CELEBRACIÓN COMUNITARIA DOMINGO DE RAMOS «EL BUEN PASTOR»


 Carta de agradecimiento

de izquierda a derecha
co-pastores: Judy Beaumont y Lee Judy
con la Comunidad del Buen Pastor Domingo de Ramos
Co-Pastor: Judy Beaumont

«Fue un gran placer unirme a la comunidad del Buen Pastor para celebrar la Eucaristía el domingo pasado. Esta fue la Eucaristía como creo que estaba destinado a ser. En una casa. En un barrio. Con la gente que llegan a un Mercedes, un Escalade, en bicicletas y caminar. Una vez dentro, no importa quiénes somos ni cómo llegamos allí. Fuimos uno. Como  sacerdote activo durante 12 años antes de casarse hace 15 años,  agradece especialmente la sensibilidad tanto de ustedes han tenido hacia el lenguaje incluyente , el uso de la canción comunitaria, la atención a los niños y la invitación a todos para la comunión. También fue sorprendente que la iglesia luterana local preparó la comida para la cena que siguió. Creo que esta es la iglesia que Jesús pretendía. Gracias por compartirlo y todo lo mejor a medida que continúe sus ministerios «.
Willy VanKlooster
http://bridgetmarys.blogspot.com/2012/04/good-shepherd-community-celebration-of.html#more

CHINA: Dos años después se sabe que el abogado cristiano Gao Zhisheng sigue vivo


«La conciencia de China»

Dos años después se sabe que el abogado cristiano Gao Zhisheng sigue vivo

Una imagen previa a su desaparición
Defensor de los derechos humanos, fue detenido, torturado, y no se sabía nada de él desde 2010.

04 DE ABRIL DE 2012, CHINA

 Las autoridades chinas han permitido que Gao Zhisheng, un conocido abogado defensor de los Derechos Humanos que estaba encarcelado en un lugar secreto, recibiera una visita de su familia el pasado fin de semana, según ha informado su esposa este miércoles. Es la primera vez que lo ven desde hace casi dos años.

El abogado  es cristiano, y ha sido varias veces candidato al Premio Nobel de la Paz .

El caso de Gao, criticado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU,  ha generado una gran tensión en las relaciones entre China y Estados Unidos . Washington ha tratado este asunto con Pekín y el Departamento de Estado ha pedido repetidamente al Gobierno chino que informase sobre su paradero y le liberase.

Geng He, esposa de Gao, ha declarado por teléfono a la agencia Reuters que su marido su reunió con su hermano mayor, Gao Zhiyi, y con el padre de ella el pasado sábado en una cárcel del condado de Shaya, en la región occidental de Xinjiang. Geng He, que vive en California (Estados Unidos) con sus hijos, ha indicado que su cuñado apreció que Gao Zhisheng estaba algo pálido aunque su estado físico era bueno.

 Durante la visita, que estuvo supervisada y duró unos 30 minutos, Gao no tuvo la oportunidad de decir dónde ha estado retenido durante los últimos dos años ni de contar cómo le han tratado en prisión .

 LA CONCIENCIA DE CHINA
 Gao es conocido como la «conciencia de China» por su trabajo legal en defensa de los pobres, las minorías religiosas y las víctimas de violaciones de derechos humanos. Terminó en una cámara de tortura en algún lugar cerca de Beijing debido a su investigación sobre la tortura a practicantes de Falun Gong .

Gao había publicado en 2004 una carta abierta al Congreso Nacional Popular pidiendo al Estado que tratara a los practicantes en base a la ley. Continuó en 2005 con dos cartas abiertas dirigidas al jefe del Partido Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao pidiendo poner fin a la persecución.

Gao fue condenado a tres años de prisión en diciembre de 2006, pero fue luego liberado con cinco años de libertad condicional. Estando en libertad, Gao soportó constantes abusos y secuestros ocasionales. En septiembre de 2007, justo antes de ser de nuevo secuestrado y esta vez torturado, había escrito una carta abierta al Congreso de Estados Unidos pidiendo también el fin de la persecución a Falun Gong. En septiembre de 2007, sus torturadores lo culparon particularmente por haber escrito esa carta.

 No se sabía nada de él desde marzo de 2010 y se temía que estuviera muerto, algo que ya ha ocurrido con otros prisioneros en China.

Fuentes: Europa Press

© Protestante Digital 2012

Creative Commons

Lista de sitios de Iglesias y religiones


Página de servicio actualizada el 3 de abril del 2012. Con dos novedades: «Doctrina fidei» con todos los documentos de la congregación para la doctrina de la fe, y CCEO, el código canónico de las Iglesias orientales

> La Biblia. Texto e hipertexto de las Sagradas Escrituras hebreo-cristianas.

> Nova Vulgata. La Biblia en latin, en la versión oficial revisada en base a la traducción de San Jerónimo.

> Documenta Catholica Omnia. Una mina de 20.000 textos de Papas, concilios, padres, doctores de la Iglesia. En original y traducidos.

> Santa Sede. El sitio web oficial del Papa y de la curia. Noticias, discursos, viajes, documentos.

> Doctrina fidei. Tutti i documenti della congregazione per la dottrina della fede

> Ciudad del Vaticano. Lo que es hoy el estado pontificio. Instituciones, servicios, monumentos.

Museos Vaticanos. Visitas, exposiciones, eventos.

> Diócesis y obispos. El quien es quien de la jerarquía católica en el mundo. Cuidado por David M. Cheney, en inglés.

> Cardinales. El quién es quién de los purpurados a partir del 492. Bajo la dirección de Salvador Miranda, en inglés.

> Catecismo de la Iglesia Católica. La edición integral del Catecismo.

> Catecismo de la Iglesia Católica. Compendio. La edición breve, en preguntas y respuestas.

> Código de Derecho Canónico. Las leyes que regulan la Iglesia católica latina.

> CCEO. Il codice che regola le Chiese cattoliche di rito orientale.

> Documentos del Concilio Vaticano II. Las constituciones, las declaraciones, los decretos de la gran asamblea.

> The Pew Forum on Religion & Public Life. Las más actualizadas investigaciones sobre el rol público de las religiones. Desde Washington, director Luis Lugo.

> Ayuda à la Iglesia necesitada. Organización fundada por el P. Werenfried van Straaten. Con un reportaje anual sobre las libertades religiosas, estado por estado.

> Caritas Internationalis. Red de trabajo de organizaciones católicas de ayuda a la pobreza, en más de 200 países

> América Latina. Portal de la Iglesia católica del sub-continente.

> American Religion Data. Estadísticas sobre la fe en los Estados Unidos de América.

> USCCB. La conferencia episcopal de los Estados Unidos.

> Ethics and Public Policy Center. El grupo de pensadores de George Weigel.

> Acton Institute for the Study of Religion & Liberty. El grupo de pensadores del p. Robert A. Sirico, en España.

> CEI. La conferencia episcopal italiana.

> Proyecto cultural. Para un encuentro entre cristianismo y modernidad. Ideado por el cardenal Camillo Ruini.

> Comunión y Liberación. Sitio web internacional del movimiento fundado por don Luigi Giussani.

> Opus Dei. Sito web oficial de los seguidores de Escrivá de Balaguer.

> Orden de Malta. Sitio oficial de la Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.

> Legionarios de Cristo. El movimiento fundado por el p. Marcial Maciel.

> Focolares. El movimiento fundado por Chiara Lubich.

> Neocatecumenales. El Camino fundado por Kiko Argüello y Carmen Hernández.

> Sant’Egidio. La comunidad dirigida por Andrea Riccardi.

> Carismáticos. Sitio web español del movimiento carismático católico.

> Dominicanos. La orden de los predicadores.

> Somos Iglesia. Movimiento internacional para los sacerdotes casados, las mujeres sacerdotes, etc.

> Fraternité Sacerdotale Saint-Pie X. Los seguidores del obispo Marcel Lefebvre.

> Instituto Mater Boni Consilii. Sodalicio de los sedevacantistas fundados por el padre M.-L. Guérard des Lauriers.

> Lourdes. Sitio oficial de Lourdes.

> Vailankanni. La Lourdes de la India.

> Consejo Ecuménico de las Iglesias. Forum de las Iglesias cristianas protestantes y ortodoxas.

> Patriarcado ecuménico. El patriarcado de Constantinopla.

> Patriarcado de Moscú. Noticias y documentos de la Iglesia ortodoxa rusa.

> Monte Athos. La montaña sagrada de la Iglesia ortodoxa.

> Coptos. La Iglesia copta de Egipto.

> Federación luterana mundial. Las Iglesias nacidas de Lutero.

> Alianza reformada mundial. Las Iglesias de impronta calvinista.

> Anglican Communion. El sito web oficial de la Iglesia anglicana.

> Alianza bautista mundial. La unión de las Iglesias bautistas.

> Alianza Metodista mundial. Conjunto de las Iglesias metodistas.

> Cuáqueros. La Sociedad de los Amigos, en Italia y en el mundo.

> Mormones. O más exactamente, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

> Testigos de Jehová. Sitio web de información oficial de los Testigos.

