Un Papa raro: con «sentido del humor»


El 16 de abril de 2012 Benedicto XVI cumple 85 años. Y tres días después cumple siete años de pontificado. Un escritor traza un perfil. Una sorpresa

por: Andrea Monda

«La alegría profunda del corazón
es también el verdadero supuesto del ‘humor’;
así el ‘humor’,
bajo cierto aspecto,
es un indicador,
un barómetro de la fe».

(Benedicto XVI)

*

No he hecho un examen minucioso, pero estoy dispuesto a apostar que si se analizaran las reiteraciones verbales presentes en el interior de los textos de Benedicto XVI, la palabra más utilizada sería “alegría”.

Partimos de una de las numerosas afirmaciones suyas sobre la importancia, para el cristiano, de la alegría, y tratamos de aplicarla a este Papa que se presentó apenas fue elevado al papado como «humilde trabajador en el viña del Señor». Es una frase extraída del libro-entrevista «Luz del mundo» y, puesta casi al comienzo, suena categórica:

“Toda mi vida ha estado atravesada siempre por un hilo conductor, que es el siguiente: el cristianismo da alegría, ensancha los horizontes. En definitiva, una existencia vivida siempre y solamente «en contra de» sería insoportable”.

Primer punto: alegría y razón están ligadas. La ligazón se encuentra en esta extraña religión que «amplía los horizontes». Hablando de su conversión, Gilbert K. Chesterton escribió: “convertirse en católico ensancha la mente”, y más adelante dice: “convertirse en católico no significa dejar de pensar, sino aprender a hacerlo”.

Segundo punto, una sorpresa: quizás estábamos habituados a la idea de un Papa revolucionario, de un Papa «en contra de», pero he aquí que llega repentinamente la desmentida, porque no se puede vivir “siempre y solamente ‘en contra de’”.

Obviamente, la contraposición es sólo aparente. En la misma frase, más adelante, el Papa lo define efectivamente en forma precisa: “Pero al mismo tiempo he tenido siempre presente, aunque en distinta medida, que el Evangelio se encuentra en oposición a las constelaciones poderosas. […] Soportar ataques y oponer resistencia forma efectivamente parte del juego; es una resistencia, pero que tiende a sacar a la luz lo que hay de positivo”.

Resistencia, entonces, quiere decir abandono de toda resignación, lamento o resentimiento, y camino de búsqueda paciente y tenaz de “lo que hay de positivo”, búsqueda de esa bondad que está escondida en los pliegues de la historia de los hombres. Este es el coraje de Benedicto, el coraje de la alegría:

“La alegría simple, genuina, se ha tornado muy rara. La alegría está hoy en cierto modo cada vez más cargada de hipotecas morales e ideológicas. […]. El mundo no se convierte en algo mejor si está privado de la alegría, el mundo tiene necesidad de personas que descubran el bien, que sean capaces de experimentar alegría por ello y que de este modo reciban también el estímulo y el valor para hacer el bien. […]. Tenemos necesidad de esa confianza originaria que en última instancia sólo puede darla la fe: que en definitiva el mundo es bueno, que Dios existe y es bueno. De aquí deriva también el coraje de la alegría, que a su vez se convierte en compromiso para que los demás puedan también alegrarse y recibir la buena noticia”.

Humildad quiere decir valentía, la valentía de la alegría.

Alegría y humildad progresan o retroceden de la mano. Chesterton lo había entendido bien en su breve pero denso ensayo de 1901 sobre la humildad:

“Según la nueva filosofía de la autoestima y de la autoafirmación, la humildad es un vicio. […] Ella acompaña a toda gran alegría de la vida con la precisión de un mecanismo de relojería. Por ejemplo, nadie ha estado jamás enamorado sin abandonarse a una verdadera y propia orgía de humildad. […] Si hoy la humildad ha sido desacreditada como virtud, no será del todo superfluo observar que este descrédito coincide con la gran regresión de la alegría en la literatura y en la filosofía contemporáneas. […] Cuando somos genuinamente felices pensamos que no merecemos la felicidad. Pero cuando pretendemos una emancipación divina, parece que tuviéramos la certeza absoluta de no merecer nada”.

Alegría y humildad, entonces. Las dos están o caen juntas. Falta una pequeña cuña pero que está muy presente en el hombre y en el Papa bávaro: el humor.

Para Benedicto XVI, alegría y humor están estrechamente conectados. Escribe como conclusión de su ensayo de teología dogmática “El Dios de Jesucristo”:

”Una de las reglas fundamentales para el discernimiento espiritual podría ser entonces la siguiente: donde falta la alegría, donde muere el humor, allí no está ni siquiera el Espíritu Santo, el Espíritu de Jesucristo. Y por el contrario: la alegría es un signo de la gracia. Quien está profundamente sereno, quien ha sufrido sin por eso perder la alegría, ese no está lejos del Dios del Evangelio, del Espíritu de Dios, que es el Espíritu de la alegría eterna”.

Decía Jacques Maritain que una sociedad que pierde el sentido del humor prepara su propio funeral.

El humor como camino para la alegría; el «sense of humour» como modo gracioso (en el sentido más sano del término) de vivir la vida, partiendo del punto fundamental: la esencia del cristianismo es la alegría. Para decirlo con Chesterton, maestro del humor, “la alegría es el gigantesco secreto del cristiano”. Escribe Benedicto XVI en «La sal de la tierra»:

“La fe da alegría. Si Dios no está aquí, el mundo es una desolación, y todo se torna aburrido, cada cosa es totalmente insuficiente. […] El elemento constitutivo del cristianismo es la alegría. Alegría no en el sentido de una diversión superficial, cuyo fondo puede ser también la desesperación”.

Si el mundo vuelve la espalda a Dios, nos dice el Papa-teólogo y ex prefecto del ex Santo Oficio, no se condena a la mentira, a la blasfemia y ni tampoco a la herejía, sino al aburrimiento. Nos viene a la mente la frase de Clive S. Lewis, pronunciada cuando todavía no se había convertido del ateísmo al cristianismo: “Los cristianos están equivocados, pero todos los demás son aburridos”.

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(s.m.) La página reproducida líneas arriba está extraída del último capítulo del libro sobre Benedicto XVI que ha publicado el autor en estos días:

Andrea Monda, «Benedetta umiltà. Le virtù semplici di Joseph Ratzinger», Lindau, Torino, 2012, pp. 192, euro 14,00
.

Al trazar el perfil del Papa, Monda pone decididamente en el centro de la escena dos de sus virtudes: la humildad «y su fruto más apetecible», el humor:

«Son dos palabras que encuentran en ‘humus’, tierra, una raíz etimológica común. Aquél que es ‘tierra tierra’, aquél que no se ensoberbece, es a un mismo tiempo humilde y está dotado de humor, porque advierte que existe un mundo más grande que su propio yo, y que más allá de este mundo, hay Alguien que es todavía más grande. Humildad y humor son el secreto de la vida, sobre todo para un católico, y son dos rasgos que caracterizan en sumo grado al hombre Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, no menos que su obra».

Andrea Monda se ha graduado en la Pontificia Universidad Gregoriana. Enseña religión en los liceos de Roma. Escribe en varios diarios y periódicos. Es autor de volúmenes dedicados a Tolkien y a C. S. Lewis.

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Traducción en español de José Arturo Quarracino, Buenos Aires, Argentina.

____http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350221?sp=y______

COLOMBIA: TALLERES CON LA DRA. ADRIANA MASIERI


Cordial Saludo:
Anexo nuevamente las invitaciones a las dos actividades que se desarrollarán con la Dra. Adriana Masieri a finales del presente mes, y el formato de inscripción para que por favor lo diligencien y lo envíen a este correo.
Les compartimos algunas palabras de la Dra. Masieri: 
El trabajo esta dirigido a aquellos que sienten una urgencia de transformación anímica y quieren que su Yo verdadero sea quien tome las riendas de su vida.  Sin embargo desaliento a participar  a aquellas personas que tienen el hábito de victimizarse, debido a que ellos podrían sentirse decepcionados porque el taller no está dirigido a la autocomplacencia, o sea  a fortalecer el sentimiento de víctima, sino al cambio lleno de coraje. El sentimiento de víctima es un producto de la astralidad, en cambio la necesidad de transformación es una determinación del Yo verdadero. A quienes buscan esta determinación, esta dirigido este Taller».
Feliz fin de semana!!!
GRUPO ORGANIZADOR
Celular: 300 816 54 57 Janeth Marulanda
Celular: 311 349 74 56 Sandra Orozco

Benedicto XVI en el caos: Los sacerdotes de Europa llaman a «desobedecer»


Publicado por poetas indignos en 15/04/2012

El Papa Benedicto XVI se enfrenta a una bulliciosa movimientos de desobediencia en Europa, que han ganado un nuevo impulso tras los escándalos de sacerdotes pedófilos.

El fenómeno afecta a toda Europa, pero en dos países donde las iglesias se han visto particularmente afectados por estos abusos que el reto es la peor: Austria e Irlanda.

