Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
¿Qué hacemos con la Biblia? Domingo, 6 de enero de 2019 Epifanía
Por toda su inspiración, por todas las vidas que ha cambiado, la Biblia es innegablemente problemática. Poner en las manos de personas egocéntricas, sin amor o con hambre de poder o que nunca han aprendido a leer literatura inspirada en lo espiritual, casi siempre es un desastre. La historia ha demostrado esto, siglo tras siglo, por lo que no es una conclusión injustificada, irrespetuosa o sesgada. La quema de herejes, las cruzadas, la esclavitud, el apartheid, la homofobia y el genocidio y la opresión de los pueblos nativos se justificaron mediante el uso selectivo de citas de las Escrituras.
Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer con la Biblia? La meditación de hoy será un poco más larga de lo habitual para comenzar a abordar esta pregunta. Y pasaremos el resto de la semana desempacando lo que Jesús hizo con las Escrituras Hebreas, la única Biblia que él conoció.
Mi enfoque general es cambiar al vidente y no cambiar el texto. Sólo a las personas transformadas se les pueden confiar escritos inspirados. Pueden operar en una relación simbiótica («vida compartida») con las palabras y es poco probable que usen la Biblia para excluir y avergonzar a los demás o como una justificación de su mal comportamiento.
La meta del cristiano es ser transformada por la renovación de nuestra mente en la mente de Cristo (ver Romanos 12: 2; 1 Corintios 2:16; y Filipenses 2: 5). Por eso trato de leer la Biblia como lo hizo Jesús, siguiendo la hermenéutica de Jesús (un método para interpretar textos sagrados). Al igual que estamos tratando de hacer con las Meditaciones Diarias de este año, Jesús fue un maestro en sortear la paja del grano (ver Mateo 3:12 y Lucas 3:17) y «sacar del almacén nuevos tesoros y viejos» (Mateo 13:52).
La Biblia es una antología de muchos libros. Es un registro de la experiencia de la auto-revelación de Dios. Es un relato de nuestra experiencia muy humana de la intrusión divina en la historia. El libro no cayó del cielo en un paquete bonito. Fue escrito por personas que tratan de escuchar a Dios. Creo que el Espíritu estaba guiando el proceso de escuchar y escribir. También debemos saber que los humanos siempre ven «a través de un cristal oscuro». . . y todo conocimiento es imperfecto ”(1 Corintios 13:12). La oración y la paciencia que rodean estas palabras humanas nos mantendrán humildes y buscarán la verdadera Palabra viviente, la persona de Jesús, que es la mejor forma en que el Espíritu enseña (1 Corintios 2: 10,13), a través de ejemplares vivos. Esto es seguramente lo que significa saber «contemplativamente».
Cuando la historia finalmente llega al Jesús resucitado, no hay nada que temer en Dios. El mismo aliento de Jesús se identifica con el perdón y el divino Shalom (véase Juan 20: 20-23). Si el Jesús resucitado es la revelación plena y confiable de la naturaleza de Dios, entonces vivimos en un universo seguro y lleno de amor. No es que Dios haya cambiado, o que el Dios hebreo es un Dios diferente al Dios de Jesús; es que estamos creciendo a medida que avanzamos a través del texto y profundizamos nuestra experiencia. Permanezca con la Biblia y con su vida interior con Dios y su capacidad para Dios aumentará.
Así como la Biblia nos lleva a través de muchas etapas de la conciencia y la historia, nos lleva mucho tiempo, individualmente, a superar nuestra necesidad de ser dualistas, críticos, acusatorios, temerosos, culpables, egocéntricos y ganadores, y de ver lo que Jesús ve. La Biblia en sí misma es un «texto en apuros», según la excelente percepción de René Girard. [1] Refleja y traza nuestro propio sufrimiento humano. Ofrece respuestas maduras e inmaduras a casi todo. Con el tiempo, casi naturalmente reconocerá la diferencia entre el texto que avanza hacia la misericordia, la humildad y la inclusividad de Jesús y cuando el texto retrocede a la arrogancia, la exclusión y el legalismo.
Durante el siglo y medio de existencia de la Iglesia Adventista se han hecho múltiples intentos para entender la causa de las visiones de la señora Elena G. de White, mujer de gran importancia en la formación de este movimiento.
El médico adventista en retiro, Molleurus Couperus, es el doctor que de forma más detallada ha analizado el caso de la señora White, y como resultado publicó un artículo titulado “Importancia de la Herida en la Cabeza de Elena G. de White (1985)”. Tal escrito, es una obra exhaustiva y detallada, por lo que resultó algo extensa y bien referenciada (prueba de su profundidad y seriedad) que constituye un intento científicamente honesto para explicar como fue posible que esta religiosa pudiese de buena fe creer que las visiones que tenía eran fruto de la comunicación directa de Dios con ella.
Personalmente creo que Elena G. de White era una persona sincera, y que en ningún momento intentó engañar a sus correligionarios (difícilmente podría afirmar lo mismo de otros profetas, como sería el caso de José Smith, fundador del mormonismo), pues ella desconocía la naturaleza de su enfermedad, y en caso de habérsele sugerido una explicación racionalista sería poco probable que la aceptara, dado su fuerte adoctrinamiento cristiano desde la infancia. Primero en la Iglesia metodista y luego en el movimiento millerista.
A la luz de la neurobiología actual se puede afirmar con un alto grado de probabilidad que las visiones de la señora Elena G. de White son resultado de una actividad eléctrica anormal en su cerebro. Para la época del nacimiento del adventismo, el siglo XIX, la neurobiología no tenía el cúmulo de descubrimientos del presente, pero ahora las cosas han cambiado, los datos son reveladores y aplastantes… a pesar que la inmensa parte de los adventistas lo ignoren y otros lo deseen ocultar.
Como bien lo afirma el científico colombiano Rodolfo Llinás “el cerebro vivo, o sus tormentas eléctricas, son descripciones que representan aspectos distintos de una misma cosa: El estado funcional de las neuronas… Propongo que el estado mental, represente o no (como en los sueños o en lo imaginario) la realidad externa, ha evolucionado como un instrumento que implementa las interacciones predictivas y/o intencionales entre un organismo vivo y su medio ambiente.”[1] En la década de los 1950’s el científico Wilder Penfield “estimuló eléctricamente la corteza del lóbulo temporal (compleja estructura que sirve de base a numerosas funciones, que incluyen el proceso auditivo, el lenguaje y el reconocimiento facial), los pacientes informaban sentir eventos visuales o auditivos tales como “oír una sinfonía” o “ver a mi hermano” y cosas por el estilo”.[2]
Precisamente la corteza cerebral del lóbulo temporal fue la región lesionada en la señora White. Esto se debió a un accidente que tuvo a la edad de nueve años cuando una compañera de escuela la agredió hiriéndola con una piedra lanzada a su cara, lo que le produjo inmediatamente tres semanas de inconciencia, y que después generó la epilepsia de lóbulo temporal responsable de las subsiguientes visiones que tendría la fundadora religiosa.
Si bien es cierto que la gran mayoría de los adventistas creen que el origen de tales visiones no se puede buscar en la neurología, hay un pequeño grupo de adventistas que opinan lo contrario. Los racionalistas por su parte, estamos convencidos que las visiones de la líder adventista se deben a una situación poco peculiar que ocurría en su corteza cerebral, pero no tan infrecuente como para ser un caso único. Teniendo en cuenta una gran cantidad de casos médicos documentados y analizados, consideramos altamente probable que Elena G. de White tenía sus visiones como producto de ataques complejos parciales enmarcados en la epilepsia de lóbulo temporal.
En este punto es necesario comentar que epilepsia nos es sinónimo de convulsión, porque existen tipos de epilepsia que no cursan con convulsiones. Esta aclaración se hace ya que muchos adventistas argumentan que la señora Elena G. de White no presentaba convulsiones, sino que quedaba quieta, con la mirada fija y con la respiración lenta, y en algunos casos podía adquirir una gran fuerza, como cuando sostuvo una Biblia de gran peso durante un tiempo prolongado.
A pesar de varias estudios sobre el caso de Elena G. de White que tuvieron en cuenta la zona de la lesión, la sintomatología postraumática y la sintomatología conductual, los oficiales del legado White (la institución que guarda, traduce y emite la obras y recopilaciones de la señora White) se han negado a aceptar cualquier explicación naturalística sobre las visiones de su líder religiosa. Quizás porque esto le resta peso a sus escritos cuando afirma “El señor me mostró”, “se me ha mostrado”, o cuando relata que ciertas de las palabras por ella luego escritas fueros dadas por un ángel, su guía, o incluso el mismo Jesús. De hecho el legado White ha formado un comité de médicos en la institución hospitalaria insignia de la Iglesia Adventista, El Hospital de Loma Linda, en California, denominado “Comité de Salud Elena G. de White” para declarar que es imposible que cualquier tipo de epilepsia de lóbulo temporal fuese responsable de sus visiones.
Esto último me parece desafortunado, ya que en la ciencia no se pueden sacar primero las conclusiones y luego hacer encajar los datos a la fuerza o limitar el campo de la investigación científica (Algo similar ocurre con los afiliados al “Instituto para la investigación de la creación (ICR)”, o el también adventista, “Instituto de investigaciones de Geociencias (GRISDA)”
Volviendo al trabajo del médico Molleurus Couperus, debo comentar que este fue presentado a tres insignes neurólogos no adventistas para que lo evaluaran, dado que entre los neurólogos existen desacuerdos sobre los rasgos de conducta y personalidad que permiten diagnosticar la epilepsia de lóbulo temporal. Dos de ellos lo avalaron, uno de los cuales, por razones prácticas no quiso mencionar su nombre, el otro médico ha hecho una investigación muy amplia sobre el tema y aparece citado en el documento de Couperus. El médico que descartó la hipótesis fue el Dr. Thomas Babb, profesor residente de neurología en la UCLA.
