Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
15/1/19 – El Papa recibió el equipo de liderazgo de Pax Christi Italia en el Vaticano en una audiencia privada el 12 de enero. En el centro del diálogo estaba la educación para la paz y la prohibición de las armas nucleares.
La historia y el compromiso de Pax Christi al servicio de la paz, la educación para la paz en las escuelas, en las cárceles, especialmente los menores, y luego el tema del desarme, la preocupación por la renuencia de Italia a firmar el acuerdo sobre la prohibición masiva de armas nucleares, los diversos Contextos de guerra de Siria a Palestina y los sufrimientos de los niños: fue un diálogo abierto y franco que los líderes de Pax Christi Italia tuvieron con el Papa que los recibió en una audiencia privada en el Vaticano. El presidente del movimiento, mons. Giovanni Ricchiuti, habló de la total armonía que Pax Christi tiene con las palabras y los gestos del Papa.
Educación para la paz
«Subrayamos que el papel de la Iglesia es una prioridad para invitar al desarme, en todos los sentidos y en todas las dimensiones», dijo Mons. Ricchiuti a nuestros micrófonos ( escucho la entrevista con Mons. Giovanni Ricchiuti ). «Luego el Papa dialogó con nosotros, haciendo resonancia e interviniendo en los diversos problemas que le presentamos. Nos encantó cuando nos felicitó por este camino hacia la educación para la paz, porque dijo que hoy esta educación debe comenzar con los niños, que son A menudo los destinatarios de la violencia y los mensajes violentos «. …
La posesión de armas nucleares es «inmoral».
«Y cuando mencioné el hecho de las armas nucleares, dijo y recordó el discurso que dio a los embajadores hace unos días. El Papa dijo:» En el discurso utilicé una palabra muy pesada, que la posesión de armas nucleares es inmoral.’ Y confirmó que puso esta palabra como propia «. …
Insistir en la mediación
El Papa Francisco alentó a Pax Christi a insistir en los temas de la educación para la paz, a continuar en el camino de la enseñanza y el testimonio de la paz, definiéndola como muy importante junto con todas las iniciativas, comunicados de prensa y posiciones tomadas sobre el tema. En relación con la buena política y la responsabilidad de los gobernantes y los ciudadanos para lograr la paz en un clima de confianza mutua, el Papa, continuó Mons. Ricchiuti, «nos instó al arte de la mediación. El Papa nos dijo que también debemos aprender mucho, incluso en la Iglesia, mientras hablamos. Y debemos enseñar el arte de la mediación: los conflictos solo se superan a través de las rutas de la mediación». …
El 21 de este mes se cumplen 47 años del fallecimiento de monseñor Gerardo Valencia Cano. Nació en Santo Domingo Antioquia, en el seno de un hogar cristiano. Muy joven ingreso al recién fundado seminario de misiones de Yarumal, su vocación de servicio a Dios y a los pobres lo llevaron a un apostolado de compromiso y encarnación con el pueblo, primero (1949-1953) con los indígenas en el Vaupés y luego (1953-1972) con los afros en el Pacífico, como obispo de Buenaventura en donde interpretando los signos de los tiempos, su pensamiento social y las enseñanzas del Concilio Vaticano II, asumió la denuncia social y política al lado de los pobres y excluidos, declarándose revolucionario y socialista siempre fiel al evangelio y a la iglesia. El historiador Santiago Arboleda, plantea como “Valencia Cano entre las décadas de los 50 y 70 contribuyó a sentar las bases de un pensamiento concientizado (político-afrocolombiano)” que califica de una profunda dimensión humana. Valencia Cano tuvo el mérito en este Litoral Recóndito de iniciar el movimiento afro de liberación, hizo visible al Pacífico excluido y pobre en el ámbito universal, en una lucha que comenzó a mediados del siglo pasado y solo en esta época comienza a tener la fuerza que conducirá a la redención de este Pacífico. Con esa misma fuerza y profetismo con que denuncio la pobreza y abandono del Pacífico, desde su llegada a Buenaventura vio en la educación la posibilidad para el desarrollo humano del Pacífico, fundó a lo largo del territorio escuelas para los indígenas del San Juan, vinculó al Instituto de Acción Cultural Popular-ACPO para el desarrollo campesino, colegios para los y las jóvenes en labores industriales, pedagógicas, comerciales, hogar para niños de la calle, escuelas populares y centros de artesanías, apoyó la acción social de la juventud, invitó a colaborar a organizaciones de bienestar y desarrollo, su última obra educativa la Aldea Matia Mulumba en donde esperaba poner en práctica su visión de la evangelización ajustada a la realidad de América Latina. Proponía trabajar con el grupo familiar (maestro y líder), enfoque integral que comprendía la educación, la salud, el trabajo, la cultura, la evangelización, había que llegarle al Ser, a su cultura. Su trabajo evangelizador en lo fundamental apuntaba al fortalecimiento del Sujeto Social, como persona hacedor y transformador del mundo, en otras palabras, el nuevo hombre de América Latina. A 47 años de su muerte, sigue vivo en la conciencia y el corazón de hombres y mujeres del Pacífico. Jesús Glay Mejía
Los jefes de las órdenes religiosas de mujeres asisten a una audiencia con el Papa Francisco en mayo. (Crédito: CNS / Paul Haring.)
ROSARIO, Argentina – Según un historiador italiano que preside una revista mensual del Vaticano sobre mujeres, tanto las mujeres como el abuso sexual clerical son problemas que continuarán persiguiendo al Papa Francisco hasta que se resuelvan.
«Surge una pregunta, la de las mujeres que son inexistentes e invisibles a los ojos de las jerarquías eclesiásticas, acostumbradas a dar por sentado su servicio», escribió Lucetta Scaraffia en un reciente artículo de opinión para el periódico español El País . «Hoy en día las [mujeres] religiosas ya no aceptan condiciones vergonzosas de explotación y humillación».
Según Scaraffia, durante los primeros años de su pontificado, Francisco dirigió una revolución en la vida de la Iglesia, que en años anteriores se había centrado demasiado en la bioética. Llamó a esos temas «difíciles y arriesgados de enfrentar, y ante los cuales la Iglesia, cuya posición siempre parecía muy rígida, no siempre se presentaba como una defensora de los débiles».
En el artículo publicado el lunes, Scaraffia también escribió que Francis volvió a poner a los pobres en el centro de las preocupaciones centrales de la Iglesia, representadas principalmente por los migrantes, pero también por los «habitantes de las áreas más miserables del tercer mundo, oprimidos por la miseria y la ecología». desastres «.
También extendió la «misericordia de la Iglesia a aquellos que, después de [el final de su primer] matrimonio, habían formado una nueva familia, así como mujeres que pedían perdón por el pecado del aborto y que hasta [el papa] La intervención providencial tenía que ir a un obispo para obtener la absolución «.
En su Exhortación apostólica posterior al sínodo Amoris Laetitia , Francisco abrió una ventana para que los civiles se divorciaran y se volvieran a casar católicos para acceder a los sacramentos después de un camino de discernimiento. En cuanto al aborto, durante el Año jubilar extraordinario de la Misericordia de 2016, el pontífice concedió a todos los sacerdotes del mundo el permiso para perdonar el pecado del aborto para todos los involucrados, no solo la madre, sino también los médicos, enfermeras y quienes lo acompañaron o forzaron. La mujer para terminar un embarazo.
En su columna, Scaraffia define estas decisiones de Francis como «fundamentales» y las acredita por poner a la Iglesia, «una institución muy controvertida criticada ante la modernidad», una vez más del «lado del bien».
También escribe que si bien el tipo de filtraciones en el Vaticano que acosó al papa emérito Benedicto XVI parece haberse secado bajo Francisco, los escándalos de la pedofilia siguen siendo un serio desafío.
«Las nuevas acusaciones contra miembros del clero (entre ellas cardenales famosos y poderosos como el australiano George Pell, el estadounidense Theodore McCarrick y el francés Philippe Barbarin) han llegado de manera repentina e inesperada, y afectan no solo a países en los que ya han ocurrido escándalos similares, como como los Estados Unidos y Alemania, pero también América Latina e incluso a Argentina ”, escribe.
“No parece que el escándalo provocado por las acusaciones de abusos, encubrimientos y falta de sensibilidad hacia las víctimas se extinga a corto plazo: una imagen devastadora que la Iglesia debe mejorar con medidas concretas, severas y urgentes. «, Argumenta Scaraffia.
Pero, agrega, además de todo esto, también está el tema de las mujeres.
Las mujeres, escribe Scaraffia, son «inexistentes e invisibles», y la jerarquía las da por sentado. No tenían voz en el Sínodo de los Obispos celebrado en Roma en octubre, y los episodios de rebelión, que «abundan», a menudo son ignorados, tanto por sacerdotes como por obispos y por los medios de comunicación.
Ignorar a las mujeres, escribió, está «causando que reaparezca un fenómeno infravalorado, el de los abusos y la violencia de los miembros del clero hacia las mujeres religiosas, clasificadas por los jerarcas como relaciones románticas».
