EL FEMINISMO, TEORÍA CRÍTICA DE LA SOCIEDAD PATRIARCAL: Juan Jose Tamayo


Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones e investigador del Instituto Universitario de Investigaciones de Género, de la Universidad Carlos III de Madrid

Toda ciencia y toda disciplina operan con categorías propias conforme al objeto de estudio. También la teoría de género. Pero, ¡cuidado con las definiciones de los diccionarios! En el caso de las categorías de esta teoría, los diccionaristas ejercen a veces un trato semántico inadecuado, quizá por desconocimiento de los estudios feministas.

Durante el curso 2018-2019 he impartido la asignatura “Principales categorías de la teoría de género” dentro del Postgrado de Gestión en Políticas de Igualdad, del Instituto Universitario de Estudios Género, de la Universidad Carlos III de Madrid, del que soy investigador. En este artículo ofrezco una reflexión sobre la primera de dichas categorías: el feminismo.

            1. El feminismo es una teoría crítica de la sociedad que analiza y cuestiona la  estructura patriarcal del orden social, cultural, económico, simbólico, religioso, posibilita una nueva interpretación de la realidad y ofrece nuevas categorías de análisis.

            2.  Es un movimiento social y político reivindicativo que ha permitido a las mujeres constituirse como sujeto colectivo con una historia común de opresión y exclusión y de lucha contra su discriminación y por la igualdad y la paridad en todos los ámbitos: legal, laboral, doméstico, político, económico.

3. Es una de las principales revoluciones de los últimos siglos que intenta recuperar la subjetividad de las mujeres negada en el Renacimiento, en la Ilustración, en la Revolución Francesa y en general en todas las revoluciones. Reconoce a las mujeres como sujetos políticos, morales con identidad propia, no en relación con los varones. Es una revolución incruenta, que está provocando una reacción violenta del patriarcado.

4. El feminismo es un estilo de vida coherente con la teoría, que se caracteriza por que cada mujer a nivel personal tenga tiene su proyecto, diseñe su propio futuro, viva con autonomía, sin depender caracterizado por un proyecto de vida propio, viva con autonomía, sin someterse a las dependencias que en todos los niveles le impone el patriarcado.

En el epílogo de su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, de 1791, que escribió como respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de carácter patriarcal, la política francesa Olympia de Gouges escribió:

“¡Mujer, despierta!; el arrebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres!, ¡mujeres!, ¿cuándo dejaréis de estar ciegas?, ¿qué ventajas habéis obtenido de la revolución?: un desprecio más marcado, un desdén más visible. […] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo”.

El 3 de noviembre de 1793, durante el gobierno de Robespierre y Murat, fue guillotinada, sin lograr que se cumpliera el artículo décimo de su declaración: “Si la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna”. Subió al cadalso, pero, aun siendo una prestigiosa política, no logró subir a la Tribuna DE LA Asamblea Nacional Francesa 

            5. El feminismo es una instancia crítica sobre nuestro legado de pensamiento, que critica el interés patriarcal de los discursos y desvela la contradicción en que incurren. Es una “filosofía de la sospecha” (Amelia Valcárcel) del discurso ilustrado de la universalidad de la razón y de los derechos humanos y de la igualdad de todos los seres humanos, que excluye a las mujeres y, por ello, desmiente su universalidad. De-construye los discursos de la tradición filosófica que perpetúan la desigualdad, denuncia el lado oscuro de quienes reclaman igualdad y libertad, pero no se las reconocen a las mujeres. Como ejemplo de tal contradicción Luisa Posada se refiere a Rousseau y a Kant[1]:

 – El filósofo político Rousseau incurre en una crasa contradicción: en El Contrato social hace una defensa radical de la igualdad y en Emilio o de la educación presenta a la compañera del ciudadano como prototipo de la mujer recluida en el hogar y desigual por naturaleza. El Contrato social solo reconoce derechos políticos a los varones y los niega a las mujeres. El pacto social no tenía vigencia en el hogar, donde la mujer debía estar sometida al marido. Léase para comprobarlo el capítulo V del libro de Rousseau), cuya protagonista es Sofía, la compañera de Emilio, que en las relaciones morales debe ser pasiva y débil y cuya función es “agradar al hombre”:

“En la unión de los sexos, cada uno concurre de igual forma al objetivo común, pero no de igual manera. De esa diversidad nace la primera diferencia asignable entre las relaciones morales de uno y otro. Uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil; es totalmente necesario que uno pueda y quiera, basta que el otro resista poco.  Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha para especialmente para agradar al hombre. Si el hombre debe agradarle a su vez, es una necesidad menos directa, su mérito está en su potencia, agrada por el mero hecho de der fuerte. Convengo en que no es esta la ley del amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo”[2].

– Kant, prototipo de filósofo ilustrado, por una parte, reclama la autonomía y la auto-legislación de la razón humana y el lema ilustrado “¡Atrévete a pensar!”, y, por otra, afirma que: “una mujer letrada (…) tendría además que tener barba”.

Juan José Tamayo estudia el feminismo y su aplicación a la teología en varias obras, entre las que destacan: Otra teología es posible. Interculturalidad, pluralismo religioso y feminismo, Herder, Barcelona,  2012, 2ª ed.; Islam. Sociedad, política y feminismo, Dykinson, Madrid, 2018, 2ª ed.; Religión, género y violencia, Dykinson, Madrid, 2019, 2ª  edición, 2ª reimpresión.


