¿Puede una mujer acceder al sacerdocio? Esto dice la Iglesia Católica


29/05/201815:11Por: 

Agencia

Ciudad del VaticanoInternacionalNotimex
El texto fue publicado “a propósito de algunas dudas” sobre el carácter definitivo de esta doctrina católica. Foto: Facebook @VaticanoRomaItalia

El texto fue publicado “a propósito de algunas dudas” sobre el carácter definitivo de esta doctrina católica. Foto: Facebook @VaticanoRomaItalia

Preocupado por la “grave confusión” que se siembra entre los fieles católicossugiriendo que las mujeres podrían acceder al sacerdocioEl Vaticanorecordó hoy que el orden sagrado es exclusivo para los hombres y ese criterio no puede cambiar.

En un artículo publicado en la edición vespertina del diario vaticano L’Osservatore Romano, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria, explicó que la Iglesia católica siempre se sintió obligada por la decisión del mismo Jesús, la cual descarta que el sacerdocio ministerial “pueda ser válidamente conferido a las mujeres”.

[Visita el sitio especial de Uno TV Elecciones 2018]

El texto fue publicado “a propósito de algunas dudas” sobre el carácter definitivo de esta doctrina católica que, según el prelado, “se trata de una verdad que pertenece al depósito de la fe” y que nadie en la Iglesia puede modificar.

Sería preocupante ver surgir aún en algunos países voces que ponen en duda la cualidad definitiva de esta doctrina. Para sostener que ella no es definitiva se argumenta que no fue definida ex cathedra y que, entonces, una decisión posterior de un futuro Papa o concilio podría darla vuelta” Escribió Ladaria.

https://www.unotv.com/noticias/portal/internacional/detalle/las-mujeres-no-pueden-ser-sacerdotes-reitera-el-vaticano-909342/

«Doctrinales prefecto reafirma la prohibición del Vaticano sobre Mujeres Sacerdotes, llama a la enseñanza ‘definitiva'» 29 de mayo de 2018


Por Joshua J. McElwee, National Catholic Reporter, mi respuesta, Beca de Apoyo a Mujeres Sacerdotes en Historia de la Iglesia por el Dr. John Winjngaards y el Dr. Gary Macy

Una imagen del obispo Theodora. Tenga en cuenta la“Episcopa” por encima de la cabeza en la iglesia de San Praxedis en Roma.

Obispo Theodora, eh? Suena como mujeres clero a mí. Para empeorar las cosas, el papa reinante en ese momento, Pascual I (que reinó entre 817 – 824) ¿, construyó la iglesia de Santa Práxedes y, según los registros de la época, tenía la capilla con Theodora en ella construyó en honor a su madre Teodora. Un historiador, en la redacción de este mosaico, afirma “Tenemos la autoridad papal para una mujer obispo y un reconocimiento por el Papa que él mismo era el hijo de una mujer obispo!” (Thomas F. Torrance, “El Ministerio de la Mujer: Un argumento a favor de la ordenación de mujeres “, Touchstone [Otoño 1992]).

Mi respuesta: El jefe de la reafirmación de la oficina doctrinal del Vaticano de la prohibición de la Iglesia católica sobre el sacerdocio femenino es otro grave error que saca a relucir los mismos argumentos sexistas cojos que han sido refutadas por décadas. Jesús no se reservó la ordenación sacerdotal a hombres. Él no ordenó a nadie en la última cena. Se lavó los pies compartieron una comida y nos pidieron que lo recordara. De acuerdo con los cuatro Evangelios, Cristo resucitado se apareció primero a María Magdalena, apóstol de los apóstoles, y no a Pedro. St. Paul se refiere a Junia, una mujer apóstol, en Romanos 16: 7. Hay más de 12 apóstoles, dos de los cuales son mujeres.
Gary Macy, profesor de Teología en la Universidad de Santa Clara, autor de La Historia Oculta de la ordenación de las mujeres dijo que hasta cerca de la mitad del siglo 12, las mujeres fueron ordenadas como diaconisas, sirvió como obispos, distribuidos comunión y confesiones incluso oído. «Las mujeres fueron consideradas para ser tan ordenado como cualquier hombre … que se consideraron clero.»
El Vaticano de los llamados «definitiva» de enseñanza que prohíben las mujeres sacerdotes- es defectuoso y debe ser descartado en los cubos de basura de la historia junto con la afirmación de la iglesia de la esclavitud y la venta de indulgencias – ninguno de los cuales pertenece al «depósito de la fe.» Bridget María Meehan ARCWP, https://arcwp.org

https://www.womenpriests.org/traditio/past_ovr.asp
Mujeres Sacerdotes en la Iglesia antigua

«Notas sobre el sacerdocio femenino en la Antigüedad» , por el Prof. George Otranto, en Revista de Estudios Feministas 7 (1991) no 1, págs 73 -. 94.
‘El problema de la ordenación de mujeres en el sacerdocio cristiano temprano’ , por el Prof. George Otranto, papel de la gira EE.UU. conferencia de 1991.
Carta de Atto, obispo de Vercelli, al sacerdote Ambrose.

Para obtener más tiempos antiguos leen:
‘El Fractio Panis y la Eucaristía como banquete escatológico’ , de Damien Casey en el Mcauley Revista Electrónica 2 (2002).

Ver también:
La ordenación de Santa Brígida de Irlanda como obispo (sexto ciento Irlanda;. Atribuido en una leyenda a un ‘accidente’ inspirado por el Espíritu Santo)
2. Las mujeres en puestos de liderazgo pastoral

También hay ejemplos de mujeres que participan en una variedad de ministerios pastorales.
En el segundo siglo movimiento ‘Nueva Profecía’, que originalmente no era una herejía, Prisca y Maximila eran los principales profetas. Véase el artículo de Anne Jensen .
Tanto en el este y oeste de las mujeres diáconos ordenados sacramentalmente sirven las parroquias.
Una visión general de las mujeres en Occidente que sirven en los ministerios se puede encontrar aquí .
A principios del siglo VI, tres obispos de la región de Lugdunensis (actual Lyon) en Francia: Licinio de Tours, Melanio de Rennes, y Eustochius de Angers, intentaron frenar dos sacerdotes celtas que alentaron la participación de las mujeres en la liturgia .
Hasta el siglo 16, en las regiones vascas de Francia y España, así llamadossoreras o freilas ejercieron un ministerio femenina que es probablemente un remanente del diaconado de las primeras mujeres.

John Wijngaards

Reportaje Vaticano: Joshua McElwee, NCR artículo

ROMA – «El jefe de la oficina doctrinal del Vaticano ha reafirmado la prohibición de la Iglesia Católica sobre la ordenación de mujeres como sacerdotes, escribiendo en un nuevo artículo que la enseñanza tiene un ‘carácter definitivo’ y» es una verdad que pertenece al depósito de la fe. »

En un breve ensayo disponible en línea y que será publicado en el diario del Vaticano L’Osservatore Romano el 30 de mayo el arzobispo Luis Ladaria, además, que expresa sus dudas sobre la prohibición de las mujeres del sacerdocio «crea confusión grave entre los fieles.»

Ladaria, que va a ser creado cardenal por Francisco en junio y es el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dice Jesús decidió reservar el sacramento del Orden sacerdotal «a los doce apóstoles, todos hombres, que, en gire, lo comunicó a los demás hombres.»

«La Iglesia siempre ha reconocido a sí misma vinculada por esta decisión del Señor, lo que excluye que el sacerdocio ministerial puede ser válidamente en las mujeres», continúa.

El artículo de Ladaria se le da el título de «El carácter definitivo de la doctrina de la ‘Ordinatio Sacerdotalis'», refiriéndose a 1994 carta apostólica de Juan Pablo II que esbozó el razonamiento detrás de la prohibición de la ordenación sacerdotal de las mujeres.

El arzobispo, que especifica varias veces en su ensayo que está escribiendo sólo de la ordenación sacerdotal, dice que decidió escribir «en respuesta a la duda» sobre la enseñanza de Juan Pablo.

El prelado abre su ensayo de dos páginas con una breve reflexión sobre la comprensión de la iglesia del sacramento de la ordenación. A continuación, toma nota de la discusión que se ha producido en las últimas décadas sobre el carácter de la carta de Juan Pablo, especialmente la cuestión de si es para ser considerada como la enseñanza papal infalible.

Ladaria sostiene que aunque John Paul no proclamó formalmente la enseñanza ex cathedra -, según prevé el documento aeternusas Pastor parte Vaticano I del proceso de un Papa declarar algo infalible – el Papa «confirmada formalmente … lo que el ordinario y magisterio universal considerada en toda la historia de la Iglesia como perteneciente al depósito de la fe «.

