El suicidio de Rambo


Salvador Capote

ALAI AMLATINA, 10/06/2013.- Durante los últimos doce años el suicidio entre los militares estadounidenses en activo ha ido aumentando sostenidamente, alcanzando un récord de 349 (únicamente suicidios confirmados) en 2012. De acuerdo a cifras preliminares, parece que alcanzará un nuevo record en 2013.

La preocupación del gobierno norteamericano se acentúa con el hecho de que en cada uno de los últimos tres años el número de bajas por suicidio entre los militares ha sido superior a la cifra de los que mueren en combate. En 2012 murieron 310 soldados estadounidenses en Afganistán y se suicidaron, como hemos dicho, 349. Sólo el Cuerpo de Infantería de Marina registró 48 autoeliminados en 2012, un aumento del 50% respecto a 2011. Cada 65 minutos en promedio, un veterano de las fuerzas armadas estadounidenses comete suicidio (uno cada día aproximadamente entre los que están en servicio activo).

Se considera, sin embargo, que la verdadera cifra es bastante mayor pues debido al estigma asociado al suicidio, muchas muertes, sobre todo las que se producen por envenenamiento, sobredosis de estupefacientes y caídas desde alturas, se clasifican como accidentes aunque, con toda seguridad, una parte de ellas son acciones suicidas.

De todos modos, la situación es tan grave y escandalosa que el Secretario de Defensa León Panetta afirmó en un comité del Congreso en Julio de 2012 que los militares de Estados Unidos se enfrentan a una “epidemia” de suicidios y que se necesita mejorar los servicios de salud mental para las tropas. Panetta indicó que los suicidios constituyen uno de los problemas “más complejos” y “urgentes” que enfrentan los militares estadounidenses y es “uno de los retos más frustrantes” ya que “a pesar del aumento de esfuerzos y el incremento de la atención, la tendencia continúa avanzando en una problemática y trágica dirección”.

En los últimos tres años se incrementó (hasta unos 9,000) el número de psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y enfermeras especializadas en salud mental, en hospitales y clínicas militares, un incremento del 35 %.

Si se tiene en cuenta la experiencia israelí (la tasa de suicidios es también alta entre los militares de Israel) el suicidio entre los veteranos es favorecido por las leyes que permiten, prácticamente sin control, la tenencia de armas de fuego. En Israel, la principal forma de suicidio era por disparo de arma de fuego los fines de semana y días festivos. En 2006, una orden administrativa que prohibió a los soldados llevar el arma a casa redujo de inmediato la tasa de suicidios en más de un 40 %.

Medidas como ésta, sin embargo, tocan solamente la superficie del problema, el cual tiene raíces considerablemente más extensas y profundas. Muchos veteranos, víctimas ellos también de tantas guerras sin sentido, prefieren quitarse la vida a vivir con las secuelas de las terribles experiencias vividas como invasores en países que, muy probablemente, no sabían siquiera situar en un mapa.

El aumento de la tasa de suicidios obligó a la Casa Blanca en 2011 a levantar la prohibición, impuesta por la administración de George W. Bush, para el envío de cartas de condolencia a nombre del presidente a las familias de los miembros del servicio que se suicidan.

Al escándalo del suicidio entre los militares se suma el escándalo de los asaltos sexuales: una de cada cinco mujeres de uniforme es asaltada sexualmente por sus compañeros, y la cifra va en aumento. Alrededor de 20,000 asaltos sexuales tienen lugar cada año en las fuerzas armadas de Estados Unidos, pero menos de cien (menos del 0.5 %) de los violadores son llevados a corte marcial y esto, generalmente, sólo cuando han actuado con excesiva brutalidad y el hecho ha trascendido al público. Si los militares estadounidenses violan a sus propias compañeras, ¿qué no harán con las mujeres civiles indefensas en los territorios ocupados?

Rambo viola, Rambo tortura, Rambo asesina, Rambo se suicida porque, no busquen otra causa, su degradación es el resultado de violentar la naturaleza humana dentro de una horrible maquinaria de destrucción y muerte al servicio del complejo militar-industrial y de la élite imperial gobernante.

Nota: La cifras que se ofrecen son desclasificadas. Fuentes: informes anuales del Departamento de Defensa y del “Department of Veteran Affairs”.

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De la mujer y la religión: Por Emma Bonino


 

 

Para hablar con toda franqueza, estoy siempre más convencida de que las religiones no son amigas de las mujeres. En la historia y en la práctica de las tres religiones monoteístas profesadas en el Mediterráneo -interpretadas y dirigidas sólo por hombres- hay una buena dosis de misoginia, donde reaccionarios y conservadores encuentran en ellas, en vez de obstáculos, un buen sostén.

Piénsese en las mutilaciones genitales femeninas, que en algunos pueblos egipcios todavía son justificadas y legitimadas por argumentaciones de carácter religioso, mientras se trata, en realidad, de una práctica que tiende a conservar una tradición que quiere a la mujer completamente sometida al hombre, ya sea a su marido, su padre, su hermano, cuñado, etcétera, y que no tiene ninguna relación con el Corán o con la religión musulmana. También el rol que la mujer tiene dentro del mundo árabe y que en algunos países es aún del todo marginal, encuentra su razón de ser en una interpretación de la sharía particularmente restrictiva, útil para el mantenimiento de una tradición patriarcal, que en sus manifestaciones más obtusamente prohibicionistas, llega incluso a negar a las mujeres el acceso al carné de conducir, como en Arabia Saudita, por no hablar del derecho de voto o de propiedad.

Igualmente, la primera cosa que aprendí viviendo en el mundo árabe, es que cuando se habla de mujeres musulmanas hay que prestar atención para no caer en la equivocación de la generalización. De hecho, la mujer «musulmana» es sólo una abstracción, existen las mujeres turcas, kuwaitíes, sauditas, con problemas que son muy diferentes. Su condición está dictada no tanto por la religión en abstracto, sino por la estructura política del país al que pertenecen, más o menos influenciada por la religión.

