PELICULA COMPLETA: LA FUENTE DE LAS MUJERES.


COLOMBIA. AL DESCUBIERTO: Duque no gano las elecciones presidenciales todo estuvo arreglado


Y AHORA QUÉ?

Se presentó una denuncia al Tribunal Superior de Justicia, para investigar el proceso de la primera vuelta y segunda vuelta en Colombia, donde se declaró como ganador a Ivan Duque.

 

Desde la noche del miércoles, el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el apoyo del personal de la Registraduría, trabaja de prisa confrontando los documentos electorales en los que, según la campaña de Gustavo Petro, se habría presentado fraude en las elecciones a primera vuelta.

En total, fueron 27 las reclamaciones expuestas ante el organismo por parte de la candidatura de la Colombia Humana, concernientes a 1.706 mesas de votación repartidas en 17 departamentos del país. Según las denuncias, se habrían presentado diferencias en los resultados inscritos en los formularios E14, es decir, las actas de escrutinio de mesa, y en los formatos E24, que corresponden las actas de las comisiones escrutadoras.

Al tener los requerimientos la misma casual de reclamación y provenir de la misma campaña, las entidades electorales optaron por aglutinar los casos en un mismo despacho para evacuarlos con la mayor prontitud posible y, de esta manera.

A las 10 de la mañana, la Sala Plena del Consejo está citada para decidir sobre los resultados de la verificación de los documentos y esta tarde se espera que se adopte una decisión concluyente.

http://modonoticia.com/2018/06/25/al-descubierto-duque-no-gano-las-elecciones-presidenciales-todo-estuvo-arreglado/

NICARAGUA: El padre Edwin Román, de la casta de Sandino


Al padre Edwin Román Calderón se le ve incansable recorriendo las barricadas y estaciones de Policía salvando vidas y liberando prisioneros. Por sus venas corre la misma sangre de Sandino

 01/07/2018

En la casa cural de la parroquia San Miguel, en Masaya, en una camilla está tendido el cadáver de Junior Gaitán con un disparo en el pecho. Tenía 15 años. Junto a él, su papá le da besos. El padre Edwin Román Calderón se quebró en llanto al ver la escena. “Eran besos con ternura”, recuerda el cura.

Poco después llegó la mamá del joven. No llegó llorando, sino como en estado de shock. La mujer lo levantaba, lo abrazaba, lo ponía sentado y le decía: “Chiquito, levantate, no seas así. Te lo dije que no salieras”. Después, volviendo el rostro hacia el padre, le dijo: “Padre, se me salía, yo hasta lo enllavé, pero él me decía que quería ir a luchar por Nicaragua y hasta me quebró un gavetero para poder salir”.

El padre Edwin Román es el tercero de seis hermanos: Rodolfo, Violeta (ya fallecida), Edwin, Marlen, Ricardo y Mayling. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

La muerte del joven Junior Gaitán, a manos de un policía a quien le rogó que no lo matara, ha sido de lo más impactante que le ha ocurrido al sacerdote Edwin Román en los últimos días. Lo llevaron ya muerto a la casa cural.
Desde el pasado viernes 11 de mayo, el cura está viviendo en carne propia la represión que el gobierno de Daniel Ortega ha ejercido sobre el pueblo de Masaya.

Como a las 8:00 de la noche de ese día, el padre ya estaba en pijama, cuando escuchó disparos y gente corriendo afuera de la casa cural. Se puso ropa, abrió el portón y vio a los muchachos que se corrían del ataque de policías y paramilitares. Les sacó baldes de agua y una manguera a los jóvenes heridos para que se lavaran y junto a unos vecinos estuvo con ellos hasta las 2:00 de la madrugada. Desde entonces el padre Román no ha parado de apoyar a la población que está siendo asesinada y reprimida por las fuerzas del Gobierno.

Recorriendo las calles de Masaya, acompañando al pueblo, el padre Edwin Román junto al defensor de Derechos Humanos, Ávaro Leiva. LA PRENSA/ AFP

Sobrino nieto de Sandino

El origen del padre Román está en Niquinohomo. Allí nació un 2 de febrero de 1960. Hijo del conductor de bus Rodolfo Romero, diriambino, y de Esperanza Calderón, maestra.

El sacerdote recuerda a su abuela materna, Manuela Calderón, contarle historias sobre el general Augusto C. Sandino. Y es que Manuela Calderón era hermana del famoso guerrillero de Las Segovias por parte de madre. Margarita Calderón Ruiz, madre de Sandino, es la bisabuela del cura.

Una de las historias que más recuerda es que doña Margarita y su hija Manuela llegaron a Managua el 22 de febrero de 1934, después que mataron a Sandino y a su hermano Sócrates, a buscar sus cuerpos, pero nadie les dio razón. “Mi mamá (Esperanza) me decía que a ella le hubiera gustado conocer la tumba (de Sandino) para ir a ponerle flores. Como familia siempre nos hemos sentido orgullosos de Sandino. Yo me siento muy orgulloso de ser sobrino de Sandino. Es un héroe a quien le han robado su bandera, sus ideales. Es alguien a quien traicionaron”, expresa el cura Román.

Imagen de la madre de Sandino, Margarita Calderón Ruiz, con cuatro de sus hijos. A la derecha está Manuela con su hija Esperanza, madre del padre Edwin Román Calderón. LA PRENSA/ ARCHIVO

En la época de los Somoza, cuando Edwin Román era estudiante de secundaria, a como lo hizo la mayoría del pueblo, en algún momento apoyó al Frente Sandinista (FSLN), pero en realidad nunca ha simpatizado con ese movimiento o partido. Todavía recuerda cuando en los años ochenta lo querían obligar a hacer domingos rojinegro en la universidad, y él y otros cuatro compañeros nunca iban y solo a ellos los ponían a hacer exámenes.

El padre Román asegura que la familia de Sandino, por la línea de los Calderón, nunca se ha metido en política ni se han aprovechado de su nombre.

