Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
Hoy comienza la huelga de la iglesia iniciada por la iniciativa «María 2.0»: Durante una semana, las mujeres no entrarán en una iglesia y, por lo tanto, protestarán contra su exclusión de la consagración y la crisis de la iglesia. Los iniciadores esperan una participación activa en Alemania, y en el mundo.
Cuando Elisabeth Hartmann-Kulla leyó por primera vez sobre » María 2.0 » en Facebook en febrero , supo de inmediato que se uniría al evento. «Inmediatamente pensé: ‘¡Una huelga de mujeres en la iglesia, eso es!'», Dice la maestra jubilada con un entusiasmo inconfundible en la voz poderosa. El escándalo de los abusos de la iglesia, una jerarquía crujiente y la exclusión de las mujeres de los ministros ordenados: Hartmann-Kulla es cansado de hablar de esto durante décadas las críticas solamente y sin hacer nada zuzugucken en cómo la iglesia se tambalea de una crisis a la siguiente. «Quiero hacer algo por la iglesia», confiesa. Después de todo, la iglesia está muy cerca de su corazón.
Así se ve la iglesia sin mujeres.
La mujer de aspecto resuelto de Bochum-Wattenscheid ya está haciendo mucho por la iglesia. Hartmann-Kulla participa en la parroquia de la iglesia de San Pío en el funeral pastoral. Con otras seis mujeres y una oradora pastoral, organiza desfiles funerarios y prepara servicios para personas que recientemente han perdido a un ser querido. También participa activamente en el servicio voluntario de clausura de la Iglesia Columbarium, que se convirtió en una iglesia funeraria hace cinco años como uno de los primeros lugares de culto en la diócesis de Essen. Hace solo unos días también fue asignada al servicio funerario y ya dirigió el primer funeral.
Durante la huelga de la iglesia que comienza hoy, Hartmann-Kulla y todo el grupo de mujeres voluntarias se comprometen a trabajar en la iglesia de Wattenscheid. No podrán caminar a la iglesia por una semana. Y eso, aunque «no son realmente manifestantes», como admite el antiguo profesor de religión. Las mujeres decidieron por unanimidad hace unos meses participar en la huelga llamada «María 2.0» y mostrar cómo se ve una iglesia sin la participación de las mujeres. En St. Pius, su ausencia se sentirá con fuerza: «Nuestro café funerario no se sustituirá y el columbario solo estará abierto durante las horas de oficina de los empleados de tiempo completo», dice Hartmann-Kulla. Eso tambien significa La iglesia no solo será muy restringida, sino que también estará cerrada durante todo un día. Además, celebrarán un servicio en la plaza frente a la iglesia el jueves. «Al final, queremos envolver una cinta blanca de 350 metros de largo alrededor de la iglesia para abrazarla y expresar nuestro apego a ella».Bild auf Twitter anzeigen
Al igual que Hartmann-Kulla, se espera que muchos católicos alemanes vayan a la huelga hoy. ¿Cuántos exactamente, incluso los iniciadores de «María 2.0» no saben. «Somos un movimiento de base y no mantenemos estadísticas sobre los participantes», dice Andrea Voß-Frick. La psicóloga tiene con otras mujeres de la parroquia Santa Cruz en Münster.La acción lanzada. «Sabemos de varios cientos de grupos que participan», dice Voß-Frick. «Sin embargo, también es posible que haya mil», dijo la mujer de aspecto soberano con la distintiva calma de corte de pelo corto. Sin embargo, parece emocionada cuando dice que grupos de mujeres de toda Alemania e incluso del extranjero participan en la huelga de la iglesia. «Recibimos declaraciones de solidaridad de Nueva York y Washington», dice, no sin orgullo. Los dos grupos eclesiales internacionales » Voces de fe » y «Ordenación de mujeres en todo el mundo» también están asumiendo las protestas de «María 2.0».
Los católicos conservadores piden la retirada de la Unión
En Alemania, la iniciativa es apoyada particularmente por la Asociación de Mujeres Católicas de Alemania (kfd) y la Federación de Mujeres Católicas Alemanas (KDFB). Probablemente no menos importante, porque la huelga de las mujeres retoma muchos temas del movimiento popular de la iglesia que ha estado pidiendo reformas en la Iglesia Católica durante décadas. Las dos grandes asociaciones de mujeres recibieron mucha aprobación de las filas de sus miembros, pero son criticadas desde el exterior a veces agudas. Por ejemplo, el Foro de Católicos Alemanes pidió la retirada del KDFB. El llamado a un boicot a los servicios de la iglesia, en opinión del foro considerado conservador, representa «una nueva cualidad en el conflicto entre las fuerzas dentro de la iglesia y la enseñanza de la Iglesia Católica».
La asociación de mujeres respondió con prontitud y desestimó las críticas por infundadas. «Desafortunadamente, no se entiende de qué se trata: la profunda crisis de la Iglesia Católica», dijo la Presidenta del KDFB, Maria Flachsbarth. «Estamos comprometidos con una iglesia orientada hacia el futuro y fraterna en la que las mujeres y los hombres, bautizados y acomodados, asuman la misma responsabilidad y los mismos derechos», continuó Flachsbarth.
