Trinidad León (1953-2018).Facultad de Teología de Granada, una Iglesia de mujeres


Trinidad León Martín, de Órgiva (Alpujarras de Granada), escritora, teóloga, autora de una propuesta de «iglesias de mujeres», acaba de morir en Granada, dejando una estela de luz en su partida:

‒ Ingresó en la Congregación de Mercedarias de la Caridad, por comunión faterna (sororidad) y por compromiso cristiano de servicio liberador.

‒ Fue “misionera” ocho años en Perú y dos en Argentina, realizando una obra social de encarnación y presencia animadora radical, entre mujeres.

‒ Volvió para “formarse” mejor, y algunos le dijimos que quizá su vocación podía pasar por la teología. Yo tuve la audacia amistosa de decirle que escogiera el tema de fondo más fuerte (la antropología integral de X. Zubiri), ofreciéndole materiales entonces inéditos. Presentó la mejor tesis de ese tema en la Gregoriana y de inmediato le ofrecieron una cátedra (Dios Uno, Mariología) en la Facultad de Teología de Granada

‒ Ha escrito muchas obras de narrativa literaria y social, pero sobre todo un libro de memoria y utopía eclesial titulado «La Comunidad de Magdala» EFETA-Arcibel, Sevilla, 2007, en la que propone una visión muy sugerente y rompedora sobre el origen esencia femenina de la iglesia, con una tesis de fondo que ella me quiso resumir de esta manera:

‒ O el conjunto de la Iglesia acepta y despliega el principio femenino del evangelio, en todos sus planos (espiritual y social, organizativo y ministerial), con sus exigencias, dones y tares… o esta iglesia actual (con su estructura dominante) dejará pronto de existir, por agotamiento interno…

‒ Morirá esta iglesia clerical de jerarquía por vieja y poco evangélica, pero nacerá por obra de mujeres, herederas de María de Magdala, una iglesia más cercana a lo que quiso y puso en marcha Jesús.

Algo así lo ha dicho y dice mucha gente… Pero no es fácil encontrar personas que lo digan y escriban con la autoridad de Trini León, de la Facultad de Teología de Granada, que nurió ayer a la mañana (28-7-17) tras una larga enfermedad, vivida con envidiable y santa entereza. Descansa Trini querida. Mabel se siente cerca de ti y te “reza”, yo estoy conmocionado, pero quiero escribir algo de tu vida y obra.

LA COMUNIDAD DE MAGDALA


Empiezo por el libro más significativo. Trini León lo escribió siendo profesora de Dios en la Universidad de los Jesuitas de Granada, con un seudónimo, que por otra parte resulta transparente. Ella es “Dolores” (por familia), y Lemar por las primeras sílabas de sus apellidos: Le-ón y Mar-tín.

Escribe con pseudónimo, porque no quiso hurgar en la herida de la facultad de teología donde acababan de “juzgar” y “expulsar” a dos de sus colegas (Castillo y Estrada), y porque no quería plantear el tema de frente (a lo duro), desde una Congregación Religiosa de mujeres, vigiladas por la Jerarquía masculina, sino que lo hace manera más sutil, y en el fondo más intensa.

Así buscó un pseudónimo y escribió, como saber hacer ella, autora de algunos de los libros más hermosos publicados en España para adolescentes, una mujer que conoce bien los tema de la mujer y de vida, desde su tierra de las Alpujarras, desde su Congregación mercedaria, desde América Latina, donde ha animado a las mujeres del altiplano en su deseo de libertad, dignidad y autonomía social y religiosa.

Y todo eso lo piensa y escribe como profesora de unas de las facultades de teología más prestigiosas de España y de todo el mundo, bajo la dirección de sus amigos jesuitas, empeñados en una búsqueda fuerte de verdad evangélica… Escribe tras haber estudiado y comentado la más honda antropología filosófico/teológica del mundo hispano, la que inspiró la obra y compromiso de hombres como Ignacio Ellacuría.

