Perspectivas al final de la segunda década del siglo XXI: Oscar Ugarteche




ALAI AMLATINA, 18/03/2019.- En el presente artículo vamos a repasar por los acontecimientos políticos y sociales que marcan la pauta económica de la primera parte del siglo.  Un referente es lo acontecido en la misma etapa en los siglos XIX y XX para ver si estamos o no ante una señal auspiciosa.  Lo que está claro es que se está ante un horizonte conflictivo que no tiene señales de acabar pronto.

Algunos referentes de inicios de siglo XIX y XX

Al final de la segunda década del siglo XIX, las repúblicas americanas culminaban la etapa final de sus luchas por la independencia española y España entraba en una espiral de debilitamiento hegemónico frente a la industrial Gran Bretaña y el liberalismo económico. De otro lado, los Estados germánicos, bajo la influencia de Federico List, impulsaban una unión aduanera, la primera de su tipo.  La visión industrialista de List subyacía a sus críticas al liberalismo británico y los británicos, frente a España, se encargaron de equipar y financiar a las tropas independentistas de Bolívar.  Los ferrocarriles a vapor de agua eran la tecnología del progreso y reducían las distancias.  Las migraciones masivas de España hacia América latina y de Gran Bretaña hacia Estados Unidos marcaron huella.

Al final de la segunda década del siglo XX, en 1919, se firmó el Tratado de Versalles y se fundó la primera organización multilateral: la Liga de las Naciones, con su oficina de inteligencia económica, junto con la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud.  La revolución rusa había triunfado en noviembre de 1917 y la revolución mexicana estaba en plena lucha.  Se estaba en los albores de la deflación de 1920 y del estancamiento europeo de la década de 1920.  En China los europeos estaban consolidando Shanghái como un gran centro comercial y Japón había establecido en la Península de Corea un poder militar.  Estados Unidos se había instalado en el Istmo de Panamá con el Canal recién inaugurado y todos los imperios europeos fueron derrotados en la I Guerra Mundial, salvo Gran Bretaña que comenzaría su declive como país altamente endeudado con los Estados Unidos.  El motor a combustión con combustible fósil era la tecnología del progreso.  Aviones, automóviles y barcos reducían las distancias.  Las migraciones masivas de post guerra desde Europa hacia el continente Americano marcaron a la mayor parte de los países.

Las guerras y el mundo al que entramos[1]

El final de la segunda década del siglo XXI se caracteriza por el debilitamiento de los organismos multilaterales ante un resurgimiento de nacionalismos localizados en Europa, Estados Unidos y en menor medida en América Latina.  Las guerras, que debían ser prevenidas por la Liga de las Naciones, y luego por Naciones Unidas hoy son imprevisibles. Tras la proclama del fin de la historia de Fukuyama, lo que se observa es que hay más guerras en simultáneo que nunca en la historia pero que tienen una forma diferente.  Son luchas entre sectores de oprimidos y opresores, en algunos casos religiosas.  Todas son en espacios geográficos donde hay petróleo o gas y en todas está involucrado Estados Unidos de alguna manera.

1) La segunda guerra del Congo (1998–2003)[2] que se inició en el siglo XX en un área donde hay riqueza petrolera y minera lleva desde 1998 tres millones de muertos y continúa con menor intensidad con la presencia de 113,000 fuerzas de paz bajo el auspicio de Naciones Unidas desde el 2003.  

2) La guerra civil siria desatada tras la invasión occidental a Irak y al mismo tiempo de la Primavera Árabe del 2011.  Tiene como actores a grupos políticos y religiosos y a gobiernos como Estados Unidos, Rusia, Turquía, Israel.  Lleva 365,679 personas muertas a febrero del 2019.  (Syrian Observatory for Human Rights)[3].  

3) La guerra de Irak, que se inició en el 2003 con una invasión occidental bajo el argumento falso que habían armas de destrucción masiva.  Ha provocado, hasta inicios del 2019, 288,000 muertos.  

4) La guerra de Afganistán[4], iniciada en el 2001, poco después del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y otros blancos, por un grupo de 19 árabes saudíes asociados a Al Qaeda, grupo paramilitar religioso.  Lleva 100,000 muertos hasta febrero del 2019 entre los de Afganistán y los civiles muertos en Pakistán.  

5) La Guerra de Boko Haram[5], cuyo nombre significa “la occidentalización es un sacrilegio”, que comenzó cuando se fundó el grupo en Nigeria en el 2002, poco después de los ataques de Al Qaeda en Estados Unidos.  Se desarrolla en un país rico en petróleo con una mala distribución del ingreso y con un proyecto de surtir a Europa a través de un oleoducto que atraviese África.  La consecuencia de esta guerra es el desplazamiento de 2 millones de personas.  

6) La guerra Civil de Yemen, iniciada con la Primavera Árabe, que fue una lucha por la permanencia en el poder del presidente electo ʿAlī ʿAbd Allāh Ṣāliḥ.  Luego entraron a la lucha Al Qaeda, apoyando a los rebeldes Houthi, y del otro lado Arabia Saudí, con el respaldo de Estados Unidos al gobierno del presidente Hadi, que sucedió a As Salih en el 2015.  Es un país rico en gas natural y minerales diversos. Llevan 80,000 muertos desde el 2015 según Yemen for the Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED)[6].  

7) El conflicto de Ucrania, que se inició en el 2013 cuando el presidente pro-ruso de Ucrania, Viktor Yanukovich, rechazó el acuerdo de asociación con la Unión Europea a favor de lazos más estrechos con Rusia.  Kiev, la capital ucraniana, estalló en protestas callejeras y los manifestantes establecieron un campamento permanente en la Plaza de la Independencia.  Los enfrentamientos entre la policía (pro rusa) y los manifestantes (pro europeos) se volvieron cada vez más violentos.  El Acuerdo de la Asociación entre Ucrania y la Unión Europea se firmó en marzo del 2014 bajo la presidencia de Oleksandr Turchínov.[7]  En el proceso, se desató la violencia entre los sectores pro rusos y los pro europeos, lo que llevó a que las fuerzas de seguridad del gobierno abrieran fuego contra los manifestantes.  La reacción violenta que se produjo en febrero del 2014 barrió a Yanukovich del poder, y él huyó a Rusia.  Al mismo tiempo, en febrero del 2014 el ejército ruso invadió la Península de Crimea para asegurar la salida rusa al Mar Negro, donde se encuentran las bases navales rusas del Mediterráneo; estallando una guerra que lleva 13,000 muertos y que ha convertido a Ucrania en la frontera entre Rusia y Europa.  El tema es el gas, los gasoductos que pasan por allí, y quién los controla.  Una característica de todas estas guerras es que las empresas siguen operando mientras la guerra avanza.  La guerra permanente es un nuevo rasgo de la economía internacional.

Migración y capacidad de absorción

La consecuencia de la Primavera Árabe y las intervenciones de Occidente en Libia, Irak y Egipto han dejado una estela de inmigrantes que intentan escapar de sus países para descansar de la guerra y trabajar.  Lo más cercano es Europa, lo que ha llevado posiblemente a uno de los desplazamientos masivos más significativos de la historia moderna.  Del año 2000 al 2017, el número total de migrantes aumentó casi 50%: de 173 a 258 millones de personas.[8]  La mitad de este aumento ocurrió en países desarrollados, mientras que la otra mitad tuvo lugar en países en desarrollo, según Naciones Unidas.  En América Latina, los desplazamientos están asociados a cambios de gobierno sin elecciones o intentos forzados de cambio, como en Honduras, Haití, y Venezuela, pero también, en general, a muy poco crecimiento económico e insuficiencia de empleo.

La falta de crecimiento de las economías desarrolladas adonde se dirige la mitad de los migrantes ha dado lugar a sentimientos nacionalistas similares a los existentes en la década de los años 1930, esta vez culpando a los musulmanes.  La diferencia es que la existencia de musulmanes radicales armados e ideologizados como un pueblo oprimido por Occidente los convierte en actores en el conflicto armado no solo en la zona sur del Mediterráneo, sino al norte.  Esto es una diferencia sustantiva con los años 30.  Este es un componente nuevo de la economía internacional por el impacto de las remesas internacionales en las economías de origen.

Crecimiento medio simple anualizado del PIB real antes y después de la recesión de 1974

El cuadro[9] recorre 66 años de crecimiento económico de economías maduras, de 1950 a 2016.  Lo que muestra es que, en primer lugar, las economías que menos crecieron desde 1950 fueron Gran Bretaña, Estados Unidos y Dinamarca.  En segundo, lugar muestra como después de la crisis de 1974 el crecimiento se redujo aún más en comparación con la primera etapa, 1950-1975.  La diferencia es que entre la primera y segunda etapas, el promedio de la primera etapa de todas las economías maduras era superior al crecimiento americano; en la segunda etapa el promedio del crecimiento es igual al promedio de la economía mayor.  Es decir, hay una migración masiva hacia las economías desarrolladas que tienen tasas de crecimiento bajas y a Estados Unidos en especial, que la tiene más baja que el resto.  Esto produce las reacciones sociales fascistas, cargadas de odio, racistas, xenófobas, que se observan en el discurso estadunidense pero también en las reacciones populistas de derecha europeas con las consecuencias sobre el proteccionismo y guerras comerciales.

El motor real del crecimiento

El escaso crecimiento de las economías maduras ha sido activado por dinámicas internas, con la posible excepción de Alemania donde el peso externo es muy alto.  La tecnología de la década de los años 20 se agotó en los años 70 y desde entonces se viene esperando un cambio en la energía con la que se mueven los vehículos.  Lo que ha ocurrido, mientras tanto, en estos cincuenta años es que emergió la inteligencia artificial que nos permite no movernos y estar conectados con otro lugar en tiempo real vía el Whatsapp y Skype así como por Hangouts de Google, entre los más conocidos.  Esto hace que la sociedad esté más informada aunque no más comunicada, necesariamente.  También permite que no se deban de hacer y en esa medida es un vehículo de meta-transportación virtual.

A pesar de eso, crece el número de vehículos de transporte con tecnología cada vez más avanzada para comodidad del pasajero.  Lo más avanzado será el vehículo que sea literalmente auto-móvil, sin chofer.  Ese vehículo eléctrico, o energizado por hidrógeno, será limpio y no calentará el ambiente. La competencia está en quien sacará estos vehículos al mercado más pronto.  El funcionamiento de éstos va de la mano con lo dicho al inicio, sobre la telemática.  La competencia es quién saca la red 5G antes y la coloca en el mercado. Todo indica que la empresa Huawei la tiene lista y la está vendiendo, mientras Estados Unidos sabotea todo ese esfuerzo para no quedarse atrás.  Esa es la explicación lógica de la guerra comercial que hasta ahora les cuesta a los consumidores americanos 165,000 millones de dólares y que impacta sobre el 38% de las importaciones estadounidenses.[10]

La competencia por los autos limpios sin chofer y con tecnología 5G es por el momento el futuro inmediato para reactivar las economías maduras.  Todo indica que esto lo viene ganando China, sin embargo, (ver artículo de Armando Negrete en esta edición) América Latina dentro de este juego continúa siendo la despensa, donde China invierte para asegurar materias primas, entre ellos, el litio y las tierras raras pero también petróleo y gas. En este, la competencia espacial con Estados Unidos en el continente es muy fuerte.

Finalmente

El mundo está marcado por guerras en zonas de producción de petróleo y gas.  Estas son ahora un rasgo de los tiempos y no eventos pasajeros.  Son guerras que duran más que las guerras mundiales y que tienen millones de muertos pero que no generan un cambio tecnológico significativo como para sacar a Estados Unidos de su trayectoria declinante de crecimiento.  El futuro tecnológico está comprometido con el transporte y la telemática para hacer dicho transporte más cómodo y eficiente en términos de energía.  La competencia por esto en la forma de vehículos eléctricos o a hidrogeno, sin chofer, es posible, siempre y cuando el control de la tecnología de redes 5G esté en las mismas manos occidentales que los vehículos.  La competencia parece estar inclinada a favor de China y eso ha motivado una guerra comercial costosa para Estados Unidos, cuyo déficit externo ha crecido en este año pasado.  El proteccionismo va acompañando las migraciones indeseadas mientras Estados Unidos busca colocar a la economía en declive en una posición de líder mundial, sin éxito en ninguno de los campos.  Su déficit externo es mayor y su desprestigio aumenta.[11]

Las guerras ocurren en espacios donde hay petróleo y gas, lo que indica que no está echada la suerte de los combustibles fósiles todavía a pesar de los efectos adversos que tienen.  La guerra comercial con China no se inició el año 2018, ni tampoco la competencia por la red 5G.  La resistencia a la migración tampoco es un fenómeno reciente.  Lo que está pasando es que se vienen acentuando las tendencias y las radicalizaciones de derecha se van fortaleciendo conforme éstas se agudizan.  Zizek[12] nos dice que cuando hay frustración política en la izquierda, esa población vira hacia el extremo de la derecha en búsqueda de respuestas reales.  Eso es lo que está pasando.  En medio de esto, el crecimiento tanto de Europa como de Estados Unidos está más debilitado que antes.  Los países orientales sentirán también el efecto de la desaceleración occidental, pero en un horizonte cinco veces más alto de crecimiento del PIB que Occidente (1.4% vs 6.4%). América Latina va a tener que escoger bien con quién comerciar y cómo desarrollarse porque los modelos pensados en mercados próximos están, por el momento, terminados sin una transformación productiva, que por ahora no está a la vista.

Oscar Ugarteche, es investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM SNI/CONACYT, y coordinador del proyecto OBELA.

Lea más en la Revista América Latina en Movimiento, No. 540, marzo 2019: 

Nuevas pistas de la economía mundial


[1] Datos básicos tomados de https://www.britannica.com/list/8-deadliest-wars-of-the-21st-century y elaborados con información complementaria de internet.

[2] https://www.cs.mcgill.ca/~rwest/wikispeedia/wpcd/wp/s/Second_Congo_War.htm

[3] http://www.syriahr.com/en/

[4] https://www.cfr.org/timeline/us-war-afghanistan

[5] https://bit.ly/2HkfmxF

[6] https://www.acleddata.com/

[7] https://www.politico.eu/article/the-eu-ukraine-association-agreement-a-potted-history/

[8] https://www.un.org/development/desa/publications/international-migration-report-2017.html

[9] Alan Freeman, “The sixty-year downward trend of economic growth in the industrialised countries of the world”, GERG working paper No.1, 2019, University of Manitoba.

[10] The impact of the 2018 trade war on U.S. prices and welfare, Mary Amiti, Stephen J. Redding and David E. Weinstein, Discussion Paper DP13564, Published 02 March 2019, Centre for Economic Policy Research, London.

[11] – “Donald Trump won little applause during Munich Security Conference — and Ivanka wasn’t too pleased” https://bit.ly/2HdtW9R.  “UN members laugh at Trump after claim his administration has ‘accomplished more than almost any in US history” https://ind.pn/2O70tSf.  “Trump’s North Korea summit failed because he doesn’t understand what Kim Jong Un really wants” https://nbcnews.to/2H91lmn.

[12] Slavoj Žižek, Problemas en el paraíso. Del fin de la historia al fin del capitalismo. Traducción de Damià Alou. Editorial Anagrama. Barcelona


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ARRESTAN A SACERDOTE CATÓLICO TRAS DROGAR Y VIOLAR A MUJER EN FLORIDA



(NOTICIAS YA).- Un sacerdote católico fue arrestado tras ser acusado de drogar y violar a una mujer en Florida.

Los hechos ocurrieron en octubre del 2018 cuando Jean Claude Jean-Philippe de 64 años invitó a la víctima a su hogar en Sacred Heart Catholic Church en Homestead, reportó El Miami Herald.

La mujer indicó que el sacerdote le dio un té, ella lo tomó y quedó inconsciente.

LEE: Ningún sacerdote acusado de acoso sexual sigue activo en Texas

Doa horas más tarde despertó desnuda y en la cama del religioso, creyendo que fue violada.

La víctima no lo notificó a las autoridades hasta hace dos semanas que habló con otro sacerdote y la Arquidiócesis de Miami le dijo que lo reportara.

Oficiales indicaron que el sacerdote confesó todo cuando fue confrontado.

LEE: Policía de Florida utilizó base de datos para buscar mujeres y acosarlas

El religioso se encuentra en la cárcel del condado Miami-Dade y enfrenta cargos de agresión sexual a una víctima incapacitada.

https://noticiasya.com/tampa/2019/03/18/arrestan-a-sacerdote-catolico-tras-drogar-y-violar-a-mujer-en-florida/

¿Quién fue San Patricio y por qué tiene un día?