Voss-Frick y sus compañeros de campaña también quieren más justicia de género en la iglesia. El coraje hace que aproximadamente un tercio de los comentarios más positivos sobre «María 2.0» provengan de hombres. Entre ellos también hay sacerdotes que ofrecen apoyo a las mujeres e incluso quieren cancelar la misa o quieren desplazarse a los huelguistas en la plaza de la iglesia. Pero Voss-Frick rechaza esto: «No queremos dar a nadie la oportunidad de visitar la iglesia como de costumbre». Más bien, se trata de mostrar que las mujeres en la iglesia están «ahí afuera», mientras que los hombres generalmente están «adentro» porque tienen acceso a la oficina de ordenación. El espectáculo también en la vigilia del domingo.en la Plaza de la Catedral en Münster, organizada por la Asociación Diocesana del Kfd allí. «La casa del obispo está justo en la plaza», dice Voss-Frick, criticando el hecho de que el obispo Félix Genn, cuya diócesis es el comienzo de «María 2.0», y muchos de sus cohermanos en el episcopado, no se hayan dirigido personalmente a la iniciativa de las mujeres. tener.
Además, Voss-Frick, de 48 años, y Hartmann-Kulla, de 65 años, están preocupados de que la mayoría de las mujeres que organizan la huelga de mujeres tienen más probabilidades de ser mayores. «Tengo la sensación de que todos somos mayores de 65 años», dice el católico de Wattenscheider. A las jóvenes no les importaría la igualdad de género. Pero muestra militante: «Finalmente, nuestra generación ha logrado muchos cambios buenos para las mujeres en la iglesia y en la sociedad». Hartmann-Kulla admite que son las «tablas de grasa» donde las mujeres son aburridas y que uno tiene que ser paciente cuando se trata de las demandas de reforma. «Pero tal vez podamos hacer algo», describe su esperanza y suspira profundamente.
La presunta evasión de impuestos, desvío de recursos y el enriquecimiento ilícito del apoderado legal de la Diócesis de Irapuato, monseñor José Gerardo Velázquez Solís y algunos de sus sacerdotes quedan en una denuncia penal que presentó la Diócesis de Irapuato por presunto robo calificado de 18 millones 603 mil pesos contra dos ex empleados a quienes, denunciaron, se les violaron sus derechos legales y humanos. Ahora se evidencia un presunto encubrimiento del Ministerio Público a favor del clero católico.
Paloma, una de las agraviadas, denunció públicamente la evasión de impuestos de la Diócesis, entonces a cargo de Martínez Zepeda (actualmente obispo hemérito), así como el enriquecimiento y la opulencia en la que vive el sacerdote José Gerardo Velázquez Solís, pues en tan sólo unos años pasó a tener acciones, cuentas de banco y comprarse al menos 12 propiedades, dos de ellas valuadas en más de 10 millones de pesos, cada una en Guanajuato y Michoacán, aún cuando el sueldo de un sacerdote no supera los 15 mil pesos mensuales.
Guanajuato/Ciudad de México, 12 de mayo (POPLab/SinEmbargo).– Mientras emitía duras condenas y críticas a políticos y funcionarios, incluso a ciudadanos, por fallas en el Gobierno y falta de cultura cívica, la Diócesis de Irapuato, encabezada por José de Jesús Martínez Zepeda, manejaba millones de pesos, en medio de gran desorden y sin pagar impuestos; ahora pretende culpar a empleados de desfalco. Una de ellas, Paloma, trabajó durante 24 años para la iglesia católica, los últimos 13 en la Diócesis de Irapuato como contador público y ahora es señalada por un fraude por 18 millones de pesos, durante el periodo 2012-2016.
La mujer denunció ante la prensa hostigamiento luego de ser testigo de “una estrategia fiscal” para evadir el pago de impuestos por concepto de rifas, diezmos, donaciones y servicios religiosos y de que una auditoría sacara a la luz el faltante a fines de 2016; pese al cargo que tenía, no se le permitió participar en ese proceso.
No obstante, el escándalo estalló hasta este miércoles, cuando Paloma hizo la denuncia pública ante la prensa y apuntó a los excesos de los sacerdotes de la Diócesis, que no han sido investigados para no “incomodarlos”, algunos de los cuales tienen propiedades millonarias pese a su sueldo como religiosos no pasa de 15 mil pesos por mes.
Recaudando fondos para el seminario. Foto: Especial
La mujer también asegura que ha habido violaciones a sus derechos humanos, por lo que existe justicia, porque pese a que buscó conversar con el actual obispo, Enrique Díaz, este buscaría encubrir el hecho.
El juicio en su contra, de su esposo y de un ex compañero de trabajo, por el presunto delito de robo calificado de 18 millones 603 mil pesos, será el próximo 15 de mayo.
DESTAPAN CLOACA EN DIÓCESIS
La presunta evasión de impuestos, desvío de recursos y el enriquecimiento ilícito del apoderado legal de la Diócesis de Irapuato, monseñor José Gerardo Velázquez Solís y algunos de sus sacerdotes quedan al descubierto, tras una denuncia penal que presentó la Diócesis de Irapuato por presunto robo calificado de 18 millones 603 mil pesos contra dos ex empleados a quienes denunciaron se les violaron sus derechos legales y humanos y hoy evidencian el presunto encubrimiento del Ministerio Público a favor del clero católico, pues se ha negado a investigar a fondo.
El juicio en su contra, de su esposo y de un ex compañero de trabajo, por el presunto delito de robo calificado de 18 millones 603 mil pesos, será el próximo 15 de mayo. Foto: Especial
Paloma, una de las agraviadas, denunció públicamente la evasión de impuestosde la Diócesis, entonces a cargo de Martínez Zepeda (actualmente obispo hemérito), así como el enriquecimiento y la opulencia en la que vive el sacerdote José Gerardo Velázquez Solís, pues en tan sólo unos años pasó a tener acciones, cuentas de banco y comprarse al menos 12 propiedades, dos de ellas valuadas en más de 10 millones de pesos, cada una en Guanajuato y Michoacán, aún cuando el sueldo de un sacerdote no supera los 15 mil pesos mensuales.