Pero en lugar de ser relaciones románticas consensuales, representan la imposición de un hombre en una posición de poder sobre una mujer vulnerable. A veces, se ven obligados a soportar la relación no deseada por sus propios superiores, quienes «temen represalias contra la institución [religiosa] que se tomarán».
«La crisis se ve confirmada por la rápida y dramática caída de las vocaciones femeninas: sin las monjas, que trabajan intensa y desesperadamente en todo el mundo, dando un testimonio cristiano concreto, ¿cómo resistirá la institución?», Se pregunta Scaraffia.
Según el historiador, nadie parece darse cuenta de cuán serio es el problema, ni percibir que la violencia hacia las mujeres por parte de sacerdotes y obispos lleva al aborto, lo cual, dijo, en muchos casos es abusado por el abusador porque las monjas no tienen dinero.
Además, las mujeres laicas jóvenes, sus madres y abuelas, están abandonando la Iglesia, lo que significa que ya no apoyan a las parroquias como catequistas u organizan asistencia para los pobres y los ancianos.
A pesar de la grave situación, continúa, la jerarquía «solo piensa en los hombres». Los discursos sobre las vocaciones se centran en los sacerdotes, y ni siquiera en el Sínodo de los Obispos de octubre de 2018 sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional enfrentaron el problema que enfrentan los jóvenes. mujer.
La mayoría de los observadores dicen que Francis ha tenido un historial mixto con mujeres, siempre defendiendo la enseñanza de la Iglesia Católica de que el sacerdocio es solo para hombres.
Él creó una comisión para investigar el papel histórico de las diáconas, pero casi un año después de que el cuerpo presentara al Papa con sus conclusiones, no se ha hecho ningún anuncio. Puso a un puñado de mujeres en lugares clave en la curia del Vaticano, pero todas responden a los hombres, incluso cuando la ordenación no es un requisito para dirigir una oficina. Y esas mujeres tienden a desviarse cuando se les pide entrevistas, y les dicen a los periodistas que hablen con el prefecto.
Esta es la razón por la que la Scaraffia cierra su columna escribiendo: «A pesar de las numerosas llamadas del Papa Francisco, la vieja y consolidada costumbre de considerar a las mujeres como algo que no existe todavía no ha encontrado ninguna respuesta seria».
Las mujeres sirvieron como diáconos en Europa durante aproximadamente un milenio en una variedad de funciones ministeriales y sacramentales, según Phyllis Zagano , autora y profesora de religión en la Universidad de Hofstra, y Bernard Pottier, SJ, un miembro de la facultad del Instituto de Estudios Estadounidenses. En Bruselas, en una entrevista esta semana con América . “Ungieron a mujeres enfermas; llevaron la comunión a las mujeres enfermas «, dijo la Sra. Zagano.
También participaron en el bautismo, sirvieron como tesoreros y, en al menos un caso, participaron en una anulación.
Al discutir la anulación, la Sra. Zagano dijo que una mujer en Siria «se quejó de que su esposo la estaba golpeando. Fue la mujer diácona quien examinó los moretones y dio el testimonio al obispo. Bueno, para mí, eso es una anulación, ella está proporcionando la información «.»Decir que todos hicieron lo mismo en todas partes, creo que es falso», agregó la Sra. Zagano.tuitea esto
«Pero decir que todos hicieron lo mismo en todas partes, creo que es falso», agregó la Sra. Zagano.
El padre Pottier dijo que pudo encontrar pruebas sólidas de mujeres diáconos en los registros e historias de la iglesia, pero «no en todas partes y no siempre porque también fue una elección del obispo».
En una entrevista con Michael J. O’Loughlin, corresponsal nacional de Estados Unidos, el 14 de enero, la Sra. Zagano y el Padre Pottier, quienes forman parte de la Comisión de Estudio del Vaticano sobre el Diaconado de Mujeres, discutieron su investigación sobre las mujeres diáconos y los primeros Iglesia. Enfatizaron que los roles para las diáconas variaban mucho dependiendo de la geografía. Los dos miembros de la comisión estaban en Nueva York para un simposio en el Centro Fordham sobre Religión y Cultura llamado «El futuro de las mujeres diáconos», que se reunió el 15 de enero.
La Sra. Zagano dijo: «Había ordenación … La evidencia más interesante es el hecho de que las ceremonias de ordenación [que descubrimos] para mujeres diáconos eran idénticas a las ceremonias de ordenación para hombres «.
El padre Pottier dijo que las mujeres comenzaron a servir como diáconos «muy temprano» en la iglesia oriental, pero en el siglo X ese ministerio terminó. En Occidente, las mujeres sirvieron como diáconos desde aproximadamente el siglo V hasta el siglo XI o XII.HISTORIAS RELACIONADAS
La Sra. Zagano ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del papel de las mujeres diáconos, más recientemente en Roma por invitación del Papa Francisco.
«Pude ver los manuscritos originales», dijo. «Pude ver libros originales del siglo XVII». Tuvo la oportunidad de volver a leer una gran parte del material que ya había estudiado y «de hecho, encontré algunas cosas nuevas para mí».
«Fue una experiencia extraordinaria», agregó, «porque me iría a casa por la noche, y normalmente en la casa del Santo Padre un cardenal o un obispo, o cuatro cardenales y cuatro obispos, estaría en la mesa de la cena. Así que las conversaciones después del trabajo fueron igual de emocionantes para mí «.
Ella agregó: “[Algunos cardenales] estaban muy interesados en el tema. Otros cardenales no estaban tan interesados. Y tuve un par de quejas, en su mayoría de África, de que estábamos tratando de impulsar una idea estadounidense en África. Yo dije: ‘Nadie está empujando nada a nadie’ ”.
Lo que el Vaticano hará con el informe de la comisión no está claro, según la Sra. Zagano y el Padre Pottier. La comisión del Vaticano no tenía la tarea de hacer recomendaciones al Papa, sino de investigar la «realidad histórica» de las mujeres diáconas, dijeron.
Al preguntarle sobre sus esperanzas para el papel de las mujeres en la iglesia en el futuro, la Sra. Zagano dijo: “Espero que a la iglesia no se le niegue lo que necesita.
«Realmente creo que la iglesia necesita más [personas en] el ministerio», dijo. “Hablo con obispos y cardenales de Sudamérica. Un obispo dijo que tenía cinco millones de católicos y 400 sacerdotes «.
En 2016, Francisco se reunió una comisión para estudiar la historia de las mujeres diaconisas en la iglesia. Por primera vez, Phyllis Zagano y Bernard Pottier, SJ, dos miembros de la comisión, hablan de su investigación de toda la vida sobre este tema. Haz click aquí para ver el vídeo.
Las mujeres han sido elegidas jefas de gobiernos nacionales en seis continentes. Han volado al espacio, han servido en unidades de combate de élite y han ganado todas las categorías del Premio Nobel. El movimiento global #MeToo, en 15 meses, ha derrocado a una multitud de hombres poderosos vinculados a la conducta sexual inapropiada.
Sin embargo, en la mayoría de las principales religiones del mundo, las mujeres permanecen relegadas a un estado de segundo nivel. Las mujeres en varias confesiones todavía están excluidas de la ordenación. A algunos se les prohíbe orar junto a los hombres y se les prohíbe poner un pie en algunas casas de culto por completo. Su atuendo, desde los sombreros hasta la longitud de sus faldas en la iglesia, a menudo está restringido.
Pero las mujeres de todo el mundo en los últimos meses han estado encontrando nuevas formas de eliminar siglos de tradiciones y barreras dominadas por los hombres, muchas de ellas envalentonadas por el aumento del activismo en las redes sociales que se extendió a nivel mundial en la era #MeToo.
Millones de mujeres en la India este mes formaron un muro humano de casi 400 millas de largo en apoyo de las mujeres que desafiaron a los líderes conservadores hindúes y entraron en un templo importante que ha estado fuera del alcance de las mujeres y las niñas entre los 10 y los 50 años.
En Israel, donde el judaísmo ortodoxo ha restringido durante mucho tiempo los roles de las mujeres, una congregación de Jerusalén les ha permitido dirigir las oraciones del viernes por la noche. Los obispos católicos romanos, bajo la presión de activistas por los derechos de las mujeres, concluyeron una reunión reciente en el Vaticano al declarar que las mujeres, como un urgente «deber de justicia», deberían tener un papel más importante en la toma de decisiones de la iglesia.
Muchas académicas feministas cuestionan la legitimidad de las tradiciones patriarcales de larga data en el cristianismo, el judaísmo y el islamismo, cuestionando las traducciones de los versos de la Biblia, la Torá y el Corán que se han utilizado para justificar una jerarquía dominada por los hombres.
Las redes sociales son vistas como un gran catalizador para impulsar el activismo y forjar la solidaridad entre las mujeres de fe que buscan más igualdad. El movimiento #MeToo ha sido evocado, incluso en las filas de las denominaciones conservadoras de los Estados Unidos, como una razón por la cual las mujeres deben esperar un tratamiento más respetuoso del clero masculino y una mayor proporción de roles de liderazgo.
