Osoro: El Papa nos invita a volver a mirar la renovación pedida por el Concilio Vaticano II


Por INFOVATICANA | 04 julio, 2019

¡Qué fuerza tiene leer y releer los documentos del Concilio Vaticano II y los posteriores de los Papas, que han sabido captar la novedad de Dios para este momento histórico de la Iglesia!

(Infomadrid)– El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, recuerda en su nueva carta semanal la invitación del Papa Francisco a «volver a mirar la renovación perdida» por el Concilio Vaticano II. «Cuando uno vuelve la vista y contempla la historia de la Iglesia del siglo XX, observa cómo el Concilio Vaticano II recoge todo un camino realizado por la Iglesia», con el deseo de «cumplir la misión que el Señor entregó a los apóstoles: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»».

El prelado, además, subraya la insistencia del Santo Padre en que «estemos unos a la escucha de los otros» y «todos a la escucha del Espíritu Santo». Esta «escucha de la Palabra y de los unos a los otros», descubre el cardenal, «engendra esperanza y alegría».

Así, con el deseo de que seamos «Iglesia en salida», el arzobispo madrileño invita a «poner en el centro el amor en clave evangelizadora, vivir la comunión como armonía de las diferencias en la totalidad y tener paciencia en los procesos, para así provocar la renovación a partir del kerigma evangélico».

Texto completo de la carta

En Laudato si, el Papa recuerda que «en mi exhortación Evangelii gaudium, escribí a los miembros de la Iglesia en orden a movilizar un proceso de reforma misionera todavía pendiente» (LS 3). El Sucesor de Pedro nos invita a volver a mirar la renovación pedida por el Concilio Vaticano II, en sus aspectos vitales y estructurales, siempre a la luz de la doctrina que nos regaló sobre la Iglesia.

Urge que los creyentes acojamos las palabras del Concilio en nuestro corazón y las revitalicemos, participando de esta realidad: «Cristo estableció en este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y amor, como un organismo visible. La mantiene así sin cesar para comunicar por medio de ella a todos la verdad y la gracia» (LG 8). «De esta manera, la Iglesia ora y trabaja al mismo tiempo para que la totalidad del mundo se transforme en Pueblo de Dios, Cuerpo del Señor y Templo del Espíritu y para que Cristo, Cabeza de todos, se dé todo honor y toda gloria al Creador y Padre de todos» (LG 17). ¡Qué fuerza tiene leer y releer los documentos del Concilio Vaticano II y los posteriores de los Papas, que han sabido captar la novedad de Dios para este momento histórico de la Iglesia! Tenemos que dar gracias a Dios por ello.

Cuando uno vuelve la vista y contempla la historia de la Iglesia del siglo XX, observa cómo el Concilio Vaticano II recoge todo un camino realizado por la Iglesia, con el deseo de cumplir la misión que el Señor entregó a los apóstoles: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación». ¿Qué son si no los diversos procesos de renovación y los movimientos que se engendraron antes del Concilio y que este recoge después en su magisterio? Ahí vemos el movimiento bíblico –Dei Verbun–, litúrgico –Sacrosantum concilium–, eclesiológico –Lumen gentium–, misionero –Ad gentes–, pastoral –Gaudium et spes–, ecuménico –Unitatis redintegratio–…

Me agrada poder recordar esas palabras que el Papa Francisco nos dice: «Toda renovación de la Iglesia consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación. […] Cristo llama a la Iglesia peregrinante hacia una perenne reforma, de la que la Iglesia misma, en cuanto institución humana y terrena, tiene siempre necesidad» (UR 6). Igual que remueven mi mente y mi corazón aquellas que le oí con motivo del cincuentenario de la institución del Sínodo de los obispos: «Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, está contenido todo ello, en la palabra sínodo». Pero ¿qué significa esto? Sencillamente, caminar juntos: laicos, pastores, el Obispo de Roma… Quizá es fácil expresar con palabras, pero es más difícil ponerlo en práctica. Hemos de hacer todo un esfuerzo por escuchar, pues todos tenemos algo que aprender. ¡Cómo insiste el Papa siempre en que estemos unos a la escucha de los otros y todos a la escucha del Espíritu Santo! Últimamente estoy comprobando que, cuando en la Iglesia todos nos ponemos a la escucha de la Palabra de Dios para iluminar los caminos que hemos de hacer, la riqueza del diálogo, de la acogida de lo que el otro dice después de haber escuchado la Palabra, provoca cauces y actitudes de amor, comunión, iniciativa, intercambio, cooperación y participación de todos en la marcha y en buscar la búsqueda de fidelidad al Evangelio. Esta escucha de la Palabra y de los unos a los otros engendra esperanza y alegría, todo porque los intereses ya no son individualistas.

