CON TERESA FORCADES: «La dinámica del capitalismo es crear infiernos, lugares de explotación extrema»


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Teresa Forcades:

Teresa Forcades

Teresa Forcades, en el Monasterio de San Benet (Monserrat), en donde recibió a ‘el mensual’ de 20minutos. (HUGO FERNÁNDEZ)
  • ‘El mensual’ entrevista a la hermana Teresa, monja benedictina que vive en el monasterio de Sant Benet y que ha sido bautizada como la monja revolucionaria.
  • Centro de todas las miradas, reclaman la adhesión de gran parte de la ciudadanía para «subvertir el sistema», el capitalismo y el incremento de la miseria.
  • JAVIER RADA. 28.06.2013 – 07:55h

Montserrat es una montaña hechicera. Una escultura imposible que gravita escarpada en la originalidad y que crea estructuras inauditas, chocantes, modernas (a pesar de los milenios geológicos) cual arriesgado escultor modernista. Situada en las tripas de Cataluña, la montaña pudo esculpir el espíritu de Teresa Forcades.

La hermana Teresa es una monja benedictina que vive en el monasterio de Sant Benet, a las faldas de Montserrat. Su mensaje crea también un paisaje de estructuras inauditas, chocantes, arriesgadas, que parecen imposibles o contradictorias, pero que cobran un ascético sentido ante su mirada franca y curiosa.

La han bautizado como la monja revolucionaria, anticapitalista, roja, independentista, revoltosa… son solo palabras, descripciones o hasta simplezas, como llamar mágica a la gran roca. Se define próxima al ideal anarquista, bebe del socratismo cristiano, «aquel que no extirpa la razón». Reivindica la esencia del Evangelio, el de Cristo expulsando a los poderosos mercaderes del templo.

Es médico, teóloga y doctora en Salud Pública. Se dio a conocer por sus vídeos en Internet denunciando el bluf de la gripe A. Desde entonces ha alterado a su pequeña comunidad monástica con una actividad política, sin miedo a la confrontación o a la presión del turbio interés. Una monja lanzando un mensaje de revolución y ruptura, impulsando asambleas y un «proceso constituyente». Una mujer de casi clausura que habla por los codos, que bromea, y no esquiva preguntas, aún cuando penetren en la llaga de su Iglesia.

Acaba de crear un nuevo revuelo mediático al plantear un proceso constituyente en Cataluña, junto al economista y activista Arcadi Oliveres. Reclaman la adhesión de gran parte de la ciudadanía para «subvertir el sistema», el capitalismo y el incremento antropófago de la sacrílega miseria. Piden expropiar la banca, a las eléctricas, rescatar la democracia usurpada por la alianza financiera. Lo dice en una austera habitación monástica en la que dos sillas y una mesilla hacen de benedictinos testigos de la originalidad de esta mujer que se muestra firme cual montaña sagrada.

¿En qué consiste este proceso constituyente que está impulsando?
Es una propuesta de cambio de las reglas del juego. Hablar del proceso constituyente es darse cuenta de que esta precariedad creciente que vivimos en nuestra sociedad, y estos recortes de derechos y libertades, no tienen solución en el marco actual. Por tanto, nos distanciamos de las personas que creen que el problema es solo de unos políticos corruptos, o de la mala gestión. El problema no es este, aun si los políticos no fueran corruptos y no hubiera mala gestión, el marco que determina las reglas del juego es un marco que permite que exista una alianza entre poder político y poder económico. Y, o separamos esto o seguiremos dentro de esta ruta, y lo único que provocará es el aumento del índice de Gini, que los economistas utilizan para medir las distancias entre ricos y pobres.

Su mensaje es rupturista…
Claramente.

¿No cree que el capitalismo se pueda reformar?
No, de ninguna de las maneras, porque el capitalismo no es el defensor de la libertad y por tanto no es defensor de la iniciativa privada. Si el capitalismo defendiera la libertad no tendría problemas con él. A mí me gusta la iniciativa privada. Yo no me imagino un sociedad ideal controlada por un comité central. Mi sociedad ideal tendería personalmente hacia al anarquismo, pero no a un anarquismo violento, ni un anarquismo incapaz de estructurar la sociedad, sino una sociedad en la que se creen espacios de libertad reales, cada vez más amplios, para todo el mundo. Y esto tiene que ver con la antropología cristiana. Yo creo que nos ha hecho Dios y que nos ha hecho a su imagen, que quiere decir en libertad y con capacidad de amar, y nos ha hecho con unos talentos que para todos son diferentes. Vivir quiere decir que tú tomes conciencia de cuáles son tus potencialidades y que las pongas en práctica, y la sociedad ha de crear las condiciones para que esto sea posible.

Tenemos en el sur de Europa una relación neocolonial con el norte¿No son contradictorios Dios y anarquía?
Hay un pasaje en el Libro de los Profetas, en el Libro de Samuel, en el que el pueblo de Israel le dice al profeta: «Díganle a Dios que queremos un rey». A lo que Dios responde: «No, diles que no. Si ponen un rey, lo primero que hará es tomar a las hijas por concubinas y a los hijos los mandará a hacer la guerra, les tomará un tanto de las cosechas, lo mejor que tengan, y se lo quedará. Diles que no necesitan un rey, que ya me tienen a mí, que yo soy Dios y no necesitan a nadie que esté por encima de ellos». Por lo tanto, hay una corriente, que yo la siento como propia, que es favorable a este libertad individual y contraria a toda parafernalia.

Su Iglesia no parece haberle hecho demasiado caso…
En la Iglesia Apostólica y Romana tenemos ahora mismo unas estructuras con las que es difícil ver y transparentar esta sencillez del Evangelio. Esperemos quitárnoslas de encima cuanto antes mejor, porque el arzobispo de Milán, Carlo María Martini, poco antes de morir ya dijo que en la Iglesia teníamos un retraso de 200 años.

La jerarquía eclesiástica perdió en el camino ese mensaje primitivo de Cristo…
Yo creo que hay muchas personas, tanto en la jerarquía como en la base, que lo han perdido, pero que también hay otras personas, incluso en la jerarquía, que lo conservan como el obispo Pedro Casaldáliga, que está luchando hasta al final, o Samuel Ruiz, el obispo de Chiapas, que escribió su experiencia y es impresionante. Por lo tanto no creo que sea una cuestión de obispos o no obispos, sino de esta toma de conciencia, de plantar cara, de adentrarse en el Evangelio con toda la sencillez y seriedad, y naturalmente esto te lleva al lado de la gente más pobre, faltaría más.