El cura Edwin Román Calderón cuando tenía dos años de edad. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ MANUEL ESQUIVEL

Días de dolor

Para el sacerdote Edwin Román estar apoyando a la población es “como un apostolado” que está cambiando su vida, pero también han sido días de mucho dolor, llanto, sufrimiento y de represalias.

Antes del 11 de mayo pasado, la vida del cura era todos los días levantarse muy de mañana, preparar la homilía, realizar la misa a las 6:30 de la mañana, luego, en el resto del día, atender a los fieles. Esa era la rutina.

Después, no ha tenido tiempo para celebrar misa todos los días, sino solamente los domingos. Duerme con ropa todas las noches, porque muchas veces toca levantarse a medianoche para atender a los heridos. Un día ni siquiera se bañó, porque lo levantaron en la madrugada y pasó hasta la noche atendiendo a la población por los ataques de los paramilitares.

El padre Edwin Román besa la mano del papa Juan Pablo II, durante la segunda visita de este último a Nicaragua en 1996. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ MANUEL ESQUIVEL

Lo único que no ha dejado de hacer, dice, es orar. “Viendo el dolor de la gente, de estar atendiéndoles, es parte también de la oración, porque en esos momentos difíciles uno se acuerda de Dios”, dice el sacerdote.

Las amenazas también han estado presentes. Una mañana en la que estaba afuera de la casa cural, un hombre se aparcó enfrente en un carro gris y le pidió que lo confesara. En realidad, el hombre solo quería preguntarle cosas sobre las personas que el padre atendía y detectó que era un espía.


(De Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo) pienso que son inhumanos. No tienen sensibilidad. Como sacerdote trataría de llevarlos a Dios, que reflexionen sobre Dios. Para estar bien hay que estar al lado de ellos y eso es una dictadura”. Padre Edwin Román Calderón, párroco de San Miguel Arcángel


En otra ocasión, le tocó retirar a unas personas de la casa cural porque se habían infiltrado con unos periodistas extranjeros adonde estaban los heridos y le comenzaron a hacer preguntas sobre los dirigentes de las protestas.

Y cuando hubo saqueos en Masaya, a las 3:30 de la madrugada, el padre caminó cuadra y media desde la parroquia hacia el parque y llegó donde estaban un grupo como de 50 saqueadores y les pidió que no siguieran saqueando porque en Masaya no había capitalistas sino solamente gente trabajadora que hacía préstamos y le daba trabajo a otras personas. Le sonaron machetes y le respondieron que se fuera, que si no lo hacía lo iban a quemar en una de las tres hogueras que habían hecho tras quemar varios negocios.

El padre se regresó y antes de llegar a la casa cural se encontró con un hombre como de unos 60 años de edad a quien le habían saqueado un pequeño negocio de cosméticos. “Él estaba llorando como un niño. Lo abracé. Le dije que tuviera fe, que se iba a levantar de las cenizas. Al hombre como que se le despertó un poquito el ánimo”, relató el padre.

Un cura valiente

En los años ochenta Edwin Román era un joven muy católico pero que no se imaginaba que sería sacerdote. Incluso, en los años setenta, como a los 15 años de edad, tuvo un momento de rebeldía en el que no quería ir a misa. Si llegaba se quedaba afuera de la iglesia.

Su vocación por el sacerdocio no le vino como a otros tras ser monaguillo, sino que después de estudiar Psicología en la UNAN-Managua, y desencantarse por el sistema de gobierno de los sandinistas, se fue a trabajar en un banco en Masaya y ahí miraba como los campesinos, varones, salían llorando porque perdían sus propiedades o ganado cuando no podían pagar los préstamos. “Yo me sentía súper mal, porque decía, yo estoy ganando dinero de esta gente”, recuerda el padre. Igualmente, a Román le impactaba la persecución que el gobierno sandinista le estaba dando a los curas y a él le tocó el sentimiento que tenía por su iglesia.

La gota que derramó el vaso fue cuando escuchó a una muchacha que le contaba a unas amigas cómo dos militares se habían bajado de un carro Lada y se la llevaron para violarla. “Aunque ellas no se dieron cuenta de que yo les estaba poniendo atención, yo quería en ese momento darle un consejo a esa muchacha pero no tenía autoridad para decirle cosas. Eso me impactó y vi cuánta gente sufre y necesita un consejo, una ayuda espiritual”, comenta el sacerdote.

Los padres del cura Edwin Román, Rodolfo Román y Esperanza Calderón. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ MANUEL ESQUIVEL

Entró al Seminario en 1983 y cuando llegaba a su casa se arrecostaba en las piernas de su madre y ella le decía: “Cuando seas ordenado”. Y comenzaba a hacer planes para cuando llegara la ordenación. La mamá del padre Román, Esperanza Calderón, falleció en 1989, un año antes de que a él lo ordenaran sacerdote.

Quien sí logró verlo convertido en cura fue su padre Rodolfo Román. “Mi papá le daba diezmo a la parroquia de Niquinohomo, pero me dijo que, cuando me ordenaron sacerdote, desde hoy en adelante el diezmo te lo doy a vos”, recuerda Román.

El padre Román se convirtió en el confesor de su papá y cuando este último murió, hace 10 años, el cura lo asistió en su agonía. Le ayudó con el “bien morir”.

Recién ordenado sacerdote, Edwin Román dándole la hostia a su padre Rodolfo Román. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ MANUEL ESQUIVEL

Defensor de Derechos Humanos

Al padre Román se le puede ver al lado de Álvaro Leiva, el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).

Como a la parroquia de San Miguel comenzaron a llegar gran cantidad de jóvenes, la mayoría de ellos heridos, también llegaron familias denunciando desapariciones o encarcelamiento de sus seres queridos. El padre Román los apoyaba y buscó ayuda de Leiva y desde entonces no se han separado.

