Vivir el Evangelio en Igualdad y a : Amar en el Corazón de Dios: Asociación de Mujeres Sacerdotes católicos romanas
KANSAS, CITY: MUJER PLANEA DESAFIAR A LA IGLESIA, SIENDO SACERDOTE.
28 Dic 2014 Deja un comentario
en Mujeres e Iglesia, Mujeres-Presbiteras
LA ASOCIACIÓN DE MUJERES SACERDOTES CATÓLICAS ROMANAS
28 Dic 2014 Deja un comentario
en Humanizar, Iglesia Catolica Romana, Mujeres e Iglesia, Mujeres-Presbiteras
La visión:
La Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas está comprometida con un modelo renovado de ministerio de ordenación en una comunidad inclusiva de iguales en la Iglesia Católica Romana.
La misión:
LA DECLARACIÓN DE MISIÓN
La Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas, por lo tanto, responde a este llamado del Espíritu Santo, en nuestro tiempo, mediante la preparación, la ordenación y el apoyo a las mujeres y hombres cualificados, de todos los estados de vida, que están comprometidos con un modelo de Iglesia fundada en la visión de Jesús de una mesa abierta, donde todos son bienvenidos.
Por nuestra vida y nuestro ministerio dentro de una comunidad de iguales, somos respetuosas de las diferencias entre las personas.
En la tradición de nuestros místicos y profetas, desafiamos el dominio de los sistemas patriarcales mediante la promoción de prácticas de igualdad que nos llevan a reconocer y a defender la justicia en nombre de todas las personas, a nivel local y global, y en nombre de las necesidades urgentes de justicia económica para nuestro planeta.
Valores:
- La igualdad
Creemos que las mujeres y los hombres son creados integralmente e iguales por Dios y como personas bautizadas pueden representar igualmente a Cristo. Ordenamos a las mujeres y a los hombres en la sucesión apostólica como una cuestión de justicia y de fidelidad al Evangelio. Debido a que la igualdad es un derecho humano, estamos llamadas a trabajar por el cambio estructural y sistémico que elimina la discriminación y el sexismo en la iglesia y en el mundo.
2.La justicia
Nos esforzamos por vivir como promotoras de la justicia en una relación correcta con nosotras mismas, los demás, y la tierra. Conscientes de la interconexión de todo lo que existe, creemos que la acción en nombre de la justicia es constitutiva de los Evangelios. Porque entendemos cómo las estructuras injustas marginan a las personas sobre la base de la clase, la religión, la raza, la etnia, el género, la orientación sexual, y los desafíos mentales y físicos, colaboramos para crear estructuras alternativas que incluyan a todos y que se basen profundamente en las tradiciones de la justicia social dentro de nuestra iglesia.
- La rendición de cuentas
La rendición de cuentas es un sello distintivo de nuestro compromiso con el liderazgo circular. Somos corresponsables de vivir nuestra visión de un ministerio sacerdotal renovado en una comunidad de iguales. Estamos llamadas a estar abiertas al Espíritu según nuestro movimiento evolucione y crezca. Como modelos de empoderamiento, estamos unidas en la visión y la misión, y respetuosas de nuestras diferencias, y nos abrimos a continuar el debate y la oración en la actualización de esta responsabilidad.
- La colegialidad
Nuestra visión es la de vivir como una comunidad de iguales en la toma de decisiones como organización y dentro de todas nuestras comunidades de fe. Tomamos decisiones mediante el uso de un modelo circular que incluye el consenso y / o la votación democrática de todas las miembros. Rechazamos todas las formas de dominio y de control.
- La obediencia profética
Somos llamadas por el Espíritu a leer las señales de los tiempos y a responder en solidaridad con los movimientos de derechos humanos y de justicia de nuestro tiempo. Como discípulas de Jesús, nos encontramos en los márgenes con los marginados, en defensa de la justicia que surge en nuestra iglesia y en el mundo. Iluminadas por la tradición mística y profética, utilizamos los puntos de vista de las teologías evolucionista, feminista, de liberación, de mujeres y mujerista en nuestro desarrollo ministerial espiritual y profesional.
