Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
(José Antonio Pagola).- Uno puede leer y escuchar cada vez con más frecuencia noticias optimistas sobre la superación de la crisis y la recuperación progresiva de la economía.
Se nos dice que estamos asistiendo ya a un crecimiento económico, pero ¿crecimiento de qué? ¿crecimiento para quién? Apenas se nos informa de toda la verdad de lo que está sucediendo.
La recuperación económica que está en marcha va consolidando e, incluso, perpetuando la llamada «sociedad dual». Un abismo cada vez mayor se está abriendo entre los que van a poder mejorar su nivel de vida cada vez con más seguridad y los que van a quedar descolgados, sin trabajo ni futuro en esta vasta operación económica.
De hecho, está creciendo al mismo tiempo el consumo ostentoso y provocativo de los cada vez más ricos y la miseria e inseguridad de los cada vez más pobres.
La parábola del hombre rico «que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día» y del pobre Lázaro que buscaba, sin conseguirlo, saciar su estómago de lo que tiraban de la mesa del rico, es una cruda realidad en la sociedad dual.
Entre nosotros existen esos «mecanismos económicos, financieros y sociales» denunciados por Juan Pablo II, «los cuales, aunque manejados por la voluntad de los hombres, funcionaban de modo casi automático, haciendo más rígidas las situaciones de riqueza de los unos y de pobreza de los otros».
Una vez más estamos consolidando una sociedad profundamente desigual e injusta. En esa encíclica tan lúcida y evangélica que es la Sollicitudo rei socialis, tan poco escuchada, incluso por los que lo vitorean constantemente, Juan Pablo II descubre en la raíz de esta situación algo que solo tiene un nombre: pecado.
Podemos dar toda clase de explicaciones técnicas, pero cuando el resultado que se constata es el enriquecimiento siempre mayor de los ya ricos y el hundimiento de los más pobres, ahí se está consolidando la insolidaridad y la injusticia.
En sus bienaventuranzas, Jesús advierte que un día se invertirá la suerte de los ricos y de los pobres. Es fácil que también hoy sean bastantes los que, siguiendo a Nietzsche, piensen que esta actitud de Jesús es fruto del resentimiento y la impotencia de quien, no pudiendo lograr más justicia, pide la venganza de Dios.
Sin embargo, el mensaje de Jesús no nace de la impotencia de un hombre derrotado y resentido, sino de su visión intensa de la justicia de Dios que no puede permitir el triunfo final de la injusticia.
Han pasado veinte siglos, pero la palabra de Jesús sigue siendo decisiva para los ricos y para los pobres. Palabra de denuncia para unos y de promesa para otros, sigue viva y nos interpela a todos.
6 Tiempo ordinario – C (Lc 6,17.20-26) 17 de febrero de 2019
«Es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia», anunció el Vaticano en un comunicado leído por su portavoz, Alessandro Gisotti
El papa Francisco confirmó la prohibición, de manera cautelar, del ejercicio público del ministerio sacerdotal y el contacto, en cualquier modo y forma, con menores de edad al cardenal George Pell. (Foto: EFE)26.02.2019 / 06:22 am
Ciudad del Vaticano. El Vaticano expreso este martes su «profundo respeto» por la justicia australiana tras la condena del cardenal George Pell, exnúmero tres de la iglesia católica, por abusos sexuales a menores.
«Es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas», anunció el Vaticano en un comunicado leído por su portavoz, Alessandro Gisotti.
El papa Francisco confirmó la prohibición, de manera cautelar, del ejercicio publico del ministerio sacerdotal y el contacto, en cualquier modo y forma, con menores de edad al cardenal Pellcondenado por abuso sexual de menores, informó hoy el Vaticano.
«Para garantizar el curso de la Justicia, el papa ha confirmado las medidas cautelares ya dispuestas al cardenal Pell desde que regresó a Australia, o sea que en espera de que se confirmen definitivamente los hechos a Pell se le prohíbe de manera cautelar el ejercicio publico del ministerio sacerdotal y como de norma el contacto en cualquier modo y forma con menores de edad», leyó el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti.