En entrevista, ella contó que trabajó durante 24 años para la iglesia católica, los últimos 13 en la Diócesis de Irapuato como contador público. En 2016, a propósito de la rifa de cada año, el obispo José de Jesús Martínez Zepeda; con el padre ecónomo José de Jesús Andrade Marmolejo; el sacerdote Rubén Herrera Luna que fungió como ecónomo y Monseñor José Gerardo Velázquez, vicario general, decidieron “no meter a la cuenta fiscal, para ahorrarse el IVA para poder construir, alrededor de 9 millones de pesos”.
El dinero lo metieron a la caja fuerte en la oficina de Rubén Herrera Luna, ecónomo del seminario, de donde constantemente sacaban dinero y quien tenía la llave era Herrera Luna. En agosto de 2016 el sacerdote le dejó la llave a Paloma para que entregara el dinero al padre “Osiel”, estos dos últimos se dieron cuenta que la caja tenía un bajón considerable de dinero, y el padre Osiel habría dicho “¡Pinche padre Rubén se está robando el dinero!”, de ese dinero el sacerdote no tenía registro ni control, explicó Paloma.
En septiembre de 2016 otra vez fueron por dinero y vieron la caja revuelta y Osiel dijo que regresaría a contar el dinero; regresó en noviembre, esperan encontrar entre 4 y 5 millones de pesos, pero sólo encontraron 900 mil pesos. “Había un faltante de más de 2 millones de pesos, (entonces) nos hablan (a los trabajadores) y nos preguntan y el único que entró (al lugar) fue el padre Rubén (Herrera Luna”. Paloma ingresó dos ocasiones acompañados por el padre Osiel.
El dinero lo metieron a la caja fuerte en la oficina de Rubén Herrera Luna, ecónomo del seminario, de donde constantemente sacaban dinero y quien tenía la llave era Herrera Luna. Foto: Edith Domínguez, POP Lab
Al día siguiente personal de la Diócesis llegó con un contador y quitaron a Paloma de su escritorio, la computadora y papeles. Ella les solicitó hacerles la entrega de todo, pero el padre “Puebla” se llevó todos los documentos y realizaron una revisión contable de la que la excluyeron, denunció.
En enero de 2017 a Paloma la confinaron a sentarse en una silla de la oficina, de las 09:00 a las 15:00 horas. Ella le preguntó al vicario general Gerardo Velázquez Solís qué pasaba y su respuesta fue “no te preocupes, todo lo que te pidan, entrega; tú con calma, el obispo está muy enojado con los padres pero tú confía”. Solicitó que la dejaran salir y al término de la auditoría regresar, pero no la dejaron.
El 3 de febrero de 2017, la trabajadora fue al Ministerio Público y ahí se enteró que había una demanda por robo calificado en su contra desde el 20 de diciembre de 2016 por parte del obispado por la cantidad de 18 millones 603 mil pesos, “todo empezó por una caja de 2 millones, a la cual no ingresaron en la carpeta de investigación, nada más anexaron la contabilidad y como ellos sacaron todo la papelería de la oficina, no supe qué hicieron”.
Enrique Díaz, obispo de Irapuato. Foto: Edith Domínguez, POP Lab
Pero el dinero de la caja, al no haberlo declarado y no acreditar la propiedad, lo dejaron a un lado, y fueron 18 millones por los que presentaron la denuncia por el supuesto desfalco de dos cuentas bancarias del Banco del Bajío a nombre de la Diócesis de Irapuato, desfalco que habría ocurrido en los años 2012, 2013, 2015, 2016 y 2017.
Hasta mayo de 2017, Paloma pudo tener acceso a los archivos de la carpeta de investigación en donde se enteró por qué la denunciaba la Diócesis de Irapuato.
“Ellos sacaron la suma de todos los cheques que a mí me pedían los padres que yo sacara en efectivo y se los daba. Me pedían cada 100 mil pesos y se los entregaba, ellos sabían como lo distribuían, la póliza ahí estaba pero según no hay póliza, pero todo se quedó ahí”.
Sin embargo, explicó que los cheques de las dos cuentas que se cobraron fue por orden del sacerdote Gerardo Velázquez Solís, firmados por los dos sacerdotes al ser una cuenta mancomunada, y que sacaba previa autorización escrita de los encargados de la Diócesis en el banco, y que además entregó al Velázquez Solís o a quien se lo ordenara éste.
“Son por pólizas, cheques que a mí me hacían, de cheques que yo cobrara por órdenes de monseñor José Gerardo (Velázquez Solís) y el padre Rubén Herrera Luna”, el dinero, según los sacerdotes, era utilizado para gastos de jurídico, económicos, del seminario, contables.
José de Jesús Martínez Zepeda, obispo emérito. Foto: Especial
INFRUCTUOSA REUNIÓN CON EL NUEVO OBISPO
Paloma contrató un abogado y comenzó a contestar la demanda en su contra, informando que el cobro de los cheques fueron por orden de los sacerdotes y firmados por ellos y solicitó al Ministerio Público que se investigaran las propiedades de los miembros del clero.
Sin embargo “cada vez que metíamos un papel el Ministerio Público, la licenciada Yeret Pérez Rodríguez que es la que llevaba el caso, siempre decía que no podía tocar al padre Gerardo (Velázquez). Ellos (sacerdotes) dijeron que yo me quede con el dinero. Todos esos cheques se los entregue a José Gerardo Velázquez Solís, esa era la mecánica, aparte en el banco no me iban a dar 100, 200, 300, 400 mil pesos si no hay autorización. Existe una carta en el Banco del Bajío donde me autorizan a hacer todos esos trámites y recoger cosas”.
La ex colaboradora de la Diócesis solicitó al Ministerio Público pidiera la carta al banco pero no lo hicieron, “tenemos 2 años y medio y no han hecho esa petición, todas las peticiones nos las negó”.