Los últimos serán los primeros…
El Evangelio no huye de la confrontación, la misma madre de Dios, en la oración de la Magnífica, dice que está feliz porque a los de abajo Dios los ha puesto arriba. Si no lo hubiera dicho la madre de Dios dirían que es un canto comunista, y cada tarde, en todos las iglesias del mundo, en todos los monasterios, nos habrían llamado comunistas. Nosotras rezamos, el Señor derroca a los poderosos y eleva a los humildes. Si no fuera el mensaje de la madre de Dios, dirían: el Señor nos lleva a todos a la felicidad. Pues bien, la madre de Dios no dijo esto. Creo que este es el modo de alcanzar la felicidad; para llegar a Ella, los de arriba han de bajar y los de abajo subir, no todos hemos de bajar, o todos han de subir.

Todo movimiento de reforma desde dentro de la Iglesia ha tenido oposiciónEntiendo que existe una lucha de ideas en la Iglesia del mismo modo que en la sociedad actual…
Siempre ha estado. Todo movimiento de reforma desde dentro de la Iglesia ha tenido oposición, incluso Jesús la tuvo con sus discípulos. Uno no lo tenía claro, creía que esto tenía que funcionar de arriba a abajo, y no al revés, porque si no, sería un fracaso. Y este, Judas, lo traiciona. Desde el inicio existe esta tensión. Tanto en la sociedad como en la Iglesia, como incluso dentro de mí, está esta lectura dialéctica que no es exclusiva del marxismo. Tú miras la realidad y ves que hay una dialéctica, y tomas conciencia de la confrontación, y en la que tú te tienes que determinar de forma libre.

La tendencia actual parece basarse en el shock, la constante anunciación del apocalipsis…
Yo creo que esto se ha de contrarrestar con una gran calma, y mirar a la Historia, y ver lo que ocurría en la era medieval, o en las monarquías absolutas. Así que por tanto, ¡fuera el apocalipsis! Es cierto que en el mundo en general hay un aumento del porcentaje de hambre, y es dramático…

Incluso en España mismo…
En Cataluña y en España, sí, y no se debe hacer una análisis simplista o falsamente positivo. La situación es dura, pero la respuesta no es la parálisis, sino que precisamente, y sin precipitación, la urgencia de que entre todos podemos construir la alternativa. Y lo que es seguro, lo que ha ocurrido a lo largo de la historia, es que el factor más importante que ha frenado una revolución o un cambio social ha sido el ideológico. Los tanques y la fuerza represora no son suficientes.

La religión también ha jugado un papel en este proceso de ideologías…
Sí, creo que ha jugado a las dos cosas. Ha tenido ese papel de opio del pueblo, y lo sigue teniendo cuando defiende que la realidad es compleja y que lo que tenemos que hacer es favorecer a todo el mundo, como si no existiera esta confrontación. Debemos ser conscientes de esto. Pero también ha influido al movimiento feminista, y a los movimientos de liberación. Mira a Martin Luther King, o a Gandhi, con su propia religión, pero también inspirado por el Evangelio como él mismo dijo en sus tiempos de prisión. Incluso Marx se inspiró en personas que tenían una base religiosa. Yo creo que la religión es la fuerza más subversiva. Lo que pasa que también soy consciente de que se puede manipular.

¿Te consideras una monja de este nuevo siglo?
Yo me considero del siglo xxi porque cuando hablo no pretendo adaptar mi mensaje hacia lo que les interese a los otros, sino que expreso mis propias preocupaciones. He intento darles respuesta, y cuando lo hago encuentro gente que me dice que a ellos también les preocupa. Y por eso me siento del mundo actual.

Debe ser un equilibrio muy complicado vivir en un monasterio de clausura y a la vez levantar el revuelo mediático montañas abajo…
Se le tiene que dar el mérito a mi comunidad y a mi abadesa, porque si ellas no me dieran su apoyo yo esto no lo podría hacer siendo monja, tendría que salirme y sería otro planteamiento. Cuando digo que me dan apoyo no quiere decir que todas piensen igual. Por ejemplo, hubo una reunión comunitaria cuando escribí sobre el aborto, y hubo una carta de Roma pidiendo una explicación sobre el escrito que yo hice expresando mi opinión, y lo pasé a la comunidad. Cuando lo leyó la comunidad me llamó la abadesa y me dijo que ya lo habían discutido y me dijeron que la mitad de la comunidad no estaba de acuerdo, y que la otra mitad no lo entendía. Pero, y ahora viene el punto, todas estaban de acuerdo en que querían un mundo, una Iglesia y una comunidad en el que la gente pueda decir lo que piensa. Y eso es perfecto.

Choca que digas que es un espacio de liberación feminista…
Para mí lo ha sido. El monasterio ha sido un espacio de libertad. Y, sobre todo, si lo comparas con los otros dos lugares en los que me he movido antes de entrar aquí, que son el hospital y la universidad. Todo el mundo sabe que en estos sitios hay vacas sagradas, personas que su criterio vale más que el de los otros, y aprendes a no enfrentarte. En un monasterio como en el que estoy esto se da mucho menos que en una universidad, y eso en el día a día es muy importante. Y hay que destacar la pluralidad real. Puede haber monjas de derechas o antifeministas, que las hay, y cabe todo, y esto es una riqueza.

Es necesario que caiga la venda de los ojos, y en eso los ‘indignados’ son pioneros indiscutibles¿Qué papel han jugado los ‘indignados’ en este paso que habéis dado?
Su influencia es indiscutible. Porque, como he dicho, con la fuerza represora no es suficiente. Es necesario que caiga la venda de los ojos, y en eso los ‘indignados’ son pioneros indiscutibles, y la mayoría de la gente ha dicho que tienen razón. Y no es solo quitarse la venda, sino también por la metodología, ¿quién es el líder de los ‘indignados’?, ¿por qué tiene que haber un líder? Y les dicen, esto no es serio. ¿Y lo otro sí que lo es? Esta insistencia, esta tozudez, y las metodologías alternativas, y las rotaciones, creo que serán muy importantes. Y ahora en el proceso constituyente, uno de los grandes retos es pensar no solo el contenido, que en el manifiesto queda claro. Una cosa es decir «expropiación de la banca», y otra ¿cómo? No solo tenemos un reto a nivel de profundizar contenidos, sino que también lo tenemos a nivel de organización, como pensar entre todos mediante asambleas en las que se incluya el máximo de la ciudadanía, nuevas instituciones. Lo que es seguro es que las que tenemos no funcionan.

