Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
Cuando se trataba de matar «moros» para conquistar Jerusalén, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de cazar «brujas», ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de quemar «herejes» ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de esclavizar indígenas, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de condenar científicos como a Galileo o a Giordano Bruno, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de esclavizar negros, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de impedir votar a las mujeres, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de perseguir a los judíos, gitanos y detractores de Hitler, ahí estaba la iglesia.
Cuando se trataba de perseguir «comunistas» durante las dictaduras militares de Latinoamérica o durante la dictadura de Franco en España, ahí estaba la iglesia.
¿Por qué será que la iglesia siempre toma partido en favor de la opresión?
Si somos iglesia, seamos la otra iglesia.
La de Bartolomé de las Casas, en favor de los indios.
La de William Wilberforce, en contra de la esclavitud de los negros.
La de Dietrich Bonhoeffer, en contra del fascismo de Hitler.
La de Monseñor Romero, durante las dictaduras militares de Latinoamérica.
Yo soy iglesia, de la otra iglesia.
Fuente: remitido al e-mail. Efrain Chavez (facebook)
Los condena al pago de costas, daños y perjuicios causados.
Les ordena abstenerse de participar en campaña electoral.
Luis Antonio Sobrado, Magistrado Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones. Foto: Luis Madrigal / El Mundo CR
San José, 06 mar (elmundo.cr)- El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) declaró parcialmente con lugar un recurso de amparo electoral contra la Conferencia Episcopal de Costa Rica y la Federación Alianza Evangélica Costarricense.
El recurso presentado el pasado 22 de enero se presentó contra la difusión del denomiado “Manifiesto conjunto” durante la “Jornada de oración por Costa Rica” celebrada el 18 de enero de 2018.
De acuerdo con los magistrados el “Manifiesto conjunto” mezcla términos propios de la actividad político electoral y expresiones religiosas que, al conjugarse, representaron una amenaza para el libre ejercicio del sufragio.
“(…) invitar a los cristianos a ejercer el sufragio “meditando [el voto] delante de Dios y de sus conciencias”, al tiempo en que externaban su postura frente a temas polémicos que han sido de especial interés durante el proceso electoral, sí tenía el alcance necesario para inducir e influir (…) a votar por ciertos partidos o a abstenerse a hacerlo por otros (…) según coincidan o no con las posiciones asumidas por las organizaciones recurridas” señalan.
La resolución fue notificada a las partes este martes 6 de marzo y en esta los jueces electorales ordenan a ambas iglesias abstenerse de acciones como las que dan lugar a la estimación del recurso de amparo resuelto y las condenan al pago de las costas, daños y perjuicios causados, a liquidar en la vía de lo contencioso-administrativo.
Asimismo, dado que la difusión del “Manifiesto conjunto” podría constituir una infracción a la prohibición de invocación de motivos religiosos en la propaganda política, establecida en el artículo 136 del Código Electoral, el TSE trasladó copia certificada del expediente a la Inspección Electoral a fin de que investigue preliminarmente los hechos.
El recurrente, además denunció la “jornada de oración” y la “Segunda Caminata por la vida y la familia según Dios”, realizada el 3 de diciembre de 2017, sin embargo, el TSE consideró que esas no constituyeron una infracción a la prohibición constitucional y, por ello, declaró sin lugar el recurso de amparo en esos extremos.
Esta era una
frase que siempre escuchábamos en nuestros hogares, a las personas mayores.
¿A qué se
querían referir? El tiempo no ha cambiado, lo que ha cambiado han sido los
calendarios, pero el tiempo es el mismo. Si conoces la Historia del mundo, en
todas esas épocas del ayer, las guerras y las desavenencias, existieron entre
los pueblos. Si quieres leer sobre el Antiguo Testamento (Biblia), cuantos
desastres y horrores no se cometieron. Cada época tuvo además de sus violencias
bien fueran internas o de fuera, las dolorosas experiencias y huellas imborrables
en los pueblos inmigrando, que bien iban buscando mejores condiciones de vida o
huyendo de las guerras.
Lo interesante
de este ayer, bien lo podemos descubrir en las obras costumbristas de Don Juan
José Botero, Don Tomás Carrasquillas celebres personajes, que al no existir la
radio, ni la TV. Ni las redes sociales, recreaban a sus amigos, contando las
historias que recogían por el recorrido de nuestras montañas, ríos y valles,
escuchando a los cacharreros (comerciantes) ambulantes que iban a lomo de
mulas, o caminando, llevando sus mercancías de casa en casa, en los pueblos o
en el campo.
No faltaron
algunas mujeres, que nos dejaron sus legados y testimonios de luchas, contando
sus experiencias de aquel entonces como una Santa Laura Montoya, María Cano,
historias donde nos dejaron reflejado el tratamiento de la cultura, sociedad y
religión patriarcal de la época.
Y en la
violencia, no escrita desde un escritorio, sino vivida y conocida de cerca,
contamos con la novela histórica de Fidelito Blandón, (exsacerdote) como le
llamaban en casa de mis abuelos y padres, “Lo que el Cielo no perdona”, y la
obra de Mons. Guzmán “La violencia en Colombia”.
Una historia
que “falta” por contar, la historia de las intrigas, competencias y
protagonismos en defensa de intereses individuales, abusos sexuales, misoginia,
divisiones, guerras de proselitismos, entre las iglesias, que se han olvidado del
plan de Jesús de Nazareth. Eso sería una novela histórica de conocer
“leyendas”, individuales y colectivas, que nos han afectado y hecho daño, a
mujeres y hombres en general, en nombre de lo sagrado, representado en un
clericalismo-laicismo, no solo de vestimentas, mitras y báculos, sino actitudes
vergonzosas de artimañas y trampas dignas de conocer para empezar a derribar la
corrupción de la que tanto nos quejamos, insertadas y disfrazadas en lo más
profundo de una sociedad y cultura patriarcal como la nuestra, olvidando que:
“es preciso que El crezca y yo disminuya” Juan 3:30.
No es que el
tiempo pasado haya sido mejor, no, el tiempo es el mismo no ha cambiado, la
diferencia es que hoy podemos conocer por las redes sociales y demás Medios de
Comunicación, acerca de las estrategias sucias que se siguen ejecutando en
nombre de nobles causas y cruzadas: la Paz, el Perdón, la Reconciliación, el Ecumenismo,
la Solidaridad, etc. Estrategias que realizan algunos de los políticos muy
conocidos, líderes religiosos, de diferentes denominaciones y personas inescrupulosas,
ante el dolor y fragilidad humana, como la falta de empleo, la salud, la
vivienda, la educación, destruyendo familias, grupos comunitarios, sembrando
odio, rencores y más violencia.
“A los cristianos LGTB la Biblia nos la han robado”, dice Carlos Osma, profesor de matemáticas español, que se define además como cristiano, protestante y gay. También afirma que “una iglesia que es machista no es cristiana”. “Es simplemente de unas personas –explica–. Y yo creo que la Biblia tiene muchas historias, que todo el mundo, no solo creyentes, no creyentes, gays, lesbianas… es que forma parte de nuestra cultura. Entonces, tiene cosas que aportar. Yo creo que todo el mundo puede leerla”. De paso por Buenos Aires para presentar su libro Solo un Jesús marica puede salvarnos (gran título que ha escandalizado a muchos) conversó con Página12 sobre lo que significa leer la Biblia en clave gay y por qué convive con una institución cuyas posturas conservadoras condenan al dolor y al ostracismo a muchas personas que se salen de la norma.
“Como a la mayoría de protestantes, la Biblia me acompaña desde antes de que empezara a leer, todas las historias de los patriarcas, del rey David, de la reina Ester o de la vida de Jesús, las conozco desde que tengo uso de razón, y desde siempre me han apasionado. Sé que el texto bíblico puede ser un lugar de opresión, y lo sé porque lo que vivido en carne propia, pero también que es una fuente de liberación… y esa es mi voluntad cuando escribo sobre la Biblia, transmitir todo aquello que me ha permitido liberarme, que me ha hecho más feliz… No entiendo la Biblia como una ley, sino como un lugar donde podemos encontrar al Dios de Jesús, del evangelio, explica en su blog (homoprotestantes.blogspot).
–Milita el tema de la identidad sexual en la religión protestante pero no tiene un rol institucional de la iglesia.
–No. Yo participo en colectivos cristianos, católicos, protestantes, ecuménico. Personalmente soy protestante y pertenezco a una iglesia de tradición histórica pero abierta al colectivo LGTB.
–¿De dónde es?
–Itinerante. Nací en el País Vasco pero me eduqué en la comunidad valenciana. Hace más de 20 años vivo en Barcelona.
–¿Su familia es religiosa?
–Sí.
–¿Fue antes creyente que gay? ¿Cómo es esa relación?
–Que yo descubriera mi identidad, sí. Yo descubrí mi identidad cuando tenía 12 o 13 años. Tampoco sabía ponerle el nombre. Hoy en día hay mucha más información. Yo no sabía qué me pasaba, sentía una atracción. Pero no tenía las herramientas para entender qué me estaba pasando. En España hay pocos protestantes. Cuando mi familia se fue a vivir a Valencia, no había nadie más protestante, solo mi familia. Allí se hacían las reuniones en casa, mi madre leía la Biblia, hablábamos. Pero hasta que no tuve 15 años no fui a una iglesia, porque allí no había.
–¿Se sentía bien en la iglesia?