Monseñor Silvio Báez y el padre Edwin Román lloran en Masaya por la represión de Daniel Ortega en esa ciudad y en todo el país. LA PRENSA/ CORTESÍA/ JAIME SANDINO

El pasado jueves 21 de junio llegaron los obispos a Masaya para detener la represión gubernamental y el padre Román no había visto ni al cardenal Leopoldo Brenes ni a monseñor Silvio Báez desde que habían iniciado los ataques a Masaya. Se llamaban por teléfono y Román le contaba a sus líderes, Brenes y Báez, todo lo que estaba pasando en esa ciudad.

Cuando los obispos llegaron a Masaya, al primero que el padre Román vio fue a monseñor Báez. Se abrazaron y lloraron juntos. “Más que todo fue para mí como abrazar a un padre, a pesar de que monseñor Báez tal vez serán pocos años la diferencia conmigo. Pero sentí el abrazo a mi pastor. Cuando lo abracé se me vino a la mente todo lo que estaba viviendo en Masaya”. La imagen de ese abrazo está en la retina de todos los nicaragüenses.

Derrotó al cáncer

El padre Edwin Román ha estado en seis parroquias: Sagrada Familia, en San José Oriental; La Purísima, en reparto Belmonte; San Antonio, Jinotepe; en Nindirí, Masaya; San Rafael del Sur, Managua y ahora en la parroquia San Miguel, en Masaya, donde ya tiene tres años y medio.

En la parroquia San Antonio estuvo 17 años y allí se le desarrolló un cáncer en la mandíbula que lo tuvo muy mal de salud. Con el apoyo de los feligreses logró pagar las terapias que le costaban 550 dólares cada una y logró curarse por completo, pero como secuela se le desarrolló diabetes.

Caminando por las calles de Masaya durante los últimos días de protestas. LA PRENSA/ MANUEL ESQUIVEL

Con 190 libras de peso y unos 5.8 pies de estatura, el padre Román es un hombre que se ve aún fuerte. Es sencillo y pausado para hablar y se muestra tímido. “Ya me puso rojo usted”, dice cuando responde que tuvo dos novias en Masaya en su juventud y aún estando en el Seminario se enamoró de una muchacha, pero no pasó a más porque ella se fue del país con su familia, producto de la situación que vivía Nicaragua en los años ochenta.

Al padre Román le gusta comer de todo, especialmente un nacatamalito o un vaho. “La comida que más gusta a veces es la que más nos hace daño”, dice entre risas.

Desde pequeño le gustaba trabajar con su mamá en el jardín de la casa y juntos a caminar, son sus pasatiempos favoritos hoy en día, además de escuchar en el carro música salsa y clásica. “A donde voy, voy dejando un cultivo de frutas, de jardín”, comenta.

https://www.laprensa.com.ni/2018/07/01/suplemento/la-prensa-domingo/2442479-el-padre-edwin-roman-de-la-casta-de-sandino

Mujeres sacerdotes: Juan José Tamayo


jun302018

 

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Tamayo3Ayer recuperamos el artículo “Cuando las mujeres eran sacerdotes”, del teólogo Juan José Tamayo, aparecido en el diario EL PAÍS en 2002 y lo publicamos en REDES CRISTIANAS. Hoy publicamos un nuevo artículo, “Mujeres sacerdotes”, del mismo autor, aparecido el mismo año también en EL PAÍS. Creemos que ambos, muy documentados histórica y teológicamente, poseen plena actualidad y constituyen una respuesta a las contundentes afirmaciones del cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, contra el sacerdocio de las mujeres en la Iglesia Católica. En su artículo “El carácter definitivo de la Ordinatio sacerdotalis Sobre algunas dudas”, publicado en L’ Osservatore Romano, declara doctrina definitiva la exclusión de las mujeres de la ordenación sacerdotal y afirma que no es solo una cuestión de disciplina, sino que forma parte del depósito de la fe. En posteriores textos Juan José Tamayo intentará mostrar la falta de fundamento bíblico y teológico de dichas afirmaciones. (Redacción de RRCC)

(Diario EL PAÍS, 9 de marzo de 2002)
La mayoría de los estudios sobre el Nuevo Testamento, de las investigaciones históricas sobre el cristianismo primitivo y de las reflexiones teológicas actuales coincide en dos datos: que no existe vinculación intrínseca entre celibato y sacerdocio y que no hay razones de fondo para la exclusión de las mujeres del ministerio sacerdotal.

El celibato no se encuentra entre las exigencias de los seguidores y seguidoras de Jesús, como tampoco entre los obligaciones de quienes ejercían funciones ministeriales en las comunidades cristianas primitivas. No pertenece al núcleo doctrinal del cristianismo, y menos aún a los dogmas de la fe. Se trata de una norma disciplinar que se introduce en la Iglesia cristiana bajo la influencia de una concepción negativa del cuerpo y de una moral represiva de la sexualidad.
Es, por tanto, reformable y debería hacerse cuanto antes. El celibato sólo tiene sentido cuando responde a un opción libre, no a una imposición eclesiástica.
Según consta en algunas tradiciones evangélicas, las mujeres se incorporaron al movimiento de Jesús en igualdad de condiciones que los varones. Esta práctica religiosa inclusiva suponía una verdadera revolución en el seno de la sociedad y la religión judías de carácter patriarcal y androcéntrico. Las mujeres ejercieron funciones ministeriales y directivas en el cristianismo primitivo y, como tales, podían presidir la celebración eucarística de las comunidades.

Apoyada en investigaciones históricas, la doctora Karen Jo Torjesen demuestra en su libro Cuando las mujeres eran sacerdotes que al menos durante el primer milenio del cristianismo las mujeres ejercieron los diferentes grados del ministerio ordenado: el diaconado, el sacerdocio e incluso el episcopado
Las actuales discriminaciones contra las mujeres en las iglesias cristianas no tienen, por tanto, su origen en Jesús y sus seguidores, sino en los contextos sociales y culturales en que posteriormente se desarrolló el cristianismo y a los que éste se adaptó acríticamente.

