Las alianzas non sanctas de los Clinton -como la tala de selva en el Chocó- que le enredaron la presidencia a Hillary


Bill Clinton aprovechó una cena con Uribe para abrirle el camino a la explotación maderera de su amigo Frank Giustra. Ésta denuncia golpeó a la candidata

Por: noviembre 19, 2016
Las alianzas non sanctas de los Clinton -como la tala de selva en el Chocó- que le enredaron la presidencia a Hillary

El libro Cash Clinton: La historia no contada de cómo y por qué gobiernos extranjeros y empresas ayudaron a Bill y a Hillary a ser ricos que entró en circulación en pleno debate presidencial abrió la catarata de denuncias contra la candidata Hillary Clinton que  buscaban demostrar unas prácticas non-sanctas que terminaron enriqueciendo a la poderosa pareja. El libro que destapó una decena de casos en los que se repetía el mismo patrón de mezcla de política y negocios privados a través de la fundación Clinton, fue una municion que supieron aprovechar los detractores de Clinton y que sirvió para minar su credibilidad y sembrar una desconfianza que terminó jugando en su contra.

Colombia y el cruce de favores entre el Presidente Uribe y Bill Clinton, actuando en nombre de su fundación, ocupan un capítulo como ejemplo del manejo abusivo del poder para favorecer intereses privados por parte de los Clinton. Se trata de la licencia por la que intercedió el ex Presidente norteamericano con Álvaro Uribe en una cena en Cartagena, en el mes de junio del 2010, a dos meses de dejar la Presidencia, que necesitaba su amigo Frank Giustra para echar andar su negocio maderero a través de la empresa Prima Colombia Hardwood en una extensa zona selvática cerca a Bahía Solano. Y lo logró. Esta es la historia:

El empresario canadiense Frank Giustra aterrizó en su jet privado Mcdonnell Douglas que lo había traído desde Vancouver a Bogotá, a cumplir una cita en abril del 2008, con el entonces Presidente Álvaro Uribe. La reunión había sido concertada por el expresidente norteamericano Bill Clinton. Comenzaba el segundo período presidencial de Uribe con resultados para mostrar en su lucha contra la guerrilla de las Farc, cuando este empezó a poner en marcha, a todo vapor, otro de los pilares de su estrategia de gobierno: la confianza inversionista.

Coincidía el propósito de Giustra, un banquero de inversión de origen italiano pero nacido en Ontario, de expandir sus negocios en recursos naturales con el empeño del Presidente colombiano por atraer capital extranjero dentro de su política de confianza inversionista. La realidad del país había cambiado, y Uribe se sentía en condiciones de ofrecerle a los inversionistas extranjeros seguridad. Giustra traía su portafolio de inversiones en madera, petróleo y carbón debajo del brazo. Abrió el camino y un año después, el 22 de julio de 2009, se sentaban a la mesa del Consejo de ministros, sus tres socios venezolanos con quienes habían fundado Rubiales Energy Corp, también en Vancouver, para explotar el campo petrolero en el Meta que el brasilero German Efremovich había adquirido. Giustra no estuvo en aquella memorable reunión en la que los venezolanos Ronald Putin, José Francisco Arata y Miguel de la Campa, de regreso de visitar el campo no solo le daban el parte de victoria al Presidente Uribe, sino que auguraban que Pacific Rubiales rompería todos los récords de producción de petróleo del país. Y en efecto sucedió.

Amigo de muchos años de Serafino Iacono, de quien fue padrino el año pasado de su boda con la colombiana María Paola Mejía, Giustra había estado como inversionista en minería, detrás de la financiación de Pacific en la Bolsa de Toronto. Sabía como nadie que la coyuntura no podía ser mejor y le apostó. Por un lado había logrado apuntalar el negocio petrolero de Pacific, así como otras dos inversiones en el sector –Blue Pacific y Petroamérica– también con Iacono. Y de otro lado, había iniciado el también promisorio negocio maderero. El radar lo tenía puesto en las selvas del Chocó con su gran riqueza natural en Bahía Solano.

A sus casi sesenta Frank Guistra figura en la lista de los 50 hombres más ricos del Canadá y ha hecho de su cercanía con el Presidente Bill Clinton, un pasaporte para negocios que involucran decisiones de gobierno como son todos aquellos de recursos naturales que tienen licencias de explotación de por medio. Buen discípulo de Clinton en temas de lobby y relaciones con alto gobierno para propósitos privados. Por eso lo de Colombia no podía ser distinto

Su relación empezó a tejerse en el año 2005 cuando Giustra, quien no descuida el frente filantrópico, le facilitó su jet para realizar un viaje por países de América Latina con fines sociales, incluido Colombia. El canadiense lo acompañó y con una empatía instantánea se hicieron amigos y cómplices en todo tipo de proyectos incluido el filantrópico. Realizaron, según el Washington Post 13 viajes juntos en su avión y Giustra se convirtió en uno de los principales donantes de la Fundación Clinton con un aporte de US $100 millones.

La estrecha relación con los Clinton trajo a Giustra de nuevo a Colombia en el 2010, cuando la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, acompañada por su esposo, visitaron el país, el 8 y 9 de junio. Después de la cena privada que tuvieron con el Presidente Uribe, quien estaba a dos meses de concluir su mandato, al día siguiente los Clinton se reunieron con Giustra quien los esperaba en Bogotá. Y al poco tiempo, de manera exprés, la empresa canadiense Prima Colombia Hardwood de propiedad de Frank Giustra, obtuvo la autorización para explotar madera en la selva chocoana, uno de los bosques con mayor diversidad del mundo, tal como lo cuenta Peter Schweizer en su libro Clinton Cash: The Untold Story of How and Why Foreign Governments and Businesses Helped Make Bill and Hillary Rich (Clinton en efectivo: la historia no contada de cómo y por qué gobiernos y empresas extranjeras ayudaron a hacerse ricos a Clinton y Hillary). Quedaba confirmado que los viajes de Giustra por el mundo con sabor filantrópico han ido de la mano de negocios lucrativos en el que el lobby ha pesado mucho. Colombia entró así al mapa de la corrupción política que le endilgan a la señora Clinton y que según el autor Schweizer puede convertirse en un serio obstáculo en el boleto a la Casa Blanca de la señora Hillary.

Con la bendición presidencial todo fluyó. Urgía actuar rápido; el gobierno Uribe estaba en la recta final de su segundo período. Ya se contaba con la autorización de aprovechamiento forestal emitida por la autoridad competente Codechoco –Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo sostenible del Chocó–, sin embargo se requería que el Ministerio del Medio Ambiente, entonces en cabeza de Carlos Costa Posada, decretará la sustracción de las 67.327 hectáreas de la reserva forestal que cubre buena parte de la Costa Pacífica, definida en la Ley 2 de 1959. La apetecida excepción se dio. Se autorizó explotar esa superficie durante quince años para extraer más de cinco millones de metros cúbicos de madera.

La empresa Prima Colombia Hardwood Inc., dueña de REM Forest Products Inc, propiedad de Frank Giustra, inició la explotación comercial de madera en un territorio selvático que se extiende entre Bahía Solano y Juradó, el Pacífico y la Serranía del Baudó, un área donde viven 18 comunidades, cinco mil personas. Se trata de uno de los lugares con mayor biodiversidad en el mundo, cuya tala compromete el ecosistema y especies nativas como el abarco, aceite, algarrobo, amapa (sande), amargo, bálsamo, caimito, chanul, choiba, granadillo, guayacán polvillo, jutahy, níspero, oquendo, tangare y virola.

http://www.las2orillas.co/las-alianzas-non-sanctas-de-los-clinton-como-la-tala-de-selva-en-el-choco-que-le-enredaron-la-presidencia-a-hillary/

CARNAVAL POR LA VIDA DIGNA, LA DEFENSA DEL TERRITORIO Y LA PERMANENCIA EN CONDICIONES DE DIGNIDAD


En el 2015 nos sorprendió ver a multitud de organizaciones y comunidades carnavaliando por las calles de los barrios de alta ladera de la comuna 6. Más de 29 organizaciones y 11 barrios de la ciudad nos encontramos para reivindicar nuestro amor por la vida digna, la libertad y la justicia social. Esto nos mostró que era posible ser diferentes y encontrarnos para construir juntos, que la diferencia enriquecía las expresiones del Carnaval por la Vida Digna, que le daba sentido a la lucha, pues era la manifestación de un discurso contra hegemónico en el que las clases populares expresan una resistencia ante la imposición de un modelo económico capitalista excluyente, empobrecedor, autoritario, a través de su cultura espontánea, carnavalesca, humorística.