En cuanto al padre Rubén Herrera Luna “lo hicieron a un lado”, lo enviaron a la parroquia de San Felipe de Jesús en el municipio de Irapuato.
Paloma aseguró que buscó reunirse con el actual obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, pero al intentar dialogar con él, la ignoró, se retiró del lugar, a pesar de que (previamente) recibió llamadas de varios sacerdotes para que hablara con él.
Después, por medio de los abogados de la Diócesis, Díaz Díaz le solicitó a Paloma entregara sus propiedades para que quitaran la denuncia en su contra. Ella se negó.
LAS PROPIEDADES DE JOSÉ GERARDO VELÁZQUEZ SOLÍS
Sin embargo, la contadora denunció que de acuerdo al registro público de la propiedad, el religoso José Gerardo Velázquez Ortiz cuenta con 10 propiedades en casas y terrenos en Guanajuato, más 2 en Michoacán, algunas construidas con el dinero de la Diócesis que le ordenaban sacar a ella.
En el año 2014 según escritura pública 801, Velázquez Solís compró un terreno con una superficie de 5 mil 84 metros cuadrados en la comunidad de Santo Domingo en Salamanca, fracción denominada Santa María Residencial de Santo Domingo, hoy denominado Santa María Residencial. Esto lo compró con los cheques 1485 y 1548 en 2014 de 120 y 170 mil pesos cada uno, cheques que hoy denuncia y otros 44 cheques con los que pagó las obras de la construcción, de la cuenta de la Diócesis, residencia que hoy está valuada en 13 millones de pesos por los acabados. En su momento el sacerdote alegaba que era una “casa de descanso sacerdotal”.
De esta propiedad, la denunciada solicitó a Yeret Pérez Rodríguez, agente del Ministerio Público, revisara la propiedad y la valuara, pero “desechó las pruebas” que ofreció Paloma porque “no eran idóneas, y no era motivo de la investigación de los orígenes lícitos o ilícitos de Velázquez Solís, que de realizar los actos de molestia implicaría una violación a los derechos de Velázquez”.
Dentro de las irregularidades, la denunciante expuso que se compraban predios con cheques de la Diócesis de Irapuato, a través de familiares del sacerdote, los cuales aparentemente fueron escriturados a la Diócesis de Morelia.
Sería el caso de una segunda propiedad a nombre de José Gerardo Velázquez Solís, la cual estaría ubicada en el municipio de Erangarícuaro, Michoacán, en la escritura pública 11168 de junio de 1989, cuando el mencionado compró en Pátzcuaro un predio rústico denominado Huizacote, de mil 600 metros cuadrados por 960 mil pesos, que contenían 3 cabañas, pero con 60 cheques de 30 mil hasta 400 mil pesos de la cuenta de la Diócesis de Irapuato se pagó la ampliación de la construcción, que hoy cuenta con 5 cabañas, jardines de ornato, corrales, cancha de fútbol, cocheras techadas, ganado, muebles antiguos. Según denunció Paloma, es propiedad de la Diócesis de Morelia y colinda con el lago de Janitzio.
La mujer también comentó que habría otras propiedades en Salamanca y en Michoacán, que aunque luego el padre se excusó diciendo que dichas propiedades son por sus servicios de sacerdote, sin embargo, el salario que estos recibieron sería de 12 mil pesos mensuales más “los donativos, gratificaciones”.
Pero si bien en 2013 Velázquez compró un terreno en Palo Blanco, en el mismo año adquirió otros dos lotes en Campestre a residencial San Miguel.
INVERSIONES Y EVASIONES FISCALES
El sacerdote José Gerardo Velázquez Solís no sólo compró propiedades de la noche a la mañana, también invirtió dinero en la bolsa usando de prestanombres a su empleada doméstica, declaró Paloma.
En Vector Casa de Bolsa, ubicada en la ciudad de San Pedro Garza, Nuevo León, el sacerdote, a través de su empleada doméstica Juana Correa Sánchez, quien labora con él desde hace más de 20 años, el religioso habría metido varios millones de pesos, aun cuando a la empleada sólo le paga mil pesos por semana.
Los desvíos de recursos no habrían parado ahí: en la casa de bolsa Interacciones Casa de Bolsa S.A.de.C.V. el sacerdote tiene una cuenta de 8 millones de pesos con el número 100066089 a su nombre con un corredor de bolsa en Michoacán de nombre Gustavo Rayón, con dinero que, asegura, Velázquez Solís le ordenó a ella, Paloma, que depositara a dicha cuenta de los “dineros extras de la parroquia”.
La denunciante asegura que el padre José Gerardo además cuenta con otras cuentas en banco Bancrea, en Nuevo León y Actinver, en la Ciudad de México.
De la cuenta bancaria 16117530 en noviembre del 2013, José Gerardo Velázquez le ordenó a Paloma hacer un cheque por 400 mil pesos, al entregarle el dinero a Velázquez éste pidió dárselo al contador Rubén Reyes Fernández, ordenándole que no firmara nada, pidiéndole “para no dejar rastros de lo que se estaba pagando” el paso se hizo en presencia de varios empleados, el pago lo recibió según denunció la mujer, por los honorarios al realizar una estrategia fiscal, sobre el problema que tuvo el sacerdote Rubén Herrera Luna con Hacienda, pues al depositar a su cuenta personal los ingresos de la Catedral de la Diócesis, Hacienda le ordenó pagar 2 millones 800 mil pesos, que con la estrategia fiscal no pagó al Gobierno aludiendo a la autoridad.