Cuando hace seis años, la asociación No hay Paz Sin Justicia organizó en Sevilla el primer Fórum con mujeres islámicas, las diferencias nacionales emergieron netamente. En países como Turquía o Túnez, donde la separación entre religión y política se ha consolidado a lo largo del tiempo, todo o casi todo el capítulo de derechos personales como el divorcio, aborto, la custodia de los hijos, etcétera, estaba resuelto. Pero el común denominador que apareció, también con claridad, en los últimos años -no sabría decir si desde los atentados de 2001 o antes- es que el universo de las mujeres en los países musulmanes, cada uno con sus especificidades, está en movimiento. Son ellas el soft power que puede empujar a estos países a posibles aperturas democráticas y de desarrollo; y esto nos hace esperar una posible y próxima liberación de una serie de violencias que las ve desde hace siglos relegadas a los márgenes de la sociedad, también en términos de acceso a la instrucción, a la vida profesional y política y en muchos casos víctimas de violencias físicas, sin tener ninguna posibilidad ni siquiera de intentar una acción para hacer valer lo que nosotros definimos, lamentablemente con una acepción de misoginia, derechos naturales e imprescriptibles del hombre, entre ellos la vida, la integridad física, la libertad o la propiedad.

La condición de la mujer y la lucha para la afirmación de los propios derechos encuentra su elemento común en el enemigo a afrontar: la tradición, que frecuentemente se acompaña de una interpretación equivocada de la religión.

Aparte de la condición de la mujer en los países musulmanes, el combate de las mujeres en Europa para la emancipación y la igualdad -aún no concluida en algunos casos, como en mi país, preocupantemente abandonada- siempre ha encontrado en el establishment religioso, debo decir sobre todo en el católico, una fuerte resistencia, más difícil de superar en cuanto ese establishment ha podido influenciar al poder político con la ayuda de partidos más o menos declarados confesionales.

Pienso en las luchas llevadas a cabo en mi país para la legalización del divorcio y la interrupción voluntaria del embarazo, o más recientemente la del derecho a procrear con amor también con la ayuda del progreso científico (Referéndum para la reproducción asistida), que han sido enfrentadas aun si sólo daban soluciones a problemas sociales muy sensibles. Problemas en los que la fe religiosa consiente dar una respuesta en el plano individual, pero de los que el Estado debe dar una respuesta que sea practicable por todos, creyentes o no.

La mujer por eso, en cualquier campo de la vida, desde la política hasta otras profesiones, encuentra muchos obstáculos y dificultades que no hallan los hombres, dificultad que encuentran incluso en el ámbito del ordenamiento eclesiástico.

Fuente: El País

 

http://www.mujeresenred.net/spip.php?article345


Las mujeres y las religiones


Que las mujeres gozan de menos derechos que los varones en todos los rincones del mundo no es ninguna novedad. Y cuándo va a cambiar ostensiblemente eso, más allá de los grandes pero aún insuficientes esfuerzos que ya han comenzado a hacerse al respecto, no lo sabemos.

Lo que sí está claro es que las religiones –todas– no juegan un papel precisamente progresista en ese cambio: más que ayudar a la igualación de las relaciones entre los géneros, promueven el mantenimiento de las más odiosas diferencias.

Amparados en la pseudo explicación de «ancestrales motivos culturales», podemos entender –jamás justificar– el patriarcado, los arreglos matrimoniales hechos por los varones a espaldas de las mujeres, el papel sumiso jugado por éstas en la historia, el harem, la ablación clitoridiana; podemos entender que una comadrona en las comunidades rurales de Latinoamérica cobre más por atender el nacimiento de un niño que el de una niña, o podemos entender la lógica que lleva a la lapidación de una mujer adúltera en el Africa.

En esta línea, entonces, podríamos decir que las religiones ancestrales son la justificación ideológico-cultural de este estado de cosas; las religiones en tanto cosmovisiones (filosofía, ciencia, código de ética, manual para la vida práctica) han venido bendiciendo las diferencias de género, por supuesto siempre a favor de los varones (¿por qué los poderes, al menos hasta ahora, han sido siempre misóginos? Esto, secundariamente, demuestra que todas las religiones son absolutamente machistas, nunca progresistas).

Quizá en un arrebato de modernidad podríamos llegar a estar tentados de decir que las religiones más antiguas, o los albores de las actuales grandes religiones monoteístas, son explícitas en su expresión abiertamente patriarcal, consecuencia de sociedades mucho más «atrasadas», sociedades donde hoy ya se comienza a establecer la agenda de los derechos humanos, incluidos los de las mujeres, sociedades que van dejando atrás la nebulosa del «sub-desarrollo». Así, no nos sorprende que dos milenios y medio atrás, Confucio, el gran pensador chino, pudiera decir que «La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que hay en el mundo», o que el fundador del budismo, Sidhartha Gautama, expresara que «La mujer es mala. Cada vez que se le presente la ocasión, toda mujer pecará».

Tampoco nos sorprende hoy, en una serena lectura historiográfica y sociológica de las Sagradas Escrituras de la tradición católica, que en el Eclesiastés 22:3 pueda encontrarse que «El nacimiento de una hija es una pérdida», o en el mismo libro, 7:26-28, que «El hombre que agrada a Dios debe escapar de la mujer, pero el pecador en ella habrá de enredarse. Mientras yo, tranquilo, buscaba sin encontrar, encontré a un hombre justo entre mil, más no encontré una sola mujer justa entre todas». O que el Génesis enseñe a la mujer que «parirás tus hijos con dolor. Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti», o el Timoteo 2:11-14 nos diga que «La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio».

Siempre en la línea de intentar concebir la historia como un continuo desarrollarse, y al proceso civilizatorio como una búsqueda perpetua de mayor racionalidad en las relaciones interhumanas, podría entenderse que cosmovisiones religiosas antiguas como la que aún mantienen los ortodoxos judíos repitan en oraciones que se remontan a lejanísimas antigüedades: «Bendito seas Dios, Rey del Universo, porque Tú no me has hecho mujer», o «El hombre puede vender a su hija, pero la mujer no; el hombre puede desposar a su hija, pero la mujer no».

