Heather Hahn*
11 de abril, 2012 | Noticias UMNS
Casi 30 líderes de la iglesia se reunieron en Chicago para ayudar a la Iglesia Metodista Unida a revertir la perdida de miembros que sufre y revitalizar sus congregaciones.
El grupo se enteró del progreso que ha tenido la denominación en su esfuerzo por colocar como primera prioridad el crear congregaciones con vitalidad. También conversaron sobre los obstáculos que se enfrentan, incluyendo el miedo y la desconfianza entre clero y laicado.
Algunas veces, los metodistas unidos se estancan pensando “¿No es terrible?”, y sólo se centran en lo que creen que impide que la denominación salga adelante, dijo el Obispo Warner H. Brown Jr., del área de San Francisco.
“Necesitamos cambiar el tema de conversación a algo como: ‘podemos hacer lo que deseamos. Tenemos una imagen positiva en la comunidad. Podemos llegar a ser la gente que soñamos ser’”, dijo Brown.
La lista de participantes estaba compuesta de gente que trabajó en las varias etapas de proceso Llamado a la Acción. Estuvieron presentes laicos, obispos, personal de las agencias, superintendentes y pastores. Muchos de ellos ayudaron a desarrollar la propuesta del Equipo Interino de Operaciones de fusionar nueve agencias bajo un directorio de 15 miembros solamente. El equipo financió el evento con dinero de su presupuesto de $750,000 que la Mesa Conexional apartó para su trabajo. Todos los asistentes viven en este país.
El consenso entre los asistentes fue que, no importa lo que ocurra con las varias propuestas para una nueva estructura de la iglesia, la Iglesia Metodista Unida necesita cambiar su cultura para promover vitalidad.
En unas semanas, la Conferencia General 2012 sopesará varias propuestas para la racionalización del gobierno de las agencias. Aunque la legislación del Llamado a la Acción ha producido mucha discusión, casi todos concuerdan que se necesitará más que reestructurar la iglesia para poder lograr la meta de hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo.
Iniciativa congregaciones con vitalidad
Un cambio cultural que ya está operando es centrarse en animar a las congregaciones a establecer metas objetivas y usar un sistema métrico para lograr vitalidad.
John R. Schol, obispo del área de Washington, y la Rda. Amy Valdez Barker, que sirvió en el equipo directivo de Llamado a la Acción, pusieron al corriente a los asistentes respecto al trabajo de la iniciativa de congregaciones con vitalidad. Lideraron el proyecto con la ayuda de personal y dinero de siete agencias.
La iniciativa incluye la página web www.umvitalcongregacions.org, donde las congregaciones pueden fijar sus metas con mayor fidelidad, encontrar recursos para lograr esas metas y compartir sus éxitos.
La página web anima a las iglesias locales a medir y mejorar su vitalidad en cinco áreas: asistencia al culto, profesión de fe, participación en grupos pequeños, miembros que participan en misiones y el dinero ofrendado para misiones.
La iniciativa incluye el llamado monitor de signos vitales por email, creado por el Concilio General de Finanzas y Administración. El sistema permite que las iglesias puedan rastrear su progreso semanalmente.
Para el 2 de abril, 16,255 congregaciones de los Estados Unidos habían presentado sus metas a través del internet. Otras 19,248 congregaciones de nuestro país presentaron sus metas por otros medios.
En 25 conferencias anuales del país, por lo menos el 50 por ciento de las congregaciones ha presentado sus metas por internet. Otras tres conferencias (Florida, Virginia Oeste y Zimbabue Este) están recopilando sus metas por otros medios. En total, se espera que el 70 por ciento de las congregaciones participará fijando metas, las cuales se compartirán en la Conferencia General.
Enfrentando una cultura de temor
El uso de metas y métrica para incrementar la vitalidad tiene sus desafíos. Schol reconoció que uno de estos desafíos es vencer la cultura del miedo y promover una cultura de confianza y de toma de riesgos.
“El temor más grande, tanto en el clero como en el laicado, es ¿cómo se usarán estos números? ¿Se usarán para cerrar nuestras iglesias? ¿Se usarán para quitarle a alguien su nombramiento pastoral?”, dijo Schol.
“Realmente tenemos que pensar sobre esto y educar a la gente sobre cómo evaluar usando números, y ver esto como una evaluación positiva de lo que estamos aprendiendo… Realmente estamos tratando abstenernos de las críticas y ayudando a las iglesias y pastores a que crezcan”.