> Hebraísmo. Repertorio de links sobre el hebraísmo en el mundo.

> Torah. La Biblia hebrea. Texto y comentario de los cinco libros de Moisés.

> Custodia de Tierra Santa. Sitio oficial de los lugares cristianos de Jerusalén y del Medio Oriente.

> Corán. El libro sagrado del Islam.

> Musulmanes ismaelitas. El sitio web del Aga Khan Network.

> Dalai Lama. Sito oficial del budismo tibetano.

> Falun Dafa. Movimiento espiritual nacido en China, con millones de seguidores.

> CESNUR. Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones, dirigido por Massimo Introvigne.
Fuente: http://chiesa.espresso.repubblica.it/chiesa_web?sp=y

Diario Vaticano / El Santo Oficio al alcance del mouse


Basta un clic para acceder a todos los documentos de la congregación para la doctrina de la fe, desde 1965 hasta hoy. El más antiguo de la serie, del cardenal Ottaviani, parece escrito a la medida para la actual discusión con los lefebvrianos

por ***

CIUDAD DEL VATICANO, 2 de abril del 2012 –  Desde hace un par de semanas los documentos vaticanos referentes a la doctrina católica son más fácilmente accesibles en todos los principales idiomas del mundo.

En efecto, el 16 de marzo, la congregación para la doctrina de la fe, CDF, manteniendo los documentos en el sito web oficial de la Santa Sede, para facilitar la consulta de los mismos, ha abierto una nueva página:

> Congregación para la doctrina de la fe

En ella se pueden leer todos los pronunciamientos postconciliares de la congregación. En práctica todos los emanados después de que cambió de nombre – con el motu proprio del 7 de diciembre de 1965 «Integrae Servandae» de Pablo VI – de congregación del Santo Oficio, precisamente, a congregación para la doctrina de la fe.

Para una consulta más fácil, los link a los documentos se ofrecen no sólo en una lista general, sino también en tres listas temáticas: los de naturaleza doctrinal (74 documentos), los de naturaleza disciplinar (33) y los referentes a los sacramentos (39).

Los principales documentos están presentes en ocho idiomas: además de la versión latina, también en italiano, inglés, francés, español, portugués, alemán y polaco, y algunas veces también húngaro, eslovaco, checo y holandés.

Una nota publicada por la CDF el 16 de marzo explica que «se está procediendo a completar la recolección de las traducciones» y que «ya actualmente se ofrece cada documento en la lengua original y en algunas traducciones». Sólo en 7 de 146 documentos – todos de menor relevancia y anteriores a 1981 – no se ofrece por ahora el texto en formato electrónico sino sólo la indicación bibliográfica.

En la nueva página web se encuentran también informaciones actualizadas sobre las publicaciones de la serie «Documentos y Estudios» que publica los más importantes documentos del dicasterio «ilustrados por comentarios de algunos teólogos autorizados».

Además se ofrecen noticias acerca de los volúmenes con las actas de los simposios promovidos por la congregación y se ponen a disposición discursos e intervenciones de los últimos dos prefectos de la congregación: el cardenal William J. Levada, que la guía desde el 2005, y el entonces cardenal Joseph Ratzinger que fue prefecto durante los 23 años anteriores.

Con este esfuerzo divulgativo – explica la nota – «la congregación quiere llegar a un siempre más amplio círculo de destinatarios de todas partes del mundo».

En cuanto al valor de los documentos, la nota subraya que «los documentos de la CDF aprobados expresamente por el Santo Padre participan del magisterio ordinario del sucesor de Pedro (cfr. Instrucción ‘Donum veritatis’ sobre la vocación eclesial del teólogo, 24 de mayo de 1990, n. 18). Ello explica la importancia de una acogida atenta de tales pronunciamientos de parte de los fieles y especialmente de aquellos que están comprometidos, a nombre de la Iglesia, en el ámbito teológico y pastoral».

La nota insiste finalmente en que «en el mundo de hoy» resulta «necesaria una más amplia difusión de las enseñanzas del dicasterio», ya que «sobre todo los documentos emanados del tiempo del Concilio Vaticano II hasta ahora tratan cuestiones importantes para la vida y la misión de la Iglesia, ofreciendo respuestas doctrinales seguras a los desafíos que tenemos enfrente».

*

Ya hace cinco años la congregación para la doctrina de la fe había publicado una imponente recolección impresa de 105 documentos suyos: Congregatio pro Doctrina Fidei, «Documenta inde a Concilio Vaticano secundo expleto edita (1966-2005)», Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano, 2007, pp. 672.

Pero no todos esos documentos eran producidos por la CDF, y eran reproducidos exclusivamente en la lengua original en la que habían sido redactados.

Las primeras 200 páginas de aquel volumen recogían los documentos emitidos por la congregación cuando fueron prefectos de ella los cardenales Alfredo Ottaviani, que se retiró en 1968, e Franjo Seper, en el cargo hasta el 1981.

Las siguientes 400 páginas contenían en cambio los textos de cuando fue prefecto de la congregación el entonces cardenal Ratzinger.

Hoy en la lista de documentos reportados en la nueva página web aparecen otros veinte emanados durante el periodo cubierto por el volumen, más otros 16 publicados después, en la práctica desde cuando Ratzinger se convirtió en Papa y como prefecto lo sucedió el cardenal Levada.

Contrariamente a cuanto se puede pensar, sólo una parte menor de las intervenciones de la congregación se refiere a las obras de teología en conflicto con el magisterio de la Iglesia. En más de 46 años han sido objeto de pronunciamientos – de diverso tenor – textos de los siguientes dieciocho autores: Hans Küng (en 1975 y 1979), Jacques Pohier (1979), Anthony Kosnik (1979), Edward Schillebeeckx (1980, 1984, 1985), Leonardo Boff (1985), Charles Curran (1986), Gyorgy Bulanyi (1986), André Guindon (1986), Vassula Ryden (1995), Tissa Balasuriya (1997), Anthony de Mello (1998), Jeannine Gramick y Robert Nugent (1999), Reinhard Messner (2000), Jacques Dupuis (2001), Marciano Vidal (2001), Roger Haight (2004), Jon Sobrino (2006).

Seguramente los que más han caracterizado el trabajo de la congregación en la era Ratzinger/Benedicto XVI han sido los siguientes documentos:

– las dos instrucciones sobre la teología de la liberación de 1984 y 1986;
– la instrucción «Donum Vitae» de 1987 sobre la vida naciente y la procreación, actualizada en el 2008 con la “Dignitas personae”;
– la instrucción «Donum Veritatis» de 1990, sobre la relación entre teólogos y magisterio;
– la carta «Communionis Notio» de 1992, sobre la relación entre Iglesia universal y iglesias locales;
– la declaración «Dominus Iesus» del 2000 sobre el cristianismo respecto a las otras religiones;
– la nota doctrinal sobre los católicos en la vida política del 2002;
– la nota del 2003 sobre la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo;
– la carta del 2004 sobre la mujer.

Sin contar las normas sobre los «delicta graviora» promulgada en el 2001 y publicadas en «editio typica» actualizada en el 2010.

*

Curiosamente, la nota con la que la CDF presentó su nueva página web ha sido emitida precisamente el mismo día en el que los vértices del ex Santo Oficio tuvieron un delicado e importante encuentro con el obispo Bernard Fellay, superior de la lefebvriana Fraternidad San Pío X.

En dicho encuentro, al líder tradicionalista se le ha dado un mes de tiempo para firmar un preámbulo doctrinal – que contiene la aceptación del Concilio Vaticano II – como condición para una plena reintegración al seno del Iglesia católica.

Pero es también posible que en el curso de ese diálogo haya reaparecido uno de los primeros documentos de cuando nación la «nueva» congregación para la doctrina de la fe.

Se trata de la carta circular del 24 de julio de 1966 enviada por el cardenal Ottaviani a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo «sobre algunas sentencias y errores insurgentes sobre la interpretación de los decretos del Concilio Vaticano II».

En la lista de los documentos de carácter doctrinal recogidos en la nueva página web de la CDF, este texto ocupa el primer lugar en orden cronológico:

> Carta a los presidentes…

En esta carta el cardenal Ottaviani, no ciertamente con fama de progresista, le interesa distinguir «el Concilio Ecuménico Vaticano II», que «ha promulgado sapientísimos documentos, tanto en materia doctrinal como en materia disciplinar, con el objetivo de promover eficazmente la vida de la Iglesia», de los «abusos que van tomando pie en el interpretar la doctrina conciliar».

Y hablando de ecumenismo afirma:

«La Sede Apostólica alaba, indudablemente, a aquellos que en el espíritu del decreto conciliar sobre el ecumenismo promueven iniciativas destinadas a favorecer la caridad hacia los hermanos separados y a atraerlos a la unidad de la Iglesia; pero se duele del hecho que no faltan algunos que interpretando a su modo el decreto conciliar, propugnan una acción ecuménica tal que ofende la verdad sobre la unidad de la fe y de la Iglesia, favoreciendo un pernicioso irenismo y un indiferentismo del todo ajeno a la mente del Concilio».