–La iglesia a la que empezamos a ir cuando yo era adolescente era muy conservadora. Ahí era imposible, era una contradicción absoluta. Pero no solo era la identidad sexual una contradicción sino la manera como entendían la fe, la rigidez, el miedo a pensar, a hacerte preguntas. Todo eso me producía choques. Luego cuando fui a Barcelona, la iglesia de la que formo parte ahora ha sufrido la persecución franquista y es gente más sensibilizada a la diferencia. Entonces, aunque en principio no eran una comunidad inclusiva, poco a poco se fue abriendo. Son comunidades muy abiertas a escuchar a los demás. Ahora se casan a personas del mismo sexo, no hay ninguna diferencia.
–Estudió matemática.
–Sí, soy profesor de secundaria. También estudié ciencias religiosas. Son mis dos pasiones. Las matemáticas que me gustan mucho y la religión. Voy compaginando ambas cosas, una parte es mi trabajo tradicional y la otra es una vocación. Escribo para mi blog y varias revistas cristinas, mayoritariamente LGTB.
–¿Por qué surgió la idea del libro?
–Llevo varios años escribiendo en revistas. Fue un momento de hacer un repaso. Y dar herramientas que yo no tuve cuando era adolescente para poder vivir su orientación sexual y su fe sin problemas. La Biblia es el elemento principal, entonces tomé artículos que fueran una lectura desde un texto de la Biblia leído desde una experiencia gay.
–Leí un artículo sobre la parábola del hijo prodigo. ¿Cómo sería en ese caso la perspectiva?
–Normalmente es una lectura heteronormativa, homófoba. Diría que somos el hijo pródigo que se marcha y que tenemos que arrepentirnos, esta sería la lectura tradicional. Para mí la lectura principal de esa parábola es la actitud del padre, de salir antes de que el hijo venga, el padre sale a abrazarlo antes de que llegue a la casa. Para nosotros los homosexuales esa actitud de perdón es muy importante. Es difícil. Perdonar a todas esas personas que nos han tratado mal por mucho tiempo y que ahora vienen arrepentidas porque se dan cuenta que se han equivocado.
–Los gays en realidad son expulsados…
–Esa es la realidad. Con una mirada homófoba, tenemos que pedir perdón porque nos hemos ido. Y no, nosotros no nos hemos ido, nos han echado. Y nos han echado nuestros padres, me refiero a nuestro entorno familiar, que es la parte más dura. Entonces nuestra experiencia nada tiene que ver con la del hijo pródigo. Tiene más que ver con la del padre. Buscar ese perdón, ese intento de reconciliación, sobre todo para nosotros, cerrar heridas.
–Una mirada original.
–Hay otras personas con esta mirada. Pero muchas no están basadas en la Biblia. Yo leo teoría queer, feminista… que te enseñan cómo miramos los textos. Por ejemplo, cómo lo vería una mujer. Desde mi experiencia, cómo lo leo; no cómo lo debería leer sino cómo lo leo. Porque normalmente a los cristianos LGTB la Biblia nos la han robado. Es simplemente de unas personas. Y yo creo que la Biblia tiene muchas historias, que todo el mundo, no solo creyentes, no creyentes, gays, lesbianas… es que forma parte de nuestra cultura. Entonces tiene cosas que aportar. Yo creo que todo el mundo puede leerla.
–¿Y por qué solo un Jesús marica puede salvarnos?
–Hay un artículo dentro del libro con ese título, que va más bien dirigido al colectivo LGTB porque incluso de las personas LGTB, las personas afeminadas, las que no cumplen el rol de hombre tal o de mujer tal, son marginadas.
–¿Dentro del mismo colectivo?
–Sí, yo creo que sí. Y al final para buscar aceptación, si me comporto de manera masculina merezco más aceptación. Si soy afeminado, merezco menos aceptación. Ponerse en el lugar de esas personas es muy importante. Era una crítica a esto, que muchas personas, sobre todo las más afeminadas, trans, son las que nos abrieron paso. Era más bien una crítica dentro del colectivo pero se ha convertido todo un problema para los conservadores.
–¿Cómo fue leído el libro en la iglesia y afuera?
–En los entornos conservadores ha tenido una crítica furibunda. Porque leen literalmente y mi propuesta es todo menos literal. Para muchas personas el título es una ofensa. La palabra marica la llevo yo tatuada en mi piel y son muchas esas personas que se ofenden las que la utilizan, aunque digan que es cariñosamente… es tan cariñoso que si se utiliza al lado de Jesús ya no es tan cariñosa. Yo me he ganado el derecho de poder utilizar esta palabra y ponerla al lado de Jesús. Porque la he padecido, muchos la hemos padecido. Entonces, sé que se han ofendido, mi intención no era ofender ya que era dirigida al colectivo LGTB… Pero en general estoy muy contento. El otro día hablaba con una chica trans y me decía “Carlos, es que nunca me había atrevido a leer la Biblia así”. Hay un texto en el que digo que en la cruz muere mi heterosexualidad impostada y resucita quienes somos. Ella dijo: para mí eso tiene sentido pero cuando leí eso, lloré. Porque tiene que ver con lo que yo soy, con mi identidad, cuando nací me decían que era un hombre y ahora soy una mujer. Entonces lo positivo es que la gente pueda leer desde su mirada. Porque nos han robado la Biblia. Es mi invitación.
–¿Y en la escuela como lo recibieron?
–Muy bien. Siempre en una clase tienes a alguien homosexual o chicas lesbianas. Sobre todo es una edad muy complicada porque es cuando se descubre. Ahora en España se ha avanzado mucho pero para que las personas puedan aceptarse a los 18 cuando van la Universidad. Pero en los entornos educativos son muy homófobos. Entonces que estés delante de ellos. Ellos saben que yo soy gay…
–¿Se lo dice?
–Yo hablo normalmente. Cuando voy a hacer un problema de matemáticas, por ejemplo, tomo el libro y les digo para trabajar la comprensión lectora: “lean los problemas, subrayad qué hacen las mujeres en estos problemas y qué hacen los hombres…”
–Siempre son planteos machistas ¿no?
–Sí. Por ejemplo. Entonces se los hago reescribir. Y luego les digo: “ahora rehacerlo para que se inclusivo con tal”… musulmanes, por ejemplo, y ahí también incluyo la diversidad sexual.
–Buen tip para incorporar la perspectiva de género a las matemáticas.
–Y trabajas más cosas. Ayudas a muchos niños que están pasando por circunstancias… y luego a los otros para que entiendan que si alguna vez tienen algún comportamiento machista, homófobo, que sepan que no está bien, que no es correcto.
–¿También trabaja desde el lenguaje?
–A mí una de las cosas que más me ha costado es que escribo dirigiéndome como si mi lector fuera una persona gay. Eso lo aprendí porque cuando iba a la iglesia siempre hablaban en masculino, para hombres. Y las mujeres tienen esta capacidad maravillosa de saber que las están refiriendo. Esto también lo hago con mis alumnos, les hablo en femenino a veces y ellos se enfadan, entonces les digo “bueno pero esto pasa al revés”. Pero el libro es una invitación a que un heterosexual haga el ejercicio que siempre hemos hecho de traducir a nuestra experiencia la suya.
–Por ejemplo cuando hablo de mi experiencia de la adolescencia, que es de una experiencia gay. Pero si solo ves ahí una experiencia gay, no vas a empatizar nunca con la mía. Yo intento que pueda conectar con una experiencia de otra persona que tiene que ver con otra cosa. Porque en realidad muchas exclusiones están relacionadas.
–Hay un sector dentro de las iglesias evangélicas muy conservador que, por ejemplo en Brasil, está en contra de los derechos sexuales y reproductivos y de la diversidad. ¿Cuál es su lectura?
–Está relacionado con algo que ocurre en muchos lugares del mundo, no solo en la relación sino afuera. Es el miedo. Estamos en continuos cambios muy fuertes, la sociedad cambia a marcha forzada. Hay más voces. Entonces, a algunas personas les dan miedo estos cambios y se ponen a la defensiva, quieren formas rígidas, que siempre sea así, que no hay cambios, que no haya dudas. Lamentablemente dentro del movimiento cristiano es muy grande. En nuestro país ha surgido VOX, por ejemplo, y eso no tiene nada que ver con la religión. Mucha gente quiere una cosa segura, quiere un mundo que no es este y están dispuestos a defenderlo a toda costa. Lo que pasa es que desde el punto de vista religioso me sorprende mucho porque el cristianismo de Jesús no tiene que ver con unas normas detalladas. Tiene que ver con seres humanos, con escucharles, con estar cerca de las personas, con entender. Las formas rígidas para mí no son cristianismo, son otras cosas. Viene de afuera, es un movimiento que no es exclusivamente cristiano, viene de otro lado, está ocurriendo en la sociedad.
–Pero estos sectores están aliados con el poder y metidos en el Estado…
–Sí. Otra cosa que me hace pensar que no son movimientos cristianos. Es que el cristianismo propone, no impone. Tú no puedes obligar a las personas a creer, a ser cristiana. Entonces, todos estos movimientos que se alían con los gobiernos y piden… porque una cosa es que pidieron libertades para todos, pero lo que piden es restringir las libertades para que solo existan las que ellos consideran. Esto es lo más alejado del cristianismo. Yo creo que una persona para ser cristiana, católica, judía, atea, tiene que tener posibilidad de escoger, y lo es en cuanto escogen, no cuando le imponen una manera. En España hay mucha alarma con lo de VOX. Pero estos grupos ya existían, antes lo hacían a escondidas ahora a cara descubierta pero ya existían.
–¿Cuál es la relación del colectivo LGTB con las iglesias?