[1] Cf. Luisa Posada Kubissa, Filosofía, crítica y (re)flexiones feministas, Editorial Fundamentos, Madrid, 2015.

[2] Juan Jacobo Rousseau, Emilio o de la educación, Alianza Editorial, Madrid, 2011, segunda reimpresión, 565.

 

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MUJERES SACERDOTES, IMAMES Y RABINAS.


 

Juan José Tamayo. Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría” de la Universidad Carlos III de Madrid. Sus últimos libros son: ¿Ha muerto la utopía? ¿Triunfan las distopías? (Biblioteca Nueva, 2018); Religión, género y violencia (Dykinson, Madrid, 2019, 2ª ed., 2ª reimpresión); De la iglesia colonial al cristianismo liberador en América Latina (Tirant lo Blanch, Valencia, 2019)

Las religiones siempre se han llevado mal con las mujeres. Es proverbial su misoginia, que las conduce, por lo general, a excluir a las mujeres del espacio de lo sagrado y de toda responsabilidad en las esferas del poder y del saber. ¿Será que prohibe Dios a las mujeres el acceso a lo sagrado por su impureza, así como al sacerdocio, al imamato y al rabinato porque no pueden representar a la divinidad?

El libro de la escritora Yolanda Alba Sacerdotas. La mujer en las diferentes liurgias y religiones (Almuzara, Córdoba, 2018)responde negativamente a esta pregunta. Y lo hace no a la ligera, sino a través de un detallado y riguroso recorrido por la historia de las religiones desde las antiguas civilizaciones, del Nilo al Eúfrates, los cultos romanos, las druidesas celtas, pasando por el judaísmo, el cristianismo, el islam, el budismo, el hinduismo, las religiones africanas, las culturas y religiones de Indoamérica, Amerindia y Afroamérica. Y así hasta el siglo XXI donde la autora busca –y encuentra– a mujeres rabinas, imames, sacerdotes, pastoras, obispas, ayatolás y sacerdotisas.

Ahí radica uno de los principales méritos de este libro: en que, frente a la pereza de muchos historiadores de las religiones a la hora de investigar sobre el papel fundamental de las mujeres en el terreno religioso, Yolanda Alba no se queda en la superficie y en los estereotipos patriarcales, sino que indaga, investiga, inquiere, busca –uso intencionadamente los cuatro verbos- hasta encontrar el lugar protagónico que corresponde a las mujeres en el mundo de lo sagrado.

La autora ofrece un análisis dialéctico. Por una parte subraya el empoderamiento de las mujeres que se rebelan contra la marginación a la que se ven sometidas por el poder religioso en manos de los hombres. Por otra, constata su papel subalterno y dependiente a partir de la de la inferioridad femenina, que se naturaliza e incluso se diviniza y legitima apelando incluso al acto creador de Dios. 

¿Mujeres sacerdotes, imames, rabinas? Por supuesto que sí, responde Alba. Y no como un capricho o privilegio feminista –el feminismo no defiende caprichos ni privilegios, sí derechos iguales-, sino como una legítima reivindicación en plena sintonía con la existencia de mujeres sacerdotes en todas las religiones a lo largo de la historia, con las reivindicaciones de igualdad del feminismo y con los movimientos feministas dentro de las religiones.

Hay una pregunta que recorre toda la obra: “¿Y si Dios fuera mujer?”. Quizá lo sea y la mayoría de las religiones lo han ocultado, al contar la vida y la historia de Dios y de los dioses desde la perspectiva del varón, al pasar del matrismo al patiarcado. “La historia y la teología patriarcal –afirma Yolanda Alba- omiten cualquier clase de información relacionada con la conquista de la diosa y la destrucción de la cultura que floreció en el pasado: la historia de esa época se enterró y solo ha surgido en la última mitad del siglo XX” (p. 83).

Incluso en los textos de los monoteísmos masculinos encontramos el rostro femenino de Dios, que fue ocultado por las tradiciones patriarcales y por las interpretaciones androcéntricas. La Biblia hebrea es un buen ejemplo de las imágenes femeninas con las que se presenta a Dios. Un ejemplo entre muchos: la Sabiduría como creadora con Dios. La lectura feminista de los textos considerados sagrados de las religiones ayuda a recuperar dicho rostro.

            Tras la lectura de esta excelente obra, me pregunto: ¿Es posible la existencia de una religión sin misoginia, sin discriminación de las mujeres? ¿Es posible una religión organizada desde la igualdad y la justicia de género? Es posible y necesario, pero no podemos negar que resulta difícil por la resistencia del patriarcado religioso, que presenta a Dios con atributos varoniles y convierte al varón en masculinidad sagrada, conforme a la afirmación de la pensadora feminista Mary Daly : “Si Dios es varón, el varón es Dios”.

Es esta afirmación la que ha inspirado mi teoría sobre “Dioses varones-masculinidades sagradas-inferiorización de las mujeres, que desarrollaré en mi libro de próxima publicación.

Pero no por difícil resulta imposible. Tenemos ejemplos en los movimientos de mujeres que resisten al patriarcado en el interior de las religiones y se organizan autónomamente, y en las numerosas experiencias igualitarias que se dan en las comunidades religiosas.     