Quien sabe si esta carta de Ottaviani, ya inserta a pleno título entre los documentos oficiales de la congregación para la doctrina de la fe, será releída con fruto por los jefes de los lefebvrianos…

__________

Todos los servicios de http://www.chiesa referidos al gobierno central de la Iglesia Católica:

> Focus al VATICANO

__________
Traducción en español de Juan Diego Muro, Lima, Perú.

http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350210?sp=y

COLOMBIA: TALLER PARA PROFESIONALES DEL AREA DE LA SALUD


Reciban un saludo especial en esta semana de recogimiento espiritual encaminado a recibir ayuda espiritual con el fin de lograr grandes transformaciones en nuestra vida.

Les adjunto información sobre el trabajo con los profesionales de la salud (psicólogos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos y psicopedagógos) que realizará la Dra. Adriana Masieri K., psicóloga antropósofica que nos estará acompañando en la ciudad de Medellín a fines del presente mes.  Esperamos contar con la participación de todos ustedes, de igual manera solicitarles que nos ayuden a difundir esta información entre los contactos que ustedes consideren de su interés.

Un abrazo

GRUPO ORGANIZADOR

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INGLATERRA: Pacto Anglicano derrotado en la mayoría de las diócesis


Por Matthew Davies | 26 de marzo de 2012

[Episcopal News Service] La mayoría de las diócesis de la Iglesia de Inglaterra han votado por la propuesta de un Pacto Anglicano, un conjunto de principios destinados a obligar a las provincias anglicanas comunión a pesar de las diferencias teológicas y los conflictos culturales.

Los seis sínodos diocesanos de reuniones y votación de la alianza este fin de semana pasado trajo las cifras actuales a 23 en contra y 15 a favor, de un total de 44 diócesis en la Iglesia de Inglaterra. Sínodo General de la iglesia, en noviembre de 2010, votó a favor de continuar el proceso hacia la adopción del Pacto Anglicano y pidió a las diócesis de la iglesia por sus aportaciones.

Tras la reciente noticia, el Rev. Canónigo Kenneth Kearon, secretario general de la Comunión Anglicana, emitió un comunicado «para aclarar la situación actual a través de la Comunión Anglicana», dijo, y señaló que siete de 38 provincias han «aprobado o suscrito «a la alianza, con la Iglesia Anglicana de África del Sur que han adoptado la ratificación de documentos pendientes en su reunión del próximo sínodo a finales de este año.

Las siete provincias, Kearon, dijo, son las iglesias anglicanas de Irlanda, México, Myanmar, Papua Nueva Guinea, el sudeste de Asia, el Cono Sur de América y las Indias Occidentales.

Mientras tanto, la Iglesia Episcopal de los obispos Filipinas han rechazado formalmente la alianza y los maoríes en la acción de la Iglesia Anglicana en Aotearoa, Nueva Zelanda y la Polinesia pasado mes de noviembre significa que se votó en contra cuando se trata antes del Sínodo General de la provincia en julio de 2012.

En la Iglesia, con sede episcopal, el Consejo Ejecutivo acordó en su reunión de octubre 2011 a presentar una resolución ante la Convención General que tendría que afirmar que la iglesia es «incapaz de adoptar el Pacto Anglicano en su forma actual».

La resolución también promete que la iglesia será «renovar su compromiso con el diálogo con las diferentes provincias, cuando la adopción de las innovaciones que se pueden considerar como una amenaza para la unidad de la comunión» y se compromete a «la continua participación en los consejos más amplios de la Comunión Anglicana» y el diálogo » con nuestros hermanos y hermanas de otras provincias para profundizar el entendimiento y para asegurar la continua integridad de la Comunión Anglicana «.

La 77 ª sesión de la Convención General decidirá en julio si se debe pasar, modificar y aprobar, o rechazar la resolución.

Durante una reciente visita a Inglaterra, el obispo Mary Gray-Reeves, de la diócesis con sede en California de El Camino Real, dijo a la ENS que las asociaciones internacionales, como el que sus acciones con la diócesis de Gloucester y occidental Tanganyika en Tanzania, son el antídoto «para el Pacto Anglicano «.

Obispo Michael Perham de Gloucester, cuya diócesis ha rechazado el pacto, de acuerdo.

El Pacto Anglicano primero fue propuesto en el informe de 2004 de Windsor como una forma de que la comunión y de sus 38 provincias autónomas pueden mantener la unidad pese a las diferencias, especialmente en lo relativo a la interpretación bíblica y las cuestiones de la sexualidad humana. El informe se produjo a raíz de la elección en 2003 de Gene Robinson, un sacerdote abiertamente homosexual, como obispo de New Hampshire, un desarrollo que hizo que algunas provincias de declarar roto o deteriorado la comunión con la Iglesia Episcopal.También fue una respuesta a algunos líderes de la iglesia que cruzan las fronteras hacia otras provincias para atender a los anglicanos descontentos.

Tras años de discusiones y varias versiones de tiro, el texto final del pacto fue enviado en diciembre de 2009 a 38 provincias de la Comunión para su consideración formal.

Algunos episcopales y anglicanos, incluido el Consejo Ejecutivo, han expresado su preocupación por el pacto que se utiliza como un instrumento de control, el interrogatorio, en particular, su artículo 4, que describe un método para resolver las controversias en la comunión. Algunos críticos han advertido que la adopción de la alianza podría resultar en una comunión de dos niveles.

El Rev. becarios Lesley, moderador de la Coalición Alianza no Anglicana, en una declaración de 25 de marzo llamado el pacto una «propuesta de centralizar la comunión en toda la autoridad en manos de un pequeño grupo de auto-selección.» En respuesta a la reciente noticia de Inglaterra, señaló que el debate sobre el pacto no puede volver a la agenda del Sínodo General por lo menos durante tres años.

«Esperamos que la Iglesia de Inglaterra se verá ahora para lograr la reconciliación dentro de la Comunión Anglicana a través de fortalecer las relaciones en lugar de la legislación punitiva», dijo.

Obispo James Jones, de Liverpool, dirigiéndose a su sínodo diocesano, que rechazó el pacto el 17 de marzo, dijo: «Lejos de ser la salvación de la comunión del Pacto Anglicano seriamente minarla … En vez de hacernos libres de comprometerse con un mundo cambiante nos congela en un punto dado en nuestra formación, nos sostiene y nos hace volver nervioso por ir más allá de las fronteras y llegar al mundo de Dios.

«Cuando estamos en Cristo, estamos en Cristo con todo el mundo que está en Cristo y en comunión, nos guste o no – o ellos o no, si estamos de acuerdo con ellos o no.»

Sin embargo, muchos anglicanos conservadores también han rechazado el pacto, diciendo que no va lo suficientemente lejos para que en provincias de la línea que se han dado pasos hacia la plena inclusión de gays y lesbianas en la vida de la iglesia.

«Si bien reconocemos que los esfuerzos para sanar nuestras heridas a través de la introducción de un Pacto Anglicano eran bien intencionados que han llegado a la conclusión de que el texto actual es fatalmente defectuosa y por lo tanto el apoyo a esta iniciativa ya no es apropiado», un grupo de conservadores anglicanos los primates, o arzobispos, han dicho.

– Matthew Davies es un editor / periodista de la Episcopal News Service.

http://episcopaldigitalnetwork.com/ens/2012/03/26/england-anglican-covenant-defeated-in-majority-of-dioceses/

¡Adiós a la teología!


Juan José Tamayo, filósofo y teólogo

El Periódico

Los obispos condenan al ostracismo a dos pensadores católicos por no coincidir con sus criterios
No corren vientos propicios para la teología. Quizá nunca los hayan corrido y esa sea su principal característica y su grandeza: la de tener que avanzar a contracorriente. La situación de destierro que vivimos hoy no pocos teólogos y teólogas, al menos en la Iglesia católica, es muy similar a la de los poetas en la República de Platón.

El filósofo griego los expulsa de la República alegando que son meros imitadores y no creadores, que no contribuyen a la mejora de las ciudades ni han demostrado ser buenos legisladores, que no han hecho ninguna invención, ni han realizado aportaciones propias de los sabios, ni han sido guías de la educación. «Afirmamos -dice- que todos los poetas, empezando por Homero, son imitadores de imágenes de virtud y de aquellas otras cosas sobre las que componen; y que, en cuanto a la verdad, no la alcanzan» (La República, libro X, 600e). El poeta no sabe hacer otra cosa que imitar (ibid., 601b).

Los obispos católicos expulsan a los teólogos y las teólogas de la comunidad eclesial, pero por motivos bien diferentes a los alegados por Platón contra los poetas. Lo hacen bajo la acusación de heterodoxia, e incluso de herejía, mediante decretos inmisericordes de condena bajo el género literario, aparentemente neutro, de «Notificación».

