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El obispo auxiliar de Bangassou, monseñor Ruiz, entrega dos reliquias de la misionera asesinada.
07.07.2019 | Vicente Luis García Corres (Txenti)
Dos días después de que se clausurara la 72ª Semana Española de Misionología que tuvo lugar en Burgos, se celebró un funeral por Sor Inés Nieves Sancho, la misionera asesinada el pasado 23 de mayo en Nola la localidad de la República Centroafricana donde esta burgalesa desarrollaba su labor misionera.
El funeral se celebró en la capilla de Santa Tecla y Santiago de la Catedral burgalesa. Una fotografía en un caballete a un lado del altar recordaba a Sor Inés. Y en los primeros bancos familiares de la misionera siguieron la celebración. Presidió la Eucaristía el arzobispo de Burgos monseñor Fidel Herráez acompañado de una docena de sacerdotes y de los obispos monseñor Braulio Sáez, hasta hace poco obispo auxiliar en Bolivia, y de monseñor Jesús Ruiz, auxiliar de Bangassou en Centroáfrica. Fue precisamente monseñor Ruiz el encargado de la homilía.
Monseñor Ruiz comenzó diciendo “estamos reunidos hoy en torno al martirio de sor Inés Nieves Sancho.”
Toda la homilía fue una llamada directa a la vocación misionera de la diócesis de Burgos, comenzando con algunos datos: “hace 35 años, cuando yo abandoné la diócesis para marchar a África éramos más de 2000 los misioneros burgaleses repartidos por el mundo.Hoy somos aún unos 650 misioneros burgaleses. El Señor envió a misionar a 72. Todavía permanecen doce hermanas de Sor Inés en Centroáfrica continuando con la labor misionera de la congregación francesa de las Hijas de Jesús de Massac.”
Monseñor Ruiz recordó que la fe llegó a Burgos porque alguien hizo la misión de traer el Evangelio a Burgos, y que después desde Burgos han sido muchos los que han llevado el evangelio a diversos rincones de la tierra.
El obispo auxiliar de Bangassou dijo que sor Inés había sido asesinada “por amor. POr el amor a Jesús y el amor al pueblo africano que ella profesaba.” En ese momento mostró una pequeña cruz: “os he traído a la familia la cruz que sor Inés llevaba en el pecho el día de su muerte cruenta, esa cruz que era su debilidad y su fuerza.” Y siguió diciendo: “Sor Inés hizo la opción de vivir en una tierra donde llueven balas. Y donde llueven balas, una puede alcanzarte. Sor Inés hizo esa opción por amor, solo por amor.” D. Jesús recordó que en África no solo son los misioneros las únicas víctimas: “dos días más tarde del asesinato de Sor Inés, a unos 250 kms al norte, 52 personas inocentes fueron asesinadas. El año pasado perdimos 5 sacerdotes, con ellos fueron masacrados cientos de cristianos que se habían refugiado en la Catedral. Y de todos ellos ni una sola línea en los periódicos.”
En la República Centroafricana donde yo estoy, llevamos siete años en un contexto de muerte y sin sentido. Siete años anhelando la paz, intentado construir la paz. Sor Inés llevaba 23 años como misionera, llevaba años enseñando a las chicas a aprender costura, y ayudándoles en sus estudios. Era su forma de contribuir a la paz del Resucitado.”
Tomando como referencia otro párrafo del evangelio que había sido proclamado monseñor Ruiz dijo “sí hermanos, os digo que en medio todas las dificultades, peligros, inseguridades y la muerte que nos rodea estamos contentos de servir al Señor Jesús. El anuncio del Evangelio no es un peso para nosotros, es nuestra alegría, nuestra recompensa.”
Retomando el dato de los 650 misioneros burgaleses que hoy siguen trabajando “para que la luz del Evangelio no se extinga” retomó la llamada misionera en su diócesis natal: “Hoy 7 burgaleses presidimos otras tantas iglesias por el mundo. Perú, Ecuador, Bolivia, Honduras, República centroafricana.” Y mostró la segunda reliquia de la misionera asesinada, su alianza, que entregaría al final de la misa al arzobispo. “quisiera que esta alianza se convierta en nuestra fidelidad al Evangelio, fidelidad de entrega a los pobres hasta dar la vida. Cuánto deseo que Burgos siga siendo fiel al Evangelio recibido.” Y dió un paso más “qué hermoso sería que ahora nuestra diócesis supiera apreciar, acoger y celebrar esa misma fe con nuestros hermanos llegados de América y de África y de Asia.”
Utilizando la imagen del espectáculo pirotécnico que se celebró hace un año para dar inicio a los actos del octavo centenario de la Catedral que culminará en el 2021, monseñor Ruiz dijo, dirigiéndose al arzobispo y a los concelebrantes, que “la Luz de Cristo que brilla en estos pueblos a los cuales hemos ido a evangelizar es mucho más preciosa que los fuegos artificiales. La Luz de Cristo la vida para el mundo. esa vida que no pasa.”
Y como si de una llamada, de un pregón, se tratase, el obispo auxiliar de Bangasou dijo: “como burgales que soy, me atrevo a lanzar un grito a nuestra diócesis: ¡ No te repliegues Burgos, en tu vanagloria secular! ¡ No te repliegues en tus piedras centenarias ! ¡ No te escondas en tu pasado glorioso! ¡Burgos, ábrete al futuro de Dios! ¡Burgos, escucha a esos pueblos lejanos que han recibido la luz de Cristo de la mano de misioneros como sor Inés, escucha a esos pueblos que hoy invaden tu ciudad, escucha su dolor y sus alegrías, escucha a esos emigrantes que son portadores de esa luz inagotable que es Cristo! ¡Abre los ojos a la belleza de esas culturas diferentes que ahora peregrinan hacia tí. Vístete de su luz y color!
Concluyó la homilía parafraseando la frase del apóstol Pedro al paralítico: “Burgos, no tenemos oro ni plata, pero en nombre de Jesús te decimos: ¡Burgos, levántate, anda, anuncia el Evangelio!, sé una iglesia en salida, acoge la luz maravillosa que llega de fuera de tus fronteras, y sigue siendo luz para los pueblos, para los de fuera, para los que no pueden más.Porque esa luz es más hermosa que todos los fuegos artificiales que podamos poner. Seamos luz de Cristo, caminemos a la luz de Cristo, seamos misioneros.”
Al finalizar la celebración hizo entrega de la cruz a la familia y del anillo al Arzobispo quien se comprometió a darle un lugar que ayude a recordar esa alianza diocesana con el Evangelio.
La hermana Joan Chittister con la presentadora de televisión Maria Shriver en Erie, Pensilvania, en 2015CreditAndy Colwell/Erie Times-News vía Associated Press
SÍDNEY — La hermana Joan Chittister, una reconocida monja, académica y feminista estadounidense, esperaba impartir una conferencia en una convención de educación católica en Australia el próximo año, pues imaginó que habría mucho de qué hablar en un país en el que las escuelas católicas proveen la educación infantil de aproximadamente uno de cada cinco casos.
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No obstante, Chittister, de 83 años, recibió un correo hace unas semanas en el que le pedían que no se presentara y argumentaban que el arzobispo de Melbourne, Peter Comensoli, no había respaldado la invitación.
Chittister afirmó que no le dieron ninguna explicación, pero para ella y para quienes la apoyan el mensaje fue claro: a los líderes de la iglesia no les gustan sus ideas (en especial su llamado a empoderar a las mujeres y a las personas laicas), así que planean anularlas.
