COLOMBIA: Denuncian a taxista por discriminar a líder de la comunidad Afro


diciembre 30, 2014 5:11 pm

BOGOTA-TAXISSe trata de la excandidata a la Cámara de Representantes por las negritudes, Teresa Mosquera, quien denunció este martes un episodio de maltrato verbal por parte de un taxista de Bogotá que le hizo una carrera, a ella y a su hija, hasta el aeropuerto ElDorado.

Mosquera denunció ante la Fiscalía General una presunta agresión verbal junto a actos de discriminación, que sufrió por parte de un taxista en Bogotá el pasado 23 de diciembre tras abordar el vehículo desde la calle 116 con carrera 11 hacia el puente Aéreo Eldorado.

“El señor taxista desvió el vehículo para tanquear con gas y luego al llegar la puente aéreo el señor me pasa la factura por 25 mil pesos. Lo único que le dije al señor fue que el taxímetro estaba marcando otro valor y que se había descontado los 15 o 20 minutos que él había ocupado en su propia diligencia”, dijo Mosquera.

La líder afro señaló que tras hacerle el reclamo al conductor por el precio del servicio, “el taxista agarró una serie de insultos como «estos negros hp, siempre quieren pagar lo que se les da la gana, pa’ todo piden rebaja».

Mosquera pagó la carrera con un billete de 50 mil pesos, mientras ella búscaba apoyo de las autoridades pero el taxista huyó del lugar de inmediato, no obstante, la mujer alcanzó a tomar las placas del automotor.

“Yo estaba con la niña y me dio mucho miedo así que le di un billete de 50.000 y cuando le avisé a un policía, salió pitado del aeropuerto. Es un acto claro de discriminación y gracias a Dios no quise reaccionar porque seguro ese señor me hubiera atacado físicamente”, manifestó Mosquera.

Mosquera se dirigió al bunker de la Fiscalía a instaurar la denuncia por las agresiones, sino por un acto de discriminación del taxista, el cual pertenecería a la empresa Taxi Express, quienes le aseguraron que iban a investigar el caso.

 

http://www.radiosantafe.com/2014/12/30/denuncian-a-taxista-por-discriminar-a-lider-de-la-comunidad-afro/

EE.UU. Obispa de Maryland atropella fatalmente a ciclista y huye


El obispo de la diócesis dijo que Suffragan Heather Cook huyó del accidente pero regresó 20 minutos después «para asumir la responsabilidad de sus acciones».

Flores y mensajes se muestran en la escena del choque fatal entre un coche y un ciclista a lo largo de una calle residencial de Baltimore con un carril para bicicletas, este lunes 29 de diciembre del 2014.

Foto: AP

La primera obispa en la historia de la Iglesia episcopal de Maryland atropelló fatalmente a un ciclista y huyó del lugar del accidente en Baltimore, informó esa iglesia.

Sharon Tillman, portavoz de la diócesis, confirmó este lunes que la obispa Suffragan Heather Cook fue la conductora que el sábado por la tarde atropelló a Tom Palermo, de 41 años, causándole la muerte.

Este lunes había un monumento improvisado junto a la vía en que Palermo fue atropellado. La vía tiene una ciclovía.

Ni Cook ni su abogado, David Irwin, respondieron a correos electrónicos y llamadas en busca de declaraciones.

En un correo electrónico enviado este lunes, Eugene Sutton, obispo de la diócesis, dijo a los miembros del claro que Cook huyó del accidente pero que regresó 20 minutos después «para asumir la responsabilidad de sus acciones».

Agregó que Cook ha sido colocada en licencia administrativa.

No está claro si Cook enfrentará cargos.

http://noticias.terra.com.co/mundo/eeuu/obispa-de-maryland-atropella-fatalmente-a-ciclista-y-huye,decbe7e64c69a410VgnVCM20000099cceb0aRCRD.html

Fotos con pobres


Creado el por Darío Mollá Llácer

zapatos_8841_mDarío MolláEste “post” responde a y expone los sentimientos que me ha producido el uso y abuso de unas fotografías de una alta jerarquía de la Iglesia española visitando un miserable poblado de la periferia de Madrid. No es una crítica al hecho mismo de esa visita, ni, menos aún, una crítica o juicio de la persona protagonista de la misma, a la que aprecio, y que, de algún modo, también es “víctima” del uso y abuso de unas fotos que probablemente se han publicado sin pedir su consentimiento.

Me duele que las citadas fotos se usen y abusen para destacar la “excepcionalidad” de la cercanía del pastor de la Iglesia con los más pobres de su diócesis. Me consuela, sin embargo, y mucho, saber, e incluso haber visto con mis propios ojos, que en muchos lugares de este mundo, tan miserables o más que éste (el guasmo de Guayaquil, u “hospitales” perdidos en el interior de algún país africano, por ejemplo…) miles de cristianos y cristianas, y también pastores de la Iglesia, se dejan día a día la vida, sin una sola foto.

Me indigna que las citadas fotos se usen y abusen porque me indigna que sigamos sin entender que los pobres tienen la misma dignidad (es decir, los mismos derechos) que todos nosotros. Y entre ellos, uno del que nosotros somos muy celosos: el derecho a la intimidad. Porque alguna de esas fotos no son en la calle ni en lugar público, sino en espacios muy íntimos de su vida. ¿Es que los niños de estas fotos no tienen el mismo derecho a que se difumine su rostro que los niños de otros barrios de la ciudad? ¿Es que nosotros consentimos la publicación de nuestros mismos espacios íntimos?

No me sorprende, por desgracia, la superficialidad de los titulares: “se embarra del barro que pisan los pobres”. Eso es tan superficial como ese barro en los zapatos que alguien (¿quién?) limpiará y quedarán como “nuevos”, como si nunca hubieran pisado barro…

Me permitiréis un recuerdo personal. En Roma, en 1995, durante la Congregación General de los jesuitas, un compañero indio caminaba siempre, en casa y por la calle, con los pies desnudos y descalzos. El día que Juan Pablo II nos recibió en el Vaticano nos obligaron a ir con traje clerical: éste compañero se lo puso, pero ni cubrió ni calzó sus pies. En la impresionante Sala Clementina del Vaticano entró y pisó con sus pies desnudos y descalzos. Yo me pregunté si por vez primera en la historia sucedía eso: alguien con sus pies desnudos y descalzos en esa sala. Y me pregunté también si ello era una “profanación” o, simplemente, una “falta de respeto”… Me respondí que no, que ésa era (como dice San Ignacio) la gracia a pedir: aspirar a caminar por la vida con los pies desnudos y descalzos para sentir el frío y la dureza del camino por el que día a día transitan, con dolor, millones de personas.

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Imagen extraída de: RCMultimedios

RESISTIRÉ: LEON MONTOYA N


 

Sin que esa voz logre perturbarme.

Que en este griterío no encuentre razones de temor

ni distracción para mi vocación perenne de alegría.

De entre las zarzas escogeré las flores perfumadas

para el diario ramo que a la vida ofrezca.

Danzaré entre la multitud que vocifera.

Sordo seré a los tambores de la guerra.

Lucharé sólo en contra de mis eternas perseguidoras:

Las pasiones.

Las que me incitan a odiar,

no en contra de las que en el amor me regodean,

con oleadas de voluptuosidad y de deleitación urgentes.

Qué importa que me transforme yo en alienado

Y que me llamen loco, perturbado…

Seré un peligro para la sociedad consciente.

Un peligro porque me puedan imitar

Más no por que pueda o les quiera yo atacar.

Danzaré en medio de la multitud que corea y palmotea:

Baila loco, baila, baila…

Y bailando construiré mi cielo.

 

León M.N. Dic. 30 de 2014

 

Remitido al e-mail

JESÚS NO ES UN APÁTRIDA


Escrito por 

Quien a mí me hace Dios,
la santa voluntad de Dios traiciona (Goethe)

4 de enero, domingo II después de Navidad

Jn 1, 1-18.

La Palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros.

La Liturgia acaba de inaugurar el añonuevo con la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. En Gálatas 4, 4, Pablo nos recuerda que «Dios envió a su hijo, nacido de mujer». Theotokos –la Deípara- es el título que el Concilio de Éfeso (431) dio María en referenia a su maternidad divina. Un grave error teológico, que habría que corregir borrándola del calendario.

Casaldáliga nos dice de ella que el Verbo se hace carne en el vientre de su fe, y entonces sí podemos considerar que en su seno se engendra algo divino. Su mejor título, como el de toda mujer madre sin duda, el de haber dado a luz un ser humano. Todo lo demás, tinieblas de misterio.

Si Juan Evangelista hubiera conocido al toledano Rafael Morales (1918-2005), posiblemente nos hubiera puntualizado su «se hizo hombre» apostillándolo con esta estrofa de un Soneto alJesús consustanciado por elementos terrenales en el vientre de su madre. De los mismos que hemos sido hechos el resto de los mortales:

El alba tomó cuerpo en tu figura,
el aire se hizo carne, los rosales
para crear tu piel silente y pura.

Y entonces, como dioses que somos, habremos nacido en nuestra paria, no en el exilio, como reza la novela del rumano Vintila Horia. Una tierra de esperanza que se abre a un horizonte de perspectivas infinitas. Aquí ninguna criatura es apátrida. Todas son terrenales. Sólo las celestiales, si existieran, pudieran considerarse como extrañas.

Quiero ser como él, hombre y sólo hombre, sin ribetes divinos. Pues considero con Goethe que

Quien a mí me hace Dios,
la santa voluntad de Dios traiciona.

De todas las nominaciones de Dios, la más notable y sustanciosa es la de Palabra. Sólo ella se hizo encarnación en las entrañas de María. Siento la mía Dios por endiosarse en carne. Por hacerse hijo de él e hijo de María.

Permite Madre que repose mi cabeza en tu seno, y sienta dentro de él lo que con tanta claridad perennemente siento fuera. A Jesús, con el que siempre me encuentro en todas partes cuando recorro todos los caminos de la vida. Déjame que escuche el amor expresado en sus latidos. Quiero sintonizar con ellos y luego hacer que suenen en el bosque del Universo entero los suyos, los tuyos –y por qué no-, los míos.

En su primera intervención navideña, el rey Felipe VI pronuncia un discurso cuyas constreñidas fronteras peninsulares me permito transpasar y elevar algunos de sus contenidos a tono universal. Cualquier religión podría hacerlos suyos y reconocer como propia la resonancia espiritual que los impregna: «Es evidente –ha dicho- que todos nos necesitamos. Formamos parte de un tronco común del que somos complementarios los unos de los otros pero imprescindibles para el progreso de cada uno en particular y de todos en conjunto.

¿No es ésta, acaso, ecuménica música de Evangelio dirigida a todos los que quieren escucharla? ¿O quizás a ninguno?

 

QUIEN ME HACE DIOS, A DIOS TRAICIONA

¿Un Dios aquí en la Tierra?
Lo dijeron los hombres
y huyeron las montañas y los bosques.
Las aves emprendieron fugaz vuelo
y este Globo quedó yermo de vida
poblado de desiertos.

La propia raza humana en desvarío,
lo reencarnó en uno de los suyos,
y todos menos él se lo creyeron.

Un Dios aquí en la Tierra: ¡qué locura!

La vida andaba triste en aquel tiempo
buscando por el mundo cementerios.

-«¡Un Dios humano!» lamentaba.

…………………………….

Regresaron las aves.
Los bosques y montañas repoblaron
de vida los desiertos
cuando Jesús pensando en el silencio,
como de él cantó Goethe,
alzó la voz y dijo:

-«Quien a mí me hace Dios,
la santa voluntad de Dios traiciona».

(SOLILOQUIOS, Edicciones Feadulta)

 

Vicente Martínez

http://feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/5780-jesus-no-es-un-apatrida.html

04 Enero/15 ¿Se ha terminado la Navidad realmente? MENSAJES PARA NIÑAS/OS


Mensajes para niños
Sermón de la semana
2do domingo después de Navidad, Año B
04 de enero 2015
Sermón de la semana
Título:

Tema: El regalo de Navidad verdadero es el Hijo de Dios. 2do domingo después de Navidad

Objeto: Una bolsa de papel lleno de papeles para envolver y cajas vacías.

