¿Renovar la Iglesia o romperla?


Posted: 25 Apr 2012 08:16 AM PDT

De Vida Nueva

Tan preocupante puede llegar a ser un ‘lobby’ proponiendo salidas rupturistas, cuanto una pasividad defensiva que se limitara a poner cortapisas sin abordar los problemas. 

EMILIA ROBLES, coordinadora de Proconcil | En el año 95, los escándalos de pederastia que afligieron a Austria, acompañados de una insatisfacción creciente con algunas cuestiones disciplinares en la Iglesia llevaron a un importante sector de la Iglesia austriaca a suscribir masivamente una agenda de reformas.

En Alemania, Somos Iglesia recogió casi dos millones de firmas en torno a las mismas peticiones. A finales de 1996 se constituyó en Roma el Movimiento internacional Somos Iglesia, con la participación de 10 países, la mayoría europeos, pero también los Estados Unidos y Canadá.

En España, la Corriente Somos Iglesia, que agrupaba en 1997 a 150 colectivos y a una red activa de 20.000 personas, trabajó durante dos trienios, hasta convocar en 2002, en Madrid, un encuentro internacional con 500 delegados de 30 países y de cuatro continentes, bajo el lema Otra Iglesia es posible.

Desde entonces hasta ahora, foros de curas como los de Girona, Madrid, Bizkaia.., colectivos de religiosos/as, Redes Cristianas, Iglesia de Base, colectivos de teólogos, publicaciones religiosas… han seguido manifestando preocupación y disgusto por la falta de abordaje y diálogo efectivo sobre temas que afectan a la eficacia de la Misión de la Iglesia y a su credibilidad.

Preocupaciones antes minoritarias adquieren ya centralidad, como se revela en la desesperada llamada de los párrocos y diáconos austriacos, y también en los ecos mediáticos de las protestas.

Legítimas son, tanto la preocupación por la renovación de la Iglesia para ser más eficaz al servicio de su misión evangelizadora por la paz, la justicia y la vida, cuanto la inquietud por su gobernabilidad e identidad. El obstáculopara el diálogo conciliar es que ambas preocupaciones queden divididas y enfrentadas, en vez de ser compartidas por una mayoría eclesial, incluyendo a su jerarquía.

Tan preocupante puede llegar a ser un lobby proponiendo salidas rupturistas, cuanto una pasividad defensivaque se limitara a poner cortapisas sin abordar los problemas. Muchos sienten hoy vacía la afirmación de que “la Iglesia se hace en la Eucaristía y que la Eucaristía hace a la Iglesia”, cuando tantas comunidades en el mundo no pueden celebrarla.

Voces de la jerarquía a favor de un debate conciliar sobre algunas de estas cuestiones, como la de los cardenales Martini y Lehman, o la del fallecido cardenal Hamao, han sido desestimadas.

En este Jueves Santo hemos escuchado del Papa la convicción de que la desobediencia no es un camino para renovar la Iglesia.

Habrá, sin duda, que encontrar vías más adecuadas, de manera corresponsable, para algo que nos compete y urge a todos; la acción del Espíritu necesita también de nuestro concurso. Hay cismas que llevan tiempo fraguándose: el más visible: el que podría capitalizar ahora esta “llamada a la desobediencia” aunque, probablemente, no sea su intención; el menos visible, pero no por ello menos preocupante: la desafección y la rebeldía creciente de muchos creyentes ante una institución que cada vez les resulta más ajena y menos creíble.

Es importante que sigan emergiendo con credibilidad nuevos liderazgos que apunten caminos conciliares de participación, diálogo y búsqueda de amplios consensos, para que una gran mayoría eclesial pueda aportar corresponsablemente sobre cuestiones que conciernen a toda la Iglesia.

De fondo está el tema pendiente de democratización de las relaciones en la Iglesia. El autoritarismo cierra las puertas a la mediación, imprescindible y demandada ante la crispación y la fractura, avivadas por fundamentalismos de diversos signos y, en ocasiones, por intereses que se alejan de la misión evangelizadora.

En el nº 2.797 de Vida Nueva.