Reconociendo que los prejuicios culturales, racistas para decirlo en otros términos, siguen estando aún presentes en la humanidad pese al gran progreso de los últimos siglos, desde una noción occidental (eurocentrista), podría pensarse que son religiones «primitivas» las que consagran el patriarcado y la supremacía masculina. Así, ente la población africana, es común que en nombre de preceptos religiosos (de «religiones paganas» se decía no hace mucho tiempo) entre 80 y 114 millones de mujeres y niñas son actualmente víctimas de la mutilación genital femenina, practicada por parteras tradicionales o ancianas experimentadas al compás de oraciones religiosas, mientras que eso por cierto no sucede en sociedades «evolucionadas».

Igualmente desde un prejuicio descalificante puede decirse que la dominación masculina queda consagrada en religiones que, al menos en Occidente, son vistas como fanáticas, fundamentalistas, primitivas en definitiva. En ese sentido, en esa lógica de discriminación cultural, puede afirmarse que los musulmanes ya en su libro sagrado tienen establecido el patriarcado, lo cual podría ratificarse leyendo el verso 38 del capítulo «Las mujeres» del Corán (en la traducción española de Joaquín García-Bravo), que textualmente dice: «Los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales Alá ha elevado a éstos por encima de aquéllas, y porque los hombres emplean sus bienes en dotar a las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas: conservan cuidadosamente, durante la ausencia de sus maridos, lo que Alá ha ordenado que se conserve intacto. Reprenderéis a aquellas cuya desobediencia temáis; las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis; pero, tan pronto como ellas os obedezcan, no les busquéis camorra. Dios es elevado y grande».

Incluso podría decirse que si la religión católica consagró el machismo, eso fue en tiempos ya idos, y no es vergonzante hoy que uno de sus más conspicuos padres teológicos como San Agustín dijera hace más de 1.500 años: «Vosotras, las mujeres, sois la puerta del Diablo: sois las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la ley divina: vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruisteis fácilmente la imagen que de Dios tenía el hombre. Incluso, por causa de vuestra deserción, habría de morir el Hijo de Dios». O que hace ocho siglos Santo Tomás de Aquino, quizá el más notorio de todos sus teólogos, expresara: «Yo no veo la utilidad que puede tener la mujer para el hombre, con excepción de la función de parir a los hijos».

Claro, toda esta misoginia, este machismo patriarcal infame podría entenderse como el producto de la oscuridad de los tiempos, de la falta de desarrollo, del atraso que imperó siglos atrás en Occidente, o que impera aún en muchas sociedades contemporáneas que tienen todavía que madurar. Pero es realmente para caerse de espaldas saber que hoy, entrado ya el siglo XXI, la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana sigue preparando a las parejas que habrán de contraer matrimonio con manuales donde puede leerse que «La profesión de la mujer seguirá siendo sus labores, su casa, y debería estar presente en los mil y un detalles de la vida de cada día. Le queda un campo inmenso para llegar a perfeccionarse para ser esposa. El sufrimiento y ellas son buenos amigos. En el amor desea ser conquistada; para ella amar es darse por completo y entregarse a alguien que la ha elegido. Hasta tal punto experimenta la necesidad de pertenecer a alguien que siente la tentación de recurrir a la comedia de las lágrimas o a ceder con toda facilidad a los requerimientos del hombre. La mujer es egoísta y quiere ser la única en amar al hombre y ser amada por él. Durante toda su vida tendrá que cuidarse y aparecer bella ante su esposo, de lo contrario, no se hará desear por su marido», tal como puede consultarse en «20 minutos Madrid» del lunes 15 de noviembre de 2004, año V., número 1.132, página 8.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=16668

El papel de la mujer en la religión.


Escrito por  venus (síguele en Google+)

Religiosa dando la comunión

Religiosa dando la comunión

 

A pesar  que el rol de la mujer ha ido cambiando y de a poco igualandose con el hombre , existen muchos ambitos en los que sigue siendo relegada.
En el culto religioso , por ejemplo en la religion catolica , la mujer tiene sus funciones limitadas. Puede  efectuar una lectura de la biblia,y efectuar la distribucion de la comunion, pero no puede oficiar una misa o realizar un casamiento
Desde el punto de vista religioso , el pueblo judio, presenta cuatro corrientes. Tres de ellas han ido  caminando hacia la igualdad, y permiten que las mujeres, ocupen lugares de liderazgo espiritual, como los hombres llegando a ser Rabinas.
La ortodoxia moderna tambien ha realizado algunos avances en este sentido, y hay algunas Sinagogas, donde el rol de la mujer ha cambiado, aunque una gran mayoria mantiene los roles tradicionales.

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Una de las grandes creencias que llevan a que la mujer no presida el culto religioso es que si la mujer se para delante del hombre, satanas  hara que el hombre se distraiga y no preste atencion a la oracion , sino a la belleza femenina, si se arrodilla exalta mucho mas su atractivo.
Otra creencia es que la voz de la mujer es mas suave y dulce que la del hombre, y seria otro motivo de distraccion a la oracion y a su Dios.
Por lo que las mujeres solo pueden decir la oracion delante de otras mujeres.
La mujer dispone de su cuerpo , de forma muy limitada, si se trata de donar un riñon , esta en el derecho de hacerlo , pero cuando se trata de un embrion , por ejemplo el derecho  esta penado .
La bioetica judia sostiene que ni  el hombre ni la mujer , pueden disponer de su cuerpo por completo.El cuerpo se considera un hogar , al que debemos cuidar , para luego devolverlo.En el Islam la mujer tiene la obligacion  de proteger su aspecto, belleza y vitalidad. El Islam acepta ciertos cambios o modificaciones , en casos especificos, como defectos o accidentes, pero los cambios para embellecer el cuerpo no esta aceptado.
El aborto , para el cristianismo es ” matar” por lo tanto no existe ninguna opcion o circunstancia que lo justifique o acepte.
La tradicion judia no lo ve de la misma manera , pero de todas formas, acepta solamente el aborto si la madre corre el riesgo de morir.
El Islam, tambien permite el aborto , en caso que el niño que la mujer lleva en el vientre , tiene o se diagnostica algun problema.