Hemos aprendido en estos 7 años que el Carnaval es una manera de resistir con alegría, fuerza y valentía en el territorio, es una manera de encontrarnos para apoyar mutuamente las luchas que hemos decidido iniciar con el ánimo de construir un mundo donde quepan muchos mundos.

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COMUNICADO PÚBLICO SOBRE AVANCES Y RETROCESOS EN EL PROCESO DE
MEJORAMIENTO INTEGRAL DE BARRIOS EN COMUNA 8

Medellín, 17 de Noviembre de 2016

Queremos manifestar a la comunidad local, nacional e internacional que el movimiento en defensa del territorio de la Comuna 8 continua en pie de lucha y construyendo propuestas en pro de unas condiciones dignas para la población. Como proceso organizativo llevamos  seis años luchando en contra de los megaproyectos urbanos y por la garantía y permanencia de los habitantes en el territorio a partir de la titulación de nuestros predios, la prestación de los servicios públicos domiciliarios, el mejoramiento de las viviendas, la mitigación del riesgo, y por una participación real de las comunidades, proceso condensado en un ejercicio de construcción colectiva de que denominamos  Lineamientos de política pública de Mejoramiento Integral de Barrios (MIB).

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Comunicado – IV Encuentro Mesa Ecumenica por la Paz

La Mesa Ecuménica por la Paz (MEP) reunida en Bucaramanga en su IV Encuentro Nacional Ecuménico por la Paz, los días 12, 13 y 14 de noviembre de 2016, después de realizar un análisis y reflexión sobre la realidad nacional, desde una fe liberadora en Jesucristo y como sujeto politico y popular.

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COLOMBIA: ¡NOS ESTAN MATANDO! URGENTE LLAMADO A LA MOVILIZACIÓN DE LA MINGA SOCIAL Y POPULAR EN DEFENSA DE LA VIDA Y LA PAZ CON GARANTÍAS



Bogotá, 20 de noviembre de 2016

Se acerca el tercer aniversario de la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular en Colombia y durante este tiempo de construcción en unidad hemos trabajado con firmeza por los propósitos comunes de alcanzar prontamente una Paz Completa y Definitiva, con justicia y garantías sociales, políticas, económicas, ambientales, territoriales para nuestras comunidades y en general para el país.

Como constructores de PAZ y actores sociales y políticos de los sectores Campesinos, Indígenas, Afrodescendientes, sectores populares de los campos y ciudades de Colombia, DENUNCIAMOS Y ALERTAMOS a la opinión pública en general, a todos los organismos y entidades defensoras de derechos humanos nacional y de la comunidad internacional, a las organizaciones sociales y políticas y a todos los medios de comunicación que NOS ESTAN MATANDO, amenazando, desplazando, hostigando de manera sistemática, con panfletos que atemorizan en diferentes regiones del país, con el lamentable balance de cifras: 71 asesinatos, 279 amenazas y 30 atentados.

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PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO
A un año del Gobierno de Luis Pérez son permanentes los incumplimientos
a la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular

La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular Antioquia es un proceso social y político que articula diferentes organizaciones sociales y populares, que desde 2014 estableció una mesa de concertación y diálogo con la Gobernación de Sergio Fajardo Valderrama para dar atención a las problemáticas de desarrollo rural, educación, vivienda e infraestructura en Antioquia.

Por esta razón, con el nuevo gobernador y según su plan de gobierno, desde comienzos del 2016, se ha buscado dar continuidad a la mesa pero tan solo se ha encontrado una respuesta reacia a la interlocución con las organizaciones sociales, esto se evidencia una vez más el pasado 03 de noviembre cuando el Gobernador Luis Pérez dejó plantadas a más de 70 delegados de la Cumbre de comunidades campesinas, pescadoras y barequeras delegados de la cumbre, día en el cual la misma gobernación había propuesto reactivar formalmente el espacio de interlocución y negociación entre la Cumbre Agraria Antioquia y la Gobernación de Antioquia.

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DECLARACIÓN POLÍTICA
CUMBRE NACIONAL DE PAZ CAMPESINA
CUMBRE AGRARIA CAMPESINA, ÉTNICA Y POPULAR
17 y 18 de noviembre 2016

El contexto por el que atraviesa el país, evidencia la profundización de un conflicto político, social, económico y armado de carácter histórico y estructural. El gobierno de Juan Manuel Santos avanza en la implementación de una estrategia para salvaguardar política y jurídicamente el sistema de dominación y acumulación capitalista, por medio de la imposición de una paz neoliberal y un blindaje legislativo funcional a los intereses del capital trasnacional: ZIDRES, reforma tributaria, decreto 3080 del 2016.

Las políticas minero energética y agroindustrial apuntalan un modelo extractivista que es nocivo para el medio ambiente y liquida los planes de vida de los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes, las comunidades campesinas y las comunidades populares urbanas.

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UN ESTADO, UNA GOBERNACIÓN Y UN PLAN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS DE PAPEL.
NO GARANTÍAS PARA LA LABOR DE LOS DEFENSORES Y LAS DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS.

La posibilidad inaplazable de un acuerdo a la superación del conflicto social y armado en Colombia es fundamental para la construcción de un mejor país; hecho que celebramos y aplaudimos del Gobierno Nacional y la insurgencia de las FARC-EP por el nivel de madurez alcanzado para sobrepasar los obstáculos. Nos sumamos y no descansaremos en la exigencia unánime del pueblo colombiano por el avance del proceso de negociación con la guerrilla del ELN.

Sin embargo, como Proceso Territorial de Garantías de Antioquia preocupa la falta de un compromiso serio de parte del Ministerio del Interior, del Gobernador de Antioquia, su desidia y la histórica debilidad de las instituciones del Estado que siguen siendo un riesgo latente para la labor de los defensores y las defensoras de derechos humanos en Colombia, sobre todo, justo cuando buscamos fortalecer espacios de participación nos dan a conocer el insolente desplante a actividades trascendentales programadas con demasiada anterioridad, llevamos 11 meses tratando de insistir en la necesidad de la instalación oficial de la Mesa de Garantías de Antioquia con el Gobierno Nacional y Departamental sin que hasta el momento logremos encontrar un interlocutor serio, responsable y con voluntad política. Sumado a esto, la actitud desobligante de los compromisos adquiridos públicamente por la Gobernación de Antioquia de no participar en la semana por los derecho humanos que ya estaba programada en Medellín.

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Cambios estructurales: Desafíos para la paz en Colombia y la región
Comunicado del Movimiento Ríos Vivos a la opinión pública
30 de octubre de 2016

El Movimiento Colombiano en defensa de los territorios y afectados por represas, Movimiento Ríos Vivos, tras reflexionar sobre los momentos previos, durante y posteriores a la refrendación de los acuerdos de la Habana, manifiesta sus incertidumbres y sentires en relación a los acuerdos alcanzados, la jornada del plebiscito del 02 de octubre y propuestas para el nuevo escenario nacional:

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COLOMBIA: PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO A un año del Gobierno de Luis Pérez son permanentes los incumplimientos  a la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular


La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular Antioquia es un proceso social y político que articula diferentes organizaciones sociales y populares, que desde 2014 estableció una mesa de concertación y diálogo con la Gobernación de Sergio Fajardo Valderrama para dar atención a las problemáticas de desarrollo rural, educación, vivienda e infraestructura en Antioquia.

Por esta razón, con el nuevo gobernador y según su plan de gobierno, desde comienzos del 2016, se ha buscado dar continuidad a la mesa pero tan solo se ha encontrado una respuesta reacia a la interlocución con las organizaciones sociales, esto se evidencia una vez más el pasado 03 de noviembre cuando el Gobernador Luis Pérez dejó plantadas a más de 70 delegados de la Cumbre de comunidades campesinas, pescadoras y barequeras delegados de la cumbre, día en el cual la misma gobernación había propuesto reactivar formalmente el espacio de interlocución y negociación entre la Cumbre Agraria Antioquia y la Gobernación de Antioquia.

La inasistencia del Gobernador de Antioquia y del Viceministro del Interior es un irrespeto a los procesos sociales que dan prioridad al diálogo para la construcción de la paz en la ruralidad;  además de incumplir los acuerdos fijados, reitera la falta de voluntad de la administración departamental por atender las propuestas de las organizaciones sociales la cual promueve la desigualdad social y agudiza los conflictos sociales en el departamento.