El prefecto dice que «es un motivo de grave preocupación para ver la aparición en algunos países de voces que cuestionan el carácter definitivo de esta doctrina.»

«Para sostener que no es definitiva, se argumenta que no se definió ex cathedra y que, por tanto, una decisión posterior por un futuro papa o consejo podría darle la vuelta», afirma. «Sembrando estas dudas crea una grave confusión entre los fieles, no sólo sobre el Sacramento del Orden como parte de la constitución divina de la Iglesia, sino también acerca de la capacidad del magisterio ordinario de enseñar la doctrina católica de una manera infalible.»

Francisco ha reafirmado la prohibición de Juan Pablo sobre la ordenación de mujeres al sacerdocio en varias ocasiones. En una conferencia de prensa a bordo del vuelo papal a Roma después de su viaje a Suecia en noviembre de 2016, se pidió al Pontífice si la enseñanza de Juan Pablo continuaría para siempre.

«La última palabra es clara», el Papa dijo entonces . » la ha dado por San Juan Pablo II y esto sigue siendo».

Sin embargo, Francisco también ha creado una comisión papal para estudiar la historia de las mujeres diaconisas en la Iglesia Católica. Los detalles del trabajo de esa comisión, instituido por el Papa en agosto de 2016, no se han dado a conocer.

La comisión de mujeres diaconisas, que tiene 13 miembros, está dirigido por Ladaria. El arzobispo es uno de los 14 prelados Francisco anunció 20 de mayo de que él estará haciendo cardenales en una ceremonia en el Vaticano el 28 de junio»

[Joshua J. McElwee es corresponsal de NCR Vaticano. Su dirección de correo electrónico está jmcelwee@ncronline.org . Síguelo en Twitter:

 

Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño: una persecución que será resarcida


28 Mayo 2018

Una de las más representativas movilizaciones ciudadanas, duramente perseguida y exterminada en la década de los ochenta, noventa y parte de la década del dos mil, será sujeto de reparación colectiva. La protesta ciudadana se dio en reacción a la construcción de la Central Hidroeléctrica de Guatapé por parte de Empresas Públicas de Medellín, considerada, en su momento, un hito de la ingeniería. La obra transformó para siempre la vida de los campesinos.

Mediante Resolución 2018-529, proferida el 22 de enero de este año, la Unidad Especial para la Atención y la Reparación a las Víctimas admitió al Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño como víctima del conflicto armado y, por tanto, se apresta a solicitar medidas de reparación colectiva.

Con la decisión, la entidad estatal reconoció no sólo la importancia histórica que tuvo un movimiento social que logró aglutinar a todas las fuerzas vivas de esa zona del departamento en momentos en que se ejecutaban las obras de infraestructura que transformaron de manera profunda esa región, sino, además, toda la violenta persecución que se desató contra sus integrantes desde mediados de los años ochenta hasta bien entrada la década del dos mil.

“Estamos hablando de por lo menos 250 líderes asesinados en casi todos los municipios del Oriente antioqueño. Muchos de esos crímenes están en total impunidad”, señala Carlos Ruiz, uno de los sobrevivientes de este Movimiento y quien, desde 2013, “se echó al hombro” la tarea de reconstruir la memoria histórica de lo que fue, sin duda, la mayor expresión de movilización ciudadana que haya tenido lugar en Antioquia. …

https://verdadabierta.com/movimiento-civico-del-oriente-antioqueno-una-persecucion-sera-resarcida/

Hartley responde a las calumnias de Religión Digital


 | En una nota, el sacerdote, misionero en Etiopía, se defiende de los ataques vertidos por el portal antieclesial dirigido por José Manuel López Vidal y Jesús Bastante.

https://infovaticana.com/2018/05/29/jesus-bastante-llama-ultraconservador-a-pedir-claridad-a-los-obispos/embed/#?secret=MBrmks7Nzb

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Aclaración Pública del Padre Christopher Hartley Sartorius ante las calumnias vertidas contra él y publicadas en el portal digital “Religión Digital” por Don Jesús Bastante.

29 de Mayo de 2018

Soy sacerdote diocesano de la Archidiócesis de Toledo (España).

Fui ordenado sacerdote por el Papa San Juan Pablo II en Valencia (España), el 8 de noviembre de 1982.

En la actualidad sirvo a la Iglesia como misionero “fidei donum” en Etiopía.

INTRODUCCIÓN

El día de mi ordenación sacerdotal fui preguntado por el mismo Papa respecto a mi promesa de obediencia, con una formula diferente a la que usan los obispos cuando ordenan presbíteros. El Papa me preguntó: “¿Prometes obediencia a mí y a tu obispo?” Y yo, con un gozo y un entusiasmo que, únicamente quien ha vivido esa experiencia puede entender, respondí a pleno pulmón: “Sí, prometo”.

Creo haber guardado y sido fiel – con la ayuda de Dios, de la Santísima Virgen y los santos – esa promesa, todos los días de mi vida, durante estos maravillosos treinta y seis años de ministerio sacerdotal.

Por lo que considero una calumnia y una injuria a mi honor como persona y como sacerdote, que alguien se atreva a acusarme de desobediencia o de falta de respeto a la Santa Madre Iglesia en general y al Santo Padre, verdadero Vicario de Cristo en la tierra, Sucesor del Apóstol Pedro y guardián supremo del “depositum fidei”, en particular.

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Considero importante señalar que lo que escribo a continuación, no va dirigido al Sr. Bastante, cuyas opiniones sobre mi persona, son para mí completamente irrelevantes Si este señor me ensalza o denigra, la verdad es que no me da ni frío ni calor. Este escrito va dirigido a todas las personas de buena voluntad que hayan podido quedar confundidos, e incluso escandalizados por las acusaciones del Sr. Bastante y hayan podido pensar que de alguna manera yo no profeso afecto y profunda comunión con el Santo Padre.

Si yo no estuviera en profunda comunión con el Sucesor de Pedro, no tendría derecho ni a predicar la comunión, ni a recibir la Sagrada Comunión ni a administrar al pueblo de Dios la Sagrada Comunión. Sería una incongruencia y un contrasentido indigno de mí.

A.- RESPONDO DICIENDO

1.- Recibí a finales de 1992 la gracia de estar presente en la Basílica de San Juan de Letrán, la tarde en que la Iglesia presentó a la Diócesis de Roma el recién publicado “Catecismo de la Iglesia Católica”. El templo estaba abarrotado de fieles y la presentación corrió a cargo de un gran número de cardenales. Todos hablaron maravillosamente bien; sin embargo, quedó grabada para siempre en la memoria de mi corazón la intervención del último cardenal en hablar. Su sencillez en la exposición y la sabiduría de su doctrina me conmovieron profundamente, a mí que era un recién llegado a Roma y apenas comenzaba mis estudios de doctorado en teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana y experimentaba lo que mi amigo y magnifico sacerdote, Pablo Cervera, denominaba “la sinigual gracia de Roma”

Ese cardenal se llamaba Joseph Ratzinger, era el Prefecto de la Sagrada Congregación para la Fe. Comenzó su intervención sobre la importancia del Catecismo, relatando una anécdota que le ocurrió a él durante los años del Concilio Vaticano II, cuando él era joven teólogo. Nos contó que, tras un escrito enviado por él, recibió por respuesta una postal del gran Hans Urs von Balthasar en que le decía sencillamente: “Querido Padre Ratzinger, recuerde que la fe de la Iglesia nunca se puede dar por supuesta sino que es necesario que siempre sea propuesta de nuevo…”

Jamás he olvidado el consejo que le dio el gran von Balthasar al joven Padre Ratzinger. La fe mis queridos amigos necesita ser propuesta siempre de nuevo.

No basta con asentir en el foro interno con la doctrina de la Iglesia. La Palabra de Dios, las enseñanzas del Magisterio que interpretan con autoridad dicha Palabra, deben ser predicadas y propuestas una y otra vez al pueblo de Dios.

2.- El día de nuestra ordenación sacerdotal, recibimos por la imposición de manos y la oración de consagración, un triple “munus” (poder, envío, misión, tarea…): santificar al pueblo de Dios; pastorear al Pueblo de Dios, enseñar al Pueblo de Dios.

Es a través de este triple “munus” por el que los pastores expresan la “caridad pastoral”. El pastor que no enseñara toda la verdad de la fe y la moral de la Iglesia al pueblo, estaría faltando gravemente a la tarea encomendada por Nuestro Señor Jesucristo de enseñar toda la verdadera doctrina confiada por Nuestro Señor Jesucristo a su Iglesia.