El cardenal George Pell sale de un tribunal en Melbourne, Australia, el martes 26 de febrero de 2019. (AP Foto/Andy Brownbill) (Andy Brownbill / AP)Por ROD McGUIRKAssociated Press
La «dolorosa» noticia de la condena del cardenal australiano George Pell, el clérigo de más alto rango de la Iglesia católica acusado de abuso sexual a menores, sorprendió a mucha gente, dijo el martes un portavoz del Vaticano, que añadió que el prelado «ha reiterado su inocencia y tiene derecho a defenderse» en todos los estamentos judiciales.
Pell, asesor financiero del papa Francisco y ministro de Economía del Vaticano, fue declarado culpable en su país por manosear a dos monaguillos momentos después de oficiar una misa, en un nuevo revés para la credibilidad de la jerarquía católica luego de un año de revelaciones de abusos y encubrimientos en todo el mundo.
Francisco confirmó que ya se han tomado «medidas de precaución» contra Pell, incluyendo una prohibición para celebrar música en público y «como es norma, los contactos de cualquier tipo o forma con menores», dijo el portavoz en funciones de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, en una declaración que leyó a reporteros sin admitir preguntas.
Pell guardó la compostura mientras el jurado, compuesto por 12 miembros, emitía veredictos unánimes en el tribunal del condado de Victoria el 11 de diciembre, tras más de dos días de deliberaciones. La corte tenía prohibido publicar detalles del proceso hasta el martes.
El jurado declaró al religioso culpable de haber abusado de dos niños de 13 años a quienes encontró bebiendo vino sacramental en un cuarto trasero de la Catedral de San Patricio en Melbourne a fines de 1996, cuando él tenía 55 años, mientras cientos de fieles salían de la iglesia tras los servicios dominicales. También se declaró culpable a Pell de haber abusado de uno de los muchachos en un pasillo más de un mes después.
El cardenal, que ahora tiene 77 años, se enfrenta una condena de hasta 50 años en prisión en la audiencia para la sentencia que arranca el miércoles. La semana pasada presentó una apelación a las condenas.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Australia, el arzobispo Mark Benedict Coleridge, dijo que la condena a Pell ha «sorprendido a muchos en Australia y en todo el mundo», incluyendo a los prelados del país.
Los obispos están de acuerdo en que «todo el mundo debería ser igual ante la ley y respetamos el sistema judicial australiano», agregó Coleridge en una declaración ante periodistas desde Roma.
«Rezamos por todos los que han sido víctimas de abusos y por sus seres queridos y nos comprometemos de nuevo a hacer todo lo posible para garantizar que la iglesia sea un lugar seguro para todos, especialmente para los jóvenes y los más vulnerables», manifestó.
Los detalles sobre el proceso estuvieron protegidos porque, hasta el martes, el prelado debía enfrentar un segundo juicio en abril por una supuesta agresión a dos niños de 9 o 10 años y de 11 o 12 a finales de la década de 1970, cuando todavía era un joven sacerdote, en una piscina pública de Ballarat, su localidad natal. El fiscal Fran Dalziel comunicó al tribunal el martes que los cargos de Ballarat habían sido retirados y pidió la suspensión del secreto sobre el otro caso.
La víctima que declaró en el juicio de Pell dijo que tras la condena al religioso se reveló que había padecido «vergüenza, soledad, depresión y problemas». En su declaración, el hombre dijo que había tardado años en comprender el impacto que ese asalto tuvo en su vida.
La abogada Lisa Flynn dijo que le padre de la segunda víctima, que murió por una sobredosis de heroína en 2014 a los 31 años, tiene previsto demandar a la Iglesia o al propio Pell una vez se resuelva la apelación.