Nos excluyen de la docencia en seminarios y facultades de teología. Someten a censura nuestras obras y las condenan en juicios sumarísimos sin derecho a defensa ni apelación posterior. Los acusadores, los jueces y los que dictan sentencia son los mismos bajo la autoridad omnímoda del obispo, de las comisiones episcopales o de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Las retiran de las librerías dependientes de las instituciones eclesiásticas. Nos prohíben hablar en espacios eclesiales e intentan hacerlo también, felizmente sin éxito, en el espacio público.

Nos acusan de errores doctrinales: de negar lo que tenemos que afirmar y de afirmar lo que tenemos que negar. Ven herejías hasta en las erratas de imprenta, como creo dijera Max Aub. Las dos últimas condenas de los obispos españoles, en apenas quince días, han recaído sobre el teólogo gallego Andrés Torres Queiruga y sobre mí mismo.

Los obispos nos niegan la libertad de pensamiento, de investigación, de expresión, de imprenta, de cátedra. Quieren una teología amordazada, sometida al pensamiento único y a la ideología dogmática. Una teología en las antípodas del deseo expresado por Pablo de Tarso a la comunidad de Corinto, inmersa en intensos debates: «Oigo que, al reuniros en la asamblea, hay entre vosotros divisiones, y lo creo en parte. Desde luego, tiene que haber entre vosotros disensiones (Oportet haereses esse)» (1 Cor 11,19).

Exigen que la teología se someta al magisterio eclesiástico en un acto de humillación que no pocos rechazamos porque, si bien la humildad es una virtud, la humillación es un pecado. Quieren una teología en un acto de rendición total a su voluntad.

El documento publicado recientemente Teología hoy: perspectivas, principios y criterios, de la Comisión Teológica Internacional, presidida por el cardenal Levada, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, viene a ratificar el acoso y derribo al que es sometida la teología por parte de la jerarquía local y vaticana. En el se afirma que la auténtica interpretación de la fe se encuentra en el magisterio de los obispos -un papel que no pueden arrogarse los teólogos-,

porque la teología no puede sustituir el juicio de los obispos con la comunidad cristiana- y exige a los teólogos que reconozcan la jurisdicción de los obispos para una interpretación auténtica de la palabra de Dios por la escritura y la tradición. Postulan, así, una teología que sea aplauso fácil y glosa sumisa del magisterio.

Este documento constituye el adiós a la teología como hermenéutica de la fe, interpretación contextual de la revelación, disciplina autónoma y teoría crítica de la religión. Lo que se impone es la teología fundamentalista, la teología fundada en dogmas, la teología del magisterio, una teología enrocada en la conciencia mítica, asentada en una imagen estática del mundo, ubicada en la neoescolástica, que es el vinagre del vino espumoso de la escolástica medieval, transida de neoconservadurismo, que es la tendencia dominante en el catolicismo oficial.

El discurso teológico que los obispos quieren que practiquemos es el que no presta atención a los desafíos de nuestro tiempo, el que se muestra ajeno a los nuevos climas culturales, el que es insensible al mundo de la pobreza y de la marginación y se presenta como mudo ante la destrucción del planeta. Un discurso, en fin, que da respuestas del pasado a preguntas del presente y que se ha hecho el harakiri. Pero eso ya no es teología. El Vaticano y los obispos españoles han dictado por decreto el ¡adiós a la teología!

Información publicada en la página 7 de la sección de Opinión de la edición impresa del día 03 de abril de 2012 VER ARCHIVO (.PDF)

Director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría (Universidad Carlos III). Autor de Otra teología es posible. Pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo.

 

Hacia un paradigma pos-religional. Propuesta teológica


03.04.12 – Mundo

EATWOT
Comisión Teológica Internacional de la EATWOT
Adital

Comisión Teológica Internacional de la EATWOT

Cada vez se está hablando más del declive del cristianismo en Occidente. El catolicismo y el protestantismo por igual, atraviesan una grave crisis, tanto en Europa como en América del Norte. Son cada vez más los observadores que pronostican que a continuación la crisis va a afectar también a otras religiones. Se sospecha que la crisis no parece deberse a un problema propio del cristianismo, sino a la naturaleza misma de «las religiones», y la incapacidad creciente que éstas experimentan para acomodarse al profundo cambio cultural que está en curso. La hipótesis del advenimiento de un «paradigma pos-religional» quiere plantear la posibilidad de que estemos ante una transformación socio-cultural de hondo calado, en la que las «religiones neolíticas» van a dejar de ser viables cuando se implante a fondo la adveniente de «sociedad del conocimiento»(1), que será una sociedad «pos-religional»(2), y que las religiones que no se liberen de sus condicionamientos «religionales» ancestrales se verán abocadas a los márgenes residuales del curso de la historia.

Es obvio que este paradigma-hipótesis estaría conviviendo con fenómenos bien contrarios de conservadurismo religioso, revivals espirituales, carismatismo y neopentecostalismo. Sólo en algunos sectores geográficos puede estarse dando mayoritariamente, pero algunos observadores afirman que crecen los síntomas de que en las capas urbanas, cultas, tanto de jóvenes como de adultos, con acceso a cultura y tecnología… estaría empezando a hacerse presente este paradigma, también en América Latina (¿también en África y Asia?). Prescindiendo de sondeos cuantificadores de campo, nos queremos concentrar en la elaboración teórica de una primera presentación reflexiva e indagatoria de lo que aquí queremos llamar «paradigma pos-religional», que proponemos a debate y contraste de la comunidad de estudiosos de la teología y de las ciencias de la religión, así como de los «pastores» y de todas las personas preocupadas por la evolución actual de lo religioso.

POSIBLE FUNDAMENTO DE LA HIPÓTESIS

Una ampliación del conocimiento humano y un callado enfrentamiento de la ciencia actual con la religión parecerían ser causas intelectuales de este nuevo paradigma, entre otras. El desarrollo de las ciencias está llevando a la humanidad a observarse a sí misma y a hacerse de su religiosidad una idea en gran medida diferente de la que hasta ahora tenía de ella, lo cual repercute en una actitud nueva frente a la religión.

A estas alturas de la historia, la antropología cultural se cree ya en capacidad de poder hacer sobre la religión un juicio diferente al que ésta ha venido haciendo de sí misma, a la auto-definición con la que durante milenios la religión se ha presentado y con la que ha fraguado la opinión mayoritaria de las sociedades tradicionales, hasta hoy. Aunque quede mucho por investigar, y aunque otras ciencias también pueden aportar mucho, la antropología cultural –interdisciplinariamente considerada– cree saber ya cuándo y cómo se fraguaron las religiones, con qué mecanismos sociales y epistemológicos operan, y cuáles son las dimensiones humanas profundas en juego en su relación con el ser humano, individual y colectivo. La novedad de estos juicios es radical, y parece generalizarse y difundirse en las sociedades evolucionadas tan rápida como subliminalmente, generando un cambio profundo de actitud hacia la religión, que estamos interpretando precisamente como la llegada de un nuevo «paradigma pos-religional».

Éstos serían –muy en síntesis– los puntos nucleares de esta nueva visión que la antropología cultural está presentando hoy día sobre la religión:

• Las religiones no son «de siempre», no existen desde que el ser humano está sobre la faz de la Tierra. Hoy sabemos que las religiones son jóvenes, casi «recientes». La más antigua, el hinduismo, sólo tendría unos 4500 años. El judeocristianismo, 3200. En términos evolutivos, aun limitándonos a los tiempos del género homo (entre 5 y 7 millones de años), o más todavía de la especie homo sapiens (150 mil o 200 mil), las religiones son «de ayer mismo». Hemos pasado muchísimo más tiempo sin religiones que con ellas, aunque espirituales parece que lo hemos sido desde el primer momento: homo sapiens y homo spiritualis parecen ser coetáneos. Las religiones no son por tanto algo que acompaña necesariamente al ser humano, como muestra la historia(3).

• Las religiones se han formado en la época neolítica, tras la gran transformación que vivió nuestra especie al pasar de ser tribus nómadas de cazadores y recolectores, a vivir sedentariamente en sociedades urbanas ligadas al cultivo de la tierra, a raíz de la «revolución agraria»(4). En esa coyuntura evolutiva (tal vez el momento más difícil de su historia evolucionaria) la humanidad ha tenido que reinventarse a sí misma creando unos códigos que le permitieran vivir en sociedad, no ya en bandas o manadas, con derecho, moral, cohesión social, sentido de pertenencia… para ser viable y sobrevivir como especie. En esa coyuntura, nuestra especie ha echado mano de la que es quizá su fuerza mayor desde su aparición como especie emergente: su capacidad simbólica y religiosa, su necesidad de sentido y de experiencia de trascendencia. Quizá podría haber sido de otra manera, pero ha sido de hecho así.