B.- ALGUNOS ASPECTOS DOCTRINALES QUE MERECEN ATENCIÓN EN LA ENSEÑANZA Y PREDICACIÓN DE QUIENES HAN RECIBIDO DICHO OFICIO EN LA IGLESIA, PARA HACERLO CON AUTORIDAD

El abortoLa Palabra de Dios afirma claramente: «Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado» (Jr 1, 5).

La doctrina de la Iglesia sobre esta materia no ha variado jamás desde la época apostólica y a través de sus dos veces milenaria Tradición, a este respecto vienen a la mente las palabras de la Didaché: “ «No matarás el embrión mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido» (Didajé, 2, 2)

El Concilio, Vaticano II reserva la más dura condena para quienes directa o indirectamente participan en un aborto: “Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de conservar la vida, misión que ha de llevarse a cabo de modo digno del hombre. Por tanto, la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables”. (Constitución Pastoral sobre la Iglesia, Gaudium et spes, 51)

Y el Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral […] La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae” (CIC can. 1398), es decir, “de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito” (CIC can. 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC can. 1323-1324). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad”. (CtIC 2271-2272)

Sin embargo, asistimos hoy a una sorprendente dejadez, silencio cómplice de nuestros pastores ante sacerdotes que por ejemplo en España han hablado en contra de las enseñanzas de esta materia en público y no han sufrido censura ninguna por parte de sus obispos. Lo cual está en pleno contraste con las palabras del Papa Juan Pablo II, durante su primer viaje apostólico a España, el 1 de noviembre de 1982, cuando literalmente gritaba en la homilía: “nunca se puede legitimar la muerte de un inocente” (https://youtu.be/AFNX-Hgj7QI)

En los oídos de muchos obispos deberían atronar las palabras de San Juan Pablo II y velar celosamente porque la doctrina de la Iglesia Católica en materia del aborto sea afirmada y reafirmada una y otra vez para edificar al pueblo de Dios.

Los anticonceptivos: Una materia gravísima de la moral católica y que lamentablemente los pastores que, en nuestra misión profética de enseñar al pueblo de Dios, muchas veces por temor, por no estar convencidos nosotros mismos, por miedo a ser impopulares o ser rechazados por la gente, a veces trivializamos, no decimos nada; hablamos de falsas misericordias que para nada invitan a la conversión del corazón..

Que fácil es olvidar, con el paso de los años, las lágrimas, las angustias, los rechazos, de conferencias episcopales enteras (Canadá, por ejemplo), que le costó al Papa Pablo VI – pronto proclamado santo- por la publicación de la Encíclica Humanae vitae.

Las enseñanzas de esa encíclica forman parte del magisterio ordinario infalible de la Iglesia Católica. Es doctrina irreformable, que no se puede cambiar. Pero, a parte de que haya obispos y cardenales que en tiempos recientes insinúen públicamente, sin que nadie les corrija severamente que esta materia debe ser revisada; a mi juicio, muchísimo más grave es el silencio de quienes en su foro interno sienten con la Iglesia, pero son perros mudos que no ladran cuando el lobo acecha la vida del rebaño.

Las enseñanzas de la Iglesia en esta materia no pueden ser más claras:

Dice Humanae vitae: “Por el contrario, es intrínsecamente mala toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible la procreación” (HV 14)

La doctrina es clara. Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo, lo que no puede hacer nadie es cambiarla. Y teniendo en cuenta que gran parte de los anticonceptivos usados hoy, no son sino una manera encubierta de abortar, porque ni siquiera evitan la concepción, sino que se deshacen del óvulo ya fecundado en la que ya hay presente en el vientre de la madre una persona humana diferente a ella.

Pero de qué sirve que algo sea verdad si es silenciado tácitamente. Mientras que quien niega la enseñanza de la Iglesia, lo hace una y otra vez, en público, por potentes medios de difusión y redes sociales ¿qué efecto tiene esto en el pueblo de Dios? Si los pastores no hablan, no predican, no denuncian – cuando sea necesario – los gravísimos errores que se propagan por los medios de comunicación, ¿cómo va a poder vivir el pueblo de Dios la verdad que les hace libres, que les santifica y un día los llevará al cielo?

Quién usa anticonceptivos, consciente de lo que hace, conocedor de las enseñanzas de la Iglesia, vive en pecado mortal objetivo y bajo ningún concepto puede acercarse a recibir la sagrada comunión.

Me viene a la mente algo que viví en mis años de juventud sacerdotal cuando dirigía el centro Carismático Hispano de Nueva York. Había invitado un sábado por la tarde a varios sacerdotes que me ayudaran a confesar en un retiro de matrimonios. Vino un matrimonio a confesarse, uno de los cónyuges se confesó conmigo y el otro con otro de los sacerdotes invitados. Al poco de terminar la pareja de confesarse (yo no los conocía de nada) vienen los dos a hablar conmigo y me cuentan su perplejidad. Resulta que ambos se confesaron de usar contraceptivos, yo le dije a uno que eso era pecado grave y que no podía darle la absolución si no hacía la firme resolución de dejar de usarlos y el otro confesor le dijo al otro que eso no importaba nada. Afortunadamente, vinieron a hablar conmigo y les expliqué la doctrina de la Iglesia, que aceptaron perfectamente y con gozo y nunca más volvieron a sufrir ese problema, al punto que se convirtieron en uno de los matrimonios que impartían las charlas prematrimoniales en las parroquias de Nueva York.

Pero siempre me ha quedado la pregunta: ¿Qué hubiese sido de ese matrimonio si en vez de venir los dos a hablar conmigo, hubiesen ido a hablar con el otro sacerdote? ¡Cuántos pecados de tantas pobres gentes pesan sobre las conciencias de los malos confesores, de los malos pastores! Malos muchas veces porque NO DICEN NADA.

Las relaciones homosexuales: hemos llegado a un punto en la sociedad en que tener el valor de proclamar como pastores, sin miedo, la verdadera teología antropológica, tal como aparece en la Palabra de Dios (Sagrada Escritura y Tradición) e interpretada autorizadamente por el Magisterio de la Iglesia, es prácticamente un acto de heroísmo.

A veces da la impresión de que la sociedad secular en materia de homosexualidad y sus múltiples y aberrantes variantes, es un descubrimiento, una “conquista” de las últimas décadas. Quién piensa que esto es un asunto moderno es un auténtico analfabeto en materia de historia.

Desconocer el contexto de inmoralidad en medio del cual tuvo que abrirse paso el cristianismo a lo largo de toda la cuenca del Mediterráneo, es no entender nada de lo contracorriente que tuvieron que sembrar los Apóstoles y sus primeros colaboradores.

El ambiente de ciudades como Corinto era de tal decrepitud y decadencia moral, que literalmente en el mundo antiguo sus inmoralidades se las conocía como “corintear”. Pero fue allí donde el gran San Pablo predico el mensaje de la conversión y las cartas que escribe a esa comunidad no solo no expresan ninguna connivencia con dichas inmoralidades, sino que les propone los ideales más altos y el verdadero sentido del amor humano (¿quién no recuerda de memoria su himno al amor?). A esas primeras gentes que recibían el mensaje de la salvación, se convertían de su mala vida, se bautizaban y comenzaban a caminar a la luz de la gracia, San Pablo les proponía vivir en virginidad, a quien estuviese llamado a ello (cf: I Cor 7:30).

Define el Código de Derecho Canónico el matrimonio como: “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados” (CIC can. 1055, §1).

El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. […] El mismo Dios […] es el autor del matrimonio” (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. “La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (GS 47,1). CatIC 1603.

El Magisterio de Iglesia Católica no puede ser más inequívoco cuando afirma que: “La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”. (CatIC 2357)

Esto es lo que enseña la Santa Madre Iglesia, pero repito ¿de qué sirve que la doctrina esté en un libro si quienes tienen el oficio de voceros de Dios no alzan su voz con valentía y por amor a la salvación de las almas?

Una de las gracias más grandes que he recibido durante estos años de vida misionera en África ha sido la de conocer más de cerca a los santos y santas que han alcanzado la plenitud de la vida en Cristo en este magnífico continente. Y de manera particular sus mártires.

Entre ellos, en toda África se venera de manera especial a San Carlos Luanga y compañeros mártires de Uganda.

Así lo relata una venerable crónica que da fe del heroísmo con que estos católicos dieron testimonio de su fe por denunciar el vicio de la homosexualidad que practicaba el rey Muanga:

Uganda es un país del Africa. Los padres Blancos del Cardenal Lavigerie empezaron a misionar ese país y pronto hubo muchos negros convertidos al catolicismo y esta religión les transformó muy notablemente su modo de pensar y obrar.