Hemos de escuchar con atención la llamada a una transformación misionera de la Iglesia, a ser una Iglesia en salida. Estamos invitados a «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio». Como dijo el Papa san Juan XXIII con motivo de la inauguración del Concilio Vaticano II, en 1962, la Iglesia ha de ser «una madre amorosísima, benigna, paciente, llena de misericordia y bondad». Y como san Pablo VI señaló en la clausura del mismo, la parábola del buen samaritano es el «paradigma de la espiritualidad conciliar»; de igual forma que luego san Juan Pablo II habló de la opción de la Iglesia por los pobres (CA 57) o Benedicto XVI nos dijo que «en el más pequeño encontramos al propio Jesús, y en Jesús encontramos a Dios» (DCE 15).

En este sentido, hay tres realidades que nos ayudan a captar la novedad que el Señor nos pide para este momento de la Iglesia:

1. La alegría del Evangelio es una alegría misionera que nace de la absoluta novedad de Cristo, de la fuerza que nos da para vivir una nueva etapa eclesial marcada por la alegría evangélica y evangelizadora, que se vive como un tiempo de misericordia de Dios ofrecido a todos los hombres. Qué bien lo expresaba un joven padre de familia cuando hace muy poco tiempo me contaba que tenía que recuperar la alegría de anunciar el Evangelio, pues se había encerrado en sí mismo y ello impedía incluso el crecimiento de su propia familia. ¿La causa? Me decía que había dejado de escuchar y meditar la Palabra. Como muy bien nos recuerda el Papa Francisco, la alegría del Evangelio nos mete en una dinámica del éxodo y del don, de salida, oferta y entrega.

2. Llamados a una perenne reforma en la Iglesia. En general estamos muy acostumbrados a lo que hacemos siempre; es más, nos parece que lo hacemos tan bien que no se necesita cambiar nada. Los cambios nos producen y provocan miedos, inseguridades, y nos damos razones para convertir mucho de lo que hacemos en tradiciones que hay que guardar. Como nos recuerda el Papa Francisco, necesitamos avanzar por el camino de una conversión pastoral y misionera, que no nos puede dejar pensando que todo debe seguir igual. ¡Qué bueno es escuchar al Señor! Él nos llama personalmente y llama a toda la Iglesia a una perenne reforma de la que está necesitada en cuanto institución humana y terrena. Qué palabras más esperanzadoras las del Papa cuando nos dice: «Efectivamente, es un sueño, que les comparto y que quiero que, entre todos, hagamos realidad: sueño con una opción misionera, capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda la estructura eclesial se convierta en cauce adecuado para la evangelización del mundo actual, más que para la autopreservación».

3. Siempre en el anuncio de lo esencial: el amor, la comunión, la paciencia en los procesos y renovación… Qué bueno es entender que el Concilio Vaticano II es el Concilio del Pueblo de Dios. En diversas entrevistas, el Papa Francisco manifiesta que la imagen que más le gusta de la Iglesia es la del «santo Pueblo fiel de Dios» que en el Concilio Vaticano II tiene un lugar central. Podríamos explicarlo así: si el Cuerpo de Cristo explica la realidad cristológica y eucarística de la Iglesia, el Pueblo peregrino de Dios expresa su dimensión sociohistórica. En la Lumen gentium contemplamos más al Pueblo de Dios como el que se inserta en la historia y camina con los pueblos en la historia. Como se nos dice, «el Pueblo de Dios está presente en todos los pueblos de la tierra» (LG 13b), cada uno tiene su propia cultura (EG 115), es un Pueblo con muchos rostros donde se manifiesta la riqueza de la Iglesia (EG 115-118). El primer plano lo ocupa el Pueblo de Dios en camino, en su misión. Ello requiere actitudes esenciales: poner en el centro el amor en clave evangelizadora, vivir la comunión como armonía de las diferencias en la totalidad, tener paciencia en los procesos, para así provocar la renovación a partir del kerigma evangélico.
               Con gran afecto, os bendice,