Esta situación contrasta con los discursos de la administración departamental la cual se tilda de ser un gobierno por el campo. Además las propuestas de la gobernación están dirigidas hacia el desarrollo agroindustrial, lo cual dista de las propuestas de las organizaciones campesinas y la vocación de la ruralidad antioqueña, dejando al descubierto que esta administración desarrolla una estrategia de dilación ante la exigencia de diálogo por parte de organizaciones sociales y populares, lo cual se suma a los incumplimientos en el orden nacional.

Dicha estrategia se hace aún más evidente al hacer un recuento de algunas situaciones que se presentaron durante el 2016:

  • Al inicio del año, sin sostener una reunión previa, la Secretaria de Gobierno Victoria Eugenia Ramírez manifestó ante medios de comunicación local que miembros del Ejército de Liberación Nacional estaban acudiendo a mesas de trabajo en algunos municipios para ser partícipes de discusiones sobre planes de desarrollo local. Este señalamiento fue hecho presumiendo, sin ningún tipo de pruebas, que líderes de diferentes organizaciones sociales son parte de esta insurgencia, y ello implica a organizaciones que hacen parte de la Cumbre Agraria Antioquia. Este tipo de señalamientos son continuidad de la histórica estrategia estatal de estigmatización para evadir la responsabilidad de dar soluciones a las exigencias de comunidades rurales históricamente excluidas de la participación en el departamento. Aunque la Cumbre exigió inmediatamente retractación pública de la Secretaria de Gobierno, esta nunca se dispuso a hacerlo, dejando como verdad ante la opinión pública un mensaje cargado de mentiras y sin ningún sustento.
  • Durante todo el año se han presentado hostigamientos y amenazas contra diversas comunidades del departamento, ante lo cual la administración departamental ha sido negligente, desconociendo los acontecimientos, y con ello su deber y obligación constitucional de brindar garantías para la vida y el ejercicio de los derechos de la población; a esto se suma que la Gobernación se ha ausentado e incumplido los compromisos de instalar la Mesa de Garantías en Antioquia, tal como lo han manifestado distintas organizaciones de Derechos Humanos que hacen presencia en el departamento.
  • Durante Mayo-Junio se desarrolló la Minga Nacional, ejercicio de movilización y protesta impulsado por la Cumbre Agraria ante los incumplimientos del Gobierno Nacional, ante esto el Gobernador reaccionó emitiendo una circular hacia las Alcaldías en la cual llamaba a que impidieran las legítimas acciones de protesta de las comunidades, lo cual llevo a darle un tratamiento de guerra a las movilizaciones y que en algunos casos terminó en el enfrentamiento entre la población movilizada y las fuerzas militares, vale la pena mencionar que en distintos puntos no solo hizo presencia el ESMAD y la Policía, sino también el Ejército, que obviamente no tiene como parte de su competencia el afrontar este tipo de situaciones.
  • Durante las últimas semanas Luis Pérez ha planteado que su propuesta para el escenario de post-acuerdos es la creación de ViceAlcaldías Militares, es decir, que miembros de las Fuerzas Militares se desempeñen en cargos que deben estar en manos de civiles, un total absurdo ante las necesidades de construir garantías y reales posibilidades de una paz estable y duradera. Este tipo de propuestas reafirman que esta administración tiene una postura totalmente contraria a la de transitar hacia nuevas realidades para nuestro país y departamento que tanto sufrimiento ha padecido y aún padece.

Frente a los incumplimientos y estrategia de dilación de la gobernación de Antioquia la Cumbre Agraria Antioquia reafirma su voluntad de seguir impulsando la construcción unitaria entre organizaciones campesinas, étnicas y populares, articulando iniciativas que apunten a la búsqueda de cambios y transformaciones en beneficio de las mayorías de nuestro país, movilizándonos, exigiendo y confrontando las políticas extractivas, de despojo y miseria para los territorios y las comunidades.

 

CUMBRE AGRARIA, CAMPESINA, ÉTNICA Y POPULAR

REGIONAL ANTIOQUIA

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TODO HIJO ES PADRE DE LA MUERTE DE SU PADRE.


«Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre.

Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso.

Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar.


Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana – todo corredor ahora está lejos.

Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda sus medicamentos.

Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz.

Todo hijo es el padre de la muerte de su padre.

Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas.

Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres.

La primera transformación ocurre en el cuarto de baño.

Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera.

La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el «destemplamiento de las aguas».

Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento.

La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas .

Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones.

Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros?

Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.

Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día.

Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos.

En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento:

– Deja que te ayude .

Reunió fuerzas y tomó por primera a su padre en su regazo.

Colocó la cara de su padre contra su pecho.

Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil , tembloroso.

Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable.

Meciendo a su padre de un lado al otro.

Acariciando a su padre.

Calmado el su padre.

Y decía en voz baja :

– Estoy aquí, estoy aquí, papá!

Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí».

http://www.nuestraedad.com.mx/todohijoespadre.htm

Comisión sobre diaconisas se reunirá la semana próxima en el Vaticano (prensa)



VAT CIUDAD DEL VATICANO|

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La comisión creada por el papa Francisco para estudiar la posibilidad de ordenar diaconisas en la Iglesia católica se reunirá por primera vez en sesión plenaria la semana próxima, indicó este sábado el National Catholic Reporter.

El periódico quincenal independiente norteamericano especializado en temas vinculados al catolicismo precisó que el panel de trece miembros encargado de examinar la cuestión como un primer paso hacia la entrada de mujeres al clero de la Iglesia se reunirá el 25 y 26 de noviembre.

Francisco creó la comisión en agosto pasado, tomando en cuenta la existencia de órdenes religiosos abiertos a mujeres, aunque algunos expertos aseguran que es poco probable que se llegue a autorizar el ordenamiento de diaconisas.

Los partidarios de la medida argumentan que las mujeres están poco representadas en la jerarquía de la Iglesia y sus procesos de decisión, a pesar de ser muy numerosas en varios órdenes religiosos donde superan ampliamente la cantidad de curas y monjes.

Alegan que autorizar la entrada de mujeres en el clero con rango inmediatamente inferior al de sacerdote representaría un primer paso hacia la corrección de ese desequilibrio.

También insisten en que no existe obstáculo teológico a la medida, tomando en cuenta un precedente que remonta a la Antigüedad, cuando había mujeres consagradas para determinados ministerios durante los primeros siglos del Cristianismo.

Los que se oponen a tal evolución señalan que Juan Pablo II en 1994 había determinado que «la Iglesia no tiene autoridad ninguna» para ordenar mujeres, citando la decisión de Jesús de escoger sólo a hombres como sus 12 apóstoles. Francisco dijo en mayo pasado que «le haría bien a la Iglesia aclarar este punto».

«El Papa debe liberar a las mujeres a seguir la llamada religiosa» por Donna Rougeux ARCWP, Líder Lexington


 http://www.kentucky.com/opinion/op-ed/article115684033.html

Indígenas dejan el plástico y regresan a las hojas de plátano


Una comunidad indígena en Guatemala se pone a la vanguardia de la lucha contra los empaques de plástico rescatando sus tradiciones.

Por: Esteban Biba / EFE

Indígenas dejan el plástico y regresan a las hojas de plátano

Foto: EFE / Esteban Biba

La etnia Tzutujil en Guatemala decidió reemplazar gradualmente las bolsas de plástico por hojas de plátano.

En el mercado dominical de San Pedro La Laguna los clientes que abarrotan esta comunidad indígena del interior de Guatemala ya no portan bolsas de plástico, aquí la vanguardia está en la tradición: los productos se entregan en hojas de árbol de plátano.

Parecen inofensivas y se usan todos los días. Son de colores, transparentes o con grandes logotipos de publicidad. Pero a pesar de sus múltiples formas y variedades tardan en degradarse un promedio de 150 y 200 años, por lo que las bolsas de plástico constituyen una amenaza para la salud del planeta.
Consciente de esta situación, el alcalde de San Juan La Laguna, Mauricio Méndez, le declaró la guerra a este refinado del petróleo prohibiendo la distribución de las bolsas de plástico, productos de duroport y pajillas.

Esta iniciativa equipara a este pequeño enclave, ubicado a las orillas del Lago Atlitlán, a los países más avanzados de Europa, que recientemente también han adoptado medidas frente a la creciente amenaza de los plásticos.

En San Pedro La Laguna, la población, en su mayoría de la etnia Tzutujil, vive del comercio y del turismo, pero la contaminación de las aguas del lago ha sido una de las mayores preocupaciones durante años, por lo que esta medida, la tercera en el país, ha sido vista con buenos ojos.