El feminismo como teoría crítica de la sociedad patriarcal, como movimiento social, como revolución reivindicativa de la subjetividad de las mujeres y como estilo de vida, constituye una excelente aliado para el objetivo de la creación de religiones y movimientos de espiritualidad, pensados organizados y vividos sin discriminación por razones de género, etnia, cultura, creencia religiosa, clase social, identidad sexual, discapacidad, estado civil y color de la piel. A su vez, las religiones igualitarias serían las mejores aliadas de las luchas feministas.

Me parece un signo esperanzador en el cambio de paradigma que se está produciendo en las religiones el que un colectivo de mujeres pertenecientes a diferentes congregaciones religiosas católicas apoyaran este año la huelga del 8 de marzo y se incorporaran a las multitudinarias manifestaciones del tan revolucionaria efemérides.

Estoy seguro de que el libro de Yolanda Alba contribuirá al cambio de paradigma que se está produciendo en la sociedad y que debe producirse en las religiones: de la discriminación a la igualdad y a la justicia de género. Mi felicitación a la autora y mi invitación a que lean el libro los teólogos y dirigentes religiosos varones de las diferentes tradiciones religiosas y movimientos espirituales. Seguro que les (nos) ayudará a quebrar cráneos ideológicamente endurecidos, a liberarse (nos) de las estructuras mentales patriarcales excluyentes en que con frecuencia suelen (solemos) estar cómodamente instalados y a abrir nuevos horizontes inclusivos fraterno-sororales.

¿Significa dicha liberación perder derechos? En absoluto. El único derecho que está aquí en juego es el de la igualdad entre hombres y mujeres. Y en la medida en que lo recuperen las mujeres, se habrá conseguido plenamente. Lo más contrario a los derechos humanos es la actual desigualdad abismal de género en las religiones, a decir verdad, en una más que en otras.

Con afirma Mary Wollstonecraft en su libro Vindicación de los derechos de la mujer, de 1792, pionero del feminismo filosófico,“las desigualdades entre los hombres y las mujeres son tan arbitrarias como las referidas al rango, la clase o los privilegios”.

¿Significa esa liberación la pérdida de privilegios de los hombres? Sin duda. Y nosotros deberíamos ser los primeros en desprendernos de dichos privilegios, que no pueden confundirse con derechos, por mucho que sea el tiempo en que vienen disfrutándolos injustamente. Mejor desprendernos de ellos, antes de que nos se los quiten. Y hacerlo por convicción, no por oportunismo.

Termino con una apelación al feminismo, en este caso aplicado a las religiones, que es una de las mejores – por no decir la mejor- mediaciones teóricas y prácticas para conseguir la igualdad (no clónica) y para eliminar los privilegios.  

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Este es el secreto del Papa para no hablar mal nunca de nadie


Francisco se sincera con 400 niños italianos afectados por tragedias
El Papa saluda a una niña
El Papa saluda a una niña

Anima a no vivir entregado al dinero: «Estropea el corazón y corrompe»

08.06.2019 | RD/EFE

El papa Francisco conversó hoy con 400 niños italianos, afectados por el siniestro del puente Morandi de Génova (norte) y las inundaciones de Cerdeña de 2013, y hubo también algunos procedentes de barrios de Nápoles, golpeados por la delincuencia.

El acto formó parte del proyecto conocido como «El tren de los niños», una iniciativa impulsada por la organización Cortile dei Gentili, una estructura del Consejo Pontificio de la Cultura, que traslada al Vaticano a menores para que puedan conocer y conversar con el papa.

En esta séptima edición, los niños procedentes de Génova viajaron en tren hasta el puerto de Civitavecchia, donde recogieron a los pequeños que llegaron en barco desde Cerdeña.

Después fueron hasta Roma Termini, donde se unieron a los que venían de Nápoles, y juntos viajaron en un tren de alta velocidad de la compañía pública ferroviaria hasta la estación del Vaticano, situada a pocos metros de la Basílica de San Pedro.

Una vez allí, atravesaron los jardines vaticanos para llegar hasta el patio de San Damaso en el palacio apostólico, donde esperaron la llegada del papa Francisco, que les saludó cariñosamente y conversó con ellos durante una hora sobre sus problemas y sobre sus inquietudes.

El secreto del Papa

En un clima distendido, los niños pudieron preguntar a Francisco cómo era Jorge Bergoglio cuando iba al colegio, cómo decidió entregar su vida a la religión o qué hace cuando quiere hablar mal de alguien, algo a lo que el papa respondió dándoles su secreto.

«Yo tengo una receta infalible, una receta para no hablar mal de los demás. ¿Queréis que os la diga? Estad atentos: cuando te vienen las ganas de hablar mal de los demás, muérdete la lengua. Fuerte, fuerte. Así la lengua se hincha y no podrás hablar», contó.

También confesó que no le gusta viajar y, preguntado por el dinero, animó a los niños a no vivir entregados a él, porque «estropea el corazón y corrompe».