Escritura: «Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios» (Juan 1:12-13-NVI).

Hoy es el segundo domingo después de Navidad. Ha pasado tan sólo un poco más de una semana desde que estábamos celebrando, abriendo regalos y comiendo una cena grandiosa de Navidad. ¿Qué es lo que queda después de la celebración de Navidad? Una bolsa llena de papeles de envolver y cajas vacías. El árbol de Navidad y todas las decoraciones se han quitado y guardado para ser usadas el siguiente año. La Navidad terminó y nuestras vidas han regresado a la normalidad. Es hora de los adultos regresar al trabajo y de los niños regresar a la escuela. Sí, la Navidad ha terminado, por lo menos por este año.

¡Espera! ¿Realmente se ha terminado? ¿Es la Navidad esto nada más? ¿Es sólo un tiempo para fiestas, dar regalos a amigos y familia, y un período breve de «Paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres»? De seguro que es más que esto.

Nuestras lecturas bíblicas de hoy revelan el verdadero significado de la Navidad. La Biblia dice: «Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros». El «Verbo» de que la Biblia está hablando es Jesús. Él vino, lleno de un amor constante y hemos visto su gloria. Hemos visto la gloria de unigénito Hijo de Dios.

¿Qué recibiste para Navidad? De seguro recibiste algunos juguetes y ropa, pero el regalo más importante recibido por cualquiera de nosotros fue Jesús, quien vino a la tierra como regalo de Dios. Para aquellos que le reciban y crean en su nombre, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.

Jesús vino al mundo, pero muchos no le reconocieron. Para aquellos que no conocen al Salvador, la Navidad se terminó. Pero para aquellos de nosotros que hemos recibido el regalo del Padre, la Navidad continúa a través de todo el año.

Padre celestial, te damos gracias por tu amor y por el regalo de tu Hijo, ya que a través de ese regalo es que llegamos a ser tus hijos. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

Páginas para colorear y actividades

 

(Imprima la primera página y luego insértela en la impresora para imprimir el otro lado.  Doble el boletín por la mitad y tendrá un boletín de cuatro páginas para los niños.)

 

Enlaces a los sermones
Impresión amistosa:  «¿Se ha terminado la Navidad realmente?»

 

Otro sermón basado en Juan 1:10-18: «El regalo que sigue dándose»

 

Tenemos materiales para ayudarle con los niños

Tenemos un CD conteniendo estos materiales:

Tres años de sermones de Sermons4Kids
Páginas para colorear del Antiguo y Nuevo Testamento
Una serie de páginas para colorear de Graham Kennedy
Lecciones: La vida de Cristo de cada uno de los cuatro Evangelios
Canciones para la Escuela Bíblica de Niños
Catorce presentaciones de PowerPoint
Un año de lecciones del Antiguo Testamento (de Mission Arlington)

Para imprimir una forma para ordenarlo haga clic aquí. (Es gratis)

Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Derechos de autor Sermons4Kids, Inc.
Todos los derechos reservados.

ARCWP: Ordenación Histórico en Kansas City de la primera Católica Romana Mujer Sacerdote: Georgia Walker


Martes, 30 de diciembre 2014
Asociación de Mujeres Sacerdotes católicos romanos

A las 2p.m. 03 de enero/15 , Iglesia San Marcos Esperanza y la Iglesia Luterana Paz, Kansas City, MO

ver:
http://www.kansascity.com/news/local/article4986519.html

Contacto: Janice Sevre-Duszynska, D. Min. (Media)
rhythmsofthedance1@gmail.com 859.684.4247

Obispo Bridget María Meehan, sofiabmm@aol.com
703.505.0004

Georgia Walker, gkwalker@juno.com 816.572.3453

http://www.arcwp.org
bridgetmarys.blogspot.com
Al igual que Francisco, la Asociación de Mujeres Sacerdotes católicos romanos está pidiendo una renovación radical de la Iglesia Católica para seguir el corazón de Jesús en los Evangelios – que estaba allí en los márgenes con los marginados, incluidas las mujeres.

ver:
http://ncronline.org/news/vatican/pope-issues-scathing-critique-vatican-bureaucracy-pre-christmas-meeting

Georgia Walker será ordenada sacerdote a las 2 pm el 3 de enero en San Marcos La esperanza y la Iglesia Luterana Paz, 3800 Troost Avenue, Midtown Kansas City. Todos son bienvenidos.

Al igual que Francisco, estamos llevando a la iglesia en una nueva jornada de la igualdad y la inclusión Evangelio: un discipulado radical de iguales, donde toda la comunidad de los bautizados celebramos el sacramento y vivimos la llamada a ser testigos del Evangelio compasión y la justicia.

Invitamos a Francisco para leer el documento de posición de Georgia Walker sobre la ordenación de mujeres, que incluye los pensamientos de nuestra comunidad ARCWP:

1. ¿Cuál es la razón por la que las mujeres están buscando ordenación pesar de la amenaza de excomunión?

El llamado del Espíritu es fuerte y estamos respondiendo «Sí.»

El nuestro es un testimonio profético de la justicia. Dios es un Dios de justicia.

Estamos eligiendo no continuar en nuestra propia opresión al negar nuestra llamada.

Juana de Arco fue declarado hereje, quemado en la hoguera, y más tarde declarado santo por la iglesia. El Papa Benedicto canonizó a dos monjas anteriormente excomulgados, Madre Theodore Guerin de los Estados Unidos y de la Madre Mary MacKillop de Australia. Por lo tanto, se podría decir que la excomunión se ha convertido en una nueva vía rápida para la canonización!

El tratamiento de la mujer en la Iglesia Católica Romana influye directamente en el tratamiento de las mujeres en todas partes. Al responder a la llamada de Dios a la ordenación, incluso cuando la Iglesia tiene una ley contra la mujer de ser ordenado, estamos potenciando a las mujeres de todo el mundo a seguir su conciencia por decir la verdad al poder y actuar sobre ella.

Nos encanta la iglesia, estamos dedicados a servir al pueblo de Dios, y que presidirá sacramentos dentro de las comunidades inclusivas.

Jesús nunca ordenó a nadie pero viajaba con hombres y mujeres que escucharon con atención a su mensaje que da vida. Estos hombres y mujeres fueron a las ciudades, pueblos y aldeas para llevar el mensaje del Evangelio a todos los que quieran escucharlo, y la historia continúa hasta nuestros días. Somos de la línea de los portadores del Evangelio, y como mujeres ordenadas somos parte de una larga historia de hombres y mujeres que estaban ordenados para el ministerio en la Iglesia primitiva. Animamos a nuestros líderes de la iglesia para leer los teólogos del siglo 21 y abrir la puerta al diálogo para un nuevo modelo de iglesia.

Cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas, este paso en el sacerdocio ordenado fue nuestra respuesta a la amante de Dios que nos ha sido señas en relación cada vez más y más profundo.

Cuando nos dimos cuenta de que algunos amigos cercanos estaban reconociendo nuestra vocación sacerdotal, también nos dimos cuenta de que este movimiento mujer sacerdote en este momento particular de la historia fue tallada especialmente para nosotros. El llamado para nosotros era doble: la parte sacerdotal y la parte de justicia.

No aceptamos la legitimidad de la excomunión de mujeres sacerdotes. Dios no practica el arte del patriarcado.

¿Por qué la jerarquía de excomulgar a los sacerdotes que están siguiendo su llamada de Dios al sacerdocio, mientras que la jerarquía no excomulgar obispos que protegen a los sacerdotes pedófilos o sacerdotes que son pedófilos?

2. ¿Cuáles serían los beneficios para la Iglesia (pueblo de Dios) es si la jerarquía aceptó la ordenación de mujeres?

Queremos sacar a luz y llevar adelante nuestro modelo de sacerdocio: las comunidades no clérigos, incluido el que todos serán bienvenidos y todo será co-iguales en su participación en la liturgia, el servicio y la gobernabilidad.

Liturgias Incluido con imágenes femeninas, así como masculinas de Dios (que es más allá del género) apoyarían imágenes de sí mismos para niñas y mujeres como un ser creado a imagen de Dios, fortaleciendo así sus mentes y almas. Los beneficios para las almas y las mentes de los hombres sería que estarían más en contacto con su propio femenino y se inclina a ser más cooperativa y menos inclinadas a la arrogancia, la competencia y la violencia.

Las mujeres en la mesa de imágenes de la imago Dei en nuestros cuerpos sagrados fortalecería las imágenes de las mujeres sobre sí mismas como procedentes del Divino y tal vez disminuir el femicidio y el asesinato y la violencia hacia las niñas y las mujeres. Tal vez al ver mujeres en la mesa sería ayudar a los hombres a reforzar su respeto por las mujeres y nuestros cuerpos sagrados.

El pueblo de Dios necesita oír los Evangelios interpretarse de nuestro (de las mujeres) vivir y morir. Los Evangelios están cimentados en la justicia social. Los hombres y otras mujeres necesitan escuchar nuestras historias de cómo se cura la justicia de decisiones y cómo la injusticia causa sufrimiento. Voces de mujeres necesitan ser escuchados en nuestras familias, comunidades locales y nuestra comunidad mundial.

Nosotros, como las mujeres sacerdotes que desee llevar una nueva vida a una Iglesia morir por lo que es un lugar donde la diversidad es bienvenida y todas las personas tienen la misma voz.

Hay una conexión entre la opresión de la mujer en la religión y la violencia infligidos a las mujeres (y sus hijos de todas las edades) en el mundo. Debemos ver las conexiones entre el sexismo, el racismo, el militarismo, el nacionalismo y el capitalismo.

Dios no practica el patriarcado. Jesús nos enseña la liberación del patrón de dominación / subordinación en cualquier relación. Hemos de potenciar entre sí en relaciones saludables.

La Iglesia podría aliviar sacerdotes masculinos de su sobrecarga de servicio a los feligreses para que no tenga que servir a múltiples parroquias simultáneamente.

Parroquias locales Menos tendrían que cerrar cuando los sacerdotes y diáconos femeninos podrían compartir el servicio.

Sacramentos podrían ponerse a disposición de más personas sobre una base más regular en prisiones, hospitales, hogares de ancianos y otras situaciones de vida en grupo.

Tal vez muchos de los 33 millones de ex-católicos en los Estados Unidos volvería a una Iglesia más inclusiva y co-igual que empodera y libera al pueblo de Dios.

Es el momento de abrir todas las ventanas!

3. ¿Qué es lo que tiene la jerarquía (de la Iglesia) que molesta a las mujeres?

Las mujeres han estado cuidando a la gente en sus familias, en la sociedad y en su parroquia sin la debida igualdad en el poder (decir-tan) y los salarios.

Estamos entristecidos y escandalizados por las doctrinas y enseñanzas que oprimen, excluyen y disminuyen la vida de nadie. Estamos avergonzados de una Iglesia que no da la bienvenida a las mujeres, LGBT, divorciadas o cualquier otra persona que viva la vida con dignidad y amor. No encontramos a Jesús en esas exclusiones.

Cuando se rechaza el sacerdocio de las mujeres, la Iglesia sugiere que nuestro Dios no quiere que lo estamos deseando dar, deformación de esta manera la imagen de Dios para todos los que aceptan que la enseñanza, de una forma particularmente perniciosa.

No podemos creer que se trata de mujeres sacerdotes que deben conciliarse con la Iglesia, sino que es jerarcas que necesitan reconciliarse con el pueblo de Dios (la Iglesia).

Estamos avergonzados por las colectividades de los hombres que se reúnen a puerta cerrada y desarrollar posiciones y edictos que tienen efectos devastadores en la vida de mujeres, niños y familias sin tener mujeres presentes para representar a su experiencia.
Nosotros, como las mujeres sacerdotes que desee llevar una nueva vida a una Iglesia morir por lo que es un lugar donde la diversidad es bienvenida y todas las personas tienen la misma voz.

