Que fresca me siento esta mañana, después de haberme bañado en la Esencia Divina de la Vida! Era una hora muy temprano, los pájaros y la luz no habían salido todavía. Todo estaba en silencio, la ciudad dormía…
Me quedé pensando, en lo difícil que es aterrizar o llegar a un sitio desconocido. No conoces las calles, ni la gente, ni su lengua, ni sus costumbres. Se anda vacilante, insegura/o. Es que no se conoce el sitio, ni el espacio. Parece que vas flotando en un mundo diferente, parece que todo se puede caer, es como si el espíritu te hubiera abandonado.
Algo parecido nos sucede en la búsqueda de la Esencia Divina. Muchos/as dan sus opiniones, escriben libros, dan sugerencias, comparten sus experiencias. Ellos/as son luces intermitentes de la Esencia Divina. El problema es que esta búsqueda es personal y única. Le estamos buscando ustedes y yo en esta vida, en este planeta.
No podemos “enmarcar” a Dios en un solo espacio, no se puede, no se deja. Muchas cosas se nos han dicho sobre Dios. Que es inmutable, inmanente, omnipotente, poderoso…-uy! Que palabras para nuestro pueblo y para hacer quedar mal a Dios. Es la concepción patriarcal y piramidal del “teísmo”.
Mi experiencia de Dios, es de cambio permanente, por eso es Creador, es novedad de todos los días; cada día se le ocurre un día diferente al otro, a lo largo y ancho del planeta, sin exclusividades, ya que es para buenos y malos.
Dios; es “hesed”, palabra hebrea cargada de mucho significado tanto en lo divino, como en lo humano. Es el Dios de la Vida, dando Vida. Del hebreo al griego fue traducida como “eleos” a pesar de los muchos significados, que se le dan, el énfasis se acentuó, en “misericordia”, palabra muy rica y hermosa, pero no puede ser entendida solo, como: “lástima”, “pesar” ya que “misericordia” es más que eso y relacionada con “rahamin” palabra hebrea, nos suena más tiernamente a vientre materno, generador, acogedor y dador de vida.
A propósito les comparto el aparte de un bello articulo de Fernando Torres M: “Misericordia: sustento de vida buena”1:
“Gustavo Gutiérrez, en su libro El Dios de la vida, se refiere a uno de los aspectos del amor fiel de Yahvé así: El término hebreo para decir entrañas (rahamim) refiere al seno materno, allí donde la mujer acoge y da vida. Ese vocablo es usado para hablar de las entrañas de Dios mismo. “¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión!” (Jr 31,20). La compasión de Dios adquiere esta dimensión maternal, profunda y tierna[1]. Rahamim es plural de intensidad de seno materno, y corresponde a una vivencia de fuerte participación afectiva: de las mujeres con el fruto de su vientre (1 Re 3,26). Pero sobre todo de Dios como Padre y Madre de todos sus hijos y con todas sus criaturas (Jr 31,20; Sal 103,13; Is 49, 14-15; 66,13; Os 11,1-4.7-9)[2]. Esta vinculación entre hesed (misericordia) y rahamim (seno materno-útero) abre una nueva perspectiva de divinidad y de humanidad, es la perspectiva de la maternidad universal. ¿Qué significa esto? Que el sustento de vida buena se define, se desarrolla y se nutre en el principio femenino de la vida”.
Es para nosotras las mujeres un desafío el rescatar la imagen de Dios y “hacerle quedar bien” como nos lo dice Santa Laura Montoya, -primera santa colombiana-. Así podríamos entender mejor lo que es ser hijos e hijas de Dios
y le buscaríamos, nos acercaríamos más a ese Dios que nos acoge, arropa, cobija y abraza en su seno materno, sin temores, sin miedos. No estamos diciendo disparates, en la Biblia podemos encontrar 264 veces en que se nos habla de la imagen de Dios en femenino.
Hemos aprendido que Dios es “espíritu” pero, nos lo han enlatado en el género y en el sexo, donde se ha fundamentado el patriarcado. La palabra Dios, no es un nombre, es más bien una pregunta, que nos interesa a mujeres y hombres y por eso le buscamos con anhelos y ansias locas, (Juan 8:32), aun estando tan abajo, desde nuestra humanidad. Humanidad que la Esencia Divina de la Vida ha divinizado, cuando nos creo mujeres y hombres a su imagen y semejanza Gen 1:27.
Te puedes quedar meditando, pensando, buscando todo el tiempo que quieras, no te cansaras, no te sentirás frustrada/o, aburrido/a, no, porque te vas introduciendo en lo profundo de la inmensidad, de la Esencia Divina de la Vida.

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1) Fernando Torres Millan: “Misericordia: sustento de vida buena”
Bibliografia:
1.- Fernando Torres M. “Misericordia: sustento de vida buena”. Dimensión Educativa. E-mail dimed@etb.net.co. Bogotá, 11 de Agosto del 2006.
2.- Elzabeth A. Jhonson “La que es” pdf
*Presbitera católica romana.
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