El Día de San Paddy es principalmente un evento en los EE. UU., Aunque las ciudades de todo el mundo celebran con mucho verde y mucha cerveza.

El día de San Patricio se ha celebrado durante siglos. Pero, ¿cuáles son los orígenes de las vacaciones, y quién era exactamente San Patricio? Aprende sobre el santo patrón de Irlanda, por qué el Día de San Patricio se asocia con tréboles de cuatro hojas y cómo la Revolución Americana contribuyó al crecimiento de esta antigua festividad religiosa.3 MINUTOS DE LECTURAPOR SYDNEY COMBS


EL DÍA DE SAN PATRICIO es un día festivo cultural y religioso que se celebra anualmente el 17 de marzo. El nombre del santo patrono de Irlanda, San Patricio, celebra el patrimonio irlandés con comida, desfiles, bebidas, tradiciones irlandesas y una variedad de cosas de color verde. —Cerveza verde, ¿alguien?

Hoy en día, la festividad se celebra en todo el mundo, con gran parte de las tradiciones modernas inspiradas por los expatriados irlandeses en los Estados Unidos.

¿Quién fue San Patricio?

Maewyn Succat no era particularmente religioso cuando crecía, ni siquiera era irlandés, en realidad, por lo que es un poco sorprendente que se convirtiera en el santo patrón de Irlanda .

Nacido en Gran Bretaña alrededor del año 390 DC, Maewyn creció en una familia cristiana acomodada, con esclavos y propiedades. A los 16 años, sin embargo, Maewyn fue secuestrado y llevado a Irlanda, donde él mismo se convirtió en esclavo y cuidó ovejas durante seis o siete años; Las cuentas difieren. Fue entonces cuando Maewyn se volvió profundamente religioso.Solía ​​quedarme afuera en los bosques y en la montaña y me levantaba antes de la luz del día para rezar en la nieve, en la frialdad helada, en la lluvia, y no sentía ni mal ni ninguna pereza, porque, como ahora veo, El Espíritu estaba ardiendo en mí en ese momento.- SAN PATRICIO, CONFESSIO, TRADUCIDO DEL LATÍN

Finalmente, según la leyenda, Maewyn comenzó a escuchar voces, una de las cuales le dijo que escapara a Gran Bretaña. Se las arregló para ganar el paso en un barco, pero una vez que se reunió con su familia, la voz le dijo que regresara a Irlanda.HISTORIAS POPULARESDE HOY

REVISTAPara construir las ciudades del futuro, debemos salir de nuestros coches.

CIENCIA E INNOVACIÓNADN sorprendente encontrado en personas antiguas del sur de Europa

LOS ANIMALESCómo hacer que tu mascota sea feliz y saludable (sugerencia, solo escucha)

Antes de regresar, fue ordenado sacerdote y cambió su nombre a Patricius, o Patrick, inspirado en la raíz latina «patr-» para «padre».GRACIAS POR REGISTRARTE!

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En ese momento, la mayor parte de Irlanda era pagana y los misioneros irlandeses lo golpeaban y encarcelaban con frecuencia debido a los progresos y a los progresos. Después de su muerte, fue olvidado en gran parte. Pero luego, lentamente, la leyenda alrededor de Patrick creció hasta que fue honrado como el santo patrón de Irlanda .

Día de San Patricio, a la manera americana

El día de San Patricio comenzó como una festividad religiosa menor en 1631. La iglesia lo declaró un día festivo: los pubs se cerraron y los observadores fueron a la iglesia. El día de fiesta original se parece poco a las festividades de hoy llenas de desfiles , bebidas y comida verde irlandesa.

El primer desfile del Día de San Patricio fue en América durante la Guerra de la Independencia. Los soldados irlandeses que luchaban por los británicos marcharon en la ciudad de Nueva York en 1762. Desde entonces, la tradición se ha extendido por todo Estados Unidos y el extranjero, incluida Irlanda.

1 / 17 DEVER PRESENTACIÓNBORDE DEL ACANTILADO

La gente se relaja en Ashleam Bay en la isla de Achill en Irlanda en una foto de un National Geographic de 1940 . En la distancia, un muro bajo evita que el ganado y las ovejas se caigan de los acantilados.FOTOGRAFÍA DE HOWELL WALKER, NATIONAL GEOGRAPHIC.FIN DEL ARCOIRIS

Un arco iris se arquea sobre una cabaña en Donegal en una foto de National Geographic en 1961 .FOTOGRAFÍA DE ROBERT SISSON, NATIONAL GEOGRAPHIC.TEÑIDO EN LA LANA

Un tejedor (a la izquierda) muestra su tejido hecho a mano en su tienda en Clifden. Utilizó musgo para teñir la lana verde y la cáscara de cebolla para teñirla de color marrón, según un artículo publicado en 1951 en National Geographic .FOTOGRAFÍA DE DORTHEA SHEATS, NATIONAL GEOGRAPHIC.CINCO EN PUNTO EN ALGÚN LUGAR

Los comerciantes de ganado beben cerveza en el único pub de Inishmaan, una de las islas Aran en la bahía de Galway, en la costa oeste de Irlanda. Esta foto apareció en un artículo de 1971 National Geographic .FOTOGRAFÍA DE WINFIELD PARKS, NATIONAL GEOGRAPHIC.LABERINTO DE LA ISLA

Una mujer y una niña caminan a través de un panal de paredes de piedra para obtener agua de una bomba en una fotografía de una edición de 1971 de la revista. Las paredes protegen los pastos y jardines de Inishmaan de los fuertes vientos.FOTOGRAFÍA DE WINFIELD PARKS, NATIONAL GEOGRAPHIC.DUBLÍN RENOVADO

Chismes de mujeres en la entrada de una tienda en el distrito de Summerhill en Dublín. Cuando esta foto se publicó en una National Geographic de 1981 , el vecindario estaba programado para su reurbanización.FOTOGRAFÍA DE COTTON COULSON, KEEN PRESS / COLECCIÓN DE IMÁGENES NAT GEOUN BESO PARA LA BUENA SUERTE

Una mujer se inclina hacia atrás para besar a Blarney Stone, en Blarney Castle, cerca de Cork, en unafoto de National Geographic en 1961 . Se supone que el ritual le da al besador el «don de gab».FOTOGRAFÍA DE ROBERT SISSION, NATIONAL GEOGRAPHIC.VISITA A DOMICILIO

Un sacerdote católico realiza su visita mensual a una mujer postrada en cama de 90 años en Templemore en una foto de National Geographic en 1981 .FOTOGRAFÍA DE COTTON COULSON, KEEN PRESS / COLECCIÓN DE IMÁGENES NAT GEOHERMANAS DE LA SOLEDAD

Estos promontorios, llamados las Tres Hermanas, se adentran en el mar en una foto de National Geographic en 1994 de la Península Dingle cerca de Smerwick.FOTOGRAFÍA DE SAM ABELL, COLECCIÓN DE IMÁGENES DE NAT GEO.POR EL BIEN DE TURBA

Un hombre extrae turba, un combustible tradicional, en la ciudad de Derryerglinna a principios de los años noventa.FOTOGRAFÍA DE SAM ABELL, COLECCIÓN DE IMÁGENES DE NAT GEO.LA TRADICIÓN Y LA LENGUA GAÉLICA

Los estudiantes conservan su herencia estudiando gaélico en Inishmaan en una foto de National Geographic en 1971 .FOTOGRAFÍA DE WINFIELD PARKS, NATIONAL GEOGRAPHIC.ACARICIANDO A UN PONI

Los amigos se reúnen alrededor de un pony detrás de una casa de Dublín en esta foto de portada deNational Geographic en 1994 .FOTOGRAFÍA DE SAM ABELL, COLECCIÓN DE IMÁGENES DE NAT GEO.DE VUELTA A CASA

En esta foto de National Geographic de 1969, los niños caminan en un rebaño de ovejas hasta su casa en Foulksmills .FOTOGRAFÍA DE JAMES A. SUGAR, COLECCIÓN DE IMÁGENES NAT GEO.PEREGRINACIÓN ROCOSA

Un peregrino descalzo visita Croagh Patrick , una montaña sagrada en el condado de Mayo.FOTOGRAFÍA DE JAMES P. BLAIR, COLECCIÓN DE IMÁGENES DE NAT GEO.INVITADOS NO INVITADOS

Las mujeres se visten como «hombres de paja», un tipo de accidente tradicional de bodas irlandés, fuera de la Iglesia Castle Hill en el Condado de Mayo.FOTOGRAFÍA DE CHRIS RAINIER, NATIONAL GEOGRAPHIC.VIDA EN LA ISLA

Una mujer joven se sienta entre las piedras antiguas en Inisheer, la más pequeña de las tres islas Aran.FOTOGRAFÍA DE SUSIE POST TRUST, NATIONAL GEOGRAPHIC.RELAJANTE

Los adolescentes pasan el tiempo jugando con un perro en un muro de piedra cerca de su casa en Connemara.FOTOGRAFÍA DE HOWELL WALKER, COLECCIÓN DE IMÁGENES NAT GEO.

De manera similar, la comida más asociada con el día festivo, la carne en conserva con col y papas, también comenzó en los Estados Unidos.

Durante la hambruna irlandesa de papas de 1845 a 1852, casi un millón de irlandeses emigraron a los Estados Unidos. Discriminados y pobres, los irlandeses y estadounidenses comenzaron a comer carne en conserva de los carniceros y delis judíos vecinos. La carne en conserva, cocida a fuego lento con col, nabos o papas, era barata y se convirtió en un alimento básico. Con el tiempo, esta tradición irlandés-estadounidense se asoció estrechamente con el propio Día de San Patricio, aunque la gente en Irlanda rara vez comía carne de res.

En cuanto a la bebida elegida por el Día de San Patricio, Guinness se originó en Irlanda y su cerveza insignia, Guinness Stout, todavía se elabora en su famosa cervecería St. James’s Gate en Dublín. Los juerguistas del Día de San Patricio consumieron 13 millones de pintas de Guinness durante las vacaciones de 2017.

El color verde

En el Día de San Patricio, las ciudades de todo el mundo se vuelven verdes monumentos emblemáticos : la Ópera de Sydney, las Pirámides de Giza y la Torre Eiffel están iluminadas con luces verdes. El río Chicago se tiñe de color verde brillante. En los Estados Unidos, las personas que no usan el color verde en el Día de San Patricio están atrapadas.

El verde es el color del Día de San Patricio, pero ¿por qué?

Según algunos estudiosos, el color verde solo se asoció con Irlanda y el Día de San Patricio durante la Rebelión irlandesa en 1798. Antes de eso, Irlanda era conocida por el color azul, ya que se destacaba en la corte real y en las antiguas banderas irlandesas.

Sin embargo, durante la rebelión contra Gran Bretaña, los soldados irlandeses optaron por vestirse de verde , el color que más contrastaba con los uniformes rojos británicos, y cantaron «El desgaste del verde». Esto estableció firmemente el vínculo entre Irlanda y el color verde.El día de San Patricio ya no se conserva, su color no se puede ver, porque hay una ley sangrienta otra vez El desgaste del verde.– VERSO DE «EL DESGASTE DEL VERDE»

https://www.nationalgeographic.com/culture/holidays/reference/saint-patricks-day/

Una carta y 80 firmas: la rebelión de los sacerdotes del Arzobispado


Autor: María José Navarrete

 LUN 18 MAR 2019 |  01:27 PM

FOTO: AFP

Diferentes y encontradas reacciones generó la misiva que un grupo de presbíteros de la capital redactó e hizo circular. Finalmente, el escrito comenzó a ser leído a partir de las 20 horas del sábado en capillas y parroquias. Las aguas de la Iglesia capitalina siguen agitadas.


El sábado reciente, La Tercera dio a conocer una carta respecto de la crisis de la Iglesia chilena y los casos de abusos del clero que se investigan. El detalle es que no se trataba de laicos, víctimas ni obispos. La misiva era de los sacerdotes y su visión del problema. Esta vez, opinaba la “base”, los propios curas. Sin embargo, dicho escrito, más que poner paños fríos a los tiempos convulsionados que se viven, lo que terminó haciendo fue agitar más las aguas. Para algunos, incluso,  el clero capitalino quedó dividido. Mientras unos se manifiestan a favor del documento y aseguran que sigue sumando adherentes, otros no piensan suscribirlo porque, explican, su contenido no tocó la principal responsabilidad en la crisis, la de los obispos. Y también están aquellos que creen que no es la forma adecuada de manifestarse.

La carta se gestó luego de la entrevista televisiva al sacerdote Tito Rivera. El presbítero, acusado de una violación en la Catedral de Santiago y para quien se pidió la dimisión del estado clerical, reconoció públicamente, entre otras cosas, que ha tenido relaciones con mujeres y conductas homosexuales siendo sacerdote.

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Su testimonio fue transmitido en la noche del miércoles y cayó como bomba en el Arzobispado de Santiago. Al día siguiente, en la misa de la Catedral, el cardenal Ricardo Ezzati se refirió en su homilía a las opiniones de Rivera y aseguró que se envió a Roma la solicitud para que deje el sacerdocio.

Y fue entre viernes y sábado que se fraguó, a partir de un grupo de sacerdotes de la Iglesia de Santiago, la idea de redactar una carta sobre la situación actual de crisis de la institución. Motivados por las expresiones de Tito Rivera, claro, pero en rigor buscando una forma de comunicar sus inquietudes respecto del tema más de fondo. Al principio, se pensó como una carta al director de un medio de comunicación. Después, se consideró que sería un modo más “sacerdotal” compartirla en las misas del fin de semana entre los fieles.

Finalmente, más de 70 sacerdotes, de los 253 diocesanos que están incardinados en la Iglesia de Santiago, comenzaron a leer el documento a partir de las 20 horas de ese sábado en sus comunidades. Otros lo hicieron en la misa de ayer domingo.

Pero fue en la coordinación de la iniciativa, entre sus pares, que ésta tuvo detractores y terminó con diferentes posturas. Hasta hoy lunes ya son más de 80 sacerdotes los que han adherido a la misiva.

Por un lado, estuvieron aquellos partidarios de la iniciativa: “A través de los curas amigos nos dábamos cuenta de que no podíamos quedarnos callados ante ciertas situaciones, en donde el pueblo fiel se va intranquilizando, porque ve que salen estas noticias y no saben qué pasa”, contó el párroco de El Bosque, Carlos Irarrázaval.

Consultado respecto de por qué no han adherido todos, el presbítero explicó que “la libertad es de cada uno. Cada uno verá por qué no adhiere. Me llegó la idea y cada uno se la mandó a sus amigos, así que no sé a quién le llegó y a quién no”.

Sin embargo, Irarrázaval descartó que existan divisiones. Dio fe de que el contenido fue conversado con el Arzobispo Ricardo Ezzati: “Los que nos sentimos parte de la Iglesia no nos ponemos en la vereda del frente, a tirarle piedras a la propia familia. En familia lo conversamos y hablamos, pero no en actitud de pegarle a nadie, sino de construir Iglesia y unidad”.

¿A quiénes representa?

Hubo otros que prefirieron no suscribir a lo escrito, como el sacerdote Eugenio de la Fuente, párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, y quien es denunciante de Karadima. De hecho, él es uno de los sacerdotes de Santiago que el año pasado se entrevistaron en Roma con el Papa Francisco y dieron cuenta de lo que aquí ocurría. A título personal, dijo que el contenido de la carta no lo representa.

“Pienso que la situación que estamos viviendo requiere que la primera preocupación absoluta sea el dolor que han experimentado las víctimas. En segundo lugar, creo que no se puede omitir dentro de las causas de la gravísima crisis que estamos viviendo al episcopado, porque el mismo Papa les pidió la renuncia a todos los obispos”, afirmó De la Fuente.

Agregó que “cuando se quiere manifestar el dolor ante la crisis y las causas de que ella exista, es fundamental que se incluya a todos los que la hacen responsable: laicos, sacerdotes abusadores y también obispos encubridores, negligentes y abusadores”.

En medio de la discusión, también están aquellos que no quisieron adherir porque, si bien están de acuerdo con el contenido, no lo están con la forma en que se lo dio a conocer, porque se prestaría para polémicas y distintas interpretaciones, aseguró un sacerdote que pidió reserva de su identidad. Por ejemplo, se señaló que la carta podría verse como un cuestionamiento de los sacerdotes de la Iglesia de Santiago contra la misma jerarquía.

