El sitio se
llama «JARDÍN ENCANTADO». Se encuentra en San Francisco de Sales (Cundinamarca,
Colombia) a 52 Kms. de Bogotá.
Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
09 Sep 2015 Deja un comentario
en Humanizar
El sitio se
llama «JARDÍN ENCANTADO». Se encuentra en San Francisco de Sales (Cundinamarca,
Colombia) a 52 Kms. de Bogotá.
09 Sep 2015 Deja un comentario
en Pueblos Indigenas, Terrorismo y Violencia
Óscar Jamioy llegó la mañana del pasado 30 de agosto a la terminal de Mocoa, capital del Putumayo, procedente de Cúcuta, luego que la guardia venezolana lo deportara el pasado 24 de agosto tras señalarlo de paramilitar. En su cara se le notaba el cansancio de casi 27 horas de viaje dese Cúcuta hasta Mocoa, y en su voz el dolor de haberlo perdido casi todo tras 11 años de trabajo como médico tradicional del pueblo Kamentsá.
“Yo tenía un programa de radio en San Antonio, donde residía en una pequeña casa que estaba construyendo con el dinero que ganaba con mis rituales del Yagé”, señaló Jamioy, y subrayó que no le dieron tiempo de sacar nada porque fue montado en una camioneta a la fuerza para llevarlo a un centro de emigración para su deportación, después de acusarlo de ser colaborador de grupos paramilitares.
Afirma que él gozaba de un prestigio en la región, sobre todo en poblaciones como Colón, Ureña, y Las Delicias, donde viajaba constantemente a curar enfermos con sus yerbas y hacer rituales de Yagé. En la radio le iba muy bien. Su programa era el que tenía más sintonía no solo entre los colombianos sino entre los mismos venezolanos. “Cure muchos enfermos”…
Una situación parecida vivieron las hermanas Nelly y Patricia Chindoy, de 27 y 23 años, respectivamente, quienes horas antes también habían llegado a Mocoa, procedentes de Venezuela. Fueron deportadas por el gobierno del presidente Maduro, por indocumentadas. Ellas llevaban 2 años y tres meses trabajado en San Antonio en oficios varios en casas de familia de la población fronteriza.
A ellas les marcaron la casa con la letra D y en pocas horas fueron llevadas a la fuerza por la guardia que les permitió, en 10 minutos, empacar algo de ropa y otros objetos, entre ellos algo de dinero que tenían guardado en un tarro de galletas que les servía de cofre.
Los tres connacionales, por fortuna, no habían tenido hijos en ese país, por lo tanto su destierro no es tan dramático como el de otros compatriotas que los separaron de sus hijos.
Oscar argumenta que él llego a ese país por una invitación de un paisano que también practicaba la medicina tradicional y que le estaba generando muy buenos ingresos económicos. Las hermanas Chindoy llegaron a San Antonio en busca de una oportunidad laboral promovida por una tía quien, por años, trabajaba allá y cada vez que llegaba al pueblo en vacaciones las motivaba para que se fueran con ella.
Aseveran que nunca tuvieron ninguna vinculación con grupos armados ni con bandas criminales ni nada que fuera ilegal. Su deportación se dio por ser colombianos y vivir en un barrio de invasión Las Berinitas, en San Antonio estado del Táchira.
“A mí me pretendía un pimpinero que iba mucho a mi casa, él llevaba gasolina de Venezuela a Colombia por los pasos clandestinos”, asevero Patricia, mientras que a Nelly lo único que le importaba era hacerse un curso de belleza para trabajar en un salón de belleza y de corte de cabello.
El médico indígena, con sus 11 años de trabajo, mandaba dinero para la ayuda de su mamá en Sibundoy, cada mes viajaba hasta Cúcuta y hacía un giro que una de sus hermanas reclamaba y, de paso, aprovechaba para recoger el yagé que le mandaban de Sibundoy con el cual hacia sus rituales. “Hoy no tengo nada solo las ganas de volver a empezar y sé que lo voy a lograr”, señala el médico tradicional, quien el próximo 15 de septiembre cumple 38 años de edad.
Los tres deportados llegaron a Mocoa, para seguir a Sibundoy sin ningún tipo de ayudas, tan solo con algo de dinero que tenían en sus bolsillos que les alcanzó para pagar los pasajes del transporte intermunicipal. El médico tradicional tuvo que empeñar un anillo de oro por el cual le dieron 250 mil pesos de los cuales tan solo le quedan 70 mil, lo que él considera su gran fortuna en medio del infortunio. “Mis corotos quedaron tirados y a lo mejor ya se los robaron”, lo dice con algo de sentimiento.