“Es patético”, comentó Chittister el 24 de junio en una entrevista desde Erie, Pensilvania, donde ha vivido y trabajado con los necesitados durante la mayor parte de su vida. “A los profesores de la próxima generación de pensadores se les niega el derecho de seguir sus ideas”.
“Yo lo veo como mucho más que una conferencia”, agregó. “Lo considero una postura mental que es peligrosa para la iglesia”.
La discusión respecto a su invitación, que no había sido reportada hasta ahora, ocurre en un momento de división y tensión para la iglesia católica de Australia.
El cardenal George Pell, quien fue arzobispo de Melbourne y también tesorero del Vaticano, pronto sabrá si la apelación de la sentencia que se le dictó en diciembre por abusar sexualmente de dos niños del coro de una iglesia en 1996 ha tenido éxito. Pell, el funcionario católico de mayor rango que ha sido declarado culpable de acusaciones criminales en plena crisis de la iglesia por abusos sexuales a menores de edad cometidos por miembros del clero, fue condenado a seis años de prisión.
No obstante, quienes observan de cerca el caso sugieren que el cardenal tiene muchas posibilidades de ganar la apelación, lo que volvería a provocar el enojo de quienes profesan la fe católica y creen que la iglesia no está realizando las acciones necesarias para quitarles autoridad a los sacerdotes, lo cual fomenta la cultura de secretismo que permitió que el problema del abuso sexual se agravara.
El rechazo a la conferencia de Chittister le echa leña al fuego.
“El arzobispo ha cometido un grave error”, dijo Gail Grossman Freyne, una terapeuta familiar, escritora y amiga de Chittister en Melbourne. “Esta prohibición no evitará de ninguna manera que la hermana Joan continúe su apostolado; de hecho, solo aumentará la cantidad de personas en Melbourne, en toda Australia, que vendrán a escucharla hablar y a comprar sus libros. ¿Qué tipo de amenaza puede representar esta benedictina de 83 años que ha pasado su vida rezando el Evangelio?”.
La arquidiócesis de Melbourne no respondió a las solicitudes de comentarios.
Jim Miles, director ejecutivo interino de Educación Católica de Melbourne (uno de los grupos que organizan la convención anual de la Comisión Nacional de Educación Católica, en la que Chittister esperaba dar una conferencia en septiembre del 2020), calificó la discusión como un fallo en la comunicación. Dijo que ninguna persona, incluida Chittister, había sido invitada formalmente a la reunión.
“Es lamentable que la hermana Joan Chittister haya tenido la impresión de que estaba invitada a impartir una conferencia en la convención”, dijo. “El comité organizador está trabajando para garantizar que este tipo de errores de comunicación no vuelvan a ocurrir”.
El arzobispo de Melbourne, Peter Comensoli CreditDaniel Pockett/EPA vía Shutterstock
No obstante, Chittister dijo que que la habían invitado con toda claridad y que más tarde recibió un correo electrónico de disculpa por retirar dicha invitación.
“Me da mucha tristeza informar que, aunque nuestro comité organizador apoyó ampliamente la inclusión de la hermana Joan como conferencista en la convención, el arzobispo de Melbourne no la ha respaldado”, se leía en el correo.
La Catedral de San Patricio en Ballarat, cerca de Melbourne. Tan solo un poco más del 10 por ciento de los católicos en Australia asisten a la iglesia semanalmente, un descenso en comparación al 74 por ciento en la década de los cincuenta. CreditAsanka Brendon Ratnayake para The New York Times
Su libro más reciente, The Time Is Now: A Call to Uncommon Courage, es en muchos sentidos un grito de ayuda en contra del orden establecido y un llamado a una espiritualidad valiente para luchar contra las injusticias.
Chittister, quien todavía tiene la esperanza de ir a Melbourne, afirmó que quienes la critican dentro de la iglesia no parecen captar el mensaje del libro ni distinguir el peligro de negarle información al público.
“Así es exactamente como la iglesia se metió en problemas con los escándalos sexuales”, comentó. “Provocaron todo ellos solos”.
Hizo una pausa y suspiró. “Es el último acto de una mentalidad moribunda”, dijo. “Lo único que podemos hacer es continuar, continuar”.
POR PATRICK O’NEILL15 DE JUNIO DE 2019 13:41 , ACTUALIZADO 16 DE JUNIO, 2019 12:00 AM
Base naval de submarinos, Kings Bay, Georgia. (Foto AP / Oscar Sosa)
El 4 de abril de 2018, en el 50 aniversario del asesinato del Reverendo Martin Luther King, me uní a otros seis pacifistas católicos en un intento de cumplir simbólicamente el mandato del profeta Isaías de «golpear las espadas en arados» (Is. 2: 4).
Después de cerrar una esclusa, entramos en la Estación Naval de Kings Bay en St. Marys, GA con martillos, biberones de sangre y cinta de escena del crimen para exponer las horribles armas nucleares D-5 a bordo de los submarinos Trident que ponen en peligro la vida como la conocemos en el Planeta Tierra.
Kings Bay es el puerto de origen de seis submarinos Trident. Cada Trident puede llevar 24 misiles D-5, cada uno de los cuales puede llevar hasta ocho ojivas nucleares de 100 kilotones. Trident es el arma de destrucción masiva más insidiosa y malvada jamás construida.
Una vez dentro de Kings Bay, en un intento de aplastar a un ídolo, martillé y vertí sangre en una estatua de cemento de un D-5 en una pantalla de un misil. El gobierno nos acusó a los siete de nosotros de tres delitos graves (depredación de propiedad del gobierno, destrucción de propiedad del gobierno, conspiración) y delito menor.
Tres de nuestro grupo – p. Steve Kelly, SJ, Elizabeth McAlister (viuda del difunto profeta católico contra la guerra, Philip Berrigan), y el Trabajador católico Mark Colville, permanecen encarcelados en la cárcel del condado de Glynn en Brunswick, GA. McAlister cumplió 79 años y Kelly cumplió 70 mientras estaba encarcelada.
Las otras, Martha Hennessy (nieta de la fundadora del Movimiento Obrero Católico, Dorothy Day), Clare Grady, Carmen Trotta y yo, hemos estado bajo una fianza en efectivo y en arresto domiciliario con toque de queda y monitores electrónicos de tobillo durante más de un año. Kelly, McAlister y Colville rechazaron las condiciones de la fianza.
Durante más de un año, el caso ha sido atado con mociones previas al juicio. Esperamos ir a juicio este verano. Si los condenan, los siete iremos a la cárcel.
La eficacia no fue mi motivación para unirme a este grupo. Mi fe me llevó a abordar el pecado de las armas nucleares. Vivimos en un mundo donde las armas nucleares en alerta perpetua de disparador de cabello se han vuelto «normales».
Utilizamos el gran drama como una llamada de atención para hacer que la gente piense sobre el destino de la tierra y la supervivencia humana. Nunca antes nuestro mundo ha corrido más riesgo de la posibilidad de una guerra nuclear. El Reloj del Día del Juicio Final, mantenido por El Boletín de los Científicos Atómicos, está a dos minutos de la medianoche.
El presidente Donald Trump se involucra frecuentemente en los golpes de pecho, y se jactó de tener el «botón más grande», una referencia a las armas nucleares. Solo Trump, bajo el poder de la rama ejecutiva, puede decidir usar armas nucleares bajo cualquier circunstancia.