La sexualidad, en otras epocas  se veian solamente como la forma de reproducirse, esto ha ido cambiando en muchas religiones, pero de todas maneras se sigue tomando a la mujer en este sentido mas como un objeto o movil , que como persona , que siente placer.Lo mismo sigue pasando con las distintas orientaciones  sexuales con respecto a la religion, solo se acepta en la mayoria de ellas , la tradicional, una pareja de ambos sexos y de ser posibles unidos en matrimonio religioso.

 

 

http://blogmujeres.com/el-papel-de-la-mujer-en-la-religion/

 

«Solo deseo encontrarme con mi padre Mandela antes de que muera»


JAIME VELÁZQUEZ / SHOSHANGUVE (PRETORIA)
Día 10/06/2013 – 14.25h

Onicca Nyembezi Mothoa, de 66 años, lleva tratando de conocer desde hace una década al que asegura es su progenitor: Nelson Mandela

Onicca Nyembezi Mothoa, de 66 años, lleva más de una década tratando de conocer al que asegura que es su padre, el expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela. Asegura que no quiere dinero, solo su apellido.

«Solo deseo encontrarme con mi padre antes de que muera», asegura Nyembezi desde el salón de su casa. Sentada en un sillón, cubierta con una manta, su parecido con el líder antiapartheid es realmente extraordinario. «No quiero su dinero, aunque me corresponde por derecho; solo quiero mi apellido, que el mundo sepa que soy la hija de Mandela. Pero su familia me rechaza porque son avariciosos, solo piensan en su herencia».

Nyembezi Mothoa nació el 4 de mayo de 1947. Su madre Sophie Masango era empleada de hogar. Conoció a Mandela en Atteridgville, el primer «township» creado en Pretoria, cuando tenía 19 años.Mandela entonces era un joven que comenzaba su carrera política en las Juventudes del Congreso Nacional Africano.

El Centro de la Memoria de Nelson Mandela asegura no tener constancia de que el activista antiapartheid residiera en algún momento en Pretoria; si bien, Mandela no contó con una residencia estable hasta finales de 1947 en Johannesburgo, y solía alojarse en casa de sus camaradas.

Éxito entre las mujeres

Uno de ellos, William Nkomo, residía en Atteridgeville, uno de los principales focos del incipiente movimiento de liberación del Congreso Nacional Africano en Pretoria, a donde Mandela acudió en al menos dos ocasiones, según recuerda en su biografía el sindicalista Moreleba Mokgatle .

Pese a estar ya casado con su primera esposa, Evelyn Mase, el joven estudiante de derecho apenas alternaba con su mujer, y se cuenta que gozaba de un gran éxito con las mujeres.

«Mandela viajaba mucho por la región para asistir a reuniones políticas y es muy posible que tuviera aventuras e hijos fuera del matrimonio, por ejemplo, con su secretaria, con la que yo creo que tuvo un hijo», asegura David James Smith, autor del libro «El joven Mandela».

El amante de la madre de Nyembezi dejó Pretoria sin saber que estaba embarazada, y la familia de Sophie Masango ocultó la identidad del padre de la pequeña. «En aquella época, el nombre de Mandela estaba prohibido; te detendrían si supieran que tenías algo que ver con él», recuerda el hermano de Sophie, Zando Solomon Masango, que tenía 21 años cuando se produjo el romance.

Fue la propia Nyembezi quien descubrió una fotografía de Mandela en una maleta de su madre cuando tenía 11 años. Era el retrato de un hombre sentado en una butaca, con traje de rayas de doble pechera, y la característica raya en el pelo del joven Nelson.

«Nyembezi me enseñó la fotografía; el hombre se parecía mucho a Mandela; se la enseñé a Sophie y ella me confirmó que era el hombre que la dejó embarazada», asegura Zando Masango.

La familia mantuvo en secreto el nombre del padre de Nyembezi, que solo conoció la identidad de su progenitor en 1990, cuando en televisión vio fotografías de juventud de Nelson Mandela, recién salido de la cárcel tras 27 años de prisión.

«Eres mi hija»

«Intenté contactarle en aquel momento, pero no sabía a donde acudir, ¿como puedes localizar al presidente?», lamenta Nyembezi.

Años más tarde, en 2003, acudió a la fundación para exponer su caso. Le dijeron que escribiera una carta, a la que nunca obtuvo contestación.

En 2009 la hija ilegítima de Nelson Mandela vio las imágenes de su residencia de retiro en Qunu (Cabo Oriental). «Decidí ir a verle en persona. Pensé, si es cierto, me reconocerá, si no, entonces sabré la verdad».

Nyembezi se ha encontrado con el muro de su familia legítima y la inexpugnable defensa de su fundación, el Centro de la Memoria de Nelson Mandela, en todos y cada uno de sus intentos.

Ha visitado Qunu en seis ocasiones, se ha ofrecido a hacer un test de ADN, y ha tratado en vano en obtener un abogado que se enfrente a la poderosa familia Mandela.

Nyembezi a firma que vió a su supuesto padre, Nelson, en una ocasión, cuando un guardia de seguridad aceptó dejarla entrar durante unos minutos en la residencia de Qunu.

«Estaba solo en casa. Su mujer Graça y sus hijas estaban fuera. Cuando me vio me confundió con mi madre. Le dije que era la hija de Sophie. Él respondió ‘Sophie, la chica del campo’. Así es como él llamaba a mi madre».

El anciano mandatario le pidió que se acercara. «Me miró las manos, y me pidió que me descalzara para ver mis pies. Dijo ‘es cierto, eres mi hija, ¿qué puedo hacer por ti?’ Entonces el guardia pidió que me fuera y me pusiera en contacto con el asistente personal, ya que había entrado en la casa sin permiso de la familia».