El lector notará la seriedad de la hipótesis planteada por el doctor Couperus por las referencias de la literatura médica consultada, tales como Handbook of Clinical Neurology, Natural History of Posttraumatic Epilepsy, The Traumatic Amnesias, Bulletin of the Los Angeles Neurological Society, Pathology of the Central Nervous System, A Textbook of Epilepsy, Annals of Neurology, Advances in Neurology, entre otras. Además se presenta una abundante referencia de textos de la señora White para corroborar su diagnóstico, especialmente en lo concerniente a sus síntomas post-accidente y sus rasgos conductuales y de personalidad.
“ Yo soy la iglesia, y esta es mi confesión. Mi última confesión fue hace 500 años. He oprimido a las mujeres y las he mantenido fuera de las posiciones de liderazgo. He oprimido a gays y lesbianas. He juzgado inútilmente a las personas por tener impulsos y relaciones sexuales normales, tratar el sexo como una enfermedad en lugar de levantarlo como un precioso regalo de Dios. No he podido ver la ironía absurda de ser la iglesia de Jesús, un servidor humilde, mientras afirmo con orgullo que mi religión es la única fe verdadera. He torcido la Biblia para afirmar que respalda la esclavitud, las guerras, la codicia y la crueldad. Me he resistido al progreso social y científico al afirmar que interpretar la Biblia literalmente, cuando nunca se pretendió que se leyera de esa manera. Lo siento por estos pecados y por todos los pecados de mi vida pasada. Me comprometo a desviarme de los errores de mis caminos. Seguiré el camino de amor incondicional de Jesús. Practicaré con alegría y creatividad mi tradición cristiana sin afirmar que es el único camino a Dios. Alabaré y adoraré a Dios como Amor, en lugar de como un «hombre en el cielo» caprichoso y sobrenatural. Yo afirmo la sexualidad de las personas LGBTQ, y celebraré sus matrimonios. Honraré a las mujeres como iguales a los hombres en la iglesia y en la sociedad. Trabajaré con personas de otras religiones, o de ninguna fe, para proteger el planeta, promover la paz y la justicia social y crear un cielo de bondad en la tierra. Más sobre mi compromiso de cambiar en Yo afirmo la sexualidad de las personas LGBTQ, y celebraré sus matrimonios. Honraré a las mujeres como iguales a los hombres en la iglesia y en la sociedad. Trabajaré con personas de otras religiones, o de ninguna fe, para proteger el planeta, promover la paz y la justicia social y crear un cielo de bondad en la tierra. Más sobre mi compromiso de cambiar en Yo afirmo la sexualidad de las personas LGBTQ, y celebraré sus matrimonios. Honraré a las mujeres como iguales a los hombres en la iglesia y en la sociedad. Trabajaré con personas de otras religiones, o de ninguna fe, para proteger el planeta, promover la paz y la justicia social y crear un cielo de bondad en la tierra. Más sobre mi compromiso de cambiar enProgresistaChristianity.org . Amén. ”¡
Haz tu propia confesión de iglesia! Consigue un modelo de una iglesia. Y obtén unEZSound Box con un botón de reproducción de extensión de 10 pulgadas . Grabe las palabras de arriba en él. Coloque la caja de sonido dentro o cerca del modelo de la iglesia, con el botón al frente. Úsalo en los eventos, la hora del café o haz tu propio video como una forma lúdica de difundir el mensaje de nuestro movimiento cristiano progresista.
En el primer encuentro de fieles de la Iglesia Católica chilena, se llegó a la intención de gestionar la modificación futura de la estructura de poder y formar una institución más horizontal e inclusiva.
“Iluminados por el Espíritu Santo, hemos discernido comunitariamente, que las principales causas de esta crisis de la Iglesia Católica son: el clericalismo, el abuso de poder, la indolencia y la falta de conciencia crítica del laicado”. Este es el diagnóstico que realizó la primera asamblea de laicos a la que asistieron más de 350 fieles de todo el territorio nacional, en el Santuario del Padre Alberto Hurtado, para dialogar sobre el estado de la Iglesia Católica en Chile.
“En el encuentro, se establecieron líneas de trabajo que buscan promover la reformulación de la estructura de poder dentro de la Iglesia y la participación de los laicos en la toma de decisiones; fomentar la participación femenina y erradicar el abuso de poder, buscando acciones de establecimiento de justicia y reparación.
En esa línea, el Sínodo Laical declaró que sueñan con una “iglesia horizontal, diversa, participativa e inclusiva, con real protagonismo del laicado en especial de las mujeres y los jóvenes”. A la asamblea asistieron laicos activos dentro de la iglesia, junto con sacerdotes y religiosas, además de organizaciones como la Red Mujeres e Iglesia, el movimiento Laicos de Osorno y la Red de Víctimas de Abusos.
Laicos de Osorno por caso Barros: “Lo ocurrido movió a los católicos”6 ENE 2019
Obispo Jorge Concha, administrador apostólico de Osorno: “Es poco el contacto que he tenido con Juan Barros, un par de llamadas telefónicas”6 ENE 2019
Una de las demandas percibidas durante la jornada fue la necesidad de formación, “pues esta asegura contar con personas adultas en la fe que aporten a una iglesia distinta, lejos del abuso y del poder”, señalaron desde el Sínodo Laical. Junto con esto, buscan iniciar procesos de diálogo y participación, “que favorezca un análisis del estado actual de la Iglesia católica en Chile y promueva el sueño de una iglesia de comunidades, que están al servicio de la construcción del Reino de Dios”, declararon.
SU FIESTA HA SIDO CONVERTIDA EN OCASIÓN PARA LA IMPIADOSA JUSTIFICACIÓN DE DERROCHES DE COMPRAS»
«Los grandes liturgos de todos los ciclos del Año Sagrado no son otros que los intereses de las firmas y empresas»Antonio Aradillas, 06 de enero de 2019 a las 07:55
Los «Magos» contemplarán con tristeza cómo el gran regalo de la propia donación de Dios en Cristo Jesús, a la humanidad, sin fronteras ni color de la piel, es traducido precisamente en los «Grandes Almacenes» y en conformidad con la cuenta bancaria
(Antonio Aradillas).-¡Pobres Reyes Magos! Es lo menos que de ellos se puede decir y lamentar en vísperas de la festividad litúrgica de la Epifanía del Señor, vulgarmente conocida y anhelada por los católicos, chicos y grandes, a la que ellos mismos -los Reyes- les prestan sus nombres. Y, de entre las reflexiones como a propósito de fiesta de tanta importancia y relieve en el ciclo de la Navidad del Señor se pueden hacer, me limito aquí y ahora, a apuntar algunas:
De los referidos Reyes Magos hay que destacar que son «pobres- pobres» de verdad, dado que de sus «vidas y milagros» apenas si se sabe algo cierto y fiable. No tienen vida. Carecen de historia. Aún más, la mentira es su patrimonio. En el texto evangélico en el que se citan, sus referencias son tan parcas y tan proclives a interpretaciones, que conducen a pensar a los técnicos en la materia bíblica que «ni fueron tres, ni reyes, ni magos».
La mentira -«expresión o manifestación de algo distinto de lo que se sabe o se piensa»- acompañó a estos misteriosos personajes desde la aparición de la estrella, en el periodo de su pérdida, en el encuentro con ella y en su vuelta a sus «reales alcázares» orientales, aunque no presintieran que algún día los avispados y celosos Tribunales de la Santa Inquisición española decretarían la muerte en la hoguera del humanista español «El Brocense» por adoctrinar públicamente que «de los Tres Reyes Magos, nada de nada, y además, en limpia conformidad con los santos evangelios».
Fueron, y siguen siendo, pobres, porque, además de su paso fugaz ante el portal de Belén y su pesebre, ni siquiera se conocen sus nombres «de pila». Lo de Melchor,(«rey de la luz»), Gaspar – («administrador del tesoro») y Baltasar («Bel guarde al rey») fueron y son apellidos y motes prestados por el evangelista Mateo. Tal condición de pobreza es la característica –«mentira piadosa»– de la tradición de que sus cuerpos reposan en la catedral alemana de Colonia, lo que hizo posible tan regia y colosal construcción, para muchos, única en el mundo.
La pobreza propia de los «Magos» perdura en el hecho de que el gesto simbólico de su presencia y adoración al Niño Jesús nacido en Belén, salvador del mundo entero, y no solo del pueblo elegido de Israel, y que la liturgia religiosa conoce y reconoce como «Epifanía», pasó y pasa de largo en la teología y en la pastoral de la Iglesia.
Tal pobreza alcanzó y alcanza cotas tan altas y profanas, que su fiesta ha sido convertida solo o fundamentalmente en propicia ocasión para la impiadosa justificación de derroches de comprasmayoritariamente vanidosas y ociosas. Al dictado de los eslóganes de los «Grandes Almacenes» ha sido y se sigue imponiendo la liturgia comercial, despojando a la de la Iglesia, de su verdadero sentido y contenido. Los grandes liturgos de todos los ciclos del Año Sagrado no son otros que los intereses de las firmas y empresas, nacionales o multinacionales, del ramo.