Y sucedió que el jefe de esa nación, llamado Muanga, tenía el vicio de la homosexualidad. Y cuando el jefe del personal de mensajeros del palacio José Makasa, se convirtió al catolicismo le hizo saber al jefe que la Biblia condena y prohibe totalmente la homosexualidad y que la llama una “aberración”, o sea algo abominable, que va contra la Ley Divina y que es totalmente impropio de la persona humana. Y que el Libro Sagrado dice que “la homosexualidad es un pecado merecedor de la muerte” (Levítico 18) y “algo que va contra la naturaleza (Rom. 1,26) y que los que lo cometen no poseerán el Reino de Dios (1 Cor. 6,10). Esto indignó tanto al reyezuelo, que ordenó asesinar a José Makasa el 15 de noviembre de 1885, y así este llegó a ser el primero de los 26 mártires de Uganda. (Ahora se llama San José Makasa). Otra de las causas del asesinato de José fue haber reprendido al rey por el asesinato de dos misioneros.

Al saber esta terrible noticia, los demás católicos que trabajaban en el palacio real como mensajeros o empleados, en vez de acobardarse, se animaron más fuertemente a preferir morir antes que ofender a Dios.

La segunda víctima fue un pequeño mensajero llamado Denis. El jefe Muanga quiso irrespetar a un jovencito llamado Muafa, pero este le dijo que su cuerpo era un templo del Espíritu Santo, y que él se haría respetar costara lo que costara. Averiguó el rey quién le había enseñado al niño estas doctrinas y le dijeron que era otro de los mensajeros, Denis, ¡y le dio muerte! Así este jovencito llegó a ser el segundo mártir San Denis. (Antes de darle muerte, el rey le preguntó: “¿eres cristiano?” y el niño respondió: “Sí, soy cristiano y lo seré hasta la muerte”).

Mientras tanto allá en un salón del palacio, el nuevo jefe de los mensajeros, Carlos Luanga (que había reemplazado a San José Makasa) reunía a todos los jóvenes y les recordaba lo que enseña San Pablo en la S. Biblia, que “los que cometen el pecado de homosexualidad tendrán un castigo inevitable por su extravío” (Rom. 1,18) y les recordaba que “homosexualidad es la tendencia a cometer acciones impuras con personas del propio sexo”, y que eso no es amor de caridad que busca el bien de la otra persona, sino que es un “amor de concupiscencia” por el afecto que se siente hacia personas bien parecidas del propio sexo, y que lo que busca es satisfacer sus propios apetitos e inclinaciones anormales hacia las cualidades físicas del otro. Y les narraba cómo las ciudades de Sodoma y Gomorra fueron destruidas por una lluvia de fuego por cometer ese pecado, y cómo la Biblia anuncia tremendos castigos para los que lo cometen. Carlos terminaba sus charlas recordando aquellas palabras de Jesús: “Al que se declare a mí favor aquí, yo me declararé a su favor en el cielo”.

Con estas instrucciones de Carlos Luanga, ya todos los jovencitos mensajeros y empleados del palacio real de Uganda quedaron resueltos a perder su vida antes que renunciar a las creencias católicas o perder la pureza de su alma con un pecado de homosexualidad. Y ahora iba a llegar el desenlace fatal y sangriento.

El reyezuelo tenía como primer ministro al terrible brujo Katikiro, el cual estaba disgustadísimo porque los que se volvían cristianos católicos, ya no se dejaban engañar por sus brujerías. Y entonces se propuso convencer al rey de que debía hacer morir a todos los que se declararon cristianos.

El cruel Muanga reunió a todos sus mensajeros y empleados y les dijo: “De hoy en adelante queda totalmente prohibido ser cristiano, aquí en mi reino. Los que dejen de rezar al Dios se los cristianos, y dejen de practicar esa religión, quedarán libres. Los que quieran seguir siendo cristianos irán a la cárcel y a la muerte”.

Y luego les dio una orden mortal: – Los que quieran seguir siendo cristianos darán un paso hacia adelante”.

Inmediatamente Carlos Luanga, jefe de todos los empleados y mensajeros del palacio, dio el paso hacia adelante. Lo siguió el más pequeño de los mensajeros, que se llamaba Kisito. Y enseguida 22 jóvenes más dieron el paso decisivo. Inmediatamente entre golpes y humillaciones fueron llevados todos a prisión.

El Padre misionero no había alcanzado a bautiza a algunos de ellos, y entonces estos jóvenes valientes viendo que su muerte estaba ya muy próxima pidieron a Carlos que los bautizara. Y allí en la oscuridad de la prisión Carlos Luanga bautizó a los que aún no estaban bautizados, y se prepararon todos para su paso a la eternidad feliz, que ya estaba muy cerca.

El reyezuelo los volvió a reunir y les preguntó: “¿Siguen decididos a seguir siendo cristianos?”. Y ellos respondieron a coro: “Cristianos hasta la muerte”. Entonces por orden del cruel ministro Katikiro fueron llevados prisioneros a 60 kilómetros de distancia por el camino, y allí mismo fueron asesinados por los guardias.

Después de haberlos tenido siete días en prisión en esas lejanías, en medio de los más atroces sufrimientos, mientras reunían la leña para el holocaustos el 3 de junio del año 1886, día de la Ascensión, los envolvieron en esteras de juntos muy secos, y haciendo un inmenso montón de leña seca los colocaron allí y les prendieron fuego. Entre las llamas salían sus voces aclamando a Cristo y cantando a Dios, hasta el último aliento de su vida.

Por el camino se llevaron los verdugos a dos mártires más, ya mayores de edad. El uno por haber convertido y bautizado a unos niños (San Matías Kurumba) y el otro por haber logrado que su esposa se hiciera cristiana (San Andrés Kawa). Ellos se unieron a los otros mártires (de los cuales 17 eran jóvenes mensajeros) y en total murieron en aquel año 26 mártires católicos por defender su fe y su castidad.

El cruel Katikiro fue fusilado y echado a los perros unos años después en una revolución. El reyezuelo Muanga fue derrotado por sus enemigos y desterrado a terminar sus años en una isla solitaria. Y los 26 mártires de Uganda, con Carlos Luanga a la cabeza, fueron declarados santos por el Papa Pablo VI, y ahora en Uganda hay un millón de católicos: “La sangre de los mártires, produce nuevos cristianos”.

Mártires de la Iglesia Católica derramaron su sangre por defender la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad y fueron canonizados por el Santo Padre Pablo VI, futuro santo y ¿Ahora, sacerdotes, teólogos, obispos e incluso cardenales tienen la osadía de cuestionar la verdad de Dios y vienen a pisotear la sangre de los mártires?

Seguro que, si estos mártires hubiesen pedido consejo a cualquiera de estos defensores de la homosexualidad, ninguno de estos mártires hubiese derramado la sangre por Cristo.

Y mientras escribo estas líneas, en más de una parroquia de Madrid se hace exaltación de la homosexualidad y el Arzobispo de Madrid, como en tantas otras ocasiones: NO DICE NADA.

La comunión a luteranos casados con católicos: A causado no poca perplejidad en la comunidad católica las declaraciones de un cardenal alemán 8Y el apoyo de una parte notable de ese episcopado) sobre la posibilidad de la parte luterana de recibir la Sagrada Eucaristía permaneciendo luterano.

Me ha dolido profundamente porque esto ha reavivado una experiencia que viví al tiempo de mi ordenación.

Fui ordenado diácono en la Santa Iglesia catedral Primada de Toledo el 11 de julio de 1982. Como no podía ser de otra manera, estaba presente toda mi familia.

Mis padres se casaron en 1958 en Madrid y para que mi padre – que eran anglicano – pudiese contraer el sacramento del matrimonio católico con mi madre, hubo de firmar un documento en el Arzobispado de Madrid en el que prometía que sus hijos serían bautizados en la Iglesia Católica.

Desde pequeño recuerdo a mi padre viniendo a Misa con toda la familia, y los recuerdos más bonitos que tengo de esas misas es que mi padre, que tenia una voz preciosa, cantaba los cantos de Misa a todo pulmón y las gentes de alrededor le miraban y a nosotros nos daba vergüenza; recuerdo también que era muy generoso en las colectas de Misa. Lo que siempre nos dolía es que él nunca comulgaba y mi madre nos explicaba: “es que tu padre es anglicano, no es católico”.