La declaración de culpabilidad se confirmada la misma semana que Francisco concluyó una cumbre extraordinaria de líderes católicos que fueron convocados a Roma para un tutorial sobre prevenir el abuso sexual por parte de clérigos y para proteger a los niños de sacerdotes abusivos.
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La periodista de The Associated Press Nicole Winfield en Roma contribuyó a este despacho.
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El cardenal australiano George Pell, a su salida de una corte de Melbourne, el 26 de febrero de 2019
El cardenal australiano George Pell, número tres del Vaticano, fue declarado culpable de agresión sexual a menores, anunció este martes una corte de Melbourne, convirtiéndose así en el más alto responsable de la Iglesia católica condenado en un caso de pederastia.
La corte de Melbourne (sur de Australia) declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años 1990.
El prelado había rechazado inicialmente estas acusaciones y el jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio en septiembre, pero fue declarado culpable durante un nuevo juicio el 11 de diciembre.
El tribunal de Melbourne adoptó entonces una «orden de supresión», que prohibía a los medios cualquier mención a este caso, so pena de actuaciones judiciales.
Este silencio obligado se impuso con el objetivo de proteger al jurado de un segundo juicio en el que el cardenal Pell debía ser juzgado por otros presuntos delitos.
Pero la acusación decidió renunciar a este segundo proceso, lo que condujo al levantamiento, este martes, del silencio mediático sobre el primer caso y a autorizar a los medios a anunciar el veredicto de culpabilidad.
«El cardenal George Pell siempre ha mantenido su inocencia y continúa haciéndolo», dijo un comunicado publicado este martes por sus abogados, que anunciaron haber presentado una apelación.
El texto señala también que se retiraron o desestimaron varias acusaciones y cargos contra Pell.
– «Púdrase en el infierno» –
Uno de los monaguillos víctimas de Pell falleció en 2014. El otro dijo en un comunicado publicado este martes por su abogado que el proceso legal es estresante y «aún no terminó».
«Como muchos supervivientes, he experimentado vergüenza, soledad, depresión y dificultades. Como a muchos supervivientes, me llevó años comprender el impacto que tuvo en mi vida», dijo la víctima, que no fue identificada públicamente.
A las puertas de la corte, defensores de otras víctimas de abusos recibieron a Pell con gritos de «monstruo» y «púdrase en el infierno», a su salida al término de la audiencia.
El miércoles está prevista otra audiencia previa a la sentencia.
Su condena representa un nuevo golpe para la Iglesia, apenas dos días después del cierre de una histórica cumbre sobre pederastia en su seno.
«Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan», dijo Francisco en sus declaraciones finales en el encuentro.
Pero los críticos consideran que la institución aborda con demasiada lentitud un problema global y que se remonta, como mínimo, décadas atrás.
Días después de la condena de Pell en secreto, la Iglesia anunció que había sido retirado del grupo de cardenales que componen el gabinete del papa y sus consejeros más cercanos.
Pero sobre el papel sigue apareciendo a la cabeza de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, es decir, número tres del Vaticano, un cargo del que se tomó una licencia para defenderse en el juicio.
El caso de Pell ha causado conmoción en Australia, donde en el pasado fue elogiado por un ex primer ministro y lidera a las voces conservadora en cuestiones como el matrimonio homosexual y el cambio climático.
Pell negó durante décadas haber cometido u ocultado abusos sexuales, pero reconoció haber «metido la pata» al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria.
Una comisión real que investiga los abusos a menores dijo en un informe el año pasado que decenas de miles de niños fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas de Australia durante generaciones, en un país en el que una de cada cinco personas son católicas, unos cinco millones en total.
Antes de Pell, el caso de mayor rango de abusos sexuales en la Iglesia en Australia fue el de Philip Wilson, exarzobispo de Adelaida, condenado el año pasado por encubrir crímenes de un cura pederasta en los años 1970. Su condena de prisión fue anulada en diciembre.