El acto duró una hora y después los niños le regalaron al papa dibujos, peluches, manualidades y productos locales, y le cantaron un rap.

http://www.religiondigital.org/vaticano/secreto-Papa-hablar-mal-nadie_0_2129187076.html

Degüellan a un diácono de la diócesis argentina de Lomas de Zamora


La diócesis argentina reza por el descanso de Guillermo Luquín, un «referente pastoral»
El diácono argentino asesinado, Guillermo Luquin
El diácono argentino asesinado, Guillermo Luquin
Su sobrino descubrió su cadáver en su casa envuelto en sábanas después de que el también empleado de banco, de 52 años, no asistió a misa
La policía constata que no hubo ingresos forzados a la vivienda y descarta la hipótesis de que el asesinato ocurriera en el marco de un robo
Vecinos y fieles lamentan su muerte: «Vuela alto y abrazos hecho oraciones», le animan

10.06.2019 | Clarín/Agencias

Guillermo Luquín (52), empleado del Banco Provincia y diácono de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Lomas de Zamora, fue encontrado muerto este domingo en su casa de Temperley. Lo degollaron.

Todo sucedió al mediodía cuando Eduardo, el sobrino de Luquín, fue a la casa de su tío, ubicada en Bombero Ariño 829, en el partido de Lomas de Zamora, preocupado porque no había ido a misa.

Al ingresar a la propiedad, el joven se encontró con el cadáver del diácono envuelto en sábanas y enseguida llamó al 911.

Según los médicos del Same que llegaron a la casa del diácono, el cuerpo presentaba un corte en el cuello. Y los investigadores constataron que en la propiedad no hubo ingresos forzados ni tampoco señales de que se haya producido un robo.

Sospechan que lo mataron durante la madrugada del domingo y la hipótesis de que el crimen ocurrió en el marco de un robo está descartada.

La investigación quedó en manos de la fiscalía N°6 de Lomas de Zamora y esperaban el resultado de la autopsia.

minutouno@minutounocom

🚨

A Guillermo Luquin de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de la Diócesis de Lomas de Zamora lo hallaron sin vida envuelto en sábanas

Un barrio conmocionado

Vecinos y fieles de Villa Galicia lamentaban ayer la muerte de Luquin. Algunos se reunieron frente a su casa, y otros lo despidieron en redes sociales.

«Querido Guillermo, como te dije una vez eras una persona q me alegraba mucho ver siempre!! Tenías mucha luz ..temprana e injusta tu partida…», posteó Patricia López, una vecina.

«Qué día tan triste. Todavía no lo puedo creer. Fuiste, sos y serás una parte importantísima de la comunidad Carmelita, por ser tan servicial, amoroso y dedicado. Cómo te voy a extrañar, Guille, nuestras charlas y tu humor tan particular, Hasta que nos volvamos a ver», escribió Karina González en Facebook.

Y Jorge Omar González lo despidió también esa red social: «Hasta que nos volvamos a ver. Vuela alto y abrazos hecho oraciones».Contenido Relacionado

http://www.religiondigital.org/america/diacono-Lomas-Zamora-Argentina_0_2129787006.html

VARSOVIA: Hombre apuñala a sacerdote en iglesia


On June 10, 2019 By laprensa

VARSOVIA.

Un sacerdote católico resultó herido grave este lunes y se encuentra hospitalizado, tras ser apuñalado en su parroquia en Breslavia(suroeste de Polonia).

El portavoz de la policía de esa ciudad, Krzysztof Zaporowski, dijo que el atacante, de 57 años, ya fue arrestado.

Hombre apuñala a sacerdote en iglesia de Polonia

Las fuerzas de seguridad no han ofrecido por el momento detalles sobre las circunstancias y las posibles motivaciones del ataque.

Según informaron medios locales, el sacerdote se encontraba en el altar mayor de la iglesia, preparando una misa, cuando fue apuñalado en el pecho.

El suceso tiene lugar en un momento en el que arrecian las críticas contra la Iglesia católica polaca por la forma en la que ha afrontado los casos de abusos sexuales a menores protagonizados por religiosos.

Hombre apuñala a sacerdote en iglesia de Polonia

El pasado mayo, un nuevo documental sobre los casos de menores víctimas de agresión sexual por parte de religiosos católicos provocó una oleada de reacciones en Polonia, con millones de visitas en internet en las horas siguientes a su publicación.

En octubre, otra controvertida película, “Kler” (“Clero”), abordó sin complejos el tema de los abusos a menores, las relaciones de pareja, la corrupción, la codicia y el alcoholismo en el seno de la Iglesia católica polaca, hasta convertirse en el filme con más espectadores en Polonia en lo que va del siglo.

Hombre apuñala a sacerdote en iglesia de Polonia

http://laprensademonclova.com/2019/06/10/hombre-apunala-a-sacerdote-en-iglesia/

Las mujeres sacerdotes podrían ayudar a la Iglesia Católica a restaurar su integridad. Es hora de abrazarles


10 de junio de 2019 a las 4.07pm EDTEl Papa Francisco con un grupo de monjas en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, en 2018. La historia y la Biblia proporcionan buenas razones por las cuales las mujeres deberían ocupar puestos de autoridad en la Iglesia Católica. Ettore Ferrari / EPA / AAP

A raíz de la comisión real sobre el abuso sexual infantil, las iglesias cristianas en este país no solo necesitan una reforma radical de sus principios y prácticas, sino también formas de recuperar su integridad. Para la Iglesia Católica, con sus estructuras patriarcales, ordenar a las mujeres al sacerdocio es una forma de lograrlo.