Una decena de reclamaciones

A punto de perder la esperanza, Nyembezi Mothoa se plantea presentarse en el funeral del exjefe de Estado en Qunu, como última alternativa ante el silencio de la familia. «Contactaré con el rey (de la tribu Thembu, a la que pertenece Mandela) para lograr acceso. Iré al entierro para que todos las televisiones del mundo me vean y juzguen por sí mismos».

La paternidad de Nelson Mandela ha sido reclamada por numerosas personas durante años, que ven el en expresidente de Sudáfrica no solo un ilustre apellido, sino una copiosa herencia.

El Centro de la Memoria de Nelson Mandela ha estudiado al menos diez reclamaciones. «Hay gente que tiene un gran parecido físico con él; pero solo dos casos parecían creíbles», explica Verne Harris, director de la institución, que se niega a revelar la identidad de los casos debido a que se trata de «un asunto privado».

La familia Mandela, que en los últimos meses ha comenzado a disputarse el legado de su progenitor, no quiere saber nada de las demandas de paternidad del premio Nobel de la Paz.

«No quiero comentar sobre gente que de repente dicen ahora ser hijos de mi abuelo. Yo solo puedo hablar de mi mismo, el hijo mayor del hijo mayor de Nelson Mandela», se limita a decir su nieto Mandla Mandela, cabeza de familia del clan Mandela.

Nyembezi pierde su mirada, pensando en el momento en que conozca a su padre o al menos recupere su apellido en una ceremonia familiar, como manda su cultura. «Es una desgracia para todos, sin esa ceremonia, estamos malditos», lamenta

 

 

 

http://www.abc.es/internacional/20130610/abci-mandela-hija-ilegitima-201306092000.html

 

Custodios, guardianes y cuidadores DOLORES ALEIXANDRE rscj


 

Sábado 1ro de junio de 2013
Publicado en alandar nº299


 

Cuando era niña, en mi colegio rezábamos en el mes de marzo una oración que empezaba así: “Oh, padre putativo del Verbo encarnado, glorioso San José…”. A mí lo de putativo me sonaba por aquel entonces espantoso, aunque en clase de latín nos explicaban que era el participio pasivo del verbo putoputasputareputavi,putatum (pensar) y que, aplicado al santo, quería decir que, aunque “se pensaba” que era padre de Jesús, en realidad no lo era. Lo he recordado porque, en una de sus primeras homilías, el papa Francisco ha llamado “custodio” a san José, animándonos después a ser custodios de la creación y guardianes de los otros ejercitando el cuidado. Tres tareas, tres, de urgente práctica que podemos aprender contemplando al samaritano de la parábola que ejerció, él solito, de custodio,guardián y cuidador.

Vamos al texto. En el comienzo todo resulta tan sombrío que nos parece estar viendo un telediario de ahora: bandidos, mercados y otros depredadores con palos, políticas de austeridad, garrotes, desahucios, navajas o privatizaciones, van dejando a las víctimas de sus desastres tiradas en las cunetas. Y, mientras, las instituciones a las que correspondería vigilar y defender los derechos de los débiles, entretenidas en sus asuntos propios y pasando de largo. “Cada palo que aguante su vela”, declaran con chulería altas instancias gubernamentales.

Lo mismo entonces que ahora, la tentación es rendirse y poner a la realidad la etiqueta de “irremediablemente catastrófica”: nos sentimos incapaces de descubrir en ella posibilidades viables de transformación o de imaginar «otro mundo posible». Nos paraliza saber que solo somos una minúscula piedrecita de tropiezo frente al avance implacable de los tanques de la lógica neoliberal.

Sin embargo la narración no se detiene ahí e introduce inesperadamente un factor de disidencia: «pero un samaritano…«. Como cuando en las películas del oeste están ganando “los malos” y aparece de pronto “el bueno” cabalgando en su caballo (mula en este caso). Nada lo hacía prever pero ahí está, con su silueta recortándose en el horizonte y a punto de toparse con el herido. Acodados en la barra del saloon, con un vaso de güisqui en la mano, mascullamos por lo bajo: –“Yo que tú no lo haría, forastero. No tienes pinta de ser competitivo, ni de contar con testaferros o contratos blindados; careces de apoyos para presentarte a primarias y encima eres portador de la ‘Marca Samaria’ que está por los suelos. ¿Pero tú de qué vas, tío? ¿Quién te ha mandado meterte a guardián o a custodio de otros? ¿No te das cuenta de que, aparte de que eso de cuidar es cosa de mujeres, ese sujeto ni es de los tuyos ni tiene ya remedio y, si te detienes ante él, te expones a echar a perder tus planes, tu tranquilidad, tu tiempo, tu aceite, tu vino y tus denarios?”.

Pero él, impertérrito. Indignado y conmovido por lo que ve, no se echa para atrás ante tantas señales de muerte: cambia su itinerario, se baja de su montura, se acerca al hombre medio muerto, le toca, le cura, lo levanta del suelo, carga con él, le busca alojamiento y protección y crea una red de cuidado asociando a otros a la tarea. Quizá de noche, sentado junto al fuego, le confiesa al posadero que si hace lo que hace es por culpa de la obstinada lógica de un tal Jesús: «No midas, no calcules, deja que el amor te desapropie. Recorre junto a mí los lugares donde la vida está más amenazada, confía en la fuerza secreta de la compasión y de la obstinada esperanza”.

“Vete y haz tú lo mismo”. Así de contundente es el final de la parábola pero deja, sin embargo, abierta una cuestión de máximo interés: ¿se despidió el posadero del samaritano recomendándole: – “¡Cuídate!”? ¿Decidió cuidarse el samaritano? Biblistas de todo el mundo lo debaten sin llegar a un acuerdo. Volveremos sobre ello en la próxima columna.