Incierto es el futuro de estas tres personas, ya que de cero tendrán que partir nuevamente, aunque con la ventaja de que tiene a toda su familia en Putumayo y las ganas de luchar, a pesar de todo, como coincidieron los tres
09 Sep 2015 Deja un comentario
Para Juan Bautista Karsabe era un milagro que esas fotos, plasmadas en una sábana blanca, se movieran. A sus veinte años no conoce Valledupar, la ciudad occidental que está más cerca de su universo, Nabusímake, la capital del pueblo arhuaco. Mientras otros jóvenes se ufanan de saberse de memoria los vallenatos de moda y de viajar cada quince días a la civilización, Juan Bautista está feliz porque hace quince días su padre reunió el dinero para comprarle el traje blanco que identifica a los arhuacos. Las sandalias, de suela de llanta Goodyear, las consiguió gracias a vender el maíz que él mismo cultiva.
Mientras ve, junto a otros ochocientos indígenas en el centro de su pueblo, las imágenes de Colombia: magia salvaje, mete un palo en su pololo y saca de él un poco de ese menjurje de saliva, coca y cal con el que le huye al cansancio, al sueño y al hambre. Son las diez de la noche y hace rato debería estar dormido. No importa que al otro día el sembradío de maíz que protege como si fuera una extensión de su cuerpo necesite de sus manos; el cine ha llegado a Nabusímake. Juan Pablo, el muchacho de bigote incipiente que aspira a ser algún día un Mamo, también está hipnotizado.
Tampoco conoce Valledupar y dice sentir nauseas cuando huele la gasolina que destilan los carros. Lo más lejos que se ha separado de su mundo fue el día que, por una apendicitis, tuvo que ser atendido en Pueblo bello, el municipio que queda a veinticinco kilómetros del centro de la galaxia.
Veinticinco kilómetros parecieran un trayecto muy corto pero en la Sierra Nevada el tiempo y la distancia empiezan a tener otro significado: la ruta se cubre en cuatro horas. La carretera es una herida abierta que se va hundiendo con el paso de los años. Los arhuacos, muy en el fondo, esperan que la montaña se termine de comeser ese camino construido hace más de sesenta años cuando los jesuitas tuvieron la genial idea de darles otros dioses y sembrar pinos. El pino correó la ya árida tierra de la Sierra y la religión trajo el arrepentimiento y el chirrinche. Las rutas se angostan, los precipicios se empinan, los hombres se corrompen.
Por ese camino pasamos cuarenta personas en nueve camionetas cuatro por cuatro para llevar el cine por primera vez a Nabusímake. El grupo Ambulante, conformado por jóvenes cineastas que pretenden llevar documentales a los lugares más recónditos del país, se encargó de montar la pantalla, de cuadrar el sonido, de transformar el empedrado de la plaza en una sala de cine. De traer por un momento la energía eléctrica a un pueblo que nunca la ha conocido. Y lo consiguieron.
Arhuacos de todas partes de la sierra bajaron hasta la capital del mundo para ver el prodigio. Las mujeres, cargando sus niños y tejiendo eternamente una mochila, y los hombres, silenciosos y mambeantes, contemplaban embelesados los glaciales, las cordilleras, las aves espléndidas que componen el mundo de sus hermanitos menores. La voz de Julio Sánchez Cristo retumbaba entre las piedras milenarias del pueblo y se metía en las húmedas y oscuras celdas de la prisión de Nabusímake. Justo al lado de la plaza se erige una casona inmensa de techo de paja en donde están encerradas siete personas. Seis de ellas solo deben pagar un par de semanas por delitos menores como abusar del chirrinche o pegarle a la mujer, uno de ellos si estará confinado durante siete años por haber abusado de una niña. La comunidad le había expresado al Mamo el deseo de dejar libre, al menos por esa noche, a los siete condenados. Pero la máxima autoridad de Nabusímake fue inflexible: los presos seguirían pagando su pena en la amarga oscuridad.
Los gorros blancos de los indígenas permanecían quietos como los picos de los nevados que rodean Naboba, la laguna sagrada de donde los Arhuacos creen que nace la vida y que un dron recorre como un cóndor en la mitad del documental. Lo único que se mueve en la plaza es la lluvia tenue que mandan desde el cielo las nubes negras, rebosantes de rayos. El cine, ciento veinte años después de su invención, todavía tiene la capacidad de sorprender.