Olga Lucía Álvarez en una misa en una casa, lucha por la igualdad de derechos en la Iglesia Católica.Fotos: Katharina Wojczenko
De niña, Olga Lucía Álvarez, de 77 años, jugaba con el culto de sus hermanos y la procesión de la Pascua. Hoy en día, la colombiana es la primera sacerdotisa católica y obispo de América Latina. Fue consagrada contra la resistencia de la iglesia oficial en Roma.
Por Katharina Wojczenko, Medellín
Olga Lucía Álvarez Benjumea no se deja molestar, ni por los pollos que están debajo del altar, ni por el conejo que se cierne sobre sus pies durante el sermón, ni por el celular del chico que suena en la lectura. Y ciertamente no desde el autobús que se estrella cada pocos minutos afuera sobre los baches y llena la casa con gases de escape. La abuela Anita Manco, de 86 años, tiene una pierna adolorida. Sus hijos han invitado a Olga Lucía Álvarez a su casa para que pueda celebrar la Santa Misa con su familia y donar la Unción a su abuela.
Álvarez es una sacerdotisa. Es parte del movimiento mundial de la Asociación de Sacerdotes Católicos Romanos (ARCWP) . En 2010, se convirtió en la primera sacerdote latinoamericana en América Latina y fue ordenada obispo en 2015 por un obispo cuyo nombre quiere revelar después de su muerte porque él es miembro de la iglesia oficial en Roma. Esto no reconoce a las sacerdotisas y las ha excomulgado a todas. Que, a su vez, las mujeres no reconocen. O, en palabras de Álvarez, «Jesús era un hombre, y esa es la razón por la cual las mujeres no deben representar a Dios, ¡es vergonzoso!»
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Con las zapatillas de color rosa, la mochila rosa, la blusa blanca y el pantalón rojo cereza recuerda a una colegiala luchadora de 77 años. Si no hubiera una simple cruz de metal sobre su pecho. Ella no necesita su propia casa de adoración. Para el servicio, ella entrega la habitación en la casa con techo de hojalata, donde vive la abuela Anita. La familia ha puesto la mesa con un paño blanco.
Este es su altar en el que prepara la caja de plástico que contiene los anfitriones, la pequeña botella de vino, la copa y su biblia. La cama de la abuela y varias sillas de plástico son los bancos. Dos hijas, un hijo, un yerno y tres nietos han llegado. Álvarez se pone una estola, que está bordada de colores con santos femeninos. Ella abraza y besa a todos en saludo. El toque es al menos tan importante para ella como las palabras.
Ella anima a la gente con la Biblia.
Cuando ella quiere hacer que la Palabra de Dios sea comprensible, se vuelve ruidosa, susurrando, casi promoviendo. Como el pasaje bíblico sobre la curación de la suegra de Simón Pedro, quien eligió a la familia para la lectura. En el arameo, el lenguaje de Jesús, no dijo ásperamente «¡Levántate!» Como en la traducción. Pero: «Puedes levantarte». Tienes la dignidad de hacerlo, tienes el poder espiritual, eres capaz, explica. «La motivó, tomó su miedo y dolor», dice Álvarez. «Todo depende de nosotros. El Espíritu de Dios está en nosotros, solo tenemos que permitirlo, fortalecerlo «.
Tomando conciencia de su dignidad y actuando por su cuenta: Olga Lucía Álvarez Benjumea ya ha predicado esto a muchas personas en situaciones difíciles de la vida cuando ella ni siquiera era una sacerdotisa. Al crecer en una aldea en el departamento de Antioquia, conoció los problemas sociales de Colombia a una edad temprana. Hubo varias minas ilegales y durante décadas desaparecieron y masacres repetidas de la población pobre.
Su madre era una mujer profundamente religiosa. Ella le dio su fe católica a sus hijos. De los seis hermanos, dos se convirtieron en sacerdotes, y una sacerdotisa. Ya de niños, tocaban la iglesia en casa, celebraban misas y procesiones. Los altares fueron arreglados con el periódico de la madre. El pastor jugaba a los hermanos alternativamente. «Mi madre nunca dijo: Olga no tiene permitido hacer eso», recuerda Álvarez.
