El Santo Padre sonríe mientras habla con el presidente de Filipinas, Benigno Aquino .. Reuters

MANILA—El papa Francisco llegó a Filipinas el jueves para encontrarse con una sociedad en donde el catolicismo sigue siendo fuerte, pero en donde algunos miembros de la Iglesia consideran como anticuadas las enseñanzas de la religión en temas de sexualidad y de métodos anticonceptivos artificiales.

“Soy católica, voy a misa todos los domingos”, dijo Wensie Layco, de 19 años y madre de dos quien visitó hace poco una clínica de planificación familiar en Tondo, un distrito pobre en el norte de Manila. “Pero es difícil criar a niños aquí, por eso vine a conseguir un implante anticonceptivo”.

El año pasado, la Corte Suprema filipina aprobó una ley en materia de reproducción que abrió el camino para que el gobierno comenzara a dar acceso a anticonceptivos por primera vez a miles de familias en un país con una alta tasa de natalidad y de pobreza. La Iglesia Católica se opuso a la medida, pero muchos católicos la apoyaron.

Filipinas sigue siendo un país profundamente católico: la congregación de la religión aquí cuenta con 80 millones, una cantidad que solamente superan Brasil y México. También es muy tradicional; el adulterio es una ofensa criminal penalizada con hasta seis años de cárcel, y el divorcio está prohibido.

Muchos católicos esperan que el papa Francisco alivie las tensiones causadas por la batalla en torno a la ley de reproducción durante su visita de cinco días. Sin embargo, los representantes de la Iglesia han indicado que es improbable que el Santo Padre flexibilice la oposición de Roma ante la anticoncepción.

Religiosas filipinas oran antes de la llega del papa Francisco a Manila. European Pressphoto Agency

Bicbic Chua, directora ejecutiva de Católicos a favor de la Salud Reproductiva, un grupo de católicos progresivos que dedicaron años a promover la ley, apuntó que esperaba que el papa Francisco motivara a los obispos filipinos a bajar el tono de su oposición a grupos que apoyan el acceso a anticonceptivos.

“Creemos que puedes apoyar la salud reproductiva y practicar planificación familiar y seguir siendo un buen católico”, afirmó. “Somos, y seguimos siendo, tratados como pecadores”, señaló. “(Pero) para nosotros lo que es inmoral es traer niños a este mundo sin amor, sin un cuidado adecuado y sin alimentación”.

Fuera de la clínica de planificación familiar en Tondo, niños escudriñaban pilas malolientes de basura, y corrían por un tráfico pesado para treparse en la parte trasera de camiones de basura. Todos los días, unas 60 mujeres visitan la clínica en busca de asesoría y anticonceptivos gratuitos, apuntaron voluntarios de salud de Likhaan, una ONG que abrió la clínica y otros cinco centros aquí en 2008, después de que el gobierno eliminara la prohibición.

Desde 1970, la tasa de natalidad de Filipinas se ha reducida a la mitad, desde seis hijos por mujer a tres. La cantidad sigue siendo alta según estándares regionales. En zonas desfavorecidas como Tondo, las mujeres siguen teniendo en promedio de seis a siete hijos, según Likhaan, que dependía principalmente de una subvención de la Unión Europea para proveer servicios anticonceptivos hasta que la ley de reproducción le permitió recibir recursos y dinero del gobierno filipino.

El sacerdote Joel Jason, decano de estudios de la Escuela Superior de Teología del Seminario de San Carlos en Manila, dijo que el Papa no eliminaría la doctrina de la Iglesia sobre los anticonceptivos artificiales, y rechazó que la Iglesia estuviera perdiendo la perspectiva. “La Iglesia está muy en contacto con la realidad”, dijo Jason, y no bajaría “los estándares simplemente porque a la gente la parece exigente”. El religioso dijo que la Iglesia respetaba el hecho de que la ley de reproducción había sido aprobada, pero que continuaría “educando las conciencias de la gente” al predicar en contra de los anticonceptivos.

“La iglesia jamás ha promovido la reproducción sin sentido”, afirmó, pero se opone a los anticonceptivos artificiales bajo el fundamento de que “Dios creó el cuerpo femenino de manera perfecta”.

La iglesia bajo el papa Francisco seguirá promoviendo “la reproducción responsable mediante la planificación familiar natural”, es decir la abstención del sexo durante los días más fértiles del ciclo de la mujer, dijo.

Las mujeres en la clínica de Tondo dijeron que este método tenía un resultado seguro: más bebés.

“La planificación familiar natural no funciona”, dijo la trabajadora comunitaria de salud Mary Jane Judilla. “Los sacerdotes no son expertos en esto”.

Las mujeres católicas utilizan anticonceptivos y mienten a los sacerdotes, dijo Judilla, para proteger beneficios de la Iglesia como patrocinios escolares para sus hijos. “Pero somos todos católicos”, dijo. “Solo estamos haciendo lo mejor para nuestra familia”.

—Josephina Cuneta contribuyó a este artículo.

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