Son ya muchos los teólogos, pastoralistas y sociólogos sensatos, convencidos de que, si los «Magos» hubieran previsto cual habría de ser el nefasto destino del gesto de su adoración, con la donación del «oro, del incienso y de la mirra» en el portal de Belén, le hubieran ahorrado a Herodes -«que desciende de héroes»- los sobresaltos que experimentara, al imaginar que le hubiera podido nacer en su propia demarcación territorial un competidor conocido ya por los misteriosos personajes llegados de Oriente…
De los «Magos» hay que asegurar con piedad, dignidad y acreditada veracidad, su condición de «mentirosos» al haberles adscrito religiosamente, por ejemplo, que los niños ricos, por ricos, son merecedores de los caprichos más inimaginables, mientras que los otros niños, por pobres, apenas si merecen disfrutar de los restos, o sobras de los juguetes que no quieren ya los primeros. A los «Magos» se les supone radicalmente indoctos en pedagogía y en cualquier otra asignatura relacionada con la educación y las buenas costumbres. Toda persona, medianamente culta -familiares y amigos- llegará con facilidad a la conclusión de que el planteamiento del rol, papel o función que se les encomienda a estos misteriosos personajes llegados de Oriente, resultan ser anti educativos.
Los «Magos» contemplarán con tristeza cómo el gran regalo de la propia donación de Dios en Cristo Jesús, a la humanidad, sin fronteras ni color de la piel, es traducido, interpretado y vertebrado precisamente en los «Grandes Almacenes» y en conformidad con el crédito o la cuenta bancaria.
No obstante, aún en el sepulcro de la grandiosa catedral alemana, disfrutarán de cómo, sin tener constancia de que ellos fueran bautizados y, por tanto, no cristianos, siempre les acompañó, y les acompañará, el reconocimiento de «santos», con el color rojo en el casillero de las festividades más solemnes del Año Litúrgico. En el mismo sepulcro comentarán la disonancia y disociación existente entre el niño «bueno» y el niño «malo» según la pedagogía doméstica y aún oficial, y la contenida y expuesta en los evangelios, extrañados – escandalizados- de que la labor que a ellos les ha sido adscrita en relación con el regalo-premio, no es ni la verdadera ni la cristiana, sino al revés.
Sin embargo, el mayor dolor y sensación de fracaso de los «Tres Reyes Magos» consiste en que, descubiertos con el paso de la niñez al de la adolescencia la gran mentira de su inexistencia familiar y social -(«Los Reyes son los padres»)-, a chicos y a grandes les dé la impresión de que toda, o casi toda, la religión es, o pueda ser, un invento o una patraña.
“Donde no hay justicia, misericordia ni benevolencia, no hay civilización” dijo una vez nuestro gran pensador Manuel González Prada.
Por Eduardo González ViañaPUBLICADO: HACE 21 HORAS
Santo Padre:
Soy un escritor peruano. Le escribo esta carta en relación con la renuncia de Monseñor Juan Luis Cipriani al arzobispado de Lima. Quiero expresarle el tipo de pastor que la mayoría de los peruanos quisiéramos tener.
EN EL PERÚ, HAY DOS CRISIS GRAVES
Una, la corrupción que involucra a todos los presidentes de este siglo y a centenares de funcionarios públicos. Ella ha degradado nuestros proyectos de felicidad colectiva, expresado en partidos políticos, y los ha convertido en apéndices subsidiados de las transnacionales del capital.
LA OTRA CRISIS ES LA PERVERSIDAD
Terminado hace más de 20 años el conflicto armado interno, los condenados por terrorismo han sufrido prisiones casi equivalentes a las de enterrados vivos, y los que lograron salir al cumplir el tiempo de sus largas condenas, se pasarán la vida pagando reparaciones civiles al Estado. ¿De dónde obtendrán dinero para ello?… Contra todo principio del derecho que prohíbe penas retroactivas, el Congreso actual ha creado una ley de muerte civil que impide a los más de ellos trabajar en sus profesiones. Justicia sin misericordia es crueldad: decía Tomás de Aquino.
NECESITAMOS UN PASTOR DIFERENTE
Durante la dictadura de Fujimori y en medio de una guerra que dejó 70 mil muertos, Monseñor Cipriani, en vez de actuar como pastor de la reconciliación y de la paz, hizo de sacristán y apologista del tirano, y trabajó por la reelección indefinida del mismo.
Un letrero en la puerta de su obispado en Ayacucho advertía: “Aquí no se atienden reclamos de derechos humanos” para espantar a las hijas, mujeres o madres de quienes estaban siendo “investigados” en el cuartel. Las informaciones actuales muestran que esa dependencia militar se convirtió en centro de tortura e inmenso cementerio.
MOSEÑOR CIPRIANI NO ES EL PASTOR QUE NECESITAMOS
El desprestigio que acarrea su alianza con los corruptos ha disminuido la presencia de la iglesia católica en las regiones y poblaciones pobres del país. Ese espacio está siendo ocupado por las iglesias evangélicas.
Ahora es evidente la alianza de Monseñor con los más intolerantes líderes protestantes en sus campañas contra de la igualdad de la mujer y diversos aspectos de la educación peruana. Esos poderosos sectores tienen una definida agenda política de toma del poder que ya ha obtenido frutos en otros países latinoamericanos.
El último día del 2018, las dos crisis tuvieron expresión en el Perú. La de la corrupción explotó cuando el ominoso Fiscal de la Nación destituyó a dos heroicos fiscales que están investigando el caso Odebrecht.
NECROFILIA EN LIMA
La otra se dio en un modesto cementerio de Lima. Allí estaban enterrados varios de los presos acribillados en 1986 por el gobierno. Sus familiares habían levantado una pequeña construcción de adobe. Los que allí reposaban tuvieron una segunda muerte el último día del 2018 cuando, en mérito de una LEY DEL CONGRESO, se les desenterró y se dinamitó sus nichos.
Se ha dicho que los muertos eran “terroristas”, pero eso es irrelevante. Los muertos son sencillamente muertos y merecen respeto.
La necrofilia y la barbarie son prácticas que el Deuteronomio (18- 10,11) prohibiera así como otras leyes bíblicas que son válidas incluso para quienes olvidan el viejo mandato de amarnos y perdonarnos los unos a los otros.
“Donde no hay justicia, misericordia ni benevolencia, no hay civilización” dijo una vez nuestro gran pensador Manuel González Prada.
NECESITAMOS UN PASTOR QUE NO EXPULSE LA COMPASIÓN DE SU CORAZÓN. DIOS NO LO HARÍA.
Santo Padre: soy católico y socialista, y creo que la propuesta socialista es necesariamente teológica. He ganado algunos premios nacionales e internacionales de literatura, pero el mayor sería saber que he sido escuchado por usted.
Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna Correo de Salem que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente
El activista asegura que su agresora es defensora de la Iglesia católica
Saltillo, Coah.- Dos balas es la respuesta que Ignacio Martínez Pacheco recibió por dar a conocer los nombres de una red de curas pederastas en Coahuila, escribir un libro con el testimonio de los abusos del padre Meño y presentar una iniciativa al Congreso para tipificar la pederastia y el encubrimiento.
Ayer el exseminarista acudió a León, Guanajuato, para continuar asesorando a otras víctimas de pederastia. Entre la una y las 2 de la tarde acudió a un cibercafé, cerca del hotel donde se hospeda.
Cuando salió se encontró con la mujer que en noviembre se había hecho pasar como prostituta para intentar ingresar a su cuarto en varias ocasiones, sin que los de la recepción le dieran acceso, para luego ser encaradas por él mismo.
Zócalo publicó la denuncia sobre lo que él señaló como un intento de hacerle daño o su temor por un intento de asesinato. “Me mandaron matar”, declaró en aquel entonces. Ayer se cumplió su sospecha.
Desde la cama de un hospital de León, Guanajuato, contó que en cuanto lo vio la mujer salir del cibercafé, comenzó a insultarlo violentamente y reclamarle estar dañando a la Iglesia por sus señalamientos en contra de sacerdotes pederastas. Ignacio no se quedó callado, le contestó también con insultos, hasta que la discusión llegó a los gritos.
“Lo que hace la tipa es sacar inmediatamente una pistola escuadra, no sé cómo llamarle, y lo que hace es hacer el impacto hacia mi pecho. Son dos disparos, los dos en la parte del hombro izquierdo, por la clavícula”, platicó vía telefónica.
El arma, dijo, era pequeña, color metálico y con cachas de madera, cuyo impacto y estruendo lo llenaron de miedo, pensando que los disparos irían directo a su pecho, pero sus reflejos lo hicieron moverse de forma instintiva.
Sintió un dolor fuerte y ardor en el hombro izquierdo. Su mano fue hacia allá e instintivamente se abalanzó hacia su agresora para intentar frenar nuevos disparos. Le tomó del brazo, forcejearon. Y él sufrió un desvanecimiento cuando ambos caían al piso. Ella aprovechó para levantarse e irse corriendo.
Ignacio sintió cada vez más dolor y con una mano presionó una de las heridas para detener el sangrado, para luego aplanar el botón de pánico que le entregó el Mecanismo federal para la Protección de Activistas y Defensores de Derechos Humanos, para después llamar al 911, por lo que una ambulancia acudió en su auxilio, trasladándolo a un hospital.