En la base de la exclusión de las mujeres del sacerdocio y de la imposición del celibato a los sacerdotes hay dos problemas todavía no resueltos: uno antropológico, al que ya me he referido, que consiste en la valoración negativa de la sexualidad en general y del cuerpo de la mujer en particular; otro teológico, el de la imagen masculina de Dios, que impone una concepción jerárquico-patriarcal de la Iglesia.

En amplios sectores cristianos ya está empezándose a quebrar tanto la concepción represiva del cuerpo como la imagen patriarcal de Dios. A su vez, las mujeres asumen el protagonismo en no pocas comunidades y los sacerdotes en activo no renuncian al ejercicio de la sexualidad. Esa práctica está más en sintonía con el movimiento igualitario de Jesús de Nazaret, con los movimientos de la liberación de la mujer y con la cultura de los derechos humanos.
Ese es, a mi juicio, el camino por el que debe avanzar no sólo la Iglesia católica sino las demás iglesias y religiones, en muchas de las cuales la misoginia y el sexismo son prácticas muy arraigadas y extendidas. En el interior de las tres religiones monoteístas, existen movimientos de mujeres creyentes que trabajan en esta línea, a través de una hermenéutica feminista de los textos fundantes de cada religión y de la incorporación de las mujeres a los ámbitos de responsabilidad.

http://www.redescristianas.net/mujeres-sacerdotesjuan-jose-tamayo/#more-90476

Papa dice que faltan sacerdotes, ¿por qué no permiten ordenar mujeres?


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(CNN Español) – El papa Francisco dice que hay falta de clérigos y vocaciones en la Iglesia católica, y que eso es un «problema enorme», según lo comentó en una entrevista con el diario alemán Die Zeit. Por esa razón, Francisco dijo que estaba abierto a que los hombres casados puedan convertirse en sacerdotes.

Frente a esta escasez de sacerdotes que menciona el pontífice ha resurgido una pregunta recurrente para la Iglesia, ¿por qué no permitirles a las mujeres ser sacerdotes?

La Iglesia actualmente permite que religiosos casados que se convierten al catolicismo desde otras religiones continúen sirviendo como sacerdotes. La opción que estaría considerando el papa permitiría a los hombres ya casados que se ordenen como sacerdotes. Pero los hombres solteros que ya son sacerdotes no podrían casarse, dice el papa.

Francisco no mencionó nada sobre que se esté considerando a mujeres sacerdotisas para esta crisis de vocaciones.

En agosto de 2016 el pontífice despertó las esperanzas acerca de un cambio que les permitiría a las mujeres participar como diaconisas.

En ese entonces el papa creó la comisión para estudiar el rol histórico del «Diaconado de las mujeres» en la Iglesia católica, según reportó El Vaticano.

CNN en Español

@CNNEE

¿Por qué no hay mujeres sacerdotes en la Iglesia católica? Te explicamos: http://cnn.it/2ms62KQ ¿Estás de acuerdo en que no haya? Vota:

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«Tras una intensa oración y una madura reflexión, el papa Francisco ha decidido instituir la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres», señaló la Oficina de prensa del Vaticano en ese momento.

El papa se había comprometido a crear la comisión después de una reunión con un grupo de monjas el 12 de mayo de 2016, cuando dijo que quería ver un mayor número de mujeres en las posiciones de toma de decisiones en la Iglesia, añadiendo que la integración de ellas a la vida de la Iglesia ha sido muy «débil».

El diaconado es un grado anterior al sacerdocio, que actualmente ejercen hombres casados o solteros, y otorga la posibilidad de administrar algunos sacramentos como matrimonios y bautizos, pero no consagrar o absolver los pecados.

Las diaconisas fueron una figura en la Iglesia católica que desapareció con el paso del tiempo.

Según ha señalado El Vaticano, hay mucha evidencia de que las mujeres fueron diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia. Un ejemplo fue Phoebe, una diaconisa citada en la carta de San Pablo a los Romanos.

Con esta puerta abierta, muchos se preguntaron si las mujeres sacerdotes serían una posibilidad.

Sin embargo, en noviembre de 2016, el papa fue muy firme al decir que las sacerdotisas no serán permitidas en la Iglesia católica, y añadió que es probable que nunca pase.

«Sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia católica, la última palabra es clara y fue dicha por San Pablo II y eso permanece», dijo el papa durante una rueda de prensa en un vuelo desde Suecia.

El periodista sueco que le hizo la pregunta insistió: ¿Nunca? ¿Jamás?

«Si leemos cuidadosamente la declaración de San Pablo II va en esa dirección, sí», añadió el papa.

¿Por qué las mujeres no pueden ser sacerdotes católicas?

Según afirmó propio papa en ese vuelo desde Suecia, no se trata de una falta de capacidad de las mujeres.

El pontífice cita las discusiones «largas e intensas» de San Juan Pablo II. Se refiere a la carta apostólica Ordinato Scerdotalis, de mayo de 1994, en la que se trata el tema de la ordenación de mujeres como sacerdotes en la Iglesia anglicana, en la que sí se permite y se explica la posición de la Iglesia católica sobre este asunto.

La carta cita un estudio previo del papa Pablo VI (en 1975), en el que dice que «no es admisible ordenar mujeres para el sacerdocio, por razones verdaderamente fundamentales. Tales razones comprenden: el ejemplo, consignado en las Sagradas Escrituras, de Cristo que escogió sus Apóstoles sólo entre varones; la práctica constante de la Iglesia, que ha imitado a Cristo, escogiendo sólo varones; y su viviente Magisterio, que coherentemente ha establecido que la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de Dios para su Iglesia».

Pablo VI, citado en la carta de Juan Pablo II, añade que la iglesia «no se considera autorizada a admitir a las mujeres a la ordenación sacerdotal» citando razones de tradición y acciones de Cristo. Por ejemplo, que cuando llamó a los apóstoles, por designo de Dios y por medio del Espíritu Santo, afirma el papa, eligió a hombres.

