El frágil poder de Benedicto XVI


15.10.12 – 20:19 –

ANTONIO PANIAGUA | MADRID
El periodista Eric Frattini sostiene que, al contrario de su predecesor, Benedicto XVI ha descuidado la maquinaria del Vaticano
Predice que Bertone tiene los días contados y que ahora el candidato mejor colocado para suceder a Ratzinger es el patriarca de Venecia
El frágil poder de Benedicto XVI

Eric Frattini, autor de ‘Los cuervos del Vaticano’. / Mireya López
Reza un dicho que «no todo buen monje es un buen Papa».
Para el escritor Eric Frattini los documentos del ‘Vatileaks’ refuerzan la idea de que Benedicto XVI, pese a su gran altura intelectual, ha descuidado los engranajes del funcionamiento de la Santa Sede. En su libro ‘Los cuervos del Vaticano. Benedicto XVI en la encrucijada’ (Espasa), el reportero concluye que el actual Pontífice «no tiene ningún poder». «Se ha preocupado mucho de la teología y poco de la maquinaria de gobierno», apostilla. Por eso cree que en el próximo cónclave habrá una «guerra atroz» entre las distintas facciones de cardenales y que, «después de dos papas ‘extranjeros'», el próximo será italiano.
Sostiene Eric Frattini que la elección del sucesor de Joseph Ratzinger tendría que ser cubierta por «corresponsales de guerra», tal es el grado de beligerancia entre los distintos grupos que componen el colegio cardenalicio. El mayordomo del Benedicto XVI, Paolo Gabriele, condenado por las filtraciones, «no es más que un cabeza de turco», dice el periodista, quien aduce que las cartas secretas revelan que una de las batallas más encarnizadas en la curia se refiere a la corrupción en el Instituto para las Obras de la Religión (IOR), el banco del Vaticano. La estrecha amistad que unía a Ratzinger con Ettore Gotti Tedeschi hizo que el Papa encargase al financiero que pusiera de orden en el IOR, que si por algo destaca es por la opacidad de sus operaciones. Tedeschi, expresidente del Santander Consumer Bank, la división italiana del Grupo Santander, complicó su carrera cuando aceptó la empresa e hizo todos lo posible para obtener del Consejo de Europa su aval para que el IOR dejara de figurar en la lista de entidades implicadas en el lavado de dinero. Seguramente Gotti Tedeschi hubiera conseguido la ansiada certificación si el cardenal Tarciso Bertone, secretario del Estado del Vaticano, no hubiera puesto a sus hombres a maniobrar en su contra. En una cena sentaron a Pietro Lasalvia, un psiquiatra amigo de Bertone, junto Tedeschi, a quien hizo numerosas preguntas de orden personal y profesional. «Lasalvia elaboró un informe confidencial de Tedeschi que fue enviado a los miembros del Consejo de Administración del IOR» y en el que se hacía contar una «disfunción psicosocial» del financiero.
Con el paso del tiempo los directivos del banco del Vaticano prescindieron de Tedeschi al aprobar una moción cuando este se encontraba ausente. El hombre de confianza del Papa para dotar de transparencia al IOR no debía de dormir muy tranquilo. Cuando los Carabinieri se presentaron en su casa para investigar un asunto ajeno a las finanzas vaticanas, se temía lo peor. «¿Vienen a un registro? Pensé que venían a pegarme un tiro», dijo Gotti Tadeschi al capitán de los Carabinieri.
Nombramientos
Desmantelar el poder de Bertone se antoja una tarea complicada. «Desde 2006 hasta ahora, la maquinaria del Vaticano está controlada por él; habría que sacarle a él y a toda su gente», arguye Frattini. No obstante, el Papa ya ha tomado cartas en el asunto y ha apostado por sus fieles. En materia teológica ha designado al arzobispo Gerhard Ludwig Müller como nuevo prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe. «Se dice que después se va a ocupar de liquidar a Bertone. Se rumorea que le cesará antes del 31 de diciembre de este año». Una pista que abona esta hipótesis es que ninguno de los nuevos nombramientos pertenece a personas cercanas al secretario de Estado.
Otra iniciativa de Joseph Ratzinger, la de limpiar de corrupción la Santa Sede, también encalló. En el fracaso tuvo parte de responsabilidad el propio Benedicto XVI, que no contestó a las advertencias de Carlo Maria Viganò, un hombre insobornable y recto a quien se le encomendó la investigación de los trapos sucios en la corte de San Pedro. Viganò avisó a Ratzinger del oneroso gasto de 550.000 euros que supuso el belén en la plaza de San Pedro. Y alertó también del agujero de 2,5 millones de euros que habían desaparecido del comité de finanzas de la Gobernación del Vaticano. Las pesquisas de Viganò acabaron cuando fue despachado a un destino que sería goloso en otras circunstancias: la nunciatura de la Santa Sede en Washington. «No entiendo qué es lo que ha ocurrido», dijo al enterarse del nombramiento.
«Entente cordial»
El escándalo ‘Vatileaks’ tiene mucho que ver con la contienda sañuda que mantienen los ‘bertonianos’ y los ‘diplomáticos’, liderados por el anterior secretario de Estado, Angelo Sodano. Los dos encabezan camarillas irreconciliables que, a juicio de Frattini, solo llegarán a firmar una «entente cordial» cuando se proclame al sucesor de Benedicto XVI. En consecuencia, ya hay quinielas que predicen que si ahora se celebrara un cónclave, el elegido sería el patriarca de Venecia y arzobispo de Milán, Angelo Scola, que contaría con un 60% de los apoyos. Aunque se trata de conjeturas y quinielas periodísticas, lo cierto es que la poderosa archidiócesis «ya dio en el siglo pasado dos papas: monseñor Achille Rati, que en 1922 se convirtió en el Papa Pío XI, y monseñor Giovanni Batista Montini, que en 1963 se convirtió en Pablo VI».
La pugna entre ‘bertonianos’ y ‘diplomáticos’ tiene poco de evangélica. Cuando fue defenestrado Sodano, tardó 16 meses en desalojar su despacho y los 22 de sus subordinados. «Durante más de un año hubo de facto dos secretarios de Estado», señala el escritor.
En lo que respecta a España, hay un detalle en los documentos filtrados muy curioso. Antes de que se emprendieran las negociaciones entre ETA y el Gobierno socialista en 2006, la banda pidió al nuncio en España que el diálogo se celebrara en la sede diplomática. Cuando contestó Bertone a la carta del nuncio, dijo que, entre otras personas, se mantuviera informado a Jaime Mayor Oreja, una muestra de la influencia que conserva el líder del PP en el Vaticano, según Frattini.

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