Desde ahí se comunicó a Coahuila, donde informó que los médicos lo reportaban estable y hasta ese momento su vida no peligraba, pero que debían trasladarlo a otro hospital para extraer las balas aún alojadas en su cuerpo.
Además estaba esperando la llegada del Ministerio Público para que le tomaran declaración y hacer la denuncia formal por intento de homicidio, anexándola a la carpeta de investigación que se inició cuando la denunció en el mes de noviembre.
Al preguntarle expresamente si la mujer había sido enviada por la Iglesia o miembros de la Iglesia, por sus denuncias contra sacerdotes pederastas, Ignacio contestó: “Sin duda”.
Arduo camino
Ignacio Martínez Pacheco no iba a denunciar al padre Meño. Se había mantenido callado, soportando los demonios de haber sido abusado sexualmente por un sacerdote, cuando él había sido seminarista en Piedras Negras, donde el padre Juan Manuel Riojas era rector.
Cuando Javier Calzada hizo pública la denuncia penal, que a la postre condenaría a 15 años de prisión a Meño por abuso sexual contra un seminarista menor de edad, Ignacio se armó de valor y también denunció. De ese modo logró recabar decenas de testimonios e hizo pública la existencia de una red de curas pederastas en Coahuila, cuyas víctimas podrían llegar a 100. Además, señaló a los obispos de Piedras Negras, Alonso Garza, y de Saltillo, Raúl Vera, por encubrir a esos sacerdotes.
Con el apoyo, asesoría legal y psicológica de Inside, documentó más víctimas y presentó constancias de hechos ante la Fiscalía de Coahuila, cuyas investigaciones, al igual que la de su denuncia, continuaban congeladas cuando se dictó sentencia al padre Meño.
El libro y la red
Ante la tardanza de justicia y reactivación del juicio por su denuncia, decidió hacer público su testimonio como víctima de pederastia clerical, revelando con lujo de detalle los abusos sexuales a los que fue sometido por el padre Meño, narrándolo en el libro El Seminarista, que fue publicado primero en plataforma digital y luego en edición física, haciendo la presentación en Saltillo.
En ese libro también destapó la existencia de otros sacerdotes actualmente en activo, que en aquel entonces, cuando eran seminaristas mayores de edad, lo violaron a él y a otros seminaristas menores, en el Seminario de Piedras Negras.
Los identificó como Gerry y Néstor, quienes a pesar de que los denunció ante el obispo Alonso Garza.
Revela nombres
Ante la pasividad de los obispos, en diciembre Ignacio acude al primer Foro Nacional sobre Pederastia, realizado en Monterrey, y al terminar revela el nombre y las parroquias a donde fueron rehubicados sacerdotes acusados de pederastia en la Diócesis de Saltillo.
Uno de ellos de nombre José y fue removido del Santuario de Guadalupe, en Monclova, enviado a la Catedral en Saltillo, finalmente nombrado rector del Seminario. También al cura Octaviano, que de ser formador del Seminario, lo enviaron a San Antonio de Padua, en Arteaga.
Y explicó la forma en que operaba la red de curas en Coahuila, tejida por los sacerdotes César Isidro, Jorge Alfonso y Alejandro, quienes realizaban viajes a playas para buscar menores, visitando antros gay, saunaS y hasta cines porno, en compañía de jovencitos, con quienes mantenían relaciones.
Presenta iniciativa
También en diciembre, sus abogados acudieron ante el Congreso de Coahuila para presentar una iniciativa ciudadana con la intención de tipificar el delito de pederastia en el estado y que los obispos que encubran sacerdotes también sean enjuiciados.
La iniciativa busca agregar un bis al Artículo 237 del Código Penal de Coahuila para que “se aplique de 9 a 18 años de prisión a quien se aproveche de la confianza, superioridad o subordinación sobre un menor de 18 años y lo obligue, induzca o convenza de ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su consentimiento”, pero, además, que el delito no prescriba.
Amenazas
Para ese entonces ya estaba en proceso para recibir los beneficios del Mecanismo de Protección a Activistas del Gobierno federal, luego de que tras los señalamientos anteriores, se incrementaron las amenazas y ataques en su contra.
Primero lo siguieron dos personas extrañas e intentaron entrar a su departamento, fue golpeado en la calle, después entraron a robar a su casa, llevándose sólo su computadora y documentos.
En varias ocasiones dos mujeres que se identificaron como prostitutas, intentaron ingresar a su cuarto en León, Guanajuato, siendo grabadas por las cámaras de seguridad, y luego denunciadas por Pacheco, alegando su presentimiento de ser enviadas para agredirlo o matarlo.
Ayer se dio cuenta de que no estaba equivocado, cuando por continuar con su activismo hacia la pederastía clerical una de esas dos mujeres se presentó y lo baleó en dos ocasiones.
“Tengo miedo, me duele mucho, estoy temblando, quisiera esconderme. No puedo creer que siendo víctima, sea yo el perseguido, el agredido y me manden matar, cuando mis agresores y los agresores de otros están tan campantes y dando misa”, declaró Ignacio.
Dice una tradición que los Magos trajeron a Jesús Oro, Incienso y Mirra, pero que lo hicieron para despistar, pues en realidad lo que ellos querían era sólo abrazar a Jesús, y así lo hicieron, dejándose abrazar por él.
Sigue diciendo esa misma tradición que no eran reyes, ni varones, sino mujeres sabias, eficientes y buenas (o quizá dos mujeres y un hombre: Melchora, Gaspar y Baltasara…), pues lo que Jesús niño y María con José necesitaban no eran hombres barbudos y sesudos, sino mujeres cercanas, amorosas, sabias,parta ofrecer su presencia y enseñarle a ser Mesías (con María y José, sus padres).
Sea como fuere, la Iglesia celebra el 6 de Enero la fiesta de la Epifanía, es decir, de la revelación de Dios a los Magos/as de Oriente, esto es, a los sabios, astrónomos… que buscan la Estrella de Dios, es decir, el signo de la Vida (la Promesa Mesiánica) en las tradiciones del judaísmo.
a) No se dice que sean Reyes, sino magos”, representantes de la sabiduría y religión de Oriente (Persia, India, China, el mundo entero…), hombres de culturas distintas, muy sabia, que interpretan los signos de los “astros” (la sacralidad cósmica), pero que siguen buscando algo más, que puede ofrecerles el Mesías Judío de los pobres y excluidos de la tierra.
b) Son mujeres sabias, como la Reina de Saba, que vino a ver a Salomón, como recuerda el mismo Jesús (Mt 12, 42‒44), que trajeron a Jesús lo más importante: El cariño, el cuidado, comida apropiada. Sí, estoy convencido de que eran “magas” en el sentido radical de la palabras, porque sólo las mujeres saben recibir a los que vienen, acompañando a la madre (como en la historia famosa de Gloria Fuertes, con portada e ilustración de su libro).
c) Son el Oriente… No vienen de Grecia (sabiduría racional), ni de Roma (orden político), sino del ancho mundo de la vida abierta al misterio y a la verdadera fraternidad. Vienen impulsados por su propia religión. No tienen que renunciar a nada (a sus posibles dioses, a sus tradiciones zoroastrianas o hindúes, budistas o taoístas…), sino a culminar su camino. Son la humanidad que busca, desde sus propias religiones.
d) Buscan al Rey de los Judíos… pero encuentran a Jesús, simplemente un Niño, como ellas sospechaban ya, un niño que fuera signo de la Humanidad Nueva. No llegan a la Iglesia organizada de tiempos posteriores, ni al cristianismo cultual, sino sólo a Jesús, rechazado por los representantes políticos del judaísmo o de la religión establecida de su tiempo. En este contexto se sitúa el texto, que tiene muchos rasgos, que ahora no quiero destacar. Sólo presentaré la lectura y una breve aplicación.
A todos los lectores y amigos del blog: Buen días de magos y magas, es decir, de reyes verdaderos, amorosos, viniendo llenos de abrazo.
Texto. Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: «Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel»». Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
EXPLICACIÓN GENERAL
El texto es muy rico, está lleno de indicaciones que deberían estudiarse con más cuidado. Ahora sólo ofrezco algunas indicaciones generales
1. Jesús, Mesías de Dios, no está encerrado en el templo y ley de Jerusalén, sino abierto en Belén para todos los que vengan. No es Rey que impone su derecho en Sión, sino Niño necesitado, en brazos de su madre. No es Sacerdote que expande la sacralidad divina desde el tabernáculo del templo, sino niño amenazado, que debe exilarse en Egipto, asumiendo así la historia del auténtico Israel, Hijo de Dios (cf. 2, 15).
2. Los representantes religiosos y sociales de Israel (de la Gran Iglesia de entonces), todos ellos varones, no han venido a Belén para adorar al Rey de los judíos. Ellos conocen de algún modo el misterio (saben que el Mesías debe nacer en Belén), pero no quieren buscarle, ni le ofrecen el tesoro de su vida (cf. Mt 2, 11), pues están fijados en sus sacralidades nacionales y sociales. Esta es la paradoja de un mesías de Israel que los israelitas no aceptan. La subida mesiánica de los pueblos hacia Jerusalén queda truncada, pues Jerusalén no les reciba.
3. Herodes, el rey de los hombres poderosos, varones impositivos, no acepta el mesianismo de Jesús y decide matarle. De manera consecuente, la venida de los magos se inscribe en un contexto de persecución: el rey de turno persigue al verdadero Rey de los judíos, obligándole a exilarse, mientras los buscadores mesiánicos de oriente vuelven a sus tierras por otro camino. De esa forma, el Israel histórico de Herodes queda en manos de su propia violencia destructora (relato de los inocentes). Eso significa que la búsqueda de los pueblos que quieren adorar en Jerusalén al Rey Mesías ha fracasado, pues el Mesías no se encuentra allí.
