Afirma Johan Galtung
Johan Galtung sociólogo noruego y referente en el campo político afirma que el proceso de paz se debe reforzar con un plan para socorrer a los municipios más pobres de Colombia.
Por: Steven Navarrete Cardona, Mónica Rivera

Cerca de cumplir 85 años, Johan Galtung sigue estudiando las diversas formas de la manifestación de la violencia: directa, estructural y cultural. En diversos países lo consultan por ser pionero en el estudio de los conflictos que degeneran en violencia desde una perspectiva cuantitativa. Ganador del Premio Right Livelihood (1987), Premio Nobel de Paz Alternativo. Está de visita en el país por su participación en el IV Congreso Internacional de Comunicación para la Paz organizado por la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Santo Tomas que terminará este jueves.
¿La violencia es inherente a la sociedad?
No. Evidente en Colombia existe una tradición de violencia, algunos dicen que empezó con la conquista. Cinco siglos atrás, por supuesto existe una raíz.
¿Cuáles son los factores que han agudizado la violencia en Colombia?
Los poderes fácticos. La organización política con forma de institución ibérica que ustedes tienen les da muchísimo poder a los latifundistas que han robado la tierra, a los militares que les protegen y el clero que en muchos casos, no todos, mantienen el statu quo porque no intervienen en cuestiones terrenales. Se tiene mucha tradición de la violencia en el país.
Entonces encarar estos factores premodernos de la sociedad colombiana podría ser uno de los pasos para superar el atraso y el abandono.
Es necesario analizar mucho más lo que paso en el primer siglo de constitución del país, y analizar los poderes fácticos. Además, buscar comprender porque algunas regiones tienen un buen funcionamiento como el departamento de Antioquia. Colombia no es una catástrofe.
Usted es reconocido mundialmente por sus propuestas sobre combinar los métodos cuantitativos y cualitativos para lograr la paz, ¿qué tanto de su trabajo y conclusiones se han aplicado a Colombia?
Publiqué mi perspectiva sobre Colombia en el año 1998 y ha tenido muy poco impacto, han hecho todo lo contrario a lo que he dicho. He venido muchas veces invitado a Colombia para hablar de mis estudios y paradójicamente no los aplican.
Analistas han coincido en que la culminación del proceso de paz en La Habana, Cuba, con las Farc y luego con el Eln traerán mayor estabilidad económica y bienestar social al país. ¿Qué hacer con los grupos que se oponen a la paz?
No atacarlos. En algunos casos son demasiado fuertes, hay que buscar que su relevancia sea mínima. Actúan así porque tienen miedo del 60% de la sociedad. Hay que ver el pasado a los ojos. Estos sectores no están amenazados por este nuevo escenario, porque también van poder seguir produciendo sus alimentos, existiendo, no desaparecerán. Asimismo quienes se reintegran a la sociedad, van a encontrar su lugar, es políticamente factible, quienes se oponen van a ver que su miedo no tenía justificación.
¿Qué piensa de la participación política de las Farc?
Hay que hacer un trabajo social muy grande. Los sectores que se desmovilizan, van a ver que pueden acceder al poder y van a demostrar que se puede hacer sin violencia esa es una de las grandes pedagogías del siglo XXI. Lo que hemos visto en La Habana es el proceso de normalizar a las Farc; desmovilización sin desmovilizar el Ejército, -que tiene más dinero que nunca antes-; es decir de lo que se trata es traerlos de nuevo a la sociedad.
¿Usted cree que pueden participar en política con apoyo popular?
No sé si van a sacar la mayoría. Pero el problema no es ese, sino cómo lograr que accedan a la política. Pueden pasar décadas para que logren el apoyo popular. No he dicho que esté en contra de la participación política de las Farc. Lo que estoy diciendo es que estoy a favor de que un presidente, puede ser Santos, que utilizando su nombre, impulsar está participación, en realidad cuesta muy poco.
El lenguaje violento para designar a los contrarios hace parte de esa violencia cultural de la que usted ha hablado. En los últimos meses, se pidió desescalar también el lenguaje. ¿Qué piensa de este hecho?
Los medios de comunicación sólo tienen un universo reducido de palabras; guerrilleros, terroristas, entre otros. La importancia del lenguaje es clave. Mire lo que ha pasado con la reforma agraria, que es un término que estuvo en la vida política de Colombia desde el siglo XIX, pero es en La Habana que vuelve a tomar fuerza. Claro, una reforma agraria sin las cuestiones prácticas, no vale nada.
¿Con qué acciones de política pública usted acompañaría los acuerdos de La Habana?
Con la implementación de planes de acompañamiento a los municipios más pobres. Créditos para formar una cooperativa, garantizar el agua, vestido, techo, servicio médico y educación. Darles la dignidad y esperanza es lo clave. Por supuesto, no estamos diciendo que los municipios más pobres sean los más violentos, esto es algo que en la literatura mundial está descartado.
¿Llegará la paz?
Soy optimista, va a llegar a la paz también. Ustedes están haciendo la fórmula de la paz.