- La espiritualidad:
La espiritualidad es el núcleo de nuestro compromiso con el Santo. Estamos llamadas a ser mujeres y hombres de oración y de acción. Toda la vida es un sacramento, un signo de la presencia de Dios que refleja nuestra santidad como creadoras conjuntas de la comunidad de la vida. A través de la plena conciencia y del activismo comprometido, trabajamos por una iglesia y un mundo más justos, pacíficos e equitativos donde todos los seres prosperen juntos. Como miembros de la comunidad de los bautizados, estamos conscientes de que toda la Iglesia celebra los sacramentos. Presidimos en las liturgias sacramentales en comunidades inclusivas, empoderadas y equitativas, donde todos son convidados y bienvenidos a experimentar el amor extravagante de Dios.
- La compasión:
La compasión nos permite como sanadoras que entremos en la jornada de los demás en tiempos de sufrimiento, dolor y pérdida. En todas nuestras comunicaciones, nos esforzamos por lograr una comprensión profunda, y respondemos con la voluntad de escuchar, aprender, y amar y compartir la presencia fiel de Dios siempre con otros en sus luchas.
EN RESUMEN
La Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas (ARCWP por sus siglas en inglés) es una comunidad internacional dentro del movimiento internacional de mujeres sacerdotes católicas romanas. Como comunidad de discípulas iguales, nuestra vocación es ante todo seguir a Jesús el Cristo, nuestro modelo de la liberación, y crecer en unidad con todo lo que está en el corazón de Dios. Conscientes de nuestra profunda conexión unas con otras, y con la comunidad de la creación, nuestra misión es vivir la justicia y la inclusión del Evangelio mediante la ordenación de mujeres y hombres como iguales y como socios en la Iglesia Católica Romana.
Obispo belga propone a la Iglesia reconocer las relaciones entre personas del mismo sexo
28 Dic 2014 Deja un comentario
en Humanizar, Iglesia Catolica Romana, LTGBI
El prelado cuestiona el dogma según el cual la Iglesia sólo reconoce las relaciones entre las parejas formadas por un hombre y una mujer.
El obispo de Amberes, Johan Bonny, es partidario del reconocimiento por parte de la Iglesia católica de las relaciones homosexuales y bisexuales, según explica en una entrevista que publica este sábado el diario flamenco De Morgen.
«Debemos buscar en el seno de la Iglesia un reconocimiento formal de la relación que también está presente en numerosas parejas bisexuales y homosexuales. Al igual que en la sociedad existe una diversidad de marcos jurídicos para las parejas, debería también haber una diversidad de formas de reconocimiento en el seno de la Iglesia», ha señalado.
El obispo de Amberes es el probable sucesor del presidente de la Conferencia Episcopal belga, el arzobispo André-Joseph Léonard, quien tiene previsto retirarse en 2015.
El Papa ve «escandaloso» las listas de precios en las iglesias para recibir los sacramentos
28 Dic 2014 Deja un comentario
en Cristianismo, Iglesia Catolica Romana, Vaticano
El Papa considera «escandaloso» que haya lista de precios para recibir los sacramentos, al tiempo que clamado que las iglesias no deben ser jamás «lugar de negocios» porque la redención de Cristo «es gratuita».
Así lo ha manifestado durante la homilía de la misa que ha celebrado esta mañana en la Capilla de Casa Santa Marta. «Yo pienso en el escándalo que podemos dar a la gente con nuestra actitud, con nuestras costumbres no sacerdotales en el Templo: el escándalo del comercio, de la mundanidad —ha advertido—. ¡Cuántas veces vemos que entrando en la «Hay dos pecados imperdonables para un sacerdote: que maltrate a la gente y la avaricia económica», dice el PapaIglesia todavía hoy hay una lista de precios, para el bautismo, para la bendición para las intenciones de la Misa y el pueblo se escandaliza».
