COLOMBIA: ¿Por qué la Iglesia católica no permite mujeres sacerdotes?: Olga Morales Burgos


La Iglesia anglicana de Inglaterra acaba de decidir que habrá obispas.

Por: OLGA MORALES BURGOS

11:41 p.m. | 21 de julio de 2014

Mujeres sacerdotes

Foto: Archivo particular

Mujeres sacerdotes

 

A mediados de los años 60, con el Concilio Vaticano II, que modificó el rumbo pastoral de la Iglesia católica, quedó estipulado cuál es el puesto que le corresponde a la mujer en la sociedad moderna y en la Iglesia. El sacerdote Pedro Salamanca, de la Arquidiócesis de Bogotá, subraya que en dicha asamblea, que reunió a 2.450 obispos de todo el mundo, se reiteró que el ministerio apostólico es para los varones, pues así lo dispuso Jesús al elegir solamente hombres entre sus apóstoles.

“Hay que anotar que en la época de Jesús había cultos entre las religiones paganas que admitían a las mujeres en el desarrollo de celebraciones religiosas y, sin embargo, Jesús no llamó a ninguna a la hora de FORMAR su ministerio apostólico –dice Salamanca–. Además, Él mostró una gran libertad frente a las costumbres culturales y religiosas de su tiempo. No podemos pensar, entonces, que obrara determinado por un condicionamiento cultural”.

Cuando Pablo de Tarso plasmó en sus epístolas que había mujeres diaconisas que trabajaban con él a favor del Evangelio, dejó ver una considerable evolución respecto a las costumbres del judaísmo. Sin embargo, en ninguna parte de la Biblia se habla de alguna ordenación de estas mujeres.

“En la Iglesia hay varios ministerios o servicios, entre los cuales sobresalen el diaconado, el presbiterado y el episcopado –explica Carlos Novoa, sacerdote jesuita y profesor titular y doctor en Teología de la Universidad Javeriana–. Y Pablo, en efecto, nos dice que había mujeres diaconisas. En la Iglesia primitiva hubo ministras ordenadas porque en ese entonces no estaba tan delimitado. Son asuntos de evolución de los tiempos”.

En las Escrituras quedó registrado cómo durante el ministerio itinerante de Jesús se hace acompañar, además de los apóstoles hombres, por un grupo de mujeres, entre ellas María Magdalena, pero ninguna fue investida del ministerio apostólico, siendo este factor definitivo para los llamados Padres de la Iglesia como el ejemplo perfecto de la voluntad de Cristo. El Concilio Vaticano II confirma que el título de cooperadores de DIOS quedó reservado en las cartas paulinas para Apolo, Timoteo y para el propio Pablo.

En la actualidad

Durante su primera exhortación apostólica, Evangelii gaudium, el papa Francisco mencionó que debemos reflexionar sobre el puesto que se merece la mujer en la Iglesia; sin embargo, nunca se ha hablado sobre la posibilidad de un ministerio femenino, pero es un tema que podría cambiar. Por ejemplo, vemos que existe la obligatoriedad del celibato sacerdotal en la Iglesia católica, apostólica y romana de Occidente, mientras que en la Iglesia católica, apostólica y romana de Oriente, que comparte la misma fe y comulga con el papa Francisco, los sacerdotes sí se pueden casar.
Javier Darío Restrepo, periodista con ESTUDIOS en teología y filosofía, dice que “es una cuestión cultural, pues no hay ningún fundamento dogmático que permita decir que las mujeres no puedan ser sacerdotes. Si vemos el hecho histórico, era una gran cantidad de mujeres las que seguían y atendían a la predicación de Jesús”.

El papa Francisco afirmó también en su primera exhortación que “las funciones sacerdotales no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros. De hecho, una mujer, María, es más importante que los obispos”.

Precisamente, este argumento que ofreció el papa Francisco de que la mujer, en cabeza de María, es más importante que un obispo es “el llamado a entender que la mujer debe ser convocada a prestar un servicio mucho más importante que el dado hasta la fecha”, dice Restrepo.

“De hecho, deseo ardientemente ver a la mujer en los puestos de dirección, porque creo que esto les daría mucho más aire a la vida de la Iglesia y, sobre todo, a la evangelización –agrega el periodista–. Con la mujer entrarían unos nuevos factores que hasta el momento no tenemos. A la Iglesia le ha hecho mucho daño el patriarcalismo de su institución”.
En un sentido opuesto, según el padre Salamanca, “la Virgen María no tuvo participación en el ministerio apostólico, del cual se derivan los diferentes ministerios ordenados en la Iglesia, como el episcopado o el presbiterado. Sin embargo, Ella es el miembro más importante de la Iglesia, pues su excelencia radica no en tener mando sobre otros, sino en cómo se acogió a Cristo. Y esa obediencia a Él se puede realizar en cualquier estado o condición de vida”.

Además, dice: “Hay cabida para otros ministerios que son de gran influencia en la vida de la Iglesia, como el estudio y la enseñanza de la teología o la animación de las comunidades de base”.

El padre Novoa afirma que “aunque la Virgen María tiene una consideración especial, pues es la Madre de DIOS y Madre nuestra, debemos reconocer que en la comunidad católica no le hemos dado a la mujer el puesto que se merece. Y cuando yo estoy discriminando a una mujer o a cualquier persona, estoy discriminando a Jesús. En Jesús todos somos radicalmente iguales. Somos sujetos de una radical dignidad e igualdad”.