Sobre la Resurrección de Jesús


      Todos estos extensos razonamientos [para probar la resurrección de Jesús], exhalan un profundo aroma a desesperación.  Sin duda, revelan mucho más sobre las personas que se consagran a ellos que acerca de lo que realmente sucedió. Convierte a los discípulos varones de Jesús en un puñado de intrigantes, y a las mujeres, en ingenuas víctimas que fueron embaucadas para creer que había habido una resurrección cuando sólo se había producido el robo de un cuerpo. Estas versiones consideran la resurrección como un histérico malentendido o como un fraude.
Es lo que sucede cuando leemos los Evangelios como si fuesen historia en vez de teología.  Rebajamos la grandeza de sus metáforas, y nos privamos del misterio supremo para quedarnos con una mediocre historia de detectives.
            Jamás sabremos exactamente qué ocurrió en la tumba, pero sí sabemos algo con certeza: solo las mujeres estaban allí, las mujeres y nada más que las mujeres. Todos los discípulos varones habían huido.
            Las mujeres colocaron a Jesús en la tumba, lo velaron, volvieron al tercer día, y anunciaron la resurrección. Ellas y sólo ellas, sabían lo que había ocurrido. Era su gnosis, su conocimiento secreto. Revelarían parte de él, al menos, a los discípulos varones, pero todos los demás han tenido que aceptar la resurrección según dictaba su fe… La resurrección es un asunto de mujeres.
      Naturalmente, la resurrección en sentido literal es imposible.  En eso radica justamente la grandeza de la idea.  Pero decir que definitivamente no ocurrió tiene tan poco sentido como decir que sí sucedió.  Porque lo importante de la resurrección no es su sentido literal, sino su sentido metafórico.  O, en otras palabras, no su dimensión física, sino metafísica.
      Es posible concebir que los discípulos de Jesús hayan hecho desaparecer secretamente su cuerpo en mitad de la noche.  Es posible incluso que los guardias del templo lo hayan robado para impedir que surgiera la leyenda de un mártir.  O quizá no haya desaparecido en los hechos, sino sólo en la leyenda. Todo esto es posible, y a la vez, en última instancia, irrelevante.  Para quienes insisten en los hechos, no puede haber una solución.  La resurrección sólo tiene sentido en otro nivel de conocimiento, un nivel que anula lo fáctico y llega a lo más profundo del alma y del corazón.
      Cuando los sacerdotes egipcios narraban que Isis había reunido todas las partes del cuerpo de Osiris y lo había devuelto a la vida, ninguno de sus adoradores tomaba esta historia de forma literal.  Instintivamente, captaban el poder de la metáfora.  Recibían el consuelo de saber que en la muerte hay un propósito;  el consuelo de pensar en la muerte como parte de la vida, parte del ciclo permanente de la existencia.  Pero, sobre todo, comprendían que el dolor tiene el poder de traer a los muertos a la vida.
      Como sabe todo aquel que haya perdido recientemente a un ser querido, la ausencia de la persona fallecida es tan poderosa como su presencia, o quizá más aún.  La persona física se ha ido, pero el vacío que dejó en el mundo tiene una presencia innegable, su inmensa ausencia, una consistencia casi material.  Y los supervivientes saben que, mientras ellos vivan, también vivirán los que han muerto.  Viven en la mente y en el corazón de quienes lloran su muerte. Sobreviven en el recuerdo.
      Maryam, María Magdalena y las “otras muchas mujeres” sabían que la esencia de la resurrección no estaba en la carne, sino en el espíritu: el espíritu humano. “Fue el amor lo que resucitó a Jesús”, declaró Ernest Renan, el gran historiador del cristianismo del siglo XIX, y en verdad así fue.  Lloramos más la muerte de aquellos que amamos más profundamente.  Ya fuese el amor materno de Maryam, el amor sensual de María Magdalena, o la amorosa fe de las otras mujeres, fue esta fuerza la que transformó el dolor en alegría, la desesperación en esperanza, el final en un principio.
      No fue en el dolor, entonces, como Maryam y las mujeres que estaban a su alrededor resucitaron el espíritu de su hijo, sino en el amor.  Así es como a partir de entonces conducirían sus vidas.  Ésta era su sabiduría.