Como decía, el día de mi ordenación de diácono, mientras estábamos en la sacristía revistiéndonos, cientos de sacerdotes y seminaristas, me acerqué al que había sido mi profesor de moral y sería, andando el tiempo, deán de esa misma catedra, Don Evencio Cófreces, y le pregunté que si él creía que tratándose del día de mi ordenación de diácono, podría darle la comunión a mi padre. Recuerdo que Don Evencio me preguntó mientras yo me ponía el alba: “¿Tu padre cree en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía?” y yo le contesté, porque lo había hablado muchas veces con él: “Sí cree”. Y me dijo Don Evencio: “espera que voy a preguntárselo a Don Marcelo” (Su Eminencia Don Marcelo Gonzalez Martin, Arzobispo de Toledo y Primado de España) que en un lugar a parte también estaba revistiéndose con los sagradas ornamentos. Al cabo de unos minutos, con cara compungida, volvió Don Evencio y me dijo: “El Señor Cardenal ha dicho que no” se dio media vuelta y se fue. Me quedé muy triste, lógicamente, pero acepté con paz interior, me fiaba de la Iglesia. La conversión de mi padre a la plenitud de la verdad que sólo reside en la Iglesia Católica era mi mayor anhelo sacerdotal…

¿Quién sabe? Si Don Marcelo no me hubiese negado el permiso, mi padre nunca hubiese sentido el deseo interno y el impulso de la gracia de hacer un camino de fe y conversión.

Y a todas estas yo me pregunto ¿si en vez de ser el obispo Don Marcelo y el año 1982, hubiese sido el obispo ese cardenal alemán y el año 2018? ¿me hubiese dado permiso de darle la comunión a mi padre?

Es decir, ¿que lo que estaba prohibido en 1982 resulta que ahora se va a permitir? Pero, Madre de Dios ¿en qué Iglesia estamos viviendo?

Vamos, me juego la cabeza que si hoy viviera Don Marcelo y escuchase esas declaraciones de ese cardenal alemán (afortunadamente emérito), callado no se quedaba, ¡vamos que si iba a decir algo! pero en los tiempos que corren, todo el mundo dice lo que le da la gana y aquí… NADIE DICE NADA.

UNAS NOTAS FINALES PARA JESÚS BASTANTE Y JOSÉ MANUEL VIDAL

1.- El artículo que ha publicado Bastante es falso. Jesús Bastante es un mentiroso y un calumniador. Y José Vidal lo mismo por haber asentido a dicho artículo en correo electrónico que me ha mandado después del artículo en el que dice:

Hola Chritopher: Admiro lo qu haces, pero no lo que piensas. Y si al menos lo pensases para tí mismo y para tu círculo reducido…Pero, el ponerte al frente de una especie de rebelión antipapal me parece que sobrepasa cualquier límite. Una cosa es criticar al Papa (él mismo dice que no es pecado hacerlo) y otra, montar una campaña pública en su contra. Y, además, con acusaciones falsas.

Por eso, no puedo hacerme eco de tus cartas desde el desierto. Sería tanto como hacerme cómplice también de tu campaña antipapal.

Saludos

José Manuel Vidal

Director de Religion Digital: www.religiondigital.com

director@religiondigital.com

Yo, señores Bastante y Vidal, no he puesto al frente de ninguna revuelta, no soy más que un firmante más de un acto de adhesión a la fe de la Iglesia y un acto de adhesión al Papa y nuestros obispos. ¿Por qué si somos 250 dicen ustedes los sacerdotes firmantes la han tomado conmigo? ¿Si somos once españoles, por qué la han tomado conmigo? ¿No será por que soy cura de Toledo, me llamo Saertoirus y ustedes son unos pedantes snobs?

2.- La página web en ningún momento crítica al papa ni a los obispos, dice exactamente lo contrario; Jesús Bastante lo sabe, pero él es un mentiroso manipulador y sensacionalista.

3.- Señor Vidal, hace tiempo que usted me viene invitando a tener un blog en su portal digital RELIGION DIGITAL, ¿Sigue en pie su oferta? Si es así, por este mismo medio le informo que estoy abierto a colaborar en su página web sin que me censure por más que yo defienda la enseñanzas de la santa Madre Iglesia.

4.- El artículo publicado es un acto de cobardía que sólo se puede explicar de dos maneras: a.- O el Sr. Bastante no se ha tomado siquiera lo molestia de abrir la página web: www.curapastoralis.org y leer lo que dice, con lo único que demuestra es que es un hombre que lleva el resentimiento en su ADN y quiere hacer daño a todo lo que huela a fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia; o b.- El Sr. Bastante sí se lo ha leído pero ha decidido mentir a sabiendas. ¡Qué escaso periodista y qué pocas luces!

5.- Por último, Señores Bastante y Vidal, les solicito formalmente que publiquen este escrito de defensa mío, en el mismo lugar en que publican el artículo en que me insultan, mienten y calumnian. Solicito que lo publiquen íntegro, en virtud del derecho a replica que me asiste conforme a la Ley en España.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Pido humildemente a Dios que cuando muera, de mí se pueda decir lo que se dijo del Padre Josef Kentenich: “dilexit Ecclesiam” (“amó a la Iglesia”). A la Iglesia le debo todo lo que soy, a ella he entregado mi vida y quisiera seguir entregándole, como Esposa de Cristo, hasta la última gota de mi sangre.

Amo al Papa y le obedeceré por ser el Sucesor del Apóstol Pedro y la roca sobre la que Jesucristo ha edificado su Iglesia, se llame hoy Francisco y se llame como se llame el día de mañana.

A Nuestro querido Papa le gusta pedir a la gente que recen por él. Yo me uno a su ruego y como dice el Papa Francisco: “¡recen por mí!”

Padre Christopher Hartley

Sacerdote Diocesano de Toledo (España)

Misionero en Etiopía

https://infovaticana.com/2018/05/29/hartley-responde-a-las-calumnias-de-vidal-y-bastante/

El prefecto de CDF confirma: la ordenación de mujeres es imposible, la enseñanza es permanente


29 de mayo de 2018

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) ha reafirmado la autoridad permanente de la enseñanza de la Iglesia de que las mujeres no pueden ser ordenadas al sacerdocio, en un artículo publicado en el periódico del Vaticano L’Osservatore Romano .

El arzobispo Luis Ladaria, que pronto recibirá un sombrero rojo del cardenal del Papa Francisco, argumenta que la Iglesia está obligada por la decisión de Jesús mismo, que eligió solo a los hombres para el ministerio sacerdotal. Cita los escritos del Papa Juan Pablo II, que enseñó en Ordinatio Sacerdotalis que la Iglesia no puede ordenar mujeres, así como el actual Pontífice, quien en Evangelii Gaudium confirmó el sacerdocio masculino solamente. Esta enseñanza, dijo el prefecto de la CDF, es «una verdad que pertenece al depósito de la fe».

Los argumentos para la ordenación de las mujeres, escribe el Arzobispo Ladaria, son perjudiciales para los fieles porque causan confusión, no solo sobre la naturaleza de las Órdenes Sagradas, sino sobre la autoridad docente de la Iglesia.

https://www.catholicculture.org/news/headlines/index.cfm?storyid=37098

Iglesia Católica apoya investigación de casos de abuso sexual en Ecuador


REFERENCIA | Foto API

Las noticias sobre casos de abuso sexual contra niños, niñas o adolescentes por parte de miembros de la Iglesia Católica han movilizado a varios sectores del país que exigen procedimientos más rigurosos y expeditos para la investigación de estos hechos, así como el endurecimiento de las sanciones aplicables.

En las ciudades de Cuenca y Guayaquil salieron a la luz relatos de algunas víctimas de dos sacerdotes que, aprovechando su calidad de ministros de la Iglesia Católica, abusaron de niños y adolescentes, defraudando la confianza que las víctimas y sus familias habían depositado en ellos.

“No creo en la justicia, ni en la justicia divina. El padre violador está vivo, yo sí quisiera verle la cara. Le diría que me arruinó mi vida, en nombre de Dios”. Es la frase de uno de los denunciantes de supuestos abusos sexuales del padre César C. M., rector vitalicio de una universidad en Cuenca.

Su testimonio se difundió por medio de la radio “La voz del Tomebamba”, luego de que en el canal Teleamazonas salieron las declaraciones de Jorge P., presunta víctima, y otro individuo que prefirió mantener el anonimato. Los tres eran compañeros en la Escuela Miguel Ortiz, de esa ciudad.

En Guayaquil sucedió una situación similar con el padre Luis F. I., quien fue acusado de abuso sexual. El sacerdote fue párroco de la Iglesia de Czestochowa, al norte de la urbe. Sobre este caso la Fiscalía confirmó la apertura de una indagación, de igual forma la Arquidiócesis de esta ciudad en un comunicado.

