Apoyar Arzobispo Durocher como él llama a los obispos participantes en el Sínodo sobre la familia para asumir la discusión de un papel más importante para las mujeres en la Iglesia, incluyendo la ordenación de mujeres al diaconado.
¿Porque es esto importante?
Francisco ha pedido en repetidas ocasiones una «presencia femenina más generalizada e incisivo» en la Iglesia. Un arzobispo de Canadá, Paul-André Durocher de Gatineau, Quebec, está tomando esa llamada serio proponiendo que el Sínodo sobre la Familia, que se encuentra actualmente en curso en Roma, reflexionar sobre la posibilidad de traer a más mujeres en el liderazgo y la toma de decisiones y abrir el camino para que los diáconos femeninos.
Ordenar mujeres diáconos harían de «una presencia femenina más generalizada e incisivo» en muchos aspectos de la vida de la Iglesia y el ministerio. Diáconos mujeres podrían presidir bautizos y bodas, así como anunciar el Evangelio y predicar en la misa.
Tener mujeres ordenadas para servir en estos papeles ayudaría obispos se reúnen muchas de las necesidades ministeriales de la Iglesia en la faz de la presente escasez de sacerdotes. Además, la presencia de las mujeres en estos roles traería una perspectiva femenina urgente en nuestro culto público y la reflexión sobre las Escrituras.
Ordenar mujeres al diaconado no sería nuevo. Estudios recientes han demostrado que las mujeres fueron ordenados diáconos en la Iglesia en Occidente durante 1200 años y hasta la actualidad en el Este. Mujeres número diáconos entre los ministros nombrados en la Biblia y manuscritos de textos medievales utilizados por los obispos incluye oraciones y rituales para ordenar mujeres al diaconado. Es hora de restaurar esa tradición.
Las mujeres están listas para servir. Según un estudio de 2015 realizado por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown, el 80% de los entrenados, pagados ministros eclesiales laicos que trabajan actualmente en la Iglesia en los Estados Unidos y 58% de los estudiantes matriculados en programas de formación para el ministerio son mujer. En las diócesis de todo el país que han restaurado el diaconado permanente, se exigió a las esposas de los hombres que se convirtieron en diáconos para asistir a los mismos programas de formación. Todas estas mujeres constituyen una gran reserva de potenciales ministros que podrían ser fácilmente – si no inmediatamente disponible para servir en el diaconado y otros roles de toma de decisiones en la Iglesia.
Instamos al Sínodo sobre la Familia a considerar un papel más importante para las mujeres por el bien de la Iglesia.
Oct 09, 2015 @ 04:06:26
Agradezco de corazón al Señor Arzobispo Durocher esta aportación al Sínodo tan necesaria para el bien de la Iglesia y también para el de las mujeres. Ojalá tenga eco y los obispos se hagan conscientes de esta necesidad tan acuciante!.