Fernando, un carnicero Tzutujil que trabaja en el mercado, piensa que deshacerse del plástico es la mejor opción: «Las hojas de plátano sirven igual que las bolsas y no contaminan nuestro lago. Los clientes ya las piden. Así todos vamos a ser más felices».

También María, una tímida vendedora que comercia con mariscos, ha adoptado la disposición con gusto y aunque reconoce que «algunos todavía están usando bolsas«, expresa su deseo de que dejen de hacerlo y se cambien a las hojas de plátano: «Son mejores para el ambiente».

Las multas para quienes no acaten la disposición medioambiental van desde los 300 quetzales (unos 40 dólares) hasta los 15.000 (2.000 dólares), pero estas cantidades se pueden duplicar con la reincidencia.

Sin embargo, la municipalidad ha insistido en que la intención no es aumentar la recaudación, sino «minimizar los graves perjuicios que el exceso de este tipo de productos están generando en el ambiente y en el lago de Atiltán», porque el plástico, dice el acuerdo, «tiene un tiempo de degradación de entre 100 y 1.000 años».

Con este esfuerzo, los hábitos de los residentes han empezado a cambiar. «Traigo mi propio contenedor, no necesito esto que ensucia el pueblo», explica una compradora local tras rechazar una bolsa de plástico para su compra de dos libras de pollo.

Y parece que hay otros que se quieren hacer eco de esta medida. Un grupo de diputados presentó esta semana en el Congreso una iniciativa de ley que pretende regular la producción, distribución y venta de las bolas de plástico.

Este proyecto de ley, que debe ser aprobado, busca además que se elimine de manera paulatina, concretamente en un periodo de cuatro años, el uso de estas bolsas, y que se reemplacen por las de material reutilizable para contribuir a la conservación del medioambiente en Guatemala, uno de los 19 países megadiversos del mundo.

Varias organizaciones internacionales estiman que en el mundo circulan entre 500.000 millones y un billón de bolsas de plástico, y que el 5 % del petróleo que se extrae es para esta industria, por lo que la reducción en su uso no solo ayudará a no contaminar el ambiente, sino también a preservar el oro negro, un recurso no renovable.

 http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/indigenas-dejan-el-plastico-y-regresan-hojas-de-platano-articulo-664307

TEXTO: Carta Apostólica Misericordia et misera del Papa Francisco en PDF y versión web


El Papa Francisco firma la Carta Apostólica Misericordia et misera / Foto: Daniel Ibáñez - ACI Prensa

VATICANO, 21 Nov. 16 / 06:03 am (ACI).- El Vaticano ha hecho pública la carta del Papa Francisco “Misericordia et misera” mediante la cual quiere recordar que la misericordia es una de las actitudes propias del cristiano e invita a que se viva tan intensamente como durante el Jubileo.

“La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre”, dice el Pontífice en la misma.

Para descargar la Carta Apostólica completa en formato PDF, ingrese a: https://www.aciprensa.com/pdf/MisericordiaEtMisera.pdf

A continuación, el texto completo de la carta:

FRANCISCO a cuantos leerán esta Carta Apostólica misericordia y paz

Misericordia et misera son las dos palabras que san Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adúltera (cf. Jn 8,1-11). No podía encontrar una expresión más bella y coherente que esta para hacer comprender el misterio del amor de Dios cuando viene al encuentro del pecador: «Quedaron sólo ellos dos: la miserable y la misericordia». Cuánta piedad y justicia divina hay en este episodio. Su enseñanza viene a iluminar la conclusión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia e indica, además, el camino que estamos llamados a seguir en el futuro.

1. Esta página del Evangelio puede ser asumida, con todo derecho, como imagen de lo que hemos celebrado en el Año Santo, un tiempo rico de misericordia, que pide ser siempre celebrada y vivida en nuestras comunidades. En efecto, la misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre.

Una mujer y Jesús se encuentran. Ella, adúltera y, según la Ley, juzgada merecedora de la lapidación; él, que con su predicación y el don total de sí mismo, que lo llevará hasta la cruz, ha devuelto la ley mosaica a su genuino propósito originario. En el centro no aparece la ley y la justicia legal, sino el amor de Dios que sabe leer el corazón de cada persona, para comprender su deseo más recóndito, y que debe tener el primado sobre todo. En este relato evangélico, sin embargo, no se encuentran el pecado y el juicio en abstracto, sino una pecadora y el Salvador. Jesús ha mirado a los ojos a aquella mujer y ha leído su corazón: allí ha reconocido el deseo de ser comprendida, perdonada y liberada. La miseria del pecado ha sido revestida por la misericordia del amor. Por parte de Jesús, ningún juicio que no esté marcado por la piedad y la compasión hacia la condición de la pecadora. A quien quería juzgarla y condenarla a muerte, Jesús responde con un silencio prolongado, que ayuda a que la voz de Dios resuene en las conciencias, tanto de la mujer como de sus acusadores. Estos dejan caer las piedras de sus manos y se van uno a uno (cf. Jn 8,9). Y después de ese silencio, Jesús dice: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condenado? […] Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más» (vv. 10-11). De este modo la ayuda a mirar el futuro con esperanza y a estar lista para encaminar nuevamente su vida; de ahora en adelante, si lo querrá, podrá «caminar en la caridad» (cf. Ef 5,2). Una vez que hemos sido revestidos de misericordia, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado, esta debilidad es superada por el amor que permite mirar más allá y vivir de otra manera.

2. Jesús lo había enseñado con claridad en otro momento cuando, invitado a comer por un fariseo, se le había acercado una mujer conocida por todos como pecadora (cf. Lc 7,36-50). Ella había ungido con perfume los pies de Jesús, los había bañado con sus lágrimas y secado con sus cabellos (cf. vv. 37- 38). A la reacción escandalizada del fariseo, Jesús responde: «Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco» (v. 47). El perdón es el signo más visible del amor del Padre, que Jesús ha querido revelar a lo largo de toda su vida. No existe página del Evangelio que pueda ser sustraída a este imperativo del amor que llega hasta el perdón. Incluso en el último momento de su vida terrena, mientras estaba siendo crucificado, Jesús tiene palabras de perdón: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34).

Nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón. Por este motivo, ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido. No podemos correr el riesgo de oponernos a la plena libertad del amor con el cual Dios entra en la vida de cada persona.

La misericordia es esta acción concreta del amor que, perdonando, transforma y cambia la vida. Así se manifiesta su misterio divino. Dios es misericordioso (cf. Ex 34,6), su misericordia dura por siempre (cf. Sal 136), de generación en generación abraza a cada persona que se confía a él y la transforma, dándole su misma vida.

3. Cuánta alegría ha brotado en el corazón de estas dos mujeres, la adúltera y la pecadora. El perdón ha hecho que se sintieran al fin más libres y felices que nunca. Las lágrimas de vergüenza y de dolor se han transformado en la sonrisa de quien se sabe amado. La misericordia suscita alegría porque el corazón se abre a la esperanza de una vida nueva. La alegría del perdón es difícil de expresar, pero se trasparenta en nosotros cada vez que la experimentamos. En su origen está el amor con el cual Dios viene a nuestro encuentro, rompiendo el círculo del egoísmo que nos envuelve, para hacernos también a nosotros instrumentos de misericordia.

Qué significativas son, también para nosotros, las antiguas palabras que guiaban a los primeros cristianos: «Revístete de alegría, que encuentra siempre gracia delante de Dios y siempre le es agradable, y complácete en ella. Porque todo hombre alegre obra el bien, piensa el bien y desprecia la

tristeza […] Vivirán en Dios cuantos alejen de sí la tristeza y se revistan de toda alegría». Experimentar la misericordia produce alegría. No permitamos que las aflicciones y preocupaciones nos la quiten; que permanezca bien arraigada en nuestro corazón y nos ayude a mirar siempre con serenidad la vida cotidiana.

En una cultura frecuentemente dominada por la técnica, se multiplican las formas de tristeza y soledad en las que caen las personas, entre ellas muchos jóvenes. En efecto, el futuro parece estar en manos de la incertidumbre que impide tener estabilidad. De ahí surgen a menudo sentimientos de melancolía, tristeza y aburrimiento que lentamente pueden conducir a la desesperación. Se necesitan testigos de la esperanza y de la verdadera alegría para deshacer las quimeras que prometen una felicidad fácil con paraísos artificiales. El vacío profundo de muchos puede ser colmado por la esperanza que llevamos en el corazón y por la alegría que brota de ella. Hay mucha necesidad de reconocer la alegría que se revela en el corazón que ha sido tocado por la misericordia. Hagamos nuestras, por tanto, las palabras del Apóstol: «Estad siempre alegres en el Señor» (Flp 4,4; cf. 1 Ts 5,16).