REGALAN LUJOSA RESIDENCIA A MARTÍNEZ ZEPEDA
En el año 2004, cuando inició la Diócesis, “la empezamos a través de una contabilidad no fiscal porque para hacer Diócesis se hace trámite ante Relaciones Exteriores, cuando autorizan el permiso se empieza a notariar, esos dos años los manejamos a través de las cuentas personales de José Gerardo Velázquez Solís y luego de los ecónomos siguientes padre Miguel Castañeda Vázquez y el Padre Rubén Herrera Luna, cuando se hacía cambio de ecónomo se hacía cambio de todo y se entregaban cuentas”, dijo la ex contadora.
Al cumplir los 75 años de edad, José de Jesús Martínez Zepeda presentó su renuncia al obispado a cargo de la Diócesis de Irapuato, para luego fungir, a partir de marzo de 2017 como Obispo Emérito. La Iglesia Católica le compró una casa de 2.5 millones de pesos en Villas de Irapuato, por el servicio que brindó a la comunidad.
Este dato ya se manejaba entre los católicos luego que Martínez Zepeda se retirara, pero hoy la ex empleada confirmó. Esto, aun cuando los sacerdotes hacen un votos de pobreza, obediencia y castidad.
La Diócesis de Irapuato, ya a cargo del Obispo Enrique Díaz Díaz, ha callado ante el presunto enriquecimiento ilícito de sus sacerdotes, el robo de dinero del interior, desvío de recursos y la evasión de impuestos, escudándose a través del sacerdote José de Jesús Flores, a cargo del semanario Emaús de la Diócesis de Irapuato, el cual únicamente argumentó que esperaron la resolución de la investigación.
“Sólo comentar al respecto que hay una carpeta de investigación ante la autoridad correspondiente y se espera que la resolución sea conforme a la verdad y a la justicia para las partes”, fue el comentario.
DETERIORO ÉTICO “NO RESPETA PUERTAS”: ARZOBISPO DE LEÓN
El Arzobispo de León, Alfonso Cortés, reconoció que el deterioro ético “está donde quiera y no respeta puertas” alcanzando así a los sacerdotes, ello tras solicitar investiguen el presunto desfalco de los 18 millones 603 mil pesos denunciado por la Diócesis de Irapuato, aunque sin tomar en cuenta el robo de más de 2 millones de la caja fuerte.
“Donde quiera, (la falta de ética) es como un aire y no respeta puertas, eso todos debemos tener la humildad necesaria de revisar nuestra vida, fortalecer nuestros valores, de fortalecer la ética y la moral”, explicó cuando le cuestionaron sobre el deterioro ético en los sacerdotes.
Ello luego de que Paloma denunció el presunto enriquecimiento del sacerdote José Gerardo Velázquez, robo de millones al interior de la Diócesis, desvío de recursos y evasión de impuestos, que sacó a la luz pública luego que la Diócesis de Irapuato la demandó por presunto robo calificado de 18 millones 603 mil pesos, entre los años 2012 al 2016.
Al arzobispo de León aseguró que “es deplorable” el desfalco y exhortó a todos quienes laboran en la iglesia a “ser honestos y justos”. A la autoridad pidió que investigue y que “se haga justicia”.
Cortés explicó los mecanismos que tiene la iglesia para transparentar los recursos que recibe por donaciones, limosnas y demás, mismos que por ley están obligados a transparentar.
“Los recursos son que también se tiene la obligación de transparentar dentro de la arquidiócesis y dentro de las mismas leyes de Hacienda y están ahí, y hay leyes muy concretas respecto a todo eso”, indicó.
Finalmente dijo que en las iglesias que tiene la arquidiócesis de León no han detectado ningún desfalco, “ningún problema en ese sentido” debido a que mes con mes dan una relación pero estarán vigilantes.
“Si, bueno, siempre hay la necesidad de estar al pendiente, de estar mejorando la situación”, concluyó.
DESAFÍOS PARA LA DIOCÉSIS
Al desorden y al manejo discrecional de las finanzas se suman dos investigaciones contra igual número de pastores de la Diócesis.
El primero de los casos ya fue juzgado. Jorge Raúl Villegas fue condenado a 90 años de cárcel en abril de 2018 por violación, abuso sexual y corrupción de menores, luego de que fue destituido de la Aquidiócesis de León en 2012, por enfrentar una demanda por el reconocimiento de paternidad. De ahí acudió a Irapuato, donde llegó a ostentarse como padre en la Iglesia de San Cayetano, donde oficiaba misas y confesaba en un colegio católico, pese a que según la Diócesis de esta región, nunca se le otorgó la licencia ministerial y desconocía que el ex sacerdote seguía practicando su ministerio.
“Nunca, jamás, nunca lo he encontrado personalmente”, aseguró el entonces Obispo de Irapuato, José de Jesús Martínez Zepeda, esto, pese a que el encargado de la Iglesia de San Cayetano, el padre Moisés Cuevas, admitió que Martínez Zepeda sí tenía conocimiento de que el ex sacerdote ofició misas y confesó en ese recinto.
El segundo caso sigue en investigaciones, se trata del albergue de Ciudad de los Niños en Salamanca, donde en 2017 se acusa de protección oficial al encargado, el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías, presunto responsable de alteración de identidades, maltratos y lesiones y violencia sexual contra menores en ese lugar.
Pese a que continúa la investigación por violación a los derechos de los menores que tuvieron que ser recogidos del albergue por el estado, no hay acusación directa contra el “Papi Pedro”, incluso se habla de que podrían devolverle el inmueble para que reactive el centro.
“¿Quién guía a esta sociedad? ¿Por qué se adoptan posturas que parecen contrarias a nuestras costumbres y a nuestros ideales? Es una triste realidad que hay quienes se encargan de manipular y dirigir hacia sus fines comerciales, políticos y mercantilistas, el pensamiento de la sociedad. ¿Cuáles son sus intereses? ¿Cuáles son sus ganancias? Tendremos que estar muy atentos para descubrir quiénes y por qué nos guían”: Obispo Enrique García, para la agencia Zenit.