«Las mujeres están buscando oportunidades para que sus voces sean escuchadas y sean más efectivas en sus tradiciones religiosas», dijo Gina Messina, profesora de religión en Ursuline College en Ohio, que se describe a sí misma como feminista y teóloga católica. «Usar las redes sociales es una oportunidad para decir lo que piensan».
Ella co-fundó un blog llamado Feminismo y Religión que cuenta con decenas de colaboradores en todo el mundo y seguidores en más de 180 países. También coeditó una colección de ensayos de mujeres cristianas, judías y musulmanas que explican por qué no han abandonado sus creencias de inclinación patriarcal.
“La percepción parece ser que es un acto feminista solo para dejar tal religión. Sostenemos que también es un acto feminista quedarse «, escriben los tres editores en su prólogo.
He aquí un breve vistazo al estado de la igualdad de género en varias de las religiones del mundo:
CATOLICISMO ROMANO
La doctrina católica ordena un sacerdocio exclusivamente masculino, sobre la base de que los apóstoles de Jesús eran hombres.
Una campaña de décadas para la ordenación de mujeres ha avanzado poco y algunos defensores de ese cambio han sido excomulgados. Las mujeres desempeñan un papel importante en la educación católica, la atención médica y la administración parroquial
Si bien la reciente reunión de obispos en el Vaticano produjo un llamado a expandir la presencia de las mujeres en los asuntos de la iglesia, no se propusieron detalles. Las siete monjas que participaron junto con 267 hombres del clero no pudieron votar sobre el documento final.
A principios de este año, una revista del Vaticano publicó una exposición que detalla cómo a menudo las monjas son tratadas como sirvientes contratados por cardenales y obispos, para quienes cocinan y limpian con pocas recompensas.
En la Universidad de Dayton, una escuela católica en Ohio, la profesora de religión Sandra Yocum dice que algunas de las jóvenes a las que ella enseña «les está costando mucho ver dónde encajan» mientras evalúan la doctrina de la iglesia sobre los roles de género y su sexo dominante en el clero -sabra los escándalos.
«Tienen una profunda preocupación por la iglesia», dijo. «Quieren responder de alguna manera y asumir un papel de liderazgo».
Messina a veces se involucra en «pequeños actos de disidencia» para mostrar disgusto con las tradiciones patriarcales católicas. En el reciente funeral de su abuela, ella cambió la lectura de la Biblia para que el pasaje fuera neutral en cuanto al género.
«Tenemos que seguir presionando, independientemente de si se trata de nuestra generación o de cinco generaciones a partir de ahora».
Rose Dyar, estudiante de último año de la Universidad de Dayton, dice que está decidida a unirse con otros jóvenes católicos para ayudar a la iglesia a superar sus desafíos. La prohibición de las mujeres sacerdotes no es suficiente para alejarla del catolicismo, pero la desalienta.
«Apoyo absolutamente la ordenación de mujeres», dijo. «Desafortunadamente, no creo que ocurra pronto, y eso me rompe el corazón».
ISLAM
Algunas de las tradiciones y prácticas más importantes del profeta Mahoma fueron conservadas y llevadas a cabo por las mujeres más cercanas a él, sus esposas e hijas. Pero como con muchas otras confesiones importantes, las mujeres en la tradición islámica han sido relegadas en gran medida a roles de apoyo a lo largo de la historia reciente.
Las mujeres en el Islam no dirigen la oración ni dan sermones tradicionales de los viernes. En mezquitas más grandes donde las mujeres son bienvenidas, casi siempre están segregadas de los hombres en la parte de atrás o en espacios asignados en otros pisos con entradas y salidas separadas.
En Arabia Saudita, una interpretación dominada por los hombres del Islam impide que las mujeres viajen u obtengan un pasaporte sin el consentimiento de un tutor masculino. Sólo este año el reino permitió a las mujeres conducir.
Los cambios están sucediendo en otros lugares. En Túnez, el presidente Beji Caid Essebsi ha propuesto otorgar a las mujeres iguales derechos de herencia que los hombres, un tema muy debatido en todo el mundo musulmán. En los territorios palestinos, Kholoud al-Faqih se convirtió en la primera jueza del tribunal de la Shariah en 2009, en parte para ayudar a las mujeres afectadas por la violencia doméstica.
Algunas mujeres desafían las interpretaciones de que solo los hombres deben asistir a las oraciones tradicionales de los viernes. Algunos han optado por crear sus propios espacios de oración, como la Mezquita de los Estados Unidos en California, donde las mujeres dirigen los servicios y las académicas comparten sus conocimientos.
Los estatutos de esa mezquita fueron redactados por Atiya Aftab, quien enseña Derecho Islámico en la Universidad de Rutgers y preside la junta en su mezquita, una novedad para una mujer en Nueva Jersey. Ella dice que los movimientos en los EE. UU. Para ampliar los roles de las mujeres en la comunidad islámica a veces se han encontrado con una reacción conservadora, pero el impulso para el cambio parece fuerte.
En Texas, las mujeres musulmanas recientemente formaron un grupo que ha investigado y publicado casos de abuso sexual, físico y espiritual cometidos contra mujeres por parte de líderes de la comunidad musulmana.
JUDAÍSMO
La situación de género dentro del judaísmo es marcadamente diferente en Israel y los Estados Unidos, que en conjunto representan más del 80 por ciento de la población judía del mundo.
Las ramas más grandes de Estados Unidos, Reforma y Conservadora, permiten que las mujeres sean rabinas, mientras que la rama ortodoxa no lo hace. En Israel, los movimientos conservadores y reformistas son pequeños, y las autoridades ortodoxas tienen casi el monopolio de todos los asuntos relacionados con el judaísmo.
Una de las principales fuentes de controversia: la política impuesta por los ortodoxos de prohibir que las mujeres oren junto a los hombres en el Muro Occidental en Jerusalén, el lugar más sagrado donde los judíos pueden orar. Numerosas mujeres que protestaban por la política fueron arrestadas, y varios grupos judíos estadounidenses se enojaron el año pasado cuando el gobierno de Israel dio marcha atrás en los planes para expandir un espacio donde tanto hombres como mujeres pudieran rezar.
Sin embargo, ha habido movimientos para expandir los roles de las mujeres ortodoxas en la vida religiosa. Una congregación de Jerusalén, Shira Hadasha, ha adoptado una interpretación liberal de la ley religiosa judía que incorpora la participación de las mujeres en los servicios, como dirigir las oraciones del viernes por la noche y recitar la Torá el sábado.
Una organización ortodoxa llamada Tzohar está tratando de promover a las mujeres en roles donde las costumbres sociales, no las leyes religiosas, las han excluido, como enseñar la ley judía o certificar que los restaurantes cumplen con los estándares kosher.
«Si la ley judía no dice que algo está prohibido, pero solo por razones sociales o culturales en las que las mujeres no participaron, no vemos ninguna razón para que no deban participar», dijo el presidente de Tzohar, el rabino David Stav.
Mormonismo
Las mujeres en la iglesia mormona tienen prohibido ser sacerdotes, liderar congregaciones locales o ocupar los puestos de liderazgo más importantes en una fe que cuenta con 16 millones de miembros en todo el mundo.
Las mujeres de más alto rango en la iglesia supervisan tres organizaciones que administran programas para mujeres y niñas. Estos consejos se sientan debajo de varias capas de grupos de liderazgo reservados para hombres.
El papel de las mujeres en la religión conservadora, oficialmente llamada La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha sido un tema de debate durante muchos años, con algunos miembros que presionan por una mayor igualdad y una mayor visibilidad para las mujeres.
La iglesia ha hecho algunos cambios en los últimos años; Los grupos de mujeres dicen que marcan un pequeño progreso. En 2013, una mujer dirigió por primera vez la oración de apertura en la conferencia general semestral de la fe en Salt Lake City. Más tarde ese año, se transmitió en vivo una sesión de conferencia previamente limitada a hombres para que todos la vieran.
Todavía se espera que las mujeres mormonas usen faldas o vestidos para los servicios de adoración y dentro de los templos, pero la religión ha aflojado sus reglas en los últimos años para permitir que las mujeres que trabajan en la sede de la iglesia vistan trajes de pantalón o pantalones de vestir y para que las mujeres que realizan misiones de proselitismo puedan usar pantalones de vestir.
La iglesia no muestra signos de ceder a la ordenación de las mujeres. Kate Kelly, la fundadora de un grupo llamado Ordain Women que dirigió protestas fuera de las conferencias de la iglesia, fue expulsada de la fe en 2014.
«Estamos en esto por mucho tiempo», dijo Lorie Winder Stromberg, de 66 años, miembro de la junta ejecutiva de Ordain Women. «Creo que la ordenación de las mujeres es inevitable, pero no tengo idea del momento».
HINDUISMO Y BUDISMO
La situación de igualdad de género en estas dos religiones basadas en Asia es difícil de resumir brevemente. Ninguna de las dos tiene una sola entidad suprema que impone la doctrina, y cada una tiene múltiples ramas con diferentes filosofías y prácticas.
