Taizé es una pequeña y tranquila aldea situada al sur de Francia. Reside allí una comunidad religiosa que trabaja con perseverancia desde hace años por la conciliación y unidad de todos los cristianos. Comenzó su actividad en los años finales de la Segunda Guerra Mundial, ayudando y auxiliando a personas que huían de los horrores de la guerra. Con el tiempo se convirtió en lugar de peregrinación de miles de jóvenes de diversos lugares. Además de Taizé como lugar de encuentro, una ciudad diferente del mundo acoge cada año a miles de jóvenes de todas partes donde conviven por varios días en unidad fraternal.

Taizé llama poderosamente la atención porque significa una refrescante ruptura con siglos de desunión y enfrentamiento religioso. Es profundamente significativo que personas de distintas iglesias, en lugar de discutir con rivalidad sobre dogmas o preceptos divisivos, se dediquen a cantar y orar juntos en unidad. Al escuchar sus cantos y oir sus oraciones, uno tiene la sensación de que el Espiritu santo de Dios se mueve más fácilmente a su antojo y que todo, absolutamente todo es posible, incluída la sentida oración de Jesús en Getsemaní, ‘Padre, que sean uno como tú y yo somos uno.’

No es por tanto nada extraño que a Taizé y a todo lo que ello significa, se le haya llamado “esa primavera en la Iglesia.”

Esteban López

 

http://estebanlopezgonzalez.wordpress.com/2009/12/08/taize-esa-primavera-en-la-iglesia/