–En España, por ejemplo, cuando se iba a aprobar el matrimonio gay, hicieron una manifestación en Madrid, que estaba organizada por la Iglesia Católica, los evangélicos, ortodoxos… o sea la única actividad ecuménica en el sentido de instituciones religiosas se realizó en mi país en contra del matrimonio homosexual. No por la ayuda de los refugiados, por la gente que muere en el Mediterráneo… en contra del matrimonio homosexual. Alejado completamente del Evangelio.
–¿Usted nunca se alejó por estos motivos?
–No. Yo tengo fe. Otra cosa es que hay veces que me siento más alejado o menos. Aceptar mi homosexualidad fue un enfrentamiento con Dios. Al principio pensaba que me rechazaba… yo quiero tener una relación sincera, no de estructuras y de normas.
–Lo pregunto porque entrevisté varias veces a la religiosa brasileña Ivone Gebara, que fue “castigada” de la Iglesia Católica por expresarse por el aborto, y ella sigue en esa Iglesia que tiene tantas prácticas discriminatorias hacia las mujeres y al colectivo LGTB. Siempre me pareció muy fuerte que siguiera quedándose…
–Yo soy muy crítico. Yo denuncio la homofobia de la iglesia y de la mía también. Yo veo mi fe como cristiano protestante y eso me da sentido, plenitud y muchas cosas positivas. Pero no voy a justificar lo injustificable porque me parece la peor manera de colaborar con tu iglesia y con tu fe. Yo creo que hay que denunciar. Creo que una iglesia no es cristiana hasta que no acepte a todos. Una iglesia que es machista no es cristiana. Una iglesia que es homófoba no es cristiana, al menos completamente.
Solo algunos apartes de un libro llamado “La misa y sus misterios” Por misterioso que parezca el culto solar hoy se encuentra grabado en los dogmas y ritos de la fe más difundida: la católica y son una serie de ritos o cultos velados de purpura que trata de cubrir su adoración al astro sol tomados de los egipcios, los babilónicos, mitraismo, cananeos, romanos, etc.
SACRIFICIO DE LOS PAGANOS.
-Al principio se exigía que los que ofrendaban fueran castos e inmaculados. El hábito del sacrificador era blanco. Los animales destinados al sacrificio recibían el nombre de víctimas, cuya palabra se deriva de victus, alimento, y el de hostias, voz que viene de hostia, pan por consagrar o consagrado, o salutaris hostia, del rito moderno. El sacrificador pagano se lavaba las manos, recitaba oraciones, se prosternaba, volvía a levantarse, dirigía las palmas de la mano hacia el cielo, las extendía sobre la hostia, se volvía hacia los asistentes, ofrecía el vino y el incienso a las divinidades del cielo, diis superis, dirigiéndoles trece veces la palabra, como en el sanctus de la misa después volvía a hacer libaciones, y despedía a los asistentes
– El oriente es el punto cardinal de donde el sol sale aparentemente, según opinan los antiguos. Los brahmanes, los hebreos y los romanos se volvían hacia Oriente para rezar. Según el nuevo ritual, las iglesias deben estar orientadas de tal manera que su entrada se halle hacia Occidente, y su altar mayor esté colocado a Oriente, punto del mundo en que aparece el primer rayo de luz.
– Los egipcios empleaban en sus edificios sagrados bandas amarillas, verdes, azules y blancas. Las bóvedas de los templos egipcios se sembraban de estrellas sobre un fondo azul. Muchos templos católicos antiguos han conservado este emblema astronómico.
– El ostensorio o custodia es el símbolo del sol resplandeciente con su propia luz; los seis cirios, colocados tres a su derecha y otros tres a su izquierda, indican los únicos planetas que entonces se conocían, que brillan reflejando la luz radiante del rey dominador, es decir, del Sol
– Entre dos cristales transparentes colocados en un círculo radiante y repleto de piedras preciosas, se encierra un pan de harina pura de trigo, hostia, víctima, ofrenda vegetal que, gracias al progreso de la civilización, ha substituido a los sacrificios de hombres y de animales. Los paganos tenían víctimas elegidas a las que denominaban eximiæ hostiæ. La hostia por consagrar es una reducción de las hostias paganas consistentes en pasteles que se ofrendaban a los dioses. Los paganos las denominaban también víctimas artificiales, cuando substituían la víctima animal exigida en el ritual por esos panes de pasta cocida que tenían su forma. El pan simbólico de los cristianos lleva la figura de un hombre tendido en la tau egipcia, en la cruz, emblema de la muerte y de la reproducción
– Los hierofantes de la nueva fe mandaron grabar diversos caracteres jeroglíficos en el pan: aquí, la hostia presenta la figura de un hombre crucificado, emblema de la vida extinta y privada de las benignas influencias del Sol; allá, es la alegoría del sol generador. – La cruz representa los cuatro lados de ese cuadrado. En el Egipto antiguo la cruz en forma de T o con una argolla en la parte superior se suspendía de las estatuas de sus dioses mayores y, principalmente, de la mano de Osiris, el sol viejo, y de Oro (Horo), el sol nuevo.
– En los templos de la religión actual, hay una gran lámpara, que arde noche y día delante del altar mayor (ara maxima), en el cual se halla depositado el arca solar. Otra lámpara que arde ante el altar de la virgen-madre es el emblema de la luz de la luna. Clemente de Alejandría cree que los egipcios fueron los primeros en utilizar las lámparas para usos religiosos. La creencia de los parsis, con sus ritos del fuego, es antiquísima.
– Los reyes de Babilonia llevaban: un anillo de oro, que les servía de sello; pantuflos que besaban los reyes vencidos, un manto blanco; una tiara de oro, de la que pendían dos cintas … El papa, imagen viva de Nabonasar, lleva, como éste, un anillo de oro que le sirve de sello; pantuflas en donde los reyes de Occidente besan la imagen profanada de Jesús; un manto de satén blanco salpicado de estrellas de oro, y una tiara de oro, adornada con perlas, rubíes y diamantes cuyo valor se estima en quinientas mil monedas de oro
– el sacerdote-heredero se decora con el alba isíaca, ornamento de los sacerdotes de Isis, quienes se afeitaban la cabeza y presumían de castos. Se cubre la cabeza con la casulla, vestidura de los sacrificadores fenicios y egipcios que recibía el nombre de calasiris, se ataba al cuello y descendía hasta los talones; y con el amito (orarium) utilizado por los pontífices paganos al igual que el alba y la casulla cuando sacrificaban
-El cinturón de los sacerdotes modernos se denomina cinturón de pureza llevándose alrededor de los lomos para conservar la castidad -El templo y los iniciados se purifican por medio de cánticos y de la aspersión de agua lustral (agua bendita), mientras el sacrificador se prepara
En los misterios de Mitra, la sacerdotisa humedecía en leche una rama, símbolo del falo, y rociaba a los asistentes por medio de tres golpes que reiteraba muy a menudo, para imitar la eyaculación seminal, emblema de la fecundidad universal. De forma, que el hisopo de nuestros sacerdotes, es el lingam o falo; el agua lustral reemplaza a la leche, y los tres golpecitos eyaculadores se han conservado. En la palabra aspergiar se encuentra una parte de la radical de esperma(En la liturgiacatólica, el hisopo o aspersorio es una varilla de madera o metal dotada en su extremo de una esfera metálica hueca, rellena de un material capaz de retener el agua. En ciertos momentos del ritual, en especial durante las bendiciones , y en la liturgia de la Vigilia pascual, un sacerdote sumerge el extremo del hisopo en un calderillo de agua benita, denominada acetre, y esparce con él agua sobre las personas u objetos a los que se desea bendecir.
– La confesión se practicaba en los misterios egipcios
– ceremonia romana en que se confería la lustración y el nombre a los recién nacidos (se verificaba el noveno día para los niños y el octavo para las niñas) se llamaba día lustral. (bautismo de infantes)
–el hierofante que celebra el moderno sacrificio de la ofrenda de la cosecha, para observar que, a semejanza del oráculo de Apolo, bendice el incienso con el que se termina la purificación de la hostia, del sacrificador y de los fieles, según los más antiguos ritos; y, devolviendo el incensario al diácono pronuncia estas conmovedoras y significativas palabras: ¡Encienda el Señor en nosotros el fuego de su amor y la llama de eterna caridad
– El pan de la cena celebrado por los cristianos primitivos era bendecido y se ofrecía sin distinción de rango ni de fortuna entre los hijos del mismo padre. Los romanos comían asimismo panecillos redondos
– Las ofrendas recibieron algo más tarde el nombre de hostiæ, hostia y la ceremonia de su consagración, el de misa, palabra que se deriva de la latina messis, cosecha, es decir, ofrenda de las primicias de las recolecciones. Tampoco está de más el recordar ahora que los romanos del paganismo hacían derivar de messis a las diosas de las cosechas y que cada recolección tenía su divinidad protectora
– El arval oficiante , que vestía de blanco como el oficiante moderno en las fiestas de las vírgenes, colocaba sobre la hostia una pasta de harina de trigo, y cataba el vino de libación que daba a probar a los asistentes. Esta costumbre, practicada en las fiestas paganas de la recolección, de lamisa (feriae messis), fue la que adoptaron los primeros padres de la Iglesia bajo el velo de la conmemoración de la Santa cena de jueves santo, cuyo símbolo es el de la fraternidad entre los hijos del mismo padre que se reparten muy afectuosamente sus dones en familia
–se dirigía al señor Sol en los días feriados, los cuales se fijaron desde las primeras sinaxis en domingo, día siguiente al sabbath, porque los paganos de Roma consagraban el primer día de la semana al dios Apolo, dios de la luz. Recibió el nombre de dominical, por la invocación de domino SOLI DEO dirigida al padre de la naturaleza
-¡El Señor sea con vosotros!, lo cual significa en el idioma de los misterios menores: “Continúe el Sol otorgándoos la dádiva de su calor vital”
-la misa o eucaristia es el sacrificio pagano que hacían en honor al dios sol. Cristmas palabra anglosajona para referirse a la navidad, y se llevaba a cabo el 25 de diciembre, dia en que nació mitra Resumiendo un poco:La hostia, era usada asi de redonda y delgada en los cultos babilónicos al sol(en la biblia dice pan y no son lo mismo no en forma ni tamaño).