En el Arzobispado de Santiago se comentó a La Tercera, el mismo día sábado, que la institución no solo estaba en conocimiento de la carta y las inquietudes que la motivaron, sino que también se habían hecho sugerencias al documento, y que se estaba de acuerdo con el contenido.

Alejandro Álvarez, abogado canonista y vocero de la Fundación Voces Católicas, valoró la iniciativa: “Creo que la carta es una señal muy positiva de parte del clero de Santiago, porque manifiesta una clara condena a los abusos sexuales y las situaciones que se han dado en la Iglesia chilena”.

También descartó que hubiese alguna falta a la obediencia: “No hay ninguna falta. Es muy bueno que los sacerdotes manifiesten su opinión en esto. Los buenos sacerdotes, que son la mayoría, han sido silenciados en todas partes. Los sacerdotes que no son ni abusadores, ni pedófilos, ni tienen doble vida, no habían tenido canales de expresión”, dijo Álvarez.

Esta mañana, en tanto, el sacerdote Tito Rivera dio una declaración pública en la que se refirió a las acusaciones que se le imputan. “Como ha llevado su denuncia el señor Rojas, me parece un montaje, parece gozar con las fantasías sexuales que relata (…)  nunca imaginé que ayudarlo con la mejor de mis intenciones iba a servir para crear esta tremenda maquinación”, afirmó.

https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/una-carta-70-firmas-la-rebelion-los-sacerdotes-del-arzobispado-santiago/575353/

San Romero de América


Jose Arregi, 18-marzo-2019

Una espiritualidad del pueblo El domingo 24 de marzo celebramos, por primera vez de manera canónica y oficial, la festividad de “San Romero de América, Pastor y Mártir” (Pedro Casaldáliga), canonizado el pasado 14 de octubre. Pero ¡a qué vienen aquí cánones y canonizaciones, tan costosas y arbitrarias estas, tan arbitrarias como el reconocimiento de los dos “milagros” requeridos como condición! Su vida fue el milagro, su muerte se volvió pascua, y el pueblo salvadoreño lo canonizó como canon o modelo para su camino de cruz y de esperanza. 

Óscar Romero, obispo profeta y mártir, se entrañó con su pueblo. Cuando digo “pueblo”, digo la multitud, la mayoría condenada a la miseria por el poder y el lucro de unos pocos. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de su pueblo fueron sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias. La cruz de su pueblo fue su cruz. La pascua de su pueblo, la suya. Es un modelo, afable y firme, de la mística del pueblo, de la espiritualidad de las Bienaventuranzas. Pero no siempre lo fue. Tuvo que convertirse al Espíritu de Jesús, el Espíritu de Medellín y de las comunidades eclesiales de base.

Era hijo del pueblo humilde, sometido a las fuerzas armadas y/o a la oligarquía terrateniente –14 familias dueñas de casi todas las tierras y riquezas– respaldadas siempre por el capital y las armas de los Estados Unidos del Norte. Hijo de un pueblo hambriento de pan y libertad, que se debatía entre la desesperación resignada y la violencia armada, igualmente desesperada, contra la violencia primera, la violencia institucionalizada del poder y del dinero, la más asesina. Era, también hay que decirlo, hijo sumiso de una institución eclesiástica alienada, alienante, dedicada a sus rezos y mandamientos, aliada de los grandes, olvidada de las Bienaventuranzas revolucionarias del profeta galileo.

Fue un sacerdote, un párroco, un obispo bueno: austero, caritativo y piadoso. Ayudaba a los pobres y los acompañaba cuanto podía. Pero aún ignoraba las causas del hambre y del conflicto armado que asolaban el país. “A los pobres les aliviaba sus problemas y a los ricos su conciencia” (José Manuel Mira). Dios había hecho pobres a los pobres para ganar el cielo con su pobreza, y ricos a los ricos para ganar el mismo cielo con sus limosnas. Cada uno en su sitio. Eso era la paz.

Es lo que le habían enseñado, y es lo que él enseñó y practicó durante años, a pesar de la “opción preferencial por los pobres” proclamada por los obispos latinoamericanos en Medellín en 1968, a pesar de las numerosas comunidades eclesiales de base y de los muchos sacerdotes, de los jesuitas Rutilio Grande, Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino y de tantos otros religiosos en los que había prendido el fuego de Jesús, el Espíritu y la teología de la liberación.

Los hechos y la vida, sin embargo, le fueron enseñando otra cosa, y él se dejó enseñar. Se fue convirtiendo a la verdad de la realidad, a los dolores y sueños del pueblo. El 12 de marzo de 1977 los escuadrones de la muerte mataron a su amigo jesuita Rutilio Grande junto con dos laicos: Manuel, de 72 años, y Nelson Rutilio, de 16. En cuanto lo supo, Monseñor Romero, ya arzobispo de San Salvador, acudió al templo donde descansaban los tres cuerpos acribillados. Permaneció un largo rato contemplando, ésta es la palabra, en el cadáver de Rutilio a Dios o la Realidad en el pueblo crucificado. Se le cayeron las vendas, se le abrieron los ojos del todo y todo lo vio de otra forma, como Ignacio de Loyola junto al río Cardener en Manresa: Todas las cosas le parecieron nuevas. Como Jesús junto al lago Genesaret de Galilea: Al desembarcar, vio un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas (Marcos 6,34), cosas de vida o muerte. Dadles vosotros de comer, dijo Jesús a sus discípulos, que a gusto se hubieran quedado en la barca con Jesús. Pero Jesús no se quedó.

En el cuerpo de Rutilio veía Monseñor Romero la injusticia flagrante, del fondo de sus heridas le llegaba el grito de los pobres. Tocaba tierra en la otra orilla. Por fin, rompiendo su largo silencio, solo dijo: Si lo mataron por hacer lo que hacía, me toca a mí andar por su mismo camino. Todo se revelaba.

Desembarcó. Optó. Vio, juzgó y actuó. Denunció sin cesar los abusos del poder. Condenó la violencia de los pobres, la guerrilla de los desesperados, pero sobre todo la guerra de los poderosos y la causa principal de toda violencia: la injusticia, la desigualdad, el hambre. Por comprensible que fuera la opción armada frente a las armas del poder, ¿era la opción más humana? Nuestra especie lleva trescientos mil años, desde su origen, empeñada en vano en lograr la justicia y la paz a través del poder violento en sus infinitas formas: individuos contra individuos, tribus contra tribus, pueblos contra pueblos, imperios contra imperios. Empresas contra empresas, iglesias contra iglesias, religiones contra religiones, el hombre contra la mujer, todos contra todos. La ley del más fuerte. Pero ¿la fuerza violenta es acaso la más poderosa? ¿La violencia del corazón y de las armas puede ser camino de esperanza?

San Romero anunció una esperanza rebelde y no violenta. Lo dijo Jesús: Bienaventurados los pobres porque dejaréis de serlo. Bienaventurados los pacíficos, porque poseeréis la tierra. Una esperanza pacífica y activa, fundada en la confianza en Dios o en la Bondad Creadora, en el pueblo, en el ser humano, en sí mismo. Una confianza capaz de trasladar montañas. Una esperanza valiente y arriesgada. La esperanza de Jesús, la esperanza de los profetas, la esperanza más profunda del pueblo salvadoreño.

El profeta Romero tuvo que pagar, eso sí, el precio de la esperanza profética, como Gandhi y Luther King, como Rutilio Manuel y Nelson, como luego Ignacio Ellacuría junto con otros cinco jesuitas, y Elba y Celina con ellos. Al igual que Jesús, él también lo presentía, pero no lo temía, estaba dispuesto a todo. El 24 de marzo de 1980 fue asesinado por un francotirador a las órdenes de un alto militar, mientras celebraba la eucaristía en un hospital. Dos semanas antes había declarado: Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño. Se lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande humildad. Y de antemano perdonó a su asesino. Con el último aliento resucitó del todo.

Nosotros todavía no. Nuestro pobre mundo y nuestra pobre Iglesia y todas las religiones viven una gran crisis espiritual: crisis de respiro, de comunión planetaria de todos los pueblos, de fraternidad-sororidad de todos los vivientes. Necesitamos testigos como San Romero. Testigos creyentes o laicos del Aliento Vital, del Espíritu subversivo y consolador. Romero de Jesús y de América, camina con nosotros. Tema: El Salvador, Espiritualidad, Latinoamérica, Pueblo

http://www.atrio.org/2019/03/san-romero-de-america-3/

Murió José Galat, exprecandidato presidencial, exrector de la Gran Colombia y director de Teleamiga


Muchos criticaban sus posiciones conservadoras y el que haya llamado al papa Francisco como el «falso profesa del que habla la Biblia». 

José Galat, de 90 años, falleció este lunes. 

El académico, que fue precandidato presidencial del partido Conservador en 2010, estuvo al frente de la Universidad La Gran Colombia. 

Católico radical, se mostró abiertamente en desacuerdo por la manera en que el papa Francisco conduce la Iglesia. 

De hecho, dijo sobre el sumo pontífice argentino que estaba pavimentando «las puertas del anticristo». 

El programa Los Informantes, del Canal Caracol, le hizo esta entrevista: 

Los Informantes

Vídeo3 de Septiembre

José Galat, el hombre para el que la visita del papa a Colombia e

https://noticias.caracoltv.com/politica/murio-jose-galat-exprecandidato-presidencial-exrector-de-la-gran-colombia-y-director-de-teleamiga

Monja benedictina líder en Alemania llama a mujeres sacerdotes


‘¿Por qué no deberíamos orar por la igualdad de género en la Iglesia? Es muy importante que todos los debates sobre la reforma se ofrezcan a Dios «, dice la hermana Ruth Schönenberger.

Christa Pongratz-Lippitt 
Alemania18 de marzo de 2019

(Foto de YouTube) 

La líder de una de las comunidades religiosas femeninas más importantes de Alemania cuestionó la exclusión de las mujeres católicas del sacerdocio ordenado por la Iglesia Católica.

«Seguramente es natural que las mujeres sean sacerdotes y no puedo entender las razones que explican por qué no», dijo la hermana Ruth Schönenberger, jefa del Priorato Benedictino de Tutzing, la casa madre bávara de una orden misionera mundial.

«Me sorprende que la presencia de Cristo se haya reducido al sexo masculino», dijo en una entrevista reciente con katholisch.de , el sitio web oficial de la Iglesia católica alemana.

«Aquí en Tutzing, nosotros también tenemos teólogas altamente calificadas. Lo único que les falta es la ordenación, nada más», dijo Schönenberger, priora de Tutzing, de 68 años, desde 2015.

El priorato es uno de los más importantes del mundo benedictino. En 1885 fundó las Hermanas Benedictinas Misioneras de Tutzing, una congregación que hoy cuenta con unas 1,300 hermanas en 19 países alrededor del mundo.

El sacerdocio no debe estar basado en el género

Schönenberger, responsable de los 70 miembros en el priorato de Tutzing y de los otros dos conventos benedictinos, dijo que los criterios para el sacerdocio no deben basarse en el género.

«Nuestra imagen / concepto actual del sacerdocio necesita una revisión fundamental con urgencia y me sorprende sinceramente que los sacerdotes mismos no protesten más contra los desarrollos actuales porque los involucran», dijo la priora, señalando que los hombres y las mujeres deben ser tratados como es igual a

«La medida en que existe este desequilibrio de poder en todo el mundo es verdaderamente alarmante y también lo es el hecho de que no hayamos aprendido a enfrentarlo de manera más efectiva. Es algo que debemos abordar con rigor», dijo Schönenberger.

Pidió una discusión más amplia y abierta sobre el tema para buscar medidas concretas que podrían tomarse para remediar el desequilibrio «y no solo para consolar a las mujeres de alguna manera, como, por ejemplo, prometiendo investigar la cuestión de las mujeres diáconos».

Schönenberger dijo que ella y sus hermanas hermanas a menudo discuten el tema.

¿Nuevas formas de la eucaristía?

«Después de todo, experimentamos ejemplos concretos de subordinación día tras día. Si nosotros, como un grupo de religiosas, queremos celebrar la Eucaristía juntas, tenemos que organizar que un hombre venga y la celebre, todos los días. en el altar y dirige la celebración. No se nos permite «, dijo la priora de Tutzing.

«Tenemos la intención de buscar formas (de celebrar la Eucaristía) que nos convienen y desarrollar nuevas», agregó.

Oraciones mundiales por la igualdad de género en la Iglesia.

Ella dijo que ella y su comunidad apoyaron totalmente la iniciativa de oración por la igualdad de género en la Iglesia que fue lanzada en febrero por la hermana Irene Gassman, priora del Monasterio Benedictino de Fahr (Suiza).

Los religiosos suizos han invitado a las comunidades benedictinas de todo el mundo, así como a las parroquias y otras comunidades, a incluir la «Oración del jueves» durante la finalización (o la oración nocturna) cada semana.

Schönenberger dijo que la oración sola no era suficiente, pero añadió: «¿Por qué no deberíamos orar por la igualdad de género en la Iglesia? Es muy importante que todas las discusiones sobre la reforma se ofrezcan a Dios».

Reacciones devastadoras de las víctimas del cardenal pederasta a la sentenciaLa verdad del ‘caso Pell’: un padre que solo echa de menos a su hijo


Un hombre escucha la sentencia del 'caso Pell'
Un hombre escucha la sentencia del ‘caso Pell’

«Las reacciones inmediatas de estas dos víctimas de Pell no tienen rastro ninguno de venganza, de vendetta, de ajuste de cuentas. Lo que te lleva a pensar que sin ninguna duda están diciendo la verdad»

«Porque la verdad también anda digna, despacio, humilde, segura de sí misma. Justo como un padre que no puede olvidar cómo era ver un partido de fútbol con su hijo»

14.03.2019 Cameron Doody

Te hace llorar. Lágrimas de empatía, de frustración y de decepción. Lejos de celebrar la pena de seis años de cárcel por pederastia impuesta al cardenal George Pelllas víctimas del purpurado abusador siguen sufriendo«Es difícil para mí permitirme sentir la gravedad de este momento», ha afirmado la víctima aún viva cuya denuncia desencadenó todo el proceso, en una admisión que te rompe el corazón. Devastación que solo aumenta al darte cuenta de que piensa que «no hay descanso para mí».

Esta víctima, conocida públicamente solo como «víctima J», debería estar contento. Su agresor ahora está entre rejas, lejos de los lujos que conoció en sus tiempos de arzobispo de Melbourne o de Sídney o de Prefecto para la Economía de la Santa Sede. Agradece «que el tribunal haya reconocido lo que se me infligió cuando era niño», pero se nota que le duelen los «muchos comentarios públicos que critican mi evidencia». Le duelen, pero consuela saber que las críticas no le hacen dudar de sí mismo. «Solo el juez, el jurado, Pell y los equipos legales han escuchado mis pruebas», recuerda.

Todavía le escuece a J. la experiencia de haber sido interrogado sin piedad por el abogado de Pell. No obstante, mantiene la cabeza bien alta. «Un jurado ha aceptado por unanimidad la verdad de mi declaración», recuerda, consolándose en el hecho de que mostró más valentía que su abusador, que se negó a declarar a ser interrogado. Por eso le reconforta a él -y debería reconfortamos a todos- que J. sepa y proclame que «yo he hecho lo que estuvo en mi mano lo mejor que pude».

La verdad es que sí, que J. y gente como él están haciendo el trabajo del Señor. Defendiéndose a sí mismo y a los otros pequeños preferidos del Señor y limpiando la Iglesia de paso. Pero… ¿Dónde está Dios para darle a J. su merecida recompensa, si el hombre deja entrever el dolor que aún siente cuando reconoce que «ser testigo en un caso penal no ha sido fácil. Estoy haciendo todo lo posible para mantenerme a mí y a mi familia juntos»?

Lo mismo te preguntas cuando lees la reacción a la sentencia del padre de la víctima de Pell. Chico que se enganchó a la heroína a la tierna edad de los 14 años y murió por sobredosis a los 30.

Respecto a J., dice el padre que «Quiero darle un abrazo. Era un niño fabuloso. Es un hombre fabuloso ahora».

«Mi hijo era un niño típico», continúa ese padre. «Se metió en travesuras. Era honesto. Le gustaba ayudar a sus abuelos. Le encantaba venir al fútbol conmigo». Son detalles devastadores, porque al leerlos te das cuenta de que lo único que quiere ese padre -padre como él que tenemos todos- solo quiere a su hijoSolo piensa en su hijo. Solo quiere a su hijo de vuelta. Para verle disfrutar de la compañía de sus abuelos. Para llevarle al fútbol.