Tomado de:

HAZLETON, LESLEY.  María,  una virgen de carne y hueso.   Madrid: Martínez Roca,  2005.

NUEVA CONTROVERSIA DE LA IGLESIA ESTADOUNIDENSE


El Vaticano, contra las monjas de EEUU

Acusa al principal grupo de superioras de promover ideas «feministas radicales»

Viernes, 20 de abril del 2012

 

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

 

La última batalla del Vaticano en EEUU tiene un enemigo sorprendente: las propias monjas de la Iglesia católica en el país. El miércoles, la Congregación para la Doctrina de la Fe dela Santa Sedeanunció que reformará la Conferencia de Líderes de Mujeres Religiosas (LCRW por sus siglas en inglés), una organización de 1.500 madres y hermanas superioras que representan a congregaciones que reúnen al 80% de las 57.000 religiosas de EEUU. El Vaticano alega que ha detectado en el grupo «serios errores teológicos e incluso doctrinales», le acusa de cuestionar la doctrina vaticana en temas como la ordenaciones de mujeres y homosexuales y de mantener «silencio sobre el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural» y denuncia «la prevalencia de determinados temas feministas radicales incompatibles con la fe católica».

Versión en .PDF

El documento, de ocho páginas, también incluye una reprimenda al grupo de monjas, fundado en 1956, por hacer declaraciones públicas «que retan o chocan con los obispos, que son los auténticos profesores de la fe y la moral». Uno de ellos, el arzobispo de Seattle, Peter Sartain, ha sido nombrado para dirigir la reforma de la asociación de monjas. Con ayuda de otros dos obispos, Sartain será el encargado durante los próximos cinco años de reformar los estatutos del grupo y supervisar sus planes y programas, incluyendo la aprobación de oradores y conferenciantes invitados a sus reuniones.

 

Se intentará así, por ejemplo, suspender los vínculos de la agrupación de monjas con grupos como NETWORK, un lobi católico de justicia social también fundado por religiosas que dio apoyo a la reforma sanitaria de Barack Obama pese a las objeciones de los obispos. La jerarquía de la Iglesia católica en EEUU se ha opuesto a que los seguros cubran anticonceptivos, una oposición que llevó a Obama a eximir de esa obligación a instituciones católicas como universidades y hospitales. Las monjas y hermanas superioras apoyaron la reforma sanitaria.

 

«ASOMBRADAS» / Aunque el estudio del grupo lo inició el Vaticano en el 2008, la decisión anunciada el miércoles por la Congregación de la Doctrina de la Fe ha pillado por sorpresa. Y Annmarie Sanders, hermana dela Inmaculada Concepciónde María y directora de comunicaciones de LCRW, emitió un comunicado mostrando el «asombro» por la decisión vaticana. Sanders pospuso más declaraciones hasta el mes que viene, cuando el liderazgo del LCRW revisará el mandato de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ahora dirige un estadounidense, el cardenal William Levada, y de la que se encargó el cardenal Joseph Ratzinger antes de convertirse en el Papa Benedicto XVI.

 

Información publicada en la página 37 de la sección de cv Sociedad de la edición impresa del día 20 de abril de 2012

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/vaticano-contra-las-monjas-eeuu-1685686

 

ROMA ATACA A LAS MONJAS DE EE.UU


Carta al Editor 26 de abril 2012

Queridos Vecinos,

¿Ha oído las últimas noticias del Vaticano? La «Inquisición» está viva y bien viva, la última meta es la Monjas Americanas. Las Hermanas han dedicado sus vidas a vivir el Evangelio la justicia y la lectura de los signos de los tiempos. Los obispos están interesados en el poder. A las monjas no les ha interesado  el poder. Ellas han oído los gritos de los pobres, explotados y abandonados. Así que, ¿por qué el ataque?