Francisco ha manifestado que hay dos pecados graves que la gente no perdona a un sacerdote: que maltrate a la gente y la avaricia económica. «Es curioso: el pueblo de Dios sabe perdonar a sus sacerdotes, cuando tienen una debilidad, cuando resbalan en un pecado, sabe perdonar. Pero hay dos cosas que el Pueblo de Dios no puede perdonar: un sacerdote pegado al dinero y un sacerdote que maltrata a la gente. No puede perdonarlo. Es un escándalo cuando el Templo de la casa de Dios se convierte en una casa de negocios», ha señalado en este sentido.
http://www.publico.es/internacional/papa-ve-escandaloso-listas-precios.html
CRONICA DE UN ENCUENTRO: Lectura Popular de la Biblia desde las Mujeres Saber que sabemos
28 Dic 2014 Deja un comentario
en Lectura Biblica, Mujeres y Genero
XIV Encuentro Nacional Ecuménico de
Mujeres, Pedagogías y Biblia
Buenos Aires, 27 y 28 de noviembre de 2010
MEMORIA
SÁBADO
El sábado 27 de noviembre desde muy temprano en la mañana fueron llegando desde diferentes lugares aquellas que nos dimos cita en un círculo de mujeres sabias.
“Saber que sabemos” es una expresión que invita a un reconocimiento mutuo, horizontal, circular, como portadoras de un saber propio y de un saber colectivo.
Es una expresión que también invita asaborear, a explorar, a indagar aquello que sabemos.
Es tambien una autoafirmación de una capacidad y un atributo que nos fueron negados por siglos y siglos.
Mujeres y sabiduria, mujeres y conocimiento, mujeres y ciencia, no siempre fueron binomios aceptados con facilidad para las instituciones hegemónicas, en las que se centralizó históricamente el poder político, el poder económico, el poder ideológico, el poder simbólico y cultural.
Saber que sabemos es, entonces, la proclamación de una autoridad que experimentamos, de una convicción que sostenemos, de una vivencia que nos habita. En definitiva, es el enunciado llano de una experiencia de poder. Y en tal medida, es un desafío que nos invita a reconocernos “sujetos de saber”.
El territorio en el que gestamos este encuentro
ISEDET es una casa ecuménica de estudios teológicos ubicada en uno de los barrios más populares de la ciudad de Buenos Aires. Amplia, luminosa y acogedora nos ofreció su Aula Magna para desarrollar nuestras actividades. Dicha Aula se halla en el subsuelo, por debajo de las aulas y espacios académicos por donde circula la cotidianidad del quehacer teológico. Y estar en el subsuelo era como haber descendido al vientre de este gran pez que navega por discursos sobre Dios, sobre la Vida, sobre la Biblia, sobre el sentido de la Mision y del Saber en este mundo.
Asi que descendimos y allí habitamos durante los días del encuentro. Y, como Jonás en el relato bíblico, en el silencio y en la penumbra, fuimos transformadas por nuestras propias provocaciones en forma de pregunta, de queja, de incertidumbre, de sospecha, de búsqueda y de sorpresa. Nuestros cuerpos se tornaron metáfora viva de tales despliegues. La Palabra liberada nos iba haciendo danzar, rodar, girar, caer, desmayar, saltar, contorsionar, estirar, replegar, abrazar, reir y llorar.
Saber que sabemos es un descenso a los “infiernos” donde ya no podemos negar las convicciones que tenemos y donde ya no podemos callar “lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos; lo que hemos mirado y nuestras manos han palpado acerca de la Palabra que es Vida” (1Jn 1,1) y Vida tambien para nosotras las Mujeres.
Nos dábamos cuenta, además, que estábamos literalmente siendo abrazadas por la tiernaPachamama que abría su vientre para recibirnos, acunarnos y hacernos nacer como mujeres sabias. Estabamos enterradas como la semilla, esperando nacer y estallar. Nuestro dialogos comunicaban mutuamente el ánimo de no abandonar el esfuerzo por ver la luz, por recuperar el fuego que necesitamos para vivir.