Puede ser que la ley nunca reconozca pruebas como estas, pero son decisivas. Las reacciones inmediatas de estas dos víctimas de Pell -en caliente, viscerales, quizás sin pensar mucho- no tienen rastro ninguno de venganza, de vendetta, de ajuste de cuentas. Lo que te lleva a pensar que sin ninguna duda están diciendo la verdad. Porque la verdad también anda digna, despacio, humilde, segura de sí misma. Justo como un hombre como J. que tiene la conciencia tranquila. O como un padre que no puede olvidar cómo era ver un partido con su hijo.

Texto completo del comunicado de la víctima aún viva de Pell

Respeto lo que dijo el juez. Fue meticuloso y fue considerado.

Es difícil para mí permitirme sentir la gravedad de este momento.

El momento en que se dicta la sentencia, el momento en que se hace justicia.

Es difícil para mí, por el momento, consolarme con este resultado.

Agradezco que el tribunal haya reconocido lo que se me infligió cuando era niño. Sin embargo, no hay descanso para mí. Todo queda eclipsado por la inminente apelación.

Estoy al tanto de muchos comentarios públicos de personas que critican mi evidencia. Pero solo el juez, el jurado, Pell y los equipos legales han escuchado mis pruebas.

Independientemente del resultado de la apelación, siempre se mantendrán probados algunos hechos.

Declaró durante varios días. Fui interrogado por el abogado defensor de Pell.

Un jurado ha aceptado por unanimidad la verdad de mi declaración.

Pell optó por no declarar. El jurado no tuvo noticias de él. No se dejó interrogar.

Yo he hecho lo que estuvo en mi mano lo mejor que pude. Tomé el difícil paso de informar a la policía sobre una persona de alto perfil, y di un paso al frente para presentar mis pruebas.

Ser testigo en un caso penal no ha sido fácil. Estoy haciendo todo lo posible para mantenerme a mí y a mi familia juntos.

Me gustaría agradecer a los medios de comunicación por respetar mi deseo de mantener mi anonimato y mantener a mis seres queridos fuera del foco de atención.

Estoy esperando el resultado de la apelación como todos los demás.

Texto completo del comunicado del padre de la víctima fallecida de Pell

Felicito al joven que denunció.

Lo conocí muy bien cuando era un niño. Él vivió en mi casa durante un tiempo. Era un buen amigo de mi hijo.

Siempre ha sido un hombre honrable. No me sorprende que denunciara. No me sorprende que haya hecho lo que hizo.

Lo mantuvo hacia dentro durante mucho tiempo y eso habría sido un infierno para él. Un infierno absoluto. Pero estoy realmente agradecido de que haya denunciado.

Quiero darle un abrazo. Era un niño fabuloso. Es un hombre fabuloso ahora.

Él (Pell) fue condenado por 12 hombres y mujeres. Si nuestro sistema judicial no funciona en este país, ¿qué diablos tenemos?

Tiene que funcionar. Tiene que ser mantenido. Porque creo que eso es justo.

Mi hijo era un niño típico. Se metió en travesuras. Era honesto. Le gustaba ayudar a sus abuelos.

Le encantaba venir al fútbol conmigo.Retrato de Pell en el tribunal de Melbourne

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PERU: Entrevista a Monseñor Carlos Gustavo Castillo, arzobispo de Lima(Parte I)Monseñor Castillo : «Ser arzobispo es como ser párroco de una parroquia más grande. No creo que sea tan complicado»


Mons. Castillo, arzobispo de Lima y César Caro
Mons. Castillo, arzobispo de Lima y César Caro

«Llegué a Lima en época del terrorismo, en la época de Alan García, había toque de queda. La muerte de mi hermano por salvar a un amigo, me sirvió mucho para entender que la realidad del Perú era una cosa muy compleja. Muy dura.»

«Yo siento que la experiencia del laicado es muy importante, sobre todo si es consciente. Uno puede percibir la vida de Iglesia desde la visión que tenemos todos como vocación de servicio, desde la fe, de testimonio del Señor»

«Conocer la vida es muy importante para poder adaptar la Iglesia, las costumbres y los avances dentro de la perspectiva del Señor»

«La sociedad está siendo tragada por la economía»

«Aprendí a ser cura con Tadeo Fuertes y con Jorge López a la Tablada de Lurín. En plena época del terrorismo conseguimos hacer de la parroquia un núcleo aglutinador para acompañar a nuestra gente y al país en esa situación de crisis».

“Y la palabra se hizo joven, y habitó entre nosotros”

«En estos años, Lima ha retomado muy antiguas cosas. Estamos anclados en un siglo pasado, que es el siglo XVII, ligado a las materias primas, y con corrupción.. Entonces, hay que preguntarse por qué un país es proclive a eso.»

Tres semanas antes de ser ordenado obispo y comenzar su servicio al frente de la archidiócesis de Lima, el padre Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio tuvo la generosidad conceder a Religión Digital una extensa entrevista. En su casa de toda la vida, junto a la plaza de la Municipalidad de Lince, el ya arzobispo de Lima repasa su vida y comparte sus expectativas. Ofrecemos acá la primera parte de esta agradable e íntima conversación.

PRIMERA PARTE

Antes de comenzar con las preguntas, quiero que nos cuente algo más personal sobre su vida, porque estamos en su casa, en el distrito de Lince. ¿Quién es usted, cómo fue su infancia?

Nací en este barrio en 1950. El barrio era una primera expansión de Lima, hacia el sur. Un barrio contiguo a otro, que era de la alta aristocracia, que es el barrio Santa Beatriz. Antiguamente, el barrio aristocrático de Lima era Barrios Altos, en el centro de la ciudad. Y en la primera expansión, que se hace en época del presidente Leguía, se crea ese barrio que tiene el hipódromo como centro, donde muchos años después se hizo el estadio. Las clases altas vienen a vivir a la zona de Santa Beatriz, y este de Lince es el barrio de los empleados, de los que eran servidores tanto de esas clases como del Estado.

Mis papás vinieron acá. Mi papá había venido hacía mucho tiempo atrás, para entrar a la academia de policía, y conoció a mi mamá en la avenida 28 de julo, que es más o menos alrededor del hipódromo, en una casa de unos tíos, y cuando se casaron se vinieron a vivir aquí en Lince. Primero en la avenida Arenales, luego a la avenida Merino, en donde yo nací, y al final a esta casa.

El negocio de mis papás era una imprenta. A principio estaba en otro local que era librería e imprenta, pero trasladaron la parte de imprenta aquí.

Monseñor Castillo en la tumba de Landázuri

Y aquí estamos, en lo que era la imprenta.

Esto era la imprenta.

Aquí estaban las máquinas, me lo puedo imaginar.

Así es. E inclusive, los que me rehicieron esta parte de la casa fueron los chicos de La Tablada, que fue mi primera parroquia cuando llegué de Roma. Fui a la Tablada de Lurín, que es a veinte kilómetros de acá, una parroquia popular. Llegué a Lima en época del terrorismo, en la época de Alan García, había toque de queda.

¿En el 85?

En el 87. Mis papás me dijeron que esa iba a ser mi casa, pero que, evidentemente, acá estaba la imprenta y había que, poquito a poco, irla sacando. Nos demoramos unos ocho años, pero la parte de dormir sí la tenía ahí. Y como yo estaba en Tablada y los jóvenes trabajando durante la semana, teníamos acá una comunidad, unos diez y ocho muchachos y chicas, y ellos como había toque de queda, preferían venir a dormir los lunes nada más, aquí a la casa. Hacíamos la reunión de comunidad, durante el toque de queda, los recibía con una cena y, después de eso, se iban a las seis de mañana; después de la reunión dormían cinco horas.

Y ese grupo es el que luego de años me rehace la casa y me hace este salón. Con su biblioteca… todo muy bien. Y ha servido por muchos años, aquí se desarrolló también, un tiempo, el trabajo de la vicaría de la juventud, cuando el cardenal Augusto me nombró en el año 90 vicario de los jóvenes de Lima. Y aquí formamos todos los grupos; hicimos encuentros enormes.

Porque usted, antes de esto, primero ha sido laico y joven y comprometido, creo que en la JEC.

Sí en la Juventud Estudiantil Católica (JEC).

Carlos Castillo joven

Yo también.

He sido presidente nacional en la JEC. ¿También tú? ¡Qué bonito! Bueno, es una experiencia inolvidable, ¿no?

Yo, en el colegio, fui, una vez, a un retiro, el 3 de junio del 65, en el Seminario Santo Toribio, y allí un amigo mío, que es Hugo Risco, me jala para la JEC. Y ahí me mete el asunto de la vocación de diocesano. Porque yo quería ser agustino. Y al final, los agustinos salieron perdiendo porque yo odiaba la idea de irme a España a estudiar y meterme en un convento en España; aislarme.

Entonces, Hugo Risco y compañía, varios actuales obispos también, Piñeiro, por ejemplo, me incentivaron mucho la necesidad de acercarme a la realidad. En la JEC, el padre Pepe Rouillón, y en UNEC el padre Gustavo Gutierrez, el padre Felipe Zegarra, el padre Luis Fernando Crespo, permanentemente: Carlos, la realidad, la realidad. Entonces, en vez de entrar a la Católica, entré a San Marcos a estudiar Sociología.

En la JEC fui presidente nacional. En el año 67 me moví por todo el país. Primera vez que viajaba por todo el país. En el año 68 entro a San Marcos y luego soy presidente de UNEC de Lima y después miembro del equipo nacional por muchos años. Y ahí pude conocer muchas cosas, especialmente de las provincias.

El 65 mismo, coincide con que hay una guerrilla en el Perú y matan a mi hermano Ismael, que es el que lleva su nombre la calle donde vivo. Y eso me sirvió mucho para entender que la realidad del Perú era una cosa muy compleja. Muy dura. Y simultáneamente me sirvió también para encontrar que en mi propia casa había un hermano que había muerto por salvar a un amigo.

Mi hermano fue atacado porque habían atacado a un amigo, el grupo guerrillero de Lobatón, moviendo a los asháninkas, que entonces se llamaban kampas. Mi hermano fue a ayudar a su amigo pensando que lo iban a matar y, más bien, los guerrilleros se trasladan adonde venía la camioneta con la policía, y los asesinaron a todos.

Cardenal Landázuri

¿Dónde?

En Satipo. Exactamente en la hacienda Kubantía, En Kuiatari. Eso fue muy importante porque mi percepción cambió. Hay dos cosas importantes en eso; una percepción de mi hermano como una persona que da la vida. A mí, que en ese momento estaba pensando ser agustino, el impacto me ayudó a decidirme: había que ser diocesano.

De todas maneras él me había regalado una Biblia, y yo rompí el texto de la parte de delante de la Biblia y escribí: “hermano, ayúdame a discernir qué cosa debo ser. Para mí, sería mejor religioso, pero tú di, no más. Dile al Señor.” Y la meto en el cajón. Y estará ahí todavía.

Terminó el colegio y decidí entrar en San Marcos donde estuve cinco años. Y luego de eso, también hice una experiencia, después de San Marcos, hasta el 72, dos años en Lima, y luego me voy a Cerro de Pasco a vivir, cinco años mas. Y allí soy profesor de universidad Daniel Alcides Carrión. Me ligo a la experiencia de conocer la realidad, ayudar…, como todos los jóvenes de la época. Hacer cosas interesantes. Y como profesor acompañé a los jóvenes de esa zona. Mis alumnos eran campesinos y mineros. Les ayudé en la vida minera, con discusiones sobre la vida y los problemas sociales. Y luego fuimos al campo también, a hacer un trabajo campesino, de servicio social. Creamos el CEAS minero y el CEAS campesino. Comisión Episcopal de Acción Social.

Después de eso, tras el año 79, sentí que ya había conocido bastante la realidad, le hablé a monseñor Germán Schmitz y hablé con el padre Gustavo, y con Luis Fernando y con Hugo Echegaray, que es el gran amigo de Gustavo, teólogo, que murió prematuramente.

Gustavo es Gustavo Gutiérrez. Lo digo para que lo sepan los que lean esta entrevista.

Hugo Echegaray me decía: Carlos, yo creo que con toda tu experiencia tienes que ir a un buen centro de estudios. Estuve mirando los programas de las universidades, y estaba la Gregoriana entre ellas. Aunque Gustavo prefería Lyon, que era donde había estudiado él. Pero, al final, yo tengo sangre italiana también, y el cardenal dijo que era importante ir a Roma.

Fui a Roma, y allí estuve ocho años. Estudié la Filosofía, yo había estudiado ya Sociología. Luego estudié toda la Teología, la licencia y el doctorado.

Alfombra de flores para Don Carlos

Todos sus estudios eclesiásticos, digamos, los hizo en Roma.

Sí. Que para mí fe un tiempo muy grande de retiro. O sea, el primer gran retiro de mi vida son ocho años en donde todo lo que había vivido antes lo pude reflexionar leyendo la Teología. Y fui escribiendo; hay una carta que se ha perdido, que dediqué a mi mejor amigo, de 88 páginas.

¡Madre!

Que era la reflexión, a partir de lo que había aprendido de la Teología, y de todo lo que leía. Lo que pasa es que, bueno, se acaba de morir mi amigo, y de la carta no sé nada. No sé quién la tiene.

No había computadoras para guardarlas.

No había. Y es a mano, además. Fue la que le escribí en el Monasterio de Quar Abbey en Inglaterra, en la Isla de Wight, en un retiro de treinta días que hice, en silencio, antes de ser diácono.

Y ya se ordenó. ¿Se ordenó acá, o se ordenó en Roma?

Me ordené de diácono en Caprona, en Italia. Vino mi mejor amigo Víctor, mi padrino de ordenación junto con Luis Alberto Gomez de Souza y su esposa Lucia. El cardenal Landázuri viajó con nosotros, de Roma a Pisa, para ordenarme, en la Parroquia del Padre Severino Dianich, que es el gran eclesiólogo italiano, y su pequeña parroquita, que era una belleza.

Fue de mis primeras experiencias parroquiales intensas, porque como yo no era todavía cura, acompañamos a Severino, Manuel Vasallo, que era cura y que ha muerto hace poco también, muy buena gente y muy querido allí, en la parroquia, y yo como laico.

Después fui ordenado, y serví en la parroquia.

En Roma y con sus padres

¿Y se ordenó allí?

Me ordené diácono el 16 de octubre de 1983. El 84 fue la ordenación de cura, que fue aquí en Lima, en la catedral, a manos del cardenal. Y estuvieron todos los obispos que son amigos míos, Bambarén, que también estuvo entre los ordenandos. Germán Schmitz, que era una gran persona, y otros amigos curas, que ahora algunos son obispos, como Piñeiro, o Jorge Carrión, estuvieron en la celebración.

En realidad, lo que yo siento es que la experiencia del laicado es muy importante, sobre todo si es consciente. Uno puede percibir la vida de Iglesia desde la visión que tenemos todos como vocación de servicio, desde la fe, de testimonio del Señor. En donde no hay ningún interés de nada, sino de servir.

Eso, luego manifestado ya como párroco o como sacerdote, podríamos decir, marca el sacerdocio de uno con características de mayor libertad. Hay siempre el peligro de cómo las enseñanzas fueron planteadas en el seminario durante un tiempo, porque se hicieron así por alguna razón, con normas, etc., para construir un perfil de cierto monaquismo, etc.. Lo laico permite flexibilizar las cosas cuando uno conoce más la realidad, y las puede adaptar.

Hay una vieja frase que decía monseñor Dammert, que también fue laico mucho tiempo, y después fue ordenado obispo de Cajamarca, que decía: “el derecho canónico no se aplica a más de 3.000 metros de altura”

Es que se cae de las manos, claro.

Conocer la vida es muy importante para poder adaptar la Iglesia, las costumbres y los avances dentro de la perspectiva del Señor con iluminación del Espíritu Santo con esa opción nueva. Y eso es el pan de cada día de un cura.

Luego, las tareas que tuvo después le ayudaron en esta misma línea porque ha sido párroco de varias parroquias en lugares populares de Lima, a veces, conocidos como medio peligrosos.

La primera vez, cuando regresé, en el año 87, que regreso de Italia, porque el cardenal me dijo: “prométeme que vas a regresar, que no te vas a quedar aquí de diplomático” (risas). Y entonces el 16 de junio del 87 llego sin duda. Yo le había escrito que prefería no pusieran en primer lugar el hecho de que yo había estudiado en Roma. Sino continuar la misma línea de inserción en un lugar, y ahí aprender a ser cura. Y me mandaron con Tadeo Fuertes y con Jorge López a la Tablada de Lurín.