El Vaticano invadido por una peste de traición


Posted: 30 Dec 2014 02:50 AM PST

 

Müller, Caffarra, De Paolis, Brandmüller y Burke

Según los Evangelios, la Iglesia comenzó con una página muy negra en la que tuvo un papel deleznable la traición. Según muchos historiadores, en realidad Judas no traicionó a Jesús por dinero sino por el vértigo que le producía abandonar las tradiciones rotas por el Maestro. Se piensa que Judas en la hora decisiva fue más fiel al Templo y su Torá que al dinero. Fue más un judío ultra conservador que reaccionó al comprobar que el maestro los llevaba al desastre. Sea como fuera, Judas ha pasado a ser símbolo de traidor.

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Hay datos suficientes para señalar a estos eminentes cardenales como los que maquinan la eliminación del Papa Francisco. Ellos no harán la infusión para que descanse eternamente. Pero ya tenemos la seguridad de que tras un puñal, una pistola, una bomba o una taza de té, estará uno de estos eminentísimos. Por las treinta monedas no se preocupen, ellos conocen bien los vericuetos del Vaticano como para pagar con el dinero de pobres o emigrantes.

¡Ojalá reaccionemos todos los creyentes y lleguemos hasta colgar en todas las parroquias y templos de católicos las fotografías de los cinco eminentes! “Se buscan por sospechosos”

El mundo necesita que los católicos despierten de su largo letargo pseudo místico. En la edad media, los católicos organizaron cruzadas con el objetivo de defender los santos lugares. Hoy el enemigo está en Roma. Se han hecho dueños del Vaticano. Está en juego la iglesia de Jesús el del evangelio. Ellos no quieren cambiar ni el color de sus vestiduras. Dicen defender ideas y dogmas cuando lo que defienden son su estatus social, sus beneficios y buena vida. Hay que levantar una cruzada con redes sociales para eliminar esa turba de chupópteros que han dejado sin sangre y sin espíritu el “Cuerpo místico” del Maestro.

Luis Alemán Mur

 

http://www.luis-aleman.info/2014/12/30/el-vaticano-invadido-por-una-peste-de-traicion/

 

10 MILLONES DE PERSONAS OBLIGADAS A DEJAR SU HOGAR EN EL 2014


POR PRIMERA VEZ EN SU HISTORIA

2014, al año que la ONU declaró el nivel máximo de emergencia en cuatro países

  • En total, los cuatro conflictos suman aproximadamente 10 millones de desplazados.
  • Gaza, República Democrática del Congo o Yemen, los otros conflictos que podrían alcanzar el nivel máximo de emergencia.
  • Liberados 51 niños y mujeres kurdos yazidíes retenidos por los yihadistas en Irak

2014 está a punto de finalizar y es hora de hacer balance. Este año que termina  será recordado como el año  de la vergüenza. Por primera vez en su historia,  la ONU ha declarado el nivel máximo de emergencia para cuatro crisis humanitarias: Siria, Sudán, República Centroafricana e Irak.

La declaración del Nivel 3 de emergencia se designa cuando  la escala, el alcance y la complejidad de una crisis son de grandes proporciones y se insta la comunidad humanitaria dé los pasos adecuados para priorizar los recursos. A pesar de que en los cuatro países se desarrollan conflictos de naturaleza política tiene grandes  consecuencias humanitarias. En total, los cuatro conflictos suman aproximadamente 10 millones de desplazados.

SOS en Irak

Más de 40.000 yazidíes en Irak han conseguido huir y muchos de ellos han tenido que caminar durante días para salvar sus vidas. Aunque ya no necesitan que se les evacúe sus necesidades humanitarias, como puede ser la falta de alimento, agua y medicamentos, todavía no se han visto resueltas.

Pobreza extrema en Sudán del Sur

El pasado mes de febrero, Sudán del Sur recibió también el Nivel 3 de emergencia. Según la ONU, 3,8 millones de sudaneses necesitan asistencia humanitaria y más de un millón han huido de sus hogares a causa de la violencia. Los niveles de hambruna también se están incrementando. Al menos un millón de sudaneses no tienen alimentos suficientes.

Sudán del Sur no tiene la misma consideración que Irak o Siria, pero la comunidad internacional está preocupada sobre la posibilidad que tiene el conflicto de convertirse en un problema de ámbito regional.

CentroÁfrica está agonizando

En República Centroafricana, la ONU estima que 527.000 residentes están desplazados internamente mientras que 399.000 han huido a países vecinos debido a la violencia. Por último, en Siria, unos 10,8 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y 6,5 millones son desplazados internos, según cifras de Naciones Unidas.

Siria, cuatro años de guerra civil

Por último, en Siria, unos 10,8 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y 6,5 millones son desplazados internos, según cifras de Naciones Unidas. En el resto del mundo, hay conflictos que todavía podrían alcanzar el Nivel 3 como podrían ser los que se desarrollan en Gaza, República Democrática del Congo o Yemen.

Por primera vez la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial

Más de 50 millones de personas viven lejos de sus hogares como consecuencia de la guerra, las persecuciones, los conflictos, la violencia generalizada y las violaciones de Derechos Humanos, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El número de refugiados y desplazados en el mundo alcanzó los 51,2 millones el año pasado, superando por primera vez la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial.

De ese total de 51,2 millones de desplazados por la violencia, la guerra y las violaciones de Derechos Humanos, 10,7 millones de personas se convirtieron en 2013 en nuevos desplazados como consecuencia de los conflictos y la persecución. De esta cifra, 8,2 millones de personas son desplazados dentro de las fronteras de su propio país y los otros 2,5 millones corresponden a personas que se convirtieron en 2013 en refugiados.

 

 http://www.teinteresa.es/mundo/ONU-declaro-nivel-maximo-emergencia_0_1275473638.html?utm_source=TIN+-+Kit+buenos+d%C3%ADas&utm_campaign=7dca1475a2-tin30122014&utm_medium=

Una teología de la alegría humana: La teología liberadora, lúdica y poética de Rubem Alves


LUPA PROTESTANTE – ESCRITO POR · 30/12/2014
(Simposio Herencia, Mes de la Herencia Hispana Seminario Teológico de Princeton, Nueva Jersey, 16 de octubre de 2014).

En memoria del Dr. M. Richard Shaull, mi primer mentor y apoyo princetoniano. Y para mis amigos/as y traductores: Sarita, Rubén, Brandy y Francisco

  1. Las raíces de un nuevo lenguaje teológico

Padre… Madre… de ojos mansos,
sé que estás invisible en todas las cosas.
Que tu nombre me sea dulce, la alegría de mi mundo.
Tráenos las cosas buenas en las que encuentras placer:
el jardín, las fuentes,
los niños,
el pan y el vino,
los gestos tiernos, las manos desarmadas,
los cuerpos abrazados…
Sé que quieres darme tu deseo más profundo,
Un deseo cuyo nombre he olvidado, pero tú no olvidas nunca.
Cumple, pues, tu deseo, para que yo pueda reír.
Que tu deseo se cumpla en nuestro mundo,
de la misma manera que late en ti.
Concédenos satisfacción en las alegrías de hoy:
el pan, el agua, el sueño…
Que estemos libres de la ansiedad.
Que nuestros ojos sean tan mansos para los demás
como los tuyos lo son para nosotros.
Porque,
si somos feroces,
no podremos acoger tu bondad.
Y ayúdanos
para que no nos engañemos con los deseos malos.
Y líbranos
de aquel que carga la muerte en sus propios ojos.
Amén.[1]

  1. Primera etapa: orígenes, contrastes

Nadie hubiera imaginado en mayo de 1968 (¡vaya referencia cronológica!) que la misma pluma que escribió una tesis tan densa y provocadora como Toward a theology of liberation: an exploration of the encounter between the languages of humanistic messianism and messianic humanism escribiría un par de décadas más tarde estas palabras, mezcla de poesía, oración, mística y teología.[2]Negándose a ser un ejercicio teológico estricto o académico, Rubem Alves expresaba en ellas todo el peregrinaje que había recorrido hasta alcanzar, con textos así, la cima de un estilo dominado por la poesía y la profundización completamente anti-dogmática que se había anunciado, muy veladamente en sus primeros escritos. Aquí ya se percibía la forma en que había leído a Nietzsche, Guimarães Rosa, Cecília Meireles, Octavio Paz, Fernando Pessoa, Paul Valery, Adélia Prado y decenas de autores, hombres y mujeres, que lo marcarían para siempre. Antes de su paso por Princeton, “junto a los ríos de Babilonia” (en el Union Seminary de Nueva York), en 1964 (año del golpe militar contra João Goulart) había pergeñado una interpretación teológica de los procesos revolucionarios en su país que no se publicaría en portugués sino hasta el siglo XXI, 40 años después. Con este trabajo, introdujo a la reflexión teológica el polemic tema de la revolución, el cual desarrollaba en esos años su mentor Richard Shaull, precisamente en la época en que surgió el movimiento Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL). Alves se vio obligado a volver a estados Unidos por causa de la persecución de que fue objeto por los militares y por su propia iglesia[3]  .Ciertamente, sus antecedentes no presagiaban algo así, ni en sueños, pues al nacer en Brasil en el seno de una familia presbiteriana conservadora, únicamente los estudios teológicos al lado de otro princetoniano, Shaull,[4] podían atisbar la veta que desarrollaría con tanta exuberancia y calidad, al grado de que es necesario afirmar que Alves es una de las grandes figuras de la literatura brasileña contemporánea, además del lugar que consiguió dentro del panorama teológico e intelectual desde su juventud, cuando la militancia ideológica que abrazó y por la cual luchó arduamente, lo llevó a escribir textos notables e imprescindibles para comprender el clima espiritual de la época. El joven Alves se tornaría en alguien que, sin considerar que había perdido el tiempo, llegó bastante tarde a la poesía, aunque muchos de sus ensayos, al reivindicar el cuerpo, la imaginación, el erotismo y la magia, abrían ya la puerta a una expresión inédita e insospechada para él mismo. Pianista frustrado, la música de la poesía y la literatura lo estuvieron esperando hasta que por fin lo poseyeron en cuerpo y alma. Como parte de una generación de intelectuales protestantes latinoamericanos entre los que hay que contar a José Míguez Bonino, Emilio Castro, Hiber Conteris, Jovelino Ramos y Julio de Santa Ana, entre otros, asumió un compromiso revolucionario que colocó su labor teológica en un plano inédito hasta entonces en el subcontinente, en la vanguardia ideológica, tal como lo ha resumido Luis Rivera Pagán:

La teología de la liberación fue un enfant terrible imprevisto en los campos de la academia y la producción teológica durate las últimas décadas del siglo XX. Introdujo a la conversación no solo un tema Nuevo —la liberación— sino también una nueva perspectiva para hacer teología y una renovadora manera de referirse al ser de Dios y su acción en la historia. Su proyecto para reconfigurar los lazos entre estudios religiosos, historia y política llegó a ser un tópico significativo de análisis y diálogo en el discurso teológico general. Muchos estudiosos perciben en su surgimiento una drástica ruptura epistemológica, un cambio radical de paradigma y un importante giro en el papel social y ecclesial de la teología.[5]

Este mismo autor señala consistentemente la participación de Alves en los inicios de la teología de la liberación y el papel fundacional de su trabajo doctoral, así como de su mentor, Shaull, y recuerda aspectos sobre ella que se han vuelto clásicos, como su cambio de título al publicarse en una editorial jesuita:

De hecho, la primera monografía extensa qjue enfocó la liberación social y política como la clave hermenéutica central para conceptualizer la fe cristiana fue la tesis doctoral de Rubem Alves, un presbiteriano brasileño. En mayo de 1968, Alves la defendió exitosamente en el Seminario Teológico de Princeton […] Alves la escribió bajo la dirección de Richard Shaull, quien por bastantes años fue profesor de teología en América Latina, primero en Colombia y luego en Brasil, y quien fue crucial para el desarrollo de la teología liberacionista en los círculos protestantes latinoamericanos.

