CHICAGO — Enfermo, sin trabajo, sin dinero y sin vivienda, dice encontrarse el reverendo José Landaverde, quién hasta hace unos días estaba al frente de la iglesia anglicana Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de La Villita.
Landaverde, anunció en su perfil de Facebook que renunció al cargo, después de siete años al frente de la iglesia; y dijo al diario Hoy que tras una cirugía de corazón abierto le era muy difícil continuar al frente de esa institución.
“Estaba cansado de la lucha y de las enfermedades”, contó Landaverde, quien mencionó que tras la cirugía empezó a trabajar al tercer día después de salir del hospital. “A la gente poco le importa la situación de uno, ellos solo quieren saber como van sus casos”, agregó.
“Les escribo para notificarles que desde hace unas semanas se terminaron mis funciones como pastor de la Misión Nuestra Señora de Guadalupe”, informó en Facebook, “estaré colaborando con ellos cuando me lo soliciten, de acuerdo a mis capacidades. Por lo tanto no tengo nada que ver con las operaciones de la misión. Le doy las gracias a esa congregación y a la comunidad en general por toda su generosidad”, escribió.
Landaverde dijo que si se recupera buscará un empleo como organizador; también dijo que está tratando de conseguir que el gobierno le otorgue beneficios por discapacidad, “ahorita no tengo ni donde vivir”, indicó y agregó que por ahora duerme en su vehículo, un auto que cree pronto tendrá que devolver por falta de pago.
El domingo por la tarde, Landaverde, de 47 años y de origen salvadoreño, mencionó que sólo contaba con una tarjeta prepagada de $150 y un poco de ropa.
El mes pasado, Landaverde, quien es conocido por su activismo por los inmigrantes indocumentados, fue acusado de golpear a una mujer en La Villita. Fue arrestado en su domicilio en la cuadra 2900 W. 25th St., y acusado con un cargo menor de agresión.
La afectada le dijo a los oficiales que tras haber ingerido alcohol ambos tuvieron una discusión. El reporte de la Policía indica que Landaverde se molestó y le puso las manos a la mujer en el cuello y estuvo a punto de ahorcarla antes de empujarla al suelo y patearla varias veces.
Landaverde comparece en corte el 20 de enero y el domingo indicó que ese asunto no tiene nada que ver con su retiro de la iglesia.
Según la agencia EFE, Landaverde nació en una familia muy pobre y a los 9 años se fue de casa y perdió contacto con sus padres. La guerra civil salvadoreña lo tuvo a los 17 años entre dos bandos, el del ejército y la guerrilla del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí.
En 1989, llegó a San Salvador y se unió al Movimiento Popular Cristiano para trabajar organizando a los campesinos pobres. Fue detenido y torturado por el Ejército, hasta que una gestión de grupos católicos le permitió abandonar El Salvador rumbo a Guatemala y México, y posteriormente a Estados Unidos como asilado político.
Landaverde dijo que se considera desamparado, ya que lleva entre una semana y media a dos semanas, durmiendo en su auto.
Antes del ataque al corazón, Landaverde realizó huelgas de hambre para presionar por una reforma migratoria y para conseguir trasplantes para indocumentados, mismas “que me llevaron a un extremo (de salud) bien difícil”, dijo.
Landaverde agregó que por ahora la iglesia anglicana nombró a una pastora interina. Al cierre de esta edición, la Iglesia Anglicana estadounidense no había respondido a la solicitud de comentarios respecto a la renuncia de Landaverde.
Landaverde dijo que seguirá desamparado, “son cuestiones que hay que enfrentar”, afirmó.
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