Libro de Castillo Mattasoglio

Sus compañeros.

Sí, que son mayores. Todos habíamos estudiado en Roma. Conocíamos muchas cosas… Uno es canonista, el otro es moralista, y yo era dogmático. Y nos repartimos el trabajo. Es en plena época del terrorismo que conseguimos hacer de la parroquia un núcleo aglutinador para acompañar a nuestra gente y al país en esa situación de crisis. Y a mí me tocaron los jóvenes. Y eso es muy interesante porque toda la lucha fue por la paz, enfrentando situaciones muy complejas. La juventud entonces estaba muy entusiasmada en un período, después se bajó. Pero muchos jóvenes pensaban que la guerrilla era la salida. Y con ellos trabajamos muchos temas. Por ejemplo recuerdo que trabajamos el tema de la espada en la Biblia. Porque los de MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), decían que como Jesucristo había dicho que no había venido a traer la paz sino la espada, la espada equivalía a la metralla y entonces, inducían a los muchachos a la violencia.

Pero también decía quien a hierro mata, a hierro muere.

Así es. Pero juntos leímos la Biblia y descubrimos que la palabra espada es la Palabra de Dios.

Espada de doble filo.

Así es. Identificamos la espada en la Biblia y en su ambigüedad. Es, a la vez, el instrumento con el que hay las famosas venganzas, y la idea de que la Palabra resuelve las cosas. Fue una experiencia muy interesante, porque los chicos, además, enfrentaban al terrorismo con una visión de paz que empalmaba con la idea de que la democracia tenía que ser defendida. Había una democracia debilísima en la época de García. Pero el valor del diálogo lo aprendieron.

Además, a muchos de ellos los querían tentar. Pero empezamos a hacer una corriente muy bonita de pensamiento. Y empezamos las semanas juveniles en La Tablada, que era una cosa muy linda. Y además, semanas juveniles acordadas democráticamente con todos. Eran 40 catequistas y 220 o 300 confirmas en asamblea. Ese año teníamos la semana juvenil en agosto.

Primero, propuestas de lemas. Luego se dividían en barrios, y decíamos busquen y discutan en cada barrio, cada colegio, qué tema y qué lema queremos. Después había asamblea y reducíamos los, que sé yo, cincuenta lemas, a uno.

Gustavo Gutiérrez

Y ahí llegaban a un acuerdo.

Con votación a mano alzada. Era un sistema de dinámica impresionante. Y todos luego, como no había nada de electrónica, ni nada, escribían a mano. Y a mano reproducían tarjetitas con el lema de la semana y se recitaba en la formación, al inicio de las clases, en las esquinas, se le pasaba a las pandillas. Y se hizo un movimiento juvenil impresionante que, dentro de la situación, que había toque de queda, los muchachos expandían un nuevo sentir. Me acuerdo de la primera vez que hicimos la semana por la paz. Teníamos miedo de infiltraciones, cosas terribles. Y aquí, mi hermano tenía en la imprenta unas hojas que se habían malogrado que eran resmas enormes de papel. Pues trasladamos todas las resmas allá, en las capillas repartíamos, y cada uno tenía que hacerse un disfraz blanco. Porque era la semana de la paz. Entonces, todos revestidos y camuflados para que los terroristas no identifiquen a los muchachos.

Fue una marcha preciosa; todos los chicos vestidos de blanco, con papel. Una cosa impresionante. Ahí, tú ves, un poco, cómo el propio pueblo está a la iniciativa de las cosas. Cuando hay un problema la gente intuye soluciones y crean los espacios. Toda la gente colabora y lo bonito es que eso también lo viven como cristianos; que es una cosa no solo de respuesta ciudadana, sino también de fe.

Hacíamos, por ejemplo, una misa inicial, una oración, y una misa final. Pero era muy bonito porque todos presentaban las ofrendas, las cosas en torno a lo que se había hecho durante la semana. Eran semanas muy sencillas: una sesión de jimcana un día, un concurso de teatro otro, un concurso de música al otro, un bailetón…

Que es lo que más les gustaría.

¡Todo el pueblo bailaba! Cosas que son sencillas, pero que permitían la unidad. Eso que hoy nos está faltando mucho; la recomposición de los lazos sociales y humanos. Yo creo que el sistema, conforme ha ido avanzando y las formas del capitalismo se han ido imponiendo, la sociedad está siendo tragada por la economía. Entonces, la sociedad no puede expresarse, y tampoco se puede expresar la fe.

Castillo, con su madre

Esos fueron los primeros tiempos de su ministerio sacerdotal, y luego estuvo en otros lugares, ¿no?

Sí. De La Tablada pasé la prueba de la experiencia hasta el 90. Cambiaron al cardenal Landázuri y llegó el Cardenal Augusto Vargas. Y como sabía que había estas semanas juveniles, me llama y me dice: “Una primera cosa es que tú estás a la vez en esto y dos días a la semana en la Universidad”.

En la Católica.

Sí. Me dijo: “creo que es mejor que te vengas porque necesito, para una nueva etapa, que veas el tema juvenil. Pero vamos a empezar por una cosa que tú sabes hacer y que ya tienes ahí, – yo, de vez en cuando, ayudaba en el campus -. Es la pastoral universitaria de toda la diócesis. Se trata de ver cómo se hace para organizar la pastoral universitaria, y lanzamos la PUL, Pastoral Universitaria de Lima”.

Me trasladó a la Parroquia de San Juan Apóstol que está muy cerca de la Católica, de adscrito,

Para que trabajara, más bien, en la parroquia y en la pastoral universitaria.

Sí. Y lanzamos el proyecto, que es muy interesante, porque el sistema de confirmación que teníamos en Villa Salvador y en Tablada, que habíamos hecho con Germán Schmitz, lo elevamos a nivel universitario. Era un sistema de ver/juzgar/actuar, diálogo con la gente, dinámicas, etc. Y elevado; entraban temas que, por ejemplo, en la confirmación de Tablada se decía: cuál es mi barrio, qué problemas vive mi barrio en relación a lo que vivían los demás pueblos jóvenes… Aquí era más una pregunta: “En qué país vivimos”. “Cómo puede contribuir la profesión, la ciencia, a la solución de los problemas del país”. Y así. Y cómo mi fe puede ayudar a reflexionar sobre estos problemas. Ayudar a que el universitario sirva a la mejora del país y de la Iglesia.

MRTA

Entonces creamos el sistema de red: era con todas las confirmaciones de todas las universidades. Cubrimos más o menos ocho universidades. Y después creció un poco más. San Marcos, La Católica, Villarreal, la Agraria, la UNI, la de Lima, Garcilaso, fueron las principales. Y lo hacíamos mediante un comité que se reunía en la Católica, allí aclarábamos, decíamos cosas y después expandíamos. Había que dar una orientación sobre cada tema. Yo grababa un cassette, lo repetían, y simultáneamente en todas se hacía el trabajo.

Recorrí en bicicleta, una vez por semana, en varias semanas, cada uno de los locales. Era muy interesante y, además, todo a pulso; sin un centavo. Y en todas las universidades, el cardenal llegó a confirmar gente. Era en la capilla universitaria de San Marcos, que es muy parecida a la de la Católica. Se formaron capellanes. Realmente, esa fue la primera experiencia. Con Villarreal, sobre todo, trabajamos mucho el método y lo difundimos. Esto fue del 90 al 96.

En el 96 ya tenía yo un grupo de 200 universitarios que hacían confirmación, salían, hacíamos actividades, formábamos grupos. Hacían trabajo gremial, no partidario pero sí de servicio universitario social.

Me llama el cardenal y me dice: necesitamos crear un evento que permita reunir a los jóvenes. Y tiene que ver con Santo Toribio. Entonces, un grupo de los de la pastoral universitaria nos reunimos con un cantante y con otros jóvenes y curas jóvenes, en un colegio de la gente de La Recoleta, Héctor de Cardenas.

¿Hicieron un concierto?

No, hicimos un evento que se llamó Encuentro Juvenil Toribiano, (EJUTOR). Esos días yo había escrito un folleto que se llamaba “Joven, a ti te digo, ¡levántate!”, que ahora es un libro.

Encuentro toribiano

Y ese es su lema, también, ¿no?

Sí. Ahora es “A ti te digo, ¡levántate!”, le he quitado el joven para que se sienta todo Lima.

Entonces, hacemos ese encuentro y asisten unos 2.000 chicos. Tuvo que influir mucho la organización del padre que estaba encargado en esa época de la parte social, pero fue el primer avance.

El segundo fue más interesante. Ya que se hizo con delegados de todas las parroquias de todo Lima. Y el cardenal nos dio, para tener el lugar de reunión de la vicaría de la juventud, el seminario. Y aquello fue una cosa genial. Fue en septiembre del 96, en el colegio salesiano.

¿En Breña?

Sí. El tema, aprobado por asamblea con el mismo método de las semanas juveniles, fue aprobado por 120 delegados de las parroquias, era la Lima grande. No la de ahora, ahora es una Lima chica. Era la Lima de Lurín, de…

Era la diócesis de Lima cuando no estaba dividida en cuatro.

Así es; la enorme diócesis. Por acuerdo interparroquial, con todos los delegados, y a mano alzada, después de seis horas de trabajo, el tema fue: “Joven, sé tú un camino de vida. Barras, pandillas y grupos, una luz para Lima”

Madre mía.

Pero así, hasta llegar a uno.

Como un parto.

Y muy bonito. Todo el mundo entusiasmado. Pero en aquella época estaba recién nacida la computación y costaba un montón de plata. Entonces los chicos, algunos de los barrios más pitucos, o de los colegios más pitucos, decían: “Hay que conseguir el Corel Draw”.

(Risas)

Y decíamos: ¿Corel Draw? Aquí, suelazo. ¡Todo el mundo al suelo! Teníamos cartulinas y papeles y los chicos a pintar con la mano. ¡Hicimos miles! Se llevaba a las parroquias el modelo, lo reproducían, y a pie por todo Lima, en afiches. Vinieron 7.500 muchachos.

Fue un encuentro genial porque no teníamos ayuda. En el primer encuentro, por ejemplo, tuvimos ayuda de Wong (supermercado de Perú), que puso hasta para la comida; había sillas…, todo muy ordenadito.

Pero en este no podía ser.

Esto, nada. Ya no tuvimos plata.

Es que no podía ser. Para 7.500…

Era demasiado dinero. Entonces, como era de pandillas, todo con blue jeans. Para sentarse, el suelo. En los patios del colegio salesiano.

La organización fue por pandillas; cada 200 tenían que formar una: pandilla de 200 (ríe). Tenían que acordar cómo el nombre de la pandilla. ¡Ponían unos nombres terribles! Había una que se llamaba “VOMITO”, pero era acróstico, eran las primeras letras de un lema bonito.

Ese encuentro fue milagroso por dos razones también; porque Wong solamente nos dio pan, que lo mandó hacer al Hogar de Cristo. Nos dio bebidas, y el escenario.

Martín Valverde

Y la ¿megafonía?

También. Entonces, vinieron los chicos, se armaron los carteles, los grupos. Primero, en la noche, hubo una obra de teatro impactante, que planteaba el problema de las pandillas. Por entonces las pandillas se habían expandido por Lima y eran peligrosísimas.

La obra representaba eso y se dejaban preguntas para que al siguiente día se debatiera el “ver”. A la mitad de la mañana se entregaba otro papel con una o varias citas bíblicas distintas para hacer el “juzgar”. Fue muy interesante. Serían los plenarios, plenarios de 200. Grupos de 20 y plenarios de 200. Y en cada grupo unos informaban haciendo un papelógrafo, y otros escenificaban.

¡Para manejar eso!

Así es, pero todo lo manejaban los chicos; lo que es autogestión.

Lo hacían ellos.

Y cada día lo hacían ellos. Muchos hacían poco, y no pocos, mucho. Esa es la idea.

Eso es lo que hace la gente.

Excelente. Luego había una tarde de plenario. Después de eso, de oración, y luego un concierto. Y en el concierto pasó el milagro más grande, porque Luis Enrique Ascoy estaba tocando, entonces dice: “Carlos, me ha llamado un amigo que es un buen cantante y nos ofrece venir, porque está en la Monumental de Chacra Ríos y resulta que está con viejitas, y dice que… ”. Y le digo: “Pero si acá hay 7.000 jóvenes, dile: vente”. Y le invité. Pero le digo: “Oye, pero ya estamos en la hora, son las nueve, y tenemos que salir antes de las once, porque tienen que irse a la China, los chicos”

Entonces él insistió: “Pues le digo que ahorita”. Yo le dije: “Bueno, pero dos canciones y ya”.

El tipo llega, y se pone a cantar. Yo preocupado, a las dos canciones dije: “Ya. Ahora el cardenal entra y bendice”.

Él me decía: “Espera, mira, mira…”

Finalmente, le dice al cardenal: “Cardenal, dígale que mire”. Y el cardenal: “Carlos, mira”.

Entonces yo miré y estaban todos los muchachos así, en el suelo, con velas encendidas, con los encendedores, y el tipo estaba cantando el padrenuestro, con una meditación sobre la historia del Perú, los últimos años, el terrorismo… Y los muchachos felices, y repetían las frases del padrenuestro. Era Martín Valverde.

Ah, claro. Famoso.

Yo no le conocía. Y levantó a los jóvenes. Eso fue fundador. Porque además cantó… lo especifico para lo que estábamos viviendo.

Es un genio.

Un genio. Extraordinario. Tiene una experiencia humana. Es un tipo muy vital. Y además juntamos todo lo que había en la diócesis: la revisión de vida de la JEC, la dinámica de los carismáticos. Los cantos de las COI, los cantos de SCE. Todos se juntaron en un solo evento.

Y el último día, el del “actuar”, hubo toda una serie de plenarios; en la misa, durante la ofrenda, se presentan las dos pandillas de Alianza Lima y Universitario de Deportes

Las barras.

Y se sacan las camisas y las intercambian. Y el cardenal uniéndose a ellos y agarrándoles de la mano. Y luego de eso, la Católica nos dona 7000 rosas. Habíamos pedido a las familias que esperaran a sus hijos en la Plaza Bolognesi, ¿la conoces?

Sí, está ahí, al ladito del colegio.

Entonces, los chicos salen en fila, con sus rosas, las entregan a las mamás, y el cardenal, en un estrado pequeño, les toma juramento. El país está como está, con todo el problema… Tenemos que ayudar a salvar este país.

Ordenación

Estamos hablando de la época de Fujimori, al final.

Sí. Al final de Fujimori. Esto es el 96, quedan cuatro años todavía. Pero es muy importante.

Ya había dado el autogolpe, que fue en el 95.

Claro. Fue muy interesante porque al juramentar ahí, sellamos. O sea, quienes se comprometen a levantar nuestro país con fe cristiana, que ayuda y contribuye, que no compite, sino que ayuda a la gente en el corazón de los problemas. Fue un “¡sí, juro!” atronador.

Fue un preludio de la Marcha de los Cuatro Suyos.

Un poco eso. Bueno, puede ser un poquito menos, pero sí por ahí.

La verdad es que a partir de ahí, la Católica nos aloja. En el 97 y 98 hay dos encuentros de 12.000 y de 25.000. Y el año 2000, por la fiesta de Jesús, que se hacen tres años seguidos con eventos; se hace el Encuentro Nacional, que es “Y la palabra se hizo joven, y habitó entre nosotros”, con 40,000 jóvenes presentes y participantes.

¿En qué años fue eso?

En el 2000.

Cirpriani y Fujimori

¿Ya ha empezado ahí la época del cardenal Cipriani? ¿Cómo fue esa época para usted?

La situación estaba muy tensa en el país. Y además ya estábamos en que no se sabía qué pasaba a nivel nacional. Es el año que Fujimori sale, prácticamente. Pero en el punto de vista eclesial, la llegada del señor Cipriani hace que se emprenda una especie de cambio de la manera de actuar.

Yo en el 98 me voy de año sabático. Y voy a la reunión internacional de asesores para la Jornada Mundial de la Juventud a Roma. Asisto, y a la hora de hacer el resumen, que lo hacemos tres, cada uno diciendo razones para complementarse. Yo era el último. Levanto la mano y digo: “tengo un resumen” y ta,ta,ta, pongo los puntos. Y el cardenal Stafford se levanta y dice: ¡qué buen resumen! ¡este es el más claro! Y yo aproveché y le dije: “Eminencia, ¿podría por favor, hacer esto? Mire, los chicos no van a poder venir acá. Va a ser muy caro. ¿Podrían darnos lo que ustedes van a dar para las delegaciones, que eran 7.000 dólares, para hacerlo en Lima? Le ofrecemos que llamamos a Ecuador, a Chile y a Bolivia, y hacemos un encuentro andino”. Y aceptó. Y genial.