[…]

La tesis de Alves es un texto poderoso, escrito en un espléndido estilo literario. Fue publicada como libro en 1969, dos años antes de la obra de [Gustavo] Gutiérrez, pero con un cambio importante en el título: A theology of human hope (Una teología de la esperanza humana).Aparentemente, los editors creyeron que el concepto de “esperanza”, con sus obvias relaciones con los escritos de Jürgen Moltmann, sería más atractivo comercialmente o relevante que “liberación”. A pesar de eso, Alves conceptualiza la dialéctica temporal propia del lenguaje teológico en términos de la política histórica de liberación.[6]

Harvey Cox, desde el prólogo, lo saludó como una voz nueva, refrescante y rebelde en el contexto de la época: ““¡Ojo con este libro, vosotros los ideólogos, teólogos y teóricos del mundo opulento del mundo denominado ‘desarrollado’! El tercer mundo de forzada pobreza, hambre, impotencia y creciente enojo ha encontrado una resonante voz teológica, Ruibem A. Alves […] habla con una autoridad que no tenemos por menos que notar, no solo en las discusiones sobre el desarrollo y la revolución, sino en dondequiera que declaremos el lugar de la fe Cristiana en nuestro convulso mundo contemporáneo”.[7] En este libro dialoga críticamente con las teologías de Barth, Bultmann y Moltmann, señalándoles que no están arraigadas en las circunstancias humanas concretas y que por ello no exprresan adecuadamente el discurso liberador requerido por la comunidades populares.[8] El principio ético fundamental, que toma de Paul Lehmann, es “cómo puede la vida humana seguir siendo humana en el mundo”. De este modo se compromete en un diálogo creative con dos clases de discurso que conducen a la liberación humana: el humanism mesiánico y el mesianismo humanista. Ambos participant de un proyecto de lioberación que incluye no solo lo material sino también las esferas corporal y espiritual. La última parte del libro explora las posibilidades de un Nuevo lenguaje para la fe y la teología, el cual reivindica la alegría y el juego. En esta línea de reflexión sigue muy de cerca el concepto bonhoefferiano de polifonía. Con esta obra, Alves se estableció como uno de los fundadores de la teología de la liberación, porque de varias maneras anticipó los trabajos futuros de autores como Gutiérrez y Hugo Assmann. Finalmente, él y Gutiérrez se encontraron en Suiza en 1969 en una conferencia sobre teología y desarrollo, donde estuvieron de acuerdo en que ésa no era la formulación correcta dadas las condiciones del continente experimentadas en la dinámica de oprtesión-liberación, más allá de las modas del momento.

Y, por supuesto, no puede dejar de hablarse del “sabor princetoniano” de esos primeros momentos de esta teología, algo que ya ha revisado a conciencia Bruno Linhares. Como parte de su argumentación, señala: “Alves prefiere que la vida se juzgue no por la manera en que se ubica en el sistema social o como una función de las estructuras de la organización social, pues él sigue el ejemplo de Jesús, quien fue ‘un maestro en el arte de subvertir las reglas de normalidad o anormalidad”. Busc, en otras palabras, imaginar el nacimiento de una nueva cultura. Debido a que el mundo aún no está completo porque Dios aún está ejerciendo sus poderes creativos, el tiempo presente de cautividad aún no es un tiempo de nacimiento sino de concepción de una comunidad de fe”.[9]

Otras lecturas y relecturas de su obra se han llevado cabo, en Brasil, por supuesto (Saulo Almeida[10] António Vidal Nunes, autor de una amplísima bio-bibliografía,[11] Iuri Andreas Reblin,[12]entre otros), en Estados Unidos (Ruy Otávio Costa[13]), Países Bajos (T. de Boer[14]) y Suecia (Ulf Borelius[15]). Un testimonio de la reverenda Sonia Gomes Mota, discípula de Alves, resume también su trayectoria dentro y fuera de las iglesias:

Rubem Alves fue parte de un grupo de pastores, hombres y mujeres líderes, que reflexionaron y organizaron diversas maneras de ser una iglesia reformada. Este proceso llevó a la creación de la Iglesia Presbiteriana Unida de Brasil (IPUB), miembro actual del Consejo Mundial de Iglesias. Con su erudición y su compromise social y ecuménico, ayudó a delinear los documentos básicos de la IPUB. No estuvo interesado en ofrecernos lecciones de moral o en transmitir la verdad indiscutible y eterna. Como buen teólogo, filósofo y educador, le preocupaba más hacernos pensar, reflexionar y cuestionarnos acerca de las verdades inmutables de la teología y urgirnos a avizorar nuevas posibilidades y caminos para vivir nuestra fe. Rubem nos condujo por desiertos y nos invitó a ser jardineros y plantadores de esperanza.[16]

Alves fue uno de los grandes renovadores de la teología latinopamericana. Las etapas de su pensamiento se distinguen por su inicial interés en la actividad de Dios en la historia y, luego, por una investigación profunda y sensible de las posibilidades lúdicas y eróticas de la vida humana en el mundo. En diversas ocasiones Alves trató de explicar sus raíces teológicas y escriturales, así como la manera en que evolucionó hacia el otro estilo, especialmente en reediciones de sus libros anteriores. En 2010 lo dijo así para un nuevo volumen atribuyendo el cambio al público al que se dirigió: “La mía fue una educación académica. No obstante, llegó un momento en que dejé de disfruitar al escribir para mis colegas. Comencé a escribir para niños y para la gente común, jugando con el humor y la poesía. De allí surgió mi nuevo estilo: chispazos, más que razonamiento”.[17] Si antes deseaba apelar a la conciencia de sus lectores, convencerlos para incorporarse a la lucha ideológica”, ahora su propósito era muy diferente: “No quiero probar nada. Sólo deseo retratar. Hay un hilo que los ensambla como perlas en un collar. Cada texto es una unidad completa. A través de ellos intento decir lo que he llegado a sentir acerca de lo sagrado. No espero que los lectores estén de acuerdo conmigo. Sólo deseo que ellos puedan pasear en medio de bosques desconocidos. […] Lo que verdaderamente importa no es lo que escribo sino lo que pensarán al ser provocados por lo que escribo.”[18] Algo similar planteó cuando lo invitaron en 1990 a hablar delante de un auditorio que espera escuchar al pionero protestante de la teología de la liberación sin saber que éste se había reinventado por completo: su trayectoria había cambiado de orientación y ahora buscaba un cambio más profundo desde otro asiento del ser: “El Rubem Alves de la teología de la liberación, el que hablaba de la acción, cambió. Ahora soy distinto. Creo que Dios tiene extrañas formas para hacer las cosas. Una de ellas es voltearlo todo al revés. Decidí acepar el riesgo de desempeñar el papel del bufón. […]”.[19] Por esto último debe ser reconocido también como uno de los iniciadores de la teopoética, aun cuando ese término surgió en otro ambiente y desde otra perspectiva.[20]

  1. Segunda etapa: conversión a la imaginación

El énfasis imaginativo de la teología de Alves comenzó a mostrarse con claridad en Tomorrow’s Child (1972; Hijos del mañana, 1976, Gestação do futuro, 1986), un libro de transición resultado de un curso sobre ética expuesto en el Union Seminary, el cual fue muy incomprendido por sus colegas debido a que despliega un analisis imaginative del sistema tecnológico dominante, comenzando por sus premisas culturales. Una de sus metáforas consiste en comparer el mundo presente con los grandes dinosaurios cuya voracidad les impidió sobrevivir, a diferencia de las lagartijas que lo lograron hasta el presente. De regreso en Brasil, renunció a su membresía eclesiástica en 1974 y comenzó su carrera como professor universitario. Ese año publicó “Confessions: on theology and life” (“Del paraíso al desierto. Reflexiones autobiográficas”, en español, 1977), una profunda autocrítica de su experiencia teológica y eclesial[21] . Posteriormente estudió el psicoanálisis en profundidad. Lejos quedaría el enemigo del realismo, que peleó verdaderas batallas en trincheras que muchos no conocieron siquiera de lejos.[22] Alves arribó a la creencia poética y teológica, al mismo tiempo, de que Dios arregla las vidas humanas, la suya en particular, como quien juega con cuentas de vidrio, una metáfora tomada de la novela El juego de los abalorios, del escritor alemán Hermann Hesse. La imagen que ha desarrollado varias veces es la de esas cuentas (su vida y pesonalidad desgarradas) sumergidas en el agua que Dios toma y devuelve como un nuevo y prodigioso collar: “Para eso necesito a Dios, para curarme la nostalgia. Así lo imagino: como un fino hilo de nylon, que busca mis cuentas perdidas en el fondo del río del tiempo y me las devuelve como un collar”.[23]

El encuentro tardío, pero enriquecedor, con la poesía

Desde hace unos años tengo perdida mi respetabilidad académica. Nadie me la quitó, pero un buen día, por razones que no me sé explicar, algo sucedió en mí. No sé qué me pasó, mas lo cierto es que de repente me descubrí incapaz, en absoluto, de pensar, hablar y escribir analíticamente. Fui poseído por la forma poética y sigo por ella poseído cuando escribo. Aunque esto me gusta, me crea también muchos problemas con auditorios científicos y académicos, porque esa gente no cree que la poesía sea algo serio; sin embargo, yo creo que es la cosa más seria: creo que Dios es poesía. Si pudiese hacer una nueva traducción del texto de Juan: “y el Verbo se hizo carne”, pondría “y un Poema se hizo carne”.[24]

Ciertamente el acceso de Rubem Alves a la poesía fue tardío, pero llegó a ser definitivo, enriquecedor y sumamente placentero. Las líneas que presiden este texto dan fe de cómo, en un momento determinado de su vida, experimentó un “giro poético” que impactó la totalidad de su pensamiento, en todos los sentidos. Incluso la manera en que se orientó su escritura, sin buscar escribir poemas como tales, manifestó una ruptura más, de entre las varias que sufrió, aunque en este caso el “golpe” de la “forma poética” resultaría determinante para vaciar en ella todo lo que escribiría luego de haber sido reconocido como teólogo y educador. Lado a lado con sus preocupaciones permanentes, la poesía lo acompañó permanentemente y nunca lo abandonó, pues por el contrario, el conocimiento de los autores que lo marcaron iluminó profundamente su obra.

El momento de dicho encuentro no podría fecharse con total certidumbre, pues si a fines de los años 80 tenía tan claro lo que le había sucedido, el paso del tiempo le aclararía aún más ese proceso de cambio. Así lo describió en una breve crónica de Quarto de badulaques (2003; en español: Cuarto de cachivaches, 2009), un “cajón de sastre” sobre múltiples temas, en la que hace un recorrido muy personal del asunto. Primeramente manifiesta el asombro por lo sucedido: “Descubrí la poesía tardíamente, después de rebasar los cuarenta años. ¡Qué pena! ¡Cuánto tiempo perdido! La poesía es una de mis mayores fuentes de alegría y sabiduría. Como dice [Gaston] Bachelard: “Los poetas nos dan una gran alegría de palabras…”.[25] Podría decirse que tras toda una vida la poesía le llegó demasiado tarde, pero él sentía que no fue así.