Olga Lucia incorpora la iglesia al servicio. La abuela Anita distribuye una oblea a su hija Lucero.
Se convirtió en misionera laica católica, trabajando con afrocolombianos e indios, en lugares accesibles solo en bote o burro, y con personas en los barrios pobres de las grandes ciudades. Ella los escuchó, les habló sobre el evangelio y trató de encontrar soluciones prácticas para sus problemas; por ejemplo, construyendo talleres y animando a las mujeres a estudiar.
Como sacerdotisa, ella sigue yendo a donde la necesitan. Trabaja con mujeres liberadas de prisión, que no tienen con quién hablar, con prostitutas y visitas a familias que las invitan.
En un barco cerca de Passau las primeras sacerdotisas consagradas.
Ih s principio tomó el movimiento sacerdotisas internacionales en Austria . La fundadora es la ex benedictina y profesora Christine Mayr-Lumetzberger. «En los años 70, se esperaba que las mujeres abriéramos las oficinas», dice el obispo hoy. Pero el papa Juan Pablo II declaró que la cuestión de la ordenación de mujeres había terminado. Es por eso que hace 20 años Mayr-Lumetzberger desarrolló un programa de capacitación para sacerdotisas. 2002 excomulgado por el obispo de la iglesia oficial y la liberación argentina teólogo Rómulo Braschi ordenó que los primeros siete mujeres sacerdotes – en un barco en el Danubio cerca de la Baja Baviera Passau.
Hoy en día hay alrededor de 300 sacerdotisas católicas en todo el mundo. El más común es el movimiento en norteamérica. En América Latina, actualmente hay diez, nueve colombianas y un venezolana, más siete candidatos. Hay alrededor de 20 sacerdotisas en Austria y Alemania, la mayoría de las cuales trabajan en secreto, principalmente debido a su papel adicional dentro de las organizaciones eclesiásticas. La culpa es el Concordato, el Tratado de Estado con la Iglesia. la
Si supieran lo que están haciendo, su trabajo estaría en juego . Los sacerdotes que trabajan con las mujeres o les permiten oficiar en sus iglesias también quieren permanecer sin ser reconocidos. «Gracias al boca a boca, tienen mucho que ver con los bautismos, las bodas, el culto y el cuidado pastoral», dice Mayr-Lumetzberger.
Lo que comparten las mujeres en todo el mundo: tienen una familia detrás de ellas y son financieramente independientes. Eso es importante porque las sacerdotisas no merecen nada. También Álvarez se decidió solo por este paso, cuando ya estaba jubilada. Pareja o hijos no los tiene. El matrimonio, la pareja, el divorcio o la homosexualidad, sin embargo, no serían un obstáculo para una ordenación sacerdotal.
«He leído el Evangelio y me sentí liberada», explica Álvarez, «Me siento obligada a liberar a los demás». Ella no quería convertirles. «Nunca he pasado por los barrios marginales e inyectado agua bendita a mi alrededor, pero he vivido mi fe». Todo lo demás no puede reconciliarse con los crímenes de la iglesia contra los indígenas durante la era colonial.
Por encima de todo, trabajó durante años junto al obispo Gerardo Valencia Cano, de quien fue secretaria. Valencia fue obispo de Buenaventura, hasta hoy un área de violencia y pobreza en la costa del Pacífico con población mayoritariamente afrocolombiana. No solo promovió deliberadamente a mujeres misioneras y les permitió asumir estos deberes sacerdotales. Valencia fue un apasionado exponente de la teología de la liberación, cuya es hija, Álvarez se llama a sí misma.
Esta teología se desarrolló en la década de 1960 en varios países latinoamericanos. El detonante fue la injusticia social. Los teólogos de la liberación interpretaron la Biblia a partir de la experiencia de los pobres. Querían ayudarlos a liberarse de la explotación y la opresión, en lugar de esperar la salvación.