«Por otra parte, el hecho de que María Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, no recibiera la misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial, muestra claramente que la no admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad ni una discriminación hacia ellas, sino la observancia fiel de una disposición que hay que atribuir a la sabiduría del Señor del universo», afirmó el entonces papa Juan Pablo II en la carta.

«Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia», concluye.

La Asociación de Mujeres Sacerdotes Romanas Católicas, una organización que promueve «la igualdad de derechos y justicia para las mujeres en la Iglesia», y la ordenación de sacerdotisas (algo que El Vaticano castiga con la excomunión), afirman que quieren renovación y que sirven a la Iglesia y a los necesitados, según estipula su página web.

Afirman que hay más de 124 mujeres sacerdotisas y 10 mujeres obispos en el mundo en Europa, Sudamérica y Estados Unidos.

«El Vaticano dice que estamos excomulgadas, sin embargo, nosotros no aceptamos eso y afirmamos que somos miembros leales de la Iglesia», añaden.

Cambios para las mujeres

Francisco ha resaltado el papel de las mujeres e la Iglesia diciendo que son «más importantes que los hombres porque la Iglesia es mujer. Es «la» iglesia, no «el» iglesia. La Iglesia es la esposa de Cristo. Y la Virgen es más importante que los obispos y sacerdotes», dijo en 2015 en una sesión de preguntas en El Vaticano.

A pesar de su férrea posición frente a la posibilidad de sacerdotisas católicas, Francisco ha instado por cambiar algunas políticas de la Iglesia frente a las mujeres.

En enero de 2016 el pontífice declaró que las mujeres deben ser incluidas en la tradicional ceremonia de lavado de pies del Jueves Santo, una decisión muy esperada por las mujeres occidentales.

El Vaticano anunció el cambio y dijo que la práctica ahora será parte del Misal Romano, el libro que guía la liturgia católica en todo el mundo. El cambio se hizo efectivo a partir del 24 de marzo de 2016, Jueves Santo.

En febrero de 2016, durante una conferencia de prensa en el avión papal de regreso a Roma luego de seis días de visita apostólica en México, el papa Francisco abrió la posibilidad de que las mujeres puedan usar anticonceptivos para evitar embarazos específicamente para prevenir el virus del Zika.

Cuando los periodistas le preguntaron al papa sobre si la iglesia Católica podría permitir el uso de anticonceptivos en el caso de las madres que no quieren quedar embarazadas debido al virus del Zika, el papa dijo que “evitar el embarazo no es un mal absoluto”.

“El aborto no es el menor de los males. Es un crimen. En el mal menor —evitar el embarazo— estamos hablando en términos del conflicto entre el quinto y el sexto mandamiento (No matar y no cometer actos impuros, respectivamente)”, dijo el pontífice a periodistas.»Es un crimen. Es eliminar a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia, ¿eh? Es un crimen. Es un mal absoluto».

La Iglesia católica no acepta el uso los métodos de anticoncepción artificiales, como pastillas y condones, pues se consideran inmorales ya que intervienen en el plan de Dios para el matrimonio: tener hijos.

“El gran Pablo VI, en una difícil situación en África, permitió a las monjas usar anticonceptivos en casos de violencia”, recordó Francisco en febrero.

“Por otra parte, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en este que mencioné del papa Pablo VI, era claro”, añadió.

Actualmente, el sacerdocio de las mujeres es permitido en religiones como el aglicanismo y en las iglesias protestantes.

https://cnnespanol.cnn.com

COLOMBIA: El santandereano del Colegio Cardenalicio del Vaticano


José de Jesús Pimiento es el cardenal con más edad en el mundo y el único santandereano en la historia de los purpurados colombianos. En 2015, a sus 95 años, el Papa Francisco lo designó cardenal de la Iglesia Católica.
Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL
Monseñor Pimiento Rodríguez fue obispo de Montería, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia en dos períodos consecutivos, padre Conciliar durante las sesiones del Concilio Ecuménico Vaticano II, arzobispo de Manizales por 21 años y partícipe del Concilio Vaticano II.

(Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)

Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez no solo es el único cardenal oriundo de Santander, de los nueve colombianos que han ostentado esta dignidad desde el siglo XIX hasta la fecha, sino que fue el único que recibió su investidura en Bogotá y no en Roma.

Nació en Zapatoca, Santander, el 18 de febrero de 1919 y 12 años después emprendía a pie un viaje desde su pueblo hasta el municipio de San Gil para ingresar al Seminario.

Tras 76 años como sacerdote, 63 de los cuales trabajó como obispo, y pasados casi 20 años de su retiro, un domingo de enero de 2015 recibió una llamada del Señor Nuncio Apostólico desde Roma. El Papa lo designaba cardenal y él debía ir hasta Roma a recibir su investidura. Por problemas de salud no le fue posible viajar y se recibió en una solemne ceremonia en Bogotá.

Aunque le pareció algo tarde, José de Jesús Pimiento aceptó su deber y hoy, desde una casa de retiro en el Seminario Mayor de Floridablanca, se siente orgulloso no solo de ser cardenal sino de hacer parte de los cinco arzobispos y obispos eméritos que se han destacado por su caridad pastoral en el servicio de la Santa Sede y de la Iglesia.

Monseñor Pimiento conversó con Vanguardia Liberal sobre la situación actual de la Iglesia Católica, el papa Francisco y su visión de la fe actualmente.

¿Por qué decide ser sacerdote?

La vocación sacerdotal es siempre un misterio. Yo era un niño simple de pueblo en Zapatoca, tímido, no tenía muchas aspiraciones de nada, pero comencé a ser muy cercano a la Iglesia porque mi mamá me llevaba a las cinco de la mañana a misa en latín, a pesar de que me dormía. Cuando llegaron unos sacerdotes jóvenes que eran muy fervorosos, me inspiró el deseo de ser como ellos. Luego, un párroco que ya no era tan amable, me indujo a que fuera al seminario y entonces a los 12 años entendí que Dios me llamaba.