-las vestiduras no eran las usadas por los levitas sino las usadas por los sacerdotes paganos
-el regar o bañar con hisopo o esparsocrio también era un rito pagano, (la biblia no presenta -tal rito de asperjar agua).
-las palabras “el señor sea con vosotros” no son dichas en la santa cena, sino usada por paganos en sus ritos y quierian decir: “el sol siga otorgandoos la dadiva de su calor vital”
-la presentación de las ofrendas debían ser presentadas por castos, hoy estya practica entre los sacerdotes católicos se debe a ellos y no a los levitas, por que ellos si se casaban(la biblia no dice que debían ser castos los que presentaban las ofrendas)
-La custodia era el símbolo del sol en todo su esplendor y era usado en su adoracion, o acaso no tiene forma de eso? Un sol resplandeciente m(la Biblia prohibía el culto al sol) se prohíbe la adoración en imágenes (segundo mandamiento al que los católicos desaparecieron y dividieron el decimo para no denunciar su propio pecado)
-No sabes que la cruz de palo que está un poco torcida fue tomada de los ritos de brujería? Y esa misma cruz lleva el papa (la biblia dice que esto es idolatría)
-No sabes que el presumir de castidad y raparse la cabeza como lo hacen los curas lo hacían los sacerdotes de Isis y aun hoy los budistas? La biblia no dice nada de raparse la cabeza
-No sabes que el agua bendita era tomada de la aspersión que se le hacía a los iniciados y que se les regaba a ellos y que era símbolo de la eyaculación, la biblia no dice nada de agua bendita
-si recuerdas que el día que los antiguos dedicaban a la adoración al sol era el domingo, mientras que la biblia dice sábado. Todos estos apartes los tome de un libro masón dedicado al culto a mitra y aun me faltaron algunas cosas porque en dicho libro se explica el origen de las frases del credo y como la tomaron del paganismo dedicado al sol, cada palabra en latín de la misa, algunos cantos, algunos rezos, etc. el enfoque es masónico y demuestra se adora al sol en la misa y busca convertir personas a la masonería.
Amigo y hermano católico antes de molestarte o buscar excusas deberías buscar la verdad en la biblia por que la misa no es más que una mezcla de verdad (santa cena) con error(paganismo babilónico, egipcio, etc). Dice la biblia que un poco de levadura leuda toda la masa, por lo tanto un poco de error daña toda la doctrina.
¿Para cuándo la canonización y ulterior patronazgo, de alguna MUJER MALTRATADA? Agencias
«A lo largo de toda la historia la humanidad las mujeres siempre se han llevado la peor parte. Con esta historia heredada, vigente todavía en algunos países en el siglo XXI, no nos puede chocar que con la llegada del feminismo y las demandas de libertad femenina se haya exacerbado la violencia física»
A lo largo de toda la historia de la Humanidad, las mujeres siempre se han llevado la peor parte. Decía una canción de los Beatles, en un lenguaje políticamente incorrecto, The woman is the nigger of this world, la mujer es el negro en este mundo lo que significaba que a la mujer se le reservaban los peores trabajos, los que nadie quería hacer.
Desde tiempo inmemorial se convirtió a la mujer en el chivo expiatorio, en la culpable de todos los males del mundo. Se dio a la idea el respaldo de los filósofos, empezando por Platón, que hablaban de nuestra incapacidad intelectual, moral e incompetencia para controlar nuestras sensaciones y emociones.
Los mitos aportaban imágenes y personas hablando de las figuras de Pandora en el mundo griego y de Eva en la cultura judeocristiana; una fue la culpable de abrir la caja de los truenos mientras que la otra de comer una manzana prohibida. Fueron ellas las que por una curiosidad desenfrenada, inherente al género femenino, desobedecieron unas órdenes que supusieron la entrada del sufrimiento y la muerte en el género humano. De aquí que las mujeres tuvieran que estar sujetas para que no pudieran seguir cometiendo estas faltas que afectaban a todos. También en el mundo ajeno al judeo cristianismo el mal fue introducido por mujeres, en el hinduismo por las hijas del dios Mara: Avaricia, Ira y Lujuria.
Las mujeres, ‘sujetas a los varones’
Este sentimiento de inferioridad femenina se defendió hasta casi nuestros días. En el cristianismo un decreto de Graciano del año 1140 sostiene que “las mujeres deben quedar sujetas a los varones pues el orden natural para la humanidad es que las mujeres sirvan a los varones y los niños a sus padres pues es justo que lo inferior sirva a lo superior”. Un pensamiento que corrobora el Papa Pío XI en la encíclica Casti Connubii de 1930 en la que afirma “que el grado de sumisión de la mujer al marido puede ser diverso” pero negarlo no es lícito.
El discurso de nuestra incapacidad dio pie a varios tipos de violencia. Como dice Fátima Mernissi, una musulmana marroquí, “los conceptos de honor y virginidad colocan el honor de un varón entre las piernas de una mujer” y para evitar esa pérdida de honorabilidad las mujeres fueron sometidas a un tipo de vestimenta que en algunos casos se asemejaba a una cárcel de tela. No tenemos más que ver las imágenes de las mujeres musulmanas en muchos países del mundo e incluso en Europa. También las religiosas católicas iban, y algunas van todavía, cubiertas de la cabeza a los pies con unos hábitos que han quedado obsoletos.
Dinámica de invisibilidad
Dentro de esta dinámica de invisibilidad, las mujeres tienen que ocultar su cabello pues cuando está suelto conlleva una connotación de poder. Las temidas Amazonas de la antigüedad llevaban la melena suelta y seguir su camino suponía para las mujeres entrar en una actuación disoluta. La frase española “se cortó el pelo“, significa cometer un atentado contra la modestia. Hoy, en algunos países musulmanes y en el judaísmo ortodoxo se exige que las mujeres antes de casarse se rapen la cabeza – esta secta judía las obliga a llevar peluca en la calle -, una costumbre que está muy extendida, y se llevó a cabo por muchas religiosas católicas, ignoro si perdura, antes de celebrar sus votos
No había tentaciones para los varones si las mujeres se mantenían recluidas en su casa, en harenes o conventos. Ya decía Sófocles que la mayor virtud de las mujeres era el silencio y no se debía escuchar sus voces pues, como las sirenas de Ulises, embaucaban a los hombres con su inmensa dulzura y musicalidad. Pablo se apunta a esta idea y dice en la epístola a los Corintios: “Las mujeres cállense en las asambleas que no les está permitido tomar la palabra”. Lo más curioso es que el ejemplo femenino por antonomasia en el catolicismo es María de Nazaret y se nos presenta como una mujer silenciosa a pesar de que en el Evangelio pronuncia más palabras que muchos apóstoles, palabras que se pueden incluso calificar de revolucionarias.
A las personas subordinadas, en este caso las mujeres, siempre se les niega el estudiopara que no se revuelvan. Tan es así que en la mayoría de las religiones, que debían ser ejemplo de igualdad, se les ha dificultado la lectura de los textos sagrados y siempre queda la duda de si el motivo era su control pues resulta más fácil dominar al ignorante. En el cristianismo donde la Biblia está escrita en latín se limitó el acceso a las mujeres que no dominaban esa lengua, aunque la jerarquía nunca tuvo interés en que los laicos, varones o mujeres, hicieran una lectura por su cuenta pues perdía autoridad.
También se nos negó el acceso al templo
También se nos negó el acceso al templo, presuntamente, porque quedábamos impuras durante la menstruación o la cuarentena después del parto. María de Nazaret, después de alumbrar a Jesús tuvo que acudir al de Jerusalén para ser purificada y yo recuerdo a mi abuela contar una costumbre semejante que se llevaba cabo en su pueblo.
Todas estas trabas y connotaciones negativas hicieron que se aplicara la fuerza físicapara conseguir que las mujeres no se salieran de sus roles establecidos. Se encontraron unos chivos expiatorios entre las mujeres situadas fuera de las estructuras de la sociedad y por lo tanto no sujetas al poder masculino. Entre ellas las que vivían en el bosque y tenían un gran conocimiento de la medicina natural que combinaban con objetos religiosos y amuletos; de aquí, a la consideración de brujas sólo había un paso. Un auténtico best seller, publicado en 1484 y titulado Malleus Malificarum, Martillo contra las brujas y del que se hicieron sucesivas ediciones hasta el siglo XVII hablaba de la maldad de muchas mujeres que tenían connivencia con el diablo, lo que las detenidas confesaban después de ser torturadas. En España el juicio más famoso contra 18 brujas fue el de Zugarramundi, un pueblo del norte de Navarra, que en 1610 quemó a seis mujeres que se negaron a confesar sus culpas. De fama internacional fue el juicio de las brujas de Salem en 1693, aunque existieron muchos más en la América puritana que ahorcó a las que se declararon culpables.