Austria, donde un ex arzobispo, Hans Hermann Gror, fue acusado de la pedofilia, se ha convertido en un laboratorio del desafío.

400 la religión se inició allí en 2011 la «Iniciativa de los sacerdotes», un «llamado a la desobediencia religiosa» que se extiende en Alemania y reclamando la ordenación de mujeres. Hasta el punto de que Benedicto XVI, en un discurso a los sacerdotes en el Jueves Santo de 1500, se refirió a la iniciativa y aseguró que esta desobediencia, que amenaza con conducir a un cisma, no es una buena opción para renovar la Iglesia.

Es también en Austria en los últimos días, el cardenal de Viena, Christoph Schönborn, cerca de Benedicto XVI, recibido y confirmado en el cargo a un homosexual parroquial concejal, su pastor lo desaprueba.

Convocatoria para la reforma

En Irlanda, donde se traumatizó a la Iglesia por las revelaciones de miles de abuso de menores, un vasto movimiento cree que la Iglesia debe renovar sustancialmente la anticoncepción de aceptar, las mujeres sacerdotes, sacerdotes casados …

820 de los 3400 sacerdotes irlandeses han cerrado filas en torno a uno de ellos, el Padre Tony Flannery, criticó al Vaticano, que requiere un desarrollo liberal de la Iglesia.

Alemania, Bélgica, los Países Bajos, los países de donde muchos de los abusos salieron a la luz-, Francia, Gran Bretaña, España, las protestas fueron organizadas también. Los derechos de las mujeres y los homosexuales en la Iglesia son la principal preocupación.

Para los manifestantes, la crisis se originó en un apretón del Vaticano sobre los modales y su rechazo a las reformas. Según ellos, la extensión del escándalo de pedofilia se debe principalmente a la negativa a considerar la sexualidad en la vida de los sacerdotes.

En la parte superior de las tensiones sobre el terreno: en el sur de Alemania, en particular, algunos feligreses están protestando en contra de la agrupación de parroquias debido a la falta de sacerdotes. Consideran que una mayor participación de los laicos y los sacerdotes casados podría llenar este vacío.

Esto no es sólo en el campo «progresista» que las rebeliones Papa caras: los fundamentalistas de la Fraternidad San Pío X rechaza el Concilio Vaticano II.

En su discurso del Jueves Santo en la Basílica de San Pedro, Benedicto XVI lamentó una «situación dramática a menudo de la Iglesia», preguntándose si la resistencia en todas las direcciones que se puede hacer: «La desobediencia es es una forma de renovar la Iglesia? »

Joseph Ratzinger, llamado también «no simplifica el problema» de las reformas, admitiendo que el deseo de cambio fue motivado el mismo Cristo frente a los sacerdotes judíos de su tiempo.

Contra la inacción

Benedicto XVI también reconoció una cierta sinceridad de los reformadores de Austria, «cuando dicen que están convencidos de que debemos hacer frente a la lentitud de las instituciones a través de medidas drásticas para abrir nuevos caminos.»

Si el Papa se niega a las reformas principales en el matrimonio de los sacerdotes, el sacerdocio de las mujeres o la comunión de los divorciados vueltos a casar, él habló en contra de «la inacción y el endurecimiento», consciente de que la Iglesia no sólo debe imponer reglas.

El Papa, que ha criticado en varias ocasiones recientemente una tendencia de algunos sacerdotes a descuidar a los laicos, también elogió a la Pascua, en un discurso notable, el papel de «núcleo» de las mujeres en las comunidades cristianas, implícitamente llamando a que su papel es extendida.

El Matin.ch

Ver nada de lo que es mejor …

Fuente: http://poetesindignes.wordpress.com/2012/04/15/benoit-xvi-dans-la-tourmente-les-pretres-deurope-appellent-a-desobeir/

Colombia: Declaración de la Cuarta Cumbre de Líderes Indígenas de las Américas


Por Neida Luzardo

Cartagena, 15 de abril, 2012.- Reunidos durante el 11 y 12 de abril más de 200 delegados originarios participaron en la IV Cumbre de Líderes Indígenas de las Américas (CLIA) espacio de debate desde una visión indígena de los temas centrales en la agenda de los mandatarios reunidos en la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, Colombia.

“Tejiendo Alianzas por la defensa de la madre tierra” fue la consigna que unió a los líderes indígenas presente en el encuentro, desarrollado en Cartagena en el espacio de los foros sociales, en el que se abordaron temas como los objetivos del milenio, la seguridad colectiva, el impacto de los mega proyectos en territorios ancestrales, el cambio climático y la comunicación de los pueblos indígenas frente a las tecnologías de información y comunicación.

Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas, Derecho a la libre determinación, reconocimiento de Gobiernos Propios de los Pueblos Indígenas y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos fueron otros de los temas que generaron debate en la VI CLIA.

Los comunicadores indígenas también dijeron presente en la IV CLIA ya que se pronunciaron para que los Estados reconozcan a los procesos y medios de comunicación como pilares en la construcción de democracia y patrimonios culturales de la humanidad. Destacaron el Año 2012 como Año Internacional de la Comunicación Indígena, instituido en la Primera Cumbre Continental Indígena realizada en la María Piendamo en 2010.

En un comunicado entregado en la IV CLIA los comunicadores indígenas exigieron a los Estados miembros de la OEA que apropien y reconozcan los espacios legítimos de los pueblos indígenas como son la Cumbre de Comunicación. Exigieron a jefes de Estado de las Américas que apropien y reconozcan estos espacios como legítimos para la participación y la inclusión de los pueblos como actores políticos y sujetos de derecho y anunciaron la realización de la del XI Festival de Cine y Video de los Pueblos Indígenas a realizarse en septiembre y octubre de 2012 en Colombia.

Declaración Final de la IV Cumbre de Líderes Indígenas de las Américas

“Tejiendo Alianzas por la Defensa de la Madre Tierra”

Cartagena de Indias, Colombia

Abril 11 y 12 de 2012

Nosotros, los Gobiernos de los Pueblos, Naciones y Organizaciones Indígenas de Sudamérica, Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, en el ejercicio de nuestro derecho a la libre determinación y en defensa de la Madre Tierra, caminamos juntos la palabra.

Considerando

1. Que el modelo de desarrollo económico implementado por los Estados del continente americano desconoce nuestra realidad y nuestro Desarrollo Propio; omite el reconocimiento del buen vivir, el equilibrio y la armonía de nuestro ser indígena con la Madre Tierra.

2. Que las políticas Estatales de mitigación y reducción de los impactos del cambio climático han resultado ineficaces y han evidenciado su fracaso, promoviendo la mercantilización del ambiente (REDD+, bonos de carbono y economía verde).

3. Que la adopción e implementación de la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser un compromiso de los Estados para detener el etnocidio de nuestros pueblos.

4. Que la hoja de coca tiene un carácter sagrado, milenario y cultural y es alimento material y espiritual para nuestros pueblos.

5. Que se debe garantizar el ejercicio de la libre determinación de nuestros pueblos y fortalecer nuestra calidad de Gobiernos Propios en las instancias internacionales.

6. Que los Estados Americanos miden la inequidad social y/o prosperidad de los Pueblos Indígenas a través de indicadores y metas generalizadas y no a través del ejercicio efectivo de nuestros derechos reales sobre los territorios ancestrales. Impidiendo el deber de protegerlos, respetarlos y salvaguardar a la Madre Tierra como sujeto de derechos.

7. Que La integración regional debe consolidarse como un espacio de reconocimiento y respeto por nuestros pueblos, así como la superación de la inequidad social y toda práctica colonialista en las relaciones entre los Estados y entre éstos y los pueblos

DECLARAMOS a los jefes de los Estados de la Región, reunidos los días 14 y 15 de 2012 en el marco de la VI Cumbre de las Américas realizada en Cartagena de Indias, Colombia, lo siguiente:

I. Frente al modelo de desarrollo económico:

1. Este se ha reducido a la intervención y al despojo ilegítimo de nuestros territorios, así como a la sobreexplotación de los bienes naturales que hemos conservado milenariamente, sometiéndonos inevitablemente al genocidio y al exterminio.

2. Afirmamos que la superación de la inequidad social de nuestros pueblos debe alcanzarse a través de la adopción e implementación de instrumentos jurídicos y políticas públicas que nos protejan y garanticen el ejercicio de nuestros derechos, previniendo potenciales vulneraciones, la devastación de nuestro territorio, así como las afectaciones que pongan en peligro nuestra pervivencia física y permanencia cultural.

3. La Integración Regional debe superar la perpetuación de la intervención económica, política y social en nuestros territorios.

II. Frente al cambio climático:

1. Dado el carácter de ser vivo que tiene la madre Tierra, existe la necesidad de implementar nuestros aportes y prácticas milenarias que mitigan y reducen los impactos del fenómeno del cambio climático.