«Las monjas no siguen los obispos, qué piensan?», por lo tanto, deben ser controladas. Se les acusa de preocuparse «demasiado» para los pobres y marginados. Ellas «saben» las personas a las que servimos, mientras que el Vaticano y la mayoría de los obispos viven en su «mal medio» del mundo fortin de los burócratas, las leyes y dogmas. De alguna manera parece que esto es exactamente lo que Jesús se enfrentó a hacer frente a los líderes religiosos de su época.

Las Religiosas necesitan nuestra ayuda. Debemos rechazar el comportamiento injusto, la intimidación de la Congregación del Vaticano llena de escándalos para la Doctrina de la Fe que ha ordenado la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas reformarse a sí misma más de cerca a «las enseñanzas y la disciplina de la Iglesia.» Es la corrupta jerarquía, que ha gastado miles de millones de dólares y devastaron la vida de miles de jóvenes en la crisis de abuso sexual que necesita una reforma, no a las monjas dedicadas en los Estados Unidos. Ahora es el momento para aquellos de nosotros que se sientan en las bancas de la semana tras semana y los que no han dejado de hablar. Dígale a su obispo y Roma por qué te fuiste. Se reúnen en grupos, discutir los temas. Desafío de la misoginia del Vaticano públicamente. Las comunidades religiosas de mujeres han sido la columna vertebral de la iglesia y el corazón que bombea a través de la esperanza de vida de la iglesia. Tenemos algo que decir en lo que sucede. Vamos a hacer que suceda.

Ir a: http://www.change.org / o peticiones de apoyo de a las Hermanas.

Rvda. Wanda Russell, la Asociación de sacerdotes mujeres católicas y Rvda. Miriam Picconi, ARCWP 2 Westmill Ln., Palm Coast, FL 32164 502-320-6814

Remitido al e-mail.

La inquisición actual y las religiosas norteamericanas


26.04.12 – Estados Unidos

Ivone Gebara
Escritora, filósofa e teóloga
Adital

Una vez más hemos visto horrorizadas «la evaluación doctrinal» o llamada de atención o castigo dirigido por la Congregación de la Doctrina de la Fe a quien, según ella, sale fuera de la observancia de la correcta doctrina católica. Solo que en esta ocasión el dedo acusador no señala solo a una sola persona, sino a una institución que agrupa y representa a más de 55.000 religiosas de Estados Unidos. Se trata de la Conferencia Nacional de las Religiosas, conocida por su sigla LRWC – Conferencia de Liderazgo Religioso Femenino. Estas religiosas a lo largo de su historia desarrollaron y aún desarrollan una amplia misión educativa por la dignidad de muchas personas y grupos, dentro y fuera de los Estados Unidos.

La mayoría de estas mujeres pertenecientes a diferentes congregaciones nacionales e internacionales, además de su formación humanista cristiana, son intelectuales y profesionales en diferentes campos del conocimiento. Son escritoras, filósofas, biólogas, teólogas y sociólogas, abogadas; tienen un amplio curriculum y competencia reconocida nacional e internacionalmente. También son educadoras, catequistas y promueven la práctica de los derechos humanos.

En muchas situaciones fueron capaces de exponer su vida en favor de personas víctimas de injusticias o se opusieron a las conductas gravemente injustas y opresivas asumidas por el gobierno de los Estados Unidos. Tuve el honor de conocer a algunas de ellas que han sido detenidas porque se pusieron en la primera fila en las manifestaciones que demandaban el cierre de la Escuela de las Américas, institución de Gobierno estadounidense que prepara a militares latinoamericanos para actuar en sus respectivos países de forma cruel y represiva. Estas religiosas son mujeres de reflexión y acción con un largo historial de servicios no sólo en su país, sino en muchos otros.

Actualmente están bajo sospecha y bajo la tutela del Vaticano. Son criticadas por estar en desacuerdo con los obispos, considerados «Los auténticos maestros de la fe y la moral”. Y además, están siendo acusadas de ser partidarias de un feminismo radical, de desviaciones de la doctrina católica romana, de complicidad en la aprobación de las uniones homosexuales y otras acusaciones que nos llegan a espantar por su anacronismo.