“Condenamos toda forma de abuso físico, psicológico y sexual de menores, que se dan en las familias y en las instituciones, por constituir un grave delito, que debe ser investigado y sancionado por la autoridad competente”, señala el texto difundido.

Además, señala que se solidarizan con cada una de  las víctimas de abusos sexuales; por lo que ofrecen su voluntad permanente de acoger, escuchar y acompañar, desde el campo legal, psicológico y espiritual, a cada una de las víctimas.

Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, afirmó que la Iglesia se compromete a colaborar con las autoridades competentes en el esclarecimiento de los hechos que se imputan en el caso de abuso sexual o maltrato por parte de clérigos, religiosos o laicos que sirven en los organismos eclesiales.

“Hacemos nuestra la posición de “cero tolerancia” del Papa Francisco ante cualquier forma de abuso sexual y maltrato que pueda darse en la Iglesia Católica, quien afirma: no hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie”, aseveró.

Y añadió: “Como Iglesia nos sentimos en la necesidad de buscar la verdad, la justicia y el bien, por sobre aquellos que ofenden a Dios en los menores de edad cuando debieran ser ejemplo de Él. Además, reiteramos nuestro compromiso con la defensa de la vida, de la inocencia de los menores y jóvenes y de las familias en todas sus dimensiones”.

  • Fuente Agencia Andes

Ante confusión, Vaticano recuerda que mujeres no pueden ser sacerdotes


NOTIMEX 29.05.2018 – 13:06H

Preocupado por la “grave confusión” que se siembra entre los fieles católicos sugiriendo que las mujeres podrían acceder al sacerdocio, el Vaticano recordó hoy que el orden sagrado es exclusivo para… Preocupado por la “grave confusión” que se siembra entre los fieles católicos sugiriendo que las mujeres podrían acceder al sacerdocio, el Vaticano recordó hoy que el orden sagrado es exclusivo para los hombres y ese criterio no puede cambiar.

En un artículo publicado en la edición vespertina del diario vaticano “L’Osservatore Romano”, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria, explicó que la Iglesia católica siempre se sintió obligada por la decisión del mismo Jesús, la cual descarta que el sacerdocio ministerial “pueda ser válidamente conferido a las mujeres”. El texto fue publicado “a propósito de algunas dudas” sobre el carácter definitivo de esta doctrina católica que, según el prelado, “se trata de una verdad que pertenece al depósito de la fe” y que nadie en la Iglesia puede modificar. “Sería preocupante ver surgir aún en algunos países voces que ponen en duda la cualidad definitiva de esta doctrina.

Para sostener que ella no es definitiva se argumenta que no fue definida ex cathedra y que, entonces, una decisión posterior de un futuro Papa o concilio podría darla vuelta”, escribió Ladaria. “Sembrando estas dudas se crea grave confusión entre los fieles, no solo sobre el sacramento del orden sagrado como parte de la constitución divina de la Iglesia, sino también sobre el magisterio ordinario que puede enseñar en modo infalible la doctrina católica”, añadió. Recordó que los sacerdotes de la Iglesia católica “están configurados” con Cristo, por eso pueden actuar en su nombre y fue Jesús quien confirió el sacramento del orden sagrado a los 12 apóstoles, todos hombres que, a su vez, lo comunicaron a otros hombres. Insistió que Juan Pablo II, en 1994 y después de la decisión de la Iglesia anglicana de abrir al sacerdocio femenino, publicó la carta apostólica “Ordinario Sacerdotalis” para quitar toda duda sobre una cuestión que corresponde a la misma esencia de la Iglesia. En ese documento, el pontífice precisó que la Iglesia “no tiene en ningún modo” la facultad de conferir a las mujeres la ordenación sacerdotal y que esta sentencia debe ser tenida en cuenta en modo definitivo por todos los fieles. “No se trata sólo de un elemento disciplinar, sino que es doctrinal”, subrayó y aclaró que la diferencia de funciones entre el hombre y la mujer “no implica ninguna subordinación, sino un enriquecimiento mutuo”. Más adelante, Ladaria constató la necesidad de “profundizar” y “promover” cada vez más el rol específico de las mujeres en la Iglesia, e invocó la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, en la cual el Papa Francisco advirtió que no se puede discutir el sacerdocio reservado a los hombres, pero aclaró que este no debe ser entendido como una “expresión de poder”, sino de servicio.

Ver más en: https://www.20minutos.com.mx/noticia/375275/0/ante-confusion-vaticano-recuerda-que-mujeres-no-pueden-ser-sacerdotes/#xtor=AD-1&xts=513356

CHILE: El testimonio de una ex religiosa: «Fui abusada sexualmente por una monja y me hicieron callar»


Consuelo Gómez entró a los 18 años a las Hermanas del Buen Samaritano en la Región del Maule, donde denuncia que tuvo que atender a sacerdotes acusados de abuso sexual. En España, ella fue la víctima. «El nuncio, sabiendo todo esto, no ha hecho nada, y por eso ya no creo en él», asegura. 29 de Mayo de 2018 | 08:03

| Por Consuelo Ferrer D., Emol 293 Consuelo Gómez abandonó la vida religiosa en 2017. Juan Carlos Romo, El Mercurio SANTIAGO.- Después de hacer un cálculo rápido, Consuelo Gómez responde: «37 años. Porque mi primo tiene 38 y yo soy un año menor». A esta edad, un punto casi indefinido en el tiempo, que no puede precisar de inmediato, la ex religiosa experimenta algo que podría considerarse un nuevo arranque en su vida. —Ahora se trata de lo que yo siento y de lo que yo digo. Nadie me va a poder decir lo que tengo que sentir o pensar. —¿Antes te dirigían los sentimientos? —Totalmente. No nos dejaban pensar por nuestros propios medios, y casi no podíamos sentir, porque nos ordenaban todo. Consuelo supo, hace más de treinta años, que cuando creciera iba ser matrona, veterinaria o monja. Al momento de decidir, después de salir del colegio con 18 años, pensó en entrar a las Hermanas del Buen Samaritano en Molina, una congregación fundada por Irene García de Prado, religiosa española que empezó, además, un policlínico y una hospedería. En la Región del Maule, el lugar se caracteriza por la atención a ancianos y enfermos, que viven ahí y reciben cuidados de manera gratuita. Era un lugar que conocían su abuela y sus padres, desde hace años. «Quedé enamorada ahí, y entré», recuerda hoy, desde Talca. Era el año 1998 y estuvo en la congregación hasta que la abandonó en 2017. «El trabajo era de verdadera esclava» Color de rosas. Así define Consuelo la realidad que se encontró apenas entró de novicia, cuando le tocó empezar con el trabajo religioso y el cuidado a los enfermos. Antes de entrar, ya era catequista, corista y preparadora de confirmación en otra parroquia. «Pero después fueron pasando los años», rememora ahora. Además de las tareas misioneras y de cuidado, a las novicias les correspondía hacer labores de aseo y mantención del convento, incluyendo preparar las comidas. Por todo su trabajo, y a pesar de la existencia de una especie de contrato con la congregación, asegura, nunca recibió ninguna paga, ni para gastos personales. Cercana a sus padres y hermanos, Consuelo recuerda que lo más complicado fue el control que recibía sobre su conexión con el mundo más allá de las paredes del convento. Las visitas se limitaban a dos o tres horas, una vez al mes, y los llamados tenían que durar menos de diez minutos. «No podíamos hablar con gente de afuera, porque nos decían que eran amistades particulares y que no correspondía. Siempre, todo lo que hacíamos, era con miedo», cuenta. Cada vez que se conversaba con alguien, tenía que comunicarlo a su superiora.