Las luces se apagan, Juan Bautista vuelve a llevarse el palito a su boca, mambea y piensa mientras camina hasta su casa de bahereque y madera en donde su familia ha vivido desde hace cinco generaciones. Se acostará en el chinchorró y pensará, por primera vez en mucho tiempo, en ese país mágico y salvaje que se oculta detrás de la Sierra.
09 Sep 2015 Deja un comentario
en Abuso infantil-Abuso sexual, Iglesia Anglicana
09 de septiembre, 2015
El diario británico The Guardian anunció que Peter Ball, antiguo obispo de Lewes y Gloucester en Inglaterra, se declaró culpable de haber abusado sexualmente de más de 20 jóvenes.
De acuerdo con el diario, el pasado martes,el exobispo que es una figura influyente en la esfera eclesiástica inglesa y es conocido del príncipe Carlos, reconoció que abusó de 21 jóvenes durante 15 años entre 1977 y 1992.
A través de una videoconferencia, Ball compareció ante el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales para aceptar su responsabilidad por el acoso de 19 jóvenes y dos casos de “abusos deshonestos”, no obstante, el exobispo no será juzgado por los delitos más graves que se le imputan, los cuales incluyen abusos a menores de 13 y 15 años.
La investigación reveló que anteriormente fiscales, policías y el entonces arzobispo de Canterbury, George Carey, protegieron a Ball cuando fue denunciado por primera vez en 1993, por lo que hasta 2012 la Iglesia Anglicana entregó los documentos de los delitos a la policía.
Carwey Hughes, líder de la investigación que duró tres años, reconoció que se trata de una de las averiguaciones más complejas que ha realizado por los obstáculos legales, pero finalmente, 22 años después, el antiguo obispo será juzgado el próximo 7 de octubre.
(Con información de El Mundo)
09 Sep 2015 Deja un comentario
en Iglesia Catolica Romana, Vaticano
Posted: 09 Sep 2015 10:05 AM PDT
Blog de: Martín Gelabert Ballester, OP /
Este blog trata de cuestiones religiosas, teológicas y eclesiales. Busca ser un espacio de reflexión y diálogo. Su autor es Martín Gelabert Ballester, fraile dominico, nacido en Manacor (Islas Baleares). Su lugar de residencia es Valencia. Dedica su tiempo a la predicación y a la enseñanza de la teología, especialmente la antropología teológica y la teología fundamental. Sobre estos temas tiene publicados varios libros y muchos artículos en distintas revistas.
Ha sido portada de casi todos los periódicos. Ha sido la gran noticia de los portales religiosos. A unos y otros ha sorprendido la autorización del Papa Francisco para que durante el “año de la misericordia” todos los sacerdotes puedan absolver el, para los creyentes, pecado de aborto. Digo para los creyentes, porque solo para ellos tiene sentido el concepto de pecado, como un acto que no responde, en parte o totalmente, a los criterios del Dios revelado en Jesucristo. Cierto, según la norma eclesial, absolver el pecado de aborto está reservado al Obispo, aunque también hay otros confesores que pueden absolverlo habitualmente, porque tienen “bula” para ello. La autorización de Francisco tiene precedentes: durante los días en que se celebraron en Madrid las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Arzobispo Rouco Varela concedió a los presbíteros una autorización semejante.
Más que los hechos en sí, lo que sorprende en Francisco son los acentos y los enfoques. Los acentos: con este Papa ha quedado muy claro que hay muchos modos de matar: el cerrar una frontera, las estructuras económicas o el comercio de armas matan cada día, y pueden ser pecados tan graves o incluso más que el del aborto (depende de las circunstancias). Cuando se tienen en cuenta todos los modos, entonces uno resulta más creíble en su denuncia que cuando solo se denuncia una modalidad. Los enfoques: hay situaciones muy difíciles de arreglar, porque las personas que las sufren se ven superadas por las circunstancias. Así enfocó el Papa en la Evangelii Gaudium el tema del aborto, buscando comprender la angustia de la mujer. Y así está enfocando otros temas sobre moral sexual o matrimonial. Comprender no es aprobar, mucho menos alentar. Pero sí es no añadir sufrimiento a sufrimiento. Comprender es “ponerse en la piel del otro”, preguntarse qué haría yo en su situación. Comprender es no juzgar “desde fuera”.