               +Carlos, Cardenal Osoro, arzobispo de Madrid   

http://www.infovaticana.com/2019/07/04/osoro-el-papa-nos-invita-a-volver-a-mirar-la-renovacion-pedida-por-el-concilio-vaticano-ii/

Iglesia Católica en Colombia crea comisiones para atención de casos de abuso sexual


BLU Radio. Iglesia Católica - Referencia // Foto: AFP

BLU Radio. Iglesia Católica – Referencia // Foto: AFP

En un año las 77 jurisdicciones eclesiásticas de todo el país deben tener activas las comisiones.


Por: Isabella Gómez, BLU Radio

La Iglesia Católica en Colombia comenzó las gestiones para la implementación de comisiones de atención de denuncias de abuso sexual en cada una de las diócesis. En estos comités, se atenderán tanto casos de abuso por parte de sacerdotes como de particulares.

Se trata de organismos conformados por psicólogos, trabajadores sociales, psiquiatras y abogados dentro de las diócesis que serán un canal de recepción de denuncias de casos de todo tipo de abusos sexuales y luego trazarán rutas de atención integral.

Las gestiones comenzaron luego de un decreto creado por el papa Francisco que busca tomar acciones frente a estos flagelos. Al término de la Asamblea CVIII del Episcopado, Elkin Alvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal, precisó lo acordado.

Lea también: ¿Cómo reconocer y prevenir el abuso sexual infantil?

“El papa pide que haya un organismo estable, en algunas diócesis se han venido creando comisiones, Bogotá, Villavicencio y Medellín la tienen. El papa puso un plazo para que se muestren los organismos estables hasta junio del año entrante”, explicó Álvarez.Publicidad

Es decir, en un año las 77 jurisdicciones en el país deben activar las comisiones, que además de recibir las denuncias, empezarán campañas de prevención con las familias, instituciones donde hay niños y con los novios que están en proceso para contraer matrimonio.

http://www.bluradio.com/nacion/iglesia-catolica-en-colombia-crea-comisiones-para-atencion-de-casos-de-abuso-sexual-

Víctor Codina: “Escuchar al pueblo amazónico, dejarse estremecer por su clamor, por la historia de su pasión”


Escuchar, una actitud de Francisco muy presente en el Sínodo para la Amazonía

Víctor Codina
Víctor Codina
El amazónico «es un pueblo amenazado de muerte, un pueblo explotado»
La Iglesia “a pesar de su gran ayuda, todavía resulte distante, colonial, clerical, impositiva, ajena a sus lenguas, culturas y espiritualidad, más de visita que de presencia cercana
“Solamente escuchando el clamor del pueblo amazónico podremos denunciar proféticamente la injusticia de los poderosos y buscar una conversión ecológica integral de la sociedad y de la Iglesia»

05.07.2019 Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil

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Una de las novedades del pontificado del Papa Francisco es la escucha, una dimensión que está muy presente en el Instrumento de Trabajo del Sínodo para la Amazonía. Así lo hacía ver Víctor Codina en uno de los diferentes seminarios que se están llevando a cabo en preparación al Sínodo para la Amazonía y que se celebraba en Roma la semana pasada.

En su intervención, que llevaba por título “Amazonía, Ver y Escuchar”, el jesuita destacaba la importancia de añadir el escuchar al método tradicional de ver, juzgar y actuar, insistiendo en que “la Iglesia en el sínodo quiere dar un paso más, escuchar al pueblo amazónico, dejarse estremecer por su clamor, por la historia de su pasión”, una actitud en la que Francisco insiste en la Episcopalis Communio, como ya lo había hecho en Puerto Maldonado, en su encuentro con los pueblos indígenas, algo que la Iglesia de la Amazonía ha puesto en práctica en su largo proceso de escucha.

Esta escucha ha mostrado, según Codina, “que es un pueblo amenazado de muerte, un pueblo explotado por concesiones madereras, megaproyectos hidroeléctricos, petroleros, mineros y de monocultivos, por carreteras y ferrovías, con contaminación de ríos, caza y pesca predatorias, narcotráfico,  expulsión de su territorio, pérdida de sus culturas originarias, criminalización y asesinato de sus líderes y defensores del pueblo”, haciendo suyas las palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado, “nunca el pueblo amazónico había estado tan amenazado como ahora”.