Inmediatamente después se dirige al lector o lectora hipotéticos: “Por eso te pregunto: ¿lees poesía? Si no lo haces, trata de hacerlo. Cambia los programas de televisión por la poesía”. Y agrega una serie de observaciones creativas sobre los prejuicios tan extendidos sobre su comprensión: “Si me dices que no entiendes la poesía, aplaudiré: ¡qué bueno! ¡Solamente los tontos creen que la entienden! ¡Solamente los oradores tienen la pretensión de entender la poesía!”. Después, expone con vehemencia lo que entiende como su propósito mediante varios ejemplos y una propuesta concreta: “La poesía no es para eso. Es para ser vista. ¡Lee el poema y trata de ver lo que él pinta! ¿Necesitas entender un lunar? ¿Una nube? ¿Un árbol? ¿El mar? Basta con ver. ¡Ver, sin comprender, es una felicidad! Lee poesía para que tus ojos se abran”. Para Alves, leer un poema es aprender a mirar, es una experiencia iniciática, casi mística. Y en ese punto ofrece sus recomendaciones específicas, algunos de los nombres que resultaron significativos en su caminar como lector de poesía. El orden en que aparecen no es de ninguna manera aleatorio, aunque en esta ocasión sólo mencionó autores/as de habla portuguesa: Cecília Meireles (1901-1964) y Adélia Prado (1935) en primer lugar, autoras cuya obra citó persistentemente. Alberto Caeiro, heterónimo del portugués Fernando Pessoa (1888-1935), con quien se identificó muchísimo por su levedad y tendencias panteístas. Mário Quintana (1906-1994), Lya Luft (1938), Maria Antônia de Oliveira (1964), a quienes leyó en una etapa posterior. Se trata de una lista ya filtrada por los años y enriquecida por largos periodos de lectura en la que le acompañaron muchos amigos de una tertulia semanal en Campinas. “Lee poesía para ver mejor. Lee poesía para estar tranquilo. Lee poesía para embellecerte. Lee poesía para aprender a oír. ¿Has pensado que, tal vez, hablas demasiado?”. Así concluye la crónica, en un tono amable, pero firme, de invitación.

En una memorable ponencia de 1981, Alves se quejó amargamente de la nula presencia protestante en la literatura de su país, algo inexplicable dada la antigüedad de las iglesias históricas y el aceptable nivel cultural que las había caracterizado. Sus palabras fueron puntillosas y duras:

Yo esperaría, por otra parte, que el protestantismo hubiese hecho alguna contribución a la literatura brasileña. Hemos buscado una gran novela… pero en vano […] lo que sucede es que la literatura no puede sobrevivir en medio de esta obsesión didáctica, porque su vocación es estética, contemplativa, y su valor es tanto más grande mientras más grande es su capacidad para producir estructuras paradigmáticas a través de las cuales las figuras y ligámenes ocultos de lo cotidiano son observados. Los literatos protestantes no pueden huir del hechizo de sus hábitos de pensamiento. Sus novelas son sermones travestidos y lecciones de escuela dominical enmascaradas. Al final, la gracia de Dios triunfa siempre, los creyentes son recompensados y la impiedad es castigada. El último capítulo no necesita ser leído.[26]

De ahí que, cuando por fin se transformó su estilo, aproximadamente en 1983, poco después de publicar La teología como juego y Creo en la resurrección del cuerpo, pareció asumir él mismo la tarea de superar su estilo anterior para entrar de lleno en el campo literario. En sus primeros libros, la poesía estaba totalmente ausente y es hasta ¿Qué es la religión? (1981), y sobre todo dePoesía, profecía, magia (1983), que finalmente dio el salto hacia la expresión de estirpe poética de forma definitiva. En ¿Qué es la religión?, Alves cita textos y poemas de Archibald McLeish (Estados Unidos, 1892-1982), Cecilia Meireles y el visionario inglés William Blake (1757-1827).

Del primero, al referirse a quienes construyen cosas mediante palabras, recuerda la siguiente frase: “Un poema debería ser palpable y mudo como un fruto redondo; no debería tener palabras como el vuelo de los pájaros, no debería significar nada sino simplemente… ser”. De Meireles incluye esta cita: “De un lado, la estrella eterna, y del otro la vacante incierta…”, al hablar de la búsqueda del sentido de la vida. Y de Blake son estos versos: “”Ver un mundo en un grano de arena / y un cielo en una flor silvestre,/ asegurar el infinito en la palma de la mano / y la eternidad en una hora”, que retomaría muchas veces (hasta darle título a dos de sus libros), a propósito de “la sensación inefable de eternidad e infinitud, de comunión con algo que nos trasciende, envuelve y contiene, como si fuese un útero materno de dimensiones cósmicas”. En ese libro aún es notoria la timidez con que se refiere a los poetas, quizá porque aún no se sentía del todo seguro al momento de abordarlos.

En 1990 fue invitado por la Universidad de Birmingham, Inglaterra, a dictar las Conferencias Edward Cadbury y aquel pequeño volumen (80 pp.) sería la base de las mismas, con las que daría comienzo, al publicarse ese mismo año bajo el título de The poet, the warrior, the prophet (El poeta, el guerrero, el profeta) a una obra que se transformaría con el paso del tiempo hasta convertirse enLições de feitiçaria. Meditações sobre a poesia (Lecciones de hechicería. Meditaciones sobre la poesía), en 2003, posterior a la publicación de la versión portuguesa en 1992. Ese libro contiene la quintaesencia de lo que su autor desarrolló en toda su vida sobre las realidades humanas influidas por una perspectiva poética. Estaba a punto de descubrir a T.S. Eliot (1888-1965), el gran poeta anglo-estadunidense, Premio Nobel en 1948, quien lo sacudiría aún más, y a Octavio Paz, quien con las ideas expuestas en El arco y la lira completarían su panorama estético.

Teología y poesía en diálogo desesperado: El poeta, el guerrero, el profeta (1990, 2000)

The poet, the warrior, the prophet es una magnífica mezcla de actitudes ante la vida que, en el caldero escritural de Rubem Alves dieron como resultado un guiso estupendo pues, además, está ilustrado con obras de M.C. Escher. El primer capítulo, una indagación sobre la presencia de la palabra, surge de la contemplación de una araña whitmaniana, deambula por las Variaciones Goldberg, de Bach, se topa con Mallarmé, y aterriza en la necesidad (y práctica) muy humana del arte de desaprender, todo irradiado por la influencia del pesimista poeta T.S. Eliot y su visión de la Palabra oculta por la gritería contemporánea en los “Coros de La Roca(1934), poema dramático en el que se pone el dedo en la llaga: “El infinito ciclo de las ideas y los actos,/ infinita invención, experimento incesante,/ trae conocimiento del cambio, pero no de la quietud;/ conocimiento del habla, pero no del silencio;/ conocimiento de las palabras e ignorancia del Verbo./ Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,/ toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,/ pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios./ ¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?/ ¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?/ ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?/ Los ciclos celestiales en veinte siglos/ nos alejan de Dios y nos aproximan al polvo”.

Alves escribe, en el mismo tenor: “[Es fácil distinguir la Palabra de las palabras.[27]] Cuando esta palabra se hace oír el cuerpo entero reverbera y sabemos que el misterio de nuestro Ser nos habló, fuera de su olvido… […] Esta es la esencia de la poesía: volver a la Palabra fundadora, la cual emerge del abismo del silencio”.[28] Y da fe de su encuentro con los nuevos mentores de su mirada: “También amo la oscuridad que habita dentro de los bosques hondos y bellos de la poesía de Robert Frost, y la luz que se fractura a través de las aguas inquietas de los poemas de Eliot, y la penumbra colorida de la catedral gótica, que me hace recordar las entrañas del gran pez dentro del mar: una catedral sumergida”.[29]

El maestro que siempre fue Alves subraya la necesidad, y hasta la urgencia, de olvidar lo que no es significativo para el cuerpo y disponerse aprender aquello que lo es, pues en palabras de San Agustín, el cuerpo sólo quiere gozar, gozar infinitamente. Las palabras son puentes (en lo que concuerda con Octavio Paz) y objetos para alcanzar el gozo que pueden conducir a la poesía. A causa de ellas, formadoras de nuevos mundos, los rituales sagrados se realizan en la transfiguración de la realidad: la Eucaristía (fenómeno antropofágico), el Pentecostés (“La sabiduría emerge de la estulticia”.[30]), y el encuentro con Paz y cummings es casi obligado, pues ellos como todos los poetas siempre han conocido el poder mágico de las palabras. Desaprender es un paso obligado para alcanzar la sabiduría: “Uno debe renacer, por el poder de la Palabra impredecible, para poder entrar al Reino. Uno debe ser niño otra vez…”.[31]

Su abordaje del silencio es muy iluminador pues, partiendo de un cuento de Gabriel García Márquez (“El ahogado más hermoso del mundo), pues lo califica como la fuente de las palabras, algunas de ellas “criaturas de luz” que habitan “entre los reflejos que brillan en la superficie del lago”. “Otras son entidades misteriosas que viven escondidas en las profundidades marinas o en las sombras de los bosques. […] La mayoría de las veces son escuchadas mas no entendidas —como si hubiesen sido pronunciadas en un idioma extraño. No son muchas. Los poetas y los místicos han llegado a sugerir que son una única Palabra, aquélla que contiene el universo”.[32] Éstas son las palabras que liberan de los lugares comunes, de los rituales vacíos. El psicoanálisis ha sido capaz de escuchar el silencio que vive en el intersticio de las palabras, algo que ya habían hecho los poetas: “La poesía es una inmersión en el lago misterioso, atravesar el espejo, dentro de las profundidades donde las palabras nacen y viven…”.[33] En este punto lo acompaña el también brasileño Carlos Drummond de Andrade: “Penetra sordamente en el reino de las palabras./ Allí están los poemas que esperan ser escritos./ Están paralizados, pero no hay desesperación,/ hay calma y frescura en la superficie intacta./ Llega más cerca y contempla las palabras./ Cada una/ tiene mil caras secretas bajo el rostro neutro/ y te pregunta, sin interés por la respuesta,/ pobre o terrible, que le des:/ ¿Trajiste la llave?” (“En busca de la poesía”).

Ése es el tono general de este libro donde la belleza se desdobla y produce un hechizo estético, diáfano, encaminado a redescubrir el poder mágico de la poesía, mediante el cual las palabras son buenas para comer, como en los relatos bíblicos de Ezequiel y Apocalipsis (el grabado de Durero es imperdible): “Somos lo que comemos…”. La Palabra sustituye a la comida porque su sabor no nos abandona, de ahí su intensa fuerza simbólica: “Los símbolos nacidos de los ojos habitan en la distancia y la separación. Los que nacen de la boca expresan reunión y posesión”.[34] De ahí también la cercanía con el arte culinario, espacio de hechicería y alquimia.

En cuanto a la poesía y la magia, la influencia de la muy protestante película danesa El festín de Babette es determinante: ésa es la puerta de la teopoética, capaz de invadir territorios tan refractarios como la política que vino a dar al traste con un maravilloso logro de la Reforma religiosa del siglo XVI:

La teología protestante nació cuando el poder mágico-poético de la Palabra fue redescubierto y democratizado. Cada individuo debería leer las Escrituras de la misma forma en que se lee un poema, en la soledad, sin voces intermedias de interpretación. Los hermeneutas debían guardar silencio para que la voz del Extraño pudiese ser oída: el testimonio interior del Espíritu Santo. Se creía que las palabras olvidadas escritas en nuestra carne y la Palabra venida del pasado se encontrarían y harían el amor —y así sucedería el milagro. Si, por pura gracia, el Viento soplase y la melodía ausente fuese escuchada, los muertos resucitarían.[35]

Con todo ello, el título antiguo (Poesía, profecía, magia) vino a ser un auténtico programa vital y existencial para Alves, quien jamás se apartaría de estas tres realidades en todo lo que hizo.