 

EL MOVIMIENTO MANUELA RAMOS LLEVA 35 AÑOS LUCHANDO POR CAMBIAR LA SOCIEDAD EN PERÚ


 

Las Manuelas tejen cada día la libertad de las mujeres

J. IGNACIO IGARTUA

Sábado 1ro de junio de 2013
Publicado en alandar nº299


Todas las versiones de este artículo: [català] [castellano]

 

Foto. J. Ignacio IgartuaLa historia de las “Manuelas” podría comenzar como cualquier cuento tradicional. Érase una vez hace 35 años, cuando una docena de amigas limeñas, profesionales y vinculadas a la izquierda, se reunieron para cuestionarse su vida personal, preocupadas por el cambio que se había producido en su transcurrir diario una vez casadas y con hijos. Todas sentían que habían perdido muchas cosas de cuando eran solteras: cierta independencia, la posibilidad de militar en movimientos sociales y políticos, participar en reivindicaciones populares. También se cuestionaban un montón de cosas sobre la situación de la mujer en la política, en el trabajo, en la marginalidad, en todo lo relacionado con su propio cuerpo…

Iban pasando las semanas y los meses hasta llegar un momento en el que pensaron que tenían que dejar de hablar de ellas mismas y pasar a la acción. Era el tiempo de las invasiones en Lima –Villa El Salvador, Comas, El Agustino, Villa María…-, de la irrupción de Sendero Luminoso, de una despiadada crisis económica, de las cocinas populares. Era el tiempo en el que la mujer estaba siendo el soporte de una estructura económica y social que se venía abajo. Por ello, el grupo de amigas limeñas sentía que estas mujeres eran dignas de admiración, que estaban haciendo la historia y que había que trabajar por ellas y con ellas. Así, en mayo de 1978, decidieron crear el Movimiento Manuela Ramos, con el objetivo de lograr las mejores condiciones de igualdad y equidad para las mujeres. El nombre de esta organización no es el de ninguna heroína, ni el de una lideresa social o política, sino un nombre bonito –Manuela- y un apellido –Ramos-, el más repetido en la guía telefónica de la capital del Perú. Con esta opción se engloba a millones de mujeres “desconocidas” que cada día, con una labor callada, invisible, a veces desautorizada, tratan de cambiar el mundo sociopolítico y familiar que las rodea.

Mucho por hacer

Foto. J. Ignacio IgartuaAlicia Villanueva, que recientemente ha estado en España, es una de esas doce fundadoras del Movimiento Manuela Ramos. Recuerda con sencillez aquellos años, reconociendo que en Perú “se ha avanzado bastante en los derechos de las mujeres gracias a la lucha constante de organizaciones feministas y de base en sectores populares, pero aún queda mucho por hacer para cambiar determinadas leyes que impiden que la mujer decida por sí misma”. Ahora, por ejemplo, está en marcha una importante campaña en la recogida de firmas para que el Congreso legisle sobre el derecho al aborto en caso de violación o en la visibilidad de la violencia de género, de manera que se vea como un delito y no como un problema particular entre un hombre y una mujer.

El Movimiento Manuela Ramos funciona a nivel nacional –Lima, Puno, Ayacucho, Trujillo, Taporoto…-, con la participación de unas 70.000 mujeres a lo largo de estos años. Su acción se centra en temas como derechos humanos, derechos sexuales y reproductivos, derecho a una vida sin violencia, participación política y derechos económicos.

Precisamente, dentro de los derechos económicos, desde el Movimiento se está impulsando un proyecto para el acceso y la mejora de ingresos de mujeres artesanas quechuas y aymaras en Puno, región situada en el sur de Perú, a una altitud de más de 4.000 metros, con el lago Titicana como enclave conocido en todo el mundo y que hace de frontera con Bolivia. Este proyecto de ayuda al desarrollo está apoyado por la ONG Economistas Sin Fronteras y por el Instituto Europeo de Diseño (IED), organizaciones que el pasado mes de abril trajeron a nuestro país a un grupo de artesanas (Isabel Acero Pacotina, Nancy Ticona Maquera, Martha Ticona Mamani y Deomila Candia Mamani) para que mostraran su habilidades en el tejer prendas de todo tipo con lana de alpaca.

Foto. J. Ignacio IgartuaIsabel, Nancy, Martha y Deomila son cuatro de las cerca de 2.500 mujeres puneñas que se han formado en La Casa de la Mujer Artesana del Movimiento Manuela Ramos. Según Verónica Gálvez, coordinadora de La Casa, se trata de “comercializar los productos realizados por las mujeres para generar ingresos que les permitan una independencia económica, de manera que consigan una mayor autonomía cuando su realidad así lo requiera”. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estas mujeres viven en un nivel de pobreza y de pobreza extrema, lo que significa tener unos ingresos que no llegan a 200 nuevos soles, apenas.

Generación de autoempleo

Cuando uno observa en el mercado de San Fernando de Madrid, en la castiza calle de Embajadores, la destreza con la que estas mujeres tejen con el ganchillo y la lana, se da cuenta de que un mecanismo como la artesanía ha servido para generar su autoempleo. De alguna manera uno percibe que están tejiendo su propia libertad y la de tantas mujeres a las que, por su situación personal, les sería difícil llegar a un cierto grado de “empoderamiento” para tomar decisiones. Verónica Gálvez asegura que aún falta bastante para conseguir la emancipación de la mujer en Puno, “aunque estamos viendo que, después de un proceso de sensibilización y capacitación, son muchas las que ya se sienten capaces de decidir cuándo salen de casa, a qué reuniones asisten o si tienen interés por participar en debates en los que se plantean sus derechos, desde los sexuales y reproductivos a los políticos”. Estas artesanas son conocidas como “Manuelas” y Verónica las define como “aquella mujer que día a día trabaja para cambiar y mejorar la situación de las mujeres, consiguiendo así hacer su propia historia”.