¿Que sería un feminismo radical? ¿Cuáles serían sus manifestaciones reales en la vida de las congregaciones religiosas femeninas? ¿Cuáles desviaciones teológicas estarían viviendo las religiosas? ¿Nosotras las mujeres estaríamos siendo vigiladas y castigadas por no conseguir ser fieles a nosotras mismas y a la tradición del Evangelio, a través de un sometimiento ciego al orden jerárquico masculino? ¿Estarán los responsables de las Congregaciones vaticanas ajenos a la gran revolución feminista mundial que tocó todos los continentes e inclusive a las congregaciones religiosas?

Muchas mujeres religiosas en los Estados Unidos y otros países son herederas, maestras y discípulas de una de las expresiones más interesantes del feminismo mundial, particularmente del feminismo teológico que se desarrolló en los Estados Unidos desde finales de la década de los sesenta. Sus ideas originales, críticas y posturas libertarias han llevado a una nueva lectura teológica, que les ha posibilitado acompañar a los movimientos de emancipación de la mujer. De esta manera pudieron contribuir a repensar nuestra tradición religiosa cristiana en el rumbo de superar la invisibilización y la opresión de las mujeres. Crearon también espacios alternativos de formación, textos teológicos y celebrativos para que la tradición del Movimiento de Jesús no fuese abandonada por miles de personas cansadas con el peso de las normas y estructuras religiosas patriarcales.

¿Qué actitudes tomar ante ese anacronismo y la violencia simbólica de los órganos curiales y administrativos de la Iglesia Católica Romana? ¿Qué pensar de su marco de referencia filosófico rígido que asimila lo mejor del ser humano a lo masculino? ¿Qué decir acerca de su visión antropológica unilateral y misógina desde la que interpretan la tradición de Jesús?

¿Qué pensar de este tratamiento administrativo punitivo a partir del cual se nombra a un arzobispo para revisar, orientar y aprobar las decisiones tomadas por la Conferencia de Religiosas como si fuésemos incapaces de discernimiento y lucidez? ¿Seríamos acaso una empresa multinacional capitalista en la que nuestros «productos» deberían acatar los dictados de una línea de producción única? Y para mantenerla ¿debemos ser controladas como autómatas por quienes se consideran dueños y guardianes de la institución? ¿Dónde queda la libertad, la caridad, la creatividad histórica, el amor sororal y fraternal?

Al mismo tiempo que la indignación, nos invade un sentimiento de fidelidad a nuestra dignidad de mujer y el Evangelio anunciado a los pobres y marginados nos invita a reaccionar ante este acto repugnante de injusticia.

No es de ahora que los prelados y los funcionarios de la Iglesia actúan con dos pesos y dos medidas. Por un lado las altas instancias de la Iglesia Católica fueron capaces de acoger nuevamente en su seno a grupos de extrema derecha cuya historia nociva, principalmente para jóvenes y niños, es ampliamente conocida. Pienso especialmente en los Legionarios de Cristo, de Marcial Maciel (México) o en los religiosos de Monseñor Lifevre (Suiza) cuya desobediencia al papa y sus métodos coercitivos para conquistar discípulos es testimoniada por muchos.

Esta misma iglesia institucional acoge y recibe a hombres que le interesan por su poder y repudia a las mujeres que desea mantener sumisas. Con su actitud las expone a críticas ridículas difundidas incluso por medios de comunicación católicos de mala fe. En estas mujeres los prelados parecen reconocer formalmente cierto mérito cuando sus acciones se centran en aquellas tareas tradicionalmente ejercidas por las religiosas en las escuelas y en los hospitales. ¿Pero somos sólo eso?

