Desde dónde viajará este viento frío que acaba de llegar y hace que las ramas se estremezcan.
No sé de dónde habrá llegado pero sé que ha venido a calentarse con éste ardiente sol
que desde que amaneció se ha instalado en los jardines.
Trae el frío de una noche que ocurrió allá arriba sobre el páramo.
Se acurruca entre los tibios setos y agacha las ramas para arroparse en ellas.
Apenas se ha entibiado asciende de regreso a la montaña.
En remolinos de hojas y sonrisas, va levantando polvareda.
Llegó el silencio con color de viento,
trajo con él perfume de cañadas y girasoles de rocío fresco
que se cuelgan a hilos de luz que tiemblan en las lianas.
Fue interrumpido por los silbos tenues, azules, negros y amarillos.
Un emplumado coro derretido en gotas de zumo de naranja,
guayaba en pulpa y la azulada redondez de los mortiños.
Leo el mensaje de las cabañuelas que va y viene flotando entre las horas.
Que habrá neblina, alboradas y luceros.
Llovizna, ventiscas y aguaceros.
Soles azules precedidos por la voz de Venus
Y soles rojos incendiarán el firmamento.
Que brotarán nuevamente las semillas.
Y que yo espero, que su eclosión no necesite
de la sangre, ni del sudo salado
ni mucho menos de las ocultas lágrimas de sembradores.
León M.N. Enero 2 de 2016.
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