Trump respalda la expansión de las armas nucleares, y se ha comprometido a retirar a los Estados Unidos del tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) de 1987 firmado por Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev. La INF provocó la eliminación de casi 2,700 misiles de corto y mediano alcance, y el fin de un peligroso enfrentamiento entre las armas nucleares estadounidenses y soviéticas en Europa. Además, en julio de 2017, una abrumadora mayoría de las naciones del mundo, pero no los Estados Unidos, votaron a favor de adoptar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, un acuerdo internacional histórico que establece un camino hacia el desarme nuclear.
Los siete acusados de Kings Bay son padres de 20 hijos. Queremos asegurar un mundo libre de armas nucleares para las generaciones venideras. Los seres humanos deben alejarse de la guerra y encontrar formas de adoptar soluciones no violentas para los conflictos internacionales. No disfruto con una sentencia de prisión, pero considero que es un precio bajo si los pacificadores podemos ayudar a prevenir el uso de armas nucleares.
Debemos tomar en serio la advertencia del Dr. King: “La elección hoy ya no es entre violencia y no violencia. Es la no violencia o la no existencia «.
(Patrick O’Neill y su esposa, Mary Rider, cofundaron la Casa del Trabajador Católico del Padre Charlie Mulholland en Garner, una comunidad intencional que brinda hospitalidad a mujeres y niños en crisis).
Fray Luis Antonio Salazar. Crédito: Facebook Fray Luis Antonio Salazar
Fray Luis Antonio Salazar es un fraile capuchino de 34 años que invita a “vivir el evangelio” a sus miles de seguidores en redes sociales, y que se convence cada día más, de que las tecnologías de la comunicación son el “nuevo púlpito de la Iglesia”.
El fraile emplea vídeos breves y un lenguaje cercano para explicar el evangelio y temas sobre doctrina de la Iglesia Católica. Actualmente, cuenta con más de 53 mil seguidores en Instagram y 4 mil en Facebook.
“Empezamos de una manera muy rudimentaria, con poca luz e incluso con un audio de no tan buena calidad. Sin embargo, esto le empezó a gustar a la gente y nos aportaban cómo mejorar en cada edición de ‘Vivir el Evangelio’. Había feedback con las personas”, recordó.
En diálogo con ACI Prensa, el religioso comentó que la iniciativa de evangelizar por redes sociales fue, sin lugar a duda, “una inspiración del Espíritu Santo”. Asimismo, contó que un joven estudiante de comunicación social y miembro de la juventud franciscana de su parroquia se le acercó y le propuso impulsar su cuenta de Instagram @flas7.0, que en ese momento contaba con 5 mil seguidores.
“Fue muy espontáneo como las cosas del espíritu”, expresó.
El sacerdote ingresó a la orden de frailes menores capuchinos a los 18 años en el año 2003, y lleva 5 años en el sacerdocio. Actualmente, es párroco en la Iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá, ubicada en Caracas (Venezuela).
“Tenemos que entender que este es el nuevo púlpito de la Iglesia. Yo siento que esta es nuestra parroquia digital, por medio del cual nosotros también estamos evangelizando y predicando a Cristo”, reflexionó.
En ese sentido, el fraile siente que está cumpliendo con el mandato que Cristo le dio a sus apóstoles: “vayan y anuncien a todas las naciones la buena noticia”.
“Hay que tratar de llevar este mensaje de Jesús a las personas a través de todas las redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook, Youtube, para que se queden con algo que les ayude y transforme su vida, y así se den cuenta de que no es tan difícil seguir a Jesús. Solo hay que comprometerse”, aseveró.
“Estas son las nuevas redes que estamos lanzando al mundo para pescar hombres y mujeres para Dios”, reflexionó el religioso sobre la misión que Cristo le ha dejado a los católicos.
La situación en su país: Venezuela
Sobre la difícil situación que se vive en Venezuela, el fraile comentó que “las crisis nos hacen crecer”.
“Los venezolanos necesitan personas que les den esperanza y les recuerden que Dios está con nosotros, que nos acompaña, que no nos ha abandonado”, exhortó.
También manifestó que “hoy más que nunca este medio ayuda a que tengamos entusiasmo”. “La palabra entusiasmo proviene del griego ‘entheos’ y significa ‘tener a Dios por dentro’. Hay que levantarle el entusiasmo a la gente, es decir, que caigan en conciencia que tienen a Dios por dentro y que eso hará posible que tengamos un mejor país”, explicó.
Por ello, dijo que “el rendirse también es un pecado” y que no puede ocurrir en este momento.
“Con el entusiasmo bien fortalecido y la virtud de la esperanza tenemos que decir ‘queremos reconstruir un país’”, agregó
El fraile también destacó su deseo de convertir a Venezuela en una “lámpara” que “ilumine a toda América”.
Fray Luis también comentó las últimas estadísticas que señalan que para el 80% de los venezolanos la institución con mayor credibilidad en el país es la Iglesia Católica.
“Nosotros como Iglesia tenemos el papel fundamental de estar con el pueblo, como también lo dice la Conferencia Episcopal Venezolana”, declaró.
De igual manera, dijo que su comunidad viene realizando cinco apostolados grandes de caridad, entre los que se encuentra la “olla milagrosa”, la cual atiende alrededor de 600 personas semanalmente que carecen de alimento.
Asimismo, cuentan con una “sala de espera”, donde se brindan 15 minutos de evangelización antes de repartir alimento a los necesitados.
“No solo alimentamos el cuerpo, sino también el alma”, aseguró.
Otros apostolados son “Remedio entre todos”, donde personas laicas se encargan de brindar medicamentos a los necesitados; “El Ropero” dirigido a los pobres; y “El kilo de amor”, un conjunto de bienes que el sacerdote entrega a las personas en situación de calle.
Estos apostolados se unen al servicio diario de alimentación para ancianos y niños que se encuentra en el barrio Chapellín.
El fraile destacó que como Iglesia se vienen preparando para el cambio, porque “Dios quiere lo mejor para Venezuela”, por lo cual es importante “hacer mayor conciencia de que merecemos un país mejor del que tenemos”.
“Lo mejor que me puede haber pasado en la vida es ser fraile capuchino”
Fray Luis Antonio Salazar sintió el llamado alrededor de los 17 años.
“Cuando era adolescente, jamás quise ser cura ni mucho menos ser fraile capuchino. Comencé a sentir un vació a esa edad… quería ser arquitecto, para arreglar las casas del barrio pobre donde vivía; luego quise ser médico cuando a mi papá le dio un infarto porque quería ayudar a los enfermos; e incluso quise estudiar comunicación audiovisual”, comentó.
Finalmente, Fray Luis estacó que la vida religiosa le ha permitido ser “arquitecto de la Iglesia, al buen estilo de San Francisco de Asís, médico de las almas y comunicador del evangelio”.
“Yo descubrí mi vocación porque sentía que me faltaba algo en la vida, sentía tristeza. Hice la convivencia con los frailes y descubrí que era allí donde me sentía pleno y realizado como ser humano”, concluyó.
Anoche en la VIGILIA PASCUAL celebranos la victoria de Jesucristo, el triunfo de la vida, la gloria la luz sobre las tinieblas. Fue una noche santa y magnánima, mas de 1500 personas celebrando la Resurrección de Jesucristo. Aleluya, Aleluya, Jesucristo ha resucitado. En verdad resucitó. | | #Dios#Capuchinos#pazybien#VIVIRELEVANGELIO#sacerdote#catolico#Iglesia#Vzla#Caracas…Ver más
Sacerdote de la diócesis de Puebla, al que llaman ‘el cartero de los pobres’ o ‘el cura del morral’
El Padre Gustavo Rodríguez con su morral
“Los hondureños están viviendo una revolución contra la imposición de un presidente que les impuso EE.UU.”