• Desde el neolítico hasta nuestros días, las sociedades han sido religiosas, «religiocéntricas», transidas de religión en todas sus estructuras: su conocimiento (y su ignorancia), sus creencias, su cultura, su sentido de identidad, su cohesión social y el sentido de pertenencia de sus miembros, su derecho, su política, su legitimidad, su estructura social, su cosmovisión, su arte… «La cultura ha sido la forma de la religión, y la religión ha sido el alma de la cultura» (Tillich). El impulso religioso, la fuerza de la religión, ha sido el motor del «sistema operativo» de las sociedades. Si exceptuamos los dos últimos siglos, desde la revolución agraria no hemos conocido sociedades ni grandes movimientos sociales ni siquiera revoluciones no religiosas; es claro que sus motivaciones eran también y fundamentalmente económicas y políticas, pero era a través de lo religioso como eran gestionados esos impulsos sociales. La religión misma –con un prestigio cuasidivino, su autoridad incuestionable, sus creencias, mitos, dogmas, leyes, moral… e incluso sus instancias inquisitoriales- fungía como software programador de cada sociedad. Eso ha sido así durante todo el tiempo neolítico –o «agrario» en el sentido amplio que estamos utilizando-, que ahora la antropología cultural sostiene que se está acabando.

• ¿Con qué mecanismos internos las religiones han ejercido esta su capacidad programadora de la sociedad? Por medio de:

• la creación e imposición de su cosmovisión sobre la sociedad: ella es quien ha dicho a la humanidad, en cada sociedad, qué es la realidad, cuál es su origen, su sentido y sus exigencias morales;

• las creencias fundamentales vehiculadas por los mitos sagrados, que han fungido como los presupuestos, axiomas, postulados, presupuestos profundos de cada sociedad, como la arquitectura epistemológica misma de la sociedad humana;

• una «epistemología mítica», que ha atribuido a Dios sus propias elaboraciones, para presentarlas como revelación o voluntad de Dios, y así absolutizarlas para dar seguridad a la sociedad humana;

• una exigencia radical de sumisión [islam significa sumisión], de fe [una exigencia primera en el cristianismo], de «creer lo que no se ve» (o lo que ni siquiera se entiende);

• ejerciendo con todos estos mecanismos como sistema operativo de la sociedad (lo que se evidencia en los sistemas sociales de los imperios con su religión de Estado, la «sociedad de cristiandad» o los «regímenes teocráticos» en otras religiones, por ejemplo).

A partir de estas premisas podríamos dotarnos ahora de una nueva definición técnica ad hoc de las «religiones» en el sentido que aquí queremos dar al término: llamamos técnicamente «religión» a la configuración socio-institucionalizada que la religiosidad (espiritualidad) constitutiva del ser humano adoptó en la edad agraria, configuración que ha fungido como sistema fundamental de programación y de autocontrol de las sociedades agrarias neolíticas. En esta exposición entendemos «religión» en este estricto sentido técnico, y no en cualquiera de las otras acepciones de la palabra (religiosidad, dimensión religiosa, espiritualidad, institución religiosa…); no tener en cuenta esta precisión de vocabulario nos llevaría inevitablemente a la confusión. Derivadamente, llamaremos técnicamente «religional» a lo relativo a esta «configuración socio-religiosa propia del tiempo agrario o neolítico»

En este sentido, es de notar que el paradigma que queremos presentar es calificado como «pos-religional», no como «pos-religioso», porque continuará siendo «religioso» en el sentido normal del diccionario, en cuanto «relacionado con la dimensión espiritual del ser humano y de la sociedad», aunque cambien las culturas y las épocas; lo llamamos posreligional porque ciertamente se instalará en la superación de la citada configuración de lo religioso (aquellos modos de funcionar a los que luego nos vamos a referir propios de las religiones que genéricamente llamamos «agrarias» -incluyendo ahí las ganaderas y otras formas más especializadas-).

El prefijo «pos» no lo tomamos en el sentido literalmente temporal (como un «después de») sino en un sentido genéricamente superador: «más allá de». Por ello, igualmente sería válido decir «a-religional», sin posible confusión en la dimensión temporal. «Pos-religional» no significa «pos-religioso» ni «post-espiritual», sino, estrictamente, «más allá de lo «religional», es decir, más allá de «lo que han sido las religiones agrarias», o una «religiosidad sin religiones (agrarias)», una espiritualidad sin la «configuración socio-institucionalizada propia de la edad neolítica” (sin progra mación social, sin sumisión, sin dogmas…). Obviamente, nos apoyaremos en otras mediaciones, gestos, símbolos, instituciones o «sistematizaciones» de otro tipo, porque la experiencia espiritual humana no puede darse en el vacío…; pero no es éste el momento dirimir este punto.

ELEMENTOS PRINCIPALES DEL PARADIGMA POS-RELIGIONAL

Tratemos de establecer ya los elementos principales de la nueva conciencia «pos-religional» propia de ese fenómeno complejo de la cultura social emergente, consecuencia principal de la ampliación del

conocimiento humano.

1. Las Religiones son otra cosa que lo que tradicionalmente pensábamos, que lo que todavía piensa mucha gente, que lo que ellas piensan de sí mismas y han difundido en la sociedad durante milenios. Las religiones no están respaldadas por una especie de preexistencia que haría de ellas un cuerpo supremo primordial de sabiduría, unas formas de sabiduría divina reveladas por Dios mismo, lo que las convertiría en el único medio de acceso a esa revelación y a la relación con el Misterio.

Las religiones -siempre, no se olvide, en el sentido específico que estamos dando al término- son, más bien, un fenómeno histórico, una forma sociocultural concreta que la dimensión profunda de siempre del ser humano ha revestido en una determinada era histórica. No son «la religiosidad misma». No son equiparables sin más a la espiritualidad humana de todos los tiempos.

Las religiones son formas, históricas, contingentes, y cambiantes, mientras que la espiritualidad es una dimensión constitutiva humana, permanente, anterior a las formas, y esencial al ser humano… La espiritualidad puede ser vivida en, o fuera de las religiones. Podríamos prescindir de las religiones, pero no podremos prescindir de la dimensión de transcendencia del ser humano…

2. Las religiones son también construcciones humanas… Como hemos dicho, la ciencia y la sociedad ya saben mucho sobre su origen, su formación, sus mecanismos. Ello cambia radicalmente nuestra percepción sobre ellas: las religiones son obra nuestra, creaciones humanas, geniales, pero humanas –a veces, demasiado humanas-, y que deben estar a nuestro servicio, no al revés.

Las religiones -sus creencias, sus mitos, su moral…- no son obra directa de un Dios out there, up there, que nos envió ese don de las religiones, sino que son algo que ha surgido de aquí abajo, algo muy terrestre, que nos lo hemos hecho nosotros los humanos, impulsados ciertamente por la fuerza del misterio divino que nos invade, pero según nuestras posibilidades y con nuestros condicionamientos muy concretos.

Las religiones se absolutizaron a sí mismas al atribuir su propio origen a Dios. Fue un mecanismo que sirvió para fijar y dar consistencia inamovible a las construcciones humanas que ellas eran, en el afán de asegurar las fórmulas sociales de convivencia con las que la humanidad había logrado dotarse. Hoy estamos perdiendo la ingenuidad, y ese carácter absoluto de las religiones, que durante milenios fue un componente esencial de las sociedades humanas, que nos hizo más fácil y más pasiva la vida de los humanos, se nos evidencia como un llamativo espejismo epistemológico, que habíamos asumido por vía de una creencia, pero que hoy ya no nos resulta ni necesario, ni deseable, ni soportable.

3. Entonces, no estamos sometidos a las religiones, no estamos condenados a marchar por la historia por el camino acabadamente trazado por ellas, como si fuera un designio divino que marcara previamente –desde siempre, y desde fuera- nuestro destino, como si nos obligara a adoptar las soluciones con que nuestros ancestros trataron de resolver sus problemas y de interpretar la realidad a la medida de sus posibilidades…

Si las religiones son construcción nuestra, ello significa que no nos quitan el derecho (ni la obligación) de pronunciarnos ante la historia y de aportar nuestra propia respuesta a los problemas de la existencia, y de expresar con autoconfianza nuestra propia interpretación de la realidad de lo que somos, ayudados por nuestros descubrimientos científicos. No estamos obligados a tomar como verdad intocable e infranqueable las interpretaciones obsoletas y las soluciones ancestrales que se dieron a sí mismas generaciones humanas de hace unos cuantos miles de años, como si aquellas interpretaciones fueran una supuesta «revelación» venida de fuera y de obligado cumplimiento. Ese equívoco «religional» en el que han vivido nuestros antepasados, nos parece, a estas alturas de la historia, una alienación.

Da miedo sentirnos solos, responsables ante la historia, libres ante los caminos religiosos tradicionales, sin un camino seguro e indiscutiblemente obligatorio trazado por los dioses… Esta nueva visión del mundo, este «paradigma pos-religional», genera una autoconciencia humana profundamente diferente respecto a la que nos había marcado la conciencia religional tradicional. Ahora nos sentimos libres de las ataduras «religionales» para dar rienda suelta a nuestra realización personal y colectiva, para asumir plenamente nuestra responsabilidad, nuestras decisiones, nuestra interpretación al propio riesgo, sin ninguna restricción ni coacción supuestamente externa, aunque bien preocupada por sintonizar con el Misterio que nos mueve.

