(José M. Castillo) Hay dos clases de corruptos. Los corruptos activos y los corruptos pasivos. Activos son los que matan, roban, mienten, ofenden o hacen daño de la manera que sea. Pasivos son los que se callan o se cruzan de brazos ante los atropellos y las injusticias que cometen otros y que se tendrían que denunciar, pero los corruptos pasivos se callan o se quedan quietos, para no complicarse la vida. Con la actividad de unos y la pasividad de otros se produce la sociedad corrupta, engendro de todas las violencias y causa de indecibles sufrimientos.