La lección de la sirofenicia y el sacerdocio femenino: Mateo 15:21-28


logo-arcwp5 

Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP

 

 

Este pasaje, creo, que cada vez me gusta más, me ánima, me da coraje, me da esperanza,  y nos enseña cómo, a través de la decencia, los buenos modales, la insistencia, así como lo hizo la mujer de la historia que nos narra Mateo, se puede lograr, no solo que se “abra una puerta”, sino que se abra la puerta de la Vida!

Jesús se atrevió a tratar de “perra” a esta mujer, que le suplicaba un milagro para su hija. Esta palabra era muy común entre los judíos, para referirse a los paganos. En nuestro medio, esta palabra suena más horrible todavía, no la podemos usar en el mismo sentido.

“Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija es atormentada por un demonio”. (Mateo 15:22).

Siguiendo el texto nos dice que; “El, no respondió una palabra” (Mat. 15:23).

Para quitársela de encima, como diríamos nosotros, los discípulos interceden por ella, pero para que deje gritar y se calle la boca: “Señor, atiéndela, para que no siga gritando detrás de nosotros” (Mat. 15:23).

A Jesús, se le saltó la piedra del orgullo judío y responde: “¡He sido enviado solamente a las ovejas perdidas de la Casa de Israel!”. La mujer, lo alcanza a escuchar y no quiso ni pensar, que esto era un caso perdido, no se inmutó, se le acerca y le insiste: “Señor, ayúdame” (Mat. 15:25).

Jesús, sigue con el orgullo judío subido y le dice: “No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los perritos” (Mateo 15:26).

Aquí viene lo mejor del dialogo, entre Jesús y la mujer pagana: “Es verdad, Señor, pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños” (Mat. 15: 27).

Ni más ni menos, esta mujer pagana, ha dejado a Jesús sin argumentos, quién lo creyera? Increíble! Solo Jesús, con su mente y corazón abierto, impulsado por su Divinidad, es capaz de ser humano y hacer un acto humano, como el que hizo con la mujer pagana! Rompió todos los esquemas! Y aquellas ataduras, no liberadoras.

A pesar de las presiones de los discípulos, Él, no lo hizo para darles gusto. Lo hizo porque ya había “llegado su hora”, de manifestarse como el Hijo de Dios que todo lo puede! Aunque ahí no se los dijo, se los dio a entender cuando atiende a la mujer y le dice: “Mujer, ¡qué fe tan grande tienes! Que se cumplan tus deseos” (Mateo 15:28).

El ministerio sacerdotal femenino, no lo estamos pidiendo tanto para nosotras como para nuestra Iglesia.

A la mujer pagana, no le importó, que el mundo entero se le viniera encima,  me imagino que al ser una extranjera, cómo, sería la burla de los judíos, y cómo sería lo que se interpusieron a su paso evitando  se le acercara a Jesús y menos que Jesús la tratara como la trató. Aunque el texto no lo dice, no es difícil imaginar esta escena.

Quienes pedimos el sacerdocio femenino y su reconocimiento, no podemos seguir siendo tratadas como si fuéramos extranjeras o paganas. Las mujeres  hemos sido bautizadas, al igual que nuestros hermanos varones. El canon 1024 que supuestamente nos impide el sacerdocio, no tiene argumento bíblico ni teológico. Es como escuchar la palabra de nuestros hermanos jerarcas, contra la palabra de Dios. El mensaje de Cristo es muy diferente, a lo que vemos y vivimos: “Los que se han bautizado consagrándose a Cristo se han revestido de Cristo. Ya no se distingue judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos ustedes son uno con Cristo Jesús”. (Gálatas 3:27-28).

 

Mujeres y hombres, tenemos un Padre-Madre, que se preocupa por todos/as, y cada uno en particular. Jesús conociendo esos sentimientos de la Unidad Divina, desde el fondo de su corazón, ora diciendo:

“Que todos sean UNO, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean UNO en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Juan 17:21)

 

No serán los cánones, las  leyes, los dogmas, las reglas y constituciones, ni las normas, lo que nos harán libres. Jesús nos dice: “conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Juan 8:32). La verdad=libertad no nos vendrá, ni gratis, ni por sí sola, nos toca buscarla, ese “conocerán” es una invitación dinámica, a la búsqueda. Esa verdad=libertad que buscamos tampoco está muy lejos, ella está dentro de cada uno/a de nosotros/as.

Tanto la mujer sirofenicia como Jesús, en este texto podemos percibir que sin tanto bombo legalista, siguieron su voz interior, su intuición, que les hace libres ampliando su visión, que en medio, de la diversidad nos enseñan; llegar a ser  el  UNO en la UNIDAD, sin mayor discusión.

Este texto nos lleva a admirar ese Jesús-Dios humanado! Es el Hijo de Dios hecho humano,  Emanuel=Dios con nosotros y sobre todo capaz de romper las barreras del exclusivismo, sexismo, racismo y marginación de la Alianza haciendo que esta nos llegue con su mensaje de liberación a toda la humanidad! y solo para un grupo privilegiado.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.