REFLEXIÓN DE JUSTICIA INDÍGENA: Nutrias y Opresión


Para ver en-línea junto con la fotos, vaya ahttp://www.cpt.org/node/10738

RedECAP
Mayo 16 de 2014


Por Michelle Fraser

[Nota: Esta reflexión del Equipo de Justicia Indígena ha sido adaptada para RedECAP. La versión original se encuentra en inglés en la página tumblr del Equipo de Justicia Indígena. <http://cpt-ajt.tumblr.com/post/84725986671/ajt-delegation-otters-and-oppression.>  ]

Durante la más reciente delegación del Equipo de Justicia Indígena, me encontré con una nutria mientras caminaba en la orilla del lago en el pueblo de Kenora. Siempre me ha fascinado la agilidad de las nutrias, la serie de burbujas que marca su trayectoria bajo el agua y la facilidad con la que se suben sobre los delgados témpanos de hielo que flotan sobre la superficie. La nutria en cuestión se tomó un pequeño descanso sobre el muelle en su ardua búsqueda de pescados para completar el desayuno, primero procedió a secarse con una buena sacudida, después me estudió con su mirada, concluyendo que no representaba ninguna una amenaza, entonces procedió a cagar sobre el muelle. Después de hacer sus necesidades, se sumergió en el agua con un clavado limpio desapareciendo de mi vista.

¿Qué me puede enseñar la nutria?

Stephanie Landon, una líder y activista anishinabe, nos había guiado el día anterior en una serie de ejercicios que me ayudaron personalmente a comprender la complejidad y belleza de la cultura anishinabe antes del contacto con colonizador@s europe@s. Durante los talleres, se me ocurrió que las prácticas culturales de l@s indígenas de esta tierra eran tan complejas como un elaborado tapete tejido manualmente. Cada persona tenía un lugar, una función dentro de la comunidad. L@s niñ@s estaban protegido por un círculo compuesto por abuel@s que les ayudaban a descubrir su destino, madres que les cuidaban y padres que les protegían. L@s niñ@s se encontraban en el centro de este círculo.

Cuando las autoridades coloniales canadienses comenzaron a remover de manera sistemática a l@s niñ@s de sus comunidades para internarlos en escuelas residenciales, destruyeron el tejido cultural, profanando lo más bello y sagrado de estos modos tradicionales de vida. Las escuelas residenciales tuvieron un impacto negativo sobre la identidad de l@s niñ@s, robaron a l@s abuel@s su sentido de vida, rompieron el corazón de las madres y desataron una furia inextinguible en los padres. En las palabras de una compañera de la delegación, la constelación que formaba la vida tradicional fue destruida, se cayó el cielo y la vida, tal como la conocía el pueblo anishinabe, se terminó.

Estos terribles efectos del proceso de colonización de la Isla Tortuga (América del Norte) no fueron un error o una coincidencia, sino una consecuencia lógica de una ontología que ve la tierra como propiedad que debe ser explotada y a l@s indígen@s como un obstáculo en la explotación de la tierra. A diferencia de las culturas que fueron destruidas, esta perspectiva sigue viva y activa en Canadá hoy en día, marcando el ritmo de las relaciones entre el Gobierno canadiense y las comunidades indígenas.

¿Pero, qué tiene que ver todo ésto con la nutria? Stephanie nos enseñó que cuando nos abrimos a nuestra familia extensa, las plantas y los animales, podemos aprender muchas cosas que nos ayudarán a curarnos; que la medicina sabe como sanarnos[1] <http://www.cpt.org/node/10725/edit#_ftn1> . Tal vez la nutría que se me acercó me estaba tratando de dar una lección en resistencia, acerca de cómo moverse entre espacios naturales y transformaciones humanas, acerca de escoger cagarse sobre el muelle en lugar de los témpanos de hielo que flotan sobre el lago, acerca de reclamar nuestra existencia frente a los poderes que existen y a la vez deleitarnos en las cosas bellas que permanecen. En ese sentido, yo tengo que seguir lamentando la perdida de culturas precolombinas, denunciar el proceso vigente de destrucción de comunidades indígenas en la Isla Tortuga, sin abandonar la esperanza de encontrar una manera de mejorar las cosas.

 



[1] <http://www.cpt.org/node/10725/edit#_ftnref>  En este contexto la medicina es entendida como el poder del mundo natural y animal para sanarnos. En este caso las plantas y los animales tienen el poder de curar, incluso más que los seres humanos.
  

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