La conversación con Verónica Gálvez va siguiendo toda clase de derroteros, desde la ruptura de los tabúes en la sociedad rural, hasta la aceptación de muchos hombres de compartir las tareas domésticas, pasando por las 5.000 mujeres que en Puno se benefician de microcréditos o las jóvenes operadoras de justicia, que trabajan en la prevención de la violencia doméstica. Teniendo claro que “los problemas que tenemos las mujeres afectan prácticamente por igual a las que viven en las zonas urbanas o en las áreas rurales”.

Mientras, continúa la filigrana del ganchillo entre los dedos, “pariendo” una figura con los vivos colores -verde, rojo, blanco, azul, amarillo-, de los ovillos que emplean las artesanas de Puno. Es el momento de volver la mente al final de los cuentos tradiciones con aquello de “colorín, colorado…”, solo que, en el caso del Movimiento Manuela Ramos, la historia no ha acabado.

 

 

 

 

http://alandar.org/spip-alandar/?Las-Manuelas-tejen-cada-dia-la

 

Francisco prepara una inminente «revolución» en la Curia romana


Francisco y Bertone

 

Con cambios de personas en la primera fase y de estructuras, en la segunda

Francisco cuenta con los «consejos» de Benedicto, profundo conocedor de los engranajes curiales

José Manuel Vidal, 10 de junio de 2013 a las 08:37

 Dominique Mamberti es el que cuenta con más posibilidades para ser el nuevo Secretario de Estado

(José M. Vidal).- Sabe que es uno de los «mandatos» recibidos del colegio cardenalicio y quiere cumplirlo cuanto antes. El PapaFrancisco prepara una inminente «revolución» en la Curia romana. En dos fases. Una primera, con cambios significativos de personas, que seguramente se realizará antes del verano. Y una segunda fase, en el otoño, en la que Su Santidad activará el cambio de las estructuras de la maquinaria curial vaticana. Para reducirla, redimensionarla y hacerla más eficaz y, sobre todo, al servicio del Papa, no de sí misma.

«Habrá noticias en Roma y muy pronto.Sorpresas y gordas en los centros de poder. Se esperan grandes cambios«, confía un curial romano con muchos años de experiencia en la Santa Sede. Cuando le pregunto qué cambios, divaga y se escurre. No quiere precisar ni concretar nombres. Primero, porque nadie los sabe con exactitud y teme equivocarse. Y segundo, porque Francisco, «está jugando al despiste con la Curia», como dice otro avezado funcionario vaticano.

Ambos coinciden en sentenciar: «Los que se van es bueno que se vayan«. Y también tienen claro que «lo que haga ahora, sus primeros nombramientos, marcarán su pontificado y el Papa lo sabe perfectamente».

Y es que, como explica, una de mis fuentes curiales: «El pontificado de Francisco se empezará a comprender con los nuevos nombramientos. La línea pastoral está muy clara: dulce y suave en la propuesta, pero claro y firme en los contenidos. Su línea política la vamos a ver en los próximos nombramientos».

Por eso, mientras el mundo espera, ansioso, las palabras y los gestos diarios de Francisco, la Curia sólo está expectante del cambio de nombres que se avecina.

«Me quedo aquí con los leones», acaba de decir el Papa a unos amigos argentinos que recibió días pasados en su residencia de Santa Marta. ¿Se refería a los altos curiales? Benedicto les llamaba «lobos» o «jabalíes». De ahí que, hasta ahora, Francisco haya jugado no sólo al despiste, sino también al diálogo y a la prudencia.

Cuando le pregunto a mis informantes curiales por algunas pistas concretas de la próxima revolución de Francisco, uno de ellos se anima un poco más y, siempre con suma cautela, dice: «Está claro que el cardenal Bertone está amortizado y ya más fuera que dentro de la Secretaría de Estado, pero con eso no descubro nada».

¿Quién podría ser su sucesor como «primer ministro» del Vaticano? «Creo que, en este momento, el que ocupa el primer puesto en la pole position es Dominique Mamberti«, asegura. Y eso que Mamberti es francés y, por lo tanto, de producirse su nombramiento, el Papa como el Secretario de Estado serían extranjeros. Algo no demasiado habitual, aunque ya pasó con Wojtyla y su entonces secretario de Estado, cardenal Villot. Y, sobre todo, una buena cura de humildad para los italianos y sus cordadas, que tantos problemas han creado a la imagen pública de la Iglesia, especialmente en los últimos años.

Mamberti, nacido en 1952, sería el sustituto natural de Bertone puesto que actualmente ocupa el cargo de secretario para las Relaciones con los Estados, es decir, el ministro de Exteriores del Vaticano. Proveniente igualmente de la carrera diplomática, estuvo de nuncio en Sudán, Eritrea y delegado en Somalia. Antes pasó por Chile, Argelia, Líbano y la ONU. En la Santa Sede le consideran un experto en América Latina, África, el mundo islámico y las Naciones Unidas.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que, precisamente en el mes de junio, cumplen los 75 años, edad reglamentaria para presentar la renuncia al Papa, cuatro presidentes de dicasterios: Angelo Amato, de la Causa de los Santos, Francesco Coccopalmerio, de Textos Legislativos, Manuel Monteiro de Castro, Penitenciario Mayor, y Antonio Maria Veglió, de Emigrantes. ¿Les aceptará el Papa inmediatamente la renuncia, inaugurando una nueva fase en los cargos curiales sin prórrogas en sus funciones?

Los consejos de Benedicto XVI

La reforma de la Curia es un objetivo que une profundamente a los dos Papas. Benedicto XVI siempre quiso reformarla, sin conseguirlo. Quizás, como dijo en su renuncia, por «falta de fuerzas físicas y espirituales». Hay quien dice en Roma que «una de las asignaturas pendientes de su pontificado de la que más se arrepiente«.

Parece claro que, en cualquier caso, Benedicto tenía ya un esquema de reforma de la Curia, que, ahora, puede ser de mucha utilidad a Francisco. El sucesor no conoce demasiado la sala de máquinas del Vaticano, mientras Ratzinger vivió en ella durante más de 25 años. Como dice nuestro curial romano, «es lógico que el Papa Francisco aproveche la experiencia y los consejos del Papa emérito«.