En el budismo, el estatus de la mujer varía de un país a otro. En Tailandia, un baluarte budista, las mujeres pueden convertirse en monjas, actuando a menudo como amasados glorificados del templo, pero solo en 2003 obtuvieron el derecho de actuar como los equivalentes completos de los monjes varones vestidos de azafrán, y aún representan solo una pequeña fracción del clero del país. .
El templo de Sabarimala en la India había prohibido durante mucho tiempo a las mujeres y niñas en edad de menstruar entrar en la casa de adoración de siglos de antigüedad. Algunos hindúes consideran que las mujeres que menstrúan son impuras.
La Corte Suprema de septiembre levantó la prohibición y estallaron violentas protestas después de que las mujeres ingresaran al templo. A principios de este mes, las mujeres formaron una cadena humana de más de 600 kilómetros (375 millas) para apoyar la igualdad de género.
«Los templos hindúes en la actualidad tienen casi el 99 por ciento de sacerdotes varones», dijo la activista por los derechos de las mujeres Ranjana Kumari, directora del Centro para la Investigación Social con sede en Nueva Delhi. «Las cosas tienen que mejorar».
BAUTIZOS DEL SUR
Si bien muchas denominaciones protestantes ahora ordenan a las mujeres, la más grande de los Estados Unidos, la Convención Bautista del Sur, es una de las que no lo hacen. Aboga por que las mujeres se sometan al liderazgo masculino en su iglesia y al liderazgo de un esposo en el hogar.
Los líderes bautistas del sur dicen que esta doctrina se alinea con la enseñanza del Nuevo Testamento. Un pasaje que citan cita al apóstol Pablo como escrito: «No permito que una mujer enseñe o tenga autoridad sobre un hombre».
Una declaración reciente de la dirección de la CBS insistió en que los bautistas del sur «no son anti-mujeres».
«Sin embargo, debido a que las Escrituras hablan específicamente sobre el papel del pastor, las iglesias están bajo un imperativo moral de guiarse por esa enseñanza, en lugar de las opiniones cambiantes de las culturas humanas».
Cheryl Summers, ex bautista del sur que ha desafiado a la iglesia a mejorar su trato hacia las mujeres, describe esta doctrina de género como una «lógica torturada», especialmente dados los logros de las mujeres de la CBS en el mundo secular.
«Hay una tremenda disonancia cognitiva para una mujer de fe que lidera profesionalmente o a través de esfuerzos voluntarios cuando experimenta el techo de cristal y las paredes en su lugar de culto», dijo Summers por correo electrónico.
Durante el año pasado, la SBC se ha convertido en una serie de casos de conducta sexual inapropiada en las iglesias y los seminarios, lo que ha llevado a algunos activistas a exigir nuevas políticas contra el abuso.
Es oportuno que “los políticos escuchen la voz de sus pueblos y busquen soluciones concretas para favorecer el bien mayor”, advirtió el Papa. Eso exige, sin embargo, el “respeto del derecho y de la justicia”, tanto dentro de la comunidad nacional como internacional, porque “soluciones relativas, emotivas y apresuradas” pueden que consigan acrecentar un consenso efímero, pero no contribuirán nunca a la solución de los problemas más profundos, al contrario, los aumentarán, indicó el Santo Padre.El respeto, por tanto, de la dignidad de cada ser humano “es la premisa indispensable para toda convivencia realmente pacífica”, y el derecho constituye el “instrumento esencial” para la consecución de la justicia social y para alimentar los vínculos fraternos entre los pueblos, afirmó.Defensa de los más débilesEl segundo elemento que el Pontífice mencionó a los embajadores ante la Santa Sede es la “defensa de los débiles”.La Iglesia siempre se ha comprometido a ayudar a los necesitados y la misma Santa Sede se ha convertido, durante estos años, en “promotora de varios proyectos de ayuda para los más débiles, que también han recibido el apoyo de diversas entidades a nivel internacional”, aseguró el Santo Padre.Así, el Papa habló de la iniciativa humanitaria en Ucrania a favor de la población que está sufriendo, especialmente en las regiones orientales del país, debido al conflicto que dura desde hace casi cinco años y que ha tenido recientemente algunos episodios preocupantes en el Mar Negro.SiriaLa comunidad internacional, con sus organizaciones, está llamada a “dar voz a quienes no tienen voz”, señaló el Papa. “Y entre los que no tienen voz en nuestros días, me gustaría recordar a las víctimas de las otras guerras en curso, especialmente la de Siria, con el gran número de muertos que ha causado”.“No podemos olvidar a los numerosos refugiados que ha provocado el conflicto, sometiendo a los países vecinos a una dura prueba”, indicó Francisco, agradeciendo la acogida a los países de Jordania y el Líbano.Trabajadores“El cuidado de los más débiles nos impulsa a reflexionar sobre otra plaga de nuestro tiempo, es decir, las condiciones de los trabajadores”. El trabajo, “si no se protege adecuadamente, deja de ser el medio por el que el hombre se realiza y se convierte en una forma moderna de esclavitud”, indicó el Papa.Señales de paz
Francisco no quiso dejar de señalar las “significativas” señales de paz consolidadas durante el año pasado: el histórico acuerdo entre Etiopía y Eritrea, el acuerdo firmado por los líderes de Sudán del Sur y la evolución positiva en la península de Corea.Al mismo tiempo, expresó su deseo de esperanza para “la amada Venezuela, que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la crisis política, social y económica”, dijo, y también apuntó que la Santa Sede espera que se reanude el diálogo entre israelíes y palestinos, “para que finalmente se llegue a un acuerdo que responda a las aspiraciones legítimas de ambos pueblos, asegurando la convivencia entre los dos estados y el logro de una paz tan esperada y deseada”.RDDespués de las palabras introductorias del Decano del Cuerpo Diplomático, George Poulides, embajador de Chipre ante la Santa Sede, el Papa pronunció el siguiente discurso:***Discurso del Papa FranciscoExcelencias, señoras y señores:El comienzo de un nuevo año nos permite detener por un instante el frenético ritmo de las actividades cotidianas para realizar algunas consideraciones sobre los acontecimientos pasados y reflexionar sobre los desafíos que nos esperan en el futuro próximo. Doy las gracias por la presencia numerosa a nuestro encuentro habitual, que quiere ser sobre todo una ocasión propicia para intercambiarnos un pensamiento cordial y halagüeño. A través de ustedes, quiero hacer llegar mi cercanía a los pueblos que representan, junto a mi deseo de que el año que comienza traiga paz y bienestar a todos los miembros de la familia humana.Agradezco de forma particular al Embajador de Chipre, el excelentísimo señor George Poulides, las amables palabras que por primera vez me ha dirigido en nombre de todos ustedes, en calidad de Decano del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. A cada uno de ustedes deseo manifestar la estima particular por el trabajo que cotidianamente realizan para consolidar las relaciones entre sus respectivos países y organizaciones con la Santa Sede, ulteriormente reforzadas por la firma o ratificación de nuevos acuerdos.Me refiero en particular a la ratificación del Acuerdo marco entre la Santa Sede y la República de Benín sobre el Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica en Benín, así como a la firma y a la ratificación del Acuerdo entre la Santa Sede y la República de San Marino para la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas.
En el ámbito multilateral, la Santa Sede ha ratificado también el Convenio Regional de la UNESCO sobre la convalidación de los títulos relativos a la Educación Superior en Asia y el Pacífico, y en el pasado mes de marzo se ha adherido al Acuerdo Parcial ampliado del Consejo de Europa sobre Itinerarios Culturales, una iniciativa que tiene el objetivo de mostrar cómo la cultura está al servicio de la paz y representa un factor unificador de las distintas sociedades europeas, capaz de acrecentar la concordia entre los pueblos. Se trata de un signo de particular atención hacia una Organización que en este año celebra su 70 aniversario de fundación, con la que la Santa Sede colabora desde hace muchos decenios reconociéndole su papel específico en la promoción de los derechos humanos, de la democracia y del Estado de derecho, en un espacio que quiere abrazar a todo el continente europeo. Por último, el pasado 30 de noviembre, el Estado de la Ciudad del Vaticano fue admitido en la Zona única de Pagos en Euros (SEPA).La obediencia a la misión espiritual, que brota del imperativo que el Señor Jesús ha dirigido al apóstol Pedro: «Apacienta mis corderos» (Jn 21,15), impulsa al Papa —y por tanto a la Santa Sede— a preocuparse por toda la familia humana y sus necesidades, incluso en el ámbito material y social. Con todo, la Santa Sede no busca interferir en la vida de los estados, sino que su pretensión no es otra que la de ser un observador atento y sensible de las problemáticas que afectan a la humanidad, con el sincero y humilde deseo de ponerse al servicio del bien de todo ser humano.Esta solicitud es la que caracteriza la cita de hoy y que me sostiene en los encuentros con la multitud de peregrinos que llegan al Vaticano desde todas las partes de mundo, así como con los pueblos y las comunidades que he tenido la alegría de encontrar el año pasado durante los viajes apostólicos realizados a Chile, Perú, Suiza, Irlanda, Lituania, Letonia y Estonia.Esta solicitud es la que impulsa a la Iglesia en cada lugar a trabajar por favorecer la edificación de sociedades pacíficas y reconciliadas. En este sentido, pienso particularmente en la amada Nicaragua, cuya situación sigo de cerca, con el deseo de que las distintas instancias políticas y sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el bien de toda la nación.
