COLOMBIA

Bogotá-

Variedad de programación artística tiene la I Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia que se desarrolla del 6 al 12 de abril en distintos escenarios de Bogotá. Se presentan delegaciones de todas las regiones del país.

El evento, organizado por la Alcaldía de Bogotá e Ideartes, convoca a 800 participantes de 35 nacionalidades, entre ellos, al cantante panameño Rubén Blades, la artista independiente tunecina Badiâa Bouhrizi o el novelista e ilustrador francés Edmond Baudoin, informaron los organizadores del evento.

Junto a las charlas se desarrollan conciertos y proyecciones de documentales, así como talleres de radio, fotografía y audiovisuales. La costa Caribe participa en el evento con una nutrida delegación.

Como parte de la cuota costeña estará el líder Crispín Izquierdo, mamo de la Sierra Nevada de Santa Marta y miembro de la comunidad de los arhuacos, quien interpretará el toque del caracol. También participará Mayra López Severiche, ex líder estudiantil de Sucre, cantante y gaitera.

Entre las voces que hablarán sobre el conflicto y la paz por sus comunidades estarán Cristina Mendoza, compositora e intérprete que llegará desde los Montes de María, Bolívar; Ati Quigua, indígena arhuaca y representante en la mesa de La Habana, y la poeta wayuu Antonella.

Este 9 de abril se conmemora el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas colombianas.

Fuente: El Heraldo


ORIGEN

La Cumbre Mundial de Artistas por la Paz, es organizada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, el Instituto Distrital de las Artes- Idartes – Entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, la Alta Consejería para las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, el Comité de Impulso conformado por más de 50 artistas y organizaciones y el Movimiento Cultural Artistas por la Paz.

La cumbre busca construir escenarios abiertos, polifónicos y democráticos que permitan dar expresión a los hombres y mujeres artistas, practicantes y pensadores, vinculados a procesos de construcción de la paz con justicia social, con procesos de reparación y con la creación de condiciones de no repetición. Se propone también ser espacio de resonancia de las voces de artistas, gestores culturales, pensadores y comunidades que han sido silenciadas o invisibilizadas por las condiciones del conflicto.