Somos conscientes de que en ningún momento en los Estados Unidos surgió la más mínima posibilidad de que estas religiosas hubieran violado a jóvenes, adolescentes, niños y ancianos. Ninguna denuncia pública manchó su imagen. De ellas no se dice que se aliaran con los grandes bancos internacionales para su propio beneficio. Ninguna denuncia de tráfico de influencias, intercambio de favores para mantener el silencio de la impunidad. Y aún con toda esa trayectoria ninguna de ellas ha sido canonizada ni beatificada por las autoridades eclesiásticas, como sí lo hicieron en casos de hombres con poder. El reconocimiento de esas mujeres viene de las muchas comunidades y grupos cristianos o no, que comparten su vida y sus trabajos con muchas de ellas. Y estos grupos, ciertamente no callarán ante esa «evaluación doctrinal» injusta. que también los afecta directamente

Plagiando a Jesús en su Evangelio me atrevo a decir: «Tengo pena de estos hombres” que no conocen de cerca las contradicciones y las bellezas de la vida, que no permiten a sus corazones vibrar abiertamente con las alegrías y sufrimientos de las personas, que no aman el tiempo presente, que prefieren la estricta ley a la fiesta de la vida. Solo aprendieron las reglas inflexibles de una doctrina cerrada en una racionalidad ya obsoleta y desde ella juzgan la fe de los demás y especialmente de las mujeres. Tal vez piensan que Dios los aprueba y se somete a ellos y a sus elucubraciones tan lejanas de los que tienen hambre de pan y justicia, de los hambrientos, los abandonados, de las prostituidas, de las violadas y olvidadas.

¿Hasta cuándo tendremos que sufrir bajo su yugo? ¿Qué postura nos inspirará el «Espíritu que sopla donde quiere» para que permanezcamos fieles a la VIDA presente en nosotros?

A las queridas hermanas estadunidenses de la LWRC mi agradecimiento, cariño y solidaridad. Si ustedes están siendo perseguidas por el bien que hacen, probablemente su trabajo producirá abundantes y buenos frutos. Sepan que, unidas a ustedes, mujeres religiosas de otros continentes no permitiremos que silencien vuestra voz. Pero si callaren por un decreto del papel, nosotras haremos de ese decreto una razón más para seguir luchando por la dignidad humana y la libertad que nos constituye. Continuaremos de muchas maneras, anunciando el amor al prójimo como clave de comunión humana y cósmica presente en la tradición de Jesús de Nazaret y en muchas otras, aunque de diferentes maneras. Vamos a seguir tejiendo juntas en nuestro momento histórico un pedazo más de la vasta historia de afirmación de la libertad, el derecho a ser diferentes y pensar diferente y todo esto tratando de no tener miedo a ser feliz.

Abril 2012.

«Soy homosexual, soy católico… y soy feliz»


Carta de un católico orgulloso de ser homosexual a monseñor Reig

 

Carta abierta de un cristiano gay a Juan Antonio Reig

«No es nuestra orientación sexual la que nos lleva al infierno. Son discursos como el suyo»

Redacción, 25 de abril de 2012 a las 19:05

 Son discursos como el suyo lo que han hecho que muchos hermanos y hermanas homosexuales hayan tenido que vivir su afectividad desde el miedo, la ocultación

Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares/>

Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares

Querido hermano Reig Plá: El que esto escribe es un joven de 30 años que es homosexual y es católico. Y es feliz. Y sé que no soy la excepción que confirma la regla de sus teorías. Conozco hermanos y hermanas homosexuales que son cristianas y son felices, y viven plenamente su afectividad y su fe.

Usted nos presenta unos testimonios que solamente por el hecho de expresar la historia personal de alguien merece todo el respeto y consideración de todos. No seré yo quien juzgue el espacio sagrado que es la intimidad y la verdad de las personas que le han manifestado sus sentimientos.

Son personas que manifiestan un gran sufrimiento desde la infancia: no aceptación, rechazo, falta de autoestima. ¿Qué futuro afectivo y qué equilibrio emocional puede tener alguien que desde niño está escuchando un discurso en que se le dice que su forma de amar es mala, pecaminosa y sucia?

No es nuestra orientación sexual la que nos lleva al infierno. Son discursos como el suyo lo que ha hecho que durante siglos las personas homosexuales hayamos tenido que vivir el amor, como algo sucio, pecaminoso, y esto, haya destruido esa realidad tan humana y tan divina como es el amor. Y no sólo eso, sino nuestra propia dignidad como personas, nuestra autoestima, y nuestra propia capacidad para donarnos.