Entonces, cuando entró el cardenal Cipriani, que entra en el 99, yo todavía estoy de sabático. No he participado en la primera parte, pero me da cita el 15 de marzo del 2000. La jornada mundial estaba anunciada para mediados de agosto. Nosotros la hicimos al inicio. Los tres días. Tengo una carta como asesor para revisar eso. Su eminencia, evidentemente empezó a trabajar. Y él dijo, muy bueno, “yo creo que con los jóvenes hay que hacer otra cosa”. Y se organizó el encuentro.

Usted dejó de ser responsable nacional.

No. Seguí siendo responsable nacional hasta el encuentro. Y ahí ya lo dejé. Y su eminencia me destinó a dar clases en la universidad y de vicario de San Juan Apóstol, que es una parroquia de clase media donde había estado ya antes.

Solo después de eso tuve dos cargos más. Pasó el año 2005 y me pide, junto con la universidad, cumplir el rol de Director de Relaciones con la Iglesia de la PUCP. Y también me pidió ser párroco del Montón. O sea, gracias a monseñor Cipriani soy nombrado párroco de La Virgen Medianera, en Villa María del Perpetuo Socorro, llamada también el Montón.

Que son parroquias en barrios.

En barrios populares. Ese es un barrio popular que queda en las afueras del Cercado de Lima, y que fue el primer basural que tuvo la ciudad. Y sobre él se construyó el barrio. Allí estuve siete años.

Fue una experiencia extraordinaria porque la gente es muy sencilla. Hay un sector que son los trabajadores de las fábricas de Argentina y otro sector que son comerciantes, pero son muy empobrecidos. Ahora están están mejor todos, ¿eh? Porque ahora pasa la línea amarilla por ahí.

Pero cuesta cinco soles.

Claro. Y además, hasta hace poquito, era el riel del tren, el barrio y el abismo. Pero fue una experiencia muy linda porque el barrio estaba encerrado y era muy buena comunidad. Son once cuadras de largo por tres-cuatro cuadras de ancho. Entonces, la vida interna de ese barrio, como no hay carros, la gente camina por la calle y todo el mundo se conoce.

Entonces se ha sentido como un cura en la calle, pisando la tierra firme y con las personas.

Sí. Estábamos muy cerca. Yo viví allí. La parroquia estaba como inclinada, porque se hunden las casas.

Porque están encima del montón.

Claro, y no tienen cimientos buenos. Allí empezó la misión de Lima del cardenal Landázuri. Y empezó porque, justamente, había plagas, una cosa terrible. Ellos eran miembros de lo que llamamos El Callejón del Gato, que es cerca del estadio de La U. Y fueron trasladados porque tenían que construir una calle y les trasladaron allí. Odría les dio ese terreno. Pero era fofo. Fue una tragedia; enfermedades, virus…, fue una cosa tremenda.

Ordenación de Castillo

Y llegamos al momento actual. ¿Cómo se siente desde que le han dicho que le van a nombrar obispo de Lima?

Me siento enormemente sorprendido y agradecido también, por el hecho de que se nos da una oportunidad de poder hacer en más grande aquello que hemos hecho en nuestra experiencia. Pero, en realidad, lo que más siento es un enorme desafío a tener que enfrentar la responsabilidad. Que la tenemos, porque desde que somos ordenados tenemos esa misión, solo que no pensé que variara a una cosa tan grande.

Sin embargo, lo estoy sintiendo, a pesar de que sé que hay más cosas, como una parroquia más grande, nada más. No creo que sea tan, tan complicado. Es difícil, porque creo que han pasado muchos años; son 20 años de una forma de trabajar, que también tiene su sentido.

En estos años, Lima ha retomado muy antiguas cosas. Algunos lo sienten como si fuera un retroceso. Yo lo siento como algo positivo también, y es que nos hemos puesto ante los ojos el hecho de que estamos anclados en un siglo pasado, que es el siglo XVII. Entonces, hay que preguntarse por qué un país es proclive a eso. Porque eso no es solamente la dirección de alguien; es porque el país mismo mantiene las características del siglo XVII. Entre ellas el desarrollo económico enormemente grande.

Ligado a las materias primas.

Ligado a las materias primas, y con corrupción.

Como el virreinato; igual.

Lima era, en el siglo XVII, una ciudad poderosísima. Y por eso era muy frívola. Y a la vez que frívola, muy inmisericorde con el pobre. Por eso surgen los santos. Y Francisco ha estado acertado cuando ha podido mirar en los santos algo más que una especie de iconos; son personas muy concretas.

Yo estoy estudiando a Rosa de Lima hace tiempo. Te voy a regalar el libro que hemos publicado. Aunque hay más cosas; tenemos publicados otros artículos. Y Rosa vive más tiempo de lo que sus biógrafos han dicho: vive más tiempo en la zona de pobres, en Quives vive siete años, no vive tres. Toda su juventud se la pasa y toma decisiones en relación a esto. Y yo he encontrado varios indicios, además, me acabo de enterar que su primer biógrafo, que es Hansen, no existió.

¿Quién sería?

Hansen es un pseudónimo de Vicent Torré. Es lo más probable. Vicent Torré es un dominico.

Pero no está claro.

Aún no. Pero los elementos que da el autor Stephen Harp son bastante cercanos. Hay posibilidades de que éste haya sido uno de los preobispos anglicanos que huye a Bélgica. Tiene un odio terrible a los anglicanos y cuando le encargan a él, como dominico, hacer la biografía de Rosa y le dan los materiales, él la pinta con elementos más radicales, para demostrarle a los anglicanos que no tienen una heroína como ella. Y exageran una serie de elementos, como por ejemplo el decir que ella se flagelaba para calmar la ira de Dios; en Rosa no puede caber eso.

Toda su visión, nosotros tenemos las fotos de los tres elementos fundamentales en su camino, y el camino hacia el cielo, la escalera al cielo. Y en todos, la gratuidad como elemento esencial: “Con lanza de acero me hirió, y se escondió. Y yo salí a buscarlo.”

Qué bonito.

Es un camino de búsqueda a través de las obras que, finalmente, terminan en la plenitud de la gracia. Todo es gracia en ella; no hay nada de un Dios castigador, ni nada por el estilo.

La india Mariana

De flagelarse y cosas de esas.

Esas son cosas que agrega él. Ahora, es posible que la flagelación haya existido, pero en otro sentido.

Rosa sin duda como mística era mujer enamorada, y eso tiene en común con los de su época. Pero Rosa tiene una particularidad y es que ella deriva de la tradición de los dominicos. Y Antezana, por ejemplo, sabe de las cosas que Las Casas había escrito sobre sobre los indios y sobre Jesús en relación a ellos. La famosa frase: “Dejo a Cristo flagelado y abofeteado, no una sino millares de veces, en las Indias”.

Entonces, Rosa no puede no haber tenido relación con esa visión. Lo que pasa es que es un momento donde, evidentemente, es una mujer en el contexto de una súper ciudad, y en donde el poder existe muy fuertemente. Y en donde ella intenta acercarse en identificación con el sufrimiento de la gente.

Puede ser por ahí.

Hay signos ahí: la cadena que lleva. Ella está enamorada de Jesús; dice que es su amado esposo. Pero la cadena nunca la usa Jesús; la cadena la usan los indios mitayos y los negros esclavos.

Ella no se la pone siempre, como han dicho; que toda la vida estuvo con la cadena. Hubiera muerto antes; se la quitaba y se la ponía porque quería sentir lo que sentían los indios.

Porque está Jesús en los indios y está Jesús en los negros.

Luego, sólo la flagela la India Mariana. Por qué?. Porque la India Mariana representaba para ella el sufrimiento de los indios: “Hazme sufrir como sientes los indios, para sentir lo que sufren”.

La india Mariana le proporciona todos los instrumentos de tortura, y todos los instrumentos son de labranza, del campo. Cuando Rosa crea sus dibujos de la escala espiritual, por ejemplo, un hay un elemento que parece un arco de una flecha, y un autor español que me parece que es de una congregación “equis”, hablando de los místicos dice: “este es el arco y la flecha que atravesaron su alma”, y yo, identificando, fui a ver los instrumentos del siglo XVI, y es una cañiza.

Y lo mismo la antorcha. Se piensa que la antorcha es la antorcha los Dominicos de la Luz de la Verdad, pero también puede ser la antorcha con la cual los mineros entran a la mina.

Es muy distinto, claro

Y sobre todo, hay un elemento que se llama algo así como “relámpago”, que es como una hoz, pero más triangular. O sea, con esquina, mientras que la hoz es redonda. Es un instrumento como dos cuchillas que servía para cortar las ramas, y le llamaban relámpago.

Y es un instrumento de labranza.

Quiere decir que ella, teniendo conexión con el mundo campesino y minero de Quives, probablemente su escala hacia el cielo son hechos de vida que le permitieron, en relación con la gente, identificarla. Como no lo dice, no podemos afirmarlo. Pero están los instrumentos que representan esa relación con la gente. De hecho, hay un punto en el que su madre, en un testimonio, dice: he llevado a mi hija a ver a su padre, a que trabaje en la oficina minera. Su padre servía al virrey, pero iba a la mina para ganar más dinero, porque tenía 13 hijos.

Entonces su mamá le dice “vete a ver a ayudar a tu papá” y textualmente dice, está en el testimonio: “no mamá, yo no puedo ir a ese negocio porque esos minerales son mentirosos, tienen en sí mismos mucho del oro del mundo, y muy poco del oro de la virtud. Y además, se producen con muchos achaques. O sea, con los sufrimientos de los indios”.

Eso es textual; a los 12 años le es odioso el dinero.

Santa Rosa de Lima

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Mons. Castillo, arzobispo de Lima y César Caro
Mons. Castillo, arzobispo de Lima y César Caro

«Llegué a Lima en época del terrorismo, en la época de Alan García, había toque de queda. La muerte de mi hermano por salvar a un amigo, me sirvió mucho para entender que la realidad del Perú era una cosa muy compleja. Muy dura.»

«Yo siento que la experiencia del laicado es muy importante, sobre todo si es consciente. Uno puede percibir la vida de Iglesia desde la visión que tenemos todos como vocación de servicio, desde la fe, de testimonio del Señor»

«Conocer la vida es muy importante para poder adaptar la Iglesia, las costumbres y los avances dentro de la perspectiva del Señor»

«La sociedad está siendo tragada por la economía»

«Aprendí a ser cura con Tadeo Fuertes y con Jorge López a la Tablada de Lurín. En plena época del terrorismo conseguimos hacer de la parroquia un núcleo aglutinador para acompañar a nuestra gente y al país en esa situación de crisis».

“Y la palabra se hizo joven, y habitó entre nosotros”

«En estos años, Lima ha retomado muy antiguas cosas. Estamos anclados en un siglo pasado, que es el siglo XVII, ligado a las materias primas, y con corrupción.. Entonces, hay que preguntarse por qué un país es proclive a eso.»

17.03.2019 César Luis Caro

Tres semanas antes de ser ordenado obispo y comenzar su servicio al frente de la archidiócesis de Lima, el padre Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio tuvo la generosidad conceder a Religión Digital una extensa entrevista. En su casa de toda la vida, junto a la plaza de la Municipalidad de Lince, el ya arzobispo de Lima repasa su vida y comparte sus expectativas. Ofrecemos acá la primera parte de esta agradable e íntima conversación.

PRIMERA PARTE

Antes de comenzar con las preguntas, quiero que nos cuente algo más personal sobre su vida, porque estamos en su casa, en el distrito de Lince. ¿Quién es usted, cómo fue su infancia?

Nací en este barrio en 1950. El barrio era una primera expansión de Lima, hacia el sur. Un barrio contiguo a otro, que era de la alta aristocracia, que es el barrio Santa Beatriz. Antiguamente, el barrio aristocrático de Lima era Barrios Altos, en el centro de la ciudad. Y en la primera expansión, que se hace en época del presidente Leguía, se crea ese barrio que tiene el hipódromo como centro, donde muchos años después se hizo el estadio. Las clases altas vienen a vivir a la zona de Santa Beatriz, y este de Lince es el barrio de los empleados, de los que eran servidores tanto de esas clases como del Estado.

Mis papás vinieron acá. Mi papá había venido hacía mucho tiempo atrás, para entrar a la academia de policía, y conoció a mi mamá en la avenida 28 de julo, que es más o menos alrededor del hipódromo, en una casa de unos tíos, y cuando se casaron se vinieron a vivir aquí en Lince. Primero en la avenida Arenales, luego a la avenida Merino, en donde yo nací, y al final a esta casa.

El negocio de mis papás era una imprenta. A principio estaba en otro local que era librería e imprenta, pero trasladaron la parte de imprenta aquí.

Monseñor Castillo en la tumba de Landázuri

Y aquí estamos, en lo que era la imprenta.

Esto era la imprenta.

Aquí estaban las máquinas, me lo puedo imaginar.

Así es. E inclusive, los que me rehicieron esta parte de la casa fueron los chicos de La Tablada, que fue mi primera parroquia cuando llegué de Roma. Fui a la Tablada de Lurín, que es a veinte kilómetros de acá, una parroquia popular. Llegué a Lima en época del terrorismo, en la época de Alan García, había toque de queda.

¿En el 85?

En el 87. Mis papás me dijeron que esa iba a ser mi casa, pero que, evidentemente, acá estaba la imprenta y había que, poquito a poco, irla sacando. Nos demoramos unos ocho años, pero la parte de dormir sí la tenía ahí. Y como yo estaba en Tablada y los jóvenes trabajando durante la semana, teníamos acá una comunidad, unos diez y ocho muchachos y chicas, y ellos como había toque de queda, preferían venir a dormir los lunes nada más, aquí a la casa. Hacíamos la reunión de comunidad, durante el toque de queda, los recibía con una cena y, después de eso, se iban a las seis de mañana; después de la reunión dormían cinco horas.

Y ese grupo es el que luego de años me rehace la casa y me hace este salón. Con su biblioteca… todo muy bien. Y ha servido por muchos años, aquí se desarrolló también, un tiempo, el trabajo de la vicaría de la juventud, cuando el cardenal Augusto me nombró en el año 90 vicario de los jóvenes de Lima. Y aquí formamos todos los grupos; hicimos encuentros enormes.

Porque usted, antes de esto, primero ha sido laico y joven y comprometido, creo que en la JEC.

Sí en la Juventud Estudiantil Católica (JEC).

Carlos Castillo joven

Yo también.

He sido presidente nacional en la JEC. ¿También tú? ¡Qué bonito! Bueno, es una experiencia inolvidable, ¿no?

Yo, en el colegio, fui, una vez, a un retiro, el 3 de junio del 65, en el Seminario Santo Toribio, y allí un amigo mío, que es Hugo Risco, me jala para la JEC. Y ahí me mete el asunto de la vocación de diocesano. Porque yo quería ser agustino. Y al final, los agustinos salieron perdiendo porque yo odiaba la idea de irme a España a estudiar y meterme en un convento en España; aislarme.

Entonces, Hugo Risco y compañía, varios actuales obispos también, Piñeiro, por ejemplo, me incentivaron mucho la necesidad de acercarme a la realidad. En la JEC, el padre Pepe Rouillón, y en UNEC el padre Gustavo Gutierrez, el padre Felipe Zegarra, el padre Luis Fernando Crespo, permanentemente: Carlos, la realidad, la realidad. Entonces, en vez de entrar a la Católica, entré a San Marcos a estudiar Sociología.

En la JEC fui presidente nacional. En el año 67 me moví por todo el país. Primera vez que viajaba por todo el país. En el año 68 entro a San Marcos y luego soy presidente de UNEC de Lima y después miembro del equipo nacional por muchos años. Y ahí pude conocer muchas cosas, especialmente de las provincias.

El 65 mismo, coincide con que hay una guerrilla en el Perú y matan a mi hermano Ismael, que es el que lleva su nombre la calle donde vivo. Y eso me sirvió mucho para entender que la realidad del Perú era una cosa muy compleja. Muy dura. Y simultáneamente me sirvió también para encontrar que en mi propia casa había un hermano que había muerto por salvar a un amigo.

