus vidas. Sin embargo, amparándose en un elemental derecho de asociación, se agrupan y reúnen periódicamente para apoyarse mutuamente, conocerse, enriquecerse unos con la trayectoria de los otros y, sobre todo, tener unos momentos fuertes de oración comunitaria enfocada a un aspecto personal que necesitan poner ante los ojos de Dios y que no tendrían ocasión en sus comunidades de origen: el regalo que Dios les hizo de su inclinación homo-afectiva-sexual.
Por otro lado, no consideran conveniente erigirse en Asociación civil o Asociación LGTB, porque su camino no es el de las reivindicaciones. Podrían, sin ningún tipo de remilgo, participar en la manifestación del Orgullo Gay, pero consideran que pueden hacer mucho, infinitamente mucho más por los Derechos LGTB, rezando.
¿Por qué no se integran en asociaciones LGTB-Cristianas?
Respetando otras opiniones, los miembros de «Betania en Colores» entienden que su peculiar vocación contemplativa les hace más eficaces moviéndose entre religiosas y religiosos, con contadas excepciones como la de algún sacerdote y algún laico. Comprenden y rezan por los laicos homosexuales cristianos (o bi o trans-sexuales) pero asumen que el trabajo conjunto no sería posible. Por otro lado, en «Betania en Colores» no les interesa el debate de ideas, opiniones o cuestiones de moral que, les consta, empozoña a tantas asociaciones lgtb llegando, incluso, a la desunión o al insulto. En «Betania en Colores» aman a todos sus hermanos, los hombres y mujeres, sean quienes sean, y con las vicisitudes que sean. Lo mismo aman y rezan por un Obispo, que por una mujer que se ha visto abocada a abortar, que por un cristiano de misa diaria, que por un chapero, que por una prostituta, que por un homosexual que, en su soledad, frecuenta un cuarto oscuro. Aman y hacen lo que quieren. Pero, principalmente, aman y rezan.
¿Y el nombre?
Les consta que el nombre «Betania en colores» es, cuanto menos, ridículo, pero con él no pueden por lo menos que sonreir con el fino humor que Santa Teresa de Jesús inculcó a sus Hijas. Betania era una aldea en la que Jesús tenía buenos amigos, donde se sentía acogido, donde descansaba. En cuanto a los colores, queremos recordar, por un lado, la bandera de la paz, y por otro la del «orgullo LGTB».
¿Y si el lector de esta página se sintiera llamado a participar?
En Betania en Colores no hacen ningún tipo de proselitismo ni les interesa ninguna publicidad. Por otro lado, y por motivos evidentes, trabajan con cierta discreción. Si eres religiosa o religioso y tu condición personal es de tipo homo-afectiva-sexual y te interesara conocer mejor esta Agrupación, te sugieren que, primero lo lleves a la oración durante cierto tiempo y, si condideras que el Espíritu te sigue pidiendo acercarte a ellos, te pongas en contacto, ten paciencia y recuerda que el Tiempo está en una varilla. Nada urge. Nada te turbe. Nada te espante. Sólo Dios basta. Por el momento, y hasta que contemos con otra organización, puedes escribirnos aquí, y te responderemos lo antes posible.
http://victorflyte.blogspot.com/
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