Breve historia de la Conferencia sobre el Clima


Medio Ambiente

04.12.2014

[ Mundo ]

 

 

ADITAL

Daniele Saguto

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos (UNFCC) comenzó a tener vigencia en 1994 con el objetivo de reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La Conferencia de las Partes (COP) fue designada como órgano fundamental de la Convención. Los 195 países que decidieron formar parte de la Convención se encuentran una vez al año, durante dos semanas, para evaluar la aplicación de la UNFCC y para dar vida al proceso de negociación entre las partes, con el objetivo de llegar a nuevos acuerdos. Durante la COP17, los gobiernos instituyeron la Durban Platform For Enanched Action (ADP). Las negociaciones en la Durban Platforn terminarán en 2015, en la COP21, de París, en la cual todas las partes tendrán que ratificar la próxima fase del acuerdo climático a nivel global (después del Tratado de Kyoto). La COP20 de Lima es decisiva para la preparación de esa próxima etapa porque servirá para la definición de los parámetros del acuerdo global de 2015. Durante los 12 días de la COP de Lima, será necesario tomar importantes decisiones sobre la forma, la composición y la prisa del acuerdo futuro.

Siempre comienza con buenos propósitos

Actualmente, el enorme engranaje de la ONU está en marcha, movido también por buenas noticias: en primer lugar, las últimas declaraciones de Estados Unidos y China abren espacio para renovar las esperanzas y estimulan positivamente las negociaciones. Inclusive, al final de la Cumbre de APEC (Asian-Pacific Economic Cooperation), el presidente estadounidense Barack Obama anunció un acuerdo con el presidente de China, Xi Jinping, en el cual los dos países se comprometen a reducir aproximadamente en un tercio sus propias emisiones de CO2 en los próximos dos decenios.

La presidencia peruana de la COP20 ha demostrado un substancial esfuerzo en la conducción de las negociaciones, y el ministro de Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, ha resaltado la intención de llegar a un documento ambicioso: «The world needs to see that have the capacity and te will to prepare a binding, equitable, durable and balanced agreement in 2015, firmly framed in the Convention and its principles” (El mundo necesita ver que tenemos la capacidad y la voluntad de preparar, en 2015, un acuerdo fuerte, justo, durable y equilibrado, firmemente enmarcado en la Convención y sus principios). Un fuerte estímulo para una acción más fuerte y rápida en el ámbito climático ha ofrecido también el V informe científico del Intergubernamental Panel on Climate Change (IPCC), documento que, además de promover una especifica posición de la mayoría de la comunidad científica, ofrece un panorama de los conocimientos técnicos en materia de cambios climáticos. Todo esto constituye un buen comienzo, cuyo desarrollo se decidirá en los próximos días. Las decisiones tomadas en Lima marcarán el camino hacia París, donde todavía se proyecta la sombra del fracaso de la COP15, de Copenhague, Dinamarca.

¡Cambiemos el sistema, no el clima!

Este camino no puede y no debe descartar a la sociedad civil, con sus complejas y numerosas posiciones e instancias. La riqueza y la diversidad de las posiciones que están en juego pueden infundir un impulso vital y creativo en las negociaciones, siendo portavoz de todas las realidades más marginales y vulnerables: jóvenes, poblaciones indígenas, mujeres. La sociedad civil tiene entonces un papel crucial y debe asumir sus propias responsabilidades con acciones internas y externas en la Conferencia oficial. En ese sentido, el 22 de septiembre de este año fue un momento único de fundamental importancia, cuando más de 400 mil personas salieron a las calles de Nueva York en la mayor marcha por el medio ambiente de la historia. Por las calles, resonó la voz del pueblo: «What do we want? Justice! When do we want it? Now! (¿Qué queremos? ¡Justicia! ¿Cuándo la queremos? ¡Ahora!).

Otro momento importante será el de la «Cumbre de los Pueblos”, un espacio de diálogo y acción abierto, democrático y horizontal que del 8 al 11 de diciembre reunirá a asociaciones, ONGs, movimientos y poblaciones de cada rincón del mundo para compartir experiencias, problemas y esperanzas con el objetivo de crear una agenda común, abogar por sus propias ideas e influir objetivamente en las negociaciones oficiales.