En ese horizonte se coloca también la consolidación de las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam, con vistas al nombramiento, en un futuro próximo, de un Representante Pontificio residente, cuya presencia quiere ser ante todo una manifestación de la solicitud del Sucesor de Pedro por la Iglesia local.En este sentido hay que entender la firma del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular de China sobre el nombramiento de los Obispos en China, realizada el pasado 22 de septiembre. Como se sabe, este último es fruto de un largo y ponderado diálogo institucional, mediante el cual se han llegado a fijar algunos elementos estables de colaboración entre la Sede Apostólica y las Autoridades civiles. Como he podido mencionar en el Mensaje que he dirigido a los católicos chinos y a la Iglesia universal,[1] había readmitido ya precedentemente a la plena comunión eclesial a los restantes obispos oficiales ordenados sin mandato pontificio, invitándolos a trabajar generosamente por la reconciliación de los católicos chinos y por un renovado impulso en la evangelización. Agradezco al Señor porque, por primera vez después de tantos años, todos los obispos en China estén en plena comunión con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia universal. Y un signo visible de esto ha sido también la participación de dos obispos de China continental en el reciente Sínodo dedicado a los jóvenes. Esperemos que la prosecución de los contactos para la aplicación del Acuerdo Provisional firmado contribuya a resolver las cuestiones abiertas y asegure los espacios necesarios para un desarrollo efectivo de la libertad religiosa.Queridos Embajadores:El año que ahora comienza observa la llegada de diversos y significativos aniversarios, además del ya recordado del Consejo de Europa. Entre ellos quisiera destacar particularmente uno: el centenario del nacimiento de la Sociedad de Naciones, instituida con el tratado de Versalles y firmado el 28 de junio de 1919. ¿Por qué recordar a una Organización que ya no existe? Porque representa el inicio de la diplomacia moderna multilateral, mediante el cual los estados intentan evitar que las relaciones recíprocas sean dominadas por la lógica del dominio que conduce a la guerra. El experimento de la Sociedad de Naciones sufrió enseguida esas dificultades, por todos conocidas, que llevaron exactamente 20 años después de su nacimiento a un nuevo y más doloroso conflicto, como fue la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, abrió un camino, que fue recorrido con mayor decisión con la institución en 1945 de la Organización de las Naciones Unidas: un camino ciertamente cargado de dificultades y de contrastes; no siempre eficaz, puesto que los conflictos por desgracia permanecen todavía hoy, pero es una innegable oportunidad para que las naciones se encuentren y busquen soluciones comunes.La premisa indispensable para el éxito de la diplomacia multilateral es la buena voluntad y la buena fe de los interlocutores, la disponibilidad a una discusión leal y sincera, y la voluntad de aceptar las inevitables concesiones que nacen del diálogo entre las partes. Allí donde falta incluso uno solo de estos elementos, prevalece la búsqueda de soluciones unilaterales y, en definitiva, el dominio del más fuerte sobre el más débil. La Sociedad de las Naciones entró en crisis precisamente por estos motivos y, por desgracia, también hoy se nota cómo la resiliencia de las principales organizaciones internacionales se ve amenazada por las mismas actitudes.Así pues, considero importante que en la actualidad no falte tampoco la voluntad de un diálogo sereno y constructivo entre los estados, por más que sea evidente que las relaciones en el seno de la comunidad internacional y el sistema multilateral en su conjunto, estén atravesando momentos de dificultad, con el resurgir de tendencias nacionalistas que minan la vocación de las organizaciones internacionales de ser un espacio de diálogo y encuentro para todos los países. Esto es en parte debido a cierta incapacidad del sistema multilateral para ofrecer soluciones eficaces a las distintas situaciones que desde hace tiempo están pendientes de resolución, como algunos conflictos “congelados”, y para afrontar los desafíos actuales en modo satisfactorio para todos. En parte, es el resultado de la evolución de las políticas nacionales, condicionadas cada vez con mayor frecuencia por la búsqueda de un consenso inmediato y sectario, en lugar de buscar pacientemente el bien común con respuestas a largo plazo. En particular, es también el resultado de la creciente preponderancia de poderes y grupos de interés en los organismos internacionales que imponen la propia visión e ideas, desencadenando nuevas formas de colonización ideológica, que a menudo no respetan la identidad, la dignidad y la sensibilidad de los pueblos. Concretamente, es la consecuencia de la reacción en algunas zonas del mundo contra una globalización que se ha desarrollado en ciertos aspectos demasiado rápido y de forma desordenada, de modo que entre globalización y localismo se produce siempre una tensión. Es necesario, por tanto, poner atención a la dimensión global sin perder de vista lo que es local. Ante la idea de una “globalización esférica”, que nivela las diferencias y en la que las particularidades desaparecen, es fácil que resurjan los nacionalismos, mientras que la globalización puede ser también una fuente de oportunidades, puesto que es “poliédrica”; es decir, favorece una tensión positiva entre la identidad de cada pueblo y nación, y la globalización misma, según el principio de que el todo es superior a la parte. [2]Algunas de estas actitudes evocan el periodo de entreguerras, en el que las tendencias populistas y nacionalistas prevalecieron sobre la acción de la Sociedad de Naciones. La reaparición de corrientes semejantes está debilitando progresivamente el sistema multilateral, con el fruto de una falta general de la confianza, una crisis de credibilidad de la política internacional y una creciente marginación de los miembros más vulnerables de la familia de las naciones.San Pablo VI, que he tenido la alegría de canonizar el año pasado, en su memorable discurso a la Asamblea de las Naciones Unidas —el primero de un Pontífice ante esa asamblea—, trazó los objetivos de la diplomacia multilateral, sus características y responsabilidades en el contexto contemporáneo, evidenciando también los elementos de contacto que existen con la misión espiritual del Papa y, por tanto, de la Santa Sede.El primado de la justicia y del derecho
El primer elemento de contacto que quisiera evocar es el primado de la justicia y del derecho: «Vosotros —decía el Papa Montini— habéis consagrado el gran principio de que las relaciones entre los pueblos deben regularse por el derecho, la justicia, la razón, los tratados, y no por la fuerza, la arrogancia, la violencia, la guerra y ni siquiera, por el miedo o el engaño».[3]En nuestra época, suscita preocupación el resurgir de la tendencia a hacer prevalecer y a perseguir los intereses de cada nación sin recurrir a los instrumentos que el derecho internacional prevé para resolver tales controversias y asegurar el respeto de la justicia, también a través de los Tribunales internacionales. Dicha actitud es a veces fruto de la reacción de los que han sido llamados a la responsabilidad de gobernar ante el acentuado malestar que está creciendo cada vez más entre los ciudadanos de muchos países, los cuales perciben las dinámicas y las reglas que gobiernan la comunidad internacional como lentas, abstractas y, también, lejanas a sus necesidades reales. Es oportuno que los políticos escuchen la voz de sus pueblos y busquen soluciones concretas para favorecer el bien mayor. Eso exige, sin embargo, el respeto del derecho y de la justicia, tanto dentro de la comunidad nacional como internacional, porque soluciones relativas, emotivas y apresuradas pueden que consigan acrecentar un consenso efímero, pero no contribuirán nunca a la solución de los problemas más profundos, al contrario, los aumentarán.Precisamente a partir de esta preocupación propuse dedicar el Mensaje para la LII Jornada Mundial de la Paz, que se celebró el pasado uno de enero, al tema: La buena política está al servicio de la paz, porque hay una íntima relación entre la buena política y la pacífica convivencia entre pueblos y naciones. La paz no es nunca un bien parcial, sino que abraza a todo el género humano. Un aspecto esencial, por tanto, de la buena política es perseguir el bien común de todos, en cuanto «bien de todos los hombres y de todo el hombre»[4] y condición social que permite a cada persona y a toda la comunidad alcanzar el bienestar material y espiritual.A la política se le pide tener altura de miras y no limitarse a buscar soluciones de poco calado. El buen político no debe ocupar espacios, sino que debe poner en marcha procesos; está llamado a hacer prevalecer la unidad sobre el conflicto, que tiene como base «la solidaridad, entendida en su sentido más hondo y desafiante». Esta «se convierte así en un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad multiforme que engendra nueva vida».