4. El camino de los magos (es decir, de todos los pueblos que buscan de hecho a Dios, buscando la luz, en especial las mujeres) forma parte del mesianismo de Jesús: Como he dicho, estos magos gentiles que han buscado y le siguen buscando, para ofrecerle el homenaje de sus dones, son mujeres amigas: Ella traen el oro de la realeza, el incienso de la sacralidad, la mirra del perfume gozoso… Pero traen sobre todo el cariño, el abrazo la presencia, la palabras… La vida de los hombres ha sido y sigue siendo un don de mujeres, de madres, de hermanas, de amigas.
5. A lo largo de la historia de la cristiandad, muchos han aplicado y siguen aplicando a Jesús sólo un modelo de graves varones, reyes impositivos, que tiende a confundir el evangelio con sus intereses culturales o sociales, en Roma o Londres, en Moscú o América. Este ha sido quizá el mayor problema cristológico moderno: la vinculación de Jesús con los poderes dominantes de occidente, con un mundo de hombres-reyes que buscan poder y dinero. Los magos antiguos eran distintos, eran magos y magas, personas abiertas al amor. Muchos de nosotros (y, de algún modo, la iglesia) hemos secuestrado a Jesús en los muros de nuestra cultura dominante, sea filosófica o social, económica o militar.
6. La cristiandad posterior ha sentido miedo de esta universalidad del Cristo, encerrándole de nuevo bajo llaves religiosas de dominio, dentro de estructuras de poder cultural o social de graves varones; no ha dejado que emerja el Cristo verdaderamente ecuménico, capaz de unificar en amor a todas las naciones de la tierra. Se plantea así uno de los grandes retos de la iglesia ante el siglo XXI: o la cristología se vuelve católica (universal), capaz de recibir a los magos y de abrirse a todas las culturas de la tierra, en respeto fuerte y búsqueda de amor, o ella termina convirtiéndose en ideología particular de un pequeño grupo de cristianos, cada vez más perdidos dentro de una humanidad que busca otros caminos de realización, en clave de violencia.
7. El camino de los magos que buscan a Jesús… es el camino de todos los hombres (es decir, de mujeres y hombres), de todas las religiones… El Jesús de Belén o del Monte de pascua ha de estar dispuesto a recibir el oro de la cultura de los pueblos, el incienso de todas las formas de cultura religiosa… la mirra de todos los dolores… Los cristianos tenemos que sentirnos capaces de acoger la cultura religiosa de los pueblos… Sólo en ese sentido se puede hablar de “epifanía”. No se trata sólo de ir y llevar a los otros lo que tenemos, sino de recibir lo que nos ofrecen otros, en abrazo de amor…desde las mujeres sabias que fueron a visitar y engrandecer a Jesús.
AMPLIACIÓN TEOLÓGICA
Para los que tengan algo más de tiempo, he querido ampliar lo anterior, volviendo al texto del evangelio, vinculando este pasado de los magos (Mt 2, 1‒11) con el final del Evangelio (28, 16-20), distinguiendo así dos tipos misión:
a) Hay una misión centrípeta, es decir, de testimonio y levadura: Ofrecer una estrella de luz a quienes busquen y venga, de Oriente (como los Magos) o de Occidente (como serían en el caso de Jesús los Romanos). Esta es la misión de la vida y el ejemplo, la atracción creadora, como la de Jesús en Belén, que con su misma humanidad llama a todos los pueblos.
b) Hay una misión centrífuga, es decir, de salida y siembra:Extender la palabra entre todos los pueblos y personas. Se trata de dejar lo que tenemos, de perder nuestras seguridades, para buscar y enriquecer a todos con nuestra palabras. Así lo índice Jesúa, ya crecido, al final del evangelio, tras la pascua, desde el Monte de Galilea: «Id y haced discípulos entre todos los pueblos… y yo estaré con vosotros…” (Mt 28, 16-20). Ambas misiones se implican y completan, la de Epifanía (testimonio) y la de Pentecostés (envío). Así lo mostraré en lo que sigue. Buen final de Epifanía a todos.
Introducción
Mateo ha evocado en torno al nacimiento de Jesús el tema de la expansión misionera de la iglesia (con el relato de los Magos), recuperando un tema clásico de la tradición israelita: la peregrinación de pueblos de Oriente, que vienen a Sión para ofrecer sus dones en el templo. Pues bien, según Mateo, ellos no quedan ya en Sión (ciudad del templo), sino que continúan el camino y llegan a Belén, lugar de las promesas mesiánicas. No adoran al Dios judío, que reina glorioso desde el santuario nacional de Jerusalén, sino que vienen a inclinarse ante el Niño que ha nacido en Belén, como signo de bendición para las naciones.
En ese sentido, la función de los magos, igual que la de José en Mt 1 ha de entenderse en forma paralela. José debe superar el patriarcalismo judío, para convertirse al Emmanuel que nace de María. Por su parte, los magos deben trascender (no negar) sus cultos antiguos, para adorar al verdadero Rey de los Judíos, a quien no encuentran ya en Jerusalén, ciudad oficial de la ley, sino en Belén; tienen que pasar por Jerusalén (aceptando así la guía parcial de su Ley), pero no para quedarse en ella, sino para llegar hasta el Belén mesiánico, no reconocido por Herodes, ni por los escribas judíos.
De esa forma, Mateo asume una iglesia centrípeta (¡todos deben venir hacia el Mesías!), pero con el fin de completarla y superarla al final del evangelio (Mt 28, 16-20), donde desarrolla el tema de una iglesia y misión centrífuga: son los misioneros de Jesús los que deben salir de Belén y Galilea, para dirigirse, con el mensaje de jesús al conjunto de los pueblos de la tierra. En el camino que lleva de los magos peregrinos de Belén a los discípulos misioneros universales, que se abren desde Jesús a todos los pueblos de la tierra, seguimos encontrándonos nosotros, como iremos mostrando en lo que sigue.
1. Los magos. Rey de los judíos y mesías pascual
Los magos vienen a Jerusalén porque han visto en oriente la estrella del Rey de los judíos… Ese tema nos sitúa en el centro de una extensa tradición astro-lógica (-nómica) que vincula al ser humano (y especialmente al salvador) con un (=el) Astro del cielo: es como luz en el firmamento y futuro de la historia. Por eso, allí donde ha nacido el Rey de los judíos ha debido encenderse una luz, se expande una esperanza de salvación sobre la tierra. Esa luz atrae a los «magos», que vienen hacia Jerusalén, iniciando la marcha de los pueblos hacia el futuro de su plena humanidad. Por eso, como venimos suponiendo, este pasaje debe interpretarse en la línea que lleva al mesianismo universal de Mt 28, 16-20.
Los magos preguntan por el Mesías en Jerusalén, pero no lo encuentran allí (en la ciudad del templo, donde habita un rey de este mundo), sino en Belén, capital donde se centran y cumplen las promesas. De esa forma, este segundo capítulo de Mt, con su procesión de pueblos buscando al mesías, puede entenderse ya como anuncio de la culminación pascual del evangelio: una prolepsis de lo que será la misión final cristiana, interpretada aquí en forma centrípeta (desde el modelo de la gran peregrinación de pueblos hacia el centro de la tierra, que es Jerusalén).
– Esta eclesiología de los magos (Mt 2) brota de la tradición israelita: los pueblos paganos de Oriente vienen hacia Jerusalén, para adorar al Rey de los judíos, que ha nacido ya, pues ha surgido su Estrella. Ellos, los magos, son signo de un camino de búsqueda y fe universal, que desborda el nivel israelita, tanto por su origen como por su meta. Por su origen: la fuerza que les lleva hacia Jesús no es la ley de Israel, sino la luz o estrella de su propia religión (de su paganismo). Por su meta: tras adorar a Jesús no quedan allí, para formar parte del pueblo judío, sino que vuelven a sus tierras, como indicando que el camino y luz del Rey israelita ha de interpretarse desde sus propias tradiciones religiosas y culturales.
– La iglesia del envío final (Mt 28, 16-20) empalma con los magos, pero invierte y completa su sentido: no son ellos (magos gentiles) los que deben buscar en Jerusalén al Rey israelita, para encontrar al Niño de Belén y marchar por otro camino hacia su tierra; son los mismos cristianos quienes deben expandir la experiencia mesiánica de todos los pueblos de la tierra, como enviados del Cristo pascual, desde la montaña de su resurrección (en Galilea, no en Jerusalén). Los cristianos ya no esperan la venida de los pueblos, como parece haber hecho la iglesia primera de Jerusalén y la tradición de las comunidades judeo-cristianas, cuya doctrina ha recogido (y superado) Mateo en su evangelio, sino que deben ir a las naciones (y no sólo a las de oriente), llevando la buena nueva del discipulado, de la comunicación fraterna, poniéndose así en manos de la cultura y vida de los pueblos.
De esa forma se distinguen y completan los dos tipos de iglesia y misión que han definido el comienzo de la iglesia: una centrípeta (los gentiles vienen a adorar al Dios israelita, revelado en su mesías) y otra centrifuga (los enviados del Cristo pascual salen a ofrecer en todas las direcciones su visión del discipulado). La primera tradición (Mt 2) es más judía y puede entenderse como principio del evangelio, es decir, como punto de partida de toda misión, fundada en al testimonio y atracción de Cristo y de los creyentes. La segunda (Mt 28, 16-20) es más pascual, expresando mejor la novedad cristiana. Entre ambas se extiende el evangelio, que ahora interpretamos como relato de transformación cristiana.