 

 

 

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La monja que escribe de sexo y enoja al Vaticano


monja La monja que escribe de sexo y enoja al VaticanoUna monja y teóloga estadounidense fue objeto esta semana de las críticas de El Vaticano por un libro de ética sexual.

La oficina de ortodoxia de la Santa Sede asegura que Just Love (Simplemente Amor), el libro de Margaret Farley que se publicó en 2005, causa un “daño grave” a los creyentes y que sus ideas sobre la masturbación, los actos y uniones homosexuales y los segundos matrimonios “contradicen directamente” la enseñanza católica.

La polémica está servida. Pero, ¿quién es esta monja que ha enojado a la Santa Sede y que defiende que sus ideas son coherentes con la tradición teológica?

Margaret Farley es profesora emérita de ética cristiana en la Divinity School de la universidad estadounidense de Yale, donde trabajó por casi 40 años hasta que se retiró en 2007, y pertenece a la congregación de las Hermanas de la Misericordia de las Américas.

También es autora o coeditora de siete libros, así como de más de cien artículos o capítulos, en los que escribió sobre temas como ética médica, ética y espiritualidad o justicia y sida, y ha recibido once títulos honorarios.

“Criterio de justicia”

Precisamente por su libro Just Love -el de la controversia- obtuvo un premio en 2008. En su texto, Farley asegura que las relaciones sexuales apropiadas moralmente, tanto las heterosexuales como las del mismo sexo, deben estar caracterizadas por la justicia.

En un comunicado de apoyo a la excatedrática, la Divinity School subraya que “en ese marco,Just Love desafía las opiniones tradicionales -y frecuentemente negativas- sobre la homosexualidad, la masturbación, el divorcio y el matrimonio tras el divorcio”.

Farley, por su parte, también publicó una respuesta a las críticas de El Vaticano, en la que dijo que su intención con el libro es proponer un marco para la ética sexual que “utilice un criterio de justicia” al evaluar las relaciones sexuales.

“El hecho de que los cristianos (y otros) hayan logrado un nuevo conocimiento y un entendimiento más profundo sobre la encarnación humana y la sexualidad parece demostrar que al menos necesitamos examinar la posibilidad de un desarrollo de la ética sexual”, dijo.

En su libro, Farley escribe que las “personas que se sienten atraídas hacia personas del mismo sexo, así como sus actividades, pueden y deben ser respetadas”.

En un comunicado de apoyo a la excatedrática, la Divinity School subraya que “en ese marco,Just Love desafía las opiniones tradicionales -y frecuentemente negativas- sobre la homosexualidad, la masturbación, el divorcio y el matrimonio tras el divorcio”.

Farley, por su parte, también publicó una respuesta a las críticas de El Vaticano, en la que dijo que su intención con el libro es proponer un marco para la ética sexual que “utilice un criterio de justicia” al evaluar las relaciones sexuales.

“El hecho de que los cristianos (y otros) hayan logrado un nuevo conocimiento y un entendimiento más profundo sobre la encarnación humana y la sexualidad parece demostrar que al menos necesitamos examinar la posibilidad de un desarrollo de la ética sexual”, dijo.

En su libro, Farley escribe que las “personas que se sienten atraídas hacia personas del mismo sexo, así como sus actividades, pueden y deben ser respetadas”.

BBC Mundo

 

 

 

 

http://noticiaaldia.com/2013/06/la-monja-que-escribe-de-sexo-y-enoja-al-vaticano/

La Reina violaría su juramento de coronación con el matrimonio gay, dice el obispo anglicano Nazir


Prometió respetar las leyes de Dios y el establecimiento de la Iglesia de Inglaterra (anglicana)… Cameron pone a la Reina contra el juramento, señala el obispo.
Actualizado 3 junio 2013
 
Michael Nazir-Ali, obispo retirado de la diócesis anglicana de Rochester, que en 2002 estuvo a punto de ser el Primado de la Comunión Anglicana de todo el mundo (quedó por detrás de Rowan Williams), ha declarado en The Daily Mail que la Reina de Inglaterra violaría su juramento de coronación si aprueba el matrimonio gay.

Precisamente, estos días se celebran los 60 años desde ese juramento y se alaba la estabilidad que ha aportado al reino y la justicia con que la Reina lo ha cumplido. Esto se pondría en peligro, dice, si el Primer Ministro lleva la ley del matrimonio gay a la Reina para que la firme.

La ley se debate este lunes y martes en la Cámara de los Lores, más conservadora que el Parlamento.

Un cristiano amenazado
El obispo Nazir Ali, que se educó en una escuela católica de Karachi y fue obispo anglicano en Pakistán antes de llegar en 1986 a Inglaterra a causa de las amenazas de islamistas, ha recordado que en su juramento hace 60 años la Reina se comprometió a respetar «la ley de Dios y el establecimiento de la Iglesia de Inglaterra», de la cual es responsable suprema.

«Los ministros del gobierno no deberían poner a la Reina en una posición contraria a la que ella prometió», ha señalado Nazir-Ali.

El obispo señala que «la idea de una monarquía constitucional sale en la Biblia; a los cristianos la Biblia nos pide obedecer a sus gobernantes, a menos que el gobernante nos pida hacer algo que Dios prohíbe. Por suerte, en este país tenemos una monarquía que ha pronunciado un juramento sobre sostener las leyes de Dios, y la reina actual ha sido fiel a ello durante años. Oremos para que siga siéndolo».

Experto en el Islam
Nazir Ali es actualmente director de un centro en Oxford de «investigación para el diálogo», especialmente con el Islam, que conoce bien (en Karachi se licenció en historia islámica, sociología y economía).

Fue el primer obispo anglicano de Raiwind en el Punjab Occidental, hasta que por las amenazas islamistas dejó el país. Está casado con una escocesa y han tenido dos hijos. Representa al ala conservadora en lo moral de la Iglesia de Inglaterra, con simpatías hacia los católicos y también hacia los evangélicos.

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