Fredy,
La neutralidad no existe, y mucho menos cuando se debe definir si se construye la PAZ o si continuamos en GUERRA.
Colombia ha vivido y padecido por más de cincuenta años un devastador conflicto armado interno, situación histórica que ha dejado diversas formas de hacer política muy ligadas a las prácticas y dinámicas de las guerras, donde la población civil ha llevado siempre la peor parte, especialmente los empobrecidos y marginados de la sociedad, siendo sistemática y deliberadamente atacados; dejando como resultado, despojos territoriales generalizados, cientos de miles de asesinados, miles de desaparecidos, millones de desplazados y un universo gigantesco de víctimas, mayoritariamente en los campos y pequeños poblados que componen la geografía nacional.
Así mismo, los sectores que gobiernan el país se han servido de las modalidades de la guerra para sostener e incrementar sus poderes políticos, militares y económicos, logrando ejercer todo tipo de controles sociales, culturales y territoriales, llegando incluso a justificar la guerra como la salida idónea para defender o imponer un único modelo de poder público y someter a las mayorías a los intereses privados del orden nacional e internacional.
Estamos convencidos y convencidas, que hay que encontrar una solución política que dé como resultado la terminación del conflicto armado, en ese sentido, consideramos que hay múltiples sentidos y razones éticas, políticas, humanistas, ambientales, morales, económicas, culturales y religiosas al interior de la sociedad colombiana para terminar esta guerra y apostarle a un nuevo país que se construya y consolide en torno a la justicia y la paz.
La religión, al ser la expresión más sublime del ser humano en cuanto a la búsqueda de la trascendencia y por ende como armonía de todo su SER en plenitud espiritual que se hace y rehace junto a otras y otras; cualquiera sea su credo o doctrina, debe contribuir a esa armonía y equilibrio universal, respetando y apoyando a quienes creen en la paz con dignidad, rechazan las distintas formas de violencia y abren sus mentes y brazos por el bien común de los seres humanos y de la madre tierra.
Hacemos un llamado a todos los dirigentes, líderes, ministros y pastores de los diferentes instituciones religiosas en Colombia, que antepongan sus intereses personales y de grupo a los intereses colectivos de la historia y futuro de nuestro país, que alcen sus manos y voces para participar en la construcción de la salida política al conflicto armado colombiano y apoyen irrestrictamente todos los esfuerzos y procesos que apuntan desde ya a una nueva sociedad en paz.
Participantes Conversatorio Religión y Paz, Bogotá 16 de Septiembre 2016
Remitido al e-mail
fredy rojas <fridevela@gmail.com>