Releímos el antiguo cuento de “Vasalissa, la niña la sabia” buscando claves para no perder el rumbo en nuestra búsqueda. Las narrativas populares siempre contienen sabiduría y entran en dialogo con nuestros Textos Sagrados, los de la Vida y los de la Biblia. Asi que nuestra primera etapa se detuvo en el tramo de la lectura en la versión de Clarisa Pinkola Estes.
Fuente:
Lectura del cuento “Vassalissa, la niña sabia”
Nos dividimos en tres grupos tomando el criterio de las experiencias de vida segun las edades: las más jóvenes, las de mediana edad y las mayores.
La consigna fue: leer el cuento y profundizaruno o dos de los siguientes ejes.
- Primera tarea: Dejar morir a la madre demasiado buena
- Segunda tarea Dejar al descubierto los mecanismos, propios y del entorno, que nos esclavizan.
- Tercera tarea: Alimentar la intuición y dejarla actuar.
- Cuarta tarea: Recorrer el bosque aunque esté oscuro.
- Quinta tarea: El encuentro con la Sabia oscura
- Sexta tarea: Ordenar la casa del alma a partir de otras lógicas.
- Séptima tarea: La separación entre “esto y aquello”.
- Octava tarea: La indagación de los misterios, aprender a preguntar.
- Novena tarea: Volver a la práctica desde una experiencia de sabiduría
- Décima tarea: La modificación de las sombras negativas.
Producir un afiche grupal-sintesis y reservarlo para la tarde. Compartimos el almuerzo.
Sábado a la tarde
A las 15 hs nos reunimos nuevamente a partir de una vivencia desde la Biodanza
que colabore en la autoafirmación y el enraizamiento sobre nuestro propio ser (cuerpo y discuros)
Posteriormente focalizamos en el significado del lema SABER QUE SABEMOS y nuestro camino de 15 años de Lectura Popular de la Biblia con ojos de Mujeres. Explicitamos nuestra metodología de proponer itinerarios a través de diversas narrativas o textos sagrados: los de las culturas populares, los de la Biblia, los de nuestro propio cuerpo y sus relaciones, así como la autoridad del propio discurso.
El arte de narrar en nuestros encuentros de mujeres
Nuestros encuentros siempre inician con una mirada sobre nuestra vida cotidiana. La experiencia es el lugar donde trabajamos para interpretar lo que sucede y poder transformarlo. La vida de las mujeres y sus experiencias es el punto de partida infaltable para reflexionar sobre Pedagogías y saberes de mujeres.
A lo largo de nuestros encuentros hemos descubierto diversas mediaciones para evocar este tesoro de sabiduría que es la vida y la experiencia de cada mujer con su historia, sus búsquedas, sus esperanzas y utopías. La más importante de las mediaciones ha sido siempre atrevernos a confiar en que “la otra” es como “un espejo” en el que puedo verme y reconocerme en mis diferencias como su igual.
Una de las mediaciones que hemos privilegiado es la de encontrarnos, mirarnos cara a cara y compartir la vida. Atrevernos a mirarnos en el espejo de “la otra”. La vida de otra mujer, diferente, pero igual a mi, que se presenta ante cada una como un tejido que habla, con quien podemos cruzar e intercambiar miradas y nuestras visiones del mundo y de Dios.
Nos hacemos mujeres en-red-adas en historias y discursos
La construcción de nuestra identidad es siempre un proceso que hacemos entretejidas y en-redadas en historias de otras / os y en discursos compartidos.
Las narrativas y los discursos familiares y sociales que recibimos nos entregan una herencia culturalmente muy rica sembrada de ideas, símbolos, costumbres impregnados de códigos éticos acerca de lo que significa ser mujer, cómo construir el mundo, en qué creer, cómo amar y ser amadas, cómo relacionarnos con los demás y con Dios.
Cuando nos llega el turno de acoger y acompañar la vida nueva que nace en nosotras y alrededor nuestro lo hacemos transmitiendo y transformado esa herencia recibida contando nuevos relatos y experiencias. A este entretejido personal que hacemos con lo recibido del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que proyectamos para el futuro podemos darle el nombre de identidad narrativa.[1] . La conciencia de género arraiga en nuestra identidad cuando podemos integrarla a nuestra narrativa personal y entretejerla.