Místicas del demonio
Las místicas siempre tuvieron que tener cuidado de que no se las achacara connivencia con el demonio tan es así que recurrieron a visiones de Dios, Jesucristo o María de Nazaret para que nadie pudiera refutarlas o declararlas heréticas pues de ellas no era la autoría. A pesar de todo muchas murieron en la hoguera como Margarita Porete por escribir un libro herético, El espejo de las almas simples, que hoy se considera un tratado espiritual profundo o como Juana de Arco que se atrevió a unirse al ejército vestida de varón.
Varias frases del relato de la creación del Génesis: no conviene que el varón esté sólo por lo que le daré un ayudante, creced y multiplicaos, hicieron pensar que las mujeres habían sido creadas exclusivamente para procrear y dar hijos a los varones ¿Pues qué otra ayuda podían prestar unas personas ignorantes, poco inteligentes e inmorales? No importaba el número de hijos que tuvieran, ni la salud de la madre pues tenía que cumplir su destino
Con esta historia heredada, vigente todavía en algunos países en el siglo XXI, no nos puede chocar que con la llegada del feminismo y las demandas de libertad femenina se haya exacerbado la violencia física que es el tema que trata este libro: las mujeres se están saltando los roles para los que han sido creadas. Hoy se conocen las vejaciones que sufren y han tenido que sufrir a lo largo de la historia pero me temo que durante los siglos pasados existían las mismas con la diferencia de que antes quedaban impunes. La maté porque era mía es una frase que estaba sustentada por una realidad, la mujer como un objeto de disfrute y esclavitud para el hombre.
Se estima que reúnen a 9 millones de fieles. Cambiemos y el PJ pelean por ganarse el voto divino.
La gobernadora María Eugenia Vidal participa de una ceremonia evangélica.
24/06/2019 – 1:50
Las iglesias evangélicas argentinas salieron a disputar un espacio político en las trascendentales elecciones de este año. Una investigación de Periodismo Para Todos mostró el crecimiento de la influencia de la religión sobre la política.
La relación entre los evangélicos y el poder político es antigua, pero lo que antes se manejaba de manera sutil, ahora se discute a viva voz. La disputa por la ley de interrupción legal del embarazo apuró los tiempos y los hizo tomar conciencia de que para defender sus intereses necesitan bancas. Se estima que reúnen a 9 millones de fieles, un paquete enorme de votos por los que se pelean todos, tanto Cambiemos como el PJ.
Tienen acción social en el territorio y una enorme presencia en los barrios humildes del GBA, llegando adonde muchas veces el gobierno y los partidos no llegan. No solo se trata de religión. «Allí uno recibe apoyo escolar, aprende a cocinar, a cantar, aprende nuevas tecnologías. Son santuarios, lugares de refugio. Eso determina un activismo y una contención emocionalmente muy fuerte», sostiene el historiador Jorge Ossona.
«Estamos con la gente, estamos en la calle, estamos en todas partes. Acá en La Matanza no podés doblar una esquina sin ver una iglesia evangélica», dice Gabriel Ciulla, pastor de la Iglesia Camino de Vida y subsecretario de Culto de La Matanza.
Juan Zuccarelli, pastor de la Iglesia Cristo La Única Esperanza, sostiene que lo de las iglesias evangélicas «no es una religión, no es algo frío, algo de lejos, es de contacto, somos una familia. Estoy cuando nacen, cuando se casan, cuando se mueren…»
Según Ossona, las iglesias pentecostales son «un universo muy variado de cultos cuentapropistas, donde cualquiera puede ser pastor. Neopentecostalismo para todos. Para jóvenes, presos, inmigrantes, mujeres sin marido. Hay un programa mínimo que comparten: oposición al aborto, al divorcio, a la homosexualidad…»
La influencia política de las iglesias evangélicas
Los pastores aún están definiendo y organizando la manera en que disputarán poder. Lo que está claro es que el espejo en el que se miran es Brasil. Allí las iglesias evangélicas representan a un 30% de la población y sobre 500 bancas en el Congreso controlan 100. «Nos llevan 40 años de participación política», reconocen los pastores argentinos que intentan recuperar el tiempo perdido.
«Muchos están empezando a militar, a trabajar a incursionar en la política. Quizás tenemos que definir internamente si puede seguir siendo pastor y dedicarse a la política», sostiene el Pastor Pedro Ibarra de la Iglesia del Puente.
En trabajo conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social, las iglesias evangélicas distribuyen por mes 50 mil kilos de alimentos en el GBA y 6 mil en Mar del Plata.
«Para mí sería fundamental (incursionar en la política). Si hablamos que los evangélicos somos el 10% de la población, deberíamos tener 25 diputados», argumenta Eduardo Zens, pastor de la Iglesia Centro Familiar Cristiano.
Rosario es la capital del boom evangélico. La ciudad tiene 750 templos y más de 160 mil fieles. En la reciente elección santafesina, dentro de la lista que encabezó Amalia Granata fue elegido como diputado provincial Walter Ghione, pastor e hijo y nieto de pastores. Con un mensaje «Salvemos las dos vidas» obtuvieron casi 300.000 votos. Y contaron con más de 600 fiscales evangélicos y católicos. «Hacemos lo que no puede ningún partido: nosotros podemos hacer campaña sin dinero», contó Ghione.
El psicólogo forense Francisco Maffioletti asesoró durante 14 años a la PDI y a la Fiscalía Nacional con más de 500 casos de abusadores sexuales. En ese lapso, hizo pericias psicológicas a sacerdotes católicos y a pastores evangélicos condenados por abuso, violación y explotación sexual infantil, y en 2013 sistematizó esa información en el primer estudio psicocriminalógico sobre 18 religiosos condenados en el país. En esta entrevista, analiza por primera vez el perfil de los curas abusadores chilenos y las dinámicas propias de la institución que los hacen posibles. “El aporte de la jerarquía de la Iglesia ha implicado que esto se haya alargado en muchos casos y se hayan generado muchas más víctimas”, dice.
La oficina es pequeña, atiborrada y no tiene adornos, solo un retrato de Sigmund Freud que clava su mirada en un breve pasillo vacío. El edificio, que alberga los magísteres de Psicología de la Universidad Diego Portales, es silencioso y blanco. Sentado frente a un computador, entre varias pilas de libros y artículos sobre abusadores sexuales, el doctor en Psicología Jurídica y Forense Francisco Maffioletti, de 48 años, busca ensimismado entre centenares de archivos la palabra sacerdotes.
—Sacerdotes —dice al fin, y abre una carpeta que a su vez contiene decenas.
Noticias, investigaciones, estudios. Años, meses, documentos. El archivo que ha ido acumulando en la última década sobre casos de sacerdotes condenados por abuso sexual en Chile decanta en una sobrecargada plantilla de Excel, con la descripción de cada hecho, la relación del agresor con la víctima, la edad y género de los abusados, los atenuantes y agravantes, la frecuencia, las circunstancias y la condena.
—…ciudad, Coquimbo; dos delitos; relación con la víctima, feligrés; mayores de 18 años; masculino postrado en una cama en la UCI, coma profundo; el cura le va a dar la extremaunción, lo toca en la zona genital; es observado por un auxiliar… —lee un caso al azar, con el tono y la velocidad de quien ya lo ha leído demasiadas veces.
En el documento está el detalle criminal y jurídico de 18 casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes entre 2004 y 2010, que Maffioletti utilizó en 2013 —junto a Adriana Sosman y Nathalie Coliñir, ambas investigadoras de la fundación Instituto Chileno para el Estudio de la Violencia, que él preside—, para realizar el primer estudio psicocriminalístico de religiosos chilenos condenados por abuso sexual infantil. Para entonces, ya había sido un testigo directo del auge de los casos de pedofilia en las iglesias chilenas, en particular en la Iglesia católica. Tras especializarse en Psicología Forense en la Universidad Complutense de Madrid —y hacer un primer estudio de 35 violadores en las cárceles chilenas—, fundó el primer magíster en esa área en el país, en la UDP, e ingresó a la PDI como jefe pericial a imputados en todo el país, en donde realizó otro estudio sobre 70 abusadores sexuales. En 2005 se convirtió en asesor de la Fiscalía Nacional en materia de delitos sexuales, en donde permaneció 11 años. En total, cuenta el psicólogo, evaluó y aplicóTest de Roscharch a unos 500 abusadores a lo largo de Chile. Entre ellos, le tocó analizar a Paul Schäfer y un número cada vez mayor de sacerdotes, de distintas iglesias, condenados por abusos, violación, explotación sexual infantil e incluso producción de material pornográfico con niños.
—Esto era un grupo distinto, particular, que empezó a ser cada vez más grande —dice Maffioletti, quien ha escrito más de 40 artículos sobre psicología jurídica y forense, y ha participado en 19 libros—. Yo evalué a un cura del Pequeño Cottolengo, en la Sexta Región, que abusó de dos niños con retraso mental profundo, con edad mental de dos años. Tuve que declarar en el juicio oral y estaban todas las banquetas llenas de monjas rezando. Aparecieron Karadima y O’Reilly, y dijimos: aquí hay una cosa transversal. Los estudiamos, empezamos a levantar sentencias, vimos los informes psicológicos y sistematizamos estudios internacionales. En Chile no había casi nada de investigación sobre abusadores y nada sobre sacerdotes. Antes de 2010, era un pecado decir que un sacerdote había abusado. Te aseguro que de aquí a dos años se va a estar estudiando lo que hizo o no Alberto Hurtado, porque hay dos discípulos directos suyos, Renato Poblete y Fernando Karadima, que tenían esta conducta. Yo no tengo indicios de que lo haya hecho, pero no tengo ningún buen motivo para descartarlo.