Agência Jovem de Notícias

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Artículos – Opinión

04.12.2014

[ Perú ]

 

La COP 20 y el porvenir de la Tierra

 

Adital

Por Nelson Manrique Gálvez

La XX Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP20) que se desarrolla en Lima reúne a 10.300 delegados procedentes de 195 países. Ellos deben elaborar un documento base sobre el que debiera suscribirse el 2015 un acuerdo para reducir los efectos del cambio climático, en la COP21 que se celebrará en París. El tema fundamental es cómo frenar la emisión de los gases de efecto invernadero resultado de la combustión de combustibles fósiles.

La COP20 ha dejado fuera de la agenda temas fundamentales. De ahí que las organizaciones indígenas y no gubernamentales de distintas partes del mundo hayan convocado a la Cumbre de los Pueblos, que se desarrollará paralelamente a la cita oficial, abordando temas fundamentales como la crisis de civilización y modelos alternativos de vida, soberanía y transición energética, agricultura y soberanía alimentaria y gestión sustentable del territorio.

Es de recordar que Estados Unidos boicoteó el Protocolo de Tokio de 1997, que establecía que los países industrializados debían reducir sus emisiones de gases invernadero para llegar el 2012 a un nivel 5% menor que el de 1990. China, la mayor contaminadora del mundo, es también hostil a cualquier regulación. Y para el 2012 la situación, lejos de mejorar, se había agravado sustancialmente.

Desde principios del siglo XX la temperatura global en aire, mar y tierra ha aumentado alrededor de 0,8 °C y las dos terceras partes de este incremento se han producido desde 1980. Cada una de las últimas tres décadas ha sido sucesivamente más cálida en la superficie terrestre que cualquier otra década precedente desde 1850, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Proyecciones de modelos climáticos indican que la temperatura superficial global subirá probablemente otro 0,3 °C durante el siglo XXI, si se aprueba mitigaciones estrictas, y 2,6 °C si no se toman medidas drásticas. Las consecuencias de no actuar incluyen una subida en los niveles del mar que desaparecería países completos, una severa desertificación de vastos territorios que incluyen la cuenca del Amazonas, el continuo retroceso de los glaciares, olas de calor, sequías y lluvias torrenciales; la acidificación del océano y una creciente extinción de especies debido a los cambios de temperatura. Las montañas andinas peruanas han perdido por lo menos el 22% de su superficie de hielo desde 1970 y el proceso está acelerándose. Esto afecta especialmente las reservas de agua. La superficie glaciar del país se redujo de 2.041 Km2 a 1.595 Km2, y esto ha ocasionado una pérdida de agua de 7,000 millones de metros cúbicos; lo que consume Lima en 10 años. (http://bit.ly/1tvFAeC).

Estas conclusiones son fuertemente resistidas por las grandes corporaciones que hacen utilidades depredando el medio ambiente y por sus gobiernos. Grandes multinacionales petroleras financian poderosos think tanks que relativizan la gravedad de la amenaza, buscando retardar la toma de decisiones sobre cuestiones que amenazan la viabilidad de la vida en la Tierra, asegurando que estos cambios son parte de los ciclos naturales que se suceden estacionalmente en nuestro planeta, etc. Pero según las evidencias científicas acumuladas nunca se ha producido tal cantidad de cambios con la velocidad y la intensidad con las que se están sucediendo ahora.

El IPCC, evaluando la literatura científica pertinente, aseguraba ya el 2007 que los científicos estaban más del 90% seguros de que la mayor parte del calentamiento global es antropogénico, es decir producido por las actividades humanas, y sobre todo por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero lanzados a la atmósfera. Para el año 2010 suscribían esta conclusión las academias nacionales de ciencias de todos los países industrializados, responsabilizando a la actividad humana del calentamiento de la atmósfera y el océano, los cambios en el ciclo global del agua, la reducción de la nieve y el hielo, en ascenso de la media global del nivel del mar y drásticos cambios en algunos climas extremos. Para el 2014 los científicos afirman que es extremadamente probable (95-100%) que la influencia humana ha sido la causa dominante del calentamiento observado desde la mitad del siglo XX (IPCC, «Climate Change 2013: The Physical Science Basis – Summary for Policymakers, Observed Changes in the Climate System”).

Dada nuestra megadiversidad, somos uno de los países que más catastróficamente van a ser afectados si no se toman medidas drásticas. No se trata de un tema ajeno a nosotros. Por el contrario, nos involucra profundamente, nos guste o no.

http://www.larepublica.pe/columnistas/en-construccion/la-cop-20-y-el-porvenir-de-la-tierra-02-12-2014

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