La obra se titula, como he dicho, La comunidad de Magdala, y se mueve entre la historia del siglo I d.C., la ficción y la utopía liberadora, relacionada con las mujeres, con su papel de agentes indiscutibles, silenciadas e invisibles, dentro de las culturas y las religiones (y en especial en el entorno de la Iglesia Católica). La obra tiene dos protagonistas:

‒ La primera es María de Magdala, discípula y apóstol de Jesús de Nazaret; ella es como “papa” de una iglesia animada por mujeres que han entendido mejor a Jesús; y a ella le sigue otra mujer, Raquel de Al-Laban, y después un buen grupo de mujeres, y algunos hombres, miembros de una Comunidad muy importante y casi ignorada de cristianos antiguos. Esas mujeres (que forman laComunidad de Magdala), fueron al principio marginadas, luego perseguidas y, finalmente, olvidadas y desconocidas, logrando sobrevivir a pesar de ello hasta el día de hoy, en espacios que parecen marginales (¡pero no lo son!) dentro la Gran Iglesia.

‒ La segunda protagonista es Elvira Valero Acosta, una mujer de nuestro tiempo, andaluza por más señas, que entre el siglo XX y XXI recibe el encargo de tomar el relevo en la dirección de esa Iglesia de Mujeres, que han vivido hasta ahora en ocultamiento (¡el silencio nos hace fuertes!), para redescubrir un elemento fundamental de la palabra y mensaje de Jesús que había permanecido latente, para introducirlo de nuevo en la Gran Iglesia, que sólo así alcanzará su verdad.

Se trata, pues, de retomar el impulso de la comunidad de Magdala (=Magdalia) en las nuevas condiciones de la historia de la Iglesia, animada en esa línea, hoy (año 2018), por el Papa Francisco, algo que casi no podía ni soñarse el año 2007, cuando D. Lemar escribió su propuesta (=su apuesta de Iglesia).

a. D. Lemar (=Trini León) ha presentado un programa de actualización de la Iglesia, desde María Magdalena. No se trata de crear una nueva jerarquía (de ordenar a las mujeres sacerdotes al estilo actual, compitiendo en ese plano con los varones ordenados), sino de cambiar desde María de Magdala (con el Discípulo amado) el tipo de estructura y misión de la Iglesia actual.

b. D. Lemar (=Trini León) ha querido abrir su «programa» a otras muchas mujeres y varones que se sienten implicados en la tarea de renovación de la Iglesia, no sólo para mujeres, sino para todos, varones y mujeres, aunque apoyándose ahora, en este momento, por situación económica y social, de un modo más intenso en las mujeres.

Un libro del que me siento de algún modo responsable

No sólo yo, seguro que hay otros… pero yo de un modo especial, porque le di algunas ideas con mis libros anteriores, y porque tuvimos ocasión de conversar sobre algunas ideas de fondo, aunque ella, como brillante narradora, supo tejerlas después de un modo sorprendente.

Ella estaba contenta con la forma en que había salido su libro, pero quería también relanzarlo, en plano literario y “teológico” (de organización de Iglesia). Confiaba en que Mabel, mi mujer, correctora de estilo, le ayudara a precisar algunos rasgos narrativos de la obra… Quería también (y así me dijo varias veces) que algunos teólogos como yo (con oficio algo más largo, pero menos creador que el suyo) pudiéramos valorar y quizá presentar en otro plano las ideas de fondo del libro, respondiendo a preguntas como las que siguen (para aclararlas y precisarlas, me decía…):

a. ¿Existe en la iglesia una tradición propia de mujeres, que ha sido marginada, manipulada y en el fondo ocultada por las iglesias oficiales? ¿Cómo se puede lograr que esa tradición de mujer salga a luz de un modo creador, sin acritud, pero con decisión?

b. ¿Quiénes pueden y deben actualizar y recrear esa tradición de mujeres…? ¿Qué significa eso en un plano orante y caritativo/social, en un plano de transformación/negación de la jerarquía actual?

Yo le solía decir que no sé si existe hay una tradición “propia” y exclusiva de mujeres, que la tradición y tarea de fondo es la misma para hombres y mujeres… pero no lo sé, ni sé si estoy convencido de ello, aunque el tema me viene ocupando desde hace al menos veinte años.

Me he sentido muy unido a Trini, y sé que ella me ha estimado también…, pero en los últimos años de su dura enfermedad nos habíamos comunicado menos, aunque Mabel y yo hemos ido a verla algunas veces a Granada (muchas menos que las que ellas merecía), nos hemos llamado alguna vez, pero menos también de lo que hubiera sido conveniente.