III. Frente a la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas:

1. Requerimos un compromiso serio y respetuoso por parte de los Estados dirigido a fortalecer económica y políticamente el proceso de concertación con las autoridades y organizaciones representativas de los Pueblos Indígenas de la región, que permita adoptar e implementar en el término de un año este instrumento jurídico y consecuentemente se cumpla con los deberes y obligaciones que por naturaleza le son inherentes a los Estados. Manifestamos nuestra preocupación frente a la decisión de países como Estados Unidos y Canadá de retirarse del proceso de negociación poniendo en riesgo el consenso y los acuerdos logrados en 13 años de negociaciones.

2. Respetar el principio de progresividad de los derechos y abstenerse de incorporar en la Declaración Americana de Derechos de los Pueblos Indígenas disposiciones regresivas y tener como estándar mínimo para las negociaciones, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Instamos a fomentar el diálogo y no cerrar los canales de comunicación sobre los ejes fundamentales para la protección de los pueblos indígenas.

IV. Frente al Derecho a la libre determinación y el reconocimiento de Gobiernos Propios de los Pueblos Indígenas:

1. Implementar un espacio de diálogo y articulación permanente y horizontal dentro de la estructura de la OEA, con el fin de garantizar la consolidación de los principios democráticos dentro de la Organización. Esta instancia debe avanzar en la implementación y seguimiento de las políticas gubernamentales que afecten a los pueblos indígenas, así como evaluar la continuidad de los acuerdos celebrados entre los estados y los indígenas del continente, como también las decisiones tomadas en el marco del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

2. Respaldamos todos los procesos de consulta a los pueblos indígenas en el marco del convenio 169 de la OIT.

3. Despenalizar el consumo de la hoja de coca en su estado natural por tener carácter sagrado, milenario y cultural y es alimento material y espiritual para nuestros pueblos.

4. Que los gobiernos de las Américas contribuyan a la democratización de la palabra y sus estrategias de comunicación propia mediante la apertura y ejecución conjunta con las organizaciones indígenas, verdaderas políticas públicas diferenciales en el tema de la comunicación indígenas. Legitimar el mandato de la Primera Cumbre Continental de Comunicación indígena del Abya Yala, realizado en el Cauca, Colombia, como la hoja de ruta para los planes estratégicos de los pueblos y Estados en el tema de comunicación diferencial.

V. Frente al Sistema Interamericano de Derechos Humanos:

1. Instamos a los órganos de protección del Sistema Interamericano (Comisión y Corte Interamericana de derechos Humanos) a proteger los derechos de los pueblos indígenas, en consonancia con los instrumentos internacionales de protección de Derechos humanos, en donde deberá primar la protección de los pueblos Indígenas por encima de la ejecución del modelo de desarrollo económico extractivo y de desterritorialización adelantado por los Estados de la región.

2. Convocamos a los Estados a reconocer y aplicar los mandatos del Sistema Interamericano.

VI. Frente a los Derechos Humanos:

1. Solicitamos a los Estados que frente a la existencia de cualquier conflicto, primen las soluciones políticas; en ese sentido, instamos al Estado colombiano a generar todas las condiciones en lo que sea de su competencia, a buscar una solución política al conflicto armado que nos aqueja, de lo contrario se perpetuará el exterminio al que actualmente están sometidos nuestros hermanos colombianos.

2. Exigimos respeto de los Estados hacia nuestros territorios y a nosotros mismos, en razón a la campaña de militarización y criminalización a la que nos han sometido en la región.

3. Invitamos a la adopción de una Convención Americana que proteja real y efectivamente el derecho al Consentimiento Previo, Libre e Informado. Este instrumento jurídico debe ser respetado por los Estados en consonancia con el carácter de derecho humano del mismo y su contenido inescindible con la existencia de los pueblos indígenas.

4. Las políticas diseñadas para proteger e implementar los derechos de los pueblos indígenas deben construirse de manera concertada y garantizar su enfoque diferencial.

5. Doblegar esfuerzos en la protección de los niños, niñas, mujeres y jóvenes indígenas.

6. Consolidar la seguridad jurídica de los territorios indígenas, ratificar nuestra ocupación y posesión ancestral, así como garantizar el goce efectivo del derecho a la propiedad territorial.

Recomendamos:

Apoyamos la demanda marítima de Bolivia e instamos a los Estados involucrados a encontrar soluciones definitivas y a la brevedad posible, en el marco de la integración regional para el buen vivir y la prosperidad del Abya Yala (Américas).

En este marco de integración de los pueblos, específicamente de los indígenas y siendo el año 2012, de reencuentro, de reconciliación, de nuevos tiempos, sugerimos que la República Hermana de Cuba pueda participar desde la próxima Cumbre de las Américas.

Finalmente, mantenemos nuestra disposición de continuar fortaleciendo los procesos democráticos y de diálogo en la región, considerando que mientras los Estados del hemisferio manifiesten su voluntad política y avancen en la construcción de vías discusión, nuestros Gobiernos Propios caminarán hacia la construcción de un Tratado de los Derechos de los Pueblos Indígenas que ratifique nuestros derechos milenarios y fortalezca nuestras alianzas en defensa de la Madre Tierra.

Con el propósito de fortalecer nuestra integración y unidad, adicionalmente decidimos

Constituir el Consejo de las Organizaciones Sociales de los Pueblos del Abya Yala (Américas).

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Fuente: Wayuunaiki

http://servindi.org/actualidad/62904?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Servindi+%28Servicio+de+Informaci%C3%B3n+Indigena%29

Nueva Ordenación de Mujeres


15ABR

Miriam Picconi y Wanda Russell. Palm Beach (EEUU)

Miriam Picconi y Wanda Russell fueron ordenadas ayer, 14 de abril,  por la Asociación de Sacerdotisas Católicas Romanas, una asociación que urge a la Iglesia Católica a aceptar mujeres al sacerdocio sin más demora. En palabras de Picconi: ”no se puede esperar otra generación.” “Si esperamos a que Roma cambie, probablemente nunca suceda” añade Russell.

Miriam Picconi entró con 20 años en la Comunidad de las Siervas Misioneras de la Sagrada Trinidad  y ha sido religiosa durante más de 25 años. Por su parte, Wanda Russell pasó un año con las Hermanas de Loretto aunque no llegó a hacer sus últimos votos. Posteriormente se casó, tiene una hija y ha trabajado como asistente social durante 25 años.

Cerca de 150 personas asistieron a la ceremonia que tuvo lugar en la Unitarian Universalist Society en Ormond Beach, donde la obispa Bridget Mary Meehan presidió la celebración siguiendo el mismo rito utilizado en la ordenación de sacerdotes varones. Con ellas son ya cerca de 130 las mujeres ordenadas después de obtener un máster en un ministerio pastoral o equivalente. Como muchas otras celebrarán en sus casas o en pequeñas comunidades, manteniendo la colegialidad con las demás comunidades.

”Cuando descubrí el amor incondicional y profundo de Dios, se convirtió en una pasión” dijo Picconi. “No se trata de obedecer leyes y normas, aunque es necesario que haya unas directrices. En última instancia se trata de responder al amor de Dios. No desde el miedo. Ni desde la obligación. Sino desde el amor”

Más información en News Journal I y II

http://eukleria.wordpress.com/2012/04/15/nueva-ordenacion-de-mujeres/

La secta secreta El Yunque, acorralada: el juez admite la demanda contra sus líderes


LES ACUSAN DE CAPTAR MENORES DE EDAD Y ADOLESCENTES

La secta secreta El Yunque, acorralada: el juez admite la demanda contra sus líderesEl presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga (Efe).

José L. Lobo –

Un juzgado de Madrid ha admitido a trámite la demanda interpuesta por el abogado Pedro Leblic, en representación de un grupo de padres católicos, contra la secta El Yunque y sus presuntos líderes, entre ellos Ignacio Arsuaga, presidente de la plataforma Hazte Oír, y Eduardo Hertfelder, del Instituto de Política Familiar, dos de las asociaciones que supuestamente sirven de tapadera a la sociedad secreta.

La demanda, presentada el pasado 29 de febrero, exige la disolución de El Yunque y de las plataformas que la secta utiliza como pantalla de sus actividades clandestinas: Hazte Oír, Instituto de Política de Familiar, Profesionales por la Ética, Organización del Bien Común y Asociación de Montaña a Contracorriente. En ella, además, se pide al juez que declare la pertenencia a El Yunque de Arsuaga, Hertfelder, Jaime UrcelayLiberto Senderos y Leonor Tamayo.

El Yunque es una secta de carácter paramilitar vinculada al integrismo católico de ultraderecha, nacida en México en 1952, que capta a menores y adolescentes con el objetivo de infiltrarse en las estructuras del poder político para «instaurar el reinado de Cristo en la tierra». Sus miembros consagran sus vidas a «preparar una aristocracia del espíritu que debe gobernar España según los dictados evangélicos».

Leblic argumenta que la Constitución prohíbe en su artículo 22.5 las asociaciones secretas y de carácter paramilitar. Y asegura que su objetivo es poner al descubierto «unos hechos de enorme gravedad que atentan contra la convivencia y las normas civiles y constitucionales que regulan la sociedad española». Entre la exhaustiva documentación que acompaña la demanda se incluye un detallado informe sobre el modus operandi de El Yunque elaborado por el profesor Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación católica Educación y Persona, que fue entregado en 2010 al presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio Rouco Varela.