“Las transnacionales están quitando las tierras, el agua y la oportunidad de trabajar a la gente”
“Hoy, los profetas no son los obispos ni los sacerdotes, sino los laicos, hombres y mujeres que gritan al mundo que tienen ganas de vivir, y que tienen ganas de ser tratados como personas humanas”
“Los migrantes están pasando. Lo del muro es puro discurso de Trump”
“La reforma de Francisco no va a dar tiempo, es demasiado. Tantos años de corrupción no van a cambiar en un solo periodo, pero está en proceso”
Ha conocido al subcomandante Marcos (“está muy enfermo y no es jesuita”) y ha formado a muchos de los diáconos permanentes de Chiapas, que “pronto serán presbíteros”. A sus 72 años, el padre Gustavo Rodríguez, sacerdote de la diócesis mexicana de Puebla, sigue el pié del cañón de la solidaridad. Ahora, ‘el cartero de los pobres’ o el ‘cura del morral’, como le llaman, está centrado en la atención a las caravanas de emigrantes y denuncia que, con ellos se “cometen crímenes de lesa humanidad” y que “el muro de Trump es puro discurso, para mantenerse en el poder”, porque los emigrantes siguen pasando a los Estados Unidos, que “los necesita como mano de obra barata”.
P.- ¿Qué cargos ocupa en la diócesis de Puebla?
R.- Asesor de pastoral en la diócesis, coordinador de movilidad humana, pastoral de migrantes, pastoral de turismo, asesor de cursillos de cristiandad y párroco de una parroquia urbana.
P.- ¿Del centro o de la periferia de Puebla?
R.- De la zona media.
P.- Su parroquia es un punto de referencia para los emigrantes de las caravanas. ¿Cuántos migrantes suelen llegar?
R.- Normalmente, de 3 a 15 a la semana. Y hay momentos en los que llegan 500, 1.000, 1.500 o 2.000, cuando las caravanas son mayores.
P.- Ahora mismo está esperando una.
R.- Se han detenido. Estarán en Puebla mañana o pasado
P.- O sea, que incluso conocen ustedes el trayecto de las caravanas.
R.- Sí, sabemos dónde están y a dónde van.
P.- ¿Y cómo les siguen?
R.- Tenemos una red de albergues en todo el país. Desde Tapachula a Tenosique (Tabasco) en el sur, hasta la frontera norte. A nosotros nos toca coordinarnos con el sur, cómo van avanzado hasta Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, y seguir la escala: Hidalgo y Estado de México, hasta la frontera.
P.- El camino es duro. ¿Ha visto usted situaciones difíciles?
R.- Sí, muy duras. Al principio, solo acompañaba a las comunidades de emigrantes de Puebla a EE.UU: miles y miles, hasta millones de emigrantes en EE.UU.
Cuando empezaron a pasar más centroamericanos, digamos transmigrantes, (solo de paso que nada más atraviesan Puebla y el país) lo que nos espantó fueron las atrocidades que viven. Son crímenes de lesa humanidad: violaciones, asesinatos, extorsiones, manipulaciones, trata de personas…
P.- ¿Quién les maltrata? ¿Hay mafias organizadas?
R.- Hay mafias organizadas y la población, que ya está cansada de verlos pasar y los criminaliza, para no comprometerse. Y, sobre todo, la situación de las comunidades de las que son expulsados.
P.- Los que salen, ¿lo hacen porque no pueden vivir en sus países o por el sueño americano?
R.- Al principio, era ligarse con los ricos; querían vivir un sueño mejor. Hoy, y desde hace cuatro años, huyen de la violencia, de la violencia institucional. Los hondureños están viviendo una revolución contra la imposición de un presidente que les impuso EE.UU.
Su postura es: vamos a EE.UU. a decirles lo que estamos viviendo por su culpa.
P.- ¿Ah, sí?
R.- Esa es al mentalidad de la mayoría.
P.- En Europa, lo que se dice es que huyen de la violencia de las bandas…
R. Huyen de la violencia institucionalizada
P.- ¿De la violencia del poder?
R.- Del poder económico y del poder político. Y ahí se refuerza la lucha por otro poder, el tercero, el tráfico de armas, de drogas, de personas, de migrantes, de órganos sobre todo.
P.- El tráfico de órganos, para que nos entendamos, consiste en que a cualquiera de estas personas la cogen, la matan y le extirpan los órganos.
R.- Y la entierran en fosas comunes. Por eso se habla de muchos desaparecidos, que están apareciendo en las fosas de algunos Estados.
P.- Y los emigrantes saben todo esto y, sin embargo, salen igual.
R.- Sí, porque si se quedan, los matan. Ya mataron al primo, mataron al hermano… Ya no quieren más muertes y, por eso, salen.
P.- Entonces, la solución, si le entiendo bien, está en el propio país. En que intente cambiar a través de mecanismos políticos.
R.- Sí. Y no es solamente a nivel local. Esto es global. Porque las mineras han fastidiado todo el continente, produciendo más pobres. Están quitando las tierras, el agua y la oportunidad de trabajar. Entonces…
Pero esto es transnacional. Y eso les da a los gobiernos dinero para que sigan facilitando esa entrega de tierras y de agua a las transnacionales. Y para comprar armas para reprimir a su propio pueblo, claro.
P.- ¿La jerarquía de la Iglesia está gritando estas cosas al mundo? En Honduras, ¿qué están haciendo los obispos?
R.- El clero de Honduras no está tan cercano a la gente. Los religiosos y religiosas, sí están cercanos. Pero el clero, como tal, no.
P.- El clero diocesano.
R.- Eso es.
P.- Y los obispos, ¿podrían hacer algo, o sería predicar en el desierto?
R.- Podrían hacer mucho. Yo creo que el papel profético de la jerarquía es, hoy día, de sus laicos. Los profetas son los laicos: las madres que salen con sus hijos de tres años, de dos años. Son los muchachos que salen con la esposa y con los hijos.
Estamos viviendo un profetismo juvenil de esposo y esposa jóvenes, con sus niños, que salen a gritar al mundo que tienen ganas de vivir, y que tienen ganas de ser tratados como personas humanas.
P.- Y cuando la caravana llega al final, si es que llega, se topa con un muro, el muro de Trump.
R.- Por la experiencia que tenemos nosotros de años acompañando migrantes, están pasando. Lo del muro es puro discurso.
P.- O sea, que no conviene decirlo públicamente y que se sepa, pero sí están pasando.
R.- Sí, porque los necesitan. Siempre han necesitado al migrante.
P.- Como mano de obra barata.
R.- Claro. Pero, políticamente lo del muro es el discurso que avala a Trump para mantenerse en el poder, y a su partido.
P.- Pero ¿están pasando en grandes cantidades?
R.- Sí.
P.- ¿Y las primeras caravanas que vimos con miles de integrantes?
R.- Esos no pasan, porque están legalmente con estatus de refugiados, avalados en los convenios internacionales. Son los que están atorados en la frontera.
P.- Esos, han elegido la vía legal de refugiados.
R.- Y esos son los que están atorados. Los demás, sí pasan.