Aunque la Iglesia católica, apostólica y romana no ha anunciado que tenga alguna agenda sobre el ministerio femenino, sí existe un llamado a revisar el papel de la mujer en la Iglesia.

Sin embargo, las transformaciones se construyen en la comunidad para ser acogidas por todos los que conforman la Iglesia católica y, mientras cambios como la aceptación de un ministerio femenino no sean consignados de manera oficial, ellas no serán tenidas en cuenta para el sacerdocio.

La pregunta que queda en el aire es qué tantos feligreses católicos estarían dispuestos a aceptar a las mujeres en el sacerdocio o si, como sucedió en la Iglesia anglicana una vez incorporaron a las mujeres al mismo, habrá quienes se rebelen.

‘No es justo con las niñas’: madre Angélica

La madre Angélica, fundadora del emporio Eternal World Television Network (EWTN), nunca ha ocultado estar en contra de la ordenación de las mujeres. En la biografía escrita por Raymond Arroyo, en 1993, cuando el papa Juan Pablo II estaba por anunciar el permiso que iba a conceder a las niñas para que ayudaran en el altar en el momento de la celebración litúrgica, la madre fue la primera en oponerse: “Creo que no es justo para las niñas, porque qué pasa si ella AYUDA EN la misa día tras día, semana tras semana, y llega a pensar igual que el niño: ‘Creo que me gustaría ser sacerdote’. Y entonces no puede. ¿No sería eso una decepción? ¿Por qué exponer a una niña a eso?”.

Para sorpresa de todos, y a pesar de ser bastante ortodoxa frente a los cambios de la Iglesia, cuando la noticia fue confirmada, nunca volvió a criticar la presencia de las niñas en el altar. No obstante, siempre ha dejado en claro que no está de acuerdo con el manejo de un lenguaje inclusivo y los cambios drásticos que se puedan presentar, teniendo en cuenta la tradición de más de veinte siglos en la Iglesia católica.

Caso de desobediencia

El 29 de junio del 2002, el arzobispo argentino Rómulo Braschi, no reconocido oficialmente por el Vaticano, ordenó a siete mujeres como sacerdotes de la Iglesia católica, apostólica y romana, en una ceremonia que tuvo lugar a bordo de un barco que navegaba sobre el río Danubio, en Alemania. El objetivo de hacer la ceremonia en este lugar era que ninguna arquidiócesis pudiera invalidar el sacramento.

El entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, excomulgó a las mujeres y decretó la invalidez del sacramento dos meses después del singular evento. Este grupo de mujeres hizo caso omiso y creó la Asociación Católica Romana de Mujeres Presbíteras. Ellas se han establecido en la ciudad floridana de Sarasota (EE. UU.) y ya han ordenado a más de 180 mujeres en todo el mundo, de las cuales tres son colombianas. Una de ellas, Olga Lucía Álvarez, de 72 años, afirma que desde que tuvo conciencia de su bautizo como católica, es decir, a los 20 años, sintió el llamado a servirle a DIOS.

“Fui formada por un religioso muy abierto, conocido como el ‘obispo rojo’, monseñor Gerardo Valencia Cano. Como no podía ordenarme en la Iglesia católica, me fui para la anglicana, pero allá tuve algunos problemas. Fue entonces cuando fui contactada por la Asociación y me ordené con ellas”.

Cuenta Olga Lucía que en 1976 el papa Pablo VI pidió a una comisión un informe sobre por qué las mujeres no eran ordenadas. Para la ‘religiosa’, en el texto quedó estipulado que no había ningún argumento, ni bíblico ni teológico, que impidiera la ordenación de las mujeres y que nunca se ha especificado algún tema de género en las escrituras.
Lo que ha establecido la Iglesia católica en el Código de Derecho Canónico, numeral 1024, es que “solo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación”. La pregunta que formulan Olga Lucía y su comunidad es: “¿Existe alguna diferencia entre el agua con que bautizan a los hombres y las mujeres. ¿O es que las mujeres no necesitamos bautizo?”.

OLGA MORALES BURGOS
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

*Autora del libro ‘No solo de pan vive el hombre’, de Intermedio Editores.

 

http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/gente/por-que-la-iglesia-catolica-no-permite-mujeres-sacerdotes/14282417

2 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. Graciela Moranchel
    Jul 22, 2014 @ 08:34:58

    Ante todo es bueno recordar que en ninguna parte del NT se habla del sacramento del orden, tal como lo entendemos hoy, ni de varones ni de mujeres. Sencillamente las Iglesias se manejaban de modo muy diferente de como lo vemos hoy. Por ello resulta improcedente hablar de que en la Biblia no se habla de ordenación de mujeres, porque tampoco se habla de ordenación de varones.
    Por otra parte, me da vergüenza que tengamos que seguir hablando de cuestiones obvias, de sentido común, como es aceptar la igualdad entre mujeres y varones dentro de la institución eclesial. Es cuestión de seguir el Evangelio, nada más y dejarnos de poner palos en la rueda a este tipo de cuestiones que jamás deberían haberse planteado, si no viviéramos en una iglesia patriarcal y machista. Lamentablemente no es el caso. Así que, queridos hermanos, ¡a poner manos a la obra! Negar la igualdad a la mujer en la Iglesia no sólo es absurdo sino anti-evangélico.

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  2. Trackback: COLOMBIA: ¿Por qué la Iglesia católica no permite mujeres sacerdotes?: Olga Morales Burgos | Presbiteras Católicas Romanas América del Sur

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