Nuestra identidad es una construcción dinámica que nunca acabamos. Tejemos y destejemos hasta dar con nuestro diseño personal en alianza con los diseños de las otras/os. Gracias a esto es que podemos transformarnos y transformar el mundo en que vivimos.
Los cuentos nos acompañan en nuestra vida
Como ya hemos hecho en otras oportunidades en nuestros encuentros de lectura popular de la Biblia desde las mujeres[2] nos gusta adentrarnos en la sabiduría arquetípica que nos aguarda en los antiguos relatos. Hemos aprendido a descubrir las huellas de esta sabiduría ancestral en textos del mundo de la Biblia y también en textos extra bíblicos como los cuentos tradicionales de las más diversas procedencias. Hemos aprendido a saborear emociones, alegrías y tristezas, preguntas, deseos profundos, las búsquedas y aprendizajes inconclusos y los riesgos que éstos traen a nuestra vida, las habilidades y destrezas que desarrollamos las mujeres en nuestros procesos de crecimiento. Confirmamos desde esta breve experiencia que “los cuentos son una medicina,”[3]
Además, hemos podido descubrir y reconocer que los cuentos tienen “instrucciones que nos guían en medio de las complejidades de la vida.”[4] Los cuentos están cargados de los más variados personajes que podemos encontrar a lo largo de nuestra vida. Sus tramas narrativas despliegan diversas relaciones de sentido, de encuentro y desencuentro, de poderes, de amor y desamor. A través de los cuentos nos vamos familiarizando con símbolos que nos ayudan a tratar de desentrañar estas relaciones y aprender a imaginar cómo posicionarnos personalmente cuando nos toque vivir situaciones similares. Gracias a los cuentos encontramos dimensiones de nuestra alma y del mundo en que vivimos a las que no llegaríamos por nosotras mismas. Los cuentos nos adelantan o anticipan los posibles caminos que tendremos que andar para llegar a ser mujeres.
Los cuentos nos transmiten una sabiduría ancestral para que podamos enfrentarnos a las dificultades que siempre estarán en nuestras vidas y que son inevitables.[5]
Sospechar, deconstruir y reconstruir desde la sabiduría arquetípica.
Además de este aspecto beneficioso que nos aportan los cuentos hay sin embargo otro aspecto que no queremos dejar pasar por alto ya que tiene graves consecuencias para la vida de las mujeres y varones. El hecho es que los cuentos forman parte de los imaginarios y discursos sociales a partir de los cuales construimos nuestra identidad de género las mujeres y los varones. Tal como explica una autora: “pareciera que los cuentos tradicionales tienen la estructura del sueño: personajes extraños, seres míticos, desenlaces inesperados, acciones irreales…Sin embargo, a diferencia de los sueños, los cuentos destinados a ser escuchados por la infancia están dotados de intencionalidad, quizá inconsciente para quienes los escribieron e inventaron: se caracterizan porque, sistemáticamente, describen a la mujer o la niña que los protagoniza como si fuera tonta: así se presenta a las princesas; o malísima, como las madrastras y las brujas. Las tontas o distraídas como Caperucita serán salvadas por un varón: el cazador; o las sirvientas, rescatadas de su miseria por un príncipe, como le sucedió a Cenicienta. Esta dimensión intencional diferencia los cuentos tradicionales de la estructura del sueño, que cumple otras funciones liberadoras para quienes duermen. Los cuentos, si bien crean el clima de ensoñación y concentración en los niños y niñas que escuchan, se sirven de él para incorporar ideas sexistas y discriminatorias mientras dura ese estado casi hipnótico que la escucha atenta del cuento produce. Estas narraciones son las que han propiciado y acompañado la subordinación del género mujer y han coadyuvado en la confusión respecto de los derechos de cada uno y de cada una. También contribuyeron a prejuiciarse acerca de lo que se consideran características femeninas y masculinas, que son resultado de las prácticas culturales de la historia, de los avatares psicológicos, y no son inamovibles, esenciales o inmodificables.”[6]
La narración de cuentos forma parte de los discursos a través de los cuales los niños y las niñas aprenden a insertarse en el ambiente y la cultura donde nacen. Esta antigua práctica social de contar cuentos hace que las personas adultas tejan con los niños y niñas una red de acuerdos acerca de cómo deben comportarse, qué está permitido y que no. A través de los cuentos aprendemos a establecer los primeros pactos que nos guiarán a lo largo de la vida y serán como señales invisibles que orienten los pactos sociales y políticos que gobiernen nuestra sociedad. Detenernos a mirar de cerca algunos cuentos y destejerlos (deconstruirlos) puede ser una práctica que nos permita re-escribir relatos y discursos nuevos para una nueva red de relaciones entre mujeres, entre varones y entre mujeres y varones.
