Esta Lectio Divina se realizará en el mes de agosto en la pquia. Asunción de la Virgen en Olivos. En breve publicaremos más detalles.
Sobre María Magdalena en los evangelios canónicos y apócrifos, click aquí.
“Dios plantó un jardín en Edén, al Oriente” (Gén 2,8).
La etimología de Edén probablemente significa “lugar de delicias”. Otros explican el término como derivación de la palabra sumeria “edinu” que significa “llanura bien regada”, lo cual da la idea de fertilidad.
La traducción griega de la Biblia usó el término Paraíso, que significa parque.
La descripción que hace el libro del Génesis 2,5 ss , da cuenta de estas distintas interpretaciones:
* se habla de un manantial y de cuatro ríos que riegan el Edén;
* dice literalmente que Dios “plantó”, como si fuera un jardinero disponiendo bellamente “toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer”;
* y afirma que Dios pone al ADAM (ser humano, hecho de la tierra) en ese jardín, “para que lo labrara y lo cuidara”.
Estas imágenes fueron retomadas con un sentido escatológico por el profeta Ezequiel cap. 47 y en el libro del Apocalipsis:
“Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles.” (Ap 22,1-2)
22 de julio FIESTA DE SANTA MARÍA MAGDALENA
Lectio Divina
Un momento de oración con la Biblia
Oración inicial:
Himno de Laudes
Estaba al alba María
llamándolo con sus lágrimas.
Vino la Gloria del Padre
y amaneció el primer día.
Envuelto en la blanca túnica
de su propia luz divina
– la sábana de la muerte
dejaba en tumba vacía –
Jesús, alzado, reinaba;
pero ella no lo veía.
Estaba al alba María
la fiel esposa que aguarda.
Mueva el Espíritu al aura
en el jardín de la vida.
Las flores huelan la Pascua
de la carne sin mancilla,
y quede quieta la esposa
sin preguntas ni fatiga.
¡Ya está delante el esposo
venido de la colina!
Estaba al alba María
porque era la enamorada.
Amén.
LECTURA: QUÉ DICE EL TEXTO
María Magdalena y las mujeres que acompañan a Jesús: Lc 8,1-3.
“de la que había expulsado siete demonios”.
Exorcismos en los evangelios:
Mc 1,23-28; Mc 5,1-20; Mc 7, 24-30; Mc 9,14-29 y //.
El grupo de mujeres al pie de la cruz y en la sepultura:
Mc 15,40-47; Mt 27,55-61; Lc 23,49-56; Jn 19,25-27.
“que lo seguían y lo servían”: Servir = diakoneo.
María Magdalena, testigo privilegiada de la resurrección:
Mt 28,1-10; Mc 16,1-11; Lc 24,1-11; Jn 20, 1-18.
Proclamamos: Juan 20,1-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada.Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
—¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. 4Los dos iban corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. 5Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró.6Detrás de él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; 7y además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. 8Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado, y creyó. 9Pues todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar. 10Luego, aquellos discípulos regresaron a su casa.
María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. Los ángeles le preguntaron:
—Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:
—Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él. 15Jesús le preguntó:
—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:
—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo:
—¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo:
—¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro”).
Jesús le dijo:
—No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho.
* Releemos el texto en silencio.
* Comentamos espontáneamente nuestras impresiones.
* Enumeramos todas las acciones que hace María Magdalena.
* ¿Cuáles son los pasos del proceso por el cual María Magdalena reconoce a Jesús? Tengamos en cuenta los “títulos” con que ella lo nombra, las acciones y el diálogo.
MEDITACIÓN: QUÉ NOS DICE EL TEXTO
* ¿Qué oscuridades estamos atravesando? ¿Por qué lloramos?
* En este episodio aparecen signos de muerte: sepulcro, vendas, sudario… Ante esos signos de muerte, los discípulos volvieron a su casa, en cambio María Magdalena siguió buscando. ¿Cuál es nuestra reacción frente a los signos de muerte? ¿Nos paralizan, nos atemorizan, nos inquietan…?