Codina

Pero el pueblo indígena también ha lamentado actitudes de la Iglesia, de quienes dicen, en opinión del jesuita, que “a pesar de su gran ayuda, todavía resulte distante, colonial, clerical, impositiva, ajena a sus lenguas, culturas y espiritualidad, más de visita que de presencia cercana”, una actitud que debe provocar una reflexión seria entre los participantes de la asamblea sinodal.

En verdad, “solamente escuchando al pueblo amazónico podremos conocer su verdad, una verdad que no es simplemente expresión racional de su cosmovisión sino de su sentir-pensar, de su vida, de su sufrimiento”, insiste Víctor Codina, para quien “solamente escuchando el clamor del pueblo amazónico podremos denunciar proféticamente la injusticia de los poderosos y buscar una conversión ecológica integral de la sociedad y de la Iglesia, edificar una Iglesia de rostro amazónico, salvar la Amazonía y el Planeta Tierra”. Esta es una actitud que siempre estuvo presente en la Biblia y ante la que “los creyentes de la tradición judeo-cristiana no deberíamos sorprendernos”.

Por último, el jesuita reflexionaba sobre los acentos que han surgido después de la publicación del Instrumentum Laboris, insistiendo mucho en la “sugerencia de la ordenación sacerdotal de indígenas aunque tengan ya familia constituida”, y silenciando “el clamor del pueblo amenazado de muerte”, llegando a preguntarse si esto “no es un secuestro de la verdad”, pues para saber lo que es la verdad en la Amazonía es necesario que “escuchen el clamor de la tierra y de los pobres”. El resultado será “promover una conciencia ecológica integral, dar a la Iglesia un rostro amazónico, defender los derechos del pueblo y salvar el Planeta Tierra, que es nuestra casa común”, concluye Víctor Codina.

Instrumentum

AMAZONÍA, VER Y ESCUCHAR

En América Latina ya es habitual la triple metodología eclesial del ver, juzgar y actuar, metodología de la revisión de vida típica de los movimientos cristianos obreros (JOC) promovidos por Josef Cardijn.

Pero en el Documento de trabajo para el sínodo de la Amazonía de octubre 2019 (Instrumentum laboris) esta metodología se enriquece, pues no solo se habla de ver sino de escuchar: escuchar la voz de la Amazonía (Iª parte), escuchar el clamor de la tierra y de los pobres (IIª parte).¿Qué importancia tiene este añadido?

Ciertamente es necesario ver y conocer la Amazonía, su extensión geográfica, sus habitantes, la riqueza de su bioma y de sus ríos, la pluralidad de sus culturas, Podemos hacer reportajes sobre la Amazonía, sus riquezas, sus danzas y cantos. La Amazonía es un lugar turístico y folklórico. También podemos elaborar estadísticas científicas y censos. Seguramente esta es la visión, tanto de muchos dirigentes políticos reunidos en el G20, como de las multinacionales, con riesgo de convertirse en fake news y postverdad.

Por esto la Iglesia en el sínodo quiere dar un paso más, escuchar al pueblo amazónico, dejarse estremecer por su clamor, por la historia de su pasión. Francisco pide al Espíritu para los participantes de los sínodos el don de la escucha, escuchar a Dios a través del clamor del pueblo (Episcopalis communio 6); y en su encuentro con el pueblo indígena amazónico en Puerto Maldonado, Francisco no quiso hablar, sino que pidió que ellos mismos expresasen su identidad, para lo cual es necesario escucharlos. Por esto antes del Instrumentum laboris se ha elaborado una amplia escucha y consulta al pueblo indígena.

Y ¿qué escuchamos del pueblo indígena? Que es un pueblo amenazado de muerte, un pueblo explotado por concesiones madereras, megaproyectos hidroeléctricos, petroleros, mineros y de monocultivos, por carreteras y ferrovías, con contaminación de ríos, caza y pesca predatorias, narcotráfico, expulsión de su territorio, pérdida de sus culturas originarias, criminalización y asesinato de sus líderes y defensores del pueblo. Nunca el pueblo amazónico había estado tan amenazado como ahora.Raoni, líder indígena de la Amazonía

También el pueblo lamenta que la Iglesia, a pesar de su gran ayuda, todavía resulte distante, colonial, clerical, impositiva, ajena a sus lenguas, culturas y espiritualidad, más de visita que de presencia cercana.