2. Cristología centrípeta: Rey de los judíos (Mt 2, 2)
Conforme a la esperanza israelita, la Ciudad-Santuario de Sión y la Tierra de Israel son el centro del universo, hacia el que un día vendrán los pueblos y reyes de la tierra, para reconocer la soberanía de Yahvé (cf. Is 42, 1-6; 51, 4-5; 56, 1ss etc.). Esta visión expresa la certeza esperanzada y muy gozosa de que Dios se manifiesta de un modo salvador en Israel, expandiendo desde allí su soberanía. Pero ella incluye también elementos de triunfo partidista, como si Dios quisiera ofrecer un premio especial a los judíos en cuanto tales, de manera que los otros pueblos resultan secundarios o subordinados.
El templo de Jerusalén es foco y centro de la manifestación de Dios, en línea de mesianismo real: Dios mismo ha ofrecido su triunfo al rey mesías, haciéndole portador de su soberanía sobre el mundo. Pues bien, los magos de oriente han venido según esta esperanza de los buenos israelitas y muchos judeocristianos de Jerusalén y la diáspora: unos y otros sabían que los pueblos de la tierra han de venir trayendo sus dones, para culminar su camino en Sion.
Por eso, más que la apertura misionera de la iglesia a los pueblos de la tierra, los judeocristianos destacaron la venida de los pueblos a la iglesia: enriquecidos por Jesús, sus discípulos debían mantenerse fieles a la herencia nacional, esperando en la casa israelita (junto al templo) la venida de los pueblos. Pues bien, Mt 2 empieza aceptando esa esperanza, para transformarla de manera muy significativa:
1. Jesús, Mesías de Dios, no está encerrado en el templo y ley de Jerusalén, sino abierto en Belén para todos los que vengan. No es Rey que impone su derecho en Sión, sino Niño necesitado, en brazos de su madre. No es Sacerdote que expande la sacralidad divina desde el tabernáculo del templo, sino niño amenazado, que debe exilarse en Egipto, asumiendo así la historia del autentico Israel, Hijo de Dios (cf. 2, 15).
2. Los representantes religiosos y sociales de Israel no han venido a Belén para adorar al Rey de los judíos. Ellos conocen de algún modo el misterio (saben que el Mesías debe nacer en Belén), pero no quieren buscarle, ni le ofrecen el tesoro de su vida (cf. 2, 11), pues están fijados en sus sacralidades nacionales y sociales. Esta es la paradoja de un Mesías de Israel que los israelitas no aceptan. La subida mesiánica de los pueblos hacia Jerusalén queda truncada, pues Jerusalén no les reciba.
Entendido así, este relato de los magos, que no son recibidos en Jerusalén, puede interpretarse como expresión de la paradoja evangélica, en la línea de Mt 11, 20-24 (lamento de Jesús por Corozaín, Cafarnaúm y Betsaida, las ciudades del entorno de Galilea que no han aceptado el evangelio). Esta es una cristología fracasada: el conjunto de los judíos no ha querido aceptar a su rey mesiánico, les gentiles han tenido que marcharse… Pero al fondo de ese fracaso, leyendo Mt 2 a la luz de Mt 28, 16-20, emerge una cristología abierta a todos los pueblos, paralela a la que ofrece Pablo en Rom 9- 11: el rechazo de la misión judía ha dejado las puertas abiertas para la apertura universal del evangelio.
Relacionamos así las visiones de Mateo y de Pablo, pero debemos resaltar una diferencia muy significativa. Pablo y muchos antiguos misioneros se han dirigido al occidente (a la tradición greco-romana y europea), encarnándose en la cultura helenista (cf. Hech). Mt 2 ha destacado el camino del oriente (de Mesopotamia y Persia, India y China), abriendo en esa dirección la tarea de la iglesia: los «magos» de oriente han sido los primeros en descubrir la identidad de Jesús, rey de los judíos, descubriendo el valor universal de la «luz» (estrella) que les guía hacia el mesías.
Se vinculan de esa forma las dos diásporas judías principales (de oriente y occidente, helenista y persa) , de manera que Jesús es centro donde confluyen los dos espacios principales de la tierra. Sin embargo, esta evocación no es segura, pues Egipto se encuentra al sur de Israel, más que al occidente. Por otra parte, para un judío del tiempo, el occidente se encuentra vinculado a Roma y España, como supone Rom 15. Además, la referencia a Egipto sirve para relacionar a Jesús con el principio de la historia de la salvación, identificándole con Israel, como indica la cita de 2, 15: «de Egipto llamé a mi Hijo» (cf. Os 11, 1).
Por otra parte, más que la pura geografía (oriente y occidente), ha podido influir en Mt el recuerdo de los dos momentos fundantes de la historia israelita: los orígenes patriarcales del pueblo (de oriente vinieron Abrahán y sus hijos) y el recuerdo fundante del éxodo y la pascua (de Egipto, lugar de esclavitud, salieron los hebreos, buscando libertad). Además, este es un dato del principio (Mt 2). Al final de su texto, Mt no distingue ya entre Oriente y Egipto, sino que abre la iglesia a todos los pueblos de la tierra.
Esta eclesiología centrípeta no se ha cumplido todavía, como hermosamente indicaba Mt 2. Pero en el fondo de ese fracaso podemos descubrir la más alta providencia del Dios de Jesús para nuestro tiempo. La misma estrella que guió a los magos debe seguir ofreciendo su luz en Oriente, para abrir así un camino interrumpido por siglos, pues en contra de la esperanza de Mt 2, la iglesia de Jesús se ha vuelto básicamente occidental. El diálogo con Oriente (representado sobre todo por el hinduismo, budismo y taoísmo) constituye uno de los retos y tareas principales de la cristología actual.
3. Cristología centrífuga: el Cristo universal (28, 16-20).
Los magos buscaron en Jerusalén al Rey de los judíos, pero al final de su evangelio Mt no presenta ya a Jesús muestra ya en Jerusalén, sino en el Monte de Galilea, enviando a sus discípulos a todas las naciones. Con Jn 4, 20-23, podría haber afirmado que el culto de Dios no se realiza en Garicím ni Jerusalén, sino “en Espíritu y Verdad”. Por eso, pide a sus discípulos que vayan a todas las naciones de la tierra, para bautizarlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu… (cf. 28, 16-20).
La cristiandad posterior ha sentido a veces miedo de esta universalidad del Cristo, encerrándole en claves religiosas, dentro de estructuras de poder cultural o social; no ha dejado que emerja el Cristo verdaderamente ecuménico, capaz de unificar en amor a todas las naciones de la tierra. Los cristianos no han ido (no van aún) a todos los pueblos y culturas, sino que se quedan en sus pequeños centros, sus iglesias cerradas, sus santuarios bien organizados, en el Monte Atos o en el Vaticano, en un protestantismo cerrado en sus polémicas o en un catolicismo de “castillo” clausurado en sí mismo.
Se plantea así uno de los grandes retos de la iglesia ante el siglo XXI: o la cristología se vuelve católica (universal), capaz de abrirse a todas las culturas de la tierra, en respeto fuerte y búsqueda de amor, o ella termina convirtiéndose en ideología particular de un pequeño grupo de cristianos, cada vez más perdidos dentro de una humanidad que busca otros caminos de realización, en clave de violencia.
Mt 2 comenzaba evocando una geografía sacral israelita, con los valores simbólicos de oriente y occidente, pero al final del evangelio, desde el nuevo centro pascual, desaparecen las direcciones parciales y Jesús envía a sus discípulos por todos los caminos de la tierra. Ya no existe judío ni griego, miembro de cultura buena o mala; el mensaje y vida de Jesús puede vincular en diálogo de salvación (de misterio y experiencia evangélica) a todos los pueblos de la tierra.
El resucitado tiene supremo poder en cielo y tierra: no espera que vengan los magos de oriente, ni tiene que escapar como exilado e Egipto, sino que se eleva sobre el monte de la plenitud pascual, ofreciendo salvación a todas las naciones. Pero su poder no puede interpretarse en claves de imposición social o uniformidad cultura; no es poder de un pueblo sobre otro, ni de una iglesia o religión determinada sobre las restantes.
Los que intentan entender o aplicar la cristología de Mt en claves de imposición eclesial o superioridad de grupo destruyen su evangelio. Jesús no viene a crear un grupo nuevo, una nación o iglesia diferente entre las muchas iglesias de la tierra, sino un camino de discipulado-fraternidad que se abre hacia todas las naciones/religiones de la tierra. El mensaje de los misioneros de Jesús no quiere destruir las culturas religiosas o sociales de los pueblos, sino ofrecerles el mensaje y camino de discipulado, conforme al Sermón de la Montaña.
El camino de Jesús no se vincula a los triunfadores de los diversos sistemas eclesiales, sino, al contrario, a los perdedores de todos los sistemas. Por eso, el Señor escatológica dirá “tuve hambre, tuve sed, estuve exilado o desnudo, enfermo o encarcelado…”. (Mt 25, 31-45); su discípulo no quiere “convertir” o cambiar a los demás, privándole de sus propias ideas religiosas, sino todo lo contrario: ponerse en el lugar del marginado, por cualquier razón social o cultural, económica o religiosa. Sólo de esa forma, el seguidor de Jesús puede ofrecer una experiencia de discipulado (comunicación) a todos los pueblos de la tierra.