4. Hemos celebrado un Año intenso, en el que la gracia de la misericordia se nos ha dado en abundancia. Como un viento impetuoso y saludable, la bondad y la misericordia se han esparcido por el mundo entero. Y delante de esta mirada amorosa de Dios, que de manera tan prolongada se ha posado sobre cada uno de nosotros, no podemos permanecer indiferentes, porque ella cambia la vida.

Sentimos la necesidad, ante todo, de dar gracias al Señor y decirle: «Has sido bueno, Señor, con tu tierra […]. Has perdonado la culpa de tu pueblo» (Sal 85,2-3). Así es: Dios ha destruido nuestras culpas y ha arrojado nuestros pecados a lo hondo del mar (cf. Mi 7,19); no los recuerda más, se los ha echado a la espalda (cf. Is 38,17); como dista el oriente del ocaso, así aparta de nosotros nuestros pecados (cf. Sal 103,12).

En este Año Santo la Iglesia ha sabido ponerse a la escucha y ha experimentado con gran intensidad la presencia y cercanía del Padre, que mediante la obra del Espíritu Santo le ha hecho más evidente el don y el mandato de Jesús sobre el perdón. Ha sido realmente una nueva visita del Señor en medio de nosotros. Hemos percibido cómo su soplo vital se difundía por la Iglesia y, una vez más, sus palabras han indicado la misión: «Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20,22-23).

5. Ahora, concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina. Nuestras comunidades continuarán con vitalidad y dinamismo la obra de la nueva evangelización en la medida en que la «conversión pastoral», que estamos llamados a vivir, se plasme cada día, gracias a la fuerza renovadora de la misericordia. No limitemos su acción; no hagamos entristecer al Espíritu, que siempre indica nuevos senderos para recorrer y llevar a todos el Evangelio que salva.

En primer lugar estamos llamados a celebrar la misericordia. Cuánta riqueza contiene la oración de la Iglesia cuando invoca a Dios como Padre misericordioso. En la liturgia, la misericordia no sólo se evoca con frecuencia, sino que se recibe y se vive. Desde el inicio hasta el final de la celebración eucarística, la misericordia aparece varias veces en el diálogo entre la asamblea orante y el corazón del Padre, que se alegra cada vez que puede derramar su amor misericordioso. Después de la súplica de perdón inicial, con la invocación «Señor, ten piedad», somos inmediatamente confortados: «Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna». Con esta confianza la comunidad se reúne en la presencia del Señor, especialmente en el día santo de la resurrección. Muchas oraciones «colectas» se refieren al gran don de la misericordia. En el periodo de Cuaresma, por ejemplo, oramos diciendo: «Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, qué aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados; mira con amor a tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que estamos hundidos bajo el peso de las culpas». Después nos sumergimos en la gran plegaria eucarística con el prefacio que proclama: «Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso que no sólo nos enviaste como redentor a tu propio Hijo, sino que en todo lo quisiste semejante al hombre, menos en el pecado». Además, la plegaria eucarística cuarta es un himno a la misericordia de Dios: «Compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te busca». «Ten misericordia de todos nosotros»,6 es la súplica apremiante que realiza el sacerdote, para implorar la participación en la vida eterna. Después del Padrenuestro, el sacerdote prolonga la plegaria invocando la paz y la liberación del pecado gracias a la «ayuda de su misericordia». Y antes del signo de la paz, que se da como expresión de fraternidad y de amor recíproco a la luz del perdón recibido, él ora de nuevo diciendo: «No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia». Mediante estas palabras, pedimos con humilde confianza el don de la unidad y de la paz para la santa Madre Iglesia. La celebración de la misericordia divina culmina en el Sacrificio eucarístico, memorial del misterio pascual de Cristo, del que brota la salvación para cada ser humano, para la historia y para el mundo entero. En resumen, cada momento de la celebración eucarística está referido a la misericordia de Dios.

En toda la vida sacramental la misericordia se nos da en abundancia. Es muy relevante el hecho de que la Iglesia haya querido mencionar explícitamente la misericordia en la fórmula de los dos sacramentosllamados «de sanación», es decir, la Reconciliación y la Unción de los enfermos. La fórmula de la absolución dice: «Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz»; y la de la Unción reza así: «Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo». Así, en la oración de la Iglesia la referencia a la misericordia, lejos de ser solamente parenética, es altamente performativa, es decir que, mientras la invocamos con fe, nos viene concedida; mientras la confesamos viva y real, nos transforma verdaderamente. Este es un aspecto fundamental de nuestra fe, que debemos conservar en toda su originalidad: antes que el pecado, tenemos la revelación del amor con el que Dios ha creado el mundo y los seres humanos. El amor es el primer acto con el que Dios se da a conocer y viene a nuestro encuentro. Por tanto, abramos el corazón a la confianza de ser amados por Dios. Su amor nos precede siempre, nos acompaña y permanece junto a nosotros a pesar de nuestro pecado.

6. En este contexto, la escucha de la Palabra de Dios asume también un significado particular. Cada domingo, la Palabra de Dios es proclamada en la comunidad cristiana para que el día del Señor se ilumine con la luz que proviene del misterio pascual. En la celebración eucarística asistimos a un verdadero diálogo entre Dios y su pueblo. En la proclamación de las lecturas bíblicas, se recorre la historia de nuestra salvación como una incesante obra de misericordia que se nos anuncia. Dios sigue hablando hoy con nosotros como sus amigos, se «entretiene» con nosotros, para ofrecernos su compañía y mostrarnos el sendero de la vida. Su Palabra se hace intérprete de nuestras peticiones y preocupaciones, y es también respuesta fecunda para que podamos experimentar concretamente su cercanía. Qué importante es la homilía, en la que «la verdad va de la mano de la belleza y del bien», para que el corazón de los creyentes vibre ante la grandeza de la misericordia. Recomiendo mucho la preparación de la homilía y el cuidado de la predicación. Ella será tanto más fructuosa, cuanto más haya experimentado el sacerdote en sí mismo la bondad misericordiosa del Señor. Comunicar la certeza de que Dios nos ama no es un ejercicio retórico, sino condición de credibilidad del propio sacerdocio. Vivir la misericordia es el camino seguro para que ella llegue a ser verdadero anuncio de consolación y de conversión en la vida pastoral. La homilía, como también la catequesis, ha de estar siempre sostenida por este corazón palpitante de la vida cristiana.

7. La Biblia es la gran historia que narra las maravillas de la misericordia de Dios. Cada una de sus páginas está impregnada del amor del Padre que desde la creación ha querido imprimir en el universo los signos de su amor. El Espíritu Santo, a través de las palabras de los profetas y de los escritos sapienciales, ha modelado la historia de Israel con el reconocimiento de la ternura y de la cercanía de Dios, a pesar de la infidelidad del pueblo. La vida de Jesús y su predicación marcan de manera decisiva la historia de la comunidad cristiana, que entiende la propia misión como respuesta al mandato de Cristo de ser instrumento permanente de su misericordia y de su perdón (cf. Jn 20,23). Por

medio de la Sagrada Escritura, que se mantiene viva gracias a la fe de la Iglesia, el Señor continúa hablando a su Esposa y le indica los caminos a seguir, para que el Evangelio de la salvación llegue a todos. Deseo vivamente que la Palabra de Dios se celebre, se conozca y se difunda cada vez más, para que nos ayude a comprender mejor el misterio del amor que brota de esta fuente de misericordia. Lo recuerda claramente el Apóstol: «Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia» (2 Tm 3,16). Sería oportuno que cada comunidad, en un domingo del Año litúrgico, renovase su compromiso en favor de la difusión, conocimiento y profundización de la Sagrada Escritura: un domingo dedicado enteramente a la Palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo. Habría que enriquecer ese momento con iniciativas creativas, que animen a los creyentes a ser instrumentos vivos de la transmisión de la Palabra. Ciertamente, entre esas iniciativas tendrá que estar la difusión más amplia de la lectio divina, para que, a través de la lectura orante del texto sagrado, la vida espiritual se fortalezca y crezca. La lectio divina sobre los temas de la misericordia permitirá comprobar cuánta riqueza hay en el texto sagrado, que leído a la luz de la entera tradición espiritual de la Iglesia, desembocará necesariamente en gestos y obras concretas de caridad.