[1] Ricoeur P., La vida en busca de un narrador…
[2] Por ejemplo: La vendedora de fósforos trabajado en el LPB_M-2002; Las mil y una noches: Sherezade y Vasalisa la Sabia trabajados en el LPB_M- 2003
[3] Pinkola Estés Clarisa, Mujeres que corren con los lobos, Ediciones B – Grupo Zeta, Buenos Aires, 2001, p.24.
[4] idem p.24.
[5] Bettelehm Bruno, Psicoanálisis de los cuentos de Hadas, Editorial Crítica, Grupo editorial Grijalbo, Barcelona, , pp.14-15.
[6] Giberti Eva, en La otra y yo, p. 16-17.
A continuación retomamos la producción de los grupos.
Resumen de las producciones:
*La sabidura esta en mí misma.
*Tiene que haber una decisión – esto es conspirativo del patriarcado- de buscarla- el patriarcado nos ha alejado de nuestra propia sabiduría y de la sabiduría de otras. Es un trabajo clandestino-
*Saber que sabemos opera sobre la propia Identidad enfrentándonos a la pregunta sobre ¿quién soy? ¿quién quiero ser? y ¿quién no quiero ser?
A las 16,30 recibimos a la Dra.Diana Maffiacon su aporte “La cuestión del conocimiento y su relación con las experiencias y las prácticas de las mujeres”.
Las preguntas que hicimos y que que motivaron su aporte fueron:
- ¿Cómo construir un conocimiento que nos empodere
como Mujeres?
- ¿Cómo interpretar las experiencias a partir de una mirada feminista?
- ¿Cómo recuperar la historia y los procesos de estos 10 últimos años para visibilizar la sabiduría de nuestras prácticas populares?
- ¿Cómo explicitar nuestras pedagogías y/o epistemologías?
19 00 hs. Con las claves de Diana trabajaríamos sobre la memoria de los últimos 10 años, es decir tomando como hito la crisis que vivio nuestro pueblo en diciembre del 2001.
Durante la noche nos dedicamos un tiempo de meditación personal mientras nos tomamos la tarea de confeccionar nuestra propia muñeca, que representa la voz interior de nuestra sabiduría. La consigna fue conectarnos con nuestros ciclos de vida-muerte-vida. El Laberinto de Chartres, ya conocido en otros encuentros, sirvió de ícono para representar nuestros recorridos y senderos de mujeres atravesados a lo largo de estos años.
La tarea consisitió en aplicarnos a una interpretación
de nuestros ciclos vitales de mujeres
como una Pedagogía de la Autonomía
según las categorías del gran pedagogo brasileño Paulo Freire
desde la Educación Popular.
Descubrimos que los procesos que atravesamos casi nunca son lineales, de ahí los círculos y espirales. Vivimos diferentes procesos, ritmos, profundidades o conciencias de género en las diferentes dimensiones de nuestra vida. La claridad casi nunca es total. De ahí la necesidad de acompañarnos con ternura creando alianzas y redes.