Mi hermano fue atacado porque habían atacado a un amigo, el grupo guerrillero de Lobatón, moviendo a los asháninkas, que entonces se llamaban kampas. Mi hermano fue a ayudar a su amigo pensando que lo iban a matar y, más bien, los guerrilleros se trasladan adonde venía la camioneta con la policía, y los asesinaron a todos.

Cardenal Landázuri

¿Dónde?

En Satipo. Exactamente en la hacienda Kubantía, En Kuiatari. Eso fue muy importante porque mi percepción cambió. Hay dos cosas importantes en eso; una percepción de mi hermano como una persona que da la vida. A mí, que en ese momento estaba pensando ser agustino, el impacto me ayudó a decidirme: había que ser diocesano.

De todas maneras él me había regalado una Biblia, y yo rompí el texto de la parte de delante de la Biblia y escribí: “hermano, ayúdame a discernir qué cosa debo ser. Para mí, sería mejor religioso, pero tú di, no más. Dile al Señor.” Y la meto en el cajón. Y estará ahí todavía.

Terminó el colegio y decidí entrar en San Marcos donde estuve cinco años. Y luego de eso, también hice una experiencia, después de San Marcos, hasta el 72, dos años en Lima, y luego me voy a Cerro de Pasco a vivir, cinco años mas. Y allí soy profesor de universidad Daniel Alcides Carrión. Me ligo a la experiencia de conocer la realidad, ayudar…, como todos los jóvenes de la época. Hacer cosas interesantes. Y como profesor acompañé a los jóvenes de esa zona. Mis alumnos eran campesinos y mineros. Les ayudé en la vida minera, con discusiones sobre la vida y los problemas sociales. Y luego fuimos al campo también, a hacer un trabajo campesino, de servicio social. Creamos el CEAS minero y el CEAS campesino. Comisión Episcopal de Acción Social.

Después de eso, tras el año 79, sentí que ya había conocido bastante la realidad, le hablé a monseñor Germán Schmitz y hablé con el padre Gustavo, y con Luis Fernando y con Hugo Echegaray, que es el gran amigo de Gustavo, teólogo, que murió prematuramente.

Gustavo es Gustavo Gutiérrez. Lo digo para que lo sepan los que lean esta entrevista.

Hugo Echegaray me decía: Carlos, yo creo que con toda tu experiencia tienes que ir a un buen centro de estudios. Estuve mirando los programas de las universidades, y estaba la Gregoriana entre ellas. Aunque Gustavo prefería Lyon, que era donde había estudiado él. Pero, al final, yo tengo sangre italiana también, y el cardenal dijo que era importante ir a Roma.

Fui a Roma, y allí estuve ocho años. Estudié la Filosofía, yo había estudiado ya Sociología. Luego estudié toda la Teología, la licencia y el doctorado.

Alfombra de flores para Don Carlos

Todos sus estudios eclesiásticos, digamos, los hizo en Roma.

Sí. Que para mí fe un tiempo muy grande de retiro. O sea, el primer gran retiro de mi vida son ocho años en donde todo lo que había vivido antes lo pude reflexionar leyendo la Teología. Y fui escribiendo; hay una carta que se ha perdido, que dediqué a mi mejor amigo, de 88 páginas.

¡Madre!

Que era la reflexión, a partir de lo que había aprendido de la Teología, y de todo lo que leía. Lo que pasa es que, bueno, se acaba de morir mi amigo, y de la carta no sé nada. No sé quién la tiene.

No había computadoras para guardarlas.

No había. Y es a mano, además. Fue la que le escribí en el Monasterio de Quar Abbey en Inglaterra, en la Isla de Wight, en un retiro de treinta días que hice, en silencio, antes de ser diácono.

Y ya se ordenó. ¿Se ordenó acá, o se ordenó en Roma?

Me ordené de diácono en Caprona, en Italia. Vino mi mejor amigo Víctor, mi padrino de ordenación junto con Luis Alberto Gomez de Souza y su esposa Lucia. El cardenal Landázuri viajó con nosotros, de Roma a Pisa, para ordenarme, en la Parroquia del Padre Severino Dianich, que es el gran eclesiólogo italiano, y su pequeña parroquita, que era una belleza.

Fue de mis primeras experiencias parroquiales intensas, porque como yo no era todavía cura, acompañamos a Severino, Manuel Vasallo, que era cura y que ha muerto hace poco también, muy buena gente y muy querido allí, en la parroquia, y yo como laico.

Después fui ordenado, y serví en la parroquia.

En Roma y con sus padres

¿Y se ordenó allí?

Me ordené diácono el 16 de octubre de 1983. El 84 fue la ordenación de cura, que fue aquí en Lima, en la catedral, a manos del cardenal. Y estuvieron todos los obispos que son amigos míos, Bambarén, que también estuvo entre los ordenandos. Germán Schmitz, que era una gran persona, y otros amigos curas, que ahora algunos son obispos, como Piñeiro, o Jorge Carrión, estuvieron en la celebración.

En realidad, lo que yo siento es que la experiencia del laicado es muy importante, sobre todo si es consciente. Uno puede percibir la vida de Iglesia desde la visión que tenemos todos como vocación de servicio, desde la fe, de testimonio del Señor. En donde no hay ningún interés de nada, sino de servir.

Eso, luego manifestado ya como párroco o como sacerdote, podríamos decir, marca el sacerdocio de uno con características de mayor libertad. Hay siempre el peligro de cómo las enseñanzas fueron planteadas en el seminario durante un tiempo, porque se hicieron así por alguna razón, con normas, etc., para construir un perfil de cierto monaquismo, etc.. Lo laico permite flexibilizar las cosas cuando uno conoce más la realidad, y las puede adaptar.

Hay una vieja frase que decía monseñor Dammert, que también fue laico mucho tiempo, y después fue ordenado obispo de Cajamarca, que decía: “el derecho canónico no se aplica a más de 3.000 metros de altura”

Es que se cae de las manos, claro.

Conocer la vida es muy importante para poder adaptar la Iglesia, las costumbres y los avances dentro de la perspectiva del Señor con iluminación del Espíritu Santo con esa opción nueva. Y eso es el pan de cada día de un cura.

Luego, las tareas que tuvo después le ayudaron en esta misma línea porque ha sido párroco de varias parroquias en lugares populares de Lima, a veces, conocidos como medio peligrosos.

La primera vez, cuando regresé, en el año 87, que regreso de Italia, porque el cardenal me dijo: “prométeme que vas a regresar, que no te vas a quedar aquí de diplomático” (risas). Y entonces el 16 de junio del 87 llego sin duda. Yo le había escrito que prefería no pusieran en primer lugar el hecho de que yo había estudiado en Roma. Sino continuar la misma línea de inserción en un lugar, y ahí aprender a ser cura. Y me mandaron con Tadeo Fuertes y con Jorge López a la Tablada de Lurín.

Libro de Castillo Mattasoglio

Sus compañeros.

Sí, que son mayores. Todos habíamos estudiado en Roma. Conocíamos muchas cosas… Uno es canonista, el otro es moralista, y yo era dogmático. Y nos repartimos el trabajo. Es en plena época del terrorismo que conseguimos hacer de la parroquia un núcleo aglutinador para acompañar a nuestra gente y al país en esa situación de crisis. Y a mí me tocaron los jóvenes. Y eso es muy interesante porque toda la lucha fue por la paz, enfrentando situaciones muy complejas. La juventud entonces estaba muy entusiasmada en un período, después se bajó. Pero muchos jóvenes pensaban que la guerrilla era la salida. Y con ellos trabajamos muchos temas. Por ejemplo recuerdo que trabajamos el tema de la espada en la Biblia. Porque los de MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), decían que como Jesucristo había dicho que no había venido a traer la paz sino la espada, la espada equivalía a la metralla y entonces, inducían a los muchachos a la violencia.

Pero también decía quien a hierro mata, a hierro muere.

Así es. Pero juntos leímos la Biblia y descubrimos que la palabra espada es la Palabra de Dios.

Espada de doble filo.

Así es. Identificamos la espada en la Biblia y en su ambigüedad. Es, a la vez, el instrumento con el que hay las famosas venganzas, y la idea de que la Palabra resuelve las cosas. Fue una experiencia muy interesante, porque los chicos, además, enfrentaban al terrorismo con una visión de paz que empalmaba con la idea de que la democracia tenía que ser defendida. Había una democracia debilísima en la época de García. Pero el valor del diálogo lo aprendieron.

Además, a muchos de ellos los querían tentar. Pero empezamos a hacer una corriente muy bonita de pensamiento. Y empezamos las semanas juveniles en La Tablada, que era una cosa muy linda. Y además, semanas juveniles acordadas democráticamente con todos. Eran 40 catequistas y 220 o 300 confirmas en asamblea. Ese año teníamos la semana juvenil en agosto.

Primero, propuestas de lemas. Luego se dividían en barrios, y decíamos busquen y discutan en cada barrio, cada colegio, qué tema y qué lema queremos. Después había asamblea y reducíamos los, que sé yo, cincuenta lemas, a uno.

Gustavo Gutiérrez

Y ahí llegaban a un acuerdo.

Con votación a mano alzada. Era un sistema de dinámica impresionante. Y todos luego, como no había nada de electrónica, ni nada, escribían a mano. Y a mano reproducían tarjetitas con el lema de la semana y se recitaba en la formación, al inicio de las clases, en las esquinas, se le pasaba a las pandillas. Y se hizo un movimiento juvenil impresionante que, dentro de la situación, que había toque de queda, los muchachos expandían un nuevo sentir. Me acuerdo de la primera vez que hicimos la semana por la paz. Teníamos miedo de infiltraciones, cosas terribles. Y aquí, mi hermano tenía en la imprenta unas hojas que se habían malogrado que eran resmas enormes de papel. Pues trasladamos todas las resmas allá, en las capillas repartíamos, y cada uno tenía que hacerse un disfraz blanco. Porque era la semana de la paz. Entonces, todos revestidos y camuflados para que los terroristas no identifiquen a los muchachos.

Fue una marcha preciosa; todos los chicos vestidos de blanco, con papel. Una cosa impresionante. Ahí, tú ves, un poco, cómo el propio pueblo está a la iniciativa de las cosas. Cuando hay un problema la gente intuye soluciones y crean los espacios. Toda la gente colabora y lo bonito es que eso también lo viven como cristianos; que es una cosa no solo de respuesta ciudadana, sino también de fe.

Hacíamos, por ejemplo, una misa inicial, una oración, y una misa final. Pero era muy bonito porque todos presentaban las ofrendas, las cosas en torno a lo que se había hecho durante la semana. Eran semanas muy sencillas: una sesión de jimcana un día, un concurso de teatro otro, un concurso de música al otro, un bailetón…

Que es lo que más les gustaría.

¡Todo el pueblo bailaba! Cosas que son sencillas, pero que permitían la unidad. Eso que hoy nos está faltando mucho; la recomposición de los lazos sociales y humanos. Yo creo que el sistema, conforme ha ido avanzando y las formas del capitalismo se han ido imponiendo, la sociedad está siendo tragada por la economía. Entonces, la sociedad no puede expresarse, y tampoco se puede expresar la fe.

Castillo, con su madre

Esos fueron los primeros tiempos de su ministerio sacerdotal, y luego estuvo en otros lugares, ¿no?

Sí. De La Tablada pasé la prueba de la experiencia hasta el 90. Cambiaron al cardenal Landázuri y llegó el Cardenal Augusto Vargas. Y como sabía que había estas semanas juveniles, me llama y me dice: “Una primera cosa es que tú estás a la vez en esto y dos días a la semana en la Universidad”.

En la Católica.

Sí. Me dijo: “creo que es mejor que te vengas porque necesito, para una nueva etapa, que veas el tema juvenil. Pero vamos a empezar por una cosa que tú sabes hacer y que ya tienes ahí, – yo, de vez en cuando, ayudaba en el campus -. Es la pastoral universitaria de toda la diócesis. Se trata de ver cómo se hace para organizar la pastoral universitaria, y lanzamos la PUL, Pastoral Universitaria de Lima”.

Me trasladó a la Parroquia de San Juan Apóstol que está muy cerca de la Católica, de adscrito,

Para que trabajara, más bien, en la parroquia y en la pastoral universitaria.

Sí. Y lanzamos el proyecto, que es muy interesante, porque el sistema de confirmación que teníamos en Villa Salvador y en Tablada, que habíamos hecho con Germán Schmitz, lo elevamos a nivel universitario. Era un sistema de ver/juzgar/actuar, diálogo con la gente, dinámicas, etc. Y elevado; entraban temas que, por ejemplo, en la confirmación de Tablada se decía: cuál es mi barrio, qué problemas vive mi barrio en relación a lo que vivían los demás pueblos jóvenes… Aquí era más una pregunta: “En qué país vivimos”. “Cómo puede contribuir la profesión, la ciencia, a la solución de los problemas del país”. Y así. Y cómo mi fe puede ayudar a reflexionar sobre estos problemas. Ayudar a que el universitario sirva a la mejora del país y de la Iglesia.

MRTA

Entonces creamos el sistema de red: era con todas las confirmaciones de todas las universidades. Cubrimos más o menos ocho universidades. Y después creció un poco más. San Marcos, La Católica, Villarreal, la Agraria, la UNI, la de Lima, Garcilaso, fueron las principales. Y lo hacíamos mediante un comité que se reunía en la Católica, allí aclarábamos, decíamos cosas y después expandíamos. Había que dar una orientación sobre cada tema. Yo grababa un cassette, lo repetían, y simultáneamente en todas se hacía el trabajo.

Recorrí en bicicleta, una vez por semana, en varias semanas, cada uno de los locales. Era muy interesante y, además, todo a pulso; sin un centavo. Y en todas las universidades, el cardenal llegó a confirmar gente. Era en la capilla universitaria de San Marcos, que es muy parecida a la de la Católica. Se formaron capellanes. Realmente, esa fue la primera experiencia. Con Villarreal, sobre todo, trabajamos mucho el método y lo difundimos. Esto fue del 90 al 96.

En el 96 ya tenía yo un grupo de 200 universitarios que hacían confirmación, salían, hacíamos actividades, formábamos grupos. Hacían trabajo gremial, no partidario pero sí de servicio universitario social.

Me llama el cardenal y me dice: necesitamos crear un evento que permita reunir a los jóvenes. Y tiene que ver con Santo Toribio. Entonces, un grupo de los de la pastoral universitaria nos reunimos con un cantante y con otros jóvenes y curas jóvenes, en un colegio de la gente de La Recoleta, Héctor de Cardenas.

¿Hicieron un concierto?

No, hicimos un evento que se llamó Encuentro Juvenil Toribiano, (EJUTOR). Esos días yo había escrito un folleto que se llamaba “Joven, a ti te digo, ¡levántate!”, que ahora es un libro.

Encuentro toribiano

Y ese es su lema, también, ¿no?

Sí. Ahora es “A ti te digo, ¡levántate!”, le he quitado el joven para que se sienta todo Lima.

Entonces, hacemos ese encuentro y asisten unos 2.000 chicos. Tuvo que influir mucho la organización del padre que estaba encargado en esa época de la parte social, pero fue el primer avance.

El segundo fue más interesante. Ya que se hizo con delegados de todas las parroquias de todo Lima. Y el cardenal nos dio, para tener el lugar de reunión de la vicaría de la juventud, el seminario. Y aquello fue una cosa genial. Fue en septiembre del 96, en el colegio salesiano.

¿En Breña?

Sí. El tema, aprobado por asamblea con el mismo método de las semanas juveniles, fue aprobado por 120 delegados de las parroquias, era la Lima grande. No la de ahora, ahora es una Lima chica. Era la Lima de Lurín, de…

Era la diócesis de Lima cuando no estaba dividida en cuatro.

Así es; la enorme diócesis. Por acuerdo interparroquial, con todos los delegados, y a mano alzada, después de seis horas de trabajo, el tema fue: “Joven, sé tú un camino de vida. Barras, pandillas y grupos, una luz para Lima”

Madre mía.

Pero así, hasta llegar a uno.

Como un parto.

Y muy bonito. Todo el mundo entusiasmado. Pero en aquella época estaba recién nacida la computación y costaba un montón de plata. Entonces los chicos, algunos de los barrios más pitucos, o de los colegios más pitucos, decían: “Hay que conseguir el Corel Draw”.

(Risas)

Y decíamos: ¿Corel Draw? Aquí, suelazo. ¡Todo el mundo al suelo! Teníamos cartulinas y papeles y los chicos a pintar con la mano. ¡Hicimos miles! Se llevaba a las parroquias el modelo, lo reproducían, y a pie por todo Lima, en afiches. Vinieron 7.500 muchachos.