La religiosa brasileña habla con El Desconcierto sobre los cuestionamientos del feminismo a la religión, los casos de abusos de curas a menores y monjas, y de la llegada de la ultraderecha a su país.
Tenía 22 años cuando entró a la vida religiosa y desde entonces se ha dedicado en cuerpo y alma a ella. Ivone Gebara es una monja brasileña, doctora en Filosofía y Ciencias de la Religión por la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica. A su regreso a Brasil, en 1973, topó de frente con la Teología de la Liberación, que estaba en plena efervescencia en aquel entonces. Le llamó tanto la atención que la convirtió en su nueva opción religiosa. Desde ahí, reconoce que no sabe muy bien cómo se convirtió en una teóloga feminista. El cambio se dio de forma progresiva, sobretodo cuando tomó consciencia de que muchos temas que afectan a las mujeres han sido históricamente invisibilizados por la Iglesia.
Hija de una familia de inmigrantes siriolibaneses, en 1994 se enfrentó al Vaticano de la época de Juan Pablo II por defender el aborto en una entrevista. Un momento que, reconoce, fue “muy duro”, pero que consiguió superar sin tener que abandonar su comunidad, las Hermanas de Nuestro Señor-Canónigas, tal y como le pedía la institución religiosa. Entre sus principales referentes menciona a las feministas estadounidenses, francesas, brasileñas y nombra a mujeres tan diversas como Rosemary Radford, Mary Hunter o incluso textos de la teoría queer de Judith Butler.
– ¿Cómo pasó de identificarse con la teología de la liberación a unirse a la teología feminista?
– La primera vez que escuché hablar de la Teología de la Liberación fue en Lovaina (Bélgica) y me sentí totalmente revolucionada porque de repente me di cuenta que era una teología que tenía que ver con mis opciones: hablaba del pueblo y para el pueblo. Yo salía de una teología más bien tradicional y entré en la Teología de la Liberación, siempre con una clave de cuestionamiento a los conceptos teológicos. Con la teología de la liberación nunca me había abierto al feminismo, hasta que un día me llamaron por teléfono algunas feministas de Sao Paulo y Río de Janeiro y me invitaron a un almuerzo. Me preguntaron qué significaba hacer teología y les expliqué lo que yo hacía. Me preguntaron qué tienen que ver esos temas con los problemas de las mujeres y fue una pregunta crucial. Me preguntaron si yo estudiaba la sexualidad de las mujeres, qué dice la teología a las mujeres que abortan, o a las que usan anticonceptivos. Yo no sabía nada de eso. Muy respetuosamente me dijeron que no servía para nada. Hice un click teórico.
– ¿A partir de ese momento todo cambió?
– Después tuve otro click, desde la práctica. Esta historia la he contado miles de veces, pero es sugestiva. Era un momento en el que daba clases de teología una vez al mes a un grupo de obreros e iba a la casa de uno de ellos. Las mujer del obrero donde hacíamos los estudios siempre nos preparaba un tecito y se quedaba con sus hijas. Yo la llamaba muchas veces, pero siempre me decía que tenía que cuidar de las niñas. Un domingo fui a visitarla y me dijo: “¿Quieres saber de verdad por qué no vengo a las clases? Porque no me interesa. Tu hablas a los hombres, tienes un lenguaje de varón y explicas cosas que sólo interesan a varones”. Me preguntó: “¿Sabes qué significa ser mujer de un obrero? ¿Sabes cuál es el peor día para la mujer de los obreros?” Me contó que es el viernes, porque reciben su pago semanal el sábado. Me quedé muerta. No me creía así y fue una catástrofe. Mi autoestima bajó porque me despeñó completamente. Ahí me dije: “Es verdad, soy una ignorante”. Otro cambió llegó cuando empecé a leer a las feministas norteamericanas y alemanas. Ahí fue el momento en el que empecé a hacer teología feminista y a sufrir haciéndola.
– ¿Por qué sufrió?
– La teología hecha y recibida desde la Iglesia está anclada en figuras masculinas, Dios padre, hijo y espíritu. Todo me pareció un sufrimiento. En este punto hay diferencias entre teólogas, no todas han sentido lo mismo. Para mí, era casi una necesidad de encontrar otros sentires y empecé a escuchar a la gente, sus dudas e intentar ver si se puede explicar la tradición cristiana desde otras claves.
– ¿Cómo fue el episodio que vivió en el 1994, en el que la censuraron? Todo empezó por una declaración que dio en off a un periodista.
– Un grupo de feministas de Río de Janeiro me propuso dar una entrevista sobre la formación de los sacerdotes a la revista Bello, muy conocida en las peluquerías. Contesté lo que me preguntaron y cuando terminó y bajé en el ascensor con el periodista. Ahí me preguntó en off si conocía gente de mi barrio que hubiera abortado. Yo le digo que sí y me preguntó cómo había vivido eso. Le expliqué que mi vecina tenía cuatro niños y se embarazó una noche con un tipo que la dejó embarazada y se fue. Me preguntó si la condenaba y yo le dije que no podría condenarla porque la situación en la que estaba. “Entonces, en este caso, el aborto no es pecado”, me dijo. Yo le respondí: “Sí, no es pecado”. Luego él escribió que yo había hablado en contra de la hipocresía de la Iglesia y que decía que el aborto no es pecado, pero yo no había dicho eso. A los pocos días había una visita del Papa a Brasil e imagínate una monja católica diciendo eso. El tema llegó a mi obispo, que me pidió que hiciera una retractación pública. Le dije que no podía hacer eso porque lo que dije yo lo creo, no la forma como se escribió. Aún tengo las cartas que me mandaron.