Solamente escuchando al pueblo amazónico podremos conocer su verdad, una verdad que no es simplemente expresión racional de su cosmovisión sino de su sentí-pensar, de su vida, de su sufrimiento. Solamente escuchando el clamor del pueblo amazónico podremos denunciar proféticamente la injusticia de los poderosos y buscar una conversión ecológica integral de la sociedad y de la Iglesia, edificar una Iglesia de rostro amazónico, salvar la Amazonía y el planeta tierra.

Los creyentes de la tradición judeo-cristiana no deberíamos sorprendernos de esta necesidad de escuchar el clamor del pueblo: la sangre de Abel clama al cielo (Gn 4,10), el clamor del pueblo de Israel explotado en Egipto sube al cielo, Yahvé lo escucha y llama a Moisés para que lo libere (Ex 3,7.10); en los salmos, el pueblo clama a Dios pidiendo ayuda desde el abismo de su dolor (Sal 130, 1-2). En los evangelios, Jesús escucha el grito de los pobres, de los enfermos, de los marginados, de las mujeres (Lc 18,35-43).

La verdad bíblica no es una verdad helénica ni racionalista, el conocimiento semítico bíblico no brota de la simple visión ocular, sino de la escucha de lo que nace de las entrañas, de los riñones, del sufrimiento del pueblo. Cuando Pilato pregunta a Jesús qué es la verdad (Jn 18,38), Jesús no le responde, ni le da una respuesta filosófica. La verdad nace del clamor del Crucificado, la verdad nace de los crucificados de la historia, de las víctimas del pecado de injusticia. La fe cristiana nace del oído, de escuchar la Palabra de Dios, una tradición eclesial de mártires y pobres.

Volvamos a la Amazonía. Es sorprendente que muchos medios de comunicación solo se hayan fijado en el nº 129 b) del Instrumentum laboris sobre la sugerencia de la ordenación sacerdotal de indígenas aunque tengan ya familia constituida, mientras han silenciado los 146 números restantes. ¿Por qué estos medios están tan interesados en la pastoral eucarística amazónica y silencian el clamor del pueblo amenazado de muerte? ¿Es algo casual? ¿No es un secuestro de la verdad?

Quizás nos pregunten, como Pilato ¿qué es la verdad? Únicamente podemos responderles que escuchen el clamor de la tierra y de los pobres. Esta es la verdad de la Amazonía. Esto es lo que nos propone el Instrumentum laboris.

Solo entonces podremos promover una conciencia ecológica integral, dar a la Iglesia un rostro amazónico, defender los derechos del pueblo y salvar el planeta tierra, que es nuestra casa común.Sínodo para la Amazonía

http://www.religiondigital.org/luis_miguel_modino-_misionero_en_brasil/Victor-Codina-escuchar-amazoni

Se vende la naturaleza: Por: Frei Betto*


 | Miércoles, 02/05/2012 06:21 AM | Versión para imprimir

En vísperas de Rio+20 es imprescindible denunciar la nueva ofensiva del capitalismo neoliberal: la mercantilización de la naturaleza. Ya existe el mercado de carbono, establecido por el Protocolo de Kyoto (1997), el cual determina que los países desarrollados, principales contaminadores, reduzcan sus emisiones de gases de efecto estufa en un 5.2 %.

Reducir el volumen de veneno vomitado por esos países a la atmósfera implica reducir las ganancias. Por eso se inventó el crédito del carbono. Una tonelada de dióxido de carbono (CO2) equivale a un crédito de carbono. El país rico o sus empresas, al sobrepasar el límite de contaminación permitida, compra el crédito del país pobre o de sus empresas que todavía no alcanzaron sus respectivos límites de emisión de CO2 y de este modo queda autorizado a emitir gases de efecto estufa. El valor de ese permiso debe ser inferior a la multa que el país rico pagaría, en el caso de que sobrepasara su límite de emisión de CO2.

Pero surge ahora una nueva propuesta: la venta de servicios ambientales. Léase: apropiación y mercantilización de las selvas tropicales, bosques plantados (sembrados por el ser humano) y ecosistemas. Debido a la crisis financiera que afecta a los países desarrollados el capital anda buscando nuevas fuentes de lucro. Al capital industrial (producción) y al capital financiero (especulación) se le suma ahora el capital natural (apropición de la naturaleza), conocido también como economía verde.