P.- ¿Y por qué esos eligen esa vía y los otros, no?
R.- Porque no quieren sufrir lo que siempre han sufrido al pasar ilegalmente: los riesgos de que los maten en la frontera, de morir ahogados o asfixiados en las camionetas.
P.- O sea, que luchan por su dignidad como personas.
R.- Y eso pueden hacerlo por su perfil de refugiados, aunque los gobiernos no están aceptando esos acuerdos internacionales.
P.- Imagino que le duele en el alma esa situación, después de tantos años acompañando a estos grupos de emigrantes.
R.- Yo tengo un antídoto contra eso: admirarlos. Porque, a pesar de todo, lo que escuchamos es de mucha profundidad. Ellos saben que son dignos y siguen adelante a pesar de lo que están sufriendo. Creen en ellos y creen que pueden hacer algo mejor por su familia.
P.- Cuando los ven pasar por aquí, ¿la gente reacciona a su favor? Allí nos llega lo de las madres que dan comida a los que viajan en el tren “la bestia”…
R.- El problema es que hay momentos en que sale la política a favor en el paso de los migrantes mexicanos y, de repente, los vuelven a apresar, a retornar, a hacer ilegales e indocumentados que van para atrás.
Querrían tener la esperanza de las caravanas de hace un año, porque se les trató bien, llegaron hasta la frontera. Y ahora no los dejan pasar.
P.- No se entiende bien que con AMLO, que supuestamente protege a los pobres, tengan más dificultades estos pobres de los pobres.
R.- AMLO tiene que jugar una doble moral: quedar bien con Trump y quedar bien con los migrantes. Pero, en el fondo… Sí dio muchos salvoconductos, más de 15.000 visas humanitarias, con las que pueden trabajar y pasar por México, pero no a los 60.000 que querían pasar.
P.- El implicarse en la causa de esta gente, ¿le trae a usted problemas? ¿Ha sido amenazado de muerte?
R.- En los gobiernos anteriores sí: amenazas de muerte, golpizas a nuestros sacristanes, a agentes de pastoral. Ahora, no; nos ganamos el respeto de la misma autoridad. Ahora colaboran, nos piden asesoría, tenemos reuniones con los gobiernos federales, estatales y municipales, para ayudar en el método de trabajo y de trato humanitario.
P.- ¿Y ese cambio se produjo con este gobierno de López Obrador?
R.- Sí.
P.- Un cambio significativo ¿no?
R.- Sí.
P.- A nivel eclesial ¿es usted un hombre incómodo, clericalmente hablando?
R.- Los primeros treinta años de sacerdocio, sí. No podía entrar al seminario a dar pláticas. Luego, el nuevo arzobispo me pidió colaborar y acompañarlo en todas las visitas pastorales, a dar clases al seminario y asesorar a las diócesis.
P.- Entonces, ¿monseñor Víctor Sánchez Espinosa le rehabilitó?
R.- Sí. Al llegar, le dije: “Somos muy diferentes tú y yo, desde el seminario”. Y me contestó: “Y yo ¿para qué quiero uno igual? Quiero uno que sea diferente, y tú conoces todas las diócesis. Y, desde que te conozco, a pesar de tanto rechazo, sigues en la misma postura de darte a los pobres”.
P.- De manera que en este momento tiene el beneplácito del arzobispo para seguir luchando en ese camino.
R.- Y defenderme de la agresividad de los gobiernos.
P.- ¿Los compañeros le escuchan?
R.- Ahora sí, ya.
P.- ¿”Ahora”, sí?
R.- (Ríe) Ahora sí (antes no), porque ven el trabajo. Ven que uno sigue en la base. Uno sigue, a diario. Yo vivo con indígenas.
P.- ¿Vive con indígenas?
R.- Sí, son indígenas universitarios. Y a diario, también, está abierto el albergue, por los migrantes. Y a diario llega gente necesitada. Y yo creo que ese es el valor. La tentación es el protagonismo.
P.- ¿Siempre hay esa tentación?
R.- Sí, esto de los focos de prensa es muy atrayente. Pero a mí me importa poco; necesito trabajar, necesito ser solidario. Y hay muchos jóvenes solidarios: voluntarios chavos, muchachos y muchachas.
P.- ¿Los obispos mexicanos son de Francisco?
R.- Ya empezó la nueva generación. El secretario, Alfonso de Monterrey, que es el más comprometido con los migrantes, nos ha convocado a todos los albergues. Tras unos seis años de rechazo del episcopado, ahora, él mismo, apoyado en el presidente, ha aceptado. Cambiaron al encargado de inmigrantes, y actualmente está en absoluto apoyo.
P.- ¿A Samuel Ruiz le conoció?
R.- Sí, compartí muchos años con él.
P.- ¿En Chiapas?
R.- Sí, porque yo trabajé con comunidades y con la población de aquella zona.
P.- ¿Con los indígenas?
R.- Sí. Y ahí coincidíamos. Fue algo valioso reconocer que los que yo capacité de catequistas son ahora la comandancia del EZLN.
P.- ¿La comandancia del EZLN?
R.- Sí. A todos les conocí de catequistas.
P.- ¿Y al subcomandante Marcos?
R.- Le conocí un mes antes de que se fuera a la montaña.
P.- ¿Qué es de él ahora?
R.- Está muy enfermo. Ya solo está en la memoria.
P.- ¿Pero ya se sabe quién es?
R.- No.
P.- Pero usted lo sabrá.
R.- Hubo tres personas con el mismo personaje.
P.- En Europa se llegó a decir que era un jesuita.
R.- Había una confusión con el jesuita Jerónimo Hernández, de aquí, que estaba en la zona tzeltal. Maurez también es otro jesuita muy comprometido, pero no es el subcomandante. Su papel es la pastoral: acompañar.
P.- ¿La lucha dio algún fruto o fue en vano?
R.- Para mí es la identidad de ser pueblo, de ser comunidad, de ser pobre en lucha, en humanización…, y creo que sigue siendo actual. Les he acompañado veinte años, y siguen. Muchos de los niños, ahora son los líderes. A mí me tocó apoyar con las escuelitas para alfabetizar, porque no las había en las comunidades. Después, ellos crecieron y enseñaron a otros. Y así fue la educación.
P.- ¿Hay curas indígenas o todavía no?
R.- Hay 400 diáconos.
P.- Los que ordenó monseñor Samuel Ruiz
R.- Y don Felipe.
P.- Felipe Arizmendi
R.- Y se siguen preparando. Yo creo que ya van a dar el paso de que les ordenen
presbíteros casados.
P.- ¿Sí? ¿Usted cree que está cerca eso?
R.- Ya lo están preparando.
P.- ¿Y va a ser pronto? Porque hablaban de hacer algo así en el Sínodo de la Amazonía.
R.- Pero son los ya casados.
P.- Los que están ya ordenados.
R.- En las comunidades indígenas no entienden un soltero. La mentalidad indígena es validar el servicio hombre-mujer. No entienden un soltero/a como pastor, como guía, porque no tienen una responsabilidad familiar, y por eso sí respetan a los diáconos, porque sí tienen esa responsabilidad, tienen familia, tienen esposa. Yo creo que ya están capacitados, y esos diáconos van a ser el primer paso a presbíteros casados.
P.- Eso sería un paso histórico: que haya curas célibes y curas casados en una misma diócesis…
R.- Identidad. Es lo mismo que pasa en el Líbano con los maronitas. También fue una experiencia histórica.