El misionero de Mt 28, 16-20 no quiere ganar a los demás para una iglesia grande o triunfadora, consiguiendo así nuevos “cristianos”, bien socializados en claves de administración eclesial. Jesús ha proclamado el reino y sus discípulos ofrecen su camino a todos los humanos; no quieren que los pueblos gentiles se conviertan e inscriban en la iglesia verdadera (conforme a una dialéctica de grupo, de buenos y malos, de dominio espiritual y social de los que tienen razón), sino, al contrario, quieren servir a los pueblos, ofreciéndoles una experiencia de plenitud y unos caminos de comunicación evangélica que les permitan reasumir y recrear sus propias creencias y formas de vida. La misión de los enviados de Jesús no quiere fundar una posible iglesia dominante, sino servir a los pueblos.
Los que aceptan el camino de Jesús no se bautizan para así formar un pueblo que al fin tiene la vida y verdad sobre la tierra, sino para volverse plenamente humanos, cada uno en su propia cultura y religión básica, en el Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, según el mensaje y vida de Jesús.
4. Misión universal e Hijo de Dios nazoreo.
Al final del relato de los magos ha incluido Mt dos citas cristológicas que enmarcan su más honda intención teológica, definiendo el origen y sentido de Jesús.
– De Egipto llamé a mi Hijo (1, 15; con cita de Os 11, 1). La historia de Jesús no es totalmente nueva, sino que reasume (para todos los humanos) el camino de liberación y amor del pueblo Israelita. Oseas había recreado ya, con amor de padre y ternura de esposo, la vieja historia salvadora: “Cuando Israel era niño, yo lo amé y desde Egipto yo llamé a mi Hijo…”. Ese mismo guía ahora la trama fuerte de la vida de Jesús, instaurando en él la historia humana, en amor creador. No es fácil proclamar esta palabra allí donde parece dominar la muerte y exilio, donde los niños sufren y los mayores siguen siendo perseguidos, pero el evangelista sabe y puede afirmar, mirando en Jesús a todos los necesitados de la tierra: “de Egipto llamé a mi Hijo”.
– Se llamará nazoreo (Mt 2, 23). Lógicamente, conforme a la esperanza nacional judía (ligada al templo de Sión y al reinado mesiánico de Jerusalén), Jesús tendría que haber triunfado en la Ciudad Sagrada, para expandir de allí su gloria y acoger a los peregrinos sometidos de los pueblos de la tierra. Pues bien, en contra de eso, la situación política y social le ha llevado a Galilea, para ser educado y crecer en Nazaret. Paradójicamente, este transtorno se vuelve para Mt designio salvador, pues sólo así ha podido cumplirse la palabra de los profetas: se llamará nazareo (=nazareno). No sabemos los profetas que Mt alude, ni conocemos el sentido preciso de “nazareo”. Pero hay dos cosas claras: Jesús no ha sido mesías nacional, desde Jerusalén, sino mesías marginal, desde una pobre ciudad de Galilea; tampoco ha sido mesías triunfador, sino hombre de experiencia, dedicado al despliegue de la gloria de Dios, desde las márgenes del pueblo, como los antiguos nazareos.
Estos títulos definen a Jesús: es Hijo a quien Dios llama de Egipto para realizar su acción; es Nazareo, lleno de experiencia de Dios, voluntario al servicio de su obra. Lógicamente, de ahora en adelante, Mt irá contando la vida/mensaje de ese Hijo de Dios Nazareo, que aparecerá al final como portador de salvación (cf 1, 21: Jesús) y Dios con nosotros (cf. 1, 23: Emmanuel) para todos los pueblos de la tierra. Los temas básicos de la cristología se encuentran ya anunciados, pero Jesús debe asumirlos y realizarlos en su vida.
Sólo cuando haya recorrido su camino adulto, que se inicia ahora en Galilea (como nazareo) y culmina en Jerusalén (como crucificado: cf. 28, 5), Jesús podrá mostrarse en su verdad como auténtico mesías de Israel (se llama Jesús-Cristo, salvador de su pueblo: 1, 21) y portador de la gracia de Dios (del Padre, Hijo y Espíritu Santo) para todas las naciones (cf. 28, 16-20). De ese forma han terminado vinculándose en Mt despliegue cristológico y envío misionero: sólo al culminar su camino mesiánico, tras entregar su vida en favor de los humanos, Jesús ha podido elevarse sobre la salvación (cf. 4, 8; 28, 16), para enviar a sus discípulos a todos los espacios y tiempos de la historia, no para imponer un tipo de organización religiosa, sino para ofrecer (a cada uno en su lugar y pueblo) una misma fraternidad salvadora.
Desde este fondo ha de entenderse el sentido (=misterio) misionero de la iglesia. Afirmar que Jesús es Hijo de Dios o ser divino, declarar incluso que tiene la naturaleza de Dios Padre (como dice Nicea), acabaría siendo un dato secundario o no cristiano, si lo separamos de la historia mesiánico/pascual de Jesús y de la oferta misionera de su iglesia. Lo que define al cristianismo es la confesión de Jesús como aquel que posee (ha recibido por la entrega de su vida) todo «poder» en cielo y tierra, de tal modo que puede enviar a sus discípulos al mundo en tarea salvadora, no para imponer una verdad, sino para iniciar un camino de fraternidad, abierto a todas las naciones. Por eso, la confesión cristológica resulta inseparable de la misión universal cristiana.
La iglesia tiene, por tanto, una estructura y forma misionera, de tal modo que en ella se vinculan pensamiento y praxis, lo que Jesús es (ha vivido) y lo que hace a través de sus discípulos. Una confesión cristológica conceptual o sacralista, independiente de la apertura misionera es contraria al evangelio.
Es verdad. No soy mejor que un protestante. Todos los cristianos somos hermanos y hermanas, se presenten los sacerdotes en sus reuniones o no
(Cameron Doody).- El celibato obligatorio sacerdotal no es la causa de la «depravación» de abusos que ha azotado a la Iglesia desde Australia hasta Alemania. Lo es el sacerdocio en sí. Esta es la tesis de Gary Wills, periodista y escritor estadounidense especializado en la política, la historia y la religión, quien sostiene que «el sacerdocio en sí es una afrenta al Evangelio».
«No hay sacerdotes en los Evangelios, con excepción de los sacerdotes judíos, algunos de los cuales conspiraron contra Jesús», ha escrito Wills en una polémica tribuna en el Boston Globe. A Jesucristo «solo se le llama sacerdote en la tardía y sospechosa Carta a los Hebreos», ha recordado el escritor, «donde se le hace sacerdote en la línea de un mítico no judío, Melquisedec – y aún así es el único y último sacerdote» de la tradición cristiana, ya que «Pedro y Pablo nunca se llaman sacerdote a ellos mismos ni a ningún otro cristiano». «Más allá de la Carta a los Hebreos, los únicos títulos del Nuevo Testamento para el servicio a la comunidad son episkopos (supervisor), presbyter (presbítero), apostolos (emisario) y diakonos (siervo), nunca sacerdote (hiereus)», ha recordado Wills.
La mutación hacia ver a los curas como casta aparte en el cristianismo se dio, según Wills, en la Edad Media, cuando el sacerdocio empezó a «subordinar toda actividad cristiana a la superintendencia sacerdotal», tal como se ve en el desarrollo de los siete sacramentos, los cuales marcan ritos de paso claves en la vida de los fieles. «No es de extrañar que los líderes de la Iglesia intentaran desesperadamente proteger este gobierno imperial sobre la totalidad de la vida católica, procurando acallar o borrar cualquier revelación denigrante respecto a la depradación sacerdotal», ha observado Wills a este respeto.
Toda esta exégesis de la historia del cristianismo lleva al historiador y periodista a preguntarse por qué los católicos de hoy día «creen que no pueden adorar de verdad a Dios sin sacerdotes». «Los católicos están tan convencidos que solo un sacerdote puede realizar el milagro de la transubstanciación» -la transformación del pan y vino de la eucaristía en el cuerpo y sangre de Cristo- que creen «que si ningún cura se aparece en la misa, no hay nada que los creyentes puedan hacer sino volverse a casa», ha lamentado Wills. «Que no hay ningún milagro sin el mago», ha ironizado. «Pero ¿por qué no? Pedro se apañó sin sacerdotes. También lo hizo Pablo. Y todos los primeros cristianos».
Para salir al paso de la acusación de que su planteamiento le convierte en protestante, Wills, católico de convicción, responde: «Es verdad. No soy mejor que un protestante. Todos los cristianos somos hermanos y hermanas, se presenten los sacerdotes en sus reuniones o no».
Todo esto lleva a Wills a huir de la idea de que «si solo el escándalo de abusos llegara a su fin, todo estaría bien con el sacerdocio – o de que algunas reformas, tales como eliminar la norma del celibato u ordenar a mujeres, harían que el sacerdocio funcionara de nuevo». «No creo que deba funcionar de nuevo», ha afirmado el escritor: la tentación de proteger el aura de la casta consagrada es demasiado grande.
