«Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes son labranza de Dios» 1 Corintios 3:9 Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP*


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LOS LAICOS, LO VERDADEROS GUARDIANES DE LA IGLESIA.

«Qué barbaridad! Pero que estas diciendo?» Alcanza a decir Laura.

Si no veo, por qué, no. Somos miembros en igualdad de deberes y derechos, con diferentes funciones. Cuál es el problema?

Lo definió Vaticano II, está en IUS Canonicum, XXVI, Nro. 51.1986, 35-36

«¿Dónde nos podemos enterar de lo que estás diciendo?» Pregunta Sonia.

No te preocupes, he traído algunas copias para que las estudiemos y miremos con mucha delicadeza y amor a nuestra Iglesia.

Aquí no se trata de quitarle el puesto a nadie y menos hacer clericalización, sino descubrir nuestra verdadera misión en la Iglesia.

Los laicos debemos ser considerados como mayores de edad en la Iglesia, de acuerdo a nuestro Bautismo, teniendo lo mismos derechos. De dónde nos afirmamos para argumentar esta realidad? En 1 de Juan 2:20-27 que nos dice:

“Y en cuanto a ustedes, la unción que han recibido de Él permanece en ustedes y no necesitan que nadie les enseñe.” 1 Juan 2:27

Si mal no hemos entendido, todas/todos hemos recibido al Espíritu Santo,. Su  vive en cada uno/a de nosotros/as. Nadie nos lo puede arrebatar, y menos negar.

Su presencia nos hace libres, mayores de edad, nos dignifica quedando sellados como cristianos/as de primera categoría. Que nos quede claro, no es que no necesitemos de los/as religiosas/os, diáconos/as, presbíteros y obispos/as, y que tal? Y menos prescindir de la Palabra de Dios. Para ello, y poder vivir y sentir todo lo anterior, es necesario empoderarnos de nuestro ser como laicos. ¿Cómo? Ya es hora, de que se fomente y capacite al laico dándonos a conocer, la Biblia y los documentos de la Iglesia: Vaticano II, Medellín 1968, Puebla, Santo Domingo, Aparecida…y sus Cánones. Escuchar, leer las enseñanzas del Papa Francisco,  sus enseñanzas son de por sí puro: Evangelio!

Somos una Comunidad de iguales, laicos y consagrados/as, porque todos/as tenemos los mismos deberes y derechos, dentro de nuestra Iglesia.

Volvamos a Lumen Gentium 31 de Vaticano II que nos dice a todas/os:

“Por el nombre de laicos se entiende aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros que han recibido un orden sagrado y los que están en estado religioso reconocido por la Iglesia, es decir, los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo.” (LG 31)

No somos menores de edad, y si se nos explica, todo lo podemos entender y servir mejor en nuestras Comunidades Eclesiales de Base, en nuestras Parroquias, en nuestros oficios «temporales» como las obras sociales y de justicia.

«No se pertenece a la Iglesia, somos la Iglesia» nos lo dejó dicho Pío XII, obispo de Roma de grata memoria.

Lavatorio de los pies.

Lavatorio de los pies.

Lavatorio de los pies frente a la Embajada del Vaticano, en Washington

Lavatorio de los pies, frente a la Embajada del Vaticano, en Washington

Hay quienes han creído, que la Iglesia les sirve para volverse de mejor familia, hacerse famosos, grandes o importantes, conquistar «poderes», conseguir dinero. Servir en la Iglesia, no es para eso, es para servir a todos/as los demás, sin marginar, sin discriminar, sin ofender, sin humillar, sin juzgar. Mientras se esté en competencia y envidias por privilegios, la Iglesia sufre, porque se está desviando el servicio a la humanidad  El Maestro ya nos lo advirtió:

“El que quiere ser el primero entre ustedes, será su siervo.”

Mateo 20:25-28

En el envío de los «Setenta y dos», Jesús dio instrucciones claras, para ellos y para nosotras/os.

  1. «Coman lo que les sirvan». Lucas 10:8
  2. «Curen los enfermos» Lucas 10:8
  3. «El Reino de Dios está cerca» Lucas 10:9

«Qué interesante! Lo que estamos aprendiendo». Comentó Rosario.

He escuchado, decir a algún obispo -cuyo nombre no recuerdo-;que no era bueno ir a las casas de los fieles, que como eran muy pobres, en vez de ayudarles, éramos una carga. Ustedes que opinan?