Pero ahora que acaba de morir he prometido a nuestro Dios, al de Trini, al de Mabel, al mío… que seguiré pensando en lo que ella me había pedido: ¡reformular desde mi perspectiva las ideas de fondo de su libro! Esa es ciertamente una tarea de mujeres, del grupo de Mujeres y Teología al que ella ha pertenecido … Pero estoy convencido de que no es sólo cosas de mujeres, sino de cristianos, de todos los cristianos.


OTRAS OBRAS DE TRINI LEÓN

‒Donde quiero estar. El amor que libera (Ediciones Claretianas, Madrid 2012, 294 págs).

Es un libro ejemplarmente escrito, la narración de la vida una mujer que va descubriendo el camino de la vida religiosa (en las mercedarias de la caridad), y penetrando en ella, de un modo vital, descubriendo y asumiendo las diversas tareas de la Congregación, al servicio de la pobres y excluidos, en varios lugares del mundo, en España, América y África.

a) En línea de narración. Trinidad León va presentando la vida de una muchacha que se decide a ser mercedarias, pasando por las varias etapas de formación e inserción en el carisma y en la vida de la Congregación, en diversas comunidades, con servicios varios, en clave de caridad redentora.

b) En línea de reflexión encuentro En la segunda parte de cada capítulo, el libro va evocando los temas básicos de reflexión que definen el sentido de la vida religiosa (mercedaria) para unas mujeres que creen en Dios, viven en comunidad porque se aman, y despliegan su amor al servicio de los pobres.

Entre sus obras de creación, en varias editoriales como PPC-SM y BRUÑO:

— Un amigo por un par de tomates (Madrid 2006);
— Esta noche me escapo de casa: la aventura de Clara de Asís (Jerez y Pamplona 2001);
— La estirpe del Cóndor Blanco (Madrid 1997).

Entre sus producciones más teológica:

Escribe en revistas como –teología y mundo actual-; Ephemerides Mariologiac; Caminos de Liberación; Vida religiosa; Antena Misionera

Ha colaborado en varios diccionarios como: “Nuevo Diccionario de Pastoral” y “Nuevo Diccionario de Teología”
Además:
Orar desde Las Relaciones Humanas (ed. de I. Gómez Acebo, Bilbao 2002);
Muerte y teología en perspectiva de mujeres (ed. de M. Navarro, Madrid 2005);
Dios, presencia ineludible: Proyeccion 196 (2000) 3-18;
Silencios «incómodos» y lugares «inadecuados» para María: Ephemerides Mariologicae 57 (2007) 219-238.

Pensar y nombrar Dios en perspectiva feminista: Proyección 236 (2010) 25-40; cf. Selecciones de teología, 196 (2010) 243-254

«Experiencias de Dios» en la vida cotidiana, Proyección,217, 2005, 159-173 y Selecciones de teología, 181, 2007, 3-11

El primado evangélico: una reflexión acerca de la memoria olvidada,
Proyección 219, 2005, . 371-387

María, arquetipo de lo femenino en la iglesia, Proyección: 210, 2003, 275-288; Selecciones de teología, 170, 2004, págs. 150-160

La «inclusión» antropológica de los dogmas marianos: una mirada dentro de nuestro entorno teológico, Proyección 2002, 311-322

Dios, presencia ineludible, Proyección 196, 2000,-18 y en Selecciones de teología, I 2001,. 21-32

Sobre sus últimas colaboraciones:

Presentación del libro «Donde quiero estar» por J. Larraga, Hermana General de las Mercedarias de la Caridad

Cf. también:

Trinidad León Martín: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=136345
www. Asociación de teólogas.org/blog (primera semblanza tras su muerte, día 28. 7. 18)

 

http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2018/07/29/trinidad-leon-1953-2018-una-iglesia-de-mujeres-religion-iglesia-teologia-pikaza.shtml

El Papa Francisco acepta la renuncia de Theodore McCarrick del Colegio de Cardenales


El cardenal Theodore E. McCarrick, arzobispo retirado de Washington, es visto durante la misa de apertura de la Vigilia Nacional de Oración por la Vida en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington el 18 de enero. El cardenal dijo el 20 de junio que ya no lo haría. Ejercer el ministerio público después de que una acusación de abuso por parte de él contra un adolescente fue creíble. (Foto CNS / Gregory A. Shemitz)

El Papa Francisco ha aceptado la renuncia del Cardenal Theodore McCarrick del Colegio de Cardenales. El Papa «ordenó su suspensión del ejercicio de cualquier ministerio público, junto con la obligación de permanecer en una casa que aún no se le indicó, para una vida de oración y penitencia hasta que las acusaciones formuladas contra él sean examinadas en un canónico regular juicio «, anunciaron el Vaticano y la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos hoy.