El estudio que publicaron en 2013, basado en las pericias psicocriminalógicas a 18 curas abusadores —y el análisis del Test de Roscharch aplicado a tres de ellos, incluido John O’Reilly—, entregó algunos de los primeros datos duros sobre el tema en Chile: entre otras cosas, que la edad de las víctimas va desde los cuatro a 17 años; que la mitad de los casos se trataron de abusos reiterados; que el 55% de éstos ocurrió dentro de las parroquias y el 11%, en colegios; y que el 22% llegó a ser una violación. La muestra incluyó 60% de sacerdotes católicos, 35% de pastores evangélicos y 5% de líderes de cultos tipo secta. Las pericias a los condenados detectaron rasgos de inmadurez emocional, narcicismo, predominio de los impulsos básicos, necesidad de gratificación inmediata, déficit de empatía, menosprecio por las emociones, fantasías de omnipotencia y represión de las emociones y la sexualidad.
El año pasado, profundizaron ese trabajo con un nuevo artículo, sobre las reacciones y directrices de las conferencias episcopales latinoamericanas frente a la ola de abusos. Con el detalle de los casos desplegado en su pantalla, el psicólogo forense advierte que no puede hacer comentarios sobre pericias en particular, por razones éticas, pero sí desarrollar los rasgos psicocriminalógicos comunes entre los sacerdotes abusadores en Chile, que hoy, dice, deberían ser considerados para generar procesos de selección más profundos, con entrevistas realizadas por servicios externos a la Iglesia.
¿Los sacerdotes abusadores llegan al seminario ya siendo pedófilos? —Entran no siendo pedófilos, pero ya con una personalidad bien asentada y definida. Uno podría pensar que se meten a esta institucionalidad porque tiene buen prestigio, porque los blinda, les da un manto de pureza y les permite no ser cuestionados. Nuestra hipótesis es que ellos alcanzan a percibir cierta debilidad intrapsíquica. El diagnóstico en estos casos es pedofilia, un patrón estable de atracción sexual por niños, que los perturba en el ámbito afectivo, social o laboral. Es un doble juego: por una parte, creen que allí les van a poner límites frente a eso que sienten y se les está escapando de las manos, pero por otra parte es una institución que se caracteriza por tener una posición de poder, por defender a ultranza a sus propios miembros y porque te garantiza el contacto cotidiano, próximo y cercano, con niños y niñas. Cosa que ellos buscan.
¿Cómo incide en ellos la obligación del celibato? —Ese es uno de los grandes problemas de la Iglesia, porque lo que hace es inhibir una tendencia natural, la sexual, que es muy fuerte, se presenta en todos y que hay que tramitar de alguna manera. Hay que encauzarla y muy pocas personas pueden hacerlo como pretende la Iglesia, sublimando toda esa energía hacia una realización espiritual. Cuando se les prohíbe algo intrínseco a su naturaleza, que va a seguir pulsando todos los días, la única alternativa del sacerdote recién formado es irlo ocultando, haciéndolo a la mala. El celibato deberían asumirlo solo quienes crean estar capacitados para sobrellevarlo, y si en algún punto ven fragilidad en eso, deberían poder dejarlo, sin dejar de ser sacerdotes. No creo que eso disminuya ostensiblemente el abuso sexual, pero ayudaría a que busquen vías normales de tramitación del impulso sexual. La Iglesia tiene que cambiar su discurso respecto a la sexualidad, dejar sus idealismos y fantasías de santidad, y esta imposición a los sacerdotes y a los propios feligreses.
¿Eso potencia la posibilidad de casos de pederastia? —Puede potenciarlo, pero no es obligatorio que así sea. Porque por otro lado tenemos a sacerdotes evangélicos, y también a gente común con familia, que igual caen en eso. El celibato propiamente tal no explica el abuso de menores, pero sí, cuando es impuesto, les exige a ellos tramitar sus impulsos sexuales por una vía oculta, y ahí es donde aparecen las distorsiones cognitivas, que es una forma de separar esa realidad sexual de lo que ellos son, a través de un mecanismo defensivo de disociación. Los sacerdotes abusadores pueden estar predicando el amor al prójimo, la compasión, la sensibilidad frente a las realidades de los otros, y en algún punto creyéndolo.
¿Sin sentirse impostores? —Exacto, porque ese mecanismo los ayuda a que después, detrás de la sacristía o en la casa parroquial, puedan estar transgrediendo sexualmente a niños, sin considerar que les están produciendo un gran daño. Eso se observa sobre todo en los casos de sacerdotes, más que en otros agresores sexuales no forzados a llevar una vida santa. No cualquiera se vuelve pedófilo, hay ciertos controles que desarrolla nuestro psiquismo muy tempranamente, a los dos o tres años, que son el asco, la vergüenza, la culpa, la compasión y la moral. En estos casos, lo que falla es la empatía, que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro tanto a nivel cognitivo como afectivo.
¿Sacerdotes como Fernando Karadima son incapaces de sentir empatía? —Si no está cortada del todo, está bien en desmedro. Cuando entran al seminario pueden tener eso de forma incipiente, pero a medida que empiezan a avanzar y a subir de grado, va aumentando. El narcicismo implica que todo está centrado en ti y por lo tanto vas a hacer prevalecer tus necesidades por sobre las del otro, que no es tan digno de consideración como tú. Estas personas tienden a instrumentalizar a los otros. Carecen de empatía, envidian o piensan que los envidian, muestran comportamientos arrogantes y explotan las relaciones interpersonales.
¿Cuáles son sus rasgos limítrofes y antisociales? —El limítrofe está definido por una inestabilidad en las relaciones personales, en su autoimagen y en sus afectos, una impulsividad intensa, idealización y devaluación de los otros, y una sensación crónica de vacío. El antisocial está caracterizado por un patrón de desconocimiento de la norma. Pueden decir: “las normas las pongo yo, quién más adecuado que yo”. Ahí uno se va dibujando estos tipos de personalidad, que son los más comunes en sacerdotes abusadores y en abusadores en general.
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Tus estudios describen a curas con un mundo interior infantil, necesidad de gratificación inmediata, menosprecio por las emociones, y temor y represión frente a lo corporal ¿Cuánto influye la Iglesia en formar ese perfil? —Las características de personalidad están definidas antes de que entren. ¿Qué es lo propio de la institución que potencia eso? El celibato obligatorio, el encubrimiento por parte de la jerarquía y la garantía de contacto con niños y personas en situaciones de fragilidad. Es muy transversal el hecho de que se acerquen a niños cuando se les mueren los padres, como predadores que buscan madres solteras o viudas con las cuales relacionarse. Les dicen explícitamente a muchas víctimas: “Yo ahora voy a ser tu padre”. A partir de esa posición, y de ganarse la confianza de la madre, empiezan a tener aproximaciones sucesivas, en que van juzgando si el niño es abusable o no.
¿Esta tendencia a idealizarlos que se presenta dentro de muchas comunidades, a llamarlos “santitos”, les facilita el acceso a sus víctimas? —Sin duda, y no sólo el acceso, sino que después eso se constituye como un escudo protector contra las críticas. Me acuerdo de un caso en San Felipe, en donde una madre le entregó a su hija menor al cura, porque creía que no podía estar mejor cuidada que con él. Cuando el niño quiere decirles a sus padres lo que pasó, ve a través de los ojos de ellos que va a ser imposible que cambien su mirada sobre él. Y, por tanto, van a poner en cuestión su versión. Uno de los elementos que previenen este tipo de abusos es que los padres confíen en sus hijos, tengan buena comunicación, hablen con ellos de sexualidad, y que su primera reacción sea la de protegerlos y creerles.
¿Qué significa que tengan un “mundo interior infantil”? —En la medida en que vamos madurando, vamos entendiendo que no somos perfectos, ni los otros tampoco. Vamos controlando los impulsos, desarrollando su postergación o no gratificación inmediata. Los niños quieren un dulce y lo quieren ya. La gratificación diferida del impulso implica que puedes obtenerla diferida en el tiempo y desplazada en el objeto. Los vínculos infantiles, por otra parte, tienden a la inmediatez, no postergación y al poco uso del lóbulo frontal, que posterga y jerarquiza. Estos sujetos están poco desarrollados, y a quienes ven dentro de su rango tiende a ser a los niños. Si la Iglesia católica fuese más coherente con sus principios, podría ayudar a estos sujetos, que tienen una identidad frágil, a tener una vida más consecuente, pero ha construido un estereotipo, una forma de ser que es muy alejada de la realidad.
¿Qué rasgos psicológicos describen a Renato Poblete, acusado por Marcela Aranda de someterla para que otros hombres la golpearan y abusaran? —Lo que lo distingue de otros casos es esa aparente excitación por el sometimiento, no solamente hacia él, sino que también hacia terceros. Eso es un elemento sádico: infligir dolor a otra persona, sin que eso te importe, implica que estás viendo al otro como un objeto y que no tienes capacidad de conmoverte con el dolor ajeno. Algo que es relativamente característico de la sicopatía, pero que, en este caso, con el dolor vinculado a un tema sexual, habla de sadomasoquismo. Eso transforma este caso en algo particular, fuera de lo común, pero perfectamente posible.
¿Es creíble que quienes lo rodeaban no notaran esos rasgos? —No los van a exteriorizar, porque tienen una mínima capacidad de reconocer que lo que están haciendo no es bueno. Tal vez con el confesor, porque la confesión es una de las formas que tiene la Iglesia de liberarse del pecado; el que abusa vuelve a cero y empieza a instrumentalizar ese espacio, como un lugar en el que después se limpia.