P. ¿A monseñor Vera, también le conoce? Me refiero al obispo de Saltillo.
R.- Raúl. Sí, fuimos compañeros en la selva chiapaneca. Hizo su conversión en la montaña.
P.- Allí se convirtió y después lo pasó mal, porque Roma le castigó. ¿Ahora está rehabilitado?
R.- Está en Saltillo, pero allá tampoco le fue tan bien. Es una sociedad muy dura y muy elitista. Le costó trabajo, sobre todo por defender a las prostitutas, a los gays y a los mineros. Tuvo un choque con el clero de Saltillo, había grupos de clérigos gays muy fuertes, que fueron los que se opusieron a toda su labor pastoral.
P.- Pero, si él defiende a los gays, ¿por qué el clero gay se le opone?
R.- Una cosa son los gays y otra cosa las orgías homosexuales del clero. Una cosa es identidad y otra cosa es el fornicio.
P.- ¿El papa Francisco, en su lucha, les ha dado alas? Con lo que dice y con lo que hace, ¿está ayudando a esa causa de la defensa de los pobres emigrantes?
R.- Sí. Porque no es lo mismo hablarlo que vivirlo. Él la ha vivido las escalas, desde cardenal y obispo de Buenos Aires hasta ahora, como obispo de Roma. Se ha topado con lo más duro: la curia romana, la corrupción y ahorita los gay power clerical…, pues no ha habido nada fácil. Y que dentro de su equipo le salgan tres, igual tampoco lo es. Pero ha esbozado un ecumenismo con los judíos, con los musulmanes y con los protestantes de tener apertura, un solo corazón.
P.- ¿Y cree que le van a dejar terminar sus reformas?
R.- La reforma no va a dar tiempo, es demasiado. Tantos años de corrupción no van a cambiar en un solo periodo. Pero ya está en proceso.
P.- O sea, que tiene que ser el sucesor el que siga el camino. ¿Y usted cree que no se va a dar marcha atrás y que se va a seguir ese camino?
R.- Nosotros tenemos la experiencia: tras los pasos de Juan XXIII y de Pablo VI nos vino Juan Pablo II con el retroceso. Pero la Iglesia siguió. Puede haber un retroceso, pero ya hay mucha curia interncional. Sobre todo, la esperanza está en África y en Asia.
P.- ¿Más que en Latinoamérica?
R.- Para mí, la sinodalidad en África y en Asia es más fuerte. En Latinoamérica hubo todo un cromosoma episcopal, y todavía tenemos esa duda de acomodancia.
P.- ¿El Sínodo de la Amazonía les toca a ustedes algo o no demasiado?
R.- Desde la realidad de los pueblos indígenas, México tiene mucho en común. Y, sobre todo, del respeto a la Madre Tierra. Creo que es algo en lo que tenemos que participar. Por la defensa de la tierra y de la identidad de los pueblos, la sinodalidad del Amazonas va a tener eco.
P.- ¿En qué cree el padre Gustavo, tras tantos años de lucha por los empobrecidos?
R.- Yo creo en dos puntos claves: el papel de los pobres, y de las mujeres pobres. Yo digo que las mujeres son las que llevan los movimientos populares y las que están transformando la Iglesia diocesana. Y digo las mujeres -no las religiosas- de las comunidades, con toda esa riqueza interior y esa fuerza.
El Padre Gustavo en el seminario de Puebla
P.- ¿Y se le va reconocer en algún momento ese papel, dentro de la Iglesia, a la mujer?
R.- Claro.
P.- No hay más remedio.
R.- No lo hay. Eso va, y va muy fuerte, porque son realmente las que están haciendo los clanes: las comunidades, los ranchitos, la catequesis, la liturgia, la pastoral social, la defensa de la tierra… Son las mujeres.
P.- ¿Y no se cansan de hacerlo todo?
R.- Lo hacen día tras día. Es tremenda su dignidad de personas.
P.- Muchas gracias por la entrevista y, sobre todo, por su vida entregada a los pobres.
Crece la violencia y los asesinatos en el Amazonas.
Carloes Cabral Pereira, presidente de la Unión de Trabajadores Rurales, asesinado
Cabral Pereira ya había sido objeto de un ataque en 1991, cuando fue herido en una emboscada. Con él ya hay cuatro líderes asesinados del STR: uno en 1985, otro en 1990 y el último en 1991
La Red Eclesiástica Pan-Amazónica (REPAM) de Brasil repudia la acción violenta y el ataque que había victimizado al líder Carlos Cabral Pereira
En 2018 el 49% de los 1,489 conflictos registrados en el campo en Brasil ocurrieron en la región del Amazonas. El CPT tuvo que crear «el Atlas de conflictos en el Amazonas» para ilustrar esta situación terrible y no resuelta
14.06.2019 | Agencia Fides
La Red Eclesiástica Pan-Amazónica (REPAM) de Brasil repudia la acción violenta y el ataque que había victimizado al líder Carlos Cabral Pereira, presidente del Sindicato de Trabajadores Rurales (STR, en portugués) de Río María. al sureste de Pará, asesinado en la tarde del martes 11 de junio, con 4 disparos de pistola. Cabral Pereira ya había sido objeto de un ataque en 1991, cuando fue herido en una emboscada.
Según el informe de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) «Conflitos no Campo», en 2018 el 49% de los 1,489 conflictos registrados en el campo en Brasil ocurrieron en la región del Amazonas. De las 960,630 personas involucradas en los conflictos, 62% (599,084) están en el Amazonas. El estado de Pará lidera el número de asesinatos e intentos de asesinato.
«Ante este incidente y muchos otros casos de homicidios relacionados con conflictos agrarios en el estado, pedimos a las autoridades públicas que tomen las medidas necesarias en la investigación y resolución del caso, así como que establezcan políticas públicas en vista de la garantía y protección de muchos hombres y mujeres que viven amenazados todos los días en el campo «, dice la declaración recibida por la Agencia Fides.
«Expresamos nuestra solidaridad con la familia de Carlos Cabral, sus amigos y compañeros combatientes y todos los líderes amenazados y perseguidos en el campo, especialmente en Río María, llamada informalmente «la tierra de la muerte anunciada», y pedimos que el poder público actúe con La determinación en la lucha contra la impunidad para que, de esta manera, la violencia en la región termine», concluye la declaración.
Según una nota del Ministerio Público de la Federación (MPF), con Cabral Pereira hay cuatro líderes asesinados del STR: uno en 1985, otro en 1990 y el último en 1991. La violencia en esta área de Brasil ha obligado a la CPT a dedicar una sección de su informe anual a estas cifras, datos y situaciones que confirman la importancia de la figura del líder entre los campesinos en el campo brasileño y el abandono por parte del estado que no los protege.
El CPT tuvo que crear «el Atlas de conflictos en el Amazonas» para ilustrar esta situación terrible y no resuelta. Solo en Brasil cubre los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Tocantins, Pará, Rondônia, Roraima, Mato Grosso y Maranhão. Las comunidades sienten mucho esta violencia como una afrenta a su tipo de vida y convivencia pacífica. Desde el asesinato de la hermana Dorothy Stang en 2005 (ver Fides 10/07/2017), sienten que también es una violencia contra los representantes de la Iglesia Católica.
Yency Murillo Sarria y Mary Cruz Renteria Mina recibieron un mensaje de texto en el que amenazaban con callarlas «a punta de bala». Piden que el Estado les bride garantías.