Son discursos como el suyo lo que han hecho que muchos hermanos y hermanas homosexuales hayan tenido que vivir su afectividad desde el miedo, la ocultación. Y esto ha hecho que nuestras relaciones se dieran en cuartos oscuros, con música a todo volumen, y alcohol que impedían unas relaciones sanas y personales. Discursos como el suyo han dejado muertos y en el infierno a muchos de mis hermanos y hermanas, impidiéndoles que desarrollaran una afectividad sana y madura, encerrándonos en guetos, y haciéndonos crear estilos de vida y de relación insanos y que atentan contra la dignidad de las personas.

Pero gracias a Dios las cosas están cambiando. Yo soy homosexual y soy feliz. Y muchos hermanos y hermanas míos viven su amor, sus relaciones de pareja, y muchos ya su matrimonio, desde el amor y la fidelidad, la entrega y la donación. Y son felices y se saben amados de Dios.

¿Desde cuando amar ha sido pecado en el cristianismo? La homosexualidad, no es cuestión de sexo, ni de prostitución, ni de depravación, ni de enfermedad, aunque muchas de las personas que se acercan al confesionario, que han internalizado discursos como el suyo lo hayan vivido así. La homosexualidad, es cuestión de amor.

Se lo vuelvo a decir: soy feliz. Y lucho cada día por vivir según el seguimiento de Jesús desde lo que soy. Me sé y me siento amado por Dios y aceptado por él. Las personas homosexuales no necesitamos más condenadas. Necesitamos que una Iglesia samaritana nos acompañe en el camino de nuestra reintegración plena en la sociedad, pues ha sido ella en gran medida la que nos ha puesto en los márgenes, y nos ayude a vivir el Evangelio desde nuestra realidad.

G.

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2012/04/25/religion-iglesia-reig-homosexual-cristiano-carta-abierta.shtml

El Vaticano ordena trasladar los restos de un capo mafioso


Enrico de Pedis

«Renatino» descansa en una basílica regentada por el Opus

De Pedis estuvo implicado en el secuestro de Emanuela Orlandi

Redacción, 25 de abril de 2012 a las 10:47

Enrico de Pedis, más conocido como «Renatino«, fue acribillado hace 22 años en un ajuste de cuentas cerca de Campo di Fiori en Roma. Enterrado en el cementerio de la capital, pronto sus restos fueron trasladados a la basílica de San Apollinaire, tutelada por el Opus Dei. Ahora. el Vaticano ha ordenado trasladar el osario de quien fuera considerado «gran benefactor de los pobres».

Sólo que «Renatino» no era un ciudadano cualquiera. El italiano fallecido en febrero de 1990 dirigía la banda de la Magliana, una sanguinaria organización criminal que en ese entonces mantenía en vilo a Roma. Por eso no es raro que mantuviera buenos contactos y contara con amigos poderosos.

En ese marco, su viuda, Carla Di Giovanni, consiguió que el cardenal Ugo Poletti le firmara una carta en la que el purpurado aseguraba que «De Pedis había sido un gran benefactor de los pobres«, cosa que no se alejaba de la realidad. Se calcula que «Renatino» destinó a la iglesia el equivalente a entre 260 mil y 310 mil euros en obras de caridad.

Con ese respaldo del cardenal Poletti y el pago de 20 mil euros, Di Giovanni consiguió que el cuerpo de «Renatino» fuera retirado del cementerio de Verano y enterrado en la iglesia de San Apollinarie, un lugar reservado para acoger la sepultura de cardenales, santos o mártires.

Y así es que De Pedis hoy en día descansa en la Basílica de San Apollinarie, actualmentetutelada por el Opus Dei, siendo su estadía motivo de fuertes críticas para el Vaticano. Sin embargo, la Santa Sede estaría remediando la situación en unas cuantas semanas no solo por los reproches de la comunidad, sino también porque «Renatino» habría estado involucrado en el secuestro de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, en 1983.

 

http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2012/04/25/religon-iglesia-vaticano-ordena-restos-mafioso.shtml

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