¿Crees que es un proceso global? Estamos viendo revueltas en Brasil, Turquía, España, Grecia…
Yo creo que sí.

Parece que los ciudadanos del mundo se han cansado de ser súbditos y exigen ser eso, ciudadanos…
Yo creo que está relacionado con el 89, con la caída del muro Berlín, ya que estas falacias del totalitarismo no se mantienen, pues siempre ha de haber un enemigo para permitir que se mantenga esta cultura del shock, que impide que mires la realidad con objetividad y en paz. Al caer el muro surge la globalización neoliberal, y se intentó crear este enemigo también, y funcionó durante un tiempo, con el shock de culturas, del que habla Huntington. Pero estamos en un momento en el que este enemigo no es creíble. Los países latinoamericanos han sido pioneros con la revolución bolivariana, y es muy interesante analizar que mientras estos países se sacan de encima gran parte de esta deuda externa, resulta que esta ha cruzado hacia aquí. Tenemos en el sur de Europa una relación neocolonial con el norte. En esto aplico las tesis de Rosa de Luxemburgo, que ya dijo en su momento que el capitalismo, por su propia dinámica, ha de crear infiernos, ha de crear lugares de explotación extrema.

En pocas palabras

Teresa Forcades tiene unas ideas muy claras que es capaz de sintetizar en pocas y contundentes palabras.

Anticapitalista. «Es esencial olvidarnos de esta falacia de que el capitalismo no se regula. En realidad regula muchísimo, pero regula en función de unos intereses privados. Tú no puedes permitir que yo te haga un contrato laboral y que con tu trabajo gane mil euros y a ti te pague uno. Eso es indigno».

Mal gobierno. «Un ejemplo es la tasa del impuesto del IVA. En teoría regula toda la actividad económica. Pero hay una parte de la actividad económica, que es la que genera más beneficios, que está dentro de la especulación financiera, y no tiene IVA».

Estado de derecho. «Hoy hablamos de libertad y no la tenemos. Hablamos de democracia y no la tenemos. Ni separación de poderes. Y el Estado de derecho, es flagrante que tampoco lo tenemos».

‘Indignados’. «Los ‘indignados’ han ido creando un caldo de cultivo, porque ni existe la separación de poderes ni han funcionado las instituciones para garantizar la democracia real».

Feminista. «Aunque el nombre aparezca en un momento histórico muy concreto, el feminismo existe desde que existe humanidad, y es lo que le da fuerza. Dios no quiere que no exista paridad entre hombres y mujeres».

Sin miedo. «Existe la posibilidad de que regresen los totalitarismos, no hay nada claro. Pero animo a todo el mundo a que luche por una sociedad mejor. Como dijo Espriu: «Tal vez moriremos por genocidio, pero nos negamos a morir por suicidio»».

Independentista. «Me parece que esta asunción total de soberanía por parte de Cataluña es una oportunidad real para poder hacer el cambio social que deseo. Si esto en Cataluña se consigue, no será en detrimento de los otros, si no al revés, se producirá el efecto dominó».

Pragmatismo. «Apuesto por unas unidades políticas que sean viables y si me apuras, pues vamos a parar a las polis y dejamos que el municipio sea el que tenga un máximo de toma de decisiones. Yo no sacralizo ninguna unidad política».

“No hay forma humana de sostener la situación de la mujer en la Iglesia”


Entrevista al sociólogo Javier Elzo

24JUN

Javier Elzo

“Lo que le pido al Papa es que se tome realmente en serio que estamos en el siglo XXI.  Un cristiano puede ser mil cosas, pero un cristiano que no haga algo por hacer que la vida sea más humana y más justa, no es un cristiano”

(Jesús Bastante- RD).- Javier Elzo es sociólogo, experto en temas de juventud y de valores. Viene a presentarnos su último libro: “Los cristianos, ¿en la sacristía o tras la pancarta?”, publicado con PPC. “Las pancartas que llevan los católicos son las del único tipo de familia que se entiende que puede haber, y la pancarta a favor del principio y del final de la vida (con menos preocupación por todo lo que pasa en el medio)”, explica Elzo, sobre la situación de los cristianos en la sociedad española.

El autor confiesa que espera “que el Papa resuelva cuestiones que no se pueden parar más tiempo, como la insoportable situación de la mujer en la Iglesia”, y añade que lo que le pediría a Francisco “es que se tome realmente en serio que estamos en el siglo XXI“.

A modo de ejemplo, cita la Sagrada Familia: “Un señor que tiene un hijo sin haber tenido relaciones con su señora: eso es una espiritualidad de otro tiempo”. Y finaliza criticando la postura de la Iglesia ante los divorciados: ”Cuando la Iglesia excomulga a un cristiano que ‘ha fracasado’ en su primer matrimonio, está siendo lo peor que puede ser: inhumana”.

¿Con tus libros pretendes aportar nuevas formas de pensamiento o de vida?

Yo en mi vida he hecho mucha investigación empírica. En realidad un libro como éste es muy novedoso en mi carrera, y ha hecho falta que esté jubilado de dar clases (que no de otras cosas) para que me apeteciera hacerlo. A mí me gustaría morir delante del ordenador, de un fulminante ataque al corazón que me dejara seco.

¿Dónde piensas que están los cristianos en el mundo: dentro de las sacristías o detrás de las pancartas?

Estamos básicamente en casa. El cristiano de la sociedad española es un cristiano sin mayor visibilidad, que ni siquiera tiene ganas de ser visible. El título del libro corresponde a uno de sus capítulos, y lo escogí como título porque buscaba uno que tuviera un poco de gancho. Si hago un libro que se llame “Reflexiones de un sociólogo sobre la Iglesia en el mundo de hoy” no se vendería. La idea del título es que en España, en estos momentos, tenemos en los extremos una situación que a mí se me antoja insufrible: Por un lado tenemos un catolicismo ultra, rancio, cruzadista, que entiende que esta sociedad es pagana y está en pecado, que necesita de la religión y de la conversión para llegar a la verdad.

¿Ese tipo de Iglesia es la que lleva las pancartas en este país?

Algunas pancartas, no todas.