 

A veces, cuando trabajaba en turno de noche cuidando a los enfermos, su hermana la visitaba. El resto de las religiosas dormían. En ese proceso, Consuelo recibió un gran golpe: la muerte de su abuelo, lo que la sumió en una depresión. «Me salieron herpes en todo el aparato digestivo, comenzando con la boca, y jamás me llevaron al médico, sólo me tenían con suero y medicamentos a su parecer», relata. Nadie le informó a sus padres de la situación, pero cuando pudieron enterarse la llevaron personalmente a ver un doctor. A esa presencia de su familia atribuye lo que vino después, cuando el panorama, como rememora, se le complicó: la congregación la envió a España en el año 2000. «Ahí sí que el trabajo era de verdadera esclava», acusa. Dice, por ejemplo, que aquellas novicias a las que no se les asignaban turnos de noche, no tenían derecho a descansar durante la tarde. Tenía que estar, en todo momento, ocupada con una tarea. «De lo contrario eran retos, retos y más retos», cuenta. Empezó a tener crisis nerviosas y cayó en la anorexia. Recuerda que siempre estaban pendientes y que les revisaban, incluso, la ropa interior que usaban. «Por lo mismo había mucho acoso de los sacerdotes, capellanes y directores espirituales, muchas tocaciones indebidas. Se les iban las manos hacia zonas que no debían. Esto pasaba también en Chile, pero en España lo defendían mucho y aceptaban este comportamiento», relata. Estando allá, pasó por Tenerife y Loja, donde, afirma, vio cosas como presbíteros tomando sol completamente desnudos en el patio. También vivió un período en México, donde estudió para ser Técnico en Enfermería, además de trabajar en turnos de más de 12 horas diarias. Comenzó a sentir dolores muy fuertes de cabeza, del cuello y del cuerpo en general. «Nunca me creyeron y me obligaban a levantarme aunque estuviera revolcándome en la cama de dolor, incluso me daban cachetadas como castigo», recuerda. En esa época, incluso, intentó terminar con su vida. «Había mucho acoso de los sacerdotes, capellanes y directores espirituales, muchas tocaciones indebidas, pero no podíamos decir nada porque nos hacían callar todo lo que viéramos y viviéramos» Consuelo Gómez Tendrían que pasar casi diez años para que se diera cuenta de que lo que vivía «no correspondía». Como muchas jóvenes que optan por la vida religiosa, su decisión se basaba en una profunda creencia y algo que ella todavía identifica como su vocación. «Empecé a tener consciencia de que no estaba bien cuando llegué de España, el 2008», precisa. Pero siguió. Después, la congregación resolvió enviarla junto a otras dos religiosas a trabajar en la Nunciatura Apostólica, en Providencia. Allí, asegura, recibían una paga de cerca de $200.000 para gastos médicos y objetos personales, como toallas higiénicas. «Se supone que era un trabajo de administración, pero pasábamos a ser las empleadas de los curas y de las mismas empleadas que estaban contratadas para eso», cuenta. Estuvo ahí poco más de tres años, de los que recuerda algo muy específico: no haber tenido ningún día de descanso. Ni los domingos, ni los festivos. «Nos tocaba hacerle todo a los curas: levantarnos temprano a preparar el desayuno como ellos querían, hacer el almuerzo como lo pedían, hacerles la cena, limpiar la cocina, tener que acompañarlos. Eran todos muy exigentes», afirma. «Me hicieron sentir culpable de todo» La frase que ahora dirá Consuelo es una que se ha dicho muchas veces, por muchas otras personas que han vivido lo mismo. Pero para ella, es una de las primeras veces en que la formula en público: «Ya no tengo miedo». «Yo fui abusada sexualmente por una monja en España, que también era chilena y superior a mí, varias y repetidas veces. Y todos sabían y me hicieron callar. Me hicieron sentir a mí que era culpable de todo. Pero ahora comprendí que esta es una historia que yo viví, que es mía, y que no soy la única», dice, por primera vez a un medio.

Entonces, todavía era novicia y, calcula, debe haber tenido cerca de 20 años. Para Consuelo, sacar cuentas de fechas es un ejercicio. En cierta forma, es como si hubiera vivido siempre el mismo año, compuesto de meses infinitos. Dice que, la primera vez que pasó, cuando la religiosa abusó de ella en la pieza que compartían, después de que le sincerara su angustia por lo que estaba viviendo y se pusiera a llorar, tenía asco. «Sentía que me quitaba mi dignidad», recuerda. Después, los hechos se repitieron. «Cuando yo entraba al baño, ella también lo hacía y cerraba con llaves para luego manosearme. Me forzaba física y psicológicamente a hacer cosas que yo no quería», añade. Por eso, Consuelo acudió al sacerdote que era el director espiritual del recinto. «También me hizo callar, por lo mismo, porque me dijo que le iban a dar la razón a ella y no a mí, que yo para él era una simple novicia, y yo, por miedo, no sé a qué, pero por miedo, porque estaba lejos de mi familia, me quedé como parapléjica», dice. Pero eso, aclara, ya terminó. Ahora, cuando se cruza con monjas en la calle o escucha la palabra, ya no llora. Ya casi no le dan crisis de pánico. Ahora ha recuperado el peso que perdió estando adentro, que no podría precisar en kilos pero sí en la reacción que tuvo su familia cuando la volvió a ver, demacrada. «Parecía cualquier cosa», recuerda. «Sé que quedan congregaciones de religiosas y que hay muchas jóvenes que, a lo mejor, tienen esa inquietud, y no quiero que les pase lo mismo que pasé yo» Consuelo Gómez Se debe, en parte, a que lleva desde el año pasado en tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Fue, precisamente, a través de su psicóloga que llegó a José Andrés Murillo y a su Fundación para la Confianza, quienes están apoyándola. Y explica, también, que se decidió a hablar porque le preocupa que la historia se siga repitiendo. La suya, que es la de alguien que abandonó la congregación teniendo bulimia, o la de una de sus compañeras, que se escapó del convento mientras todas las demás estaban en misa. «Sé que quedan congregaciones de religiosas y que hay muchas jóvenes que, a lo mejor, tienen esa inquietud, y no quiero que les pase lo mismo que pasé yo. Y también sé que hay muchos papás que se preguntan cómo será la vida adentro, y tampoco quiero que se sientan como se ha sentido mi mamá, con la culpabilidad de que ella fue la que me dio permiso», añade. «Injusto, cruel y vergonzoso» Los últimos años en que vistió sus hábitos fueron los que pasó en la nunciatura, donde fue destinada en 2013. Ya había intentado abandonar la congregación muchas veces. «Me confesaba a los padres y me decían: no le des este tremendo dolor a la madre Irene». En la nunciatura, alrededor de edificaciones blancas, fue donde se sintió mejor. Valorada, dice, con la sensación de que servía para algo. Fue allí donde la enviaron al médico y fue diagnosticada con fibromialgia, hirsutismo, osteopenia, artrosis y problemas en la columna y la cadera. Fue, también, donde explotó, durante una reunión con el nuncio Ivo Scapolo, con quien fue a conversar sobre otro tema. «Pero me puse a llorar, me preguntó qué me pasaba, y le conté todo mi caso, que me sentía pésimo, y todo lo que viví en España», rememora. Según su relato, el nuncio fue comprensivo y la entendió «perfectamente bien». «Me enviaron al psiquiatra, que sin mayores palabras se dio cuenta de la depresión severa y del trastorno de estrés postraumático que tenía producto de lo vivido en España, de estar guardando todo por más de diez años», afirma. «Pero a mí la rabia que me da ahora es que el nuncio, sabiendo todo esto, no ha hecho nada», reclama. Dice que, por los tiempos que normalmente se toman en estos procesos, la situación debería estar en conocimiento del Vaticano, o debería haberse iniciado una investigación contra la religiosa. «Pero no ha hecho nada», recalca. Se salió de la nunciatura a fines de ese año y volvió al cuidado de su familia, en Talca. Le costaba concentrarse, no era capaz de hilar sus ideas, tampoco controlaba esfínter. Fue a principios de 2017 cuando envió una carta a la congregación para solicitar un descanso y $250 mil mensuales para costear gastos de salud. Aunque aceptaron, en cuatro meses sólo recibió $400 mil. Finalmente salió. «Me ha costado volver a vincularme con mi familia y confiar en el mundo, porque fueron casi 18 años de estar sometida a un régimen. Ya no se puede decir que estuve en un convento buscando a Dios, porque nunca tuve la posibilidad de hacerlo», dice ahora. En su situación, asegura, hubo vicio, como denuncia que también existió en otras que le tocó presenciar. Una de esas eran las visitas de los sacerdotes que recibían en Molina. «Los sacaban de sus diócesis por razones que… bueno… ahora me estoy dando cuenta… y los metían ahí, y estaban en comunidad con nosotras», cuenta. Menciona, como ejemplo, a Javier Cartes, sacerdote de Curicó que fue condenado por la justicia civil a 5 años de pena remitida por abusos a un menor de 12 años, a pesar de que el tribunal eclesiástico lo absolvió. «(A los abusadores) los sacaban de sus diócesis y los metían ahí, y estaban en comunidad con nosotras. ¿Cómo lo pueden tener un convento donde hay monjas, donde hay mujeres? No me cabe en la cabeza» Consuelo Gómez «A él la Iglesia lo dejó sin hacer misa, pero iba allá y le daba la comunión a los enfermos, celebraba la eucaristía, todo. Y pobre de la que hablara, porque eran capaces de echarla», asegura. Es una de las cosas que, afirma, no logra comprender. «Si fue un abusador, ¿cómo lo pueden tener un convento donde hay monjas, donde hay mujeres? No me cabe en la cabeza. ¿Y quiénes los ponían ahí? Venía desde las cabezas de la Iglesia. Por eso, ya que se están destapando cosas, que se destape todo de una vez», añade. A pesar de que al principio lo evitaba, ahora Consuelo ve las noticias. Por eso está al tanto de lo que ocurrió con la Conferencia Episcopal chilena, quienes dejaron sus cargos a disposición del Papa Francisco por los casos de abuso que han ocurrido en el país. «Yo sé lo que sufrieron esas personas, porque también pasé por eso. Todo lo que se pueda hacer contra los obispos es poco. Yo los metería a la cárcel. Son todos una pila de mentirosos, sinvergüenzas e hipócritas», señala. Pero dice que algo de la situación, tan amarga, le provoca gusto. «Por fin está saliendo a la luz pública la verdad de lo que ha pasado y lo que hemos soportado todo este tiempo», destaca. Por eso, se sincera, ha cambiado de opinión: antes pensaba que si tenía que enfrentar su caso públicamente, le pediría a su hermana que la representara y hablara en su nombre. «Pero en estos momentos ya no necesito que alguien hable por mí», asegura. «Es mi historia y yo la tengo que contar. Y estoy dispuesta a contar todo».

Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/Nacional/2018/05/29/907789/El-testimonio-de-una-ex-religiosa-Fui-abusada-sexualmente-por-una-monja-y-me-hicieron-callar.html

AUSTRALIA: Cómo fue la «Comisión Real» que investigó los abusos de la Iglesia australiana y que replicarían en Chile Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/Internacional/2018/05/29/907796/Como-fue-la-Comision-Real-que-investigo-los-abusos-de-la-Iglesia-en-Australia-y-que-buscarian-replicar-en-Chile.html


Creado en 2012, este organismo se reunió con más de ocho mil víctimas y elaboró una serie de recomendaciones, donde se destaca la eliminación de la obligación del celibato en los sacerdotes. 29 de Mayo de 2018 | 08:04 |

Redactado por Ramón Jara A., Emol 12 George Pell, jefe de finanzas del Vaticano, acusado de cometer abusos a menores de edad. AFPSANTIAGO.-

A dos semanas del encuentro sostenido por el Papa Francisco con los obispos chilenos en el Vaticano, en el marco de las acusaciones de encubrimiento por parte de algunos miembros de la Iglesia nacional de casos de abuso sexual, aún se espera qué decisión tomará el Pontífice respecto del futuro de los prelados, que presentaron su renuncia. Así, mientras surgen trascendidos respecto de cuáles son las medidas a las que recurrirá el máximo líder católico y qué cambios hará al respecto, surge otra arista también importante y en la que la Iglesia deberá hacerse parte, que es la investigación de estos casos de abuso y la reparación a las víctimas. ¿Cómo se manejará ese tema? Eso aún es una incógnita, pero según publicó El Mercurio en su edición del domingo, una de las alternativas es replicar el modelo australiano, donde se creó una comisión investigadora independiente que realizó más de ocho mil entrevistas a víctimas de abuso sexual a menores de edad durante cinco años, llegando a una serie de conclusiones que se espera aplicar en el país oceánico. La voz de las víctimas Todo comenzó en noviembre de 2012 cuando, alerta por el gran número de abusos sexuales ocurridos en el país, la por entonces Primera Ministra Julia Gillard instauró la creación de la «Comisión Real de Respuestas Institucionales al abuso sexual infantil», llamada a investigar casos de este índole ocurridos en las últimas décadas.

NOTICIA RELACIONADA Informe tacha de «tragedia nacional» pedofilia en instituciones públicas australianas 6Se trata de un ente autónomo compuesto por cuatro hombres y tres mujeres: dos jueces, dos abogados, un policía, un ex senador y una psiquiatra, quienes celebraron 8.013 sesiones privadas entre mayo de 2013 y noviembre de 2017, reuniéndose y entrevistando a miles de víctimas. Asimismo, se recibieron 1.000 testimonios por escrito y se realizaron 57 audiencias públicas para establecer las responsabilidades de los organismos involucrados. Todo esto, tras recibir 42.041 denuncias telefónicas y 25.964 cartas y correos electrónicos, de acuerdo a los datos de la propia comisión. Así, del total de víctimas entrevistadas, el 64,3% correspondió a hombres y el 35,4% a mujeres. Del mismo modo, más de la mitad de los catalogados como «sobrevivientes» por la comisión dijeron tener entre 10 y 14 años la primera vez que sufrieron los abusos.

Además, el 93,8% de los entrevistados afirmó haber sido abusado por un hombre, mientras que el 83,8% reveló que el atacante era mayor de edad. En tanto, el 36,3% aseguró haber sido víctima de múltiples abusadores. 58,6% de las víctimas sufrió abusos en una institución manejada por una organización religiosa Respecto a dónde se perpetraron estos crímenes, la religión tuvo un rol preponderante. De acuerdo al informe, el 58,6% de las víctimas (unas 4.029) dijo haber sido abusada en una institución manejada por una organización religiosa, siendo la iglesia católica la que registró más casos, con el 61,8%. Le siguen la iglesia anglicana (14,7%), el Ejército de Salvación (7,3%) y la religión protestante (4,2%), entre otras. «Decenas de miles de niños fueron abusados sexualmente en las instituciones australianas. Nunca sabremos la cifra, pero cualquiera que sea, supone una tragedia nacional perpetrada durante generaciones dentro de nuestras más respetadas instituciones», concluyó la institución. Las recomendaciones y los resultados La «Comisión Real» elaboró un informe final de 17 capítulos, el cual fue presentado el 15 de diciembre de 2017 y entrega diversas conclusiones y recomendaciones sobre el tema. En este sentido, responsabilizó también de estos hechos a los organismos estatales como la policía, las agencias de protección infantil y el sistema judicial en materia de prevención y persecución de estos delitos. Es por eso que el ente concluyó implementar una estrategia nacional enfocada en la prevención de abusos y que las instituciones que trabajan con niños mantengan durante 45 años los registros de abusos sexuales ocurridos en sus dependencias.

NOTICIAS RELACIONADAS Cardenal Pell comparece ante tribunal australiano que evaluará si debe ser enjuiciado por casos de presunta pederastia 14 George Pell, el hombre con más poder en el Vaticano que ha sido acusado de pederastia 97 Pero sin duda que la Iglesia católica fue la más atacada en el documento, donde se le recomendó una serie de medidas pensadas en modificar directamente la ley canónica. Una de ellas es eliminar la obligatoriedad del celibato, recalcando que si bien esto no es la causa directa del abuso, combinado con otros factores de riesgo puede ocasionar disfunciones psicosexuales y mentales. «Para muchos miembros del clero y religiosos, el celibato es una idea inalcanzable que hace que se viva una doble vida y contribuye a una cultura del secreto y la hipocresía y esta cultura parece haber contribuido a que se soslaye la transgresión del celibato y se minimice el abuso sexual como un lapso moral perdonable», explicaba el informe. Asimismo, el organismo independiente llamó a terminar con el secreto de confesión en casos de abusos sexuales a menores, pidiendo a sacerdotes a reportar estos hechos. De este modo, también sugirió crear un nuevo delito a quienes no informen de los abusos en un contexto institucional. Todos estos cambios en Australia ya se han visto reflejados en algunos hechos, como el juicio contra el cardenal George Pell, jefe de finanzas del Vaticano y sindicado como el tercer hombre más poderoso de la Santa Sede, acusado de cometer abusos sexuales mientras era párroco en la ciudad de Ballarat y luego arzobispo de Melbourne.

NOTICIA RELACIONADA Arzobispo australiano es declarado culpable por encubrir abusos sexuales a menores 25A esto se suma la resolución de la justicia australiana contra el arzobispo de Adelaide, Philip Wilson, a quien declaró culpable de encubrir abusos sexuales a menores cometidos por el sacerdote James Fletcher en la década de 1970. Este delito lo habría cometido para «proteger la reputación de la Iglesia». Wilson, de este modo, se convierte en el miembro de mayor rango de la Iglesia católica en ser condenado por encubrimiento. Se espera que su condena se entregue el 9 de junio, marcando así lo que podría ser una nueva era en la justicia australiana.

Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/Internacional/2018/05/29/907796/Como-fue-la-Comision-Real-que-investigo-los-abusos-de-la-Iglesia-en-Australia-y-que-buscarian-replicar-en-Chile.html

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