“Yensy y maricruz o se cayan o la cayamos a punta d vala zapaz asta cundo joden estan alverdtas (sic)”. Esas fueron las burdas palabras con las que amenazaron a las lideresas de Buenaventura (Valle del Cauca) Yency Murillo Sarria y Mary Cruz Renteria, ambas coordinadoras de la submesa de Mujeres del Paro Cívico.
Rentería también hace parte del Proceso de Comunidades Negras (PCN). Dichas intimidaciones se suman a las acciones de seguimiento y amenazas que debieron Danelly Estupiñán y Leyla Arroyo, quienes también hacen parte de ambos procesos organizativos.
Las dos lideresas también hacen parte de la Alianza de Organizaciones de Mujeres “Cómo vamos las mujeres ahí”, en Buenaventura. Murillo y Rentería entre abril y mayo denunciaron que el acuerdo que aprobó el Consejo de esa ciudad para la creación de la Secretaría de la Mujer tenía vacíos como, por ejemplo, no asignarle presupuesto a la entidad.
También han denunciado que la política publica para mujeres en Buenaventura no cuenta con recursos para ser implementada. Eso ha hecho parte de su trabajo en la submesa de Mujeres del Paro Cívico.
La historia de la ciudad portuaria cambió con el Paro Cívico del 2017. La manifestación empezó el 16 de mayo de ese año y se sostuvo durante 22 días. Como consecuencia de esa movilización quedó instalado el Comité del Paro Cívico, que reúne a diferentes liderazgos de Buenaventura y mantienen interlocución directa con autoridades de diferentes niveles. En dicho espacio se ha buscado la solución para diferentes problemáticas de los bonaerenses como la falta de agua potable y de un hospital que garantice el derecho a la salud.
Pero luego de esas manifestaciones la situación de los líderes que las impulsaron ha sido complicada. El país recuerda el asesinato de Temístocles Machado, en febrero de 2018, quien participó en el Paro y luchaba contra el despojo en la Comuna 6 de Buenaventura. Así mismo, los casos de Murillo, Cruz, Estupiñán y Arroyo dan cuenta de cómo las intimidaciones se ciernen también contra las mujeres.
Un hecho que acrecienta la preocupación de las lideresas es que la justicia no da resultados. Por ejemplo, en los casos de Estupiñán y Arroyo, quienes interpusieron las denuncias en febrero, no hay capturas. Por el asesinato de Machado hay una persona en la cárcel, pero los autores intelectuales del crimen siguen libres. Una de las peticiones que hacen Murillo y Cruz es que las autoridades investiguen para que den con los responsables, tanto materiales como intelectuales, de las intimidaciones en su contra.
Las lideresas de Buenaventura también han pedido protección. Sin embargo, no se refieren solamente a guarda espaldas y camionetas blindadas, le piden al Estado que implemente medidas de protección colectivas. Con eso quieren decir que se desarrollen acciones para, por ejemplo, garantizar la permanencia en el territorio de comunidades que están siendo presionadas por despojadores.
En un comunicado emitido por la Veeduría de Derechos Humanos del Paro Cívico, esa organización le pidió al presidente Iván Duque, al ministro de Defensa Guillermo Botero y a la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez que tomen acciones para garantizar los derechos de Murillo y Cruz. «Solicitamos garantías suficientes y necesarias para prevenir cualquier acción en contra de la integridad física y psicológica de las lideresas sociales», clamaron esperando ser escuchados para que el Estado desactive a tiempo lo que puede ser una tragedia.
El estudiante de Wayuú muestra la célula solar que construyó en un taller de ciencias en la Escuela Ricardo Gómez en Manaure, La Guajira, Colombia. Crédito de la foto: Daniel López @dlopezphotography.
El 20 de junio, está programado que un cohete despegue desde la instalación de vuelo Wallops de la NASA en Virginia, transportando un cargamento precioso: un proyecto de ciencia de células solares de Nestor Epinayu, 16, y sus compañeros miembros del club de ciencia de una pequeña comunidad indígena en Colombia. Más que un proyecto de ciencia para niños, la energía solar juega un papel muy importante en llevar electricidad a esta comunidad en La Guajira, en la frontera con Venezuela.
Cuando Sojourners habló con Epinayu por teléfono recientemente, él estaba en la preparatoria Ricardo Gómez en el municipio de Manaure. Es parte del grupo étnico wayuu, que según el gobierno colombiano es el grupo indígena más grande del país.
«Vine a Colombia en 2014 desde Venezuela; mi abuela y mi madre son Wayuu, así que nos trajeron a mí ya mi hermano aquí y ahora la mayoría de nuestra familia está aquí».
La cultura wayuu es anterior a los países de Venezuela y Colombia. Antes de que se cerrara la frontera en febrero de 2019, muchos wayuu pasaron de un estado a otro.
Epinayu dice que también tienen una conexión cultural con el cielo nocturno. «Cuando nuestros ancestros murieron, subieron al cielo, cada estrella representa una de ellas, eso es lo que dice mi familia».
Agua, salud en crisis.
La Guajira también se encuentra en medio de una gran crisis de salud , ya que los hospitales colombianos con fondos insuficientes se esfuerzan por hacer frente a la afluencia de pacientes venezolanos, especialmente madres y niños, que no pueden acceder a la atención más básica en su país de origen.
A pesar de que hay 1.200 pozos y bombas impulsadas por el viento en la región a partir de 2015, el 70 por ciento de estos no estaban en uso debido a la falta de mantenimiento, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Lo más preocupante es que el gobierno construyó una represa en 2011 en el Río Ranchería, un río que solía proporcionar agua a más de un tercio de los municipios de la región, pero el suministro de agua ahora proporciona agua a los cultivos privados de arroz y palma de aceite, no a las comunidades.
Fue en este lugar seco donde una ONG comenzó a combinar la educación en ciencias básicas con un objetivo práctico.
Carolina Salguero es directora ejecutiva y cofundadora de Del Lab al Campo , que ha estado trabajando en la escuela Ricardo Gómez durante más de dos años para enseñar a los jóvenes de Wayuu cómo usar y mantener los sistemas de energía solar fotovoltaica.
Salguero dijo que el grupo trabajó con la Universidad Nacional de Colombia y la compañía solar Elecprocol para capacitar a los maestros de la escuela en estrategias de enseñanza de ciencias. El grupo también instaló cuatro paneles solares dentro de la escuela, lo que permitió el uso de equipos de ciencia y electrónica por primera vez.
El equipo de Del Laboratorio Al Campo utiliza actividades divertidas para enseñar temas científicos a niños y jóvenes adultos de Wayuu. Crédito de la foto: Daniel López @dlopezphotography.
“Esto no es solo para obtener una fuente de energía sostenible, sino también para obtener agua purificada que se puede utilizar en pequeñas fincas sostenibles”, dijo Salguero. Ella compartió que también se está trabajando en una biblioteca, un pequeño laboratorio y un tanque de agua elevado.
Del Lab al Campo ha traído talleres de una semana a la escuela, que cubren una variedad de temas de conceptos básicos de la física de la música; Biología marina y molecular – y fabricación de células fotovoltaicas.
Del solar a las estrellas.
El taller celular fue presentado por Daniel Cruz, uno de los cofundadores de Del Lab al Campo y candidato a doctorado en el Instituto de Coloides e Interfaces Max Planck de Alemania . Cruz donó todos los materiales utilizados para las celdas y cuando regresó a Colombia para realizar el taller, trajo los componentes de su equipaje desde Alemania, ya que era la mejor manera de llevarlos a una región tan remota.
