
Por Ana Mercedes Pereira Souza*
Los años 90s del siglo XX fueron años muy difíciles para el conjunto de actores/as religiosos/as y laicales que desde la perspectiva de la Teología de la Liberación y las Comunidades Eclesiales de Base (TL-CEBs), optaron por diversas dinámicas, reflexiones y acompañamiento a los sectores populares de América Latina y El Caribe.
El teólogo español, nacionalizado nicaragüense, José María Vigil traduce estos tiempos como «la noche oscura” , provocada en gran medida, por la involución de la Iglesia Católica , la crisis de los socialismos, el desarrollo y la implantación de las políticas neoliberales y la globalización.
Según el teólogo laico colombiano Fernando Torres Millán «la impresión general, es que tanto la TL como las CEBs, entraron en una crisis en la medida en que estaban muy ligadas a la institución y la institución fue asolada por todas estas políticas desarrolladas desde el Vaticano, desde el CELAM [Conferencia Episcopal Latinoamericano] para hacer que estas experiencias fueran cooptadas o debilitas”.
Sin embargo, la TL tiene apenas 40 años en los que aún en medio de dificultades y limitaciones, pudo construir discursos y prácticas teológico-pastorales, bíblicas, políticas nuevas, surgidas desde la realidad de los pobres en el continente. Es por tanto, una corriente teológica en construcción, que ha avanzado en medio del martirio, de persecuciones, señalamientos y exclusiones y necesita su tiempo para crecer en estos tiempos de sombras y silencios pero también de esperanzas en la actual situación de América Latina.
Es importante dar una mirada al continente para ver las novedades, los nuevos sujetos y actores que emergen con sus luchas, movilizaciones y resistencias en contextos de lógicas de muerte impuestas por el neoliberalismo y la globalización económica. La primera constatación es que pese a las dificultades de reproducción del nuevo discurso teológico latinoamericano, de la TL y de las CEBs, este movimiento siguió su caminata por diferentes vías, algunos actores/as religiosos/as continuaron vinculados /as a la institución, otros/as más laicales se ubicaron en las fronteras o bordes institucionales —las llamadas teologías de fronteras, de bordes—.
La novedad mayor en la década de los 90s, dentro del campo religioso católico —también protestante—, fue el surgimiento de una nueva generación de teólogos/as, biblistas, que expresaron y expresan, desde sus identidades laicales, sentimientos, anhelos, luchas y resistencias de los diferentes rostros de los pobres en el continente: indígenas, campesinos, afrodescendientes, mujeres, jóvenes, comunidades LGBTI, entre otros . En ellos y ellas hay sentimientos de «exclusión”, de ser mirados/as como «ciudadanos/as de segunda categoría” por su identidad laical y exigen reconocimiento a sus trabajos y reflexiones bíblico-teológicas que en gran medida, generaron procesos de continuidad, alianzas, redes latinoamericanas producciones, en contextos de crisis de la TL clásica, señala la teóloga laica colombiana Maricel Mena. «En gran parte, fue gracias al movimiento bíblico-teológico laical de los 90s, que la TL continuó sus reflexiones, desde perspectivas bíblico y teológicas contextualizadas, realizando rupturas epistemológicas, articulando sujetos emergentes, nuevas problemáticas y nuevos actores”, añade Mena.
Articulación con movimientos sociales
La pregunta es ¿cómo se articulan estos nuevos actores/as laicales con los movimientos sociales del siglo XXI en los que emergen nuevos sujetos que reclaman desde sus subjetividades, ser escuchados y tenidos en cuenta en los procesos políticos nacientes? Nos referimos a las nuevas Constituciones (Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay) que se erigen con acentos democráticos, participativos, incluyentes, que reconocen la diversidad y pluralidad cultural, étnica, político-ideológica, religiosa de nuestros pueblos.
Gran parte de laicos y laicas de las CEBs se empoderaron respecto a derechos y están incursionando en espacios de construcción y/o fortalecimiento de la sociedad civil, sea desde sus iglesias, o a través de sus vínculos con ONGs o desde sus organizaciones de base. Estos nuevos actores/as son los «pilares” de la construcción de nuevas ciudadanías que luchan contra la corrupción, los gamonalismos urbanos y rurales, el verticalismo y patriarcalismo en los espacios en los que se desempeñan.
«…La práctica de la Liberación en la actual coyuntura se desplaza hacia la sociedad civil y los movimientos populares y desde allí plantea más a largo plazo, el problema del poder político y del Estado”.