En cuestiones de moral o de pastoral vale lo que se dice en medicina: no hay enfermedades, sino enfermos. Es necesario mantener los principios, pero las respuestas son individuales. Algunos desearían que este Papa abriera puertas. No digo que en algunos terrenos no sea posible, pues a veces hemos confundido el dogma con la teología, hemos ahogado la libertad evangélica o hemos leído la Escritura desde presupuestos que le son ajenos. Por ahora tengo la impresión de que solo se abren ventanas y se favorecen los debates.
09 Sep 2015 Deja un comentario
La hermana Mónica Astorga Cremona creó un refugio para mujeres trans en Neuquén y ayuda a presos en todas las cárceles del país; enterate quién es esta mujer que, según sus propias palabras, «está haciendo lío»
Por Marina Herrmann | Revista OHLALÁ!
La hermana Mónica Astorga Cremona, una monja que pertenece a la Orden de las Carmelitas Descalzas, atiende el teléfono y sintetiza en pocas palabras la movilización que generó cuando se dio a conocer su trabajo: «Yo le dije al Papa, que aunque él le pidió a los jóvenes que hagan lío, la que lo está haciendo soy yo».
Mónica salió en las últimas semanas en varios medios de la provincia de Neuquén, donde vive en un convento de clausura, por la tarea que realiza con un grupo de mujeres trans. Pero además de este trabajo, desde hace muchos años ayuda a presos de las cárceles de todo el país.
La voz de Mónica es fresca, calma, y enérgica, y si una persona desconoce su edad, apostaría a que no tiene más de treinta y pico de años. Sin embargo, detrás de esas cuerdas vocales hay 30 años de trabajo en la comunidad, y 50 de edad. Por eso su necesidad de aclarar que aunque el Papa le habló a los jóvenes, la que está «haciendo lío» es ella.
Mónica se ordenó cuando tenía 20 años, y recuerda que en un primer momento su preocupación eran los jóvenes de su misma edad que se drogaban y terminaban borrachos, por eso dedicaba sus oraciones a ellos.
Después, empezó a trabajar con presos, a los que acompaña hace 20 años a través de cartas y conversaciones telefónicas que mantiene con regularidad: «Con los presos siempre me tocan los casos más conflictivos, porque me gustan los desafíos».
«Todas las mañanas leo las noticias y los policiales, y muchas veces me encuentro con que algunos de mis presos se han escapado», dice con una risa tierna, como la de una madre cuando habla de sus hijos.
«Yo siento que Dios me pide que acompañe a las personas heridas y por eso me hago cargo. Muchas veces me dicen que me pongo del lado de ellos, es que siento que desde ese lugar los puedo comprender. Porque cuando los miramos desde el otro lado es imposible. Yo me meto a fondo», agrega la hermana.
Y por este tipo de actitudes es que no sorprende que en diciembre de 2005, cuando se acercó Romina, una mujer trans, a la Parroquia de Lourdes, el obispo decidiera que este era un trabajo para ella.
Romina fue en aquel momento a la Iglesia porque quería donar el diezmo de su sueldo. «Cuando el sacerdote le preguntó de dónde provenía, ella le dijo de la prostitución, y le explicó que ese era el único trabajo que podía tener. En ese momento el sacerdote me llamó y me contó el caso».
«Así fue como empecé a vincularme con ellas», recuerda Mónica.
La orden de las hermanas carmelitas descalzas es una comunidad en la que las monjas se dedican a la contemplación y viven una vida de clausura en los conventos. Sin embargo, aunque Mónica vive en el convento y no sale de allí salvo para tareas muy esporádicas y específicas, encuentra la manera de generar acción.
«La primera vez que vino a verme el grupo de mujeres trans les pedí que me cuenten sus sueños. Una de ellas, Kathy, me dijo que el suyo era tener una cama limpia para morir», relata Mónica. En ese momento la monja se contactó con un sacerdote, le contó el caso y consiguió una casa abandonada, que con el tiempo se convirtió en el refugio de las chicas, como las llama Mónica.
A medida que empezó a conocer a este grupo de mujeres se enteró de cómo vivían: que no podían ejercer otro trabajo que no fuera la prostitución porque no las aceptaban en ningún puesto, que muchas veces no terminaban de estudiar porque las discriminaban en las escuelas y que en los hospitales las echaban cuando estaban por morir, por lo que en la mayoría de los casos fallecían solas y abandonadas.
«Cuando Romina me empezó a relatar su historia no lo podía creer, y cuando escuché a las otras chicas fue peor. Cada día descubro más cosas», agrega.