4. Las religiones, supuestamente las únicas conocedoras del principio de los tiempos y del final del mundo, no son, por naturaleza, eternas, para siempre. Ahora las sabemos más bien temporales, construidas humanamente, recientes, contingentes. Y sabemos que no es imposible que puedan desaparecer. No son esenciales a nuestra naturaleza, y nos han acompañado una pequeña parte de nuestra historia evolucionaria.

Las religiones agrarias están ligadas a la época neolítica: podríamos decir que surgieron de hecho para hacer viable la especie humana al entrar en esa era nueva, la subsiguiente a la revolución agraria. Pero, es precisamente esa era la que los especialistas dicen que actualmente está llegando a su fin. ¿Qué futuro podemos pronosticar a las religiones en una época de transición que anuncia el final de la era que las hizo surgir?

Parece plausible la hipótesis de que las religiones («agrarias») pudieran desaparecer. No parece un imposible en sí mismo, ni tendría por qué ser un desastre histórico gravísimo: hemos vivido la mayor parte de nuestra historia «sin religiones» (todo el paleolítico), y está demostrado que ello no impidió nuestra cualidad humana profunda, nuestra espiritualidad.

5. A estas alturas ha quedado ya indirectamente evidenciada una distinción que se impone. Tradicionalmente las religiones detentaban el monopolio de lo espiritual. Una persona podría ser espiritual, solamente mediante las religiones. Eran consideradas la fuente misma de la espiritualidad, la conexión directa con el Misterio. Religiones y espiritualidad eran todo uno, la misma cosa.

Hoy, como acabamos de expresar, la conceptuación de las religiones está cambiando radicalmente en el paradigma posreligional emergente. Cada día a más personas se les hace evidente que las religiones no son la fuente de espiritualidad, sino sólo unas formas socio-culturales que la espiritualidad ha revestido históricamente; con frecuencia son un freno y un obstáculo para la espiritualidad, que es una dimensión esencial y característica del ser humano, que le acompaña permanente desde su surgimiento como especie. Las palabras religión, religioso, religiones, que tradicionalmente venían cubriendo intercambiablemente todo el ámbito de lo relativo a la espiritualidad, hoy deberán pasar, escrupulosamente, por la criba de la distinción entre lo religioso (lo que tiene que ver con esa dimensión misteriosa del ser humano) y lo religional (lo que pertenece simplemente al ámbito de esas configuraciones socio-culturales e institucionales que hemos llamado religiones agrícola-neolíticas).

EL PARADIGMA POS-RELIGIONAL EN SÍNTESIS

Una vez expuestos estos elementos principales de la visión constitutiva del paradigma posreligional, podríamos tratar de expresar su núcleo argumentador en apretada síntesis:

• Primera premisa: Las religiones (no «la religión, ni la espiritualidad, ni la religiosidad…), en el sentido técnico que hemos dado aquí al término, son una creación neolítica, de la edad agraria de la humanidad, tanto productos de ella como causas de la misma.

• Segunda: La transformación socio-cultural que estamos atravesando en la actualidad implica, precisamente, el final de esa época agrario-neolítica. Lo que ahora está siendo superado y barrido ha estado en los fundamentos de la sociedad humana y en la forma de la conciencia humana de la especie durante los últimos 10.000 años (desde el comienzo de la edad; ésa es la profundidad del cambio actual). Emerge un tipo nuevo de sociedad, con unos fundamentos distintos –sobre todo epistemológicos- que resultan incompatibles con el «sistema operativo” milenario neolítico. Se impone, por ello, un cambio sistémico tanto a nivel epistemológico como a nivel del tipo de conciencia espiritual de la humanidad. De ahí la radicalidad y la profundidad del cambio epocal que estamos viviendo, un nuevo «tiempo axial».

• Consecuencia: las religiones (agrario-neolíticas), identificadas con el tipo de conciencia, cosmovisión y epistemología agrarios, están perdiendo base y entrando en un profundo declive a medida que –por la acumulación de conocimientos científicos, tecnológicos, sociales y experienciales- va emergiendo un tipo de conciencia, de cosmovisión y de epistemología nuevo, incompatible con el tradicional neolítico. Los humanos de la sociedad adveniente ya no pueden expresar su dimensión espiritual en aquella configuración concreta de las religiones «agrarias» (tanto agrícolas como ganaderas), y éstas no logran sintonizar y hacerse entender por la nueva sociedad. Las religiones agrario-neolíticas se ven abocadas por tanto a transformarse radicalmente, o a desaparecer. Por su parte, las personas, comunidades e instituciones de estas religiones, a medida que pasan a la nueva cultura, se van desprendiendo de los mecanismos y de la epistemología agrarios, y van pasando a vivir su espiritualidad «pos-religionalmente».

Para verificar consecuentemente esta hipótesis:

• Habrá que profundizar en el concepto técnico de «religiones» agrario-neolíticas, no limitándonos a la referencia a su origen tras la Revolución Agraria, sino adentrándonos en su estructura epistemológica y sus características esenciales, permanentes durante este tiempo de la edad agraria.

• Habrá que mostrar más fundamentadamente la afirmación de que estamos ante «el fin de la edad neolítica», detallando concretamente en qué elementos antropológicos sustanciamos esta afirmación, y cuáles son los rasgos de la nueva sociedad que resultan incompatibles con sus religiones.

• Y habrá que elaborar un proyecto de acompañamiento a la sociedad en esta época que se avecina de tránsito desde la sociedad agraria a la nueva sociedad.

Concluyendo, llamamos paradigma pos-religional a esa forma de vivir la dimensión profunda del ser humano que se libera y supera los mecanismos propios de las religiones agrario-neolíticas, a saber:

• su «epistemología mítica»,
• su monopolio de la espiritualidad,
• su exigencia de sumisión, de aceptación ciega de unas creencias como reveladas por Dios,
• su ejercicio del poder político e ideológico sobre la sociedad, ya sea en regímenes de cristiandad, cesaropapistas, islámicos, de unión de Iglesia-Estado, de imposición de las leyes eclesiásticas sobre la sociedad civil…
• su imposición de una moral heterónoma, venida de lo alto, con una interpretación de la ley natural desde una filosofía oficialmente impuesta, con una moral no sometida a un examen comunitario y democrático,
• su control del pensamiento humano, con los dogmas, la persecución de la libertad pensamiento, la Inquisición, la condena y ejecución de «herejes”, la pretensión de infalibilidad, de inspiración divina, de detentar la interpretación autorizada de la voluntad de Dios…
• su proclamación como «Santas Escrituras» reveladas (en el caso de las «religiones del libro») de las tradiciones ancestrales acumuladas, exaltadas como Palabra directa de Dios, como normativa suprema e indiscutible para la sociedad y para las personas…
• su interpretación premoderna de la realidad como un mundo en dos pisos, con un mundo divino sobrenatural encima de nosotros, del que dependemos y hacia el que vamos…
• su interpretación de la vida y de la muerte en términos de prueba, juicio y premio/castigo de manos de un Juez Universal que es el Señor supremo de cada religión…

Con el fin de la era agraria, todas estas estructuras cognoscitivas, axiológicas y epistemológicas milenarias, están dejando de ser viables, a medida que adviene la nueva sociedad. Fueron un gran invento humano. Gracias a esas andaderas, las bandas nómadas de cazadores y recolectores lograron reinventar su humanidad haciéndola capaz de convivir en la ciudad, regulada por el derecho, unida por una conciencia religiosa de pertenencia a una colectividad con una identidad atribuida a los dioses…

La crisis actual no se debe principalmente a procesos de secularización, o a pérdida de valores, o a la difusión del materialismo o del hedonismo (interpretación culpabilizante normalmente esgrimida por la oficialidad de las religiones), ni tampoco a la falta de testimonio o a los escándalos morales de las religiones, sino a la eclosión de una nueva situación cultural, que culmina la transformación radical de las estructuras cognoscitivas, axiológicas y epistemológicas neolíticas, transformación que comenzó con la revolución científica del siglo XVI, la Ilustración del XVIII y las varias olas de industrialización. Los síntomas sociales son un cierto agnosticismo difuso, la pérdida de la ingenuidad epistemológica, un sentido crítico más acentuado, una conceptuación más utilitarista de las religiones como al servicio del ser humano en vez de como receptoras de una lealtad total por parte de sus adeptos, la desaparición de la idea de «la única religión verdadera» y el desvanecimiento de la plausibilidad de una moral revelada heterónoma; pero el cambio estructural gravita sobre la citada transformación epistemológico-cultural.

No estamos pues ante un fenómeno realmente nuevo, sino sólo ante su radicalización Y no estamos ante una interpretación radicalmente nueva (este paradigma pos-religional), sino ante la toma de conciencia de que el eje de acumulación del cambio es sobre todo epistemológico, y que ello lo transforma radicalmente todo.

Dos cautelas:

A) Como ya señalamos al principio, no estamos queriendo decir que sólo esto es lo que acontece en el campo religioso, como si todo el escenario estuviera actualmente ocupado por esta transformación del paradigma de las religiones agrarias en un paradigma pos-religional. En el campo religioso tienen lugar muchos otros fenómenos, simultáneamente, incluso caóticamente, ya que son en algunos aspectos, contradictorios.