Lecciones de hechicería: la puerta abierta a la poesía y la estética

La belleza es infinita;/ ella nunca se satisface con su forma final./ Cada experiencia de belleza es el inicio de un universo./ El mismo tema debe repetirse,/ cada vez de una forma diferente./ Cada repetición es una resurrección,/ un eterno retorno de una experiencia pasada/ que debe permanecer viva./ El mismo poema, la misma música, la misma historia…/ Y, mientras tanto, nunca es la misma cosa./ Pues, en cada repetición, la belleza renace nueva y fresca/ como el agua que brota en la mina.[36]

Tal vez la obra que mejor representa la evolución que experimentó Rubem Alves de la teología a la poesía sea la que se titularía, finalmente, Lições de feitiçaria. Meditações sobre a poesía (Lecciones de hechicería. Meditaciones sobre la poesía, 2000, 2003), pues desde su antecedente más remoto, Poesia, profecía, magia. Meditações (1983) se advirtió la cada vez más cercana aproximación a un lenguaje y un estilo literarios que acabarían por dominar su escritura, otrora sumamente académica y militante, marcada por la teología de la liberación, la cual contribuyó a fundar a fines de los años sesenta. La etapa intermedia está constituida por el volumen que llevó el mismo título en inglés y portugués: The poet, the warrior, the prophet (1990; O poeta, o guerreiro, o profeta, 1992). Fruto de las Conferencias Edward Cadbury que Alves expuso en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, en 1990, le sirvieron para dar cauce a la metamorfosis que le significó darse cuenta de que la poesía lo estuvo esperando durante mucho tiempo hasta que dio con él y no lo soltó nunca.

En el lejano y breve volumen de 1983, publicado por el Centro Ecuménico de Documentación (CEDI) era muy tímida la intención de expresarse mediante recursos procedentes de otro registro lingüístico. Aún no se sentía en pleno dominio de ellos: tanteó miradas, ejercitó la pluma, se dejó enseñar por sus nuevos maestros. En esos años, Alves había comenzado a colaborar en Tempo e Presença, dirigida por su amigo Jether Pereira Ramalho, quien con bastante humor previno a los lectores acerca de lo que encontrarían en esas páginas: “A partir de este número, Rubem Alves tendrá una página en nuestra revista para hacer lo que quiera: pintarrajear, jugar o hacer reflexiones preciosas como ésta, pensada mientras preparaba una bacalhoada [guisado de bacalao]. Nuestra única preocupación es que comience a pensar en lugares más reservados, como Lutero, y de ahí pase a tener revelaciones, tesis… Es el riesgo que corremos”.[37]

Alves mismo explicó (en la edición de 2000), el cambio del segundo título original y los aires de provocación del nuevo como parte de un proceso creativo y cognoscitivo ligado inevitablemente a la teología:

Tuve miedo de decir la verdad. Escogí el primer nombre pensando en las sensibilidades estomacales de las personas. […] Imaginé que, si hablaba de hechicería, muchos lectores se sentirían horrorizados y se negarían a probar el platillo que preparé. Eso sucedió en la aldea donde Babette hechizaría a sus invitados con la comida. Ellos acudieron al convite, pero juraron que no sentirían el sabor de la comida.
Sucede que lo que deseo es ser hechicero, pues encuentro que la fe bíblica es una mezcla de hechicería y sabiduría. Sé que los teólogos modernos me maldecirán y dirán que ya enloquecí. Los comprendo. Hace mucho tiempo que no nos entendemos. Yo hablo una cosa y ellos entienden otra. Hago mío el lamento de Zaratustra: “No soy boca para esos oídos”.[38]

La poesía poseyó a Alves y había causado una revolución en su pensamiento y en su teología: nunca volvió a ser el mismo y se arrepintió muchísimo de lo que había escrito con anterioridad, y hasta deseó que los demás se olvidaran de ellos (cosa que no hicimos quienes lo estudiamos). Gracias a Wittgenstein, de quien aprendió que la ciencia es un juego lingüístico, se situó desde hacía mucho tiempo en la ladera desde la cual el lenguaje y las palabras hacen cosas, muchas cosas, algo que tuvo claro desde Hijos del mañana (1972; 1976), pero que no logró desarrollar poéticamente sino 20 años después, con todo y la atracción que le produjeron los personajes deAlicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Luego cita y parafrasea a Guimarães Rosa, al aludir a los poderes mágicos de la poesía: “Alquimia, hechicería, magia: el brujo fabrica sus pócimas con la sangre del corazón humano…”.[39] Del bufón con el que se había identificado en La teología como juego (en portugués: Variaciones sobre la vida y la muerte, de 1981), ahora la mejor transfiguración que encontró para sí mismo como teólogo-poeta (y viceversa) fue la del brujo, el mago, el hechicero. En ese prólogo de 2000 trata de distanciarse de la ciencia y la técnica, por su incapacidad para cambiar las cosas, con todo y que también se sirven de las palabras. Su prolongada filiación de apego al cuerpo como centro de la existencia humana vino en su auxilio: “Lo que el cuerpo desea no es saber. El cuerpo busca herramientas que le permitan gozar más y sufrir menos”.[40]

La hechicería es un juego de palabras en el que la teología y la poesía se esconden: Dios mismo es un hechicero pues creó el universo con el poder de su palabra. “El hechicero está en busca del poder de Dios”. Si la mente contemporánea, como la de Alves mismo, se resiste a creer en esto a pie juntillas, hay un lugar, subraya, donde las cosas suceden en ese camino: el cuerpo. “El cuerpo es el centro mágico del universo. El cuerpo es mágico porque está hecho de palabras: ‘…y la Palabra se hizo carne…’. El cuerpo nace de un casamiento entre la carne y las palabras”.[41] El hechicero es quien busca las melodías olvidadas por el cuerpo para hacerlas resonar en él. Por eso dice con firmeza: “Afirmo que esa es la única pregunta que le interesa a la teología: ¿qué palabra (musical) tiene el poder de hacer el amor con la carne? ¿Qué palabra es capaz de resucitar a los muertos?”. Ésa es la razón por la que abandonó la teología como “pretensión de conocer a Dios”, el misterio de Dios: “Dios es un vacío innombrable. No se puede coger el Viento con cedazos de palabras humanas. La ciencia de Dios es una herejía”.[42] Las palabras mismas son un misterio en este laberinto divino-humano: “Hay palabras que crecen a partir de diez mil cosas y otras que crecen a partir de otras palabras. Su número no tiene fin. Pero hay una palabra que brota del silencio, la Palabra que es el comienzo del mundo. Esta palabra no puede ser producida. No nace de nuestras manos ni de nuestros pensamientos. Hemos de esperar en silencio hasta que ella ase haga oír. Adviento… Gracia.[43]

Así es como Alves arribó, por fin, al encuentro con la poesía, descreyendo de los pretensiones “científicas” de la teología: “Los poetas son hechiceros. Ellos saben que solamente la belleza tiene el poder de despertar la belleza que duerme dentro de nuestros cuerpos”.[44] El olvido y el silencio son los verdaderos adversarios. Deben ser superados mediante un rastreo de las profundidades humanas en el que la poesía se sumerge y encuentra. De ahí su recomendación para leerlo a él mismo en una nueva clave, la teopoética:

Este libro son lecciones de hechicería. Estoy en busca de palabras que hagan florecer el Paraíso que el olvido transformó en desierto dentro de nosotros.
La salvación es el retorno de la belleza. Para las personas y para el mundo. […]
Las melodías del cuerpo son sueños.
Me gustaría que la teología fuese eso: las palabras que hacen visibles los sueños y que, cuando sean dichas, transformen el valle de huesos secos en una multitud de niños y niñas.
Ésa es la sugerencia que hago: que la apalabra teología sea sustituida por la palabrateopoesía, es decir, nada de saber, todo de belleza.[45]

  1. Tercera etapa: de la religion a una nueva expresión teológica

En la década de los años 70, Alves produjo una serie de trabajos críticos sobre el protestantismo y la religion, y en Dogmatismo y tolerancia (1982) intentó recuperar nostálgicamente los valores de la tradición reformada. En Variaciones sobre la vida y la muerte (1981), La teología como juego (1982) y Creo en la resurrección del cuerpo (1982) despliega, por fin, su estilo lúdico, erótico y poético. Desde entonces comenzó a escribir en un estilo libre que denominó crónicas, un tipo de ensayo en el que da rienda suelta a sus ideas teológicas y pedagógicas; también historias infantiles en una vena muy cercana a la indagación psicoanalítica. Padre Nuestro (1987) y El poeta, el guerrero, el profeta (1990) dan testimonio de su madurez literaria y poética. Al mismo tiempo, reunió en otros volúmenes sus reflexiones sobre educación, los cuales fueron seguidos con mucho interés por los estudiosos debido a sus audaces propuestas pedagógicas. Lecciones de hechicería (1998, 2003) yTransparencias de eternidad (2000) reunieron algunos textos de naturaleza teológica escritos desde una perspectiva totalmente anti-dogmática. He aquí algunos ejemplos de ello:

Saudade es una palabra de uso frecuente. Creo que es el fundamento de mi pensamiento poético y religioso. Los traductores experimentados dicen que no hay un sinónimo exacto en otras lenguas. Es un sentimiento cercano a la nostalgia. Pero no es nostalgia. La nostalgia es mera tristeza sin objeto. No tiene rostro. Mientras que saudade es siempree saudade “de” un escenario, una cara, una escena, un momento. El poeta brasileño Chico Buarque escribió una canción sobre ella, en la que afirma que la “saudade es un pedazo arrancado de mí, es para enderezar la habitación del hijo que acaba de morir. Es la presencia de una ausencia. […]
Los místicos y los poetas han sabido que el silencio es nuestro hogar original… Hay una Palabra que solo puede ser escuchada cuandop todas las palabras han quedado mudas, una Palabra escatológica que se hace escuchar a sí misma al fin del mundo. Pura gracia, un pájaro no enjaulado, un pájaro salvaje que vuela con el Viento. […]
La poesía es el lenguaje de lo que no es posible decir.[46]

El placer: tema y variaciones

No quiero novedades. No voy a comprar depart amentos o terrenos. No quiero viajar por lugares que desconozco. Eliot: “Y al final de nuestras largas exploraciones llegaremos finalmente al lugar de donde partimos y lo conoceremos entonces por primera vez…”. Eso es. Volver a mis orígenes, a las cosas de Minas que tanto amo…, la cocina, los jardines de tréboles, la malva, las granadas y los manacás, las montañas, los riachuelos, las caminatas[47]

Cuando Rubem Alves cumplió 80 años, varios de sus lectores/as y amigos de diversos países armamos un pequeño homenaje que puede leerse en internet.[48] Algo similar hicimos en otra ocasión, ante la cual Rubem reaccionó con enorme sorpresa al advertir que en muchas iglesias evangélicas latinoamericanas su nombre no es extraño y se le lee con admiración y gran provecho. Ello porque después de su “alejamiento institucional” del protestantismo se suponía que quedaría al margen de cualquier contacto con dichas comunidades. Pero afortunadamente no es así, pues sus seguidores suman legiones en varios espacios y hasta existen varios grupos en las redes sociales que comparten sus textos y sus libros, dejando constancia de la manera en que “el nuevo Alves”, no necesariamente el que fue uno de los pioneros de la llamada “teología de la liberación”, hoy en su faceta de “cronista”, los alimenta con su libérrimo y sumamente creativo estilo literario.

Y es que, en efecto, lejos quedaron los años en que este pensador y sabio escribía de una manera plana o “chata”, como él mismo ha dicho, pues llegó un momento en que decidió abrirse a la literatura y a la poesía en particular, para descubrirse como un autor renovado, dispuesto a hablar de las cosas de la vida con una simplicidad y una belleza que jamás imaginó.

Porque en los años sesenta Rubem Alves soñaba con “hacer la revolución” y a esa utopía dedicó gran parte de sus escritos e ilusiones. En 1974, como parte de un proceso de fuerte introspección que lo llevó incluso al diván del psicoanálisis, pergeñó un texto que lo liberó, para siempre, de todas las cargas ideológicas y morales que lo tuvieron sometido durante tanto tiempo. “Del paraíso al desierto” es el título de esas reflexiones autobiográficas en donde describe la experiencia por la que atravesó y que lo preparó para que casi 10 años después, en 1983, descubriera por fin las bondades del juego, del cuerpo y la belleza, aunque hay que decir que ya desde sus libros iniciales se anunciaba el rumbo que tomaría su reflexión y su vida.