Por otro lado también existe un movimiento laicista (de un laicismo excluyente de lo religioso), que desearía que la dimensión religiosa quedara reducida a la sacristía. Es decir, que la religión tiene que ser una cosa privada que viva cada uno por su cuenta, y si ustedes quieren se juntan en su iglesia, pero en el espacio público no tiene que haber ningún tipo de manifestación religiosa. Entonces, se llega hasta el extremo de cuestionar si debe haber símbolos religiosos en los centros, y estamos constantemente con el crucifijo por aquí y por allá.

Hay que reconocer, además, que en la mayoría de los medios de comunicación españoles, cuando se habla del tema religioso, se hace en términos de mofa, de burla, de escarnio y de apriorismos, sin ningún tipo de ecuanimidad. Esta polarización personalmente me irrita mucho, porque de alguna manera (llevándolo al extremo), me recuerda a las dos Españas.

 

¿Hemos construido una sociedad de extremos?

En realidad, en España hemos conseguido que haya una conversación con planteamientos distintos, en el tema religioso o en el tema de la memoria histórica. Pero cuando aparecen estos temas, aparecen nuevos libros como “Los mitos de la Guerra Civil Española”, “España partida en dos”, “España roja y azul”, “¿Cómo nos pudo pasar esto?”… y uno llega a pensar que todo esto está volviendo. No estoy diciendo que estemos igual que en el año 36, pero hay determinadas actitudes que recuerdan a eso. Cuando uno lee literatura internacional (quien lea mi libro comprenderá que soy una persona muy formada en la literatura francesa) se encuentra cosas como “El misterio francés”, un libro que explica que hay una parte de Francia que no ha perdido su cohesión su familiar, donde los estudios de los chavales se prologan más en el tiempo y donde el trabajo es más homogéneo; mientras que hay otra Francia en la que se han perdido todo tipo de ideales, todo tipo de principio republicano, y tanto la cohesión familiar como la cohesión social. Es muy curioso, porque la Francia que está peor es la Francia que ganó la revolución, que luego pasó por el socialismo y por el comunismo, y que se quedó vacía. Mientras que la parte de Francia que no triunfó en la revolución, sino que protagonizó una resistencia de tipo católico, se mantienen en pie con un catolicismo “zombi”. Esto es, un catolicismo que ya ha perdido sus esencias metafísicas, que no tiene la pretensión de cristianizar Francia, pero guarda en su formación cristiana y católica un cierto sentido de familia, de los estudios prolongados, de solidaridad y de convivencia, más fuertes que cuando dominaba el mundo comunista.

 

¿Estamos pasando, en general en Europa occidental, de ser sociedades muy religiosas y muy vinculadas a lo religioso, a ser sociedades donde la mayoría de la gente es más bien indiferente?

Bueno, creo que a veces estamos en la sacristía, pero poco, porque la dimensión cultual ha bajado en picado. La fractura está en los 60 años, es decir, no es que sólo los jóvenes no vayan al culto. Hay generaciones mayores que tienen una forma de expresar la religiosidad totalmente distinta. Y por otro lado, las pancartas que llevan los católicos son las del único tipo de familia que se entiende que puede haber y la pancarta a favor del principio y del final de la vida (con menos preocupación por todo lo que pasa en el medio).

 

En 2005 hubo dos grandes manifestaciones en las que vimos participando a obispos: una contra el matrimonio homosexual y otra por la defensa de la vida, y en cambio, nunca se ha visto a un obispo en manifestaciones por el fin de la pobreza, por ejemplo. ¿Te refieres a esto?

Sí, pero abusando un poco del término pancarta, pienso también en las cofradías. Yo tengo un enorme respeto por las cofradías andaluzas, aunque como vasco me ha costado mucho entender eso. Me parecía que hacían chirigotas. Hasta que estuve en Andalucía (he estado muchas veces) y me di cuenta de que hay algunas cofradías que no solamente tienen una enorme fuerza sociológica, sino religiosa y solidaria. No solamente se dedican a las procesiones de Semana Santa, sino que detrás hay una gigantesca labor de formación.

 

¿Podrían ser una de las organizaciones religioso-caritativas más grandes de España, si se unieran todas?

Sin ninguna duda. Y nosotros, en el País Vasco, vamos detrás de otras pancartas: hemos subido muchos años al santuario de Aránzazu por la reconciliación. Yo pienso que los cristianos podemos y debemos estar detrás de ciertas pancartas de forma puntual, pero sin llevar “el carné de identidad de cristiano” en los dientes. Creo que el papel del cristiano está en la vida cotidiana, en la actitud diaria por lograr un mundo más justo, con el aliño de la caridad y la ternura. El mundo justo consiste, evidentemente, en dar a cada cual no sólo lo que le toca, sino lo que necesita, y el aliño de la caridad se basa en el concepto de amor cristiano, que es un amor sin límites y gratuito. Y lo de la ternura lo añado porque creo que vivimos en un mundo donde hay mucha mala leche. Ver las tertulias es una cosa espantosa, como ver los debates del Parlamento. Hay una especie de dejación que hace pensar que podemos llegar a donde han llegado Grecia o Chipre, porque hay una situación de abandono total.

 

¿Es la Iglesia en su conjunto, o son los cristianos a nivel particular, los encargados de trabajar por un mundo donde quepa la ternura?

En un capítulo del libro propongo una especie de fenomenología de los cristianos, y digo que en este momento en España hay tres categorías de cristianos: los que dicen que lo único que hace falta es obedecer a la jerarquía (los obispos y el Papa), sin ningún tipo de insumisión, y sin olvidar nunca que la Iglesia es jerárquica. El segundo planteamiento es el de los cristianos que piensan que con esta jerarquía no vamos a ningún lado, porque es una jerarquía que se ha anquilosado en planteamientos absolutamente pretéritos, que piensa que es la única poseedora de la verdad absoluta etc., y por eso cada vez que hablan del movimientos religioso es para enfrentarse con lo que dice la jerarquía. Hay medios de comunicación en los que no encontrarás en los últimos 15 o 20 años (yo he hecho análisis de este tipo) ningún artículo que sea mínimamente amable con ninguna cosa que haya podido decir la jerarquía católica. Por último, como tercera actitud de los cristianos, está la que yo llamo “el exilio interior”. Son cristianos que no entran en zafarranchos, que se encierran en sí mismos y tienen su relación con Dios porque creen firmemente en la dimensión religiosa. Las tres actitudes me parecen superables. La actitud de la obediencia radical a la Iglesia no se tiene de pie, por una razón muy sencilla: porque la Iglesia no siempre ha dicho y ha hecho las mismas cosas. No es posible obedecer ciegamente a los obispos y al Papa porque no han dicho siempre lo mismo. ¿Es que nos hemos olvidado de Galileo, o de la crisis modernista? A continuación, la actitud del cristiano que está en constante confrontación con la jerarquía, y que diga lo que diga le da igual, creo que cae al final en el mismo error. Yo creo que el cristiano puede ser crítico con la jerarquía (yo lo he sido, y además con claridad absoluta), pero deberíamos poder criticarla sintiéndonos dentro, y además sabiendo que hay otras cosas que hace la jerarquía con las que estoy de acuerdo. A mí, por ejemplo, me cuesta aceptar determinadas concepciones filosóficas de Benedicto XVI (el final de la Cáritas in Veritate, que es una encíclica magnífica pero que termina diciendo algo así como que un humanismo sin Dios es inhumano). Yo conozco humanistas que se dicten no creyentes, y de los cuales jamás podré poner en duda su humanismo. Eso no lo puedo aceptar, como no puedo estar de acuerdo con la idea de “después de la Iglesia no hay salvación”. Sin embargo, Benedicto XVI es el que puso en orden todo el tema de la pederastia en a Iglesia, y eso está ahí, no es humo, como dijo algún escritor en los medios.