La vista previa, en verano

El Juzgado de Primera Instancia número 45 de Madrid admitió a trámite la demanda el 12 de marzo, y el pasado viernes notificó su decisión a la Fiscalía y a las partes. Los demandados tienen ahora un plazo de 20 días para presentar sus alegaciones. Y el juez les advierte de que, de no hacerlo, se les declarará en situación de rebeldía procesal. La vista previa se celebrará, probablemente, en el verano, y el juicio no antes de final de año.

El juez debe también decidir cuántos testigos podrán prestar declaración en el juicio. Leblic ha asegurado a El Confidencial que cuenta con el testimonio decerca de tres docenas de testigos, entre ellos varios ex miembros de El Yunque, jóvenes que fueron captados en su día por la secta y personas a las que los líderes de la sociedad secreta confesaron en privado su pertenencia a la misma.

http://www.elconfidencial.com/espana/2012/03/20/la-secta-secreta-el-yunque-acorralada-el-juez-admite-la-demanda-contra-sus-lideres-94634/

Mujeres ordenadas… reflexiones breves


Posted: 14 Apr 2012 12:00 AM PDT

– Jueves Santo: Benedicto XVI rechaza de nuevo la posibilidad de ordenar mujeres, diciendo que la Iglesia no está autorizada a hacerlo. Una afirmación discutible, en la que no entraré ahora.

– Sábado después de Pascua: Dos mujeres pertenecientes a la Iglesia Católica Romana serán ordenadas en los Estados Unidos, después de años de discernimiento y espera, dentro del movimiento Roman Catholic Women Priests.

Una de ellas ha sido religiosa durante 25 años. La otra es seglar y madre de una hija ya casada. Ambas tienen estudios civiles y eclesiásticos y se dedican preferentemente a la atención a las personas sin hogar, a la relación ecuménica y los estudios bíblicos.

– Una de las mujeres tiene 68 años. Son muchas las que mujeres maduras que dan este paso y transgreden la ley eclesiástica después de estar esperando toda la vida a que las circunstancias -o el parecer de los hombres- cambien. Un acto de valentía que quizás se puede asumir con mayor libertad cuando se han cumplido muchos años. En todo caso, la señal también de que la vocación no desaparece con el tiempo, aunque los hombres de la Iglesia pretendan encauzarla proponiendo caminos alternativos.

– Si la vocación, toda vocación, viene de Dios, entonces todos los discursos de los hombres a favor o en contra de la ordenación de las mujeres son vanos.


– Si toda vocación viene de Dios, cada una debe ser discernida individualmente y con honradez, se trate de hombres o mujeres. Lo contrario es ser injusto con Dios mismo.

– Casi todos conocemos a mujeres con vocación sacerdotal. Seguramente no lo dirán, pero… A veces, algunas levantan levemente el velo que las oculta. Yo las he encontrado entre seglares y religiosas, tanto de vida activa como contemplativa.

– Cualquier obispo debería estar contento de contar con personas que han sido probadas durante años en su vocación y han sido fieles al Señor a pesar de tantas dificultades.

Honestamente, deberían preguntarse cuál es la verdadera razón de que no se alegren delante de tal nivel de fortaleza cuando se trata de mujeres.

– Hechos:

  • Las ordenaciones de mujeres continúan a pesar de ser castigadas con la máxima pena canónica.
  • Más y más personas están a favor de que las mujeres sean ordenadas.
  • Hay más mujeres que siguen esperando o preparándose para la ordenación.
¿Qué os parece? 
¿Quién se cansará antes: los hombres de decir «no» o el Espíritu Santo de decir «SÍ»?
Fuente: http://www.labisbessa.wordpress.com
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Nota adm: «Dios me lleva y donde El habla, los hombres deben callar» Beata Laura Montoya. P.Carlos E.Mesa:Laura Montoya:Una Antorcha de Dios en las selvas de América. pág. 109 Primera edición 1999. Imprelibros-Colombia.S.A.

MARTA Y MARIA: Dolores Aleixandre rscj


 

18MAR

DOLORES ALEIXANDRE

Publicado en FE ADULTA

Nunca olvidaré aquella sobremesa en la que las palabras de Jesús sanaban nuestra secreta ambición de llenar nuestra vida de “obras” y nos convertía a todos, hombres y mujeres, en oyentes de su Palabra y poseedores de esa “mejor parte” que es la suerte de quienes la escuchan.

– No puedo estar de acuerdo contigo, Pedro, te estás atribuyendo unos méritos que no son tuyos. Cuando Jesús nos envió a predicar, el que recorrió más aldeas y se acercó a más gente fui yo.– ¡Pero quien se atrevió a tomar la palabra en la sinagoga de Cafarnaúm fui yo!

– Claro, pero mientras vosotros hablabais, yo me estuve dedicando a imponer las manos a los enfermos del pueblo que eran los más parecidos al hombre tirado en la cuneta al que el samaritano socorrió. Y ya escuchasteis  a Jesús: eso es precisamente lo que tenemos que hacer…

La discusión se iba haciendo cada vez más acalorada y cada uno mostraba sus acciones, méritos y empresas, como si fueran las hazañas militares de un puñado de héroes. Me extrañó que Jesús permaneciera callado, acostumbrados como estábamos a oírle intervenir en nuestras disputas acerca del primer puesto en lo que fuera. Por eso deduje internamente que aprobaba nuestros esfuerzos, quehaceres y trabajos por anunciar el Reino. Al fin y al cabo, su manera de concluir la historia del samaritano había sido ésta: «Vete y haz tú lo mismo».

Habíamos llegado a Betania y entramos en casa de Lázaro y sus hermanas. Nuestra llegada fue acogida con alborozo mezclado con algunos indicios de nerviosismo porque, como no nos esperaban tan pronto, Lázaro no había regresado aún del campo y las cosas no estaban preparadas. Marta, una mujer decidida y práctica, tomó las riendas de la situación y, después de un saludo apresurado, se puso a dar órdenes a los criados y a ir y venir de la cocina a la sala donde iba a celebrarse la cena, dando muestras de impaciencia y agitación.

Entretanto María, la tercera de la familia, siempre más propensa a escuchar que a hablar y a acoger más que a intervenir, era la única que no parecía contagiada de la ansiedad generalizada y se había sentado tranquilamente junto a Jesús, preguntándole, escuchándole.

La verdad es que su actitud me pareció inadecuada e inoportuna: sentarse a los pies de alguien es la postura que adoptan los discípulos con su maestro y en nuestra tradición, un rabbi nunca aceptaría como discípula a una mujer. Es cierto que Jesús suele hacer caso omiso de esas costumbres (y bastantes problemas tenemos ya con su conducta), pero para todos era evidente que Marta era la que se estaba comportando correctamente al ocuparse del servicio, y que la actitud de María suponía un atrevimiento difícilmente tolerable. Por eso no nos extrañó la intervención irritada de Marta en una de sus idas y venidas y encontramos justificado su reproche al Maestro y a María.

Pero cuando ya estábamos esperando que él recomendara a María ponerse a ayudar a su hermana, el siempre sorprendente Jesús desvió el reproche hacia Marta, le echó en cara con cierto humor sus prisas y agobios y tomó partido descarado por su hermana. Dijo algo en torno a lo que importa de verdad y lo que es accesorio, y sentenció con aplomo que la que tenía razón era María y que era ella la que había acertado con lo que él venía buscando a casa de sus amigos: no un gran banquete, sino encontrar a alguien a quien poder contarle sus preocupaciones y sus deseos.

Luego, en la sobremesa, salió a relucir nuestra discusión de antes en torno a quién había trabajado más por el Reino:

«No es eso lo que importa», se puso a decirnos, «de lo que se trata es de vivir lo que el Padre quiere en cada momento y eso sólo se consigue escuchándole. Y si vivís agobiados y ansiosos, es porque vuestras acciones no nacen del deseo de hacer su voluntad, sino de vuestra propia necesidad de acumular méritos, o de creer que tenéis que ganaros su aprecio a fuerza de hacer cosas por El.

Y ¿cuántas veces os he dicho que no necesitáis conquistar nada, sino que el amor del Padre es como un tesoro que se encuentra inesperadamente, sin depender del comportamiento del que lo encontró? O como la lluvia y el sol, que no se fijan en si la tierra que los recibe es buena o mala, sino que caen sobre ella gratuitamente, y es eso lo que la hace buena y fecunda…

Marta, la próxima vez que vuelva, bastará con que prepares pan, dátiles y aceitunas, y te sentarás junto a mí como María, porque la mejor parte está a disposición de todos. Y juntos hablaremos del Padre y de cómo realizar juntos lo que El desea…»

Nunca olvidaré aquella sobremesa en la que las palabras de Jesús sanaban nuestra secreta ambición de llenar nuestra vida de “obras” y nos convertía a todos, hombres y mujeres, en oyentes de su Palabra y poseedores de esa “mejor parte” que es la suerte de quienes la escuchan.