Margot, dice: «Pues, a mi me gusta que me visiten. Les ofrezco mi pobreza».

Lilia: «Yo, feliz, de que vengan a mi casa, que juntos hagamos oración, y recemos por los enfermos».

Miriam, dijo: «no los podemos obligar. Algunos, son muy escrupulosos, otros no les gustan lo que les ofrecemos. Les he visto, no se atreven ni a sentar, por no arrugarse».

«No diga eso comadre». Refutó Amparo.

Mejor,»hagamos como ellos dicen y no como ellos hacen» Mateo 23.3. Se le escuchó decir a otra.

Aqui lo mas importante, es tener en cuenta las recomendaciones de Jesús y que seamos Iglesia, protegiéndonos unos a los otros.

Respetando nuestra pobreza. Respetando nuestras costumbres y lenguas, es que además de que «hablamos» el español, somos muy diferentes de un departamento a otro.

Somos la Iglesia, la que necesita desarrollar aquellos oficios «temporales» de curación, sanación, que tienen que ver con nuestra necesidades y bienes materiales, como la salud, vivienda, educación. Como dice la canción: «Hacen falta muchas cosas para conseguir la Paz» Tenemos que trabajar por la Justicia, la Igualdad y los Derechos Humanos de todas/os. Somos los laicos, los que conocemos la necesidades de las comunidades.

Son pocos los laicos consagrados que se enteran de esto, debido a que los han sacado de su medio, de su familia, de su barrio, o pueblo, para una «formación» ajena a la realidad social y religiosa en que vive el Pueblo de Dios. Eso habría que cambiar y los laicos decir a quien queremos que sean sus pastores, y que sea de nuestro propio entorno y no alejarlo de él.

Maria Elena pregunta: «Cómo podemos realizar nuestra misión como laicos en la Iglesia?  una pregunta más, en las recomendaciones de Jesús, tenemos el de anunciar que: «El Reino de Dios está cerca», no tengo los elementos necesarios para hablar de ello, qué es, cómo es, dónde está, en qué consiste?»

¿Qué se les ocurre, que tendríamos que hacer? pregunta quien coordina la reunión.

Respuestas:

Somos nosotros/as los que debemos anunciar y compartir el Amor de Dios y su Misericordia entre nosotros/as. La fe y los valores cristianos, los hemos aprendido en la casa, con las abuelas, con las mamás y las tías. Ellas, han sido las fieles guardianas de la Iglesia.

  • Estamos en mora, es hora de dejar de esperar que nos organicen y nos digan qué tenemos que hacer por boca de otros.
  • Las necesidades las conocemos nosotros/as.
  • Jesús, nos enseñó y desafía a comprometernos con los pobres, ellos son el objeto de su preferencia.
  • Conocer experiencias de organizaciones
  • Capacitarnos e invitar a capacitar a otras/os.
  • Vincularnos a instituciones que ya existen como Derechos Humanos
  • Las Madres de la Candelaria.
  • Organizarnos para denunciar todo aquello que va contra la voluntad de la Divinidad: la injusticia, la corrupción, la violencia, el abuso, el maltrato a los seres humanos, los animales y el medio ambiente.

¿Podemos hacer nosotras/os todo eso?   Claro que si. No dejemos que otros/as lo hagan por nosotros, somos adultos/as, mayores de edad, responsables.

Somos Iglesia y escuchemos ya para finalizar el siguiente aporte de uno de los documentos de la Iglesia:

Dice el canon 227 del CIC «los fieles laicos tienen derecho a que se les reconozca en los asuntos terrenos aquella libertad que compete a todos los ciudadanos (…) evitando presentar como doctrina de la Iglesia su propio criterio en materias opinables». Esto quiere decir, entre otras cosas, que el fiel (v.) católico es libre para mantener cualquier opción temporal compatible con la fe y la moral, y que debe responsabilizarse de ello.

 

Aquí están sus fotocopias y nos seguimos encontrando para organizarnos y defender la Iglesia, nosotros/as somos la Iglesia.

“Una Iglesia que no sabe servir, no sirve para nada.”

Obispo Jacques Gaillot

*Presbitera Católica romana.

Bibliografia:

https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2016/03/26/y-quien-va-a-evangelizar-el-mundo-de-hoy-para-mi-son-los-laicos-jose-comblin/

 

 

 

 

 

 

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