Según tus estudios, el 67% de los abusos suceden bajo una relación de “guía espiritual” del sacerdote con el abusado ¿Consideras que esta relación de poder, entre “pastor” y “oveja”, es un caldo de cultivo para el abuso? —No es que el ejercicio de un poder explique que lleguen a abusar, sino que ese poder se transforma en garantía de impunidad. Y en un medio por el cual ellos van a ir buscando y seleccionando. Algunos investigadores plantean que son depredadores, porque, a diferencia del abusador sexual común, estos son seriales. Van a tener muchos casos a lo largo del tiempo. En Pensilvania, por ejemplo, eran 300 sacerdotes para más de mil casos. Tienen varias víctimas en paralelo y eso los hace tremendamente peligrosos. Ellos tienen mil niños de los cuales disponer, en un colegio, en scout, en retiros espirituales, pero solo van a seleccionar a aquellos en los que vayan viendo, por aproximación, que dan garantías de que no van a hablar.
¿Es posible hacer una descripción psicológica de la víctima probable? —La prevalencia en el abuso sexual infantil es que cuatro de cada cinco víctimas son niñas. Pero en nuestra muestra, más de un 44% eran varones, lo que se explica por la disponibilidad. Los sacerdotes en Chile tienen un mayor acceso a varones, por los colegios de curas y porque no es tan normal que una niña de diez años sea acólita, se vaya a un retiro espiritual o acompañe a un sacerdote durante todo un día. Hay mayor resguardo. Por otra parte, qué hace que un niño sea una mejor víctima para ellos: cuando está solo, cuando es más tímido, cuando tiene mayor dificultad para vincularse y hablar, cuando hay ausencia de figuras paternas y se da el espacio para que ocupe el rol de padre sustituto. Cuando el niño está más desprovisto de atención.
Varias autoridades de la Iglesia Católica han intentado correr el foco del tema hacia la supuesta homosexualidad de muchos sacerdotes. —Yo soy totalmente contrario a vincular pedofilia con homosexualidad, en estos casos y en cualquier otro. No hay ninguna relación, y si bien muchos de los abusos pederastas son hacia niños del mismo sexo, me parece peligrosa y nociva la idea de estigmatizar la homosexualidad así, porque el heterosexual abusa igualmente de niños. Hay un montón de casos de curas heterosexuales que han abusado, por lo que uno podría decir que la heterosexualidad te puede llevar a la pedofilia… Hemos visto muchos casos de sacerdotes que tienen parejas mujeres ocultas, y además abusan de niños.
¿Es un riesgo que las congregaciones manejen colegios? ¿Qué medidas se deberían tomar para que no sean lugares que atraigan a sacerdotes abusadores? —No me parece complicado que las congregaciones estén a cargo, pero sí se deben definir y regular de forma más clara las actividades. Procurar que los sacerdotes no estén en espacios cerrados y a solas con niños. Las oficinas deben tener ventanas en que se pueda ver qué sucede, sin cortinas cerradas. Tiene que haber controles dentro de la relación que van a establecer esos adultos con los niños, porque el problema se da cuando están solos en espacios íntimos. La confesión debiera ser dentro de una iglesia y con el niño a la vista. Lo que hay que garantizar es la intimidad para conversar, pero no para que no te puedan ver. Deben ser actos públicos.
¿Qué rol ha jugado el encubrimiento de las congregaciones en la proliferación de los abusos? Según tus estudios, las víctimas tardan cerca de 30 años en denunciar, y durante todo ese tiempo los sacerdotes siguen abusando. —Uno ha visto que las congregaciones han sido cómplices, en muchos casos. (El exsacerdote) Renato Hevia contaba que todos le decían “Polvete” a Renato Poblete… Yo creo que hay un cambio con las últimas declaraciones de Francisco, muy duras, en que dijo abiertamente que están obligados a ir a la justicia civil para ser juzgados. Les dijo: “No los vamos a guardar más, van a tener que responder como humanos”. Creo que Francisco recién entendió que esto es una cuestión muy grave, que puede hacer caer a la Iglesia. Lo han ido asumiendo muy de a poco, reconociendo lo mínimo, pero se han ido dando cuenta de que la magnitud de esto atenta contra su propia existencia.
¿Qué responsabilidad crees que tiene la Conferencia Episcopal Chilena en el desarrollo de esta maquinaria de abusos? —Ese es el gran problema, que el aporte de la jerarquía de la Iglesia ha implicado que esto se haya alargado en muchos casos y se hayan generado muchas más víctimas. Cuando un sacerdote denuncia un caso de otro sacerdote, pone en riesgo su propio ascenso dentro de la jerarquía, empieza a perder posibilidades de ser considerado leal dentro de sus filas. Agachar el moño lleva a ocupar cargos de mayor jerarquía en la Iglesia, y no sé hasta qué punto quienes toman conocimiento estén libres de haber desarrollado algunas de estas conductas y teman que denunciarlas dé pie para que se pongan los ojos sobre ellos. Aunque algunos estudios hablan de 3% a 5% de sacerdotes involucrados en estas conductas, yo creo que la cifra es mucho, mucho, más alta.
¿Crees que las acciones de Ezzati y Errázuriz generaron más víctimas? —Hoy Ezzati y Errázuriz están procesados y es lo que corresponde. El artículo 14 del Código Penal habla de los niveles de participación en un delito, y está el autor, el cómplice y el encubridor. Ellos, si tenían conocimiento de esto y no lo tramitaron como corresponde, no lo revelaron y denunciaron, caen en la categoría de encubridores. De acuerdo a los antecedentes que han planteado muchas personas, lo que han hecho ha sido dificultar la labor de la justicia y en ese sentido tienen responsabilidad.
¿Cómo cambia la situación de los sacerdotes abusadores el hecho de que dos figuras centrales de la Iglesia chilena hayan sido imputadas? —Va a ayudar a que se disminuya la impunidad con que se desarrollan este tipo de acciones, pero ese mero hecho no garantiza que disminuyan los abusos. El foco público está puesto en esto, y eso va a hacer que los sacerdotes sean aún más selectivos, que traten de garantizar la impunidad, porque se van a sentir más expuestos. Pero la vía para dejar de hacer lo que hacen es necesariamente un tratamiento psicológico de largo aliento, pensando en que son predadores sexuales y abusadores de niños.
¿Un sacerdote pedófilo puede dejar de serlo por un tratamiento? —Lo primero es que exista una egodistonía entre la conducta que se quiere cambiar, y cómo el propio sujeto la concibe. Le tiene que molestar de verdad, no ser una molestia declarada para afuera. Ese es el primer paso para que se produzca un cambio. Al que ya ha cometido abusos no queda más que echarlo y que enfrente la vía penal, pero tú puedes reconocer al que tiene impulsos y aún no los ha cometido, y a esa persona habría que ayudarla, dentro de la estructura de la Iglesia o de forma independiente. Hay un sacerdote y psicólogo en Estados Unidos, Stephen Rosetti, que creó una institución de tratamiento para sacerdotes en el Saint Luke Institute, que lleva 30 años trabajando temas como asumir la responsabilidad, empatizar con las víctimas, mejorar el control de impulsos y la educación sexual, en las cuales les produce una restructuración cognitiva y se trabaja con las habilidades sociales.
¿Qué se puede esperar de una intervención así? —En la mayoría de los casos, se hace una intervención operativa, cognitivo-conductual, porque hay distorsiones del tipo “yo a estos niños los salvé”, “les di el afecto que no tenían de sus padres”, “tocarlo era una demostración de afecto”. Están disociados. Muchos se dicen que si no les hubiese gustado no hubiesen vuelto, que no tuvieron que obligarlos, que no vieron que lo pasaran mal, sin reconocer que era imposible para el niño tener una conducta distinta. Tienen que trabajar en todas esas distorsiones cognitivas del tipo “él me buscó” para entender que están modificando la realidad, favorecidos por una institución que no es drástica en su respuesta a estos hechos.
Revisa a continuación el primer estudio psicocriminalístico de religiosos chilenos condenados por abuso sexual infantil:
Ya han dicho tres papas que el infierno es “un fuego interior”. García Márquez dejó en claro, antes de irse a su cielo, que el polvoriento Macondo era “un estado de ánimo”. Puede decirse sin ningún temor a los clichés, pues, que Colombia no es una nación, sino una enfermedad mental: un síndrome. Si no es así, si las guerras degradadas de estas siete décadas no han ido dejando una sociedad traumatizada e impune que aún no ha tenido tiempo para la terapia, entonces ¿por qué esta violencia diagnosticada hasta la náusea sigue siendo una pandemia?, ¿por qué los abusos contra las mujeres crecen en todo el territorio según las cifras de Medicina Legal?, ¿por qué un informe nuevo de la ONG Save the Children señala al país como el segundo del mundo con más homicidios de niños?
¿Por qué ha podido empotrarse en este Gobierno una minoría capaz de violentar –en una misma semana– a los 193 países de la ONU, a The New York Times, a EL PAÍS, al Banco de la República, a las altas cortes colombianas, a todo aquel, en fin, que ejerza la tarea de la fiscalización?