Junto a esta crisis de la religión, decimos que se dan efervescencias religiosas y revivals, retrocesos y fundamentalismos. En esta propuesta teológica nosotros hemos centrado nuestro foco selectivamente en un aspecto concreto de la transformación en curso, que no niega todo el resto de elementos presentes. Ocurren otras cosas en el campo religioso, pero también ocurre ésta, y esta propuesta teológica quiere llamar la atención sobre ella, a pesar de su carácter difícilmente perceptible y todavía minoritario que reviste en muchas regiones.

B) Lo que venimos diciendo tampoco se puede aplicar, indiscriminadamente, a TODAS las religiones. Porque no todas las religiones son «agrarias». Hay una buena cantidad de religiones, todo un género de las mismas, que no han pasado por la revolución agraria y urbana.

Conservan en su seno una matriz de experiencia religiosa propia de los tiempos anteriores a la transformación neolítica (a la separación frente a la placenta de la sacralidad de la naturaleza, a la asunción de la transcendencia divina dualista y acósmica, etc.), y no cayeron en la deriva controladora y programadora de la sociedad mediante la sumisión a doctrinas, dogmas, inquisiciones… Aquí podemos ubicar la gran familia de religiones cósmicas, indígenas, animistas… así como otras que, aun perteneciendo históricamente al período neolítico y siendo religiones de sociedades netamente agrarias (agrícolas o ganaderas), se mantuvieron al margen del ese control dogmático-doctrinal, como por ejemplo el hinduismo, una «religión sin verdades». Quiere esto decir que tampoco este paradigma se aplica a todas las religiones. La realidad es pues, más compleja que nuestros intentos simplificadores de comprensión, lo cual nos urge a una mayor precisión, a una más serena humildad y a un mayor interés por el estudio de campo, la investigación y el diálogo.

DE CARA AL INMEDIATO TRÁNSITO

Ésta que estamos haciendo es una propuesta teológica, una profundización teórica para mejor poder transformar la realidad que interpreta (interpretar como forma de transformar). Pero es obvio que tiene repercusiones pastorales, y muy grandes. Porque de lo que estamos hablando es de un tsunami cultural y religioso, de una metamorfosis que tal vez nos hará difícil reconocernos a nosotros mismos en un próximo futuro.

Y esta puede ser una situación muy difícil de atravesar para la humanidad; los antropólogos dicen que el tránsito de la sociedad paleolítica a la neolítica, con la revolución agraria, fue la situación más difícil que ha experimentado nuestra especie; tal vez estamos en un momento evolutivo semejante. Se hace necesario plantear cómo acompañar este «transito» que va a realizar o ya está iniciándose en la sociedad, desde las religiones «agrarias», a un nuevo tipo de sociedad cuya realización espiritual va a darse más bien por vías y según modelos que continuarán siendo religiosos pero «pos-religionales», sin que hoy por hoy sepamos concretamente cómo serán esas vías y esos modelos, pues… habremos de inventarlos.

Las religiones se van a ver abocadas –ya lo están siendo en muchos lugares- a situaciones de declive, de pérdida de miembros y pérdida de credibilidad y plausibilidad, por una parte, y por otra van a experimentar la contradicción con sus propios mecanismos agrarios. Ya muchas personas perciben que necesitan transformar su religiosidad, radicalmente, pero sienten punzantemente la contradicción con la doctrina oficial, con siderada infalible e inmutable, que les prohibe todo cambio o abdicación de los principios ancestrales. En algunas sociedades se cuentan ya por decenas de millones las personas que abandonan calladamente las religiones para seguir siendo religiosos pos-religionalmente. Es posible que algunas jerarquías religiosas, prendidas en el espejismo de una lealtad sagrada, prefieran numantinamente hundir a sus propias instituciones religiosas al bloquear su evolución, haciéndolo, con la mejor intención, a la mayor gloria de Dios. Pero es también posible que muchos grupos humanos sean capaces de transformarse. Es bien posible, y lo creemos además deseable, que las religiones agrariasevolucionen hacia unas nuevas formas religiosas (pos-religionales) consistentes con esta nueva sociedad del conocimiento. Se darán cuenta de que igual que la ciencia contradijo con razón el geocentrismo que ellas consideraban incluso revelado, hoy la ciencia nos descubre que el religiocentrismoha sido un espejismo religional, y que igual que entonces fue posible abandonar la vieja cosmovisión y continuar con la vivencia espiritual, así hoy será posible –y necesario- liberarnos de las ataduras de lo religional, para encontrar la realización espiritual en un nuevo escalón evolutivo.

Todo parece indicar que el Titanic de las religiones agrarias no va a llegar a flotar en las latitudes del océano de la sociedad del conocimiento.

Todo parece indicar que no va a durar tanto, y se va a hundir. Se pasó su kairós, aunque le queda un poco de cronos. Pero no es el fin del mundo. Es sólo el fin de un mundo, el fin del mundo agrario-neolítico y de su epistemología, y con ello el fin de las configuraciones religionales de la espiritualidad, las que hemos llamado «religiones agrario neolíticas».

La vida y su dimensión profunda continúan. Y es deber nuestro comprender lo que está sucediendo, para no encontrarnos luchando contra la Realidad, sino para ayudar a este nuevo parto evolutivo de nuestra especie, para volver a reinventarnos como hicimos al comienzo del neolítico.

Es deber nuestro también ser prudentes, no empujar a nadie más allá de sus necesidades ni de sus posibilidades, advertir claramente que la situación es difícil, es un nuevo nacimiento, una metamorfosis, un «cambio de especie», o un cambio de sistema operativo, y que es un momento de riesgos importantes, tanto en el plano social cuanto individual. Es deber de la teología avizorar lo nuevo, no sólo en el aspecto deconstructivo, sino en el constructivo: no sólo lo que ya no podemos creer, sino cómo podemos pues desarrollar en plenitud nuestra dimensión transcendente o espiritual, la cualidad humana profunda que las religiones religionales, después de todo, con más o menos limitaciones, querían apoyar. Muchas cosas están muriendo, es inevitable que mueran, y no acaban de morir, tratamos de ayudarles a bien morir (el ars moriendi de morir dando vida para otros, dando a luz). Mientras tanto, es todo un mundo nuevo el que trata de nacer, y no acaba de nacer, y queremos ayudarle a nacer.

Las religiones van a verse en la necesidad de reinterpretar y reconvertir todo su patrimonio simbólico, que fue creado bajo los condicionamientos epistemológicos del tiempo agrario. Se trataría de una reelaboración, una «re-recepción» (Congar) de todo su patrimonio, elaborado inicialmente hace milenios, y mantenido históricamente bajo una ignorancia y una incultura de las que hace muy poco que acabamos de salir, gracias al portentoso despliegue de las ciencias. Las religiones habrán de buscar cómo re-comprender, y qué queda –si queda algo- de muchas de las creencias, dogmas, moral heterónoma, ritos agrarios… dentro de esta nueva situación del conocimiento y de los nuevos marcos de interpretación.

Muchos seres humanos, al verse incapacitados de seguir apoyándose en las religiones para sobrevivir espiritualmente, van a experimentar serias dificultades en la integridad espiritual de sus vidas. Como cuando el avión despega y abandona el sistema de apoyo de sus ruedas sobre el suelo, teniendo que pasar a apoyarse en un nuevo sistema de sustentación, totalmente distinto, el de sus alas, la mayor parte de la humanidad va a tener que pasar por momentos de difícil equilibrio en el tránsito de uno a otro sistema axiológico, tan diferentes, y hasta cierto punto, incompatibles, y sin cambio automático.

Lo que viene es un tsunami. Los riesgos son graves, en todos los órdenes. Es deber de la teología responsable avizorar estos problemas y tratar de acompañar este «tránsito» inevitable en el que ya estamos. Tanto en el aspecto teórico como en el práctico, el tema merecería mucha más extensión que la de esta sencilla «propuesta teológica». Nosotros la dejamos aquí, y la entregamos a consulta y debate, deseosos de que sea corregida y mejorada. ¿Podríamos ofrecer, a final de este año, un libro amplio, con las reflexiones, profundizaciones y debates que esta sencilla presentación del paradigma pos-religioso suscite? Quedan ustedes cordialmente invitados.

Notas:

(1) Tratamos de no hacer énfasis en una caracterización concreta de la nueva cultura o sociedad emergente para no introducir un debate lateral. Nuestra preferencia sería denominarla «sociedad del conocimiento», no en el sentido de sociedad muy culta, sino en el sentido de que el conocimiento probablemente será su «eje de producción y acumulación», es decir, sociedades que viven de producir conocimiento. Sea cual sea esa caracterización, lo importante para nuestro objetivo es atender a la estructura epistemológica de esa sociedad.

(2) Utilizamos los neologismos «religional» y «pos-religional» como conceptos técnicos a ser distinguidos cuidadosamente de «religioso» y «pos-religioso», como luego explicaremos.