Brown, obispo de la Conferencia California-Nevada, dijo, en una reunión de grupo pequeño, que le preocupa precisión de la información que recibe sobre la vitalidad de la iglesia.
Dijo que tienen un número inaceptable de iglesias que están catalogadas como iglesias con gran vitalidad que realmente no lo son de ninguna manera, incluyendo una iglesia que cerró y otras que deberían cerrar. Al mismo tiempo, dijo, algunas iglesias que él sabe que tienen mucha vitalidad no aparecen en la lista. Comparó el problema a cuando uno recibe falsos positivos en exámenes médicos.
Laura Nichol, miembro del Equipo Interino de Operaciones y la IMU St. Luke en Houston, especuló que la gente está entregando información errónea a causa del miedo que se ha mencionado.
Brown concuerda. “Como pastor local, uno empieza a ministrar en una iglesia y encuentra que sólo tiene una asistencia promedio de 200 personas, pero que el pastor anterior estuvo informando, por los últimos 10 años, una asistencia de 500 personas. Uno trabaja y hace que la iglesia crezca y uno informa que ha crecido a una asistencia de 250 personas. Entonces la gente lo mira a uno y le dice: ‘usted está matando a esa iglesia’. Esto ha sido un problema de siempre”, dice Brown.
Nichol sugiere que una solución podría ser auditorías independientes periódicas de la asistencia de las iglesias.
Brown cree que el énfasis en congregaciones con vitalidad es, en general, algo beneficioso.
“Veo muchas respuestas positivas de gente que dice que ahora ven claridad y unidad en nuestro propósito, y se está produciendo mucho ímpetu en mi conferencia”, dijo, “así como en otros lugares”.

Laura Nichol, miembro del Equipo Interino de Operaciones, facilita una conversación sobre cambios culturales. Foto UMNS por Heather Hahn.
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No se trata sólo de iglesias grandes
El énfasis en congregaciones vitales vino a causa de una investigación del año 2010, que estudió unas 32,228 congregaciones metodistas unidas. El estudio fue comisionado por el equipo directivo de Llamado a la Acción, que precedió al Equipo Interino de Operaciones. La firma consultora Towers Watson midió la vitalidad en términos de asistencia, crecimiento en los últimos cinco años, profesiones de fe por miembros y ofrendas anuales por asistente. De todas la congregaciones estudiadas, Tower Watson clasificó 4,961 (un 15%) como lugares de “mucha vitalidad”.
Repetidamente, Schol y Barker han subrayado que, para tener vitalidad, las congregaciones no necesitan llegar a ser mega-iglesias o ser bastante grandes. El estudio también halló que las congregaciones con alta vitalidad pueden operar en lugares urbanos o rurales.
El Rdo. Jorge Acevedo, pastor titular del campus múltiple de la IMU Grace, en el suroeste de Florida, dijo que el tamaño no es garantía de vitalidad. Incluso entre las 100 congregaciones metodistas unidas más grandes en los Estados Unidos, hay algunas que ya no tienen vitalidad.
Schol dio un ejemplo de una pequeña congregación con mucha vitalidad de su propia conferencia. la IMU Mount Vernon Place, Washington, fue fundada en 1850 como parte de la Iglesia Metodista Episcopal, predecesora de la IMU. En años recientes, su asistencia bajó en unas 30 personas. Pero ahora su asistencia ha subido a 70 y 90 cada domingo. La iglesia ha puesto en acción muchas buenas prácticas, como grupos pequeños y sermones temáticos, que el estudio de Towers Watson mencionó como cosas que traen vitalidad.
“Las últimas 40 personas que se han unido a la iglesia son todas jóvenes”, dijo, “y están haciendo un gran trabajo”.
Acevedo habló de la habilidad de las congregaciones con vitalidad de servir como mentoras de otras congregaciones, algo que la IMU Grace ya está haciendo.
Robert C. Schnase, obispo del área de Missouri, y autor de Five Practices of Fruitful Congregations, dijo que los líderes de la iglesia están progresando.
“Incluso si la Conferencia General rechaza varias de las recomendaciones básicas, me parece que vamos a empezar a trabajar en muchas cosas correctas, en los años que vienen, gracias al esfuerzo realizado”, dijo. “No hay vuelta atrás”.
*Hahn es periodista de multimedia para el Servicio de Noticias Metodista Unidos. Contacto: Heather Hahn, Nashville, Tenn., (615) 742-5470 ó newsdesk@umcom.org.
http://www.umc.org/site/apps/nlnet/content3.aspx?c=lwL4KnN1LtH&b=5801443&ct=11711401¬oc=1
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