Me temo que esta violencia ha sido engendrada por nuestra tradición religiosa. Colombia no fue educada, no, fue evangelizada hasta criar una cultura en la que se habla de “la Violencia” como una bestia del mal para que no sea un problema de nosotros sino para nosotros; una cultura en la que se ve la necesidad de erradicar –en palabras del historiador Jorge Orlando Melo– “las formas del pensamiento contrarias a la tradición católica e hispánica”, y se justifica la barbarie contra aquellos que no se han sumado a una Verdad que va también con V mayúscula porque vino de arriba. Nos han gustado los uniformes, de las sotanas a las camisetas de la selección, porque durante siglos nos han enseñado a prevalecer, porque nos han convencido de que, como la verdad religiosa, cualquier verdad tiene que ser la verdad para todos.
Quizás, si la idea es acabar con la cultura de la dominación, sea un giro importante que se revelen los abusos de los curas colombianos. Duele de la garganta al estómago el informe del diario El Tiempo, de hace un par de semanas, sobre los procesos penales de pederastia contra 57 curas colombianos: “Apenas 57…”, se dice en el principio. Y duele, sí, porque hay sacerdotes leales, porque se supone que la casa de Dios es un refugio, porque Colombia ha vuelto al catolicismo una y otra vez, a pesar de las evidencias y de los horrores humanos, como al alma de su cuerpo, como a la realidad de su nación. Y que haya “apenas 57” procesos significa que el infierno se está revelando hasta ahora, pero que ya puede decirse, me temo, que aquí hay demasiados espíritus torturados por curas traidores.
Repito “me temo”, con voz de que querría que fuera diferente, pues desde que tengo memoria llevo adentro plegarias e imágenes del catolicismo, he visto a sacerdotes de verdad dar sus vidas por otras, y sé que gracias a monseñor Germán Guzmán, que recorrió el país de 1958 a 1962 para describir sin eufemismos la orgía de sangre y vísceras de la época de la Violencia bipartidista, sabemos que sólo hemos sido capaces de ver la brutalidad ajena. Me temo que aquellos curas que se permitieron abusar sexualmente de aquellos niños, encubiertos por una cultura acostumbrada a la subyugación, se dijeron a sí mismos que violación y tortura y barbarie y crueldad es lo que cometen los otros. Me temo que el tono condescendiente de ciertos sacerdotes, que creen en la tolerancia hasta que amenaza su poder, es el tono de ciertos políticos inoculados en este Gobierno.
Y que su manía de callar a los críticos sigue forzándonos a ser un estado de la mente, un infierno o un coraje, que hace rato se ganó el derecho de ser un país.
En Suiza, una docena de mujeres tienen un ministerio sacerdotal en la Iglesia católica cristiana, una de las tres iglesias oficialmente reconocidas. Reunión con una de ellas, Anne-Marie Kaufmann, al margen de la huelga de mujeres.
«No me gusta expresarme en público. Excepto en una iglesia «, dice Anne-Marie Kaufmann, cruzando la nave de la iglesia de San Pedro y Pablo en Berna. Sacerdote durante casi 15 años, siguió una voz discreta y tenaz que le ordenó tomar su lugar detrás del altar. «No se hizo todo en un día», dice con un toque de acento suizo-alemán apenas perceptible.
Sacerdote, de padre a hija.
En casa, la fe es un asunto de familia. «Mi padre era sacerdote. Crecimos en una cura «. Sin embargo, la elección del sacerdocio llegó tarde. «Después de mi madurez, dejé Zurich para un entrenamiento de agricultores en el país de la cal». Ella conoce a su marido allí. Juntos, viajan por el mundo antes de regresar a Neuchâtel para hacerse cargo de una granja. Entre vacas lecheras y cereales, nacerán tres hijos. Dentro de la pareja, la igualdad se vive serenamente. «Mi esposo cuidó a los niños y yo me turné en la granja».
La vida va bien hasta que una crisis lo lleva a emprender estudios teológicos. Estamos en 1995, Anne-Marie Kaufmann se encuentra en los bancos de la Facultad de Teología católica-cristiana de Berna. La pareja se adapta. «Tuvimos que dejar ir a las vacas lecheras y pedir ayuda para el hogar».
Desde la granja hasta el altar, el salto no es tan grande: la obra de la tierra predispone a la del espíritu. Además, el Nuevo Testamento está lleno de sembradores, pastores, campos y cosechas. Mientras Anne-Marie Kaufmann está perfeccionando su conocimiento del griego y el hebreo, su Iglesia está a punto de provocar una reflexión de más de 30 años para aceptar la ordenación de mujeres.
«¿Qué impide que una mujer sea ordenada sacerdote?»
«Sabía que iba a ser sacerdote durante mis estudios, incluso si aún no estaba permitido». La Iglesia católica cristiana en Suiza ha sido la ordenación de mujeres desde 1999. «El proceso de reflexión fue bastante interesante», recuerda Anne-Marie Kaufmann. En la década de 1970, nos preguntamos: ‘¿Puede una mujer convertirse en sacerdote?’ Unos años más tarde, nos preguntamos, y esto lo cambia todo: «¿Qué impide que una mujer sea ordenada sacerdote?» La Biblia no da una respuesta lista, pero muestra que Jesús no distinguió entre hombre y mujer «. Para los católicos cristianos, por lo tanto, no hay razón para no abrir el sacerdocio a las mujeres. Ordenado en 2005, Anne-Marie Kaufmann será la segunda mujer sacerdote de Suiza.
En su iglesia se siente como un pez en el agua. Después de siete años de ministerio entre La Chaux-de-Fonds y Neuchâtel, que oficia como pastor de Berna desde 2012. Con un compañero sacerdote celebra la misa, hace el catecismo, recibe visitas, acompaña a muchos de personas. Un diario ajetreado marcado por la celebración de la Eucaristía el domingo y el miércoles por la noche. «Dos puntos fijos que me hacen sentir mejor», dice ella, sin prestar atención al timbre del teléfono.
Mujer y sacerdote. Incongruente para algunos. «Un domingo estuve celebrando misa en la iglesia. Entró un capuchino. Probablemente estaba visitando a Berna. Cuando me vio, frunció el ceño. Cuando entendió, hizo una señal de la cruz a toda velocidad antes de tomar sus piernas alrededor de su cuello. Una amplia sonrisa se dibuja en su rostro. La mayoría de los 12’000 católicos cristianos del país aceptaron descaradamente la presencia de mujeres en el altar. Cuando se tomó la decisión, después de un largo consenso, las disputas siguieron siendo «marginales». Una mujer que se negó a recibir la comunión de su mano, recuerda. Un sacerdote que dejó la Iglesia cuando ella se abrió a esta práctica.
¿Disminución ineluctable?
¿Podría ser lo mismo en la Iglesia Católica Romana? Anne-Marie Kaufmann es escéptica. «Nuestra práctica está evolucionando más fácilmente porque nuestra iglesia es pequeña. Cambiar una doctrina secular en una iglesia de mil millones de fieles es mucho más complicado. En Suiza, creo que todos estarían de acuerdo en que el ministerio sacerdotal debería extenderse a las mujeres. Muchos católicos romanos me lo dicen. ¿Es lo mismo en Roma y en otras partes del mundo? No lo creo».
Aún así, esta práctica no resuelve todo. La Iglesia católica-cristiana, al igual que sus hermanas romanas y reformadas, también está experimentando un declive que parece inevitable. ¿Qué les falta? Anne-Marie Kaufmann reflexiona. «Hoy necesitamos éxito. Esta es una lógica que se encuentra en todas partes. Pero estamos agotados tratando de ser atractivos. Por supuesto, es importante hacer lo mejor, a veces ofrecer masas maravillosas para los jóvenes. También podemos preguntarnos sobre nuestras liturgias y su capacidad para hablar con la gente «. Pero lo esencial no está ahí. Para escucharlo, sostiene en dos palabras: caridad y luminosidad. «Como cristianos, debemos ser la voz de quienes caminan en ella. E intenta irradiar lo que vive en nosotros, estar en sintonía con el mundo en que vivimos «.
En un momento en que mujeres de todo el país se preparan para romper el pavimento para lograr una mayor igualdad, Anne-Marie Kaufmann se prepara para unirse al sínodo de su Iglesia , que se celebrará en Lancy (GE), el 14 y el 15 de junio. Se arrepiente de no poder unirse a todas aquellas mujeres cuyas demandas le importan mucho. Tal vez se arrepienta aún más de que su iglesia no haya puesto nada en marcha para celebrar el 20 aniversario de la ordenación de mujeres este año. «Espero que nos pongamos al día el próximo año», sonríe. Podremos celebrar el vigésimo aniversario del primer sacerdote ordenado en Suiza «. (Cath.ch/pp)
¿Un puente entre la iglesia católica y la protestante?
Compuesta por cerca de 12,000 fieles, la Iglesia Católica o Católica Vieja es una de las tres iglesias reconocidas en Suiza. Nació de la crisis que enfrentó a las corrientes liberales y conservadoras en el catolicismo del siglo XIX. El punto de ruptura fue el Concilio Vaticano I en 1870, durante el cual se proclamó la infalibilidad y la primacía del Papa. Parte de los católicos liberales rechazaron estos dogmas y fueron excomulgados. Sin embargo, querían seguir siendo católicos modelando la iglesia cristiana de los primeros siglos, de ahí su nombre de «Católicos Antiguos». Su liturgia se asemeja a la de la Iglesia Católica Romana a medida que su organización se acerca a las iglesias Reformadas, algunos lo ven como un puente entre las dos iglesias. En todos los niveles de decisión, Los laicos y el clero están asociados con la marcha de la Iglesia. El sínodo nacional (legislativo, compuesto por delegados laicos, parroquias y clérigos) se reúne al menos una vez al año. Dirige la Iglesia con el obispo y el Consejo sinodal (ejecutivo).
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