– ¿Cómo la penalizaron?
– Querían echarme de mi congregación. Entonces, intervinieron algunos amigos, sobretodo el presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil de la época, don Luciano. Después, cambiaron el castigo de expulsión, pero querían que hiciera de nuevo mis estudios de Teología. Me obligaron a hablar con un teólogo muy importante, pasé un día con él y me hizo muchas preguntas teológicas. Tuve la sensación que no aceptaba mis posiciones, pero era buena gente. Él escribió una carta a Ratzinger, entonces responsable de la Doctrina de la Fe, diciendo que era una buena persona, una religiosa muy comprometida con los pobres y que mi error fue por ingenuidad. Por eso recomendaba que en vez de echarme, me mandaran a estudiar Teología de nuevo. Cuando leí esa carta me sentí tan tan ofendida. Más que con la publicación de la revista porque yo no hacía eso por ingenuidad, sino por convicción. Le llamé por teléfono y le dije que para mí era muy triste lo que había hecho conmigo y me contestó que fue la única manera que encontró para que no me echaran de mi comunidad. Me fui a hacer un doctorado en Lovaina.
– ¿Quién financió esos estudios?
– Desgraciadamente, mi congregación. Yo pedí a mi superiora general que el Vaticano pagara mis estudios de un año, pero ella no aceptó y los acabó pagando el Consejo General.
“La teología tiene género”
– ¿Cómo definiría sus principales postulados de la teología feminista?
– Hablar de teología es hablar de género porque la teología tiene género: la dominación del género masculino, del poder masculino. Es suficiente ver que la imagen de Dios y que la relación que la gente tiene con Dios es la de un hombre invisible habitando tu terreno personal, tu interior. Dios se visibiliza a través de figuras masculinas: el clero, el obispo, los sacristanes. La mente y el cuerpo están controlados por un Dios que tiene representantes masculinos. Además, hay una idea extremadamente molesta de que es un Dios que siempre da órdenes que terminan siendo explicitadas por varones que dicen que es la voluntad de Dios, que toman la Biblia y la leen a su manera. Una teología feminista recusa estos límites que se pone al misterio de la vida, al nacimiento del plantea. Hay que admitir que poco sabemos de todo. Una teología feminista no quiere decir que Dios es una diosa. Hay muchas teólogas que lo defienden, pero, para mí, no se trata de feminizar los conceptos, sino de hablar desde otra perspectiva. Cuando ayudamos a las mujeres a pensar desde otra perspectiva, cada una desde su vida y experiencia, se produce una liberación en ellas.
– ¿Por ejemplo?
– Una mujer de un barrio popular de Sao Paulo perdió su hijo, que había sido un adicto al alcohol y luego se rehabilitó y consiguió entrar en la universidad. Justo la semana que termina su carrera se muere por problema cardíaco. La madre decía que tenía que descubrir cuál había sido su pecado para que Dios la castigara de esa manera. La lógica patriarcal, para las mujeres, vincula la muerte y la enfermedad a un castigo. Estoy harta de esta teología que dice que Dios sabe [por qué pasó esta muerte o enfermedad]. No, Dios no sabe, no sabemos. Pero sí podemos darnos las manos, estar juntos y recordar a esa persona. Ahora esta mujer recibe una indemnización por la muerte de su hijo y ese dinero le permite vivir. Hubo un cambio y desde entonces siempre da las gracias por eso. Las mujeres pueden empoderarse desde su vida cotidiana. Es otro discurso, menos sacrificial y culpabilizador.
– ¿Se trataría, entonces, de sacar el peso que la religión ha puesto históricamente en las espaldas de la mujer para que pueda resurgir al mismo nivel que vive un hombre?
– No quiero decir “resurgir al mismo nivel que un hombre” porque la religión patriarcal también los aplasta. Creo que hay que cambiar esa teología patriarcal, sacrificial y castigadora,que da determinadas órdenes que no existen. Lo que podemos hacer está en el Evangelio. Por ejemplo, una persona tiene sed y le comparto el agua. Tengo mucha tierra, hagamos una reforma agraria. Lo divino es el soplo de vida compartido. No puedo tomar todo el agua o todo el aire para mí porque sólo existimos como colectividad. Sí somos individuos, pero individuos colectivos. No queremos hablar de las mismas cosas que fueron consagradas en el Siglo III por Constantino, no queremos una teología desde el poder imperial. No queremos más obispos príncipes de la Iglesia. Yo sé que esto va a significar una pérdida de lugar de la Iglesia en la historia, pero el precio de esta pérdida de lugar va a ser una transformación ética del cristianismo, para estar más cerca del pueblo.
– En esta mirada que propone, ¿cómo hay que entender a las personas que son trans o homosexuales y que han sido víctimas por muchos años de la propia Iglesia? Me habló de Judith Butler, quien ahondó mucho en la construcción social del sexo y el género.
– La ética cristiana no tiene que imponer modelos de sexualidad, sino aceptar que la sexualidad humana es plural, diversa, multiforme. La dimensión ética no es la dimensión del control de las formas de vida sexual. Un trans, un gay o una lesbiana tienen tanta obligación como las personas hetero de compartir el agua, el pan, la solidaridad.
– Hay algunas corrientes del feminismo que defienden que no puede haber feminismo vinculado a la religión. ¿Qué opina de este argumento?