En 2016, el Papa Francisco nombró una comisión para informar sobre las mujeres en la iglesia primitiva, preguntándose si las mujeres podrían ser ordenadas como diáconos. (Los diáconos son el primer nivel de ordenación en la Iglesia Católica antes del sacerdocio).

Ahora el Papa ha dicho que la comisión estaba dividida sobre el tema . La comisión acordó que había mujeres diáconos en la iglesia primitiva, pero no estaban de acuerdo sobre si tenían algún poder. El Papa entregó el informe a una reunión de jefes de órdenes religiosas femeninas, y puede llamar a los comisionados para que hagan más comentarios.

Tenga en cuenta que, en todo esto, la Iglesia católica ni siquiera ha comenzado a debatir la cuestión de si las mujeres pueden ser sacerdotes (el segundo y más poderoso nivel de ordenación en la iglesia). Sin embargo, si observamos detenidamente la Biblia y la historia de la iglesia, existen muy buenas razones por las cuales las mujeres deben ocupar estos puestos de alta autoridad.

Como madre y abuela de los niños católicos, me duele que las mujeres no puedan ser ordenadas en la Iglesia Católica. Puedo decirle a mi nieto que él podría pensar en convertirse en un sacerdote católico cuando crezca, pero no puedo decir lo mismo a mis nietas.

Como sacerdote anglicano, he visto a mujeres ordenadas de extraordinaria capacidad trabajando en la Iglesia Anglicana y ejerciendo autoridad. Conozco a mujeres diáconos, mujeres sacerdotes y mujeres obispos, y puedo dar testimonio de la maravillosa obra de ministerio que están realizando.

También conozco a decenas de mujeres católicas que serían sacerdotes verdaderamente notables. Son amorosos, entregados, inteligentes y responsables, con profundidad y sabiduría espirituales. Harían mucho para restaurar la integridad de la iglesia.

El Papa Francisco en la audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, en junio de 2019. Ettore Ferrari / EPA / AAP

Idolatría de la masculinidad

El principal argumento utilizado en la jerarquía católica para excluir a las mujeres del sacerdocio es que, para representar a Cristo en el altar en la misa, el sacerdote debe ser hombre. El sacerdote sustituye a Jesús y, por lo tanto, tiene que tener un «parecido natural» con él, y ese parecido es su masculinidad.

Los opositores a las mujeres sacerdotes también afirman que, en la última cena, Jesús ordenó a los 12 apóstoles varones y no a las mujeres. En la tradición de la iglesia posterior, dicen, las mujeres nunca fueron sacerdotes y ordenarlas ahora haría que la iglesia contradiga su propia tradición.

Sin embargo, hay una serie de argumentos, desde dentro del propio marco teológico de la iglesia, que apoyan firmemente la ordenación de las mujeres como sacerdotes. En el nivel más básico, la iglesia bautiza (cristianas) tanto a mujeres como a hombres; No hay una barrera de género alrededor del bautismo. Esto tiene enormes implicaciones.

En el bautismo, una persona adquiere algo de la identidad de Cristo resucitado. Él o ella ahora pertenece a Cristo de una manera única. No solo están comprometidos a vivir una vida cristiana de amor y justicia, sino que también pueden representar a Cristo en el servicio amoroso a los demás. ¡Sin embargo, supuestamente solo en el altar son incapaces de representar a Cristo!

Jesús no solo era varón sino también judío. Los sacerdotes de la Iglesia Católica no están obligados a ser judíos, pero pueden representar a Cristo desde orígenes étnicos y culturales ampliamente divergentes.

La masculinidad, en otras palabras, se le da un peso significativo sobre todas las demás diferencias sociales y culturales, incluida la feminidad. En este sentido, esta creencia representa una idolatría de la masculinidad, una exaltación de hombre sobre mujer, a pesar del ímpetu inclusivo del bautismo y del hecho de que, en la creación, tanto las mujeres como los hombres están hechos igualmente a la imagen de Dios. El «parecido natural» con Cristo que se necesita no es la masculinidad sino la humanidad.

Los eruditos bíblicos , además, han argumentado que Jesús no ordenó a nadie en su vida: ni en la Última Cena ni en ningún otro lugar. Incluso es posible que las mujeres estuvieran presentes en este evento .

Hay pruebas convincentes de que las mujeres, en el ministerio de Jesús y en la iglesia primitiva, ocupaban cargos de liderazgo y autoridad. María Magdalena fue la primera en encontrarse con Cristo resucitado y la primera en proclamar su mensaje a los otros discípulos; la iglesia posterior la llamó el «apóstol de los apóstoles».


Leer más: Ensayo del viernes: ¿quién era María Magdalena? Desenmascarando el mito de la prostituta penitente.


Piero di Cosimo, ‘Mary Magdalene’, 1500-1510, óleo sobre tabla. Wikimedia Commons

Encontramos referencias en el Nuevo Testamento a una diácona (Phoebe), a una apóstol (Junia) y a una gran cantidad de mujeres que eran líderes en el ministerio. Lo mismo es cierto para los primeros siglos, donde hay evidencia de mujeres diáconos y sacerdotes, e incluso de un obispo femenino .