La diferencia de los servicios ambientales es que no son prestados por una persona o empresa, sino ofrecidos, gratuitamente, por la naturaleza: agua, alimentos, plantas medicinales, carbono (su absorción y almacenamiento), minerales, madera, etc. La propuesta es poner un basta a dicha gratuidad. En la lógica capitalista el valor de cambio de un bien está por encima de su valor de uso. Por lo cual los bienes naturales deben tener precio.

Los consumidores de los bienes de la naturaleza pasarían a pagar, no sólo por la administración de la “manufactura” del producto (igual que pagamos por el agua que sale por el grifo en casa), sino por el bien mismo. Sucede que la naturaleza no tiene cuenta bancaria para recibir el dinero pagado por los servicios que presta. Los defensores de esta propuesta afirman que, por tanto, alguien o alguna institución debe recibir el pago (el don de la selva o del ecosistema).

Tal propuesta no toma en cuenta a las comunidades que habitan en las selvas. Dice una habitante de la comuidad de Katobo, selva de la República Democrática del Congo: “En la selva recogemos leña, cultivamos alimentos y comemos. La selva proporciona todo: legumbres, toda clase de animales, y eso nos permite vivir bien. Por eso nos sentimos muy felices en nuestra selva, porque nos permite conseguir todo lo que necesitamos. Cuando oímos que la selva puede estar en peligro, eso nos preocupa, porque no podríamos vivir fuera de la selva. Y si alguien nos ordenara salir de la selva, quedaríamos con mucha rabia, porque no podemos imaginar una vida que no sea dentro o cerca de la selva. Cuando plantamos alimentos, tenemos comida, tenemos agricultura, y también caza, y las mujeres recogen mariscos y peces en los ríos. Tenemos diferentes tipos de legumbres, y también plantas comestibles de la selva, y frutas y todo tipo de cosas que comemos, que nos dan fuerza y energía, proteínas, y todo lo que necesitamos”.

El comercio de servicios ambientales ignora esa visión de los pueblos de la selva. Se trata de un nuevo mecanismo de mercado, por lo cual la naturaleza es cuantificada en unidades comercializables.

Esta idea, que suena como absurda, surgió en los países industrializados del hemisferio Norte en la década de 1970, cuando se dio la crisis ambiental. Europa y los Estados Unidos comprendieron que los recursos naturales son limitados. La Tierra no tiene forma de ser ampliada. Y está enferma, contaminada y degradada.

Ante esto los ideólogos del capitalismo propusieron valorar los recursos naturales para salvarlos. Calcularon el valor de los servicios ambientales entre US$ 160 mil y 540 mil millones (el PIB mundial, o sea la suma de bienes y servicios, totaliza actualmente US$ 620 mil millones). “Es el momento de reconocer que la naturaleza es la mayor empresa del mundo, trabajando para beneficiar al 100 % de la humanidad, y lo hace de gratis”, afirmó Jean-Cristophe Vié, director del Programa de Especies de la IUCN, principal red global para la conservación de la naturaleza, financiada por gobiernos, agencias multilaterales y empresas multinacionales.

En 1969 Garret Hardin publicó el artículo “La tragedia de los comunitarios”, para justificar la necesidad de cercar la naturaleza, privatizarla, y garantizar así su preservación. Según el autor, el uso local y gratuito de la naturaleza, como lo hace una tribu indígena, acaba en destrucción (lo que no corresponde a la verdad). La única forma de preservarla para el bien común es volverla administrable por quien tenga competencia, o sea las grandes corporaciones empresariales. He ahí la tesis de la economía verde.

Pero de sobra sabemos cómo enfocan ellas la naturaleza: como mera productora de “commodities”. Por lo cual empresas extranjeras compran, en el Brasil, cada vez más tierras, lo que significa una desapropiación mercantil de nuestro territorio.

(Traducción de J.L.Burguet)

– Frei Betto es escritor, autor de “El amor fecunda el Universwo. Ecología y espiritualidad”, entre otros libros. http://www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.

http://www.aporrea.org/internacionales/a142775.html

Violencias contra la mujer: Frei Betto


Adital

El terrible crimen que compromete al portero Bruno -a su mujer, después de asesinada, le destrozaron el cuerpo, que fue devorado por perros, según la denuncia- es la punta de un iceberg recurrente: la agresión masculina a la mujer.