[5]Esa consideración tiene en cuenta la dimensión trascendente de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. El respeto, por tanto, de la dignidad de cada ser humano es la premisa indispensable para toda convivencia realmente pacífica, y el derecho constituye el instrumento esencial para la consecución de la justicia social y para alimentar los vínculos fraternos entre los pueblos. En este ámbito, tienen un papel fundamental los derechos humanos, enunciados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la que hemos celebrado hace poco el 70 aniversario, cuyo carácter universal, objetivo y racional sería oportuno redescubrir, de modo que no prevalezcan visiones parciales y subjetivas del hombre, que corren el peligro de abrir el camino a nuevas desigualdades, injusticias, discriminaciones y, llevadas al límite, también nuevas violencias y atropellos.La defensa de los más débilesEl segundo elemento que me gustaría mencionar es la defensa de los débiles. «Hacemos nuestra también —afirmaba el Papa Montini— la voz de los pobres, de los desheredados, de los desventurados, de quienes aspiran a la justicia, a la dignidad de vivir, a la libertad, al bienestar y al progreso».[6]
La Iglesia siempre se ha comprometido a ayudar a los necesitados y la misma Santa Sede se ha convertido, durante estos años, en promotora de varios proyectos de ayuda para los más débiles, que también han recibido el apoyo de diversas entidades a nivel internacional. Me gustaría mencionar la iniciativa humanitaria en Ucrania a favor de la población que está sufriendo, especialmente en las regiones orientales del país, debido al conflicto que dura desde hace casi cinco años y que ha tenido recientemente algunos episodios preocupantes en el Mar Negro. Con la participación activa de las Iglesias católicas de Europa y de fieles de otros lugares del mundo, que escucharon mi llamamiento de mayo de 2016, y con la colaboración de otras Confesiones y Organizaciones Internacionales, se ha tratado de socorrer, de manera concreta, las necesidades básicas de los habitantes de los territorios afectados, que son las primeras víctimas de la guerra. La Iglesia y sus diversas instituciones continuarán su misión, con el objetivo de atraer una mayor atención sobre otras cuestiones humanitarias, como la que concierne a la suerte de los prisioneros, todavía numerosos. Con su acción y su cercanía con la población, la Iglesia busca fomentar, directa e indirectamente, la apertura de caminos pacíficos para la solución del conflicto, caminos que respeten la justicia y la legalidad, incluida la internacional, que es la base de la seguridad y la convivencia en toda la región. Para ello son importantes los instrumentos que garantizan el libre ejercicio de los derechos religiosos.Por su parte, también la comunidad internacional con sus organizaciones está llamada a dar voz a quienes no tienen voz. Y entre los que no tienen voz en nuestros días, me gustaría recordar a las víctimas de las otras guerras en curso, especialmente la de Siria, con el gran número de muertos que ha causado. Una vez más, hago un llamamiento a la comunidad internacional para que promueva una solución política a un conflicto que al final no tendrá más que vencidos. Sobre todo, es fundamental que cesen las violaciones de los derechos humanos, que causan sufrimientos inenarrables a la población civil, especialmente a mujeres y niños, y afectan a estructuras esenciales como hospitales, escuelas y campos de refugiados, así como a edificios religiosos.No podemos olvidar a los numerosos refugiados que ha provocado el conflicto, sometiendo a los países vecinos a una dura prueba. Una vez más, quiero expresar mi gratitud a Jordania y al Líbano, que con espíritu fraterno y con mucho sacrificio, han acogido a numerosos grupos de personas, manifestando al mismo tiempo el deseo de que los refugiados puedan regresar a la patria, con condiciones de vida y de seguridad adecuadas. Pienso también en los diferentes países europeos que generosamente han ofrecido hospitalidad a aquellos que se encuentran en dificultades y en peligro.Entre los que se han visto afectados por la inestabilidad en la que desde hace años está inmerso Oriente Medio están especialmente los cristianos, que viven en esas tierras desde el tiempo de los apóstoles y que han ayudado a edificarlas y forjarlas a lo largo de los siglos. Es muy importante que los cristianos tengan un lugar en el futuro de la región y, por lo tanto, aliento a los que han buscado refugio en otras partes a hacer lo posible para regresar a sus casas y mantener y fortalecer los lazos con sus comunidades de origen. Al mismo tiempo, espero que las autoridades políticas no dejen de garantizarles la seguridad necesaria y todos aquellos requisitos que les permitan seguir viviendo en los países de los que son plenamente ciudadanos y contribuir a su construcción.
A lo largo de estos años, Siria, y en general todo Oriente Medio, han sido desafortunadamente escenario de choque de múltiples intereses opuestos. Además de los de carácter preeminentemente político y militar, tampoco se debe descuidar el intento de crear enemistad entre musulmanes y cristianos. Aunque «en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes»,[7] en diferentes partes de Oriente Medio han podido vivir en paz durante mucho tiempo. Dentro de poco tendré la oportunidad de ir a dos países de mayoría musulmana, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos. Serán dos importantes ocasiones para acrecentar aún más el diálogo interreligioso y el entendimiento mutuo entre los fieles de ambas religiones, en el octavo centenario del histórico encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kāmil.Entre los débiles de nuestro tiempo que la comunidad internacional está llamada a defender están también los migrantes y los refugiados. Una vez más, deseo llamar la atención de los gobiernos para que se ayude a quienes han emigrado a causa del flagelo de la pobreza, de todo tipo de violencia y persecución, así como de los desastres naturales y el cambio climático, y para que se tomen las medidas que permitan su integración social en los países de acogida. Es necesario asegurar que las personas no se vean obligadas a dejar sus familias y naciones, o que puedan regresar de manera segura, siendo respetada su dignidad y derechos humanos. Todo ser humano anhela una vida mejor y más feliz, y no se puede resolver el desafío de la migración con la lógica de la violencia y del descarte, ni con soluciones parciales.No puedo dejar de agradecer los esfuerzos de muchos gobiernos e instituciones que, impulsados por un espíritu generoso de solidaridad y caridad cristiana, colaboran fraternamente en favor de los migrantes. Entre estos, me gustaría mencionar a Colombia, que, junto a otros países del continente, en los últimos meses ha recibido a un gran número de personas de Venezuela. Al mismo tiempo, soy consciente de que las olas migratorias de estos años han causado desconfianza y preocupación entre la población de muchos países, especialmente en Europa y América del Norte, y esto ha llevado a varios gobiernos a limitar en gran medida los flujos entrantes, incluso los de tránsito. Sin embargo, creo que no es posible dar soluciones parciales a una cuestión tan universal. Las emergencias recientes han demostrado que se necesita una respuesta común, coordinada por todos los países, sin prevenciones y respetando todas las instancias legítimas, tanto de los Estados como de los migrantes y refugiados.Teniendo esto en cuenta, la Santa Sede ha participado activamente en las negociaciones y en la adopción de los dos Pactos Mundiales sobre los Refugiados y sobre una Migración segura, ordenada y regular. En particular, el Pacto sobre migración representa un importante paso adelante para la comunidad internacional que, por primera vez a nivel multilateral y en el ámbito de las Naciones Unidas, aborda el tema en un documento relevante. A pesar de la naturaleza no vinculante de estos documentos y la ausencia de varios gobiernos en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas en Marrakech, los dos Pactos serán importantes puntos de referencia para el compromiso político y para la acción concreta de organizaciones internacionales, legisladores y políticos, así como para los que están comprometidos a favor de una gestión más responsable, coordinada y segura de las diferentes situaciones que afectan a los refugiados y migrantes. De ambos Pactos, la Santa Sede aprecia la intención y el carácter que facilita su puesta en práctica, a pesar de haber expresado sus reservas sobre los documentos, mencionados en el Pacto relativo a la Migración, que contienen terminologías y directrices que no corresponden a sus principios sobre la vida y los derechos de las personas.