La exclusión de las mujeres del liderazgo en la iglesia se produjo en una fecha posterior (posiblemente en el siglo IV y más tarde en algunos lugares) cuando perdió algo de sus comienzos radicales, heredado de Jesús. Aquí, el argumento de la tradición, de que las mujeres nunca fueron ordenadas o ocuparon cargos de liderazgo, simplemente no es válido.

El cambio es necesario

La Iglesia católica cree que la tradición es dinámica: se desarrolla y se desarrolla a lo largo de la historia (esto fue expresado de manera más famosa por John Henry Cardinal Newman en 1845 ). Las nuevas perspectivas y entendimientos pueden y deben venir en nuevos contextos. La ordenación de mujeres pertenece posiblemente a esta categoría de verdades nuevas y emergentes.

En varias iglesias anglicanas, particularmente en lugares donde ocurrieron abusos terribles en el pasado, el nombramiento de mujeres mayores ordenadas ha desempeñado un papel vital en la reforma y transformación de la iglesia.

La ordenación de las mujeres es necesaria en el clima actual de la Iglesia Católica. No hay mejor momento para que suceda que ahora. Confirmará, de manera más allá de las meras palabras, la determinación de la iglesia de ir más allá de los pecados del pasado. Significará un movimiento significativo más allá de las viejas estructuras donde solo los hombres tomaron decisiones y existió un club de protección para varones dentro del liderazgo.

Esta no es una llamada que viene solo de fuera de la Iglesia Católica. Muchos de los fieles en el interior creen lo mismo, y las mujeres católicas en lugares como Irlanda y Alemania son cada vez más vocales y organizadas en su lucha por la ordenación de las mujeres .

También en Australia, hay mujeres católicas que trabajan para ser escuchadas sobre el tema, apoyadas por laicos y sacerdotes. Ahora es el momento de que algo nuevo emerja de las cenizas del pasado.

http://www.theconversation.com/women-priests-could-help-the-catholic-church-restore-its-integrity-its-time-to-embrace-them-118115?utm_source=twitter&utm_medium=twitterbutton&fbclid=IwAR3egDJHz9ZQBMMWG

El Ministerio de New Ways responde al nuevo documento del Vaticano sobre la identidad de género por Francisco DeBernardo, Editor, 10 de junio de 2019


https://www.newwaysministry.org/2019/06/10/10/new-ways-ministry-responds-to-new-vatican-document-on-gender-identity/?fbclid=IwAR0degO_FYIfcowvaPe.jpgqqkboy

El nuevo documento del Vaticano sobre la identidad de género, “ Hombre y mujer los creó ”, es una herramienta dañina que se utilizará para oprimir y dañar no solo a las personas transgénero, sino también a las personas lesbianas, gays y bisexuales. El documento asocia a las minorías sexuales y de género con la sexualidad libertina, una tergiversación de las vidas de las personas LGBT que perpetúa y alienta el odio, el fanatismo y la violencia contra ellos.

El documento, de la Congregación para la Educación Católica, confundirá a aquellos que luchan sinceramente con cuestiones de identidad de género y orientación sexual. Tal confusión lleva a autolesiones, adicciones e incluso suicidio. La información errónea que contiene el documento hará que las familias rechacen a sus hijos y aumentará la alienación de las personas LGBT de la Iglesia.La única verdad que revela el documento es que el Vaticano sigue estando mal equipado para discutir el género y la sexualidad en el mundo moderno. Al ignorar los nuevos entendimientos científicos de la identidad de género y al negarse a dialogar con las personas LGBT sobre sus experiencias vividas de autocomprensión y fe, el Vaticano permanece en la era oscura, promoviendo una falsa enseñanza que se basa en el mito, el rumor y la falsedades Debido a que no han consultado la ciencia o las experiencias de las personas, la teología del Vaticano sobre el género es deficiente e imperfecta. Se basa en categorías de hombres y mujeres que se formaron hace siglos en culturas opresivas y represivas.El Vaticano mantiene la idea de que el género está determinado únicamente por los genitales visibles, que la ciencia contemporánea ha demostrado que es una forma incorrecta y perjudicial de categorizar a las personas. El género también está determinado biológicamente por la genética, las hormonas y la química del cerebro, cosas que no son visibles al nacer. La gente no elige su género, como afirma el Vaticano: lo descubren a través de sus experiencias vividas. La Iglesia debe respetar y alentar este proceso de descubrimiento, porque es un proceso mediante el cual los individuos descubren la maravillosa manera en que Dios los ha creado.Aunque el Vaticano llama a la Iglesia a dialogar y escuchar a la gente, el diálogo y la escucha son frustrados e inútiles si los líderes de la iglesia ya han determinado que las personas a las que escuchan están influenciadas por la ideología. El diálogo requiere respeto mutuo, que este documento no exhibe ni promueve.

Francisco DeBernardo, New Ways Ministry, 10 de junio de 2019

ESENCIA Y ESPIRITUALIDAD DEL MOVIMIENTO ARCWP


Aida Soto Bernal ARCWP

y

Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP

Nuestro Movimiento tiene como base fundamental asumir una posición clara y definida frente a la situación de marginación de la mujer dentro de la Iglesia Católica, no solamente en cuanto al machismo se refiere sino también al androcentrismo y al adultocentrismo que son características diferentes a la situación de opresión propias del machismo. El androcentrismo como su palabra lo dice tiene todas las actividades referenciadas al ser hombre y el adultocentrismo supone que los adultos detentan la verdad sobre los asuntos de la vida y en consecuencia maltratan a los niños y las niñas negándoles la posibilidad de participar de las decisiones en los diferentes ámbitos de la vida.