El 4 de marzo de 2013, el cardenal alemán Walter Kasper camina en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (Tony Gentile / Reuters)
ROMA – EL cardenal Walter Kasper prácticamente derriba a Borgo Pío mientras se dirige a almorzar en una trattoria favorita a pocas cuadras del Vaticano, con una amplia sonrisa en su rostro. El hombre de la iglesia alemán de 85 años parece ser irreprimiblemente feliz, incluso cuando está esquivando a turistas despistados y motocicletas molestas. (En un momento dado, tiene algunas palabras de reprobación para el hombre en un motorino que repentinamente se detiene frente a él, aparca y se aleja, esto es, después de todo, Roma).
Tal alegría no es necesariamente lo que uno espera de Kasper, quien durante los últimos años ha sido criticado por los conservadores de la iglesia por su estrecha asociación con el Papa Francisco y el enfoque más inclusivo, pastoral y compasivo del pontífice con los católicos y, de hecho, con el mundo.
Kasper está ciertamente acostumbrado a la lucha de los debates del Vaticano. Es uno de los teólogos católicos más influyentes de la generación pasada. Un rival por el título podría ser su compatriota más famoso, antiguo compañero de entrenamiento y colega de la Curia romana, Joseph Ratzinger, también conocido como el Papa Emérito Benedicto XVI.
Pero Kasper ha sufrido un tipo de crítica diferente desde que se identificó tan estrechamente con Francis, el sucesor de Benedicto.
En una de las primeras apariciones públicas de Francisco después de ser elegido Papa en marzo de 2013, citó a Kasper como un «teólogo muy fuerte» y refrendó efectivamente el libro reciente de Kasper sobre el tema de la misericordia: «Ese libro me ha hecho mucho bien», Francisco dijo a una multitud reunida en la plaza de San Pedro. El tema de Kasper sería central para el papado de Francisco.
«Me sorprendió cuando lo vi, lo vi en la televisión», dijo Kasper mientras metía un plato de mariscos. «Más tarde, el Papa vino a mí, me vio y dijo: ‘¡He hecho publicidad para ti!’ «
Aunque Kasper se retiró oficialmente en 2010 después de una década como el principal funcionario ecuménico del Vaticano, Francis lo envió en febrero de 2014 para dirigirse a una reunión del Colegio de Cardenales sobre la necesidad de recuperar un sentido de flexibilidad pastoral en temas que durante años se consideraron inútiles. -Límites, como encontrar formas de permitir la comunión a los católicos que se divorciaron y se volvieron a casar sin una anulación.
El discurso de Kasper, y la reunión en sí, fueron efectivamente la salva de apertura en el esfuerzo de Francis por abrir la jerarquía de la iglesia a debates largamente reprimidos sobre la doctrina, la práctica pastoral y la conciencia personal. Francisco desafió a los cardenales a reorientar todo el enfoque de la iglesia hacia la evangelización para alcanzar, en lugar de predicar y esperar a que aparezcan los conversos.
Kasper fue una figura central en el proceso de diálogo y discernimiento durante los próximos dos años, asistiendo a dos sínodos de un mes de duración en el otoño de 2014 y 2015 que estuvieron marcados por disputas cada vez más feroces sobre el papel de la doctrina. Cuando terminaron, él ayudó a formular los documentos finales que abrían la puerta al tipo de creatividad pastoral que Francisco pretendía.
Los documentos, y esos sínodos, también abrieron las compuertas a una avalancha de esfuerzos, sin precedentes en la historia moderna, dirigidos a contrarrestar las enseñanzas del pontífice y su autoridad, e incluso tratar de deponer a Francisco como Papa. Kasper ha sido vilipendiado casi tanto como su jefe por los tradicionalistas de la vieja guardia y los autodenominados cazadores de herejías en las redes sociales.
Durante el almuerzo, Kasper expresó su alivio por no haberse involucrado en el Sínodo de la Juventud que acaba de finalizar, donde estaban en juego pocas cuestiones doctrinales y los ataques conservadores nunca se incendiaron. «Cuando te haces mayor, no te gusta tener todas estas controversias. ¡Y tuve fuertes controversias! Mucha gente estaba en mi contra. Pero le pregunté al Papa: ‘Santo Padre, ¿qué debo hacer? ¿Debo responderles?’
«Dijo: ‘Eres un hombre de discernimiento, eres libre. Puedes decidir lo que quieres hacer’. Él no me dio ninguna dirección. Sólo ‘eres libre’. Me impresionó mucho esto «.
Al final, Kasper decidió que ya no podía responder a todos los ataques. «Porque ya sea que respondas o no, no puedes convencer a algunas personas», dijo. «Es imposible.»
El cardenal Walter Kasper en su casa en el Vaticano el 17 de septiembre de 2014. (AP / Domenico Stinellis)
Algunas controversias, también, con las que un teólogo como Kasper simplemente no puede ayudar, como el resurgimiento de la crisis del abuso sexual del clero, la libertad religiosa con la China comunista, el aumento del populismo nacionalista en Italia y en otros lugares, o hacer frente a los católicos conservadores que a menudo explotan esos problemas para debilitar a francis
«Creo que debajo (la oposición conservadora) está el miedo. Ven muchas incertidumbres. Es identitario», dijo Kasper. «Ya no es católico. Es sectario».
Parte de la ecuanimidad de Kasper se deriva de la sensación de que el mensaje más grande del Papa se ha llevado el día. La exhortación pontificia que siguió a esos sínodos disputados, «Amoris Laetitia» («La Alegría del Amor»), insta a la jerarquía a abrir la puerta a una iglesia con un enfoque más pastoral que involucra a las personas en su viaje espiritual, en lugar de simplemente recitar las reglas de un Libro de jugadas de piedad. Ese mensaje está empezando a afianzarse, aunque sea de forma apropiada.
«Hasta ahora, creo que es un gran avance, esta exhortación», dijo Kasper. Admitió que «algunos puntos no están tan aclarados como podrían ser», pero dice que eso es parte del proceso de hacer avanzar a la Iglesia Católica y a los Católicos.
Para Kasper, un estudiante de toda la vida de Tomás de Aquino, el gran santo medieval y teólogo fue clave para desbloquear el atasco.
El cardenal Walter Kasper llega el 6 de octubre de 2014 al Vaticano en la sesión de la mañana de un sínodo de dos semanas sobre temas familiares, como la anticoncepción, el sexo prematrimonial y el divorcio. (AP / Alessandra Tarantino)
«Thomas habló sobre la virtud de la prudencia para aplicar el principio a la situación concreta», dijo. «Ese es Thomas. … Ese es el pensamiento tradicional desde Aristóteles y Thomas. Hay que ver cómo se aplica el principio a una situación a menudo compleja y concreta».
A medida que cambia fácilmente de latín a inglés, aunque se desliza de vez en cuando al italiano, es fácil ver al viejo profesor emerger cuando Kasper explica su pensamiento por el laico. Parece estar más interesado en estos días en llegar a un público más amplio que en abrir nuevos caminos teológicos o mezclarse con otros teólogos, como lo hizo una vez con Benedicto. No es que el papa retirado no pudiera sostenerse por sí mismo.
«Su mente es muy aguda pero está muy débil físicamente», dice Kasper sobre Benedict, quien tiene 91 años y vive en un monasterio dentro de los muros del Vaticano, a un tiro de piedra del apartamento de Kasper, propiedad del Vaticano, a las afueras de la puerta principal del estado de la ciudad. .
En un momento de polarización tan intensa en la iglesia, Kasper ahora intenta encontrar puntos en común para contrarrestar a aquellos que prefieren jugar con las diferencias. Hablando con el sitio de noticias católico Crux unos días antes de su entrevista con Religion News Service, Kasper insistió en que «no hay una diferencia sustancial real entre el Papa Benedicto y el Papa Francisco».
«Por supuesto, son diferentes personalidades, diferentes antecedentes», dijo Kasper a Crux después de una ceremonia en Roma en la que fue honrado por la Universidad de Villanova. «Uno es europeo, el otro proviene de América Latina. (Pero) si lees exactamente lo que escriben, es la misma línea y sustancia».
El próximo trabajo de Kasper, que se publicará en alemán a principios de 2019, también refleja su deseo de enseñar en lugar de discutir: es un libro corto sobre la Oración del Señor. «El objetivo es explicarlo en un lenguaje que para algunos laicos educados es comprensible. No es teológico. No hay notas al pie porque en Alemania hay mucha gente, si ven notas al pie, piensan que es académico y no es para ellas». «
«Creo que mis escritos pueden ser útiles para no profesionales, para no teólogos», continuó. «Puedo hacer algo aquí, creo. Ya no me gusta entrar en estos debates ideológicos. Cuando seas mayor no quieres hacerlo».
La conversación cambia al tema del próximo sínodo que presidirá Francis, una reunión el próximo octubre en Roma enfocada en el ministerio en la región amazónica. Un tema central será el tema de cómo llegar a los católicos dispersos en un territorio tan vasto. Se espera que la cuestión de los sacerdotes casados y el empoderamiento de las mujeres para mayores roles ministeriales sea parte de esa discusión. Tal vez Kasper también formará parte de ello, aunque sea de manera indirecta.
«Estoy reflexionando un poco si debo hacer algo sobre el ministerio. Pero todo lo relacionado con el celibato y el papel de las mujeres me limita, me hace pensar que no estoy tan seguro». Sin embargo, agrega, «no podemos evitar los problemas: el celibato, la ordenación, cómo tener más sacerdotes».
Cuando termina el almuerzo, parece que Kasper está empezando un nuevo libro. Sin embargo, no estará inmovilizado y, con una gran sonrisa, se dirige felizmente hacia Borgo Pio hacia el Vaticano.