* María Magdalena fue y dijo; cumplió el mandato de Jesús. ¿De qué modo nosotros y nosotras hoy llevamos el anuncio de la Resurreción?
* ¿Qué Buena Noticia tiene este texto para nosotros y nosotras hoy?
ORACIÓN : QUÉ LE DECIMOS A DIOS
* Desde el silencio de nuestro corazón, le presentamos a Jesús nuestras lágrimas y le contamos por qué lloramos.
En mi lecho, por las noches,
he buscado al amor de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé.
Me levantaré, pues,
y recorreré la ciudad.
Por las calles y las plazas
buscaré al amor de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé.
Me encontraron los centinelas
los que hacen guardia en la ciudad.
“¿Han visto al amor de mi alma?”
Apenas los había pasado
cuando encontré al amor de mi alma.
Lo agarré y no lo soltaré.
(Ct 3,1-4ª)
* En las lágrimas, en la oscuridad, ante la muerte, lo buscamos a El.
El está aquí y nos pregunta:
“¿Por qué lloras, a quién buscas?”
Y lo llamamos con los “títulos” que nos nacen del corazón.
* El nos dice:
“Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos.
11 ¡Mira! El invierno ha pasado
y con él se han ido las lluvias.
12 Ya han brotado flores en el campo,
ya ha llegado el tiempo de cantar,
ya se escucha en nuestra tierra
el arrullo de las tórtolas.
13 Ya tiene higos la higuera,
y los viñedos esparcen su aroma.
“Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos. (del Cantar de los Cantares 2,10-13)
CONTEMPLACIÓN: GUSTAMOS LA BONDAD DE DIOS
Es el fruto de la lectura orante en el Espíritu Santo, que nos lleva al encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente.
SUBSIDIO DE LECTURA
“Muy temprano, de mañana, María Magdalena va a la tumba. Todavía es de noche. Llora y el Jardinero la llama por su nombre. Si evocamos aquí el cap. 10 de Juan y el secreto del Buen Pastor, del Pastor hermoso (como dice el texto griego, “kalós”), nos damos cuenta de que Juan quiere presentar a María de Magdala como el modelo de discípulo: ella oye su Voz y lo reconoce al oírlo; se abren sus ojos al oír la voz de Jesús pronunciando su nombre.
María Magdalena, como la Esposa del Cantar de los Cantares, se levanta de noche a buscar. El amor busca. No se resigna ni soporta la ausencia ni la idea de la muerte: busca. Busca, de noche, al alba, en el jardín. Como en la espera de la primera creación, se sitúa en el mismo escenario de la primera página del Génesis.
Y el nuevo Adán se le manifiesta porque el amor la había impulsado a buscarlo, a El; El la envía a buscar a sus hermanos y a hacerla gran heraldo de la Vida, del Amor, de la Esperanza.
Es ella la primera en anunciar la buena noticia de la Resurrección. Encarna la diaconía teologal de la fe, de la esperanza suprema: no sólo el Amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6) sino el Amor más fuerte que la muerte.” (Teresa Porcile)
Bibliografía:
Bernabé Ubieta, Carmen: María Magdalena. Tradiciones en el cristianismo primitivo, Ed. Verbo Divino, 1994
Boiocchi, Marta: María Magdalena, discípula de Jesús, Ed. Claretiana, Bs.As., 2005
Porcile, Teresa: Con ojos de mujer, Ed. Claretiana, Bs.As., 2000
www.buenasnuevas.com/biblia/mujeresenlabiblia
Sobre la Lectio Divina:
http://www.sion.org.ar/recursos/lectura_orante.htm
http://www.san-pablo.com.ar/lit/?seccion=reflexion&id=83
Sobre María Magdalena en los evangelios canónicos y apócrifos: click aquí.
http://palabrasconmiel.wordpress.com/maria-magdalena-en-el-jardin-lectio-divina/
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