 

¿Crees que la sotana blanca imprime carácter indefectiblemente?

Eso es un problema muy serio. Por eso yo defiendo los nombramientos papales temporales. Pero, volviendo al tercer tipo de católicos (los que se arreglan con Dios en su “exilio interior”), son los que piensan que no tienen necesidad de la mediación de la Iglesia, que es una actitud perfectamente respetable, pero que está mucho mejor en la confesión protestante que en la católica. No tengo nada en contra de ese “Dios y yo”, pero eso está en Lutero y en Calvino. Cada uno establece su relación con Dios, está bien. Pero el mundo católico una de las características que tiene es la comunión, vinculado a la construcción de la sociedad (pero no de una sociedad a parte, porque entonces haríamos un gueto).

Entonces, lo que necesitamos es que los cristianos y la Iglesia sean espiritualistas, y con cultura. No puede haber una religión, ni una Iglesia sin cultura, donde todo se reduzca a la misa diaria y a los ritos.

Luego hay otro modelo se Iglesia y de forma de ser cristiano que yo critico que es la Iglesia gueto, la Iglesia secta. Es un riesgo muy grande, porque supone hacer una Iglesia “de los puros”, los que realmente poseen la verdad, aunque sean muy poquitos. Ellos se piensan los poseedores de la verdad y creen que el mundo acabará reconociendo que tienen razón. Piensan que tienen que mantener el depósito de la fe. Y otro modelo que también tiene sus graves riesgos en estos momentos es el de la Iglesia identitaria, que es la que identifica a la sociedad con una religión determinada. Eso es muy claro en el mundo islámico, pero también aparece en el mundo cristiano. De pronto, en una serie de países que han recibido una fuerte inmigración y donde el multiculturalismo ha arraigado con mucha fuerza (estoy pensando en Gran Bretaña, Suiza, Suecia, Bélgica), resurge un cristianismo identitario que pretende recuperar su propia tierra cristiana. Es una especie de cruzada, pero que en vez de querer conquistar Jerusalén, quiere conquistar lo nuestro.

La única solución que queda ante todo esto, que es la única posible además, es un cristianismo internado allá donde uno vive, pero que al mismo tiempo sea universal. Un cristianismo histórico que responda a los problemas históricos que se presentan en cada momento, y no los que se plantearon hace 50 años. ¿A quién le importa hoy en día la transubstanciación, o lo que dice el Credo de que Jesús descendió a los infiernos? ¿De verdad a alguien le puede provocar un problema teológico grave que Jesús descendió a los infiernos? A mí lo que me importa es la historia, el momento actual. Y la religión debe responder a esto.

Dice Torres Queiruga en un trabajo suyo sobre la revelación, que en el fondo la religión es la conjunción entre la demanda universal de sentido y de razón de ser (de las primeras y últimas preguntas que los hombres y mujeres llevan planteándose desde que el mundo es mundo), y las respuestas que han ido recibiendo. Entonces, lo que yo me digo es que como hombre, que he nacido en un lugar concreto y en un momento concreto, quiero respuestas a esas preguntas, pero precisamente referidas al momento concreto que estoy viviendo. Me interesa la historia en el sentido de ver cómo los que son mis antecesores en la fe resolvieron los problemas de su tiempo. pero no podemos coger sus respuestas, ni aunque sean de Santa Teresa.

Una vez me pidieron que diera una conferencia sobre qué podía decirles “Camino de perfección” a los jóvenes de hoy en día. Entonces tuve una osadía, un atrevimiento de adolescente tardío, de aceptar esa conferencia, porque claro, lo que dice Santa Teresa de los protestantes no lo podemos reducir, hay que contextualizarlo en su momento. De igual manera que tenemos que contextualizar lo que está pasando en este momento. El celibato de los curas, por ejemplo, es totalmente insostenible en una sociedad como la africana, siendo claros. Hay datos avalados que dicen que el 80% (si no más) de sacerdotes y obispos africanos tienen una vida como cualquier otro africano. Pero es que tienen que responder, de alguna manera, a la sociedad en la que viven.

 

¿Habría que recordar que el celibato se impuso por una serie de necesidades históricas?

Sí, en un momento dado (con una esperanza de vida que no es la de ahora) en que se creía que hacía falta una dedicación exclusiva. En este momento en Europa uno de cada dos jóvenes se va a divorciar. La Iglesia tiene que tener en cuenta esta realidad. Sin embargo, cuando de pronto hay un cristiano que “ha fracasado” en su primer matrimonio y la Iglesia le excluye de la comunión eucarística, la Iglesia en ese momento está siendo lo peor que puede ser, que es inhumana. Porque los divorciados son cristianos que han dado un paso, ese paso les ha salido mal, y vuelven a rehacer su vida. ¿Y cómo rehace su vida una persona de 35 años, por ejemplo? Pues encuentra a otro hombre o a otra mujer con quien quiere volver a hacer su vida. ¿En nombre de qué carajo se le dice que no puede volver a formar parte de la comunidad cristiana? Además, esa es una historia que está en función de unos textos de Lucas que además el mundo protestante entendió de otra manera. Me parece fundamental que la Iglesia sea simplemente humana. La Iglesia no está ahí para echar sambenitos a la gente, sino para hacerles sentirse cristianos, más contentos, más unidos en oración y en escucha.