8. La celebración de la misericordia tiene lugar de modo especial en el Sacramento de la Reconciliación. Es el momento en el que sentimos el abrazo del Padre que sale a nuestro encuentro para restituirnos de nuevo la gracia de ser sus hijos. Somos pecadores y cargamos con el peso de la contradicción entre lo que queremos hacer y lo que, en cambio, hacemos (cf. Rm 7,14-21); la gracia, sin embargo, nos precede siempre y adopta el rostro de la misericordia que se realiza eficazmente con la reconciliación y el perdón. Dios hace que comprendamos su inmenso amor justamente ante nuestra condición de pecadores. La gracia es más fuerte y supera cualquier posible resistencia, porque el amor todo lo puede (cf. 1 Co 13,7).

En el Sacramento del Perdón, Dios muestra la vía de la conversión hacia él, y nos invita a experimentar de nuevo su cercanía. Es un perdón que se obtiene, ante todo, empezando por vivir la caridad. Lo recuerda también el apóstol Pedro cuando escribe que «el amor cubre la multitud de los pecados» (1 Pe 4,8). Sólo Dios perdona los pecados, pero quiere que también nosotros estemos dispuestos a perdonar a los demás, como él perdona nuestras faltas: «Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mt 6,12). Qué tristeza cada vez que nos quedamos encerrados en nosotros mismos, incapaces de perdonar. Triunfa el rencor, la rabia, la venganza; la vida se vuelve infeliz y se anula el alegre compromiso por la misericordia.

9. Una experiencia de gracia que la Iglesia ha vivido con mucho fruto a lo largo del Año jubilar ha sido ciertamente el servicio de los Misioneros de la Misericordia. Su acción pastoral ha querido evidenciar que Dios no pone ningún límite a cuantos lo buscan con corazón contrito, porque sale al encuentro de todos, como un Padre. He recibido muchos testimonios de alegría por el renovado encuentro con el Señor en el Sacramento de la Confesión. No perdamos la oportunidad de vivir también la fe como una experiencia de reconciliación. «Reconciliaos con Dios» (2 Co 5,20), esta es la invitación que el Apóstol dirige también hoy a cada creyente, para que descubra la potencia del amor que transforma en una «criatura nueva» (2 Co 5,17).

Doy las gracias a cada Misionero de la Misericordia por este inestimable servicio de hacer fructificar la gracia del perdón. Este ministerio extraordinario, sin embargo, no cesará con la clausura de la Puerta Santa. Deseo que se prolongue todavía, hasta nueva disposición, como signo concreto de que la gracia del Jubileo siga siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo. Será tarea del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización acompañar durante este periodo a los Misioneros de la Misericordia, como expresión directa de mi solicitud y cercanía, y encontrar las formas más coherentes para el ejercicio de este precioso ministerio.

10. A los sacerdotes renuevo la invitación a prepararse con mucho esmero para el ministerio de la Confesión, que es una verdadera misión sacerdotal. Os agradezco de corazón vuestro servicio y os pido que seáis acogedores con todos; testigos de la ternura paterna, a pesar de la gravedad del pecado; solícitos en ayudar a reflexionar sobre el mal cometido; claros a la hora de presentar los principios morales; disponibles para acompañar a los fieles en el camino penitencial, siguiendo el paso de cada uno con paciencia; prudentes en el discernimiento de cada caso concreto; generosos en el momento de dispensar el perdón de Dios. Así como Jesús ante la mujer adúltera optó por permanecer en silencio para salvarla de su condena a muerte, del mismo modo el sacerdote en el confesionario tenga también un corazón magnánimo, recordando que cada penitente lo remite a su propia condición personal: pecador, pero ministro de la misericordia.

11. Me gustaría que todos meditáramos las palabras del Apóstol, escritas hacia el final de su vida, en las que confiesa a Timoteo de haber sido el primero de los pecadores, «por esto precisamente se compadeció de mí» (1 Tm 1,16). Sus palabras tienen una fuerza arrebatadora para hacer que también nosotros reflexionemos sobre nuestra existencia y para que veamos cómo la misericordia de Dios actúa para cambiar, convertir y transformar nuestro corazón: «Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fío de mí y me confió este ministerio, a mí, que antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí» (1 Tm 1,12-13).

Por tanto, recordemos siempre con renovada pasión pastoral las palabras del Apóstol: «Dios nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18). Con vistas a este ministerio, nosotros hemos sido los primeros en ser perdonados; hemos sido testigos en primera persona de la universalidad del perdón. No existe ley ni precepto que pueda impedir a Dios volver a abrazar al hijo que regresa a él reconociendo que se ha equivocado, pero decidido a recomenzar desde el principio. Quedarse solamente en la ley equivale a banalizar la fe y la misericordia divina. Hay un valor propedéutico en la ley (cf. Ga 3,24), cuyo fin es la caridad (cf. 1 Tm 1,5). El cristiano está llamado a vivir la novedad del Evangelio, «la ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús» (Rm 8,2). Incluso en los casos más complejos, en los que se siente la tentación de hacer prevalecer una justicia que deriva sólo de las normas, se debe creer en la fuerza que brota de la gracia divina.

Nosotros, confesores, somos testigos de tantas conversiones que suceden delante de nuestros ojos. Sentimos la responsabilidad de gestos y palabras que toquen lo más profundo del corazón del penitente, para que descubra la cercanía y ternura del Padre que perdona. No arruinemos esas ocasiones con comportamientos que contradigan la experiencia de la misericordia que se busca. Ayudemos, más bien, a iluminar el ámbito de la conciencia personal con el amor infinito de Dios (cf. 1 Jn 3,20).

El Sacramento de la Reconciliación necesita volver a encontrar su puesto central en la vida cristiana; por esto se requieren sacerdotes que pongan su vida al servicio del «ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18), para que a nadie que se haya arrepentido sinceramente se le impida acceder al amor del Padre, que espera su retorno, y a todos se les ofrezca la posibilidad de experimentar la fuerza liberadora del perdón.

Una ocasión propicia puede ser la celebración de la iniciativa 24 horas para el Señor en la proximidad del IV Domingo de Cuaresma, que ha encontrado un buen consenso en las diócesis y sigue siendo como una fuerte llamada pastoral para vivir intensamente el Sacramento de la Confesión.

12. En virtud de esta exigencia, para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto. Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar, lo extiendo ahora en el tiempo, no obstante cualquier cosa en contrario. Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial.

En el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados.Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia.

13. La misericordia tiene también el rostro de la consolación. «Consolad, consolad a mi pueblo» (Is 40,1), son las sentidas palabras que el profeta pronuncia también hoy, para que llegue una palabra de esperanza a cuantos sufren y padecen. No nos dejemos robar nunca la esperanza que proviene de la fe en el Señor resucitado. Es cierto, a menudo pasamos por duras pruebas, pero jamás debe decaer la certeza de que el Señor nos ama. Su misericordia se expresa también en la cercanía, en el afecto y en el apoyo que muchos hermanos y hermanas nos ofrecen cuando sobrevienen los días de tristeza y aflicción. Enjugar las lágrimas es una acción concreta que rompe el círculo de la soledad en el que con frecuencia terminamos encerrados.

Todos tenemos necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión. Cuánto dolor puede causar una palabra rencorosa, fruto de la envidia, de los celos y de la rabia. Cuánto sufrimiento provoca la experiencia de la traición, de la violencia y del abandono; cuánta amargura ante la muerte de los seres queridos. Sin embargo, Dios nunca permanece distante cuando se viven estos dramas. Una palabra que da ánimo, un abrazo que te hace sentir comprendido, una caricia que hace percibir el amor, una oración que permite ser más fuerte…, son todas expresiones de la cercanía de Dios a través del consuelo ofrecido por los hermanos.

A veces también el silencio es de gran ayuda; porque en algunos momentos no existen palabras para responder a los interrogantes del que sufre. La falta de palabras, sin embargo, se puede suplir por la compasión del que está presente y cercano, del que ama y tiende la mano. No es cierto que el silencio sea un acto de rendición, al contrario, es un momento de fuerza y de amor. El silencio también pertenece al lenguaje de la consolación, porque se transforma en una obra concreta de solidaridad y unión con el sufrimiento del hermano.