(3) Con recelo y resignación aceptamos la palabra «espiritualidad», tratando de no transigir con su innegable connotación etimológica dualista. Es una palabra consagrada por el uso, y es sabido que no la aceptamos como referida a un «espíritu» contrapuesto a una supuesta materia no espiritual… Postulamos una conceptuación más adecuada de lo que por espiritualidad se quiso significar: aquella dimensión de profundidad (Tillich), aquella necesidad de enmarcar nuestras vidas en contextos más amplios (Armstrong), la calidad humana profunda (Corbí), las motivaciones últimas, la mística por la que vive y lucha y con la cual contagia a los demás (Casaldáliga-Vigil)… Para subsanar su limitación, tratamos de reconducir la palabra acompañándola con expresiones paralelas.

(4) Hablamos de sociedad o época «agraria» no en el sentido de sociedad rural o de sociedad agrícola, dedicada al sector primario de la economía, la agricultura, sino refiriéndonos, desde una perspectiva antropológico-cultural, a la sociedad humana posterior a la «revolución agraria neolítica», como catalogación global de una época que llegaría hasta su disolución actual. La llamamos «agraria» en sentido amplio, incluyendo las sociedades ganaderas, que comparten unas estructuras epistemológicas propias de todo ese tiempo neolítico posterior a la revolución sociocultural que se inició con el descubrimiento de la agricultura. Las revoluciones científica (siglo XVI) e industrial (XVIII y siguientes) pueden ser consideradas como el comienzo del fin del neolítico o «edad agraria» profunda, quiebre que actualmente estaría en su fase de culminación. Estas categorías y las afirmaciones necesitan mucha matización; adoptamos pedagógicamente este lenguaje simplificado para facilitar una «presentación» sencilla de este paradigma.

Estas precisiones de vocabulario pueden explicar por qué se hace necesario acudir a este artesanal neologismo –perfectamente dentro de las reglas etimológicas de la lengua-, para evitar el equívoco, tanto de equipararlo con lo «religioso» en el sentido normal del diccionario, como de confundirlo indebidamente con lo «anti-religioso» o lo ateo. De todas formas: ¿es el adjetivo «religional» el más adecuado para calificar este paradigma? Creemos que es correcto, que es adecuado, y que es útil (por plástico y efectista), pero creemos que no es absoluto, y que puede ser mejorado, porque quizá no proviene de lo esencial del fenómeno al que se refiere ni tal vez evoca lo que pudiera ser su base material o su especificidad epistemológica. Por eso, nosotros lo proponemos con humildad como provisional y mejorable.

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=65771

LOS SACERDOTES DEL TEMPLO SIGUEN LO MISMO.



 

“Andrés ¿Quién te ha condenado?”

 

Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

Arzobispo de Granada Javier Martínez, anterior presidente de la Comisión episcopal de Doctrina de la Fe.

Padre Rico Pavés, secretario de la citada comisión

 

Como avalistas de la condena: El presidente de la conferencia episcopal, cardenal Rouco Varela, y el obispo de Almería, actual presidente de la comisión, Adolfo González-Montes.

Andrés Torres Queiruga

En viernes de Dolores, otro teólogo crucificado. Y esta vez se trata de uno de los más importantes y prestigiosos teólogos españoles, el gallego Andrés Torres Queiruga. Lo condenan los obispos de la comisión permanente, a través de una nota de la Comisión para la Doctrina de la Fe, que dirige el obispo de Almería, Adolfo González-Montes. Sin juicio previo y sin darle oportunidad de defenderse, los prelados aseguran que sus escritos teológicos «no se compadecen con lo que afirma la doctrina de la Iglesia» y, además, «siembran inquietud entre los fieles».

La nota condenatoria señala nada menos que siete errores del teólogo gallego. Entre ellos, el negar «el realismo de la resurrección de Jesucristo, en cuanto acontecimiento histórico (milagroso) y trascendente», el «carácter indeducible de la Revelación» o «la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Cristo y de la Iglesia».

La nota episcopal consta de 10 folios prolijos y con abundante aparato bibliográfico. Con intentos de explicaciones técnicas sobre cuestiones teológicas, que se le reprochan al autor. De todas formas, la nota no le acusa de hereje ni condena taxativamente su obra. Sólo quiere «salvaguardar aspectos esenciales de la doctrina de la Iglesia, para evitar la confusión en el Pueblo de Dios».

 

De ahí que invite al profesor Torres Queiruga a que «siga clarificando su pensamiento y lo que ponga en plena consonancia con la tradición de fe autorizadamente enseñada por el Magisterio de la Iglesia».

El escrito episcopal está firmado por el presidente de la Comisión para la Doctrina de la Fe y obispo de Almería, Adolfo González-Montes, y el secretario de la misma, José Rico Pavés, aunque, en el último epígrafe señala que cuenta con la aprobación de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española.

Sin posibilidad de defensa

Los sectores más talibanizados de la Iglesia española se han cobrado una nueva pieza. A Torres Queiruga lo tenían en su punto de mira desde hacía años. Pero, hasta ahora, no se habían atrevido a ponerle el sambenito de cuasi hereje. Saben de su predicamento nacional e internacional y de la profunda solidez de su obra teológica, reconocida y defendida por los más importantes colegas de Europa y del mundo.

Los promotores de su condena son el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; el arzobispo de Granada y anterior presidente de la Comisión episcopal de Doctrina de la Fe, Javier Martínez, así como el secretario de la citado comisión, el padre Rico Pavés. Como avalistas de la condena figuran el presidente de la conferencia episcopal, cardenal Rouco Varela, y el obispo de Almería, actual presidente de la comisión, Adolfo González-Montes, otrora compañero en la Pontificia de Salamanca de Torres Queiruga.

Coloquio de clarificación

Para cubrir las apariencias y cuando ya la decisión de condenar la obra del teólogo gallego estaba tomada, la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe invitó al teólogo a un coloquio de clarificación, en la que estuvieron presentes monseñor González Montes, José Rico, Enrique Benavent, el propio Queiruga y el teólogo dominico Martín Gelabert.

Allí el autor ofreció todo tipo de explicaciones a su obra, pero, al poco tiempo, recibió una carta de monseñor González Montes, en la que, a pesar de reconocerle «que desea de corazón mantenerse fiel a la fe de la Iglesia católica», asegura que «algunas de sus propuestas teológicas son incompatibles con la fe, tal como ha sido legítimamente formulado por su Magisterio auténtico».

En carta, fechada el 28 de marzo, monseñor González-Montes advierte al teólogo que va a ser condenado, a pesar de que sostenga que «no pretende expresar nada que pueda ser contrario a la doctrina de la fe» y que «sus escritos quieren mantenerse en todo momento en el campo de la explanación teológica y en el legítimo debate». Aún así, la comisión que preside entiende que «sus explanaciones y aclaraciones teológicas afectan al contenido de la fe, al intentar verter este contenido en un lenguaje que usted quiere que sea acorde con la mentalidad contemporánea».

El teólogo, triste y desolado

Andrés Torres Queiruga se ofreció a presentar todo tipo de explicaciones teológicas. En carta de 13 de marzo de 2012 al propio González-Montes, el teólogo le dice que está en posesión «de un documento, preparado para su difusión pública, sin notificación previa ni diálogo personal» y advierte que «una manifestación pública y oficial en cuestión tan grave y delicada depende mucho menos del contenido que del hecho mismo de publicarla, por lo que supone como descalificación y sospecha respecto a mi persona y de mi trabajo teológico».

Pero, como bien sabía el teólogo, la decisión estaba tomada y la condena se produjo hoy, en vísperas de vacaciones de Semana Santa. Queiruga se siente triste ante una nota que considera «no sólo injusta, sino sobre todo teológicamente infundada y desviada».

Cree, además, que «la rectitud de una obra como la mía no sería cuestionada en ninguna otra nación europea con una seria tradición teológica». Porque, como señala el autor, ahora condenado, «todo mi trabajo teológico ha estado siempre presidido por un cuidado exquisito en preservar la fe de la Iglesia, tratando de repensarla con espíritu constructivo, para que resulte fundada, comprensible y vivible para los hombres y mujeres de hoy».

Más aún, está tan convencido de la ortodoxia de sus afirmaciones teológicas que pide que «si en algún punto se juzga que mis opiniones pueden lesionar la fe, se demuestre con razones que corrijan o refuten las que yo ofrezco».

Por todo ello y ante la condena episcopal, Queiruga muestra su «sorpresa», por «un procedimiento eclesialmente irregular, que ha roto las normas fundamentales de la fraternidad cristiana». También acusa a la nota de «escándalo», por tratarse de un juicio público «sin fundamentar» sobre «la reputación de un teólogo que ha dedicado, y piensa seguir dedicando, su vida al estudio y anuncio de la fe». Un juicio que vive como «una descalificación personal y objetivamente se expone a una calumnia pública en materia muy grave».

Y, por último, Queiruga muestra su tristeza «por la innecesaria perturbación que causará en tantos fieles» y «por el duro golpe que supondrá para la credibilidad pública de la fe, que muchos juzgarán, una vez más, lastrada por un peso autoritario y una negación de la libertad intelectual».

Manuel Vidal

Fuente: http://www.fecansada.com

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