¿Cómo se entera de su designación como cardenal? ¿Se lo esperaba?

  Fue sorpresa completa. Yo estaba retirado hace mucho tiempo, qué iba a pensar en eso. Un domingo, mientras salía a hacer caminata en el jardín, una hermana me dijo que circulaba la noticia de que me habían nombrado cardenal. Yo le dije que eso era chisme, tonterías de la prensa. Un rato después me llamó el Nuncio Apostólico desde Roma y me dijo que me habían nombrado. Me preocupé, me estresé.

¿No quería?

No mucho, el temor mío era no dar la talla, yo no estaba ya para eso. Pero pues al final lo recibí como un regalo. Podía decir que no, pero no tiene sentido rechazar al Sumo Pontífice.

Cuando lo nombraron obispo tampoco quería…

Yo manifesté que no quería ser obispo. Me daba mucho temor que yo no sirviera para gobernar y para todos los problemas que eso trae. Porque en sí ser obispo no es honor, o sí, pero es más una cruz. Gobernar espiritualmente es más difícil. Al final me convencieron.

¿Por qué cree que lo eligieron?

Escribí una carta al Papa cuando era arzobispo de Manizales para hablarle del narcotráfico, es posible que él viendo esa carta consultara allá a los que me conocen y preguntara por mí y mi trayectoria.

¿Cuáles son sus obligaciones como cardenal?

Colaborar al Papa en lo que pida y por tanto ser un servidor por si pide consejo. También le mando cartas para expresarle lo que yo siento y pienso que son problemas que se deben resolver o revisar.

Lleva muchos años de sacerdocio, ¿cuál es el cambio más significativo que ha visto en la Iglesia Católica y el momento más importante en las últimas décadas?

El Concilio Vaticano en el año 62, en el que tomé partido en todas las sesiones. Fue una cosa casi indescriptible, una reunión de más de dos mil pastores de Iglesia para dialogar sobre la fe, para que la Iglesia se abriera al mundo e hiciera un examen de conciencia para adaptar la presentación del mensaje evangélico a los tiempos modernos. Estuvimos en cuatro sesiones, cada una de tres meses durante el otoño, se debatió todo, se aprobaron documentos y se clausuró.

¿Se ha logrado todo lo que se habló?

El fondo del Concilio no se ha logrado aplicar, que es el que la unidad de la Iglesia se realice completamente. Se ha logrado dialogar con el mundo, con las religiones, con los movimientos, pero como el mundo ha ido evolucionado tan negativamente en cuanto a la fe y la moral hemos perdido mucho terreno. Pero el Concilio hizo pensar a la Iglesia sobre su misión y su sentido misionero y eso se ha venido haciendo. El Papa Francisco ha aplicado mucho todo lo que se aprobó en ese tiempo, está buscando una iglesia renovada.

¿Cómo es su relación con el Papa?

Apenas lo vi en la visita de ahorita. A mí me citaron muy atrás y no pude acercarme bien como deseaba. Siendo ya cardenal, me dejaron allá en un rincón, entonces apenas le di una mano, pero le escribí enseguida comentándole porque no había logrado acercarme. Él vive muy ocupado de los niños, enfermos, necesitados, para qué lo acosaba yo más.

Francisco ha modificado el acercamiento de la Iglesia a los homosexuales, a los divorciados y a las mujeres, y ha renovado la jerarquía eclesial (acabó con el eurocentrismo), ¿qué piensa de eso?

Es el pontífice para esta hora, nos regaló Dios al hombre que hacía falta. Después de la sabiduría tan brillante de Benedicto, este es el que tiene la dinámica de atraer a la gente, llamarla, acercarse a todo el mundo, tiene una visión impresionante de lo que pasa en la humanidad y se ha hecho respetar. Lo polemizan y naturalmente no lo aceptan todos porque ha denunciado la mafia, pero él es muy valiente, no le da miedo nada. Tiene la iglesia conmocionada con su obra.

Y de esos temas, como el homosexualismo, ¿usted qué opina?

Esos temas son difíciles porque la humanidad le ha dado unos volúmenes indebidos. Había un trato represivo hacia ellos y eso era muy malo, no era lo debido, pero como eso es contra la naturaleza, entonces está moralmente rechazado. Lo que pasa es que hoy cogió un prestigio que no había tenido y una importancia que no se le debía dar. Se ha convertido en un movimiento progresista, en una empresa, cuando no debería. Hay que respetarlos, evangelizarlos, en el sentido de que se deben salvar y por tanto deben sanar su problema, porque hay solución.Es solo un problema psicológico que se ha vuelto un orgullo y entonces lo que ha pasado es que no se ha respondido humanamente a un problema de la humanidad, sino comercialmente.

¿Y sobre el tema de la mujer como sacerdotisa?

La mujer es el modelo del mundo. Lo que no se puede es que intente hacer sacerdotisas y obispos, porque el Señor no quiso. Hubiera puesto a María de sacerdotisa, entonces. La misión es diferente, la mujer puede cambiar el mundo de otra forma.

Francisco también ha tenido mano fuerte con el tema de abusos sexuales en la Iglesia. ¿Cuál es su posición frente a eso?

Tolerancia cero, porque no es posible que la Iglesia se desacredite de esa manera con personas consagradas. Lo grave es que la prensa no hace sino destacar eso como si fuera un problema único. Sí es un problema y la Iglesia sufre con eso. Francisco lo está resolviendo muy bien, no tiene miedo y al fin y al cabo esa es la historia de la Iglesia, se cometen errores y se pagan. Es esa la lucha. Durante las últimas décadas el catolicismo ha perdido fieles.

En América Latina, a pesar de que el Papa es latino, la cantidad de personas que se declaran católicas ha disminuido más del 20%. ¿A qué cree que se debe esto y cuál cree que es la solución?