Fue un encuentro genial porque no teníamos ayuda. En el primer encuentro, por ejemplo, tuvimos ayuda de Wong (supermercado de Perú), que puso hasta para la comida; había sillas…, todo muy ordenadito.

Pero en este no podía ser.

Esto, nada. Ya no tuvimos plata.

Es que no podía ser. Para 7.500…

Era demasiado dinero. Entonces, como era de pandillas, todo con blue jeans. Para sentarse, el suelo. En los patios del colegio salesiano.

La organización fue por pandillas; cada 200 tenían que formar una: pandilla de 200 (ríe). Tenían que acordar cómo el nombre de la pandilla. ¡Ponían unos nombres terribles! Había una que se llamaba “VOMITO”, pero era acróstico, eran las primeras letras de un lema bonito.

Ese encuentro fue milagroso por dos razones también; porque Wong solamente nos dio pan, que lo mandó hacer al Hogar de Cristo. Nos dio bebidas, y el escenario.

Martín Valverde

Y la ¿megafonía?

También. Entonces, vinieron los chicos, se armaron los carteles, los grupos. Primero, en la noche, hubo una obra de teatro impactante, que planteaba el problema de las pandillas. Por entonces las pandillas se habían expandido por Lima y eran peligrosísimas.

La obra representaba eso y se dejaban preguntas para que al siguiente día se debatiera el “ver”. A la mitad de la mañana se entregaba otro papel con una o varias citas bíblicas distintas para hacer el “juzgar”. Fue muy interesante. Serían los plenarios, plenarios de 200. Grupos de 20 y plenarios de 200. Y en cada grupo unos informaban haciendo un papelógrafo, y otros escenificaban.

¡Para manejar eso!

Así es, pero todo lo manejaban los chicos; lo que es autogestión.

Lo hacían ellos.

Y cada día lo hacían ellos. Muchos hacían poco, y no pocos, mucho. Esa es la idea.

Eso es lo que hace la gente.

Excelente. Luego había una tarde de plenario. Después de eso, de oración, y luego un concierto. Y en el concierto pasó el milagro más grande, porque Luis Enrique Ascoy estaba tocando, entonces dice: “Carlos, me ha llamado un amigo que es un buen cantante y nos ofrece venir, porque está en la Monumental de Chacra Ríos y resulta que está con viejitas, y dice que… ”. Y le digo: “Pero si acá hay 7.000 jóvenes, dile: vente”. Y le invité. Pero le digo: “Oye, pero ya estamos en la hora, son las nueve, y tenemos que salir antes de las once, porque tienen que irse a la China, los chicos”

Entonces él insistió: “Pues le digo que ahorita”. Yo le dije: “Bueno, pero dos canciones y ya”.

El tipo llega, y se pone a cantar. Yo preocupado, a las dos canciones dije: “Ya. Ahora el cardenal entra y bendice”.

Él me decía: “Espera, mira, mira…”

Finalmente, le dice al cardenal: “Cardenal, dígale que mire”. Y el cardenal: “Carlos, mira”.

Entonces yo miré y estaban todos los muchachos así, en el suelo, con velas encendidas, con los encendedores, y el tipo estaba cantando el padrenuestro, con una meditación sobre la historia del Perú, los últimos años, el terrorismo… Y los muchachos felices, y repetían las frases del padrenuestro. Era Martín Valverde.

Ah, claro. Famoso.

Yo no le conocía. Y levantó a los jóvenes. Eso fue fundador. Porque además cantó… lo especifico para lo que estábamos viviendo.

Es un genio.

Un genio. Extraordinario. Tiene una experiencia humana. Es un tipo muy vital. Y además juntamos todo lo que había en la diócesis: la revisión de vida de la JEC, la dinámica de los carismáticos. Los cantos de las COI, los cantos de SCE. Todos se juntaron en un solo evento.

Y el último día, el del “actuar”, hubo toda una serie de plenarios; en la misa, durante la ofrenda, se presentan las dos pandillas de Alianza Lima y Universitario de Deportes

Las barras.

Y se sacan las camisas y las intercambian. Y el cardenal uniéndose a ellos y agarrándoles de la mano. Y luego de eso, la Católica nos dona 7000 rosas. Habíamos pedido a las familias que esperaran a sus hijos en la Plaza Bolognesi, ¿la conoces?

Sí, está ahí, al ladito del colegio.

Entonces, los chicos salen en fila, con sus rosas, las entregan a las mamás, y el cardenal, en un estrado pequeño, les toma juramento. El país está como está, con todo el problema… Tenemos que ayudar a salvar este país.

Ordenación

Estamos hablando de la época de Fujimori, al final.

Sí. Al final de Fujimori. Esto es el 96, quedan cuatro años todavía. Pero es muy importante.

Ya había dado el autogolpe, que fue en el 95.

Claro. Fue muy interesante porque al juramentar ahí, sellamos. O sea, quienes se comprometen a levantar nuestro país con fe cristiana, que ayuda y contribuye, que no compite, sino que ayuda a la gente en el corazón de los problemas. Fue un “¡sí, juro!” atronador.

Fue un preludio de la Marcha de los Cuatro Suyos.

Un poco eso. Bueno, puede ser un poquito menos, pero sí por ahí.

La verdad es que a partir de ahí, la Católica nos aloja. En el 97 y 98 hay dos encuentros de 12.000 y de 25.000. Y el año 2000, por la fiesta de Jesús, que se hacen tres años seguidos con eventos; se hace el Encuentro Nacional, que es “Y la palabra se hizo joven, y habitó entre nosotros”, con 40,000 jóvenes presentes y participantes.

¿En qué años fue eso?

En el 2000.

Cirpriani y Fujimori

¿Ya ha empezado ahí la época del cardenal Cipriani? ¿Cómo fue esa época para usted?

La situación estaba muy tensa en el país. Y además ya estábamos en que no se sabía qué pasaba a nivel nacional. Es el año que Fujimori sale, prácticamente. Pero en el punto de vista eclesial, la llegada del señor Cipriani hace que se emprenda una especie de cambio de la manera de actuar.

Yo en el 98 me voy de año sabático. Y voy a la reunión internacional de asesores para la Jornada Mundial de la Juventud a Roma. Asisto, y a la hora de hacer el resumen, que lo hacemos tres, cada uno diciendo razones para complementarse. Yo era el último. Levanto la mano y digo: “tengo un resumen” y ta,ta,ta, pongo los puntos. Y el cardenal Stafford se levanta y dice: ¡qué buen resumen! ¡este es el más claro! Y yo aproveché y le dije: “Eminencia, ¿podría por favor, hacer esto? Mire, los chicos no van a poder venir acá. Va a ser muy caro. ¿Podrían darnos lo que ustedes van a dar para las delegaciones, que eran 7.000 dólares, para hacerlo en Lima? Le ofrecemos que llamamos a Ecuador, a Chile y a Bolivia, y hacemos un encuentro andino”. Y aceptó. Y genial.

Entonces, cuando entró el cardenal Cipriani, que entra en el 99, yo todavía estoy de sabático. No he participado en la primera parte, pero me da cita el 15 de marzo del 2000. La jornada mundial estaba anunciada para mediados de agosto. Nosotros la hicimos al inicio. Los tres días. Tengo una carta como asesor para revisar eso. Su eminencia, evidentemente empezó a trabajar. Y él dijo, muy bueno, “yo creo que con los jóvenes hay que hacer otra cosa”. Y se organizó el encuentro.

Usted dejó de ser responsable nacional.

No. Seguí siendo responsable nacional hasta el encuentro. Y ahí ya lo dejé. Y su eminencia me destinó a dar clases en la universidad y de vicario de San Juan Apóstol, que es una parroquia de clase media donde había estado ya antes.

Solo después de eso tuve dos cargos más. Pasó el año 2005 y me pide, junto con la universidad, cumplir el rol de Director de Relaciones con la Iglesia de la PUCP. Y también me pidió ser párroco del Montón. O sea, gracias a monseñor Cipriani soy nombrado párroco de La Virgen Medianera, en Villa María del Perpetuo Socorro, llamada también el Montón.

Que son parroquias en barrios.

En barrios populares. Ese es un barrio popular que queda en las afueras del Cercado de Lima, y que fue el primer basural que tuvo la ciudad. Y sobre él se construyó el barrio. Allí estuve siete años.

Fue una experiencia extraordinaria porque la gente es muy sencilla. Hay un sector que son los trabajadores de las fábricas de Argentina y otro sector que son comerciantes, pero son muy empobrecidos. Ahora están están mejor todos, ¿eh? Porque ahora pasa la línea amarilla por ahí.

Pero cuesta cinco soles.

Claro. Y además, hasta hace poquito, era el riel del tren, el barrio y el abismo. Pero fue una experiencia muy linda porque el barrio estaba encerrado y era muy buena comunidad. Son once cuadras de largo por tres-cuatro cuadras de ancho. Entonces, la vida interna de ese barrio, como no hay carros, la gente camina por la calle y todo el mundo se conoce.

Entonces se ha sentido como un cura en la calle, pisando la tierra firme y con las personas.

Sí. Estábamos muy cerca. Yo viví allí. La parroquia estaba como inclinada, porque se hunden las casas.

Porque están encima del montón.

Claro, y no tienen cimientos buenos. Allí empezó la misión de Lima del cardenal Landázuri. Y empezó porque, justamente, había plagas, una cosa terrible. Ellos eran miembros de lo que llamamos El Callejón del Gato, que es cerca del estadio de La U. Y fueron trasladados porque tenían que construir una calle y les trasladaron allí. Odría les dio ese terreno. Pero era fofo. Fue una tragedia; enfermedades, virus…, fue una cosa tremenda.

Ordenación de Castillo

Y llegamos al momento actual. ¿Cómo se siente desde que le han dicho que le van a nombrar obispo de Lima?

Me siento enormemente sorprendido y agradecido también, por el hecho de que se nos da una oportunidad de poder hacer en más grande aquello que hemos hecho en nuestra experiencia. Pero, en realidad, lo que más siento es un enorme desafío a tener que enfrentar la responsabilidad. Que la tenemos, porque desde que somos ordenados tenemos esa misión, solo que no pensé que variara a una cosa tan grande.

Sin embargo, lo estoy sintiendo, a pesar de que sé que hay más cosas, como una parroquia más grande, nada más. No creo que sea tan, tan complicado. Es difícil, porque creo que han pasado muchos años; son 20 años de una forma de trabajar, que también tiene su sentido.

En estos años, Lima ha retomado muy antiguas cosas. Algunos lo sienten como si fuera un retroceso. Yo lo siento como algo positivo también, y es que nos hemos puesto ante los ojos el hecho de que estamos anclados en un siglo pasado, que es el siglo XVII. Entonces, hay que preguntarse por qué un país es proclive a eso. Porque eso no es solamente la dirección de alguien; es porque el país mismo mantiene las características del siglo XVII. Entre ellas el desarrollo económico enormemente grande.

Ligado a las materias primas.

Ligado a las materias primas, y con corrupción.

Como el virreinato; igual.

Lima era, en el siglo XVII, una ciudad poderosísima. Y por eso era muy frívola. Y a la vez que frívola, muy inmisericorde con el pobre. Por eso surgen los santos. Y Francisco ha estado acertado cuando ha podido mirar en los santos algo más que una especie de iconos; son personas muy concretas.

Yo estoy estudiando a Rosa de Lima hace tiempo. Te voy a regalar el libro que hemos publicado. Aunque hay más cosas; tenemos publicados otros artículos. Y Rosa vive más tiempo de lo que sus biógrafos han dicho: vive más tiempo en la zona de pobres, en Quives vive siete años, no vive tres. Toda su juventud se la pasa y toma decisiones en relación a esto. Y yo he encontrado varios indicios, además, me acabo de enterar que su primer biógrafo, que es Hansen, no existió.

¿Quién sería?

Hansen es un pseudónimo de Vicent Torré. Es lo más probable. Vicent Torré es un dominico.

Pero no está claro.

Aún no. Pero los elementos que da el autor Stephen Harp son bastante cercanos. Hay posibilidades de que éste haya sido uno de los preobispos anglicanos que huye a Bélgica. Tiene un odio terrible a los anglicanos y cuando le encargan a él, como dominico, hacer la biografía de Rosa y le dan los materiales, él la pinta con elementos más radicales, para demostrarle a los anglicanos que no tienen una heroína como ella. Y exageran una serie de elementos, como por ejemplo el decir que ella se flagelaba para calmar la ira de Dios; en Rosa no puede caber eso.

Toda su visión, nosotros tenemos las fotos de los tres elementos fundamentales en su camino, y el camino hacia el cielo, la escalera al cielo. Y en todos, la gratuidad como elemento esencial: “Con lanza de acero me hirió, y se escondió. Y yo salí a buscarlo.”

Qué bonito.

Es un camino de búsqueda a través de las obras que, finalmente, terminan en la plenitud de la gracia. Todo es gracia en ella; no hay nada de un Dios castigador, ni nada por el estilo.

La india Mariana

De flagelarse y cosas de esas.

Esas son cosas que agrega él. Ahora, es posible que la flagelación haya existido, pero en otro sentido.

Rosa sin duda como mística era mujer enamorada, y eso tiene en común con los de su época. Pero Rosa tiene una particularidad y es que ella deriva de la tradición de los dominicos. Y Antezana, por ejemplo, sabe de las cosas que Las Casas había escrito sobre sobre los indios y sobre Jesús en relación a ellos. La famosa frase: “Dejo a Cristo flagelado y abofeteado, no una sino millares de veces, en las Indias”.

Entonces, Rosa no puede no haber tenido relación con esa visión. Lo que pasa es que es un momento donde, evidentemente, es una mujer en el contexto de una súper ciudad, y en donde el poder existe muy fuertemente. Y en donde ella intenta acercarse en identificación con el sufrimiento de la gente.

Puede ser por ahí.

Hay signos ahí: la cadena que lleva. Ella está enamorada de Jesús; dice que es su amado esposo. Pero la cadena nunca la usa Jesús; la cadena la usan los indios mitayos y los negros esclavos.

Ella no se la pone siempre, como han dicho; que toda la vida estuvo con la cadena. Hubiera muerto antes; se la quitaba y se la ponía porque quería sentir lo que sentían los indios.

Porque está Jesús en los indios y está Jesús en los negros.

Luego, sólo la flagela la India Mariana. Por qué?. Porque la India Mariana representaba para ella el sufrimiento de los indios: “Hazme sufrir como sientes los indios, para sentir lo que sufren”.

La india Mariana le proporciona todos los instrumentos de tortura, y todos los instrumentos son de labranza, del campo. Cuando Rosa crea sus dibujos de la escala espiritual, por ejemplo, un hay un elemento que parece un arco de una flecha, y un autor español que me parece que es de una congregación “equis”, hablando de los místicos dice: “este es el arco y la flecha que atravesaron su alma”, y yo, identificando, fui a ver los instrumentos del siglo XVI, y es una cañiza.

Y lo mismo la antorcha. Se piensa que la antorcha es la antorcha los Dominicos de la Luz de la Verdad, pero también puede ser la antorcha con la cual los mineros entran a la mina.

Es muy distinto, claro

Y sobre todo, hay un elemento que se llama algo así como “relámpago”, que es como una hoz, pero más triangular. O sea, con esquina, mientras que la hoz es redonda. Es un instrumento como dos cuchillas que servía para cortar las ramas, y le llamaban relámpago.

Y es un instrumento de labranza.

Quiere decir que ella, teniendo conexión con el mundo campesino y minero de Quives, probablemente su escala hacia el cielo son hechos de vida que le permitieron, en relación con la gente, identificarla. Como no lo dice, no podemos afirmarlo. Pero están los instrumentos que representan esa relación con la gente. De hecho, hay un punto en el que su madre, en un testimonio, dice: he llevado a mi hija a ver a su padre, a que trabaje en la oficina minera. Su padre servía al virrey, pero iba a la mina para ganar más dinero, porque tenía 13 hijos.

Entonces su mamá le dice “vete a ver a ayudar a tu papá” y textualmente dice, está en el testimonio: “no mamá, yo no puedo ir a ese negocio porque esos minerales son mentirosos, tienen en sí mismos mucho del oro del mundo, y muy poco del oro de la virtud. Y además, se producen con muchos achaques. O sea, con los sufrimientos de los indios”.

Eso es textual; a los 12 años le es odioso el dinero.

Santa Rosa de Lima

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