Sin renegar nunca de su tradición protestante, a la que dedicó varios textos memorables reunidos en Dogmatismo y tolerancia (1982; Mensajero, 2007) en los que exploró las luces y sombras de esa herencia, se ha mantenido a distancia de las iglesias, pero sigue haciendo una teología que ya no admite límites ni fronteras, porque se funda en la libertad de la imaginación. Sus palabras son diáfanas: “Soy protestante. Hoy, muy diferente de lo que fui. No hay retornos. Tan diferente que muchos me contestarán, negándome la ciudadanía en el mundo de la Reforma. Algunos me denunciarán como espía o traidor. Otros permitirán mi presencia, pero exigirán mi silencio. Lo cual me hace dudar de mí mismo y sospechar que, quién sabe si yo sea de hecho un apóstata. Sin embargo, por ahí, protestantes de otros lugares me confirman, oyéndome, dándome las manos, el pan y el vino…”.[49] Podría decirse que llevó la teología de la liberación hasta sus últimas consecuencias ahora que se ha convertido en un “distribuidor de felicidad” gracias a la “antropofagia literaria” que practica y que promueve gracias a los sacramentos textuales que reparte por doquier y por los que entre en comunión con millones de personas.

Educador de tiempo completo, con el paso de los años decantó sus observaciones para derivar en una escritura lúdica, cien por ciento dedicada a explorar los intersticios de la vida en todas sus manifestaciones y a salpicar de poesía todo lo que vive y le interesa. Una muestra de ello es suLibro sin fin (2002), en una nueva y preciosa edición con el título Variações sobre o prazer. Santo Agostinho, Nietzsche, Marx y Babette. Este libro es uno de los más representativos porque refleja la libertad que ha alcanzado como escritor y reúne muchos de los temas que obsesivamente ha desarrollado en estos treinta años que también se cumplen de su renacimiento como persona y como fabulador de mundos imaginarios pero ciertos, pues tal como reza la cita de Paul Valéry que no se ha cansado de repetir una y otra vez: “¿Qué sería de nosotros sin la ayuda de las cosas que no existen?”.

En el prefacio explica las razones por las que ha elaborado este libro tan personal, plagado de citas desplegadas en los márgenes y hasta con una bibliografía final que recuerda sus años mozos, cuando ya hacía gala de un arte reflexivo exquisito, provocador y sin concesiones. Alves dice queVariaciones sobre el placer es fruto de la conciencia del fin, de la certeza de que su tiempo se acaba, y de que es necesario y hasta obligatorio plantarse frente al lenguaje y obligarlo a decir “las cosas del alma”, las que siempre han estado ahí y esperan salir. “Sentí, entonces, que no me gustaría que lo que había escrito quedase enterrado. A fin de cuentas, lo que escribo es parte de mí. Pero sabía, al mismo tiempo, que mis esfuerzos para terminar el libro serían inútiles. Jugué, entonces, con la idea de publicar el libro tal como estaba, sin terminar. En eso se parece a la vida. Ella nunca está terminada. Termina siempre sin que hayamos escrito el último capítulo” (p. 13). Y así, este gran maestro en plenitud de facultades que desliza sus ideas en el tiempo y el espacio “abandonó” este ejercicio lúcido y lúdico para dejar constancia de su fidelidad a la escritura que le han enseñado sus poetas y autores de cabecera.

Y así fue que este libro sin fin quedó inconcluso, con todo y que en sus más de 180 páginas brota el aliento de alguien que se pone a cuentas con sus autores favoritos y sus influencias más entrañables, tal como lo anuncia el subtítulo: San Agustín (a pesar de los pesares), Nietzsche (el autor permanente de la mesa de noche, siempre a la mano porque vaya que ese The portable Nietzsche, de Walter Kaufmann lo ha acompañado siempre), Marx (a quien ha leído y releído de una manera sumamente peculiar; para probarlo está ese otro volumen: Qué es la religión, que no envejece con el paso del tiempo) y Babette, la cocinera francesa que le abrió otras ventanas vitales a aquellas mujeres luteranas… Un libro sin el más mínimo desperdicio, un Alves que se sincera con todos y acomete la memoria con variaciones de teología (en primer lugar), filosofía, economía y el arte culinaria, otra de sus grandes aficiones.

Una transustanciación literaria

Las ideas del yo pensante son aves enjauladas – pertenecen a lo que el yo hace con ellas lo que desea. Las ideas que viven en el cuerpo son aves salvajes – sólo vienen cuando ellas desean. Tienen voluntad e ideas propias.[50]

Desde que allá por 1981 (hace más de 30 años) Rubem Alves decidió cambiar para siempre su estilo de escritura e indagar en los asuntos de la vida de una manera distinta a la teología que aprendió y que desarrolló tan bien (hay que decirlo), ha ido decantando su estilo y se ha renovado continuamente gracias a una inmersión infatigable en sus abismos personales y en todo lo que le rodea.

Una persona contribuyó a que esa transformación se realizara de modo más formal: su amigo Jether Pereira Ramalho lo invitó, ese mismo año, a escribir textos libres para la revista ecuménicaTempo e Presença. El primer artículo publicado allí sería el punto de partida que se concretaría enDogmatismo y tolerancia, luego del feroz ajuste de cuentas con la Iglesia Presbiteriana de Brasil que fue Protestantismo y represión (1979; nuevo título: Religión y represión, 2005).[51] Ya lejos de cualquier venganza o resentimiento, Alves se transfiguró en un escritor que poco a poco lograría una prosa impactante y concisa, personal y entrañable, al mismo tiempo. Ese oficio lo llevó a incorporarse a la Academia Campinense de Letras, mismo destino de su colega Gustavo Gutiérrez (el fundador católico de la teología latinoamericana de la liberación), miembro, a su vez, de la Academia Peruana de la Lengua.

Pocos años después, él mismo dio fe de su transformación, aunque todavía sin la claridad y la certeza que le permitirían alcanzar sus lecturas de autores como William Blake, T.S. Eliot, Fernando Pessoa, Ludwig Wittgenstein, Cecilia Meireles, Gaston Bachelard, Octavio Paz o Adélia Prado, por citar sólo a algunos. Los años noventa fueron el escenario del nuevo despliegue narrativo y reflexivo del siempre teólogo (a su pesar) que ahora se movía como pez en el agua, ya libre de las amarras doctrinales que atenazaron en otro tiempo su creatividad. El libro sin fin, renombrado ahora como Variaciones sobre el placer es una puerta de acceso a su “taller íntimo de producción escritural” porque exhibe sin pudor ni arrepentimiento la manera en que las ideas que brotan de su cuerpo lo poseen a través de una inspiración nada etérea, sensible, pero que se queda sin explicación necesariamente lógica.

Luego de explicar, de modo divagado, lo sucedido en su interior y en su experiencia cuando le surgió el deseo de escribir este volumen, Alves mezcla, en su nuevo método de pesquisa, todos los elementos que le sirvieron para avanzar en la escritura. Así, se juntan en una misma página Tales de Mileto y Nietzsche, quienes junto a otros autores bombardean al lector/a desde los márgenes para acicatear su imaginación con múltiples rumbos de interacción y búsqueda. El primer capítulo, una amplia digresión, proscrita en los textos académicos, lo muestra de cuerpo entero: “Los textos de saber prohíben que los autores se entreguen a confesiones sobre los caminos o descaminos de sus pensamientos antes de alcanzar su destino de conocimiento. Lo que se exige de un texto de saber es que el autor haga una asepsia rigurosa en sus materiales. Todo aquello que no hable al respecto del camino en línea recta, que lleve del problema inicial a una conclusión, debe irse a la basura”.[52]

Con ese trasfondo, Alves acomete la transustanciación literaria de todo lo que ha fagocitado por ser un antropófago consuetudinario que, en una labor casi religiosa, convierte en nuevo sacramento lo que brota de su pluma. A eso se refiere el segundo y breve capítulo, “Hoc est corpus meum”, esto es, las palabras sacramentales de Jesús de Nazaret. El autor ahora escribe con su sangre y su persona misma, y cada texto lo retrata en la mirada del lector: “Las cosas que digo, igual que las telas de Arcimboldi y la escritura de Borges, trazan las líneas de mi rostro”.[53] El arte, queda bien claro, “busca la comunión”. Su carne y su sangre nos son entregados en un acto estético-litúrgico que actualiza la vida de quien proceden los textos. Cada lectura es un acto de degustación. Y nuevamente acontece el “ritual antropofágico”, dicho todo esto en un lenguaje que viene delManifiesto antropófágo, de Oswald de Andrade, del ya muy lejano 1928, en los años del surgimiento de la vanguardia poética brasileña…

Los capítulos que siguen, con el título cambiado, “Las metamorfosis de la vejez” (“Después de viejo me volví niño”, era el anterior), “El olvido: Barthes” (“Me olvidé de lo sabido para recordar lo olvidado”, el mismo caso), abundan en la reinterpretación, con las nuevas herramientas, de los caminos recorridos. En “De los saberes a los sabores” y “Los saberes del cuerpo” reinventa la aprehensión del mundo, ahora de una manera gastronómica y extremadamente sensorial, pero sin reducir la experiencia sólo al sentido del gusto. Por eso el capítulo siguiente se llama: “El cuerpo: él sabe sin saber” (antes: “Por una pedagogía de la inconciencia”). Nuevamente, como antaño (enHijos del mañana y El enigma de la religión) analiza la función del lenguaje, pero desde fuentes muy diferentes a las de su amigo Paulo Freire. La educación le ha faltado siempre el respeto al cuerpo, a sus deseos de aprender únicamente lo que le sirve y le gusta. Por eso ha fallado la ciencia en imponerse: después de todo, los libros de ciencia son libros “de recetas”.

Ése es el origen de “Variaciones sobre el placer” (“La razón, sierva del placer”), donde relee al obispo de Hipona, y no se engaña: “La experiencia del placer, tan buena, siempre nos coloca delante de un vacío [la “puerta de la mística”, agregaría yo]. La teología de San Agustín se construyó sobre ese vacío que sigue al placer. (No olvida el poema de Heládio Brito sobre loscaquis, fruta gostosa…) Después de agotado el placer, existe, en el alma, la nostalgia por algo indefinible”.[54]

El placer no es lo mismo que la alegría. De ahí que sus “variaciones” sigan el mismo rumbo: San Agustín en teología; Nietzsche, la filosofía; Marx, la economía; y, para cerrar, Babette, la cocinera, acompañada de Tita, la de Como agua para chocolate. Esa variación es la definitiva, en donde todo se redefine de manera casi total: su acercamiento al saber de la cocinera es enfático. “El banquete se inicia con una decisión de amor”. Los sabores que ellas dominan controlan al mundo porque, a diferencia de un nutriólogo, amo y señor de las cantidades y las calorías: “La cabeza de la cocinera funciona al revés. No considera vitaminas, carbohidratos y proteínas. Su imaginación está llena de sabores. Sueña con los efectos que los sabores producirán en el cuerpo de quien coma. No quiere matar el hambre. Lo que ella desea es hacer el amor con quien come a través de los sabores. Cuando el hambre se satisface, el festival de amo llega a su fin. […] Me gustaría que el texto evangélico fuese otro: ‘Bienaventurados los hambrientos porque ellos tendrán más hambre’. ¡La cocinera desea que su invitado muera de placer!”. [55]

La pasión de Alves por la cocina fue estimulada de manera monumental por la película danesa El festín de Babette (1987), al grado de que, cuando emprendió la aventura de abrir su propio restaurant, no otro fue el nombre del mismo. En otro momento, se explayó sobre el film con palabras que siguen resonando por su perspicacia y empatía:

Cocinar es hechicería, alquimia. Y comer es ser hechizado. Eso lo sabía Babette, artista que conocía los secretos de producir alegría mediante la comida. Ella sabía que, después de comer, las personas no siguen siendo las mismas. Cosas mágicas acontecen. De eso desconfiaban los endurecidos moradores de aquella aldea, que tenían miedo de comer del banquete que Babette les preparó. Creían que era una bruja y que el banquete era un ritual de hechicería. Y tenían razón. Que era hechicería, eso mismo. Sólo que no del tipo que imaginaban. Creían que Babette haría que sus almas se perdieran. No irían al cielo. De hecho, la hechicería aconteció: sopa de tortuga, callos al sarcófago, vinos maravillosos, el placer ablandando los sentimientos y pensamientos, las durezas y las arrugas del cuerpo siendo alisadas por el paladar, las máscaras cayendo, los rostros endurecidos haciéndose bonitos por la risa, in vino veritas[56]

Para él, esa es ahora la gran metáfora de la vida, el saber y el placer: la cocina, porque los ojos de la cocinera “son iguales a los ojos de un poeta”.[57] La poesía es culinaria, la culinaria es filosofía, dice a continuación. “La poesía son palabras buenas para comer. El poeta es un hechicero alquimista que cocina el mundo en sus versos: en un simple verso cabe un universo.” [58] Placer, sabiduría, poesía y cocina: espacios para degustar la existencia y el tiempo. Ése era ya el nuevo Alves, siempre teólogo y poeta.