Desde que Mónica trabaja con este grupo consiguió que tengan un refugio donde pueden quedarse si están enfermas y donde realizan un taller de costura, e incluso ayudó a una de las chicas a que pueda abrir una peluquería para trabajar. Además, convenció a Kathy de que se sumara a Alcohólicos Anónimos, y hace dos años y medio que no toma.
Mónica admite que dentro de la propia Iglesia hay opiniones encontradas en cuanto a la tarea con estas personas, pero asegura que cuenta con el apoyo del Papa Francisco, y que en su comunidad ya lograron pequeños avances.
«Una vez, apenas había llegado Romina a la Iglesia, una señora vino a buscarme y me dijo: «Hay un travestí». Yo le conteste que era una mujer trans, y luego me pregunto qué hacía ella en la iglesia, a lo que yo le respondí «¿Qué hacés vos acá?». Al principio me siguió cuestionando la presencia de Romina, hasta que le pregunté qué pasaría si ese fuera su hijo», cuenta.
«Después de un par de días, volvió y me pidió disculpas, y en la misa siguiente fue a buscar a Romina para darle el saludo de la paz», agrega.
«El centro de la Iglesia es Jesús, y él no discrimina a nadie», dice Mónica, cuando explica por qué se dedica a trabajar con grupos de personas que suelen ser excluidos y rechazados.
Además, afirma que el Papa Francisco conoce el trabajo que ella realiza con este grupo de mujeres, y que la apoya. En un correo él le escribió: «En la época de Jesús los leprosos eran rechazados así. Ellas son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó».
Mónica cree que la sociedad entera debe cambiar para que las mujeres trans puedan integrarse y tener una vida normal, lejos de la prostitución y las drogas: «Las chicas hacen un esfuerzo enorme, y contra corriente, hay que ayudarlas e integrarlas. Ellas son personas capaces e inteligentes, pero son maltratadas. Somos nosotros mismos los que las llevamos a las calles. Si la sociedad les abre las puertas y les da una oportunidad, las podemos ayudar a que salgan de eso. Yo quiero sacarlas de la calle, las drogas y el alcohol».
Para tratar de entender cómo piensa la gente Mónica lee los comentarios en las notas que se publican online, sobre todo los de las notas policiales: «Siempre que los leo pienso quién es esa persona para juzgar así y enterrar a otra en vida. Nunca sabés lo que te puede pasar mañana. Los comentarios que veo son terroríficos, pero me ayudan a entender lo que piensa la gente», agrega.
Con la ilusión de quien cree que nada es imposible, Mónica confiesa su sueño: «Quiero hacerles unos monoambientes a las chicas para que tengan una vivienda digna. Yo siempre les digo que sueño con hacer un edificio. Ya llamé a un arquitecto y -aunque no tengo un peso- le dije que me gustaría que tenga unos locales para las chicas, y poder alquilar unas oficinas para ayudar a las familias carenciadas».
«Las chicas me contestan que mi sueño es maravilloso, y me dicen: «Seguro no vas a parar hasta que se haga realidad», agrega con entusiasmo.
Para finalizar, Mónica se descarga: «Si pudiera le gritaría al mundo que las respeten y las amen, porque ellas se merecen eso».
¿Qué opinás del trabajo de la Hermana Mónica? ¿Creés que vale la pena destacar el trabajo de personas como ella?
09 Sep 2015 Deja un comentario
en Derechos Humanos, Niñas/os, Pueblos Indigenas, Terrorismo y Violencia
![]() Según un artículo publicado por ese rotativo, muchos de esos actos acontecen en el entorno de la familia, donde se les debe garantizar la mayor protección. Las vejaciones más comunes contra los menores de edad son la violencia en el seno del hogar y el maltrato, pues todavía el castigo físico se valida como una forma de educar, seguidos del abuso sexual, el cual ocurre desde edades muy tempranas, añade la publicación. En tanto las féminas son objeto también de constantes agresiones, sólo el año previo resultaron asesinadas un total de mil 158, se trata de un grave problema cuya tendencia es ascendente, afirmó la coordinadora de la Ruta Pacífica de las Mujeres, Teresa Aristizábal, citada por El Mundo. No obstante los esfuerzos y campañas para visibilizar y condenar esa problemática, constituye una amenaza latente, en algunos sitios los centros para atender a las víctimas son insuficientes, lamentó. Paralelamente a la labor de instituciones estatales, organizaciones no gubernamentales como la Red Mariposas brinda orientación y apoyo a las colombianas vejadas o radicadas en ambientes peligrosos para su integridad física. Surgida en el puerto de Buenaventura, lugar con elevados índices delictivos, la iniciativa ha favorecido a miles de ciudadanas de esa localidad. Otro de los segmentos golpeados por tales sucesos criminales son los integrantes de las comunidades nativas. De acuerdo con la Organización Nacional Indígena, en el primer semestre de 2015 fueron ultimados 29 aborígenes. De 2006 a la fecha la fiscalía investiga más de 300 crímenes enfilados contra esa población. Colombia clasifica entre los países más violentos por sus elevadas tasas de homicidios. acl/ap http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=4142141&Itemid=1 |
09 Sep 2015 Deja un comentario
09 Sep 2015 Deja un comentario
Carolina* ya tramitó la anulación de su matrimonio. El proceso completo le costó 2.700.000 pesos y tardó dos años y medio. Luis Fernando*, por su parte, está en la etapa inicial del proceso. Sus gastos ya suman 175 mil pesos y está bordeando el año y medio en los trámites.