DOMINGO
Durante la mañana hicimos un repaso por nuestra pedagogia de lectura bíblica feminista. Repasamos las principales claves de hermenéutica feminista que nos ayudaron en estos años a recorrer senderos teologicos y místicos de mujeres. En tantas narrativas bíblicas leídas, compartidas e interpretadas a la luz de nuestra vida, hicimos un entrecruce con las pedagogías de otros muchos grupos de Mujeres que tambien recorren senderos de liberación y construcción de justicia y vida plena para todos y todas.
A partir de la figura de Maria Magdalena y del relato del encuentro con Jesus resucitado compartimos la interpretación motivadas por la escultura Alejandro Santana que se encuentra en la localidad patagónica de Junín de los Andes
Juan 20,11-18
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro.
Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados una a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”.
María respondió: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”.
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”.
Ella, pensando que era el
cuidador de la huerta, le respondió: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Jesús le dijo: “María!”.
Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “Raboní!”, es decir, “Maestro mío!”.
Jesús le dijo: “No me retengas, porque todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: “Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes””.
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos
que había visto al Señor
y que él le había dicho esas palabras.
Ni tres, ni reyes, ni magos
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en Humanizar, Para reflexionar
Aquellos misteriosos personajes orientales, superando todas las diferencias culturales y demás dificultades, se pusieron de acuerdo para localizar a Jesús.
CONCIENCIA AUTOR Antonio Cruz 27 DE DICIEMBRE DE 2014 23:48 h
El relato evangélico no especifica que los reyes magos fueran tres. Mateo sólo escribe “unos magos”, con lo cual deja abierta la puerta a la especulación. Tampoco que fuesen reyes o que se dedicasen a hacer magia, en el sentido moderno del término que supone sacar conejos de una chistera. Su número se dedujo sobre todo de los presentes que ofrecieron -oro, incienso y mirra- pero esto no resulta del todo concluyente para determinar cuántos eran en realidad. De manera que los populares personajes, Melchor, Gaspar y Baltasar, que reaparecen en España escalando balcones la fría noche del cinco de enero, son pura invención del folklore posterior. Una tradición -eso sí- que produce felicidad a los niños y a todos aquellos que subsisten a expensas del consumismo exacerbado que caracteriza nuestra sociedad. Es curioso comprobar cómo el ser humano disfruta haciendo conjeturas indemostrables. Trescientos años después de Cristo, la cantidad de los magos que adoraron a Jesús variaba sin parar. Algunos afirmaban que sólo habían sido dos. En los frescos rudimentarios de las catacumbas de Roma, durante el siglo IV d.C., aparecen unas veces cuatro magos y otras hasta seis. La Iglesia siria y armenia creía que lo lógico es que hubieran sido doce ya que ese era un número singular en las Escrituras: el de las tribus de Israel y también el de los apóstoles. Sin embargo, los coptos de Egipto estaban convencidos de que debieron ser sesenta los magos de Oriente que se pusieron de acuerdo para buscar al rey de los judíos. Ante semejante progresión aritmética de magos, tuvo que intervenir Orígenes en la primera mitad del siglo tercero para centrar las cosas y determinar que lo más sensato era quedarse sólo con tres, en base a los tres regalos mencionados en el evangelio de Mateo. Los nombres propios de estos tres personajes aparecieron por primera vez en un mosaico bizantino del siglo VI d.C. localizado en la ciudad italiana de Rávena. No se sabe quién se los inventó pero, desde luego, Baltasar, Melchor y Gaspar no aparecen en la Biblia. Algunos dicen que quizás Baltasar podría ser una europeización de Belsasar, el último rey del imperio babilónico. Pero lo cierto es que la etimología de tales nombres no está clara. Tradiciones posteriores afirman que se convirtieron en discípulos de Tomás; que se hicieron obispos y murieron como mártires; que sus reliquias fueron llevadas