Fuente:

eukleria.wordpress.com/2012/03/18/marta-y-maria/  

Huyeron del sepulcro, y no dijeron nada: Tenían mucho miedo (Mc 16, 8)


14.04.12 | 14:07.

Retomo el motivo de hace dos días, que donde exponía el final de Marcos. Según el extraño relato (real por no posible), según Marcos, el primero de los evangelistas, las mujeres de la pascua llegaron al sepulcro, vieron que estaba vacío y huyeron, poseídas por un pavor inmenso (tromos kai ekstasis), y no dijeron nada a nadie.

Sobre ese silencio clamoroso y pavoroso de las mujeres se asienta el evangelio de la pascua, la experiencia cristiana de la resurrección. Ellas ven lo que no puede verse (un sepulcro sin muerte) y escuchan lo que no puede decirse (¡no está aquí, ha resucitado!), recibiendo una misión que no puede cumplirse (¡decid a sus discípulos y a Pedro que les precede a Galilea!). No pueden decir ni hacer nada, simplemente huye, pues tenían miedo (ephobounto gar).

Con estas palabras, que terminan en una partícula explicativa que no explica (gar), se cierra el evangelio y empieza la misión cristiana. Cien libros se han escrito sobre ese final, empezando por el añadido posterior de Mc 16, 9-20, que la Iglesia ha tomado como canónico, para evitar de alguna forma el “escándalo” de Marcos.

Algunos comentaristas de mi blog han comenzado a explicar ese final (Fernando, Galetel…). Les prometí una explicación, que no explica, pero que sirve para situar el tema; espero que les sirva. Es algo larga, pero la dejo así, como anuncio de mis comentarios de Marcos… y como tema clave de la pascua. Estará «colgado» por dos días.

Como contrapunto ofrezco una imagen que Marcos (y el mismo Pablo) rechazaría con horror: La foto de unos fieles católicos, de una de las ciudades más sabias y ricas del mundo, que celebran la misa en torno a la “túnica” de Cristo. Marcos nos dejó ante el sepulcro vacío y el terror de unas mujeres, evidentemente sabía lo que hacía. Los que promueven misas como la de Tréveris, con túnica incluida, no saben lo que hacen. Buena octava de pascua a todos.

Fracaso final, un final abierto

Aquí culmina y empieza la paradoja del evangelio: Al llegar la hora definitiva, da la impresión de que las mismas ellas fracasan, como habían fracasado antes los Doce. También ellas se escapan, huyen del sepulcro (unir Mc 14, 50 con 16, 8) y “parece” que no van a Galilea (como les ha mandado el joven de Dios), aunque no el texto no dice que “no fueron”, sino que huyeron con miedo, sin decir nada a nadie.

Esta huida y este silencio de las mujeres que no dicen nada a nadie, porque tienen miedo constituye (con Mc 14, 3-9: la unción de Betania) un signo clave para entender el evangelio. Por eso debemos estudiarlo con cierta detención, distinguiendo los planos de lectura del texto.

 Plano textual, primer nivel.

Mc 16, 8 afirma que las mujeres han huido (ephygon) del sepulcro con miedo, y que no han dicho nada a nadie, de manera que parece que no han cumplido la palabra de Jesús. Ellas han huido lo mismo que los Doce en Getsemaní (donde emplea la misma palabra: ephygon, 14, 50), y lo mismo que el joven desnudo de la sábana (también con ephygen, 14, 52). En los tres casos ha empleado Marcos la misma palabra (huyeron), pero en sentidos muy distintos.

Los discípulos varones de 14, 50 habían quedado marcados por el “miedo de la muerte” del Mesías, de manera que no habían podido ser testigos de la cruz. El joven de 14, 52 huye desnudo dejando su sábana inútil, porque es testigo de una “vida” que nadie puede sujetar y encerrar en un sepulcro (por eso hemos dicho que en el fondo era el mismo Jesús, presentado de un modo simbólico). La mujeres, en cambio, huyen porque tienen miedo de lo que han visto y escuchado en el sepulcro de Jesús. No les ha detenido la muerte (por eso han estado ante la cruz y han ido al sepulcro). Pero les detiene el miedo (el pavor sagrado) de la resurrección y por eso huyen.

El texto no dice que “no han dicho” a los discípulos lo que han visto, ni tampoco que “no han ido” a Galilea, sino sólo que han tenido un gran temor, un éxtasis, y que han huído del sepulcro sin decir nada a nadie (en ese momento).

En un sentido es lógico que huyan, pues tampoco ellas se hallaban preparadas para entender y aceptar la novedad cristiana, para comprender el misterio de la vida que brota de la muerte. Todo lo que pueden decir resulta insuficiente, todo lo que hagan es al fin inadecuado, pues el mensaje del Jesús pascual desborda el nivel de sus acciones y palabras. En la raíz de la pascua sigue habiendo un principio de miedo:con la muerte de Jesús ha terminado todo, no se puede construir humanidad (familia) partiendo del vacío de una tumba. Por eso, es lógico que Mc 16, 8 asegure que ellas no dijeron nada .

− Plano histórico.

Parece claro que, de alguna forma, en contra de lo que dice externamente el texto, estas mujeres han ido a Galilea (al lugar del evangelio), contando la historia que no puede contarse (el mensaje pascual de la tumba vacía) y reiniciando allí el camino del Reino de Jesús. Conforme al ritmo de Marcos, puede suponerse que ellas han dicho la palabra a Pedro y al resto de los discípulos, asumiendo con ellos el proyecto de Jesús, en dimensión de pascua. Por eso han sido y siguen siendo las primeras hermanas y madres de Jesús, garantes del mensaje pascual, hecho palabra que se anuncia, para volverse de esa forma «pan» multiplicado y compartido. Así podemos afirmar que, en un sentido, ellas han cumplido su misión, iniciando el “rito pascual” del perfume (14, 3-9).

Pero, afirmado eso, podemos y debemos añadir, en otro plano, que ellas no han ido todavía (en el momento en que escribe Marcos) o, mejor dicho, no han llegado al final del mensaje de pascua, no se han integrado en la auténtica Iglesia. En ese sentido, Marcos sigue queriendo que ellas (y toda la iglesia representada por ellas) vayan a Galilea, de manera que su evangelio puede interpretarse como “guía para cristianos que quieren hacer el camino de Galilea” (es decir, el camino de la historia mesiánica de Jesús, que empezó en Galilea).

Conforme al testimonio de Hech 1, 13-14, las mujeres “estaban” en Jerusalén, iniciando allí la iglesia (iglesia jerosolimitana, no galilea), con los parientes de Jesús (y los Doce). Marcos supone que hay (ha habido) en Jerusalén una iglesia vinculada a los parientes de Jesús que no ha dejado el legalismo judío, no ha entendido la novedad de la muerte de Jesús ni el sentido de su pascua (cf. 3, 20-35). Pues bien, al escribir este pasaje, Marcos puede dirigirse a esas mujeres, que han formado parte de la iglesia de Jerusalén, centrada en Jacob y José (hijos de María, hermanos de Jesús), para que salgan (ellas, con Pedro y con los otros discípulos) del entorno jerosolimitano de la tumba vacía, para iniciar en Galilea el verdadero camino de evangelio, pues sólo allí (yendo a Galilea) podrán ver a Jesús (al verdadero Mesías). Ésta sigue siendo para Marcos, en este momento (hacia el 70 d.C.), la tarea pendiente de aquellos cristianos de Jerusalén que están representados por estas mujeres.

Por eso, la palabra del joven a las mujeres (y por ellas a los discípulos y a Pedro) es palabra de mandato actual, programa de refundación de iglesia, que han de retomar ellas (las mujeres, su comunidad) con Pedro y los restantes discípulos de Jesús, tras la gran catástrofe del 66-70 d.C. Lo que las mujeres debían hacer (y en un primer momento no han hecho, pues huyeron, cf. 16, 78), lo está diciendo (y haciendo) ahora el evangelio de Marcos que transmite esa palabra y la reinterpreta desde la misma Galilea (o, quizá mejor, desde su entorno en Damasco de Siria); así podemos afirmar que su evangelio es signo del cumplimiento de esta palabra no-dicha (y, sin embargo, dicha) del joven de la pascua a las mujeres .

— Según eso, Marcos sabe que en un plano las mujeres (y algunos discípulos con Pedro) no han ido todavía, no han culminado su trayectoria cristiana. Pero, al mismo tiempo, en otro plano, él sabe que tienen que ir, pues la verdad de la iglesia y la palabra de su mismo evangelio depende de esa ida y experiencia pascual en Galilea, como supone el mismo Jesús en 14, 3-9, al decir que el gesto y experiencia de aquella mujer (de estas mujeres pascuales) se extenderá con el evangelio en todo el mundo.
Marcos no condena a las mujeres, no las deja abandonadas en su fijación jerosolimitana (como quizá deja a Jacob). Ellas, las mujeres, entre las que se encuentra la madre de Jacob (que en su lugar, 15, 40-41, hemos interpretado como madre del mismo Jesús), deben abrir un camino de pascua que ha de expresarse de forma privilegiada en Galilea.