14. En un momento particular como el nuestro, caracterizado por la crisis de la familia, entre otras, es importante que llegue una palabra de gran consuelo a nuestras familias. El don del matrimonio es una gran vocación a la que, con la gracia de Cristo, hay que corresponder con el amor generoso, fiel y paciente. La belleza de la familia permanece inmutable, a pesar de numerosas sombras y propuestas alternativas: «El gozo del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia». El sendero de la vida lleva a que un hombre y una mujer se encuentren, se amen y se prometan, fidelidad por siempre delante de Dios, a menudo se interrumpe por el sufrimiento, la traición y la soledad. La alegría de los padres por el don de los hijos no es inmune a las preocupaciones con respecto a su crecimiento y formación, y para que tengan un futuro digno de ser vivido con intensidad.

La gracia del Sacramento del Matrimonio no sólo fortalece a la familia para que sea un lugar privilegiado en el que se viva la misericordia, sino que compromete a la comunidad cristiana, y con ella a toda la acción pastoral, para que se resalte el gran valor propositivo de la familia. De todas formas, este Año jubilar nos ha de ayudar a reconocer la complejidad de la realidad familiar actual. La experiencia de la misericordia nos hace capaces de mirar todas las dificultades humanas con la actitud del amor de Dios, que no se cansa de acoger y acompañar.

No podemos olvidar que cada uno lleva consigo el peso de la propia historia que lo distingue de cualquier otra persona. Nuestra vida, con sus alegrías y dolores, es algo único e irrepetible, que se desenvuelve bajo la mirada misericordiosa de Dios. Esto exige, sobre todo de parte del sacerdote, un discernimiento espiritual atento, profundo y prudente para que cada uno, sin excluir a nadie, sin importar la situación que viva, pueda sentirse acogido concretamente por Dios, participar activamente en la vida de la comunidad y ser admitido en ese Pueblo de Dios que, sin descanso, camina hacia la plenitud del reino de Dios, reino de justicia, de amor, de perdón y de misericordia.

15. El momento de la muerte reviste una importancia particular. La Iglesia siempre ha vivido este dramático tránsito a la luz de la resurrección de Jesucristo, que ha abierto el camino de la certeza en la vida futura. Tenemos un gran reto que afrontar, sobre todo en la cultura contemporánea que, a menudo, tiende a banalizar la muerte hasta el punto de esconderla o considerarla una simple ficción. La muerte en cambio se ha de afrontar y preparar como un paso doloroso e ineludible, pero lleno de sentido: como el acto de amor extremo hacia las personas que dejamos y hacia Dios, a cuyo encuentro nos dirigimos. En todas las religiones el momento de la muerte, así como el del nacimiento, está acompañado de una presencia religiosa. Nosotros vivimos la experiencia de las exequias como una plegaria llena de esperanza por el alma del difunto y como una ocasión para ofrecer consuelo a cuantos sufren por la ausencia de la persona amada.

Estoy convencido de la necesidad de que, en la acción pastoral animada por la fe viva, los signos litúrgicos y nuestras oraciones sean expresión de la misericordia del Señor. Es él mismo quien nos da palabras de esperanza, porque nada ni nadie podrán jamás separarnos de su amor (cf. Rm 8,35). La participación del sacerdote en este momento significa un acompañamiento importante, porque ayuda a sentir la cercanía de la comunidad cristiana en los momentos de debilidad, soledad, incertidumbre y llanto.

16. Termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa. Pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta, de par en par. Hemos aprendido que Dios se inclina hacia nosotros (cf. Os 11,4) para que también nosotros podamos imitarlo inclinándonos hacia los hermanos. La nostalgia que muchos sienten de volver a la casa del Padre, que está esperando su regreso, está provocada también por el testimonio sincero y generoso que algunos dan de la ternura divina. La Puerta Santa que hemos atravesado en este Año jubilar nos ha situado en la vía de la caridad, que estamos llamados a recorrer cada día con fidelidad y alegría. El camino de la misericordia es el que nos hace encontrar a tantos hermanos y hermanas que tienden la mano esperando que alguien la aferre y poder así caminar juntos.

Querer acercarse a Jesús implica hacerse prójimo de los hermanos, porque nada es más agradable al Padre que un signo concreto de misericordia. Por su misma naturaleza, la misericordia se hace visible y tangible en una acción concreta y dinámica. Una vez que se la ha experimentado en su verdad, no se puede volver atrás: crece continuamente y transforma la vida. Es verdaderamente una nueva creación que obra un corazón nuevo, capaz de amar en plenitud, y purifica los ojos para que sepan ver las necesidades más ocultas. Qué verdaderas son las palabras con las que la Iglesia ora en la Vigilia Pascual, después de la lectura que narra la creación: «Oh Dios, que con acción maravillosa creaste al hombre y con mayor maravilla lo redimiste».

La misericordia renueva y redime, porque es el encuentro de dos corazones: el de Dios, que sale al encuentro, y el del hombre. Mientras este se va encendiendo, aquel lo va sanando: el corazón de piedra es transformado en corazón de carne (cf. Ez 36,26), capaz de amar a pesar de su pecado. Es aquí donde se descubre que es realmente una «nueva creatura» (cf. Ga 6,15): soy amado, luego existo; he sido perdonado, entonces renazco a una vida nueva; he sido «misericordiado», entonces me convierto en instrumento de misericordia.

17. Durante el Año Santo, especialmente en los «viernes de la misericordia», he podido darme cuenta de cuánto bien hay en el mundo. Con frecuencia no es conocido porque se realiza cotidianamente de manera discreta y silenciosa. Aunque no llega a ser noticia, existen sin embargo tantos signos concretos de bondad y ternura dirigidos a los más pequeños e indefensos, a los que están más solos y abandonados. Existen personas que encarnan realmente la caridad y que no llevan continuamente la solidaridad a los más pobres e infelices. Agradezcamos al Señor el don valioso de estas personas que, ante la debilidad de la humanidad herida, son como una invitación para descubrir la alegría de hacerse prójimo. Con gratitud pienso en los numerosos voluntarios que con su entrega de cada día dedican su tiempo a mostrar la presencia y cercanía de Dios. Su servicio es una genuina obra de misericordia y hace que muchas personas se acerquen a la Iglesia.

18. Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia. La Iglesia necesita anunciar hoy esos «muchos otros signos» que Jesús realizó y que «no están escritos» (Jn 20,30), de modo que sean expresión elocuente de la fecundidad del amor de Cristo y de la comunidad que vive de él. Han pasado más de dos mil años y, sin embargo, las obras de misericordia siguen haciendo visible la bondad de Dios.

Todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed, y despiertan una gran preocupación las imágenes de niños que no tienen nada para comer. Grandes masas de personas siguen emigrando de un país a otro en busca de alimento, trabajo, casa y paz. La enfermedad, en sus múltiples formas, es una causa permanente de sufrimiento que reclama socorro, ayuda y consuelo. Las cárceles son lugares en los que, con frecuencia, las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, en ocasiones graves, que se añaden a las penas restrictivas. El analfabetismo está todavía muy extendido, impidiendo que niños y niñas se formen, exponiéndolos a nuevas formas de esclavitud. La cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos; esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana.

Con todo, las obras de misericordia corporales y espirituales constituyen hasta nuestros días una prueba de la incidencia importante y positiva de la misericordia como valor social. Ella nos impulsa a ponernos manos a la obra para restituir la dignidad a millones de personas que son nuestros hermanos y hermanas, llamados a construir con nosotros una «ciudad fiable».

19. En este Año Santo se han realizado muchos signos concretos de misericordia. Comunidades, familias y personas creyentes han vuelto a descubrir la alegría de compartir y la belleza de la solidaridad. Y aun así, no basta. El mundo sigue generando nuevas formas de pobreza espiritual y material que atentan contra la dignidad de las personas. Por este motivo, la Iglesia debe estar siempre atenta y dispuesta a descubrir nuevas obras de misericordia y realizarlas con generosidad y entusiasmo.

Esforcémonos entonces en concretar la caridad y, al mismo tiempo, en iluminar con inteligencia la práctica de las obras de misericordia. Esta posee un dinamismo inclusivo mediante el cual se extiende en todas las direcciones, sin límites. En este sentido, estamos llamados a darle un rostro nuevo a las obras de misericordia que conocemos de siempre. En efecto, la misericordia se excede; siempre va más allá, es fecunda. Es como la levadura que hace fermentar la masa (cf. Mt 13,33) y como un granito de mostaza que se convierte en un árbol (cf. Lc 13,19).

Pensemos solamente, a modo de ejemplo, en la obra de misericordia corporal de vestir al desnudo (cf. Mt 25,36.38.43.44). Ella nos transporta a los orígenes, al jardín del Edén, cuando Adán y Eva se dieron cuenta de que estaban desnudos y, sintiendo que el Señor se acercaba, les dio vergüenza y se escondieron (cf. Gn 3,7-8). Sabemos que el Señor los castigó; sin embargo, él «hizo túnicas de piel para Adán y su mujer, y los vistió» (Gn 3,21). La vergüenza quedó superada y la dignidad fue restablecida.