 

¿Se le da más importancia en la Iglesia a escritos y decretos posteriores a los Evagelios, y menos a textos como el de las Bienaventuranzas o a las parábolas?

La lectura de los textos bíblicos es muy importante, pero se presta a muchas lecturas.

 

¿Pero no tenemos, como creyentes, ese derecho a poder interpretar las Escrituras como las sentimos, pensando lo que nos suscitan personalmente?

Ciertamente, y no sólo tenemos derecho, sino un poco la obligación. En el Decreto sobre la Libertad Religiosa, que cito en mi libro, se dice que el creyente tiene el derecho y la obligación de buscar la fe acorde a su conciencia. El último criterio, digamos, es la conciencia individual, la conciencia rectamente formada, que es una conciencia que intenta formarse rectamente. Yo tengo como creyente (y más si soy un intelectual) la obligación moral, como persona, de informarme de qué es lo que han dicho los que saben más que yo de este tema. Y tengo que leerlos. Pero, como dice Newman, de la misma manera que yo sólo puedo respirar con mis pulmones, sólo puedo pensar con mi cabeza. Es verdad que tengo la obligación de formar esa cabeza lo más honradamente posible, con la mayor información posible… pero en última instancia soy yo quien decide. Creo que esto es muy importante, porque necesitamos ir a un cristianismo adulto. Y un cristianismo adulto es un cristianismo de conciencia, cada uno con los dones que tenga. No se le puede pedir a un señor que ha trabajado toda su vida en un taxi o en un comercio vendiendo telas, que tenga el mismo nivel de conceptualización que tengo yo, que no he salido de los libros. No se trata de eso sino de que unos y otros, con arreglo a los talentos, nos preguntemos por qué decimos que creemos, en qué se basan nuestras creencias. Y creo que en ese sentido la labor del mundo cristiano (sean los obispos o los intelectuales) es la de ofrecer reflexión. Eso es lo que pretendo yo con mi libro. No tengo ninguna tesis que defender, solamente soy una persona que de pronto ha sacado tiempo para dejar de hacer encuestas sobre jóvenes y sobre drogas o violencia, para construir un libro sobre las cosas con las que he trabajado y aportar mi punto de vista sobre cómo vivo la fe en Dios o cómo veo la Iglesia.

 

¿Puedes explicar eso que has mencionado antes sobre el nombramiento temporal de los Papas?

Yo defiendo desde hace mucho tiempo que los nombramientos papales (los episcopales también, pero especialmente los papales) tienen que ser temporales. Creo que con la evolución que vive nuestra sociedad es un grave error nombrar a una persona Papa hasta que se muera. Hemos vivido finales de papados dramáticos: no sólo el de Juan Pablo II, también el de Pablo VI o Pío XII. Por eso yo propondría que se hicieran nombramientos papales por 10 años. Otra cuestión sería que nombraran a gente más joven, pero es que no nombran gente más joven porque tienen miedo de que sean 25 años de papado.

 

¿Eso cambiaría el rol del servicio, en el sentido de que, terminado el papado, el Papa volvería a ser “un soldado raso”?

Claro. El Papa actual ya está cambiando el ministerio petrino, que es central en la Iglesia Católica. En nuestra sociedad actual, que se caracteriza por la globalización, autores como Daniel Innenarity están promoviendo la idea de la gobernanza global. ¡Pero los católicos ya la tenemos! Ahora, lo que hace falta es que nuestro líder mundial no sea un líder a modo del emperador romano (que tampoco lo es, en contra de lo que algunos dicen). Hace poco ha salido un libro de sociología sobre el poder de la Iglesia llamado “El imperio de los Papas”. El autor, que es francés, dice que la Iglesia Católica está montada sobre una “burocracia del sentido” (no de los sentidos físicos, sino del sentido de la vida). Porque por una parte la Iglesia tiene el amor sin límites, sin respuestas, gratuito (que es la quintaesencia del cristianismo en última instancia), pero todo eso organizado en una estructura jerarquizada donde el Papa y los obispos dictan la norma. Esto es lo que hace que, cuando hay un cambio de Papa, de pronto en una estructura piramidal como ésta puede cambiar todo. Y esto es muy peligroso, porque si en vez de haber salido este Papa hubiera salido uno tipo Ottaviani, ¿dónde estaríamos ahora? Por eso yodefiendo un modelo de organización de la Iglesia que sea en red.

 

¿Crees que los pasos que está dando este Papa van por ese camino?

Bueno, la comisión que ha nombrado la forman sólo ocho personas. Lo que creo que necesitamos es una organización multipolar, en red (no en forma de archipiélagos), y con un núcleo central que sea el Papa. La labor del Papa debe ser la de animar esa forma de estar presente histórica, temporal, de las diferentes iglesias que hay en el mundo. ¡Qué mas quisieran el mundo islámico y el mundo protestante tener una figura así, testimonio de unidad! La figura que tenemos es buena, lo que hace falta es cambiar la estructura que le rodea. Y para eso hay que empezar por nombrar Papas por diez años.

 

¿No comprometería eso la infalibilidad?

¡Y qué es eso de la infalibilidad! La infalibilidad surgió en un momento determinado: cuando la Iglesia había perdido los Estados Vaticanos, y además se hizo en el último momento y una parte del Concilio se marchó. Eso forma parte de la historia de la Iglesia, en la que hubo un momento en el que, en función de contingencias históricas determinadas, se tuvo que decir que el Papa era infalible. Pero, ¿cuántas veces se ha utilizado la infalibilidad del Papa? Lo que dice el Papa tiene un papel excesivo, y lo que sucede es que un día no va a poder decir una cosa sin que eso sea necesariamente un dogma de fe.

En ese sentido, Benedicto XVI, en su libro sobre Jesús dijo claramente que lo que había escrito no era magisterio papal. Está bien que hablen, pero si un día tienen una salida de pata de banco, la gente se les va a echar encima.

 

¿Crees que tras el Vaticano II hubo un cisma soterrado?

Lo que pasa es que hay muchos “obedientes” que no obedecen cualquier cosa, y que no aceptaron muchas cosas del Vaticano II (o lo aceptaron a regañadientes y luego hicieron de su capa un sayo). El cisma de Lefevre no fue soterrado, ni lo que hay alrededor.

 

¿Qué esperas de Francisco?