Esta exigencia y misterio del inicio galileo de la misión eclesial aparece también, de forma convergente, en Jn 21, que ha entendido Galilea (con el lago y la pesca), como punto de partida del mensaje universal, con Pedro al frente del grupo de los siete misioneros, que recuerdan necesariamente los siete panes y cestos de la segunda multiplicación de Mc 8, 1-21 que es culmen y conclusión de su evangelio galileo (antes del camino a Jerusalén).

− Plano textual, segundo nivel.

En un primer sentido, las mujeres han “huido” de la tumba, sin decir nada a Pedro y a los otros (sin vincularse con ellos en Galilea). Pero, conforme he venido mostrando en este comentario, en los lugares clave de su texto, Marcos ha mostrado con finísima ironía, de un modo indirecto, aquello que debemos hacer todos, no solo las mujeres, sino el resto de los discípulos: abandonar Jerusalén, con la tumba vacía, para encontrarnos en Galilea, para ver allí a Jesús y para empezar allí de nuevo, en verdad, el camino del evangelio (que debe llegar todas las naciones: 13, 10; 14, 9), superando de esa forma el miedo, con estas mujeres.

Este mandato aparentemente no cumplido del joven de la tumba vacía a las mujeres nos sigue situando cerca de algunos lugares centrales del evangelio, y de un modo especial cerca de 13, 14 donde el mismo Jesús dice a los de Judea que, al ver la Abominación de la Desolación “huyan” (pheugetôsan) de la ciudad hacia los montes. Las mujeres también han huido, con el mismo verbo (ephygon: 16, 8), aunque no se dice expresamente que hayan llegado a Galilea y hayan compartido su experiencia con Pedro y los discípulos.

A través de las mujeres, a las que el joven de pascua ordena que digan a los discípulos y a Pedro que vayan a Galilea para “ver” allí a Jesús, Marcos sigue hablando a sus lectores, de manera que son ellos los que deben (o debemos) escuchar de una manera personal esa palabra, situándonos al principio y decidiendo, por nosotros mismos, si queremos ir a Galilea. Como he dicho, Marcos no afirma que las mujeres “no fueran”, sino que huyeron del sepulcro, llenas de miedo, sin decir nada a nadie. Es evidente que, en un sentido, también ellas han “sufrido” la absoluta novedad del mesianismo de Jesús, de forma que han empezado huyendo de la tumba vacía, sin poder decir nada a nadie. Pero, en otro sentido, ellas han ido, de manera que Marcos las presenta como garantes de la novedad de su evangelio .

— Desde ese fondo ha de entenderse su “huída”, como he destacado ya, comparando su gesto con el de los discípulos, que huyeron también (con el mismo verbo ephygon), cuando Jesús se entregó a los enviados del Sanedrín en el Huerto de los olivos (14, 50), y con la huida del joven desnudo, que también huyó (ephygen) cuando quisieron agarrarle (14, 52). En otro contexto, pero desde una perspectiva de miedo ante lo “sobrenatural”, huyeron (ephygon) también los porqueros de Gerasa, tras la expulsión de los demonios del hombre-legión (5, 14).

Este final de Marcos (¡las mujeres huyeron, no dijeron nada…!), nos sitúa sin duda, ante una experiencia radicalmente religiosa, que muestra la “imposibilidad” humana de comprender la trayectoria mesiánica (y el mensaje) de Jesús, algo que Pablo ha descrito, en otra perspectiva, al hablar del “pecado universal” (suponiendo que todos, pantes, lo han cometido: cf. Rom 5, 12). No se trata, evidentemente, de un pecado en sentido moralista, sino del descubrimiento de la alteridad radical de Dios y de su plan de salvación en Cristo. Por eso, también estas mujeres (las “ultimas” de Jesús) tienen que huir y huyen, pues no existe ninguna base humana para aceptar el mensaje del “joven” de la tumba vacía.

En este contexto ha destacado Marcos el “miedo” ante lo radicalmente distinto, explicando de esa forma la huida de las mujeres, “pues tenían miedo” (ephobounto gar), y terminando así, con la razón del miedo, el texto del evangelio. Ese texto final “justifica” y comprende la huida (con gar) de las mujeres, pues el mensaje del joven de pascua les desborda, a pesar de que él haya apelado a lo que Jesús había dicho (“en Galilea le veréis como os dijo”: 16, 7) y anunciado (cf. 8,31; 9, 31; 10, 32-34). Marcos nos sitúa así ante el miedo radical, expresado con dos palabras clave: tromos y ekstasis, pavor y espanto.

Como he destacado ya, él no dice que las mujeres “no fueron a Galilea” (ni que permanecieran siempre en silencio), sino que, en aquel momento, tuvieron miedo y huyeron, llenas de pavor y espanto, ante el mensaje del joven de pascua. Sólo una “presencia personal” de Jesús podría haberles hecho superar el miedo, como ha sabido Mateo, cuando traduce esta escena diciendo que estaban llenas de “miedo y de alegría”, pero que, mientras corrían, les salió al encuentro el mismo Jesús que les dijo “no temáis…” (Mt 28, 8-10).

Sólo un encuentro directo con Jesús podría hacer que ellas superen el miedo de la muerte, transformando ese miedo y superando la muerte con el mensaje de pascua. Pero Marcos no ha querido (o no ha podido) introducir ningún encuentro (aparición pascual) de Jesús en Jerusalén, pues ello habría resultado contra-producente y contra-evangélico y habría servido para avalar de alguna forma el judaísmo del templo. Por otra parte, como he dicho también, Marcos no quiere (no puede) hablar en su texto de apariciones de Jesús (como las de 1 Cor 15, 3-9), pues la experiencia pascual que él propone es diferente, y se sitúa más allá del texto de su evangelio.

Un evangelio como el suyo sólo puede hablar de la pascua contando la experiencia de la vida de Jesús, en términos simbólicos e indirectos (como hemos ido viendo a lo largo del comentario). Por eso, en línea “histórica”, Marcos sólo puede llevarnos hasta el gran miedo de las mujeres de la tumba vacía, pues allí culmina y se despliega el “miedo” que produce la revelación de Dios en la muerte pascual de Jesús. Así nos ha llevado de la mano hasta esas mujeres, situándonos ante un sepulcro de muerte sin muerto (pues Jesús ha resucitado), para que escuchemos allí la palabra de envío y promesa (la promesa de ver a Jesús en Galilea). El mismo vacío de la tumba, la misión y la promesa, produce en las mujeres un miedo inmenso (ephobounto), que se expresa como temor y temblor (tromos y ekstasis) y desemboca en la huida sin palabras, es decir, más allá de todas las palabras .

— Significativamente, la tradición paulina ha destacado la unión escatológica de phobos y tromos en 2 Cor 7, 15; Flp 2, 12 y Ef 6, 5. Cf. también Mc 5, 33. Me he referido al ekstasis ante la resurrección al comentar el “milagro” de la hija del archisinagogo, en 5, 42, tema que se puede relacionar con el éxtasis-locura (exesthê) que los familiares atribuyen a Jesús en 3, 21. Estamos ante un phobos o miedo que aparecía también en el relato de fondo pascual de la tempestad calmada (4, 41). Marcos nos deja de esa forma ante un final de miedo, sin que Jesús venga y diga “no temáis” (mê phobou) como al archisinagogo; de esa forma nos deja a este lado del “gran temor”, para que la misma presencia pascual de Jesús nos permita superarlo.

Ampliación conclusiva: las mujeres, todo el evangelio

Aquí (16, 8) termina Marcos como texto, haciendo que sus lectores compartan el miedo de las mujeres, huyendo con ellas, pero invitándoles, al mismo tiempo, para que hagan con ellas el camino de Galilea, es decir, todo el evangelio, superando el mismo miedo. Marcos ha querido llevarnos así hasta el lugar de la “ruptura de pascua”, hasta el límite espacial y temporal de una humanidad que siente la presencia de Dios (el cumplimiento mesiánico) al borde de la tumba vacía. De esa forma nos sitúa ante el “gran temor religioso”, que sólo puede superarse viendo a Jesús Nazareno en Galilea, en visión que ya no se puede contar, pues pertenece al compromiso y tarea de cada creyente, en un camino que debe comenzar precisamente ahora (en el ahora del evangelio), caminando Galilea para compartir allí la experiencia del Jesús de las mujeres, con los otros discípulos y Pedro.

Como he dicho, el texto afirma que las mujeres huyeron del sepulcro, sin decir nada a nadie, pues tenían miedo… (16, 8), de manera que, si todo hubiera sido eso, nadie podría haber conocido esa historia de la tumba vacía, ni podía haber “escuchado” la palabra que les dijo el ángel desde dentro de ella. Pero Marcos, como autor omnisciente, que ha ido recogiendo en su voz las diferentes voces de la historia de Jesús, recoge también la palabra del joven de la pascua a las mujeres, lo que significa que ellas han debido transmitirla, a pesar de su huída y de su miedo, pues de lo contrario no se podría haber escrito este evangelio en el que se contienen. En ese sentido, se puede y debe afirmar que el evangelio de Marcos recoge y recrea toda la historia (vida, muerte y pascua) de Jesús desde la perspectiva de esas mujeres, que han empezado escuchando y huyendo.