– Es una postura muy teórica y elitista considerando que el feminismo quiere ayudar a la gente, a las mujeres de los barrios populares. Por ejemplo, en Recife, el mundo de las mujeres pobres es muy religioso. Las mujeres católicas o protestantes son terriblemente esclavas de los preceptos religiosos. ¿Cómo voy a abandonar estas mayorías? No puedo dejar de escucharlas aunque no sean mis convicciones. No puedo no acercarme al sufrimiento de estas mujeres que encuentran en la religión un consuelo. Respeto que digan que feminismo y religión no se pueden juntar, pero puedo decir que más que juntarse hay una solidaridad entre mujeres que es más grande que la institucionalidad del feminismo o la institucionalidad de las religiones. Hay que juntarse a escuchar porque hay mujeres que dicen ‘yo no aborto porque la Virgen no me lo permite’. No podemos ser una élite o un baloncito feminista en el mundo y vivir en él como si el resto no me interesara.
– ¿Cómo observa el manejo del Vaticano y de Charles Scicluna del tema de los abusos sexuales (y sus encubrimientos) a menores y monjas?
– Este es un tiempo estupendo porque estas cosas están saliendo a la luz. Todo este sufrimiento no es reciente. El abuso de curas con niños y monjas es viejo, pero lo que me preocupa es el tratamiento de estos casos, que es siempre punitivo. Más que criminalizar, habría que tomar otras providencias y para mí una de ellas, además de un proceso educativo para los jóvenes que buscan sacerdocio, pasa por un necesario cambio de la concepción de la sexualidad en las iglesias cristianas y especialmente en la Iglesia Católica. El esquema sacrifical del que hemos hablado se reproduce en la sexualidad y se criminalizan en las relaciones prematrimoniales, el embarazo antes del matrimonio, las personas divorciadas, los que se casan por segunda vez, la sexualidad en sí misma. Lo criminalizan, pero ellos mismos lo hacen: criminalizan el aborto pero cuántos curas lo han pedido para las mujeres a las que han embarazado. El tratamiento antropológico de la sexualidad es muy limitado en la Iglesia y esta idea de que Dios controla la sexualidad a partir de un modelo establecido con el padre, la madre y la familia, tiene que revisarse.
– ¿Cree que esto puede abrir una puerta a un cambio real para que las mujeres puedan ejercer como curas?
– No. A pesar de que el Papa hizo una comisión para estudiar el diaconato, creo que es pura diplomacia. Lo hizo porque vio que el feminismo y los movimientos de mujeres crecen en el mundo. Es una concesión que no llevará a nada. La comisión empezó hace dos años y no se habló nunca más de eso. No ha invitado a ninguna mujer de las organizaciones que luchan por el sacerdocio de las mujeres. Ni una.
– ¿Cómo observa la llegada de la ultraderecha en Brasil y en el mundo y los valores que defiende en lo que se refiere a temas que afectan directamente a las mujeres?
– Vamos a vivir un periodo de triste oscuridad y por eso tenemos que organizarnos como resistencia, pero no podemos ser una resistencia que polarice sus posiciones. Las feministas y teólogas tienen que estudiar el fenómeno religioso con más seriedad y reflexión. Hacer grupos de estudio y de vida, de experiencias diferentes en arte, música. Tenemos que fortalecernos y ser un contrapunto a esta ola de ignorancia global.
El atentado ocurre dos días después de que el ejército francés liberara a cuatro rehenes retenidos en el país centroafricano por un grupo armado yihadista12 de mayo de 2019
Imagen de archivo de un anterior ataque terrorista contra la embajada francesa , en 2018 (AFP)
Al menos seis personas resultaron muertas este domingo en un presunto ataque terrorista contra contra una iglesia católica en el departamento de Dablo, en Burkina Faso, informaron las fuerzas de seguridad citadas por la agencia AFP.
«Hacia las 9:00 am, durante la misa, individuos armados entraron en una iglesia católica y comenzaron a disparar contra la congregación», indicó el alcalde de este pueblo en la provincia de Sanmatenga, Ousmane Zongo.
Los atacantes «pudieron inmovilizar a algunos fieles. Mataron a cinco personas. El sacerdote que celebraba la misa también murió, elevando a seis el número de muertos», expandió.
Según una fuente de seguridad, el ataque fue llevado a cabo por «un grupo de hombres armados estimando entre veinte y treinta».
«Incendiaron la iglesia, luego comercios y un maquis [pequeño restaurant o bar], antes de dirigirse al centro de salud donde requisaron el local e incendiaron el vehículo de la enfermera jefa del puesto», agregó Zongo.
Cédric de Pierrepont y Alain Bertoncello, soldados franceses muertos en un reciente operativo de resctae de rehenes en Burkina Faso (AP)
Burkina Faso se enfrenta desde hace cuatro años a ataques cada vez más sangrientos y frecuentes, atribuidos a grupos yihadistas, entre ellos Ansarul Islam, el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM) y la Organización Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS).
Francisco dejó claro que ser católico implica aceptar la Revelación y no salirse de ella.
Durante su encuentro este viernes en el Vaticano con la XXIª Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales, Francisco respondió a varias preguntas de las religiosas presentes, algunas de ellas concernientes a los estudios que el Papa ordenó sobre la institución de las diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia.
Cerrando prácticamente el paso, como ya había anticipado durante su vuelo de regreso desde Macedonia el pasado lunes, a la hipótesis de que dicho papel desempeñado por las mujeres en las primeras comunidades cristianas tuviese una condición sacramental, Francisco utilizó una frase muy expresiva, que fue recibida entre risas por los presentes pero que supone una toma de posición inequívoca: «Caminamos sobre el camino firme, justo, sobre el camino de la Revelación. No podemos caminar por otro camino… No solo son verdad las definiciones dogmáticas. Las cosas históricas ayudarán… no solo ellas. No podemos ir más allá de la Revelación y de su expresión dogmática. ¿Está esto comprendido? Somos católicos, ¿eh? Si alguno quiere hacer otra Iglesia, es libre«
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