El problema es la falta de educación religiosa. No supimos hacer una evangelización a fondo, nos creímos que éramos mayoría y nos dormimos en los laureles y mientras tanto la gente se estaba yendo. No hemos acertado a tiempo a una evangelización nueva, se está intentando, pero somos muy lentos e inertes para dar una evangelización con toda la claridad, dinamismo y firmeza para formar cristianos católicos. Hay que renovar la predicación, la catequesis, pero los cambios han sido muy inadecuados y por eso estamos retardados.

¿Las otras religiones sí lo han hecho?

La humanidad es muy extraña, no entendemos por qué el hombre obra contra sí mismo. Le falta más ilustración, más conocimiento de los valores, está muy desorientada, muy despistada, le gusta lo cómodo, lo fácil, lo que le de placer. La gente está frágil y estas religiones aparentemente les dan como cierto aliento espiritual, porque los sacuden, les mueven emociones, Ilusionan mucho y les ofrecen resolver sus problemas. Les provocan unas descargas emocionales y a cambio de eso los fieles pagan una cantidad de dinero. En cambio, los que no hacemos tanta mueca no nos pagan y antes les quedamos debiendo. Estamos fallando en no decir las cosas con más claridad, por temor o por evitar fastidiar nos hemos marginado de los problemas y hay que ayudar a la gente porque está sufriendo, no mediante tanta algarabía, sino desde la profundización y la explicación de lo que de verdad es la fe.

¿Se ha convertido la fe en un negocio?

Eso es la verdad, pero si quiere estar más segura pregúntele al fundador de la Iglesia de la Roca, un comunicador muy capaz y elocuente que utilizó esa habilidad para volverse rico. Hoy el dinero es el rey del mundo, la gente paga por la fe. La idea de la religión es servir a la comunidad no servirse. Se está pareciendo cada vez más a la política, la religión.

¿Qué piensa de la relación de la política con la Iglesia?¿Le tocó lidiar mucho con eso?

Sí, eso me ha hecho sufrir a mí. Son dos instituciones autónomas independientes, pero que tienen que estar en armonía para el bien de la persona humana. La política para gobernar la sociedad y la religión para llevar a Dios a la sociedad. Tienen que ayudarse para hacer el bien, pero no mezclarse. La religión no es para promover un candidato, ni tampoco para estar aislada. El laicismo, que rechaza la iglesia, es un abuso del Estado que no puede negarle a Dios lo que le debe a Dios, pues si el Estado niega a Dios, está fallando por ateo, por inmoral. La política cuando se aleja de Dios se corrompe, se vuelve abuso, como es ahora.

http://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/436733-el-santandereano-del-colegio-cardenalicio-del-vaticano

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IRLANDA: ¿Defendiendo lo indefendible? Por qué la Iglesia Católica no quiere hablar de la ordenación de las mujeres

01 Jul 2018 Deja un comentario


 

Domingo 1 de julio de 2018

¿Defendiendo lo indefendible? Por qué la Iglesia Católica no quiere hablar de la ordenación de las mujeres

A pesar de la respuesta de línea dura del Arzobispo Diarmuid Martin a Josepha Madigan esta semana, hay muchas razones para cuestionar el dominio masculino de la Iglesia.

Arzobispo de Dublín Diarmuid Martin2
Arzobispo de Dublín Diarmuid Martin

Sarah Mac Donald

«Si los sacerdotes desaparecen, entonces las Misas desaparecerán y si desaparecen las misas, la Iglesia desaparecerá». Esa fue la advertencia de la Asociación de Sacerdotes Católicos (ACP) en respuesta al furor por la participación de la Ministra Josefa Madigan en un servicio de comunión en ella parroquia local y su llamado subsecuente para que la Iglesia ordene a las mujeres y permita que los sacerdotes se casen.

Los miembros de la ACP conocen la realidad de la escasez de sacerdotes de primera mano. La Asociación, que representa a más de 1,000 sacerdotes irlandeses, la mayoría de los cuales tiene más de 65 años, ha estado destacando durante años que los sacerdotes en Irlanda tienen que trabajar más horas, hacer más trabajo y jubilarse más tarde debido a la disminución de sus números. Con tan pocos sacerdotes menores de 40 años, el futuro se ve sombrío.

La solidez de la respuesta del Arzobispo Diarmuid Martin al Ministro de Cultura, Patrimonio y los comentarios de Gaeltacht sorprendió a muchos.

La ausencia del sacerdote asignado para decir la Misa del sábado por la noche en la parroquia de Santa Teresa en el Monte Merrion creó un dilema para los feligreses y particularmente para aquellos como Madigan que están involucrados en el Ministerio de la Palabra de la parroquia o el Ministerio de la Eucaristía.

En lugar de enviarlos a todos a casa, decidieron realizar un servicio especial de oración y distribuir la Comunión pre-consagrada, como se hace en muchas otras parroquias en Irlanda y en parroquias remotas de misiones en todo el mundo. Cuando se entrevistó sobre el servicio, el Ministro Madigan aprovechó la oportunidad para resaltar la escasez de sacerdotes y pedir a la Iglesia que cambie su enseñanza de que las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes.

Una encuesta tras otra ha demostrado que la gran mayoría de los católicos en Irlanda cree que las mujeres deberían ser ordenadas y que los sacerdotes deberían poder casarse. Así que hubo algo desconcertante que el arzobispo debería describir el llamado de Josepha Madigan como «extraño».

La ministra Madigan dio voz a una pregunta que fastidia a muchos de los fieles: ¿por qué el Vaticano está tan decidido a anular los llamados a sacerdotisas, incluso si eso significa sembrar las semillas de la extinción de la Iglesia? El hecho es que este tema no ha sido transmitido y debatido de la manera que debe ser debido a la restricción impuesta por el difunto Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica de 1994, Ordinatio Sacerdotalis, que prohíbe a los católicos incluso discutir el tema de las mujeres sacerdotes . Ahora, eso es extraño.