Tomamos los textos evangélicos que nos dan razón para oponernos a estos tres aspectos que la religión católica ha abanderado en contra de los derechos fundamentales de las mujeres, ancianos y enfermos (cabezas blancas que, al interior del Templo, pasan a ser invisibles) los jóvenes (no se les tiene en cuenta) * y niños y niñas.

Compartimos con las otras religiones algunos aspectos, pero estamos enfocadas en la Iglesia Católica, en su organización e ideología y es desde su mismo centro que asumimos esa posición, planteando que las mujeres tenemos los mismos derechos para ejercer nuestro sacerdocio a partir de los mismos textos evangélicos que en última son los que nos permiten asumir nuestras posiciones de liderazgo, legado que recibieron de Jesús, María de Magdala y las otras mujeres, (Mateo 28:8).

Consideramos que nuestra permanencia dentro de la Iglesia Católica es la que le da sentido al Movimiento ya que es a ella a quien está referida nuestra posición. Otras iglesias como la anglicana, pentecostal, luterana, ortodoxa y demás denominaciones tienen sus propios proyectos y a ellos apuntan quienes pertenecen a ella.

En consecuencia y por lo anteriormente expuesto no buscamos crear parroquias ni contar con una gran feligresía, pues apuntamos a las celebraciones inclusivas y circulares en las cuales no existe un líder alrededor del cual se mueve todo: Sacerdote o Pastor. Ejercemos el sacerdocio como un servicio comunitario, donde todos participan, siguiendo la experiencia de Casa-Iglesia de las primeras Comunidades, pues somos un Movimiento y no una fracción de la Iglesia Católica.  Creemos en la igualdad y la dignidad de las personas frente a la trascendencia de su espiritualidad. La Iglesia, la concebimos como Comunicación, no es monologa, ni forma como la escuela, donde nos sentamos dando la espalda unos con otros, ni es agencia de noticias, el poder androcéntrico y adultocentrico, (querámoslo o no, nos atraviesa) disfraza su comunicación, quiere comunicar y no comunica porque no cuenta con la persona humana, no la necesita, su estructura se impone y es infranqueable, solo le interesa comprar, vender, ejercer el poder, la violencia, y lo que no le sirve a sus pies, lo desaparece,* la vida espiritual se hace a base de las experiencias de vida de los participantes, provocados a  través de la reflexión de la Palabra de Dios como eje central. Él no nos quiere robotizados, Él no nos trata como ignorantes. Nos trata y respeta como lo que somos, seres humanos creados a su imagen y semejanza. (Génesis 1:27) Dios nos sigue hablando creando lazos de fraternidad comunitaria.

“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21

NOTA: recomendamos leer: https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2019/06/11/la-profecia-de-ratzinger-sobre-el-futuro-de-la-iglesia-en-1969/

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*Se comentaba de un joven, a quien la abuela le invitó a que le acompañara a la Misa, y el joven le respondió: “Abue, yo allá no quiero ir a perder tiempo, porque allá no me necesitan”.

* Asesinatos de líderes sociales, “falsos-positivos”, violación a los Derechos Humanos, si, ayer era colocar cercas, ahora se hacen muros y se levantan fronteras. Polarización fenómeno, no solo del país, sino en las familias y amistades. Mi palabra vale, la tuya no. No somos capaces de reflexionar juntos/as. Lo que vale es lo que diga e imponga el otro/a.

La profecía de Ratzinger sobre el futuro de la Iglesia… en 1969


Por INFOVATICANA | 27 agosto, 2017

El futuro no vendrá de quienes sólo dan recetas. No vendrá de quienes sólo se adaptan al instante actual. No vendrá de quienes sólo critican a los demás y se toman a sí mismos como medida infalible, decía Ratzigner en 1969.

No fingió ser capaz de predecir el futuro. No. Era demasiado sabio para eso. De hecho, moderó sus comentarios iniciales con la advertencia siguiente:

“Seamos, por consiguiente, prudentes con los pronósticos. Aún es válida la palabra de Agustín según la cual el ser humano es un abismo; nadie puede observar de antemano lo que se alza de ese abismo. Y quien cree que la Iglesia no está determinada sólo por ese abismo que es el ser humano, sino que se fundamenta en el abismo mayor e infinito de Dios, tiene motivos más que suficientes para abstenerse de unas predicciones cuya ingenuidad en el querer-tener-respuestas podría revelar sólo ignorancia histórica”.

Pero su época, inundada de peligros existenciales, cinismo político y desconcierto moral, estaba hambrienta de respuestas. La Iglesia católica, un faro moral en las turbulentas aguas de su tiempo, había pasado recientemente por ciertos cambios propios que tuvieron preguntándose, tanto a adeptos como a inconformistas: “¿Qué será de la Iglesia del futuro?”.