Richard, Pablo. «América Latina: ¿Réquiem para la Teología de la Liberación?” Revista Envío, marzo 1992.
Surge un laicado que va tomando otros espacios, va creando otras posibilidades de definir su experiencia de fe y de proyectarse hacia la sociedad y creo que esa ha sido la mayor riqueza que se ha producido en estos últimos 20 años en América Latina, Laicos y laicas que han desarrollado muchísimas posibilidades muy novedosas y creativas, de la articulación de la fe con los movimientos sociales en América Latina, los movimientos contra las discriminaciones, movimientos eco-ambientales, de solidaridad con los pueblos, de derechos humanos, con la defensa de la diversidad sexual, entre otros”, afirma Torres Millán.
«En el 2010, el tema del Grito de los Excluidos, será una pregunta,seguida de una propuesta: ‘¿Dónde están nuestros derechos? Vamos a las calles para construir un proyecto popular?.(…) Es una iniciativa de la Campaña por el Límite de la Propiedad de la Tierra (…) que tiene el apoyo de organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, la Central Única de Trabajadores, la Coordinadora Ecuménica de Servicio, Caritas Brasileña, la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil y la Comisión Pastoral de la Tierra”.
Martins, José Pedro. «La Teologia de la Liberacion sigue viva”, Noticias Aliadas, 2 de setiembre, 2010.
Respecto a las luchas y resistencias en el continente, uno de los acontecimiento más importantes que convocaron/convocan y articularon/articulan a diversos actores/as sociales es el Foro Social Mundial en el que se discuten las nuevas realidades y contextos. Con el lema «Otro mundo es posible”, estos eventos visibilizan los sujetos emergentes a los que nos hemos referido. La TL-CEBs hace parte de estos procesos, ha estado en interacción y reflexión constante con las nuevas realidades y cambios de nuestras sociedades.
En estos espacios se observa que los actores/as que más han resistido frente a la imposición neoliberal, a los Tratados de Libre Comercio, a las políticas de los gobiernos respecto a la extracción minera, al saqueo de los recursos naturales y a los daños ocasionados por estas acciones, son las comunidades indígenas del continente. Y es interesante que sea, precisamente, desde estas comunidades ancestrales colonizadas, explotadas, esclavizadas, excluidas, desde donde nace un nuevo paradigma para toda la humanidad, el Buen Vivir, posicionado en estos foros.
También las mujeres, desde sus realidades, manifiestan sus inconformidades y realizan acciones de resistencia. En estas dos últimas décadas se empoderaron respecto a sus derechos, rechazan y exigen concreción de acuerdos internacionales de reconocimiento de sus derechos, construyen políticas públicas, de inclusión, de no violencia, de condenas severas a los violadores, a los que cometen feminicidios, construyen políticas públicas de paridad en espacios políticos, reclaman y exigen mayor reconocimiento de sus aportes y mayor democratización en las estructuras políticas y eclesiales.
Las teólogas de la liberación feminista por ejemplo, exigen su lugar y reconocimiento de su producción bíblico–teológica, tanto en espacios tradicionales como en el interior de la TL. Las búsquedas de estas actoras, religiosas y laicas, generaron el surgimiento de algunas tendencias en su interior. De un lado, recuperan presencia de las mujeres en la historia de la Iglesia, de otro, realizan re-lecturas bíblicas en una perspectiva de género, otro sector entra en un proceso de re-descubrimiento de las diosas en la antigüedad y las reivindican en la actualidad, con símbolos, rituales, danzas, plegarias que nos evocan e invitan a las mujeres a recuperar el poder emanado de estas diosas, de la Madre Tierra y de Dios Padre y Madre, presente y actuante en sus vidas.
Encontramos también el eco-feminismo, propuesta en la que la teóloga feminista brasileña Ivone Gevara, el Colectivo Cons-pirando de Santiago de Chile, la teóloga feminista ecuatoriana Marcia Moya y otras teólogas y experiencias similares, asumen la necesidad de trabajar el cuerpo de las mujeres, emociones, sentimientos, subjetividades articulados con el dolor y la defensa de la Madre Tierra y a visiones-proyecciones y prácticas de empoderamiento de las mujeres en sus dimensiones de género, político y ecológicas.
Retos y desafíos actuales
Es importante entonces, re-situar las relaciones entre TL y educación, y repensar qué tipo de pedagogías y nuevas epistemologías se requieren para interactuar con los nuevos sujetos/as y actores/as que emergen en estos nuevos contextos, marcados por el neoliberalismo, la posmodernidad y la globalización.