a la ciudad alemana de Colonia, donde aún hoy se conservarían en un relicario bizantino de la catedral. En fin, leyenda sobre leyenda para construir un castillo de naipes sin fundamento alguno. Por supuesto, tampoco fueron reyes. A alguien se le debió ocurrir que las connotaciones paganas de unos magos que venían del Oriente dejaban mucho que desear. ¡Cómo pretendían unos gentiles agoreros adorar al Niño! Tertuliano, en el siglo III y basándose en una tradición anterior, fue el primero en decir que se trataba de reyes sabios. Esta denominación les proporcionaba mayor prestigio, al mismo tiempo que les alejaba del denostado mundo de la magia y la adivinación. Sin embargo, el evangelio emplea expresamente al término “magos”. ¿Quiénes eran tales magos en realidad? Muy probablemente se trataba de “sacerdotes” pertenecientes a las tradiciones religiosas de origen medo-persa. Eran profesantes del zoroastrismo cuyo oficio se podría comparar al de los levitas en Israel. Se dedicaban al culto, a los ritos de esa religión y a la astrología. Actuaban de mediadores entre la divinidad y los seres humanos. Hay una cita en el Antiguo Testamento que se refiere expresamente a estos magos que vivían en el reino babilónico de Belsasar. Fueron contemporáneos de Daniel y también aspiraban a interpretar sueños y presagios. Sin embargo, el poder de sus predicciones resultó inferior al que Dios le concedió a Daniel. Tuvo que ser la propia reina quien advirtiera al rey: “En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos” (Dn. 5:11). Resulta pues que el propio Daniel, el cuarto de los profetas mayores de Israel, llegó a ser jefe de los magos o sacerdotes del rey Nabucodonosor. Estos magos solía vestir de blanco y portaban en la cabeza un gran turbante que les cubría también las mejillas. Adoraban a los cuatro elementos fundamentales: aire, tierra, agua y fuego. Hoy diríamos que eran unos ecologistas radicales ya que se oponían a toda forma de contaminación de dichos elementos físicos. Según cuenta el historiador griego Heródoto, los cadáveres no se quemaban para no contaminar el aire; tampoco se enterraban para no contaminar la tierra; no se podían arrojar al mar ni quedar expuestos al aire por la misma razón. Lo que se hacía con ellos era ofrecerlos a las alimañas sobre las llamadas “torres del silencio”. No es extraño pues que, como consecuencia de la proximidad geográfica, estos sacerdotes hubieran oído hablar acerca de la esperanza de un Mesías libertador que restauraría al pueblo hebreo. El judaísmo era una religión bien conocida en todo Oriente, así como su anhelo tradicional de un soberano que habría de reinar sobre todo el mundo. Por lo tanto, es comprensible que semejante conocimiento, unido a la señal astronómica descubierta en el firmamento, fuera lo que movilizara a estos astrólogos paganos en su viaje a Jerusalén.
La conclusión evangélica de tal historia es que aquellos misteriosos personajes orientales, superando todas las diferencias culturales y demás dificultades, se pusieron de acuerdo para localizar a Jesús. Encontraron la casa, vieron al niño junto a su madre María, se postraron, lo adoraron y le ofrecieron sus presentes. De la misma manera hoy, más de dos mil años después, todavía existen criaturas que acuden a los pies de Cristo, lo descubren por primera vez en su vida y deciden adorarlo eternamente. Postrarse para siempre ante su persona. Inclinar la vida entera y consagrarla en señal de amor, aceptación y respeto. Esta es la verdadera adoración que no cesará jamás. Toda la vida del cristiano está llamada a ser como un continuo acto de adoración que no terminará con la muerte. Se trata de algo para la eternidad, pues tiene al Creador del tiempo como su objeto fundamental. De manera que no debemos dejar de adorar a Dios, a través de nuestra existencia cotidiana, porque es así como él nos perfecciona. Es probable que, después de todo, los Tres Reyes Magos ni fueran tres, ni reyes, ni tampoco practicasen la magia. Sin embargo, acertaron al descubrir lo más maravilloso y real que el ser humano puede llegar a conocer de manera personal: a Jesucristo, el Hijo del Altísimo.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/34835/ni_tres_ni_reyes_ni_magos
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