A todo lo que ha dicho y lo que ha hecho hasta este momento, lo aplaudo a dos manos, sin ninguna reticencia de nada. Pero estoy a la expectativa. Quiero saber a quién va a nombrar secretario de Estado, a quién va a nombrar en Madrid en lugar de Rouco y en Barcelona en lugar de Sistach. Es decir, cómo va a organizar la Iglesia. Porque de eso todavía no sabemos nada. No digo que la Curia no sea importante, pero a mí lo que me preocupa es la Iglesia en su conjunto. Me gustaría que este hombre fuera capaz de dinamizar la Iglesia en su diversidad.

Yo suelo decir que Dios es padre universal, pero que la Iglesia tiene muchas madres, que son las diferentes culturas. Y esas culturas tienen su particularidad, su visión propia; y unos padres no tratan igual a todos sus hijos porque sus hijos son distintos. Esto es lo que pasa en la Iglesia Católica desde siempre. Nos hemos olvidado de que en los primerísimos años de la historia de la Iglesia teníamos tres corrientes: la de Santiago, que consiguió gobernar en Jerusalén; la de Pedro y la de Pablo. Y pasó un montón de tiempo hasta que un Concilio unificó a la Iglesia, y además esa unificación se corresponde con las características de aquellos tiempos.

Entonces, lo que yo espero de este Papa es que resuelva una serie de cuestiones que no se pueden parar más tiempo (al menos que dé los primeros pasos). Es insoportable la situación de la mujer en la Iglesia. No se tiene de pie, no hay forma humana de sostenerla. Y eso, fíjate por dónde, que no lo tiene que hacer la jerarquía. Es lo que está pasando en la Iglesia de Inglaterra, porque allí tanto el arzobispo de Wetminster como el Colegio de Obispos (que tiene otro nombre) votaron a favor de los ordenamientos episcopales de mujeres, pero fue la parte del pueblo la que se opuso. Y eso puede pasar también en la Iglesia Católica.

Nada puede cambiar de la noche a la mañana, pero espero que el Papa vaya abriendo el campo al sacerdocio femenino. No sé si lo va a hacer, pero es sangrante que Benedicto XVI no movió un dedo en ese sentido. La imagen que se vio en la Sagrada Familia es terrible en el mundo actual, pero es que la Sagrada Familia es un señor que tiene un hijo sin haber tenido relaciones con su señora. Eso es una espiritualidad de otro tiempo. Yo lo que le pido al Papa es que se tome realmente en serio que estamos en el siglo XXI, y que necesitamos una Iglesia del siglo XXI, para la gente del siglo XXI. Sin ninguna rebaja en lo esencial, que es que la misión del cristiano es hacer un mundo más humano en virtud de lo que hemos aprendido de la vida de Jesús, que fue un personaje en quien se ha revelado Dios, que fue ejecutado, y cuyos primeros discípulos, anonadados y perdidos, salieron corriendo y de pronto empezaron a decir que Dios le había resucitado. Partimos de ahí. Y el mensaje que aparece en los Evangelios es muy claro: que Dios (la Trinidad) es amor. Y a eso yo añadiría, que el amor es dios (porque es lo verdaderamente esencial). Un cristiano puede ser mil cosas, pero un cristiano que no haga algo por hacer que la vida sea más humana y más justa, no es un cristiano. Hay otras personas que pueden hacer lo mismo, pero los cristianos lo hacen con el aliño de la caridad, que es una forma de amor gratuito sabiendo además que, cuando yo hago un bien a alguien, se lo estoy haciendo al propio Dios.

 

 

 

http://eukleria.wordpress.com/2013/06/24/entrevista-al-sociologo-javier-elzo/

 

Estados Unidos: grupo religioso lanza manual para golpear mujeres


Con raquetas de tenis y peines

28 de Junio de 2013 | 14:00 pm.

Polémico manual enseña a golpear a la esposa para mantener la disciplina en el matrimonio

Gran polémica ha creado a través de las redes sociales, la noticia sobre un grupo religioso de los Estados Unidos, que publicó un manual de 54 páginas, donde ‘enseña‘ las prácticas básicas para golpear a las esposas durante el matrimonio.

Entre las técnicas que el movimiento denominado «Disciplina Doméstica Cristiana» (DDC) recomienda, están la utilización de un cepillo para el cabello, el cual se estima como ‘excelente’ arma para lograr ‘la picadura deseada’, aunque con el problema que ‘se rompe fácilmente’.

Otro método que el polémico manual sugiere es el uso de una raqueta de tenis, la cual es efectiva al ser ‘silenciosa y estable‘. Estos consejos, que apenas son los básicos, forman parte del ‘paquete para principiantes’ que proporciona el polémico documento a sus seguidores, de acuerdo a un reporte del portal de Excélsior.

Para sus promotores, esta disciplina es necesaria para llevar una buena vida matrimonial, ‘donde la cabeza de familia, el hombre, es quien toma las medidasnecesarias para tener una relación sana y dinámica’.

En ese sentido, los responsables consideran que estas medidas ayudan a garantizar un ambiente sano dentro del hogar, así como la protección de todos los miembros de la familia ‘de resultados peligrosos o perjudiciales castigando los comportamientos no deseados para el bien de todos‘.

La filosofía de la DDC, se resume en esta frase que publican en su página web: ‘El hombre es dominante y la mujer es sumisa, como se detalla en la Biblia‘.

 

 

http://www.elpopular.pe/actualidad-y-policiales/2013-06-28-estados-unidos-grupo-religioso-lanza-manual-para-golpear-mujeres

 

Pedro Casaldáliga, entre los asesores del Papa


Su causa es la de Jesús y su Evangelio

Un grupo de hombres y mujeres elegidos por el pueblo

Miguel Ángel Mesa Bouzas, 28 de junio de 2013 a las 08:45

 Pedro Casaldáliga no querría formar parte de un nuevo colegio cardenalicio, pero sí de ese grupo de asesores fraternos de vida probada, al servicio del Evangelio de la liberación y la dignidad de los más desheredados y excluidos

Casaldáliga y el Padre Ángel en una foto de los años 90/>

Casaldáliga y el Padre Ángel en una foto de los años 90

(Miguel Ángel Mesa Bouzas).- Pedro Casaldáliga es un referente, a nivel mundial, de lo que significa ser un verdadero cristiano, comprometido con las causas de la justicia, la liberación y la paz, hasta llegar a seramenazado de muerte muchas veces en su vida, incluso durante este mismo año, por defender los derechos de los indígenas.