Para los pobres contra resistencia.
Los teólogos de la Liberación se encontraban entre las alas: en los regímenes dictatoriales, en la Iglesia Católica Romana, que a menudo cooperaba con estos regímenes, y en aquellos que tenían el poder o el socialismo detrás. En repetidas ocasiones fueron asesinados sacerdotes, incluso en Colombia. El obispo Gerardo Valencia Cano murió en circunstancias dudosas en un accidente aéreo. La oficina de teología de la liberación en Bogotá, donde trabajaba Álvarez, siendo atacada repetidamente.
Al mismo tiempo, la teología de la liberación latinoamericana tuvo consecuencias de largo alcance para la Iglesia católica universal. Esta fue la experiencia de Álvarez en 1968 en Medellín como secretaria de la Asamblea General de Obispos Latinoamericanos. Los obispos denuncian las injusticias sociales y pagan con la aprobación del Papa llamó la opción por los pobres a la directriz de la iglesia – por lo que este partido en particular quiere llevar a los pobres – una idea que Francisco ha retomado.
En el camino debajo de la casa de la abuela: aquí abajo pastan sus cabras. En la foto el hijo Norberto (izquierda) y su nieta Manuela.
Álvarez estaba allí cuando un movimiento minoritario se desarrolló contra la resistencia de la jerarquía eclesiástica y la iglesia mundial finalmente cambió. Ella espera lo mismo para el movimiento sacerdotal femenino. En la mayoría de las iglesias protestantes, anglicanas y católicas antiguas y en otras comunidades cristianas, se permite la ordenación de las mujeres. La conversión está fuera de la cuestión para ellos, porque su objetivo es nada menos que la reforma de la Iglesia Católica Romana.
El rechazo a la ordenación de mujeres es controvertido en la iglesia
Pero los obispos en el Vaticano continúan rechazando la ordenación de mujeres. El derecho canónico permite la consagración sólo a un hombre bautizado. Teológicamente, esto es controvertido. Los defensores de la ordenación de mujeres apuntan a María y María Magdalena, de quienes Jesucristo resucitado fue el primero en pedir difundir el Evangelio en todo el mundo. La profesora jubilada de teología e historia Dorothy Irvin de la Universidad de Tübingen ha encontrado en las excavaciones evidencia de los primeros ocho siglos después de Cristo que las mujeres eran activas como sacerdotisas cristianas.
En 2016, el Papa Francisco creó una comisión sobre el tema de la consagración de las mujeres, el más bajo de los tres niveles de consagración (diácono, sacerdote, obispo), que hasta ahora solo se ha reservado para los hombres. Sin embargo, frenó la esperanza de cambio: la Comisión solo debe examinar el papel histórico de las diaconisas en la iglesia primitiva. El resultado aún está pendiente. «Me gusta mucho Francisco», dice Olga Lucía Álvarez, «pero es como el amigo, o novio que te dice muchas cosas hermosas, pero nunca habla sobre el matrimonio».
Con motivo de su visita a Colombia en 2017, escribió una carta abierta al Papa, le ofreció sus servicios y le pidió una entrevista. Una respuesta que no recibió hasta hoy. «Pero desde entonces, he visto regularmente visitas del Vaticano a mi sitio web » , dice Alvarez. Ella está convencida: «Tarde o temprano eso vendrá. Hemos sentado los cimientos «. Los fieles siempre la habrían aceptado como sacerdotisa. O con las palabras de la abuela Anita: «¡Puedes aprender todo, incluso como mujer!»Más información sobre el debate sobre la ordenación de mujeres:
Katharina Wojczenko (34) estudió en Colonia, Madrid y París y luego trabajó como reportera para periódicos regionales bávaros como «Passauer Neue Presse», «Main-Echo» y «Nordbayerischer Kurier». Su foco está en temas sociales y sociopolíticos. Desde el otoño de 2016 trabaja como periodista y traductora independiente en Colombia, porque simplemente no abandona este país loco.
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