Miremos fijamente también a Jesús en el Gólgota. El Hijo de Dios está desnudo en la cruz; su túnica ha sido echada a suerte por los soldados y está en sus manos (cf. Jn 19,23-24); él ya no tiene nada. En la cruz se revela de manera extrema la solidaridad de Jesús con todos los que han perdido la dignidad porque no cuentan con lo necesario. Si la Iglesia está llamada a ser la «túnica de Cristo»20 para revestir a su Señor, del mismo modo ha de empeñarse en ser solidaria con aquellos que han sido despojados, para que recobren la dignidad que les han sido despojada. «Estuve desnudo y me vestisteis» (Mt 25,36) implica, por tanto, no mirar para otro lado ante las nuevas formas de pobreza y marginación que impiden a las personas vivir dignamente.

No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…: estas, y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona, frente a las cuales la acción misericordiosa de los cristianos responde ante todo con la vigilancia y la solidaridad. Cuántas son las situaciones en las que podemos restituir la dignidad a las personas para que tengan una vida más humana. Pensemos solamente en los niños y niñas que sufren violencias de todo tipo, violencias que les roban la alegría de la vida. Sus rostros tristes y desorientados están impresos en mi mente; piden que les ayudemos a liberarse de las esclavitudes del mundo contemporáneo. Estos niños son los jóvenes del mañana; ¿cómo los estamos preparando para vivir con dignidad y responsabilidad? ¿Con qué esperanza pueden afrontar su presente y su futuro?

El carácter social de la misericordia obliga a no quedarse inmóviles y a desterrar la indiferencia y la hipocresía, de modo que los planes y proyectos no queden sólo en letra muerta. Que el Espíritu Santo nos ayude a estar siempre dispuestos a contribuir de manera concreta y desinteresada, para que la justicia y una vida digna no sean sólo palabras bonitas, sino que constituyan el compromiso concreto de todo el que quiere testimoniar la presencia del reino de Dios.

20. Estamos llamados a hacer que crezca una cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del encuentro con los demás: una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos. Las obras de misericordia son «artesanales»: ninguna de ellas es igual a otra; nuestras manos las pueden modelar de mil modos, y aunque sea único el Dios que las inspira y única la «materia» de la que están hechas, es decir la misericordia misma, cada una adquiere una forma diversa.

Las obras de misericordia tocan todos los aspectos de la vida de una persona. Podemos llevar a cabo una verdadera revolución cultural a partir de la simplicidad de esos gestos que saben tocar el cuerpo y el espíritu, es decir la vida de las personas. Es una tarea que la comunidad cristiana puede hacer suya, consciente de que la Palabra del Señor la llama siempre a salir de la indiferencia y del individualismo, en el que se corre el riesgo de caer para llevar una existencia cómoda y sin problemas. «A los pobres los tenéis siempre con vosotros» (Jn 12,8), dice Jesús a sus discípulos. No hay excusas que puedan justificar una falta de compromiso cuando sabemos que él se ha identificado con cada uno de ellos.

La cultura de la misericordia se va plasmando con la oración asidua, con la dócil apertura a la acción del Espíritu Santo, la familiaridad con la vida de los santos y la cercanía concreta a los pobres. Es una invitación apremiante a tener claro dónde tenemos que comprometernos necesariamente. La tentación de quedarse en la «teoría sobre la misericordia» se supera en la medida que esta se convierte en vida cotidiana de participación y colaboración. Por otra parte, no deberíamos olvidar las palabras con las que el apóstol Pablo, narrando su encuentro con Pedro, Santiago y Juan, después de su conversión, se refiere a un aspecto esencial de su misión y de toda la vida cristiana: «Nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado cumplir» (Ga 2,10). No podemos olvidarnos de los pobres: es una invitación hoy más que nunca actual, que se impone en razón de su evidencia evangélica.

21. Que la experiencia del Jubileo grabe en nosotros las palabras del apóstol Pedro: «Los que antes erais no compadecidos, ahora sois objeto de compasión» (1 P 2,10). No guardemos sólo para nosotros cuanto hemos recibido; sepamos compartirlo con los hermanos que sufren, para que sean sostenidos por la fuerza de la misericordia del Padre. Que nuestras comunidades se abran hasta llegar a todos los que viven en su territorio, para que llegue a todos, a través del testimonio de los creyentes, la caricia de Dios.

Este es el tiempo de la misericordia. Cada día de nuestra vida está marcado por la presencia de Dios, que guía nuestros pasos con el poder de la gracia que el Espíritu infunde en el corazón para plasmarlo y hacerlo capaz de amar. Es el tiempo de la misericordia para todos y cada uno, para que nadie piense que está fuera de la cercanía de Dios y de la potencia de su ternura. Es el tiempo de la misericordia, para que los débiles e indefensos, los que están lejos y solos sientan la presencia de hermanos y hermanas que los sostienen en sus necesidades. Es el tiempo de la misericordia, para que los pobres sientan la mirada de respeto y atención de aquellos que, venciendo la indiferencia, han descubierto lo que es fundamental en la vida. Es el tiempo de la misericordia, para que cada pecador no deje de pedir perdón y de sentir la mano del Padre que acoge y abraza siempre.

A la luz del «Jubileo de las personas socialmente excluidas», mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia.

22. Que los ojos misericordiosos de la Santa Madre de Dios estén siempre vueltos hacia nosotros.. Ella es la primera en abrir camino y nos acompaña cuando damos testimonio del amor. La Madre de Misericordia acoge a todos bajo la protección de su manto, tal y como el arte la ha representado a menudo. Confiemos en su ayuda materna y sigamos su constante indicación de volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 20 de noviembre,

Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo,

del Año del Señor 2016, cuarto de pontificado.

FRANCISCO

https://www.aciprensa.com/noticias/texto-carta-apostolica-del-papa-francisco-misericordia-et-misera-61465/

El Papa autoriza a los sacerdotes a perdonar el aborto de manera definitiva


CARTA APOSTÓLICA

Hasta ahora solo lo había autorizado durante el Año Santo de la Misericordia, que concluyó el domingo

El Papa autoriza a los sacerdotes a perdonar el aborto de manera definitiva

GIORGIO ONORATI / EFE

El papa Francisco saluda a los fieles a su llegada a la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

 EL PERIÓDICO / BARCELONA

LUNES, 21 DE NOVIEMBRE DEL 2016 – 12:30 CET

El papa Francisco ha anunciado este lunes que los sacerdotes podrán perdonar el aborto de manera indefinida, una disposición que había autorizado solo durante el Año Santo de la Misericordia que concluyó el domingo.

«Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto. Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar lo extiendo ahora en el tiempo, no obstante cualquier cosa en contrario», escribe el Pontífice en la misiva.

Según la doctrina católica, el aborto es un pecado grave que comporta excomunión y hasta ahora un sacerdote solo lo podía absolver después de que le autorizase un obispo o el mismo pontífice.

No obstante la concesión del perdón, Francisco enfatiza «con fuerza» en su misiva que «el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente».

Pero agrega que «con la misma fuerza» puede afirmar que «no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre».

«RECONCILIACIÓN ESPECIAL»

«Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial», añade.

En esta carta en la que invita a renovar el tiempo de perdón, reconciliación y caridad con los más necesitados, Francisco también extiende otras disposiciones que había autorizado durante el Jubileo como la de la concesión de absolver los pecados a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, los llamados lefebvrianos. (1)

Francisco justifica esta decisión «por el bien pastoral de estos fieles» y para que «se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión», en lo que se entiende como una mano tendida a los seguidores de Marcel Lefebvre, que no reconocen las novedades introducidas en el Concilio Vaticano II, por lo que están fuera de la Iglesia desde 1988.

El Papa también recuerda a los sacerdotes las diferentes situaciones familiares en la actualidad y les reitera que ante estas personas tengan «un discernimiento espiritual atento, profundo y prudente para que cada uno, sin excluir a nadie, sin importar la situación que viva, pueda sentirse acogido concretamente por Dios, participar activamente en la vida de la comunidad y ser admitido en ese Pueblo de Dios».

(1)  El ex procurador de Colombia pertenece a esa Fraternidad de San Pio X.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/papa-autoriza-sacerdotes-perdonar-aborto-manera-definitiva-5641927

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