2 Marzo 2018
Estamos a tiempo para detener la deforestación
Lo que está pasando en Guaviare es ilegal, inmoral e irracional
José Yunis Mebarak*
No hay nombre para lo que ocurre con la Amazonia en Guaviare y Caquetá. Personas pudientes compran veredas completas y mandan a deforestar 200 a 500 hectáreas de una sola aserrada. Los campesinos más humildes arrasan de 1 a 15 hectáreas. Todos somos culpables.
“¡Tiene 4.000 hectáreas de sabana, hijueputa, y tumba la montaña, el bosque de galería y no le da abasto nada! Nooo, es para matarlo yo”. Ese es el conmovedor audio dejado en mi Whatsapp ante la impotencia que siente el señor que además me envía un video donde por espacio de minuto y medio y a 80 kilómetros por hora observa de lado a lado los restos de selva hecha cenizas. Ciertamente: estamos quemando la selva amazónica, destruyendo mientras muchos alegan que no hay oportunidades, que el Gobierno esto, que el Gobierno lo otro, que son otros, que no son ellos, que es gente de afuera, que son los ricos, que no son los pobres.
… Nuestra selva amazónica es una portentosa fuente de riqueza que debemos proteger y aprovechar de manera sostenible. A la altura de semejante maravilla natural deben estar nuestras aspiraciones. El turismo, por ejemplo, ahora que se puede hacer, es una formidable apuesta de riqueza. Pero para desarrollarlo debemos apagar la hoguera que destruye la más extraordinaria diversidad de vida sobre la tierra. Nuestro derecho colectivo a un ambiente sano debe primar. Mantener la selva que nos permite el agua en Bogotá debe importar. Asegurar la integridad de este regulador de clima para que no cambie tanto, tanto, tantísimo y no nos haga mucho más daño debe significar. …
*Director Visión Amazonia. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible
1 Marzo 2018
Cartas de los lectores
Deforestación criminal programada
Manuel José Quiroga Castro.
En la foto de primera plana de El Espectador del 28 de febrero (“Nos quedó grande”), suena a incapacidad gubernamental y específicamente a la incapacidad del Ministerio de Ambiente.
Suena a derrotismo cuando se dice que “la meta de cero deforestación para el año 2020 va a ser muy difícil de cumplir”.
Si uno viaja en un automotor a 80 km/hora, intentando llegar a la meta, y reduce intempestivamente la velocidad a 20 km/hora, significa que ya desistió de llegar a la meta y lo mejor es renunciar y dejarle el camino libre a otro que realmente quiera llegar.
En esta foto se evidencia una casa de algún colono, alrededor zonas de pastos que fueron selva pura virgen y que, al igual que le va a pasar a la que están quemando, tiene dos fogatas separadas iniciales, cuya finalidad es dejar un baldío para poner pastos y desarrollar ganadería extensiva de sabana (una vaca por hectárea), productiva, pero sí contaminante, y de esta forma poder llevar el ganado con más facilidad a la línea de agua que está a la derecha, en el límite de la zona forestal.
Esta es la política de los grandes ganaderos en latifundios apropiados y sin pagar impuestos.
Esto es un crimen ecológico programado e intencional que debe ser combatido como un crimen de lesa humanidad, pues es un daño para toda la humanidad.
Señor ministro de Ambiente, sin ánimo de ofender o faltar al respeto, usted no puede ni pensar en posponer la fecha de cero deforestación. Es preferible morir en el intento.
Cada árbol es un ser viviente con 50 o más años de estar prestando un servicio permanente a la humanidad suministrando oxígeno, eliminando CO2 y produciendo agua, además gratis.
La Fuerza Pública es ideal para proteger estos bienes comunes. Todo aquel que corte un árbol sin el respectivo permiso debe sembrar como castigo diez en la primera ocasión y en la segunda, un año haciendo lo mismo.
https://www.elespectador.com/opinion/dos-cartas-de-los-lectores-columna-741978
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