Las mujeres huyeron. ¿Cómo sigue el evangelio?

Como vengo poniendo de relieve, en un sentido, el texto afirma que ellas huyeron, y que no dijeron nada. Pero el despliegue cristiano en su conjunto sólo puede entenderse a partir de “la voz de esas mujeres”, es decir, como expresión y expansión de lo que ellas han dicho, en la línea de la mujer del vaso de alabastro (14, 3-9), que enseñaba a los discípulos incrédulos y hostiles, con perfume, el sentido de la vida y pascua de Jesús. Más aún, a diferencia de lo que va indicando de los discípulos y en especial de los Doce, de quienes asegura que iban avanzando de un no-entender a otro no-entender cada vez más profundo, a lo largo de la vida de Jesús (cf. 8, 21; 9, 32), hasta que le abandonan en Getsemaní (14, 50), Marcos no dice aquí (16, 8) que las mujeres “no entendieran”, sino que supone que ellas han entendido el “misterio pascual” (el secreto mesiánico, latente en todo el evangelio: cf. 4, 21) y que, precisamente por ello han huido, porque ese misterio de la muerte salvadora produce el mayor de todos los miedos.

El misterio de la muerte mesiánica de Jesús significa que también ellas (las mujeres) y todos los discípulos tienen que “morir con él”. Su muerte no fue una excepción, algo que se ve y observa desde fuera (como si Jesús hubiera muerto para que los otros, nosotros, no muramos), sino la “norma” mesiánica, de forma que también nosotros, todos, tenemos que tomar su cruz y morir con él (8, 34-37). Esta mujeres lo han comprendido y por eso comienzan huyendo.

Estas mujeres huyen porque han comprendido algo que va a cambiarles toda la existencia. En esa línea, el evangelio supone que ellas, sólo ellas, pueden iniciar el camino de vuelta a Galilea, para recordar y recrear de un modo positivo todo lo que Jesús fue diciendo y haciendo. Sin esa huida primera (¿cómo mantenerse ante el gran misterio?), y sin la vuelta iniciática posterior de las mujeres (que deben enseñar lo que han entendido a los discípulos y a Pedro) no podría haber surgido el cristianismo, no existiría Marcos, de manera que la misma existencia del evangelio de Marcos constituye el argumento y prueba de esta vuelta de las mujeres a Galilea, pero no a solas, sino con otros discípulos y Pedro.

Desde esa perspectiva, el miedo de las mujeres sigue siendo necesario, porque ellas son portadoras de un mensaje que les desborda, de una vida que les sobrepasa.

En el fondo resultaría más fácil quedarse en Jerusalén, contando la historia gloriosa de aquel que ha muerto y manteniendo de algún modo las fidelidades del antiguo judaísmo (y de Roma). Por eso, este miedo de 16, 8 no es sólo “pavor” ante lo radicalmente nuevo (que es el Jesús del sepulcro vacío), sino también temor ante la misión que los discípulos (re-educados por las mujeres) deben iniciar en Galilea, un miedo semejante al que una y otra vez habían sentido los discípulos haciendo la dura la travesía sobre el lago, pasando al otro lado, cruzando el mar que conduce a las naciones (o que comunica con ellas), sin seguridad legal, sin protección política herodiana, sin llevar en la barca más que un pan (cf. 4, 40; 6, 50-52; 8, 14-21).

Por eso, a fin de superar ese miedo de las mujeres y asumir la misión que empieza en Galilea, los lectores de Marcos pueden y deben retomar sus pasajes “pascuales” o, mejor dicho, todo el evangelio, desde perspectiva de pascua. Como vengo diciendo, Marcos no ha querido (o no ha podido) recoger “apariciones concretas” del Jesús pascual, como hacen Mt 28, Lc 24 y Jn 20-21, porque hay la experiencia pascual tiene a su juicio un elemento de fe interior que no puede contarse en un libro; pero todo su libro es la expresión de una epifanía pascua que se cuenta y actualiza en forma de historia .

— Todo el evangelio, y en especial algunos de sus relatos pueden entenderse de un modo pascual, como epifanías indirectas pero fuertes del resucitado, entre las que podemos destacar las que siguen: 1. La palabra del Padre a Jesús (¡a Jesús resucitado!): ¡Tú eres mi Hijo querido! (1, 11). 2. La reunión de hermanos/as, madres e hijos en la casa eclesial (3, 31-35; 10, 28-30). 3. Los “viajes” misioneros peligrosos por el mar (4, 35-41; 6, 46-52). 4. Las multiplicaciones de los panes (6, 30-44; 8, 1-10). 5. La experiencia del Tabor (9, 2-9). 6. Las predicciones de la muerte, con la promesa de resurrección (8, 31; 9, 31; 10, 34). 7. El sermón escatológico, con el anuncio de la misión universal (13, 5-36). 8. La palabra de Jesús a la mujer del vaso de alabastro (14, 9). 9. La pascua del pan compartido y la alianza de la sangre de Jesús (14, 22-2-25). 10. El signo del velo rasgado del templo de Jerusalén (15, 38).

En ese sentido, el evangelio de Marcos viene a presentarse como gran relato de la “aparición pascual completa” o, mejor dicho, de la presencia histórica de Jesús resucitado, que se ha ido revelando a lo largo de su evangelio, escrito como proclama pascual y recuperación de la historia de Jesús (las dos cosas el mismo tiempo), tras la destrucción de Jerusalén (70 d.C.) y tras el fin de un tipo de iglesia judeocristiana, probablemente desde Galilea/Siria (pero recuperando un testimonio abierto a Roma). De esa forma, tras esa inmensa ruina de Jerusalén (que los judíos rabínicos han superado de otra forma muy significativa, volviendo a la Ley, en su concreción social y nacional), el evangelio de Marcos ha contado la “pascua histórica” de Jesús como principio de una misión eclesial para todas las naciones, partiendo del mensaje y comienzo de Reino que Jesús inició en Galilea.

¿Cómo ha sido esa “vuelta”? ¿De qué forma ha sucedido, a pesar de la huída y del miedo? Quien pida a Marcos que responda de manera externa a esas preguntas es que no ha entendido el evangelio. Hay cosas que se dicen, hay explicaciones que se deben dar, pero otras, las más importante, han de quedar en la penumbra, en el silencio más intenso, y entre ellas se encuentra la forma en que las mujeres lograron “convertir” a otros discípulos y a Pedro, para que dejaran la tumba vacía de Jerusalén y volvieran a la patria del evangelio que es Galilea, para ver allí a Jesús Nazareno, el crucificado, iniciando desde allí el camino de evangelio a todas las naciones (13, 10; 14, 9).

Entendido así el final de Marcos, Galilea es mucho más que un lugar geográfico, es la totalidad del evangelio al que ha de volverse tras la ruina (tumba) triunfante (vacía) de Jerusalén, para recrear desde allí el mensaje y camino del Reino. Por eso, debemos concluir este argumento diciendo que, en un plano, en un momento, las mujeres no fueron, porque tenían un gran miedo, pero, en otro plano, en otro momento, ellas fueron, pues de lo contrario no se podría haber contado esa historia.

En un sentido, ellas huyeron, pero en otro, según 14, 3-9, no sólo fueron de hecho, sino que contaron a los otros discípulos lo que habían descubierto y sentido, su experiencia de Jesús/Perfume, de manera que ellas son las iniciadoras (fundadores) de la iglesia, que debe extenderse y se extenderá a todo el cosmos (13, 10; 14, 9). En esa línea, podemos afirmar que Marcos ha terminado su texto a modo de pegunta implícita, diciendo a los lectores: ¿Queréis ir vosotros? En ese sentido podemos añadir que su evangelio retoma y cumple la función de las mujeres, diciendo a sus oyentes y lectores que la tumba de Jerusalén está vacía y que Jesús ha resucitado, para conducirles (conducirnos) otra vez a Galilea, donde le veremos .

Verán a Jesús en Galilea, no en Jerusalén

Las mujeres, y el resto de los discípulos, tienen que dejar Jerusalén (la tumba vacía, el fracaso triunfador de Jesús), para volver a Galilea y encontrarle allí, retornando a lo que ha sido el evangelio, desde su comienzo. Se trata de volver a la comunidad universal de hermanos/as, madres/hijos (3, 31-35; 10, 29-30) y a los caminos de la mesa compartida (multiplicaciones: 6, 6b-8, 26). No es volver para reiniciar otra vez el círculo de eterno retorno del fracaso (subir otra a Jerusalén, bajar a Galilea, subir-bajar, subir-bajar), sino para iniciar en firme el camino definitivo de Galilea, la Vía del Reino, que se abre desde allí a todas las naciones, en la línea del testimonio de la mujer de 14, 9 (cf. 13, 10).