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[1] R. Alves, Transparencias de eternidad. Trad. de Paula Abramo Tostado. México, Ediciones Dabar, 2006, p. 7.

[2] El gusto de Alves por las oraciones puede constatarse en su magnífica traducción de las Orações por un mundo melhor, del teólogo estadunidense Walter Rauschenbusch (São Paulo, Paulus, 1997), originalmente publicadas en 1910 bajo el título de Prayers of a Social Awakening (texto completo en: https://archive.org/details/prayersofsociala00rausiala). Más tarde grabó varias de ellas en un disco memorable.

[3] Cf. João Dias de Araújo, Inquisição sem fogueiras. Vinte anos de história da Igreja Presbiteriana do Brasil, 1954-1974. 2ª ed. Río de Janeiro, Instituto Superio de Estudos da Religião, 1982, pp. 61-68; 114-120; y R. Alves, .

[4] Cf. R. Alves., “O Deus do furacão” en R. Alves, ed., De dentro do furacão. Richard Shaull e os primórdios da teología da libertação. Rio de Janeiro, Sagarana-CLAI-CEDI-Programa Ecuménico de Podgraduação em Ciencias da Religião, 1985, 19-24. Al morir Shaull, Alves no dejó de homenajearlo: “No conozco a nadie que en tan poco tiempo haya sembrado tanto. No es posible contarlo todo. Sólo puedo decir que un hombre que anda en la dirección contraria no lo hace impunemente. Los profetas son seres malditos. Nietzsche, otro que caminó así, sabía muy bien el precio que se paga por ver lo que otros no ve. Decía: ‘Los fariseos tienen que crucificar a quien inventa su propia virtud’. Quienes no ven, odian a quienes ven. Richard Shaull fue crucificado. Las iglesias no lo soportaron: expulsado de Colombia por los católicos, de Brasil por los protestantes…”, R. Alves, “‘…Era un cadáver lleno de mundo…’ (César Vallejo)”, en Correio Popular, Campinas, Brasil, 10 de noviembre de 2002; English version: “Through the eyes of Dick Shaull”, in Reformed World, vol. 53, 6, September 2006, pp. 265-268.

[5] L. Rivera-Pagán, “God the Liberator: Theology, History, and Politics”, en B. Valentin, ed., In Our Own Voices. Latino/a Renditions of Theology. Maryknoll, Orbis, 2010,http://www.gcsynod.org/contact/documents/GodtheLiberator-LRivera-Pagan.pdf, p. 1.

[6] Ibid, 7.

[7] H. Cox, “Presentación”, en R. Alves, Cristianismo: ¿opio o liberación? Trad. Á. García Fluixá. Salamanca, Sígueme, 1973 (Verdad e imagen, 33), p. 9.

[8] Moltmann reaccionó duramente: “Rubem A. Alves (Cristianismo, opio o liberación, Salamanca, 1973), critica la ‘teología de la esperanza’ calificándola de demasiado trascendental en la determinación de la promesa y de demasiado negativa en el enjuiciamiento del presente histórico. Pero Alves acabará hablando de la promesa divina y del lenguaje de la libertad, quedándose más acá que la ‘teología de la esperanza’”, “Carta sobre la teología de la liberación”, en Selecciones de Teología, vol. 15, núm. 60, 1975,www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol15/60/060_moltmann.pdf, p. 2.

[9] B.J. Linhares, “Princeton Theological Seminary and the birth of liberation theology”, en Koinonia: The Princeton Theological Seminary Graduate Forum, 19, 2007, pp. 85-105;http://www.ptsem.edu/uploadedFiles/Seminary_Relations/Communications_and_Publications/News_Room/Alum_News/Koinonia-LiberationPTS.pdf, pp. 20-21.

[10] Saulo Marcos de Almeida, O pensamento teológico de Rubem Alves. Reflexões sobre o papel da linguagem e da corporeidade. Tesis de maestría. Universidad Metodista de São Paulo, 1998.

[11] A.V. Nunes, Rubem Alves e a educação dos sentidos. Um estudo dos seus pressupostos filosóficos e pedagógicos. Tesis doctoral. Universidad de São Paulo, Facultad de Educación, 2001.

[12] I.A. Reblin, Outros cheiros, outros sabores… O pensamento teológico de Rubem Alves. São Leopoldo, Oikos, 2009.

[13] Ruy Otávio Costa,. Self-critical theology: parallels and affinities between the Frankfurt School of critical theology and public theology of Rubem Alves. Tesis de maestría. Universidad de Harvard, 1984; Idem, Towards a Latin America Protestant ethic of liberation: A comparative study of the writings of Rubem Alves and José Míguez Bonino from the perspective of the sources and substance of their social etchics. Tesis doctoral. Universidad de Boston, 1990.

[14] Tjeerd de Boer, Hoe zullen wij over God spreken? De poëtische theologie van het alledaagse van Rubem Alves. Tesis doctoral. Universidad Libre de Ámsterdam, 2010.

[15] Ulf Borelius, Källkritik och befrielseteologi: Ett bidrag till forskningen kring befrielseteologins uppkomst. Universidad de Uppsala, 2004.

[16] Theodore Gill, “The ecumenical movement remembers Rubem Alves, 1933-2014”, 24 de julio de 2014, en World Council of Churches, http://www.oikoumene.org/en/press-centre/news/the-ecumenical-movement-remembers-rubem-alves-1933-2014.

[17] R. Alves, “Introduction”, en Transparencies of eternity. Trad. Jovelino y Joan Ramos. Miami, Convivium Press, 2010, p. 9.

[18] Idem.

[19] R. Alves, “From liberation theologian to poet: a plea that the Church move from ethics to aesthetics, from doing to beauty”, in Church and State, núm. 83, mayo-junio de 1993, pp. 20-21. Énfasis agregado.

[20] Cf. “Theopoetics: Longing and Liberation”, en L.M. Getz and R.O. Costa, eds., Struggles for solidarity. Liberation theologies in tension. Minneapolis, Fortress Press, 1992, pp. 159-171; y L. Callid Keefe-Perry, “Renewal and nets: Amos Wilder and Rubem Alves”, Way to Water: A Theopoetics Primer. Eugene, Oregon, Wipf and Stock, 2014, pp. 32-50.

[21] R. Alves, “Confessions: on theology and life”, Union Seminary Quarterly Review, vol. XXIX, 314, 3-4, primavera-verano, 1974, pp. 181-193; “Del paraíso al desierto. Reflexiones autob iográficas”, en R. Gibellini, ed., La nueva frontera de la teología en América Latina. Salamanca, Sígueme, 1977, pp. .

[22] R. Alves, “Christian realism: ideology of the establishment”, Christianity and Crisis, núm. 33, 7 de septiembre de 1973, pp. 173-176.

[23] R. Alves, Lições de feitiçaria, p. 65.

[24] R. Alves, “Cultura de la vida”, en Simón Espinosa, comp., Hacia una cultura de la paz. Caracas, CLAI-Comisión Sudamericana de Paz-Nueva Sociedad, 1989, p. 15. Énfasis agregado. Este texto fue presentado en una reunión auspiciada por los dos organismos coeditores, en abril de 1989. Debo el acceso al mismo a Arturo Arce Villegas e Israel Flores Olmos.

[25] R. Alves, “Poesía”, en Cuarto de cachivaches. México, Ediciones Dabar, 2009, p. 89.

[26] R. Alves, “Las ideas teológicas y sus caminos por los surcos institucionales del protestantismo brasileño”, en P. Richard, ed., Materiales para una historia de la teología en América Latina. San José, Departamento de Investigaciones Educativas, 1981, pp. 345-346. Recogido también enDogmatismo y tolerancia [1982]. Bilbao, Ediciones Mensajero, 2007 (La barca de Pedro, 23).

[27] Frase agregada en Lições de feitiçaria (2003), p. 23.

[28] R. Alves, The poet, the warrior, the prophet. London-Philadelphia, SCM Press-Trinity Press International, 1990, 3, 4.

[29] Ibid., p. 8.

[30] Ibid., p. 14

[31] Ibid., p. 19.

[32] Ibid., p. 27.

[33] Ibid., p. 29.

[34] Ibid., p. 78.

[35] Ibid., p. 102.

[36] R. Alves, Lições de feitiçaria. Meditações sobre a poesía. São Paulo, Edições Loyola, 2003, p. 197. Todas las traducciones son de LC-O.

[37] Tempo e Presença, núm. 181, abril de 1983, p. 14.

[38] R. Alves, “Prefacio. Lições do afogado”, en Lições de feitiçaria. São Paulo, Edições Loyola, 2000, pp. 7-8. El texto de referencia lleva por título “Sobre mágicos e cozinheiros” (Sobre magos y cocineros), el cual muestra ya su inclinación a asociar la gastronomía con la poesía, la teología y la magia.

[39] Ibid., p. 8

[40] Ibid., p. 10.

[41] Ibid., p. 11.

[42] Ibid., p. 12. Énfasis agregado.

[43] R. Alves, The poet, the warrior, the prophet. London-Philadelphia, SCM Press-Trinity Press International, 1990, p. 3.

[44] R. Alves, “Prefacio. Lições do afogado”, p. 12.

[45] Idem.

[46] R. Alves, The poet, the warrior, the prophet, pp. 15, 25, 96.

[47] R. Alves, “Prefácio. Eu não deveria ter tentado escrever este livro”, en Variações sobre o prazer. Santo Agostinho, Nietzsche, Marx y Babette. São Paulo, Planeta, 2011, p. 12. Versión de L.C.-O.

[48] Cf. L. Cervantes-Ortiz, ed., La luz fracturada. Homenaje a Rubem Alves en su 80º aniversario (The fractured light. An hommage to Rubem Alves in his 80th anniversary), http://issuu.com/lcervortiz/docs/homenaje-80.

[49] R. Alves, “Confissões de um protestante osbtinado”, en Dogmatismo & tolerancia. São Paulo, Edições Loyola, 2004, p. 19.

[50] R. Alves, Variações sobre o prazer. Santo Agostinho, Nietzsche, Marx y Babette. São Paulo, Planeta, 2011, p. 22. Versión de L.C.-O.

[51] Cf. Leonildo Silveira Campos, “O discurso acadêmico de Rubem Alves sobre ‘protestantismo’ e ‘repressão’: algumas observações 30 anos depois”, en Religião e Sociedade, vol.28, núm.2, Río de Janeiro, Instituto de Estudos da Religião, 2008, pp. 102-137,www.scielo.br/pdf/rs/v28n2/a06v28n2.pdf.

[52] R. Alves, op. cit., p. 29.

[53] Ibid., p. 40.

[54] Ibid., 86.

[55] Ibid., p. 138.

[56] Cf. R. Alves, “A festa de Babette”, en www.releituras.com/rubemalves_babette.asp.

[57] R. Alves, Variações sobre o prazer, p. 150.

[58] Ibid., p. 151.

 

http://www.lupaprotestante.com/blog/una-teologia-de-la-alegria-humana-la-teologia-liberadora-ludica-y-poetica-de-rubem-alves/

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