Entre otros débiles, «tenemos conciencia de hacer nuestra —continuaba Pablo VI— la voz […] de las generaciones jóvenes de nuestros días que avanzan confiadas, esperando con justo derecho una humanidad mejor».[8] La XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos estuvo dedicada a los jóvenes, que a menudo se sienten perdidos y sin certezas para el futuro. También serán los protagonistas del viaje apostólico que haré a Panamá dentro de unos pocos días, con motivo de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud. Los jóvenes son el futuro, y la tarea de la política es abrir los caminos del futuro. Por esto es absolutamente necesario invertir en iniciativas que permitan a las nuevas generaciones construir su futuro, tener la oportunidad de encontrar trabajo, formar una familia y criar a sus hijos.Además de los jóvenes, los niños merecen una mención especial, especialmente en este año en que se celebra el 30 aniversario de la proclamación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Esta es una oportunidad favorable para reflexionar seriamente sobre los pasos que se han dado para tutelar el bien de nuestros niños y su desarrollo social e intelectual, así como su crecimiento físico, psíquico y espiritual. En esta circunstancia, no puedo callar ante una de las plagas de nuestro tiempo, que por desgracia ha visto implicados también a varios miembros del clero. El abuso contra los menores de edad es uno de los peores y más viles crímenes posibles. Destruye inexorablemente lo mejor que la vida humana reserva para un inocente, causando daños irreparables para el resto de su existencia. La Santa Sede y toda la Iglesia están trabajando para combatir y prevenir tales crímenes y su ocultamiento, para averiguar la verdad de los hechos que implican a eclesiásticos y para hacer justicia a los niños que han sufrido violencia sexual, agravada por el abuso de poder y de conciencia. La reunión que tendré con los episcopados de todo el mundo, en el próximo mes de febrero, pretende cumplir un paso más en el camino de la Iglesia para arrojar luz sobre los hechos y aliviar las heridas causadas por esos delitos.Es difícil ver que, en nuestra sociedad, tan a menudo caracterizada por contextos familiares frágiles, se manifiestan también comportamientos violentos contra las mujeres, cuya dignidad fue puesta de relieve por la Carta apostólica Mulieris dignitatem, publicada hace treinta años por el santo Pontífice Juan Pablo II. Ante el flagelo del abuso físico y psicológico causado a las mujeres, es urgente volver a encontrar formas de relaciones justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuos, en las que cada uno pueda expresar su identidad de manera auténtica, mientras que la promoción de algunas formas de indiferenciación corre el riesgo de desnaturalizar el mismo ser hombre o mujer.El cuidado de los más débiles nos impulsa a reflexionar sobre otra plaga de nuestro tiempo, es decir, las condiciones de los trabajadores. El trabajo, si no se protege adecuadamente, deja de ser el medio por el que el hombre se realiza y se convierte en una forma moderna de esclavitud. Hace cien años nació la Organización Internacional del Trabajo, que se ha esforzado en promover unas condiciones de trabajo adecuadas y en fomentar la dignidad de los propios trabajadores. Frente a los desafíos de nuestro tiempo, ante todo el creciente desarrollo tecnológico que hace disminuir los puestos de trabajo y la pérdida de garantías económicas y sociales para los trabajadores, tengo la esperanza de que la Organización Internacional del Trabajo, más allá de intereses particulares, seguirá siendo un ejemplo de diálogo y concertación para lograr sus altos objetivos. En esta misión, ella está llamada también a hacer frente, junto con otras instancias de la comunidad internacional, a la plaga del trabajo infantil y a las nuevas formas de esclavitud, así como a la disminución progresiva del valor de los salarios, especialmente en los países desarrollados, y a la discriminación persistente de las mujeres en el ámbito laboral.Ser puentes entre los pueblos y constructores de pazEn su intervención en las Naciones Unidas, san Pablo VI indicó claramente el objetivo principal de esa Organización internacional. «Vosotros —dijo— existís y trabajáis para unir a las naciones, para asociar a los Estados; […] para reunir los unos con los otros. […] Constituís un puente entre pueblos. […] Basta recordar que la sangre de millones de hombres, que sufrimientos inauditos e innumerables, que masacres inútiles y ruinas espantosas sancionan el pacto que os une en un juramento que debe cambiar la historia futura del mundo. ¡Nunca jamás guerra! ¡Nunca jamás guerra! Es la paz, la paz, la que debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad. […] La paz, como sabéis, no se construye solamente mediante la política y el equilibrio de las fuerzas y de los intereses. Se construye con el espíritu, las ideas, las obras de la paz».[9]
Durante el año pasado hubo algunas significativas señales de paz, comenzando por el histórico acuerdo entre Etiopía y Eritrea, que pone fin a veinte años de conflicto y restablece las relaciones diplomáticas entre los dos países. El acuerdo firmado por los líderes de Sudán del Sur, que permite la reanudación de la convivencia civil y la reactivación del funcionamiento de las instituciones nacionales, es también un signo de esperanza para el continente africano, donde, sin embargo, siguen existiendo graves tensiones y una pobreza generalizada. Sigo con especial atención la evolución de la situación en la República Democrática del Congo, y espero que el país pueda encontrar la reconciliación que tanto desea y emprender un camino decisivo hacia el desarrollo, poniendo fin al persistente estado de inseguridad que afecta a millones de personas, entre los que se encuentran muchos niños. Para ello, el respeto del resultado electoral es factor determinante para una paz sostenible. Del mismo modo, manifiesto mi cercanía con aquellos que sufren debido a la violencia fundamentalista, especialmente en Mali, Níger y Nigeria, o a causa de las persistentes tensiones internas en Camerún, que con frecuencia siembran la muerte entre la población civil.En general, también debe señalarse que África, más allá de los diferentes sucesos dramáticos, muestra un gran y positivo dinamismo, arraigado en su cultura antigua y su tradicional hospitalidad. Un ejemplo de solidaridad efectiva entre las naciones es la apertura de fronteras en diferentes países para acoger generosamente a los refugiados y personas desplazadas. Hay que apreciar en muchos Estados el aumento de la coexistencia pacífica entre creyentes de diferentes religiones y la animación de iniciativas solidarias conjuntas. Además, la implementación de políticas inclusivas y el progreso de los procesos democráticos están dando resultados efectivos en muchas regiones para combatir la pobreza absoluta y promover la justicia social. Por lo tanto, el apoyo de la comunidad internacional es aún más urgente para favorecer el desarrollo de infraestructuras, la construcción de perspectivas para las generaciones más jóvenes y la emancipación de las clases más débiles.De la península coreana han llegado signos positivos. La Santa Sede ve favorablemente los diálogos y espera que puedan abordar incluso los problemas más complejos con una actitud constructiva que lleve a soluciones compartidas y duraderas, a fin de garantizar un futuro de desarrollo y cooperación para todo el pueblo coreano y para toda la región.Lo mismo deseo para la amada Venezuela, que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la crisis política, social y económica, vías que consientan asistir sobre todo a los que son probados por las tensiones de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y de paz.La Santa Sede también espera que se reanude el diálogo entre israelíes y palestinos, para que finalmente se llegue a un acuerdo que responda a las aspiraciones legítimas de ambos pueblos, asegurando la convivencia entre los dos estados y el logro de una paz tan esperada y deseada. El compromiso unánime de la comunidad internacional es más valioso y necesario que nunca para lograr este objetivo, así como para promover la paz en toda la región, particularmente en Yemen e Irak, y al mismo tiempo para permitir la ayuda humanitaria a las poblaciones necesitadas.Repensando en nuestro destino comúnFinalmente, quisiera recordar un cuarto aspecto de la diplomacia multilateral, que nos invita a repensar nuestro destino común. Pablo VI lo expresó en estos términos: «Debemos habituarnos a pensar […] en una forma nueva la vida en común de los hombres; en una forma nueva los caminos de la historia y los destinos del mundo. […] Ha llegado la hora en que se impone […] volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común. Nunca como hoy, en una época que se caracteriza por tal progreso humano, ha sido tan necesario el recurso a la conciencia moral del hombre. Porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia. […] El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas».[10]En el contexto de aquella época, el Papa se refirió esencialmente a la proliferación de armas nucleares. «Las armas —decía—, sobre todo las terribles armas que os ha dado la ciencia moderna, antes aún de causar víctimas y ruinas, engendran malos sueños, alimentan malos sentimientos, crean pesadillas, desconfianza, tristes resoluciones, exigen gastos enormes, paralizan proyectos de solidaridad y de trabajo útil, alteran la psicología de los pueblos».[11]Por desgracia, es triste constatar cómo el mercado de armas no solo no se detiene, sino que hay una tendencia cada vez más generalizada a armarse, tanto por parte de personas individuales como de los estados. Causa preocupación especialmente que el desarme nuclear, tan deseado y perseguido en parte en las décadas pasadas, esté ahora dando paso a armas nuevas, cada vez más sofisticadas y destructivas. Quiero aquí reiterar que «no podemos no sentir un vivo sentido de inquietud si consideramos las catastróficas consecuencias humanitarias y ambientales que se derivan de cualquier uso de las armas nucleares. Por tanto, también considerando el riesgo de una detonación accidental de tales armas por un error de cualquier tipo, se debe condenar con firmeza la amenazada de su uso – –y diría la inmoralidad de su uso– así como su posesión, precisamente porque su existencia es funcional a una lógica del miedo que no tiene que ver solo con las partes en conflicto, sino con todo el género humano. Las relaciones internacionales no pueden ser dominadas por las fuerzas militares, por las intimidaciones recíprocas, por la ostentación de los arsenales bélicos. Las armas de destrucción masiva, en particular las atómicas, no generan otra cosa que un engañoso sentido de seguridad y no poder constituir la base de la pacífica convivencia entre los miembros de la familia humana, que debe sin embargo inspirarse por una ética de solidaridad».