Entre 1997 y 2007, según el Mapa de la violencia en Brasil/2010, 41.532 mujeres fueron asesinadas en el país. Un índice de 4.2 víctimas por cada cien mil habitantes, muy por encima de la media internacional. Espíritu Santo presenta el cuadro más grave: 10.3 asesinatos de mujeres por cien mil habitantes.

El Núcleo de Violencia de la Universidad de São Paulo identifica como asesinos a maridos, ex-maridos y novios inconformes con el fin de la relación. Al fuerte componente de misoginia (aversión a la mujer), se le añade la prepotencia machista de quien se cree dueño de su compañera y, por tanto, señor absoluto sobre el destino de ella.La Central de Atención a la Mujer (teléfono 180) recibió, en los primeros cinco meses de este año, un 95% más denuncias que en el mismo período del año pasado. Más de 50 mil mujeres denunciaron agresiones verbales y físicas. La mayoría procede de mujeres negras, casadas, de entre 20 y 45 años y un nivel medio de escolaridad. Los agresores son, en su mayoría, hombres de entre 20 y 55 años y un nivel medio de escolaridad.

Se cree que el aumento de las denuncias se debe a la Ley María da Penha, aprobada en el 2006 por el presidente Lula, y que aumenta el rigor del castigo a los agresores. A pesar de este avance, todo indica que muchos hogares brasileños son verdaderas casas de los horrores. La mujer es humillada, maltratada, pegada, a veces mantenida en régimen de encerramiento virtual y de semiesclavitud en trabajo doméstico. Sin contar los casos de pedofilia y de agresión sexual a niñas y adolescentes por parte de su propio padre.

La violencia contra la mujer procede de varias causas, comenzando por el silencio de las propias víctimas, que, dependiendo emocional y económicamente del agresor, o en nombre de la preservación de la unidad familiar, se quedan calladas o dominadas por el terror ante las consecuencias de una denuncia. A esto se le suma la impunidad. Eliza Zamudia, ex novia del portero Bruno, parece que había recurrido a la Delegación de Defensa de la Mujer, sin que se hubiese tomado en serio su queja. Raramente el poder público asegura la protección a la víctima ni resulta ágil en castigar al agresor.

La violencia contra la mujer no sucede sólo en las relaciones interpersonales. Se ha generalizado por la cultura mercantilizada en que vivimos. Basta con observar la multitud de anuncios televisivos que hacen de la mujer cebo pornográfico de consumo.

Párese ante un kiosko de revistas y mire la diversidad de ‘carnicería’ fotográfica. Ponga atención a los papeles femeninos en los programas de humor. Entonces, si la mujer es reducida a sus nalgas y atributos físicos, tratada como ‘gata’ o ‘zorra’, expuesta como mero objeto de uso masculino, ¿cómo esperar que sea respetada?

Nuestras escuelas, desde hace algunos años, han introducido en los estudios clases que abordan el tema de la sexualidad. En general se reducen a nociones de higiene corporal para evitar enfermedades de transmisión sexual. Pero no tratan del afecto, del amor, de la alteridad entre compañeros, de la familia como proyecto de vida, de la irreductible dignidad del otro, incluidos los/las homosexuales.

En las familias todavía hay padres que conservan el tabú de no hablar de sexo con los hijos, o caen en el extremo opuesto, la ‘liberación total’, la ausencia de límites, lo que favorece la erotización precoz de los niños y la promiscuidad de los adolescentes, agravada por los casos de preñez indeseada e inesperada.

¿Dónde están los movimientos de mujeres? ¿Dónde la indignación ante las diferentes formas de violencia contra ellas?