La declaración del Vaticano dijo que «ayer por la tarde el Santo Padre recibió la carta en la que el Cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de Washington, presentó su renuncia como miembro del Colegio de Cardenales».

McCarrick, de 88 años, renunció a su título debido a que las investigaciones de la iglesia sobre su supuesto abuso de menores y adultos estaban en marcha, y las conmociones continuaron sintiéndose en todo el mundo católico a medida que aparecían nuevas revelaciones.

Hace poco más de un mes, el 20 de junio, fue retirado del ministerio público por el Papa Francisco luego de que una junta de revisión de la Arquidiócesis de Nueva York determinara que se alegaba que había abusado sexualmente de un monaguillo de 16 años en San Patricio. La catedral a principios de la década de 1970, mientras servía como sacerdote en Nueva York, «era creíble y justificada». El cardenal protestó por su inocencia, alegando que «no tenía ningún recuerdo de este abuso denunciado», pero dijo que «en obediencia acepto la decisión de la Santa Sede, que ya no ejerzo ningún ministerio público «.

Ese mismo día, el 20 de junio, el Cardenal Joseph Tobin de Newark reveló que había habido acusaciones contra McCarrick mientras él servía en Nueva Jersey por mala conducta sexual con tres adultos. Dos de ellos dieron como resultado acuerdos financieros confidenciales con las víctimas. Nuevas denuncias de abuso han surgido desde entonces , incluido uno a principios de este mes de un hombre de Nueva Jersey , cuyo padre fue el mejor amigo del cardenal desde la escuela secundaria, quien acusó a McCarrick de haber abusado de él durante años desde la edad de 13 años.

Fuentes en Roma le dijeron a América que el Vaticano estaba siguiendo el caso con atención, y el Papa Francisco había estado esperando la conclusión de las investigaciones de la iglesia antes de tomar una acción decisiva. Si la investigación lo hubiera encontrado culpable, como se esperaba, el Papa habría tratado con él como lo hizo con el cardenal escocés Keith O’Brien , en marzo de 2015 (después de que se descubriera que había participado en una conducta sexual inapropiada). con seminaristas y sacerdotes jóvenes), o incluso lo sacaron del Colegio de Cardenales.

La aceptación del Papa de la decisión de McCarrick significa que entra en vigencia inmediatamente. Él ya no es un cardenal. No parece haber ningún precedente, y ciertamente ninguno en los tiempos modernos, para la renuncia de su título por un cardenal debido a su participación en abusos sexuales. «Fue una decisión sabia, una buena decisión, una decisión necesaria», le dijo a América un funcionario del Vaticano que no quiso ser identificado .

En el siglo XX, un cardenal renunció a su título: el teólogo jesuita francés Cardenal Billot, que fue nombrado cardenal por Pío X pero que disgustó mucho a Pío XI con su apoyo a Action Francaise, un movimiento católico francés reaccionario. Renunció al Colegio de Cardenales en 1927. En el caso de Billot, parece que su renuncia se hizo por sugerencia de Roma, y ​​el Papa la aceptó.

El Papa Pablo VI nombró entonces al entonces obispo auxiliar McCarrick de Nueva York en 1977. El Papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Metuchen, Nueva Jersey en 1981, arzobispo de Newark en 1986 y arzobispo de Washington DC en 2001 y lo creó cardenal. ese mismo año. Participó en el cónclave que eligió al cardenal Joseph Ratzinger como el Papa Benedicto XVI. Poco después de que McCarrick alcanzara la edad obligatoria de jubilación para obispos de 75, Benedicto XVI aceptó su renuncia en mayo de 2006.

https://www.americamagazine.org/faith/2018/07/28/pope-francis-accepts-theodore-mccarricks-resignation-college-cardinals?utm_source=Newsletters&utm_camp