[12]Repensar nuestro destino común en el contexto actual significa repensar además la relación con nuestro planeta. También en este año, las poblaciones de varias regiones del continente americano y el sudeste asiático han sufrido duramente indescriptibles dificultades y sufrimientos, causados por aluviones, inundaciones, incendios, terremotos y sequías. Por lo tanto, las cuestiones ambientales y el cambio climático son algunos de los temas en los que se hace particularmente urgente encontrar un acuerdo por parte de la comunidad internacional. En este sentido, y a la luz del consenso alcanzado en la reciente Conferencia internacional sobre el clima (COP-24) celebrada en Katowice, espero un compromiso más decisivo de los Estados que fortalezca la colaboración para hacer frente con urgencia al fenómeno preocupante del calentamiento global. La Tierra pertenece a todos y las consecuencias de su explotación recaen sobre la población mundial, y de manera más dramática en algunas regiones. Entre ellas se encuentra la Amazonia, que será la protagonista de la próxima Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos en el Vaticano el próximo mes de octubre, y que, aun cuando se ocupará principalmente de los caminos de la evangelización para el Pueblo de Dios, no dejará de abordar los problemas ambientales en estrecha relación con sus consecuencias sociales.Excelencias, señoras y señores:El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín. Pocos meses después se puso fin al último legado del segundo conflicto mundial: la división lacerante de Europa decidida en Yalta y la guerra fría. Los países al este del muro de Berlín recuperaron su libertad tras décadas de opresión y muchos de ellos comenzaron a recorrer el camino que los llevaría a su adhesión a la Unión Europea. Que, en el contexto actual, donde prevalecen nuevos movimientos centrífugos y la tentación de construir nuevos muros, no se pierda en Europa la conciencia de los beneficios —el primero el de la paz— que ha traído el camino de amistad y acercamiento entre los pueblos emprendido después de la Segunda Guerra Mundial.Me gustaría mencionar hoy un último aniversario. El 11 de febrero, hace noventa años, nacía el Estado de la Ciudad del Vaticano, tras la firma de los Pactos de Letrán entre la Santa Sede e Italia. Así terminó el largo período de la “cuestión romana” que siguió a la toma de Roma y el fin del Estado Pontificio. Con el Tratado lateranense, la Santa Sede pasaba a disponer de «aquella cantidad de territorio material que es indispensable para el ejercicio de un poder espiritual confiado a los hombres en beneficio de los hombres»,[13] como afirmó Pío XI, y con el Concordato la Iglesia podía de nuevo seguir contribuyendo plenamente al crecimiento espiritual y material de Roma y de toda Italia, una tierra rica de historia, arte y cultura, que el cristianismo ha ayudado a forjar. En esta ocasión, le aseguro al pueblo italiano una oración especial para que, en fidelidad a sus tradiciones, mantenga vivo el espíritu de solidaridad fraterna que lo ha distinguido siempre.A todos ustedes, estimados embajadores y distinguidos invitados aquí reunidos, así como a sus países, les expreso mi cordial deseo de que el nuevo año nos permita fortalecer los lazos de amistad que nos unen y trabajar por la construcción de la paz a la que aspira el mundo.Gracias.______________________[1] Cf. Mensaje a los católicos chinos y a la Iglesia universal (26 septiembre 2018), 3. [2] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 234. [3] Pablo VI, Discurso a las Naciones Unidas, Nueva York (4 octubre 1965), 4. [4] Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 165. [5] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 228. [6] Discurso a las Naciones Unidas, 3. [7] Conc. Ecum. Vat. II, Decl. Nostra ætate,sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (28 octubre 1965), 3. [8] Discurso a las Naciones Unidas, 3. [9] Ibíd., 5,8,9. [10] Ibíd., 14. [11] Ibíd., 10. [12] Discurso a los participantes en la Conferencia Internacional sobre el Desarme promovido por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (10 noviembre 2017). [13] Pío XI, Aloc. “Il nostro più cordiale”, a los párrocos de Roma y a los predicadores del tiempo cuaresmal con ocasión de la firma del Tratado y del Concordato en el Palacio de Letrán (11 febrero 1929).
Sor Lucía Caram con Armando Robles en Manresa, este sábadoarchivo particular
«Establecí una desafortunada y falsa afirmación sobre su persona que no tenía el más mínimo rigor». Es una de las frases que incluye la retractación pública a su medio hecha, ayer, por el director de Alerta Digital, Armando Robles. En 2017 afirmó que sabía a ciencia cierta que sor Lucía Caram había ejercido la prostitución en Argentina, su tierra natal. El sábado se fue a disculparse personalmente a la monja establecida en Manresa, y ayer lo hizo públicamente, y admitió que lo había inventado todo.
En el artículo, Robles explica que «en el programa del 2 de febrero del 2017 de La Ratonera [del que también es el director] ofendí gravemente la monja sor Lucía Caram, de las Dominicas de Manresa (Barcelona), haciendo afirmaciones que no se corresponden a la realidad ». La insultó llamándole « desván » y se inventó su pasado después de que Caram saliera al programa Chester in Love , donde expuso sus argumentos para dudar de la virginidad de María.
El despacho Pich Abogados interpuso en el juzgado de Manresa una querella criminal contra Robles por un presunto delito de injurias contra la monja. Este jueves, Robles tenía que ir a declarar. Si no hubiera reaccionado, habría comenzado el procedimiento judicial. Junto con la querella criminal, la abogada de Caram, Montse Pich, explicó ayer a este diario que se le habría acusado de un delito de responsabilidad civil por el hecho de que, haciendo daño a sor Lucía, hacía a su proyecto solidario ya todas las personas que creen y dependientes. Robles firmó en el acto de conciliación del sábado un acuerdo según el cual, a partir de ahora, cualquier información que quiera hacer de sor Lucía deberá revisarla la monja antes de publicación.La abogada confirmó que, tras el paso dado por él, la intención es retirar la querella.
La próxima semana más precisamente el 21 de enero próximo día lunes se conmemoran 47 años de la partida física de GERARDO VALENCIA CANO el Obispo de los Pobres nuestro Hermano mayor como le decían nuestros mayores “MONCHO” como le decíamos todos sí partió físicamente….pero su legado, su amor, su compasión que sintió por su pueblo por los más humildes, por los más desamparados, los más necesitados se quedó aquí entre nosotros GERARDO VALENCIA CANO VIVE, en su pueblo Buenaventura, en los corazones de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo., y para honrar su memoria es mi deseo que esta semana esta página HISTORIA DE BUENAVENTURA, la dediquemos a su Memoria, vamos a aportar nuestra vivencia con él, sus anécdotas, su pensamiento , los registros fotográficos que podamos aportar.es la SEMANA DE GERARDO VALENCIA CANO EN HISTORIA DE BUENAVENTURA
ECLESALIA, 14/01/19.- Estábamos sentados tranquilamente, tomando el sol en una mañana de finales de diciembre, cuando mi madre entre varios comentarios sobre sus dolencias, la familia y las amistades, me espetó de pronto: “He dejado de rezar a Dios, porque no escucha mis oraciones. ¿Cómo es posible que siendo todopoderoso, no pueda curar las dolencias de tus hermanos y las tuyas? Ya lo hice también cuando el accidente de tu hermana: Si no la ayudas, se acabó, para qué voy a pedirte nada si no me haces caso?”.
Yo intenté decirla que Dios no es todopoderoso, ni tiene que cumplir todo lo que le pedimos, pero me cambió de tema y no insistí, ahí se quedó sin resolver nuestro debate teológico.
He estado pensando estos días sobre la enorme desinformación, el desconocimiento y, sobre todo, la deformación que tenemos sobre la existencia, la realidad, el ser o la verdad de Dios. En gran medida por la pésima enseñanza en muchas de las catequesis que se han recibido, tanto en las parroquias y en los colegios, como en la preparación para el bautismo de nuestros hijos y las hijas, o para la preparación del matrimonio. Reducirlo toda la vida de fe a la doctrina del catecismo creo que es un craso error. Porque el mero conocimiento de una doctrina, sin una experiencia vital, tanto personal como comunitariamente, no sirve para nada, no tiene ninguna consistencia.
Yo le podía haber comentado que Dios no es todopoderoso, sino al contrario, que es pura debilidad, porque es bondad y la bondad se identifica, se compadece y se encarna junto a los más débiles, que no tienen nunca poder. O que Dios no puede satisfacer las peticiones que le hacemos, porque no está en su mano librarnos de la enfermedad o que siempre seamos felices, librándonos de todo dolor y sufrimiento en la vida.
Podría haberle dicho que Dios es la Realidad Última, la Fuente originara de todo lo que existe, el Aliento de todo ser, el Eco de fondo de todo el universo, la Luz, el Fuego y la Esperanza que nos habita y palpita en lo más íntimo de nosotros mismos, la Ternura que nos urge a la acogida, a la misericordia, a la justicia, a la fraternidad.
Tendría que haberle comentado que la mayoría de las cosas, si no todas las que le han enseñado a ella y a mí sobre Dios, tendríamos que someterlas a una profunda crítica. San Agustín dice que todo lo que decimos de Dios no es Dios. Tendríamos que dejar, como dice Pedro Casaldáliga, a Dios ser Dios, e intentar vivirle, respirarle, transparentarle con el testimonio de nuestra vida, sin tantas palabras, definiciones, dogmas… Incluyendo todas estas palabras que estoy diciendo.
Cuando volvimos a casa, me dijo mi madre: “Estuve tres meses llorando cuando te marchaste en 1978. Creía que no te iba a volver a ver más…”.
Gozando del sol de aquella mañana, junto a mi madre en el banco del parque, notando su mano que se sostenía en mi brazo para poder caminar mejor, recordando las lágrimas que derramó por mí durante tres meses… en cada uno de esos momentos y otros muchos más durante mi vida, sentí que estaba presente de alguna forma la Divinidad, la Ternura del Amor, la Dulzura del Encuentro, en nuestra más auténtica y profunda humanidad. Sin tener ni querer definir nada. Solo sintiendo su Presencia vivificante en la vida cotidiana (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).Blogger | 14 enero, 2019 en 00:00 | Etiquetas: Bondad, Dios, Humanidad, Oración, Teología, Vida | Categorías: REFLEXIONES | URL: https://wp.me/pICCL-4mS
Debe estar conectado para enviar un comentario.