Los clubes deportivos debieran imponer a sus atletas, como hacen las empresas y denominaciones religiosas, un código de ética. Quizás así la fama repentina y el dinero excesivo no doblasen la cabeza a ídolos con pies de barro…

Frei Betto, escritor y asesor de movimentos sociales. Autor de «Diario de Fernando. En las cárceles de la dictadura militar brasileña», entre otros libros. www.freibetto.org – twitter:@freibetto

Traducción de J.L.Burguet.Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=49532

Las mujeres presentes en los altares en el cristianismo primitivo, argumenta académico


por Christopher Lamb


La Dra. Kateusz examina artefactos del siglo quinto que parecen representar a mujeres en papeles litúrgicos

Las mujeres presentes en los altares en el cristianismo primitivo, argumenta académico

Mosaico oculto de María con palio episcopal con una cruz roja, Capilla de San Venantius, Baptisterio de Letrán 
Foto: Fuera de la imagen protegida por derechos de autor: Giovanni Battista de Rossi, Musaici cristiani e saggi dei pavimenti delle chiese di Roma anterior i secolo XV

El debate sobre la ordenación femenina dentro de la Iglesia Católica depende del papel de la mujer en el cristianismo primitivo.  

Cuando abordó la cuestión de las mujeres diáconas, el Papa dijo que una comisión que formó para examinar los orígenes históricos de las diaconisas no pudo ponerse de acuerdo sobre si habían recibido la ordenación sacramental o no.

El  mes pasado le dijo a un grupo de líderes de hermanas religiosas : «No puedo hacer un decreto sacramental sin una base teológica e histórica». 

¿Cuánto énfasis se puede dar al arte o artefactos de la iglesia primitiva? 

El Dr. Ally Kateusz, investigador asociado en el Instituto Wijngaards e historiador, cree que hay muchas pruebas que demuestran que las mujeres estaban presentes en los altares. 

Ella estuvo en Roma esta semana para presentar su caso en la Pontificia Universidad Gregoriana en una conferencia y para discutir los hallazgos en su libro «María y las mujeres cristianas primitivas: Liderazgo oculto», publicado este año por Palgrave Macmillan. 

En este libro, la Dra. Kateusz examina artefactos del siglo quinto de la Basílica del Antiguo San Pedro, Roma y la Hagia Sophia, Constantinopla, que parecen representar a mujeres en papeles litúrgicos. 

«Muestran la liturgia cristiana primitiva como se realizó en ese momento», me dijo mientras estaba en Roma. «Una liturgia paralela de género: hombres y mujeres en el altar».

El argumento de la Dra. Kateusz es que los primeros cristianos fueron influenciados por sectas judías como los Therapeutae, un grupo que existía fuera de Alejandría, y que dieron roles a hombres y mujeres cuando adoraban. 

El tercer artefacto más viejo para retratar a las personas en el altar de una iglesia real; AC Anastasis, Jerusalén

“La teología general para la liturgia habría sido ‘no hay judío ni griego, porque tanto el judío como el griego eran líderes en la iglesia; no hay libre ni esclavo, porque ambos eran líderes en la iglesia; y no hay hombre ni mujer, y ambos eran líderes en la iglesia «, dice ella. 

El académico es un historiador de la antigüedad tardía que ha enseñado en la Webster University en Missouri y en la University of Missouri-Kansas City. Sus intereses, dice ella, son principalmente culturales e históricos, más que teológicos.

Uno de los dos artefactos más antiguos para retratar a personas en el altar de una iglesia real; Segunda Hagia Sophia, Constantinopla,  frente de piedra sarcófago, ca. 430

En su libro, la Dra. Kateusz también señala un mosaico de la capilla de San Venantius en el Baptisterio de Letrán, en Roma, que muestra a María vistiendo lo que parece ser un palio, un símbolo de la autoridad episcopal otorgada a los nuevos arzobispos. Ella cita a un historiador del arte ruso, Alexei Lidov, que describe el mosaico del siglo VII como un símbolo del sacerdocio de María. En 1916, sin embargo, el Vaticano prohibió las imágenes de María vestida con vestimenta, y la imagen se oscureció más tarde. 

La Dra. Kateusz no es la única persona que ha examinado el papel de las mujeres en la iglesia al estudiar arte y artefactos. En su libro de 2017 «Crispina y sus hermanas: mujeres y autoridad en el cristianismo primitivo» (Fortress Press), la hermana Christine Schenk dice que el arte de los sarcófagos de los siglos III-V muestra a las mujeres enseñando y predicando. 

La Hermana de San José, con sede en EE. UU., Se inspiró para escribir el libro después de una visita al museo de antigüedad cristiana de Pio Cristiano en los museos del Vaticano hace doce años, donde se dio cuenta de una mujer central que sostenía un libro en modo de predicación rodeado de figuras masculinas de discípulos. .

/www.thetablet.co.uk/news

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