Y de esta forma, en 1969, se encontraba el sacerdote Joseph Ratzinger en una radio alemana respondiendo con sus reflexiones. Aquí están sus comentarios finales:

Con esto hemos llegado a nuestro hoy y a la reflexión sobre el mañana. El futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy sólo de la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven de la plenitud pura de su fe. El futuro no vendrá de quienes sólo dan recetas. No vendrá de quienes sólo se adaptan al instante actual. No vendrá de quienes sólo critican a los demás y se toman a sí mismos como medida infalible.

Tampoco vendrá de quienes eligen sólo el camino más cómodo, de quienes evitan la pasión de la fe y declaran falso y superado, tiranía y legalismo, todo lo que es exigente para el ser humano, lo que le causa dolor y le obliga a renunciar a sí mismo. Digámoslo de forma positiva: el futuro de la Iglesia, también en esta ocasión, como siempre, quedará marcado de nuevo con el sello de los santos. Y, por tanto, por seres humanos que perciben más que las frases que son precisamente modernas. Por quienes pueden ver más que los otros, porque su vida abarca espacios más amplios.

La generosidad que libera a las personas se alcanza sólo en la paciencia de las pequeñas renuncias cotidianas a uno mismo. En esta pasión cotidiana, la única que permite al ser humano experimentar de cuántas formas diferentes, lo ata su propio yo, en esta pasión cotidiana y sólo en ella, se abre el ser humano poco a poco. Él solamente ve en la medida en que ha vivido y sufrido. Si hoy apenas podemos percibir aún a Dios, se debe a que nos resulta muy fácil evitarnos a nosotros mismos y huir de la profundidad de nuestra existencia, anestesiados por cualquier comodidad. Así, lo más profundo en nosotros sigue sin ser explorado. Si es verdad que sólo se ve bien con el corazón, ¡qué ciegos estamos todos!

¿Qué significa esto para nuestra pregunta? Significa que las grandes palabras de quienes nos profetizan una Iglesia sin Dios y sin fe son palabras vanas. No necesitamos una Iglesia que celebre el culto de la acción en oraciones políticas. Es completamente superflua y por eso desaparecerá por sí misma. Permanecerá la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia que cree en el Dios que se ha hecho ser humano y que nos promete la vida más allá de la muerte.

De la misma manera, el sacerdote que sólo sea un funcionario social puede ser reemplazado por psicoterapeutas y otros especialistas. Pero seguirá siendo aún necesario el sacerdote que no es especialista, que no se queda al margen cuando aconseja en el ejercicio de su ministerio, sino que en nombre de Dios se pone a disposición de los demás y se entrega a ellos en sus tristezas, sus alegrías, su esperanza y su angustia.

Demos un paso más. También en esta ocasión, de la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará, de un modo mucho más intenso que hasta ahora, como la comunidad de la libre voluntad, a la que sólo se puede acceder a través de una decisión. Como pequeña comunidad, reclamará con mucha más fuerza la iniciativa de cada uno de sus miembros.

Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo. Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora. Pero en estos cambios que se pueden suponer, la Iglesia encontrará de nuevo y con toda la determinación lo que es esencial para ella, lo que siempre ha sido su centro: la fe en el Dios trinitario, en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la ayuda del Espíritu que durará hasta el fin. La Iglesia reconocerá de nuevo en la fe y en la oración su verdadero centro y experimentará nuevamente los sacramentos como celebración y no como un problema de estructura litúrgica.PUBLICIDAD

Será una Iglesia interiorizada, que no suspira por su mandato político y no flirtea con la izquierda ni con la derecha. Le resultará muy difícil. En efecto, el proceso de la cristalización y la clarificación le costará también muchas fuerzas preciosas. La hará pobre, la convertirá en una Iglesia de los pequeños. El proceso resultará aún más difícil porque habrá que eliminar tanto la estrechez de miras sectaria como la voluntariedad envalentonada. Se puede prever que todo esto requerirá tiempo.

El proceso será largo y laborioso, al igual que también fue muy largo el camino que llevó de los falsos progresismos, en vísperas de la revolución francesa –cuando también entre los obispos estaba de moda ridiculizar los dogmas y tal vez incluso dar a entender que ni siquiera la existencia de Dios era en modo alguno segura– hasta la renovación del siglo xix.

Pero tras la prueba de estas divisiones surgirá, de una Iglesia interiorizada y simplificada, una gran fuerza, porque los seres humanos serán indeciblemente solitarios en un mundo plenamente planificado. Experimentarán, cuando Dios haya desaparecido totalmente para ellos, su absoluta y horrible pobreza. Y entonces descubrirán la pequeña comunidad de los creyentes como algo totalmente nuevo. Como una esperanza importante para ellos, como una respuesta que siempre han buscado a tientas.

A mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas. Pero yo estoy también totalmente seguro de lo que permanecerá al final: no la Iglesia del culto político, ya exánime, sino la Iglesia de la fe. Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte.

La Iglesia católica sobrevivirá a pesar de los hombres y las mujeres, no necesariamente gracias a ellos. Y aun así, todavía nos queda trabajo por hacer. Debemos rezar y cultivar el autosacrificio, la generosidad, la lealtad, la devoción sacramental y una vida centrada en Cristo.

En 2007, se publicó Fe y futuro, un libro donde queda recogido al completo este discurso del padre Joseph Ratzinger, recogido originalmente por Aleteia.

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