Con el reciente anuncio del Papa, Luis aún no sabe si el proceso tendrá o no modificaciones. De haber cambios, dice, lo más importante sería el ahorro en tiempo y dinero y en el proceso de la escritura de la demanda. Esta última, explicó a este diario, tiene entre sus requisitos la descripción de los antecedentes familiares de la pareja, detalles de la etapa del noviazgo, de la preparación y de la celebración del matrimonio, así como de la convivencia. De igual manera el demandante debe exponer los motivos de nulidad y presentar cuatro testigos.
EL COLOMBIANO le consultó a Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, sobre la aplicación de las reformas: “Lo fundamental es que no se necesitarían dos sentencias. Antes el proceso implicaba la presentación del caso de anulación ante el tribunal eclesiástico local y después de que un juez local había fallado a favor, se recurría a la segunda instancia que es el tribunal nacional. En este momento si el procedimiento es normal, sin dificultades y las dos partes aceptan, bastaría el juicio de la primera instancia”.
Otra de las variantes que mencionó el sacerdote es la centralización de este tipo de procedimientos en las diócesis; “que sea el obispo quien se interese en estas situaciones y tome las decisiones pertinentes”.
Monseñor Jorge Aníbal Rojas, doctor en Derecho Canónico, agregó que la Iglesia colombiana ve estos cambios como algo positivo.
“Si se va a impartir justicia de forma más rápida va a brillar el derecho canónico. Los obispos tienen amplio conocimiento en esto, por lo que todo lo previsto por el Papa está en su competencia. Además, siempre ha existido el mito de que los procesos son largos y costosos, ahora el Santo Padre también pide que esos procesos no tengan costo y se enmarquen dentro de la actividad pastoral de las diócesis. Así las cosas, las personas no tendrían razón para vivir en unión libre o en familias irregularmente constituidas. Lo que motiva al Santo Padre es que la justicia lenta es injusticia”.
La Iglesia Católica advirtió también que este documento no va en contra de la unidad del matrimonio.
“No tenemos que enfocar toda la atención únicamente en los matrimonios donde el contrato no ha funcionado. Tenemos que enfocar la atención en los matrimonios bien constituidos, en las familias armoniosas”, dijo el arzobispo de Medellín.
Con esta modificación, las razones de nulidad del matrimonio católico se mantienen. Entre las más comunes, monseñor Rojas especificó “la incapacidad para asumir obligaciones inherentes a la vida matrimonial, es decir, inmadurez”.
También menciona en la lista a la deficiencia de consentimiento, es decir, “el hecho de llegar al sacramento del matrimonio sin la clara conciencia o suficiente libertad para hacer un compromiso serio y responsable de unirse para siempre en un matrimonio indisoluble”.
Otra razón que justifica la nulidad es el defecto de forma canónica, que se refiere a que la celebración del matrimonio no se ha hecho en las debidas condiciones que garantizan la autenticidad, la libertad o los conocimientos jurídicos del contrato matrimonial.
Finalmente, se encuentra el impedimento que hace nulo el consentimiento del contrato matrimonial: “esto es ser obligados a contraer matrimonio o que exista algún grado de consanguinidad entre los dos. Es decir, circunstancias que llevan a que el matrimonio se celebre de una determinada manera”, explicó a este diario Monseñor Ricardo Tobón.
*Nombres cambiados a petición de las fuentes.
Debe estar conectado para enviar un comentario.