Obispo emérito de Sao Félix do Araguaia (Brasil), es un hombre profundamentecreyente en el Dios de la Vida. Por lo que es también una persona hondamente espiritual, que desborda afecto y cercanía por los cuatro costados.

Pedro, aquejado desde hace años por la enfermedad del parkinson, ha tenido que reducir al máximo sus salidas de casa, pero continúa manteniendo una gran actividad intelectual, de acompañamiento, sin olvidar en ningún momento «sus causas», que son las del Reino, las de la Buena Noticia de Jesús.

Aprovechando la visita que le ha efectuadoAdolfo Pérez Esquivel (premio Nobel de la Paz y defensor a ultranza de todas las causas justas de su país y del mundo, franciscano de corazón), y aprovechando la audiencia que le ha concedido el Papa Francisco para presentarle las demandas de los pueblos originarios de su país, Argentina, Casaldáliga le ha pedido que traslade al Papa su deseo de que defienda a los indígenas, que rehabilite oficialmente a la Teología de la Liberación y a sus teólogos, mostrando una reconciliación efectiva con ellos.

Estos teólogos, principalente latinoamericanos, pero también asiáticos y africanos, han hecho de la opción preferencial por los pobres la causa de su teología y de su vida. Que es la causa de Jesús y su Evangelio. Han podido cometer a lo largo de los años errores pero, ¿quién pude decir que no los ha cometido en su vida? Intentar estar constantemente en las fronteras del servicio, de la denuncia, del anuncio, de la reflexión teológica, de la cercanía con los más empobrecidos de la tierra, ha sido su misión, hasta llegar a dar su vida en algunos casos, como son por ejemplo los casos deMonseñor Romero o Ignacio Ellacuría. Cuando se ama mucho, se ha de perdonar mucho también, mostrando así la inmensa misericordia y ternura de nuestro buen Dios.

Dios nos desconcierta siempre con su desmesura, ¿no va a disculpar la desmesura de cualquier otra persona, cuando, lo único que pretende es vivir y dar a conocer la buena noticia de la liberación de Jesús?

Pérez Esquivel también ha entregado al Papa una copia del «Pacto de las Catacumbas«, un manifiesto firmado por 40 obispos (entre ellos Hélder Cámara, Leónidas Proaño o Sergio Méndez Arceo) durante el Concilio Vaticano II, por una Iglesia pobre y de los pobres, en el que manifestaban su compromiso por vivir pobres, entre los pobres, para así dar ante el mundo un testimonio creíble.

Quizá sea este un buen momento para pedirle al Papa Francisco un colegio cardenalicio, una junta de asesores, un grupo de amigos (o como se le quiera llamar) que vivan con fidelidad, alegría, sencillez y compromiso vital con los más desposeídos, y estaría formado por mujeres y hombres de todo el mundo, que cumplan estas características y hayan sido elegidos por el pueblo.

Estoy seguro que Pedro Casaldáliga no querría formar parte de un nuevo colegio cardenalicio, pero sí de ese grupo de asesores fraternos de vida probada, al servicio del Evangelio de la liberación y la dignidad de los más desheredados y excluidos.

Creo que sería una muy buena iniciativa, un cambio real en nuestra Iglesia. A pesar de todo, mantengamos viva y activa nuestra esperanza.

 

 

 

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2013/06/28/pedro-casaldaliga-entre-los-asesores-del-papa-religion-iglesia-opinion-francisco-dios-teolog

Cuenta regresiva para elegir a nuevo Obispo Anglicano en El Salvador


junio 20, 2013 A corto plazo 0

La Iglesia Episcopal de El Salvador, existe desde los años 30 del siglo pasado. Su membresía alcanza los 5 mil anglicanos en el país.

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Reverendísimo Martín Barahona, Obispo de Iglesia Episcopal de El Salvador

 

La cuenta regresiva  ha comenzado para que la Iglesia Episcopal de El Salvador elija a su nuevo obispo. Un comité de elección se ha formado cuya misión es hacer una consulta a su base  y  retomar insumos para el diseño del perfil del pastor o pastora que guiará a esta iglesia a partir de 2015.

La serie de talleres se hacen cada domingo en los templos,  y los ejes de consulta son: Perfiles académico, personal y espiritual que demanda la membresía de esta institución eclesiástica, “esperamos para septiembre, de acuerdo a nuestro plan de trabajo hacer público el perfil del obispo que requiere nuestra Iglesia”, ha dicho Virginia de Cabezas, integrante de este comité.

La Iglesia Episcopal de El Salvador, según su registro histórico existe desde los años 30 del siglo pasado, su primera sede fue en la zona turística de Planes de Renderos en lado sur de la capital. Su membresía alcanza los 5 mil anglicanos en el país.

“Somos limitados en membresía, pero nuestras acciones han trascendido fronteras y tiempos”, reflexionó  Martín Barahona, actual obispo de la Iglesia Anglicana; quien asumió en 1992, enseguida de que concluyera una cruenta guerra civil en este país centroamericano, y en consecuencia dice Barahona “la primera misión fue la reconstrucción de la Iglesia y la construcción de la paz nacional”, acota.

Según los cánones de la Iglesia Episcopal Anglicana, su pastor debe ser elegido por una cámara de laico y otra de clero, las cuales deberán acordar quien les dirigirá. Los candidatos a obispos u obispas, pueden hacer campaña proselitista, este cargo puede convertirse en una plaza de convocatoria mundial. Este acto, a juicio de los anglicanos es la expresión del Espíritu Santo.

Algunas de las características para el nuevo obispo, que emergieron de las consultas son; deberá ser un pastor que escuche, que motive a la vida espiritual, profesional y de preferencia con maestría, con reputación intachable,  bilingüe entre otras cualidades.

El próximo obispo u obispa deberá estar electo para enero de 2015. Barahona sigue siendo un obispo emérito que se retira por jubilación y fue el primer jefe espiritual y administrativo nacional de esta Iglesia por 22 años.  “Soñé y sigo soñando, fue eso precisamente lo que me llevó a transformar la realidad de la Iglesia en El Salvador, junto a un equipo de laicos y clero, que deberán decidir e rumbo de esta institución de Dios”, dice optimista Barahona.

 

 

 

http://paxnoticias.com/2013/06/nacionales/a-corto-plazo/cuenta-regresiva-para-elegir-a-nuevo-obispo-anglicano-en-el-salvador/

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