Los cristianos ya no dicen, como los judíos rabínicos, ¡el próximo año en Jerusalén!, sino que van Galilea para no volver más a la ciudad del templo, porque la muerte de Jesús en Jerusalén ha tenido y tiene valor definitivo. Van para quedarse en Galilea, retomando los ideales y prácticas del Reino que Jesús había inaugurado (cf. 1, 14-15), y para salir desde allí (no desde Jerusalén) a todos los pueblos del cosmos, con el mensaje del Mesías crucificado.

Otros grupos cristianos, como los de Jacob y los Doce (con Pedro) habían optado por Jerusalén, reinterpretando desde la Ciudad Santa (y el templo) la aportación mesiánica de Jesús (a pesar de que allí le habían juzgado y condenado). Ellos pensaban que el Reino de Dios (anunciado por Jesús) debería iniciarse de nuevo desde Jerusalén, donde habían creado la primer comunidad cristiana. El mismo Pablo histórico quiere volver a Jerusalén con la “colecta” de los pueblos gentiles, para seguir manteniendo el ideal del Reino de Dios vinculado a Jerusalén (cf. Rom 15,22-33; 1 Cor 16; Hech 21-23) y a la comunidad de Jacob, el hermano del Señor.

Marcos, en cambio, está convencido de que la “etapa” de Jerusalén ha terminado,pues la ciudad ha sido destruida, con su templo (cf. 13, 2) y porque allí sólo queda para los cristianos un sepulcro vacío. Por eso, la misión de la comunidad cristiana no puede comenzar ya en Jerusalén, sino en Galilea, retomando de esa forma los ideales mesiánicos más antiguos del pueblo, los que están vinculados a la creación de una comunidad renovada, no al triunfo de la gran ciudad sagrada.

Según eso, como he venido destacando en todo el comentario, Marcos va en contra de una visión del mesianismo sagrado de Jerusalén, no en teoría, sino de un modo histórico concreto: Jerusalén ha rechazado al Mesías, ya no es ciudad de salvación. Por eso, el Reino del Dios de Jesús ya no viene por (desde Jerusalén), sino desde Galilea, el lugar del mensaje mesiánico y de las primeras comunidades de Jesús. A modo de resumen, se puede afirmar que Jerusalén ha sido un cumplimiento, un fracaso y el comienzo de un principio mesiánico nuevo.

a) Jerusalén ha sido un cumplimiento, como indican las predicciones de la pasión (8, 31; 9, 31; 10, 32-34). Jesús “debía” (dei) asumir el camino de anuncio de Reino en Jerusalén, para instalarlo allí, conforme a las promesas mesiánicas de los profetas. Por eso, subiendo a la ciudad y siendo asesinado en ella, Jesús ha cumplido su tarea mesiánica, culminando la misión de los profetas y expresando de esa forma el misterio de Dios.

b) Jerusalén ha sido un fracaso, el gran fracaso mesiánico de Jesús, que vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron (cf. Jn 1, 11). Éste es el misterio sobre el que Pablo había reflexionado en la parte culminante de la carta a los Romanos (Rom 8-11). Por eso, en el centro del mesianismo de Jesús está su muerte en la ciudad, el rechazo de Jerusalén que, condenando a su Mesías, se ha rechazado y destruido a sí misma, negando su tarea mesiánica.

c) Tras el fracaso de Jerusalén se abre un camino mesiánico distinto, que no se se expresa ya en la nueva Jerusalén Celeste (de la que habla Pablo en Gal 4, 26 y el Apocalipsis: 3, 12; 21, 2), sino en la historia y tarea concreta de Jesús en Galilea. Ha fracasado Jerusalén (el camino del Reino en el Templo), para que los discípulos de Jesús puedan retomar el mesianismo de Galilea, donde ellos tienen que volver, no al Jordán de Juan Bautista, ni al Templo de Caifás.

En este contexto se entiende el ideal mesiánico de Marcos y su iglesia, que no es un ideal de sacerdocio (con un templo como el anterior), sino de nueva humanidad, de curación de los enfermos y de pan compartido. Por eso, de la nueva Galilea pascual hay que que abrirse a todas las naciones como Marcos ha indicado con suficiente claridad no sólo en el discurso apocalíptico ante el templo (en 13, 10), sino, de un modo especial, en la unción mesiánica (14, 9), donde el mismo Jesús dice que su evangelio se anunciará a todas las gentes, con lo que ha hecho esta mujer (estas mujeres) y como Mt 28, 16-20 proclamará ya de un modo temático.

Jerusalén queda atrás, como lugar de entrega y muerte, con un sepulcro vacío. Por eso, la comunidad de Jesús no puede fundarse en los valores de Jerusalén (cf. 3, 20-35). Ha sido necesario el camino pascual de sufrimiento y muerte del Mesías en Jerusalén. Pero su triunfo mesiánico no se iniciará en Jerusalén, sino en Galilea, donde el ángel/joven de la pascua envía a las mujeres (con los discípulos y Pedro), para aprender de esa manera a ser cristianos, es decir para “ver” allí a Jesús, con todo el Evangelio (cf. 16, 1-8).

Los cristianos de Marcos no pueden retomar los ideales y las leyes de Jerusalén, ni pueden volver al Jordán, con Juan Bautista, sino que han de retomar el camino de Jesús en Galilea, teniendo como guía el mismo evangelio de Marcos. Entendida así, esta experiencia pascual de las mujeres en la tumba vacía (siendo muy antiguo, de los comienzos de la fe cristiana), tal como está siendo redactada por Marcos nos sitúa en un estadio tardío de la iglesia, en torno al año 70 d.C. Marcos supone que hubo una experiencia antigua de Jesús, en relación con el sepulcro vacío. Pero, en su forma actual, este relato nos sitúa, como he dicho, en el momento culminante de la creación de su comunidad, en torno al año 70 d.C..

Lógicamente, las apariciones concretas de Jesús resucitado resultan innecesarias. Para Marcos no hay un evangelio de apariciones posteriores, separadas de la “vida pascual” que él ha escrito. Su evangelio es, según eso, la epifanía histórica del Cristo resucitado. Lo que a un nivel es narración y recuerdo de la vida de Jesús (de algo pasado) viene a presentarse a otro nivel como testimonio de presencia pascual.

De una forma lógica, conforme al dinamismo de su texto, el evangelio Marcos no ha contado unas posibles apariciones pascuales concretas de Jesús, sino que presenta su evangelio (su historia de Jesús) como una experiencia de Pascua, que arraiga a los creyentes en el camino de Jesús en Galilea. Éste es un evangelio que se funda en el testimonio y presencia pascual de las mujeres, pero no aisladas, sino incluyendo en ellas y con ellas, de un modo crítico, a los otros discípulos y a Pedro en el contexto más extenso de la Iglesia, fundada en Jesús «que os precede a Galilea; allí le veréis, como os dijo» (16, 7).

Allí deben juntarse todos, precedidos por Jesús, que ha de mostrar su faz más honda a los que vengan a escuchar su voz y a retomar su camino de discipulado, según el libro de Marcos. No vuelven al Jordán, aunque conservan la memoria de Juan Bautista, y aunque retoman de otra forma su experiencia de bautismo, sino que deben juntarse en Galilea, lugar del mensaje y comienzo del Reino (1, 14-15).

En este retorno y esta junta en Galilea resulta especial la función de las mujeres, que aparecen así como portadoras del mensaje, encargadas de enseñar a los discípulos y a Pedro lo que significa pasar del sepulcro vacío (de Jerusalén como ciudad fracasada) a la experiencia del encuentro con Jesús (allí le veréis) en Galilea, lugar del que se puede extender el evangelio del Reino de Dios (curación, pan compartido, perdón…) a todas las naciones (cf. 13, 10; 14, 9), de un modo que no esté ya cerrado en el judaísmo nacional (como suponía la ley de Jerusalén). En esa línea podemos decir que Marcos es un libro de llamada pascual, un libro-guía para personas que quieren “ver a Jesús” en Galilea

También a nosotros, lectores y oyentes del siglo XXI, deben convocarnos las mujeres de la tumba vacía, volviendo del miedo que les había dominado. Con ellas tenemos que volver a Galilea, para retomar así la trayectoria del Reino, en el lago de las tormentas, en la montaña donde Jesús escogió a sus misioneros, en las tierras del entorno (Gerasa, confines de Tiro….), movidos por la esperanza del Dios para quien nada es imposible (cf. 10, 27) .

Marcos no es un tratado de moral, ni un texto de doctrina teórica ni puro recuerdo de un pasado, sino el libro guía para el encuentro con Jesús en Galilea. Por eso, sólo se puede entender asumiendo su mismo compromiso mesiánico. Sin ese compromiso, el evangelio acaba siendo texto muerto, y nuestro mismo comentario no sería más que tecnicismo inútil, juego de palabras sin sentido. Sólo buscando al Jesús pascual en Galilea, para retomar su camino y seguirle allí, podremos descubrir el secreto mesiánico de Jesús de Nazaret, el Cristo, Hijo de Dios (cf. 1, 1) que ha dado la vida por los hombres.

(Desde aquí puede interpretarse la foto de la misa con túnica de Jesús, no en Galilea, sino en Tréveris, lugar famoso de Carlomagno y Karl Marx)

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