En 2010, el Papa Benedicto XVI elevó el ‘crimen’ de ordenar mujeres al ministerio como una de las más serias, poniéndolo a la par con la pedofilia. Aquellos que desafían este edicto son susceptibles de ser excomulgados, aquellos que lo cuestionan, si son sacerdotes o religiosos, pueden ser censurados por el Vaticano y destituidos del ministerio, mientras que los laicos que trabajan para las organizaciones de la iglesia pueden perder sus trabajos. Ese es un elemento de disuasión suficientemente fuerte para garantizar que muy pocos católicos piensen en el tema de la ordenación de mujeres. Además, hay signos de un endurecimiento de las actitudes incluso en el tema de las mujeres diáconos.

El diaconado es un ministerio ordenado. Pero un diácono no puede realizar algunos de los ministerios que un sacerdote puede hacer. Por ejemplo, un diácono no puede consagrar el pan y el vino. Esta semana, el jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), el guardián de la doctrina del Vaticano, dijo a los periodistas que si bien las mujeres diáconas existieron en la Iglesia primitiva, «no eran las mismas» que sus contrapartes masculinos. El cardenal Luis Ladaria dijo que la comisión sobre mujeres diáconos, de la cual es presidente y que fue establecida por el Papa Francisco hace dos años para examinar el asunto, estaba examinando el papel histórico de las mujeres diáconas en la Iglesia primitiva en lugar de si las mujeres podrían una vez más ser ordenados como diáconos en el siglo XXI. Muchos verán esto como un fudge y contradictorio, y tal vez incluso un poco extraño.

Soline Humbert es una de las muchas mujeres católicas que se sienten llamadas al sacerdocio. «Tenía 17 años cuando me sentí llamado a ser sacerdote; 34 cuando le dije a mi obispo; 37 cuando fundé Basic (Brothers And Sisters In Christ) para hacer campaña por las mujeres que se sienten llamadas a la ordenación. (Ni siquiera había altar niñas en ese momento), y 48 cuando conocí al Arzobispo Diarmuid Martin al respecto «.

Sentido de llamar

La católica de 61 años, nacida en Francia, dice que hay «otras mujeres que tienen un sentido de vocación, pero no del presente, modelo clericalista roto con celibato obligatorio».

En su opinión, la reacción instintiva del Arzobispo Martin hacia el Ministro Madigan probablemente se deba al hecho de que «Irlanda y Dublín están en el centro de atención debido a la visita al Encuentro Mundial de las Familias y al Papa Francisco. El Arzobispo Martin no puede permitirse ser visto como no completamente a cargo de una diócesis que funciona correctamente, de ahí su comentario sobre que no faltan sacerdotes. Todas las grietas deben ser enlucidas … »

Según Humbert, aunque los servicios de comunión dirigidos por laicos son comunes en Irlanda y en todo el mundo, ella ha escuchado que «no se les alienta» en algunas diócesis irlandesas. «El arzobispo hubiera preferido si la congregación reunida se hubiera ido a casa». También cree que uno de los principales factores del antagonismo del Dr. Martin fue el papel del Ministro Madigan en la campaña Sí en el reciente referéndum sobre el aborto y también porque su papel en el servicio de la Comunión se tituló como «decir misa».

«Fue demasiado. Creo que las autoridades de la Iglesia están tratando de detener lo imparable y retrasar lo inevitable: la igualdad evangélica dirigida por el Espíritu de mujeres y hombres. Juan Pablo II trató de cerrar forzosamente la discusión en 1994 y Diarmuid Martin y otros se sienten cada vez más presionados para defender lo indefendible de la ordenación de las mujeres, lo que Mary McAleese ha llamado «codología».

La semana pasada, el obispo jubilado de Middlesbrough en Gran Bretaña dijo que había llegado el momento de que la Iglesia reexaminara «las premisas teológicas clave con respecto a la exclusión de las mujeres del sacerdocio».

En una carta al semanario católico internacional, The Tablet, el obispo John Crowley dijo que «ya en 1965, había percibido en un nivel subjetivo puramente instintivo, que si alguien estaba casado o era soltero, hombre o mujer, no debería ser determinante. en admitir a alguien al sacerdocio «.

Sin embargo, se le dejó claro que no debería expresar sus opiniones públicamente. Ahora que está jubilado y no tiene un papel público docente en la Iglesia, se siente capaz de hacerlo. Según el obispo Crowley, «un número cada vez mayor de teólogos» y «varios obispos … querrían que este asunto candente al menos se vuelva a examinar en una discusión tranquila, abierta y pública dentro de la Iglesia» en un debate que «ya está que está ocurriendo manifiestamente en todo el mundo entre muchos laicos y algunos sacerdotes «.

Chris McDonnell, secretario del Movimiento para el Clero Casado, está de acuerdo en que hay muchos que desean tener esta discusión. «Solo decir ‘no puede suceder’ no es lo suficientemente bueno, la posición requiere una mayor justificación que eso», escribió la semana pasada en un artículo para el periódico Catholic Times.

Además, él cree que el argumento frecuentemente citado usado para cuestionar la validez de la ordenación de las mujeres, «que el sacerdocio fue conferido inicialmente a 12 hombres que comparten una comida de la Pascua no se sostiene. Es más que probable que haya otras mujeres presentes, en ninguna parte los Evangelios dicen que el «sacerdocio» es una prerrogativa masculina exclusiva. Solo a través del tiempo y la costumbre se ha logrado eso «. Él cree que la Iglesia «no puede continuar apoyando la igualdad si, dentro de nuestra propia comunidad, la Iglesia Católica Romana, mantenemos el dominio masculino en un aspecto central de nuestra enseñanza».

Para Soline Humbert, hay una ironía y un sentido del Espíritu susurrando todo lo que sucedió en Mount Merrion. «La iglesia parroquial está dedicada a Santa Teresita. Es la santa patrona no oficial de las sacerdotisas debido a su deseo declarado de ser sacerdotisa …»

https://www.independent.ie/irish-news/defending-the-indefensible-why-the-catholic-church-wants-no-talk-of-womens-ordination-37063368.html

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