También es de vital importancia para la TL-CEBs realizar sistematizaciones regionales para apreciar avances significativos de algunos proyectos regionales de CEBs, analizar aciertos, errores, limitaciones y especialmente aprendizajes. En una perspectiva auto-critica desde el «Corazonar” (reflexionar con el corazón y la razón) propuesto por el Buen Vivir y desde actitudes fraternas y sororas, recoger las huellas de este caminar, con humildad y con la sabiduría acumulada por las generaciones de los diversos actores/as y sujetos/as articulados/as en estos procesos, para con estas lecciones aprendidas, continuar el/los caminos asumiendo los actuales retos y desafíos que exigen los nuevos contextos plurales y complejos.
Otro desafío de la TL-CEBs es avanzar en propuestas ecuménicas, hacia adentro y hacia afuera, en diálogos inter-religiosos para la paz y la vida con dignidad. La paz no es solamente lograr acuerdos en medio de un conflicto armado (Colombia), la paz es pan, es educación, es salud, es trabajo, es tierra, es inclusión, democracia, respeto a las pluralidades, respeto a los derechos humanos, a los acuerdos constitucionales, realidades de nuestro continente que invitan a la TL-CEBs a procesos ecuménicos y a diálogos inter-religiosos para construir esa paz integral que tanto anhelamos. La experiencia de grupos cristianos provenientes de la TL-CEBs en Colombia muestra estos caminos de ecumenismo y construcción ciudadana para la paz:
Crear un escenario de mística profética cristiana que genere acciones de incidencia frente a la paz en nuestra sociedad, el campo popular y el mundo ecuménico. Informar y formar sobre el proceso de la paz, sobre el papel del ecumenismo, sobre la importancia de una paz con ética y sobre las veedurías ciudadanas.
Finalmente, hay una novedad eclesial y política que es fundamental tener en cuenta: a los 52 años de inicio de la Primavera Eclesial promovida por el Vaticano II, el papa Francisco está transformado las estructuras de poder, corrupción y autoritarismo del Vaticano. Su actitud de humildad, de escucha, de interlocución ecuménica e inter-religiosa a favor de la paz mundial, de la vida con dignidad para los sectores excluidos de nuestras sociedades, genera esperanzas no solo para América Latina, sino también para el mundo entero. El reto, el desafío, es lograr que las reflexiones y propuestas del papa Francisco sean asumidas por las diferentes instancias socio-eclesiales y laicales de América Latina y que desde abajo, desde los sectores marginados y excluidos, se asimile y se viva este nuevo momento de cambios y esperanzas para un futuro mejor.
Ya se están desarrollando algunas iniciativas en este sentido, como es el llamado de laicos y laicas, religiosas y religiosos, reunidos en el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) de Costa Rica a asumir y vivir esta Primavera Eclesial, con la alegría, el regocijo de nuevos tiempos que exigen nuevos compromisos, unidad y respeto en la diversidad de actores/as, sujetos/as pensamientos y acciones que confluyen hoy en la TL y CEBS del continente.
* Trabajadora social, socióloga, directora de la Red Ecuménica Nacional de Mujeres por la Paz-Colombia.
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1 Vigil, José María, «Aunque es de noche. La hora espiritual de América Latina en los 90”. Ed. Envío, Segunda Edición, Nicaragua, 1996.
2 En estos procesos de involución de la Iglesia Católica, fueron muy importantes dos obispos colombianos, Mons. Darío Castrillón y Mons. Alfonso López Trujillo, presidente y secretario del CELAM a mediados de los 70s. Posteriormente desde el Vaticano continuaron sus labores apoyados por el cardenal Joseph Ratzinger.
3 Entrevista realizada por Ana Mercedes Pereira a Fernando Torres Millán, teólogo laico, Bogotá, noviembre.24, 2014.
4 Hay múltiples publicaciones sobre Teología Negra, Indígena, de la Mujer, de Jóvenes, publicadas en RIBLA-Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana y en ediciones Abya Yala y en espacios del Proyecto de Lectura Popular de la Biblia.
5 Entrevista realizada por Ana Mercedes Pereira a Maricel Mena, teóloga laica, Bogotá, noviembre 24, 2014.
6 Objetivos Primer Encuentro Nacional Mesa Ecuménica de Colombia, «Paz con Ética y Ética para la Paz”, Cali, noviembre 7 y 8, 2014.
7 Ver, https://www.facebook.com/primavera.eclesial
Publicado originalmente en Noticias Aliadas
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