«Mezclar los productos químicos fue la parte difícil», dice Epinayu, quien participó en el taller para fabricar las células solares, «tuvimos que tener mucho cuidado con la mezcla».
Fue a través de una conexión entre Cruz y otro científico colombiano que surgió la oportunidad para que los estudiantes de Wayuu pusieran su experimento en el espacio.
Jose Dario Perea es un investigador postdoctoral colombiano en el Laboratorio de Investigación Fotovoltaica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). En 2017, ayudó a un grupo de estudiantes de su ciudad natal de Cali, Colombia, a colocar celdas solares orgánicas en el espacio con un programa llamado Cubos en el espacio , una competencia mundial para estudiantes de ciencias entre 11 y 18 años para diseñar, proponer y lanzar experimentos en el espacio en una misión oficial de la NASA.
«Volvimos a presentar la solicitud este año, esta vez con los estudiantes de Wayuu», dijo Perea a Sojourners.
Daniel Cruz, candidato a doctorado en Max Plank, enseñando a los niños Wayuu sobre células solares en el laboratorio ‘al aire libre’. Crédito de la foto: Daniel López @dlopezphotography.
Gracias a la Fundación Stellam y Cubes in Space, algunas de las células solares fabricadas en la clase, instaladas dentro de un pequeño cubo de plástico, se lanzarán al espacio junto con otros experimentos de los EE. UU. Y de todo el mundo.
Alejandro Quintero, un estudiante de robótica del anterior grupo de Cali, de 14 años, también tiene motivos para esperar el evento de lanzamiento del 20 de junio, ya que está recaudando fondos para ir a los Estados Unidos y asistir a talleres para promover su objetivo de convertirse en astronauta.
«En una visita, les pedimos a los estudiantes que se agruparan y se dieran a sí mismos nombres de grupo; las chicas se sentaron juntas en un rincón y se llamaron a sí mismas ‘las científicas’ (los científicos)», dijo Salguero. «Lloré instantáneamente porque sabía que ya estábamos haciendo una diferencia en cómo se ven a sí mismos y en lo que pueden lograr».
Andrew J. Wight es un periodista australiano residente en Medellín, Colombia. Sus firmas incluyen The Sydney Morning Herald en Australia, The Daily Telegraph and Nature en el Reino Unido y NBC News, entre otros.
La muerte de una misionera española de 77 años en la República Centroafricana ha conmocionado no solo por la virulencia del ataque. También, por la avanzada edad de la religiosa. ¿No existe un retiro para el misionero? ¿Quién decide si se queda en el país o regresa a su lugar de origen? Cooperantes aragoneses lo cuentanACTUALIZADA 2/6/2019 A LAS 02:00
Mª Luz Guiral tiene 90 años y Carmen Acín ha cumplido 85. Las dos regresaron hace poco a Zaragoza, tras toda una vida de misioneras.
La media de edad de los cooperantes religiosos aragoneses ronda los 70 años y muchos superan los 90. ¿Hay relevo para la solidaridad? Las tres diócesis de la comunidad cuentan con casi 300 misioneros, con edades entre 45 y 102 años. De los 212 misioneros de la Diócesis de Zaragoza, dos tienen más de 100 años; entre 90 y 100 años hay 17; de 80 a 89 años, un total de 67; de 70 a 79 años, una cifra de 62, y de 60 a 69 años son 27. Los más jóvenes tienen entre 40 y 49 años y, en el caso de Zaragoza, son tan solo 13. «Pero un misionero nunca se jubila. Puede marcharse por motivos de salud o porque considere que la obra ha llegado a su fin. Te expones a muchos peligros y muchas, muchísimas veces temes por tu vida, pero no existe la palabra ‘retiro’», avisa Carmen Acín, de 85 años. Natural de San Mateo de Gállego, empezó sus misiones en 1964 y ha sido la salud la que la ha obligado a dejar su amado Mozambique, «aunque me vine con pesar», admite. Y Mª Luz Guiral, de 90 años y nacida en Lascellas (Huesca), comprende ese sentimiento. Sus casi 40 años de misionera entre Chile y Ecuador llegaron a su fin en 2016, «cuando comprendí que era hora de dejar paso a los jóvenes». Las dos reconocen tener todavía el corazón en la misión, «porque se es misionero hasta el final».
La avanzada edad del misionero coincide con la falta de vocaciones también en España, «hay menos seminaristas y cada vez somos menos los religosos que decidimos cooperar en una misión», considera José Manuel Sanz, de 61 años y natural de Albalate del Arzobispo (Teruel). Religioso de La Salle, empezó su misión en 1990, Ha estado en Togo, Burkina Faso y Benin, como profesor de español y francés, y regresó en enero de este año, por motivos de salud. «Pero hay savia nueva en el árbol», avisa. Y responde así a la pregunta sobre el relevo de religiosos en las misiones. «La llegada de laicos (con lazos espirituales con la Iglesia pero no consagrados) configura actualmente la fuerza de la misión».José Manuel Sanz, desde Togo
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Religioso turolense de 62 años, se marchó de misiones en 1990 y regresó el pasado mes de enero. Dio clases de Español y Francés en colegios de La Salle en Togo y Benin. «Hemos conseguido que los propios lugareños saquen adelante el proyecto educativo».
Es el caso de Jorge Viejo, electricista y bombero zaragozano de 48 años que estuvo de misionero en Mozambique y Honduras de 2007 a 2013 a través de la ONG Misioneros Seglares Vicencianos (MISEVI). Viejo se sorprende de que todavía persista la idea de que el misionero va a rezar y evangelizar, «un concepto que forma parte del siglo XIX. El misionero va donde hay necesidad, y va a trabajar. En Mozambique, en el Instituto Agropecuario Mártir Cipriano de Nacuxa, había 400 niños y de ellos solo ocho eran cristianos. En Honduras, en la sede de San Pedro Sula, se atiende a 10.000 niños, está en marcha un pequeño hospital, una biblioteca pública y un centro de detección y tratamiento del sida. El objetivo no es convertir ni rezar, sino ayudar». Además, en la cárcel mozambiqueña de Nacala, donde los misioneros realizan labores de formación, alfabetización, aportan ayuda legal y supervisan los procesos judiciales, Viejo dio clases de Electricidad, con vistas a la reinserción de los presos.Mª Luz Guiral, en Ecuador
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Tiene 90 años, es de Lascellas (Huesca) y estuvo de misionera hasta hace tres años. Comenzó su viaje en Chile, en 1977 con las Escolapias y vivió más de una década en Ecuador, donde daba clases en una escuela en la selva. Atendía también a enfermos y colaboraba en proyectos de formación de la mujer.
Por su parte, José Manuel Sanz destaca el esfuerzo educativo de la misión de La Salle en los países africanos donde está presente. Allí se atiende a una población de mayoría musulmana y se presta especial atención a la mujer, «para darle una formación y que no tenga que depender del hombre». Para Sanz, «prueba del éxito es que cuando me marché yo era el único blanco. Profesores, gestores y demás ya son población local. El objetivo no es solo ayudar, es también poder marcharse y que el propio país pueda gestionar sus servicios. En un mundo ideal, no deberíamos hacer falta, debería existir un mecanismo internacional de ayuda a países con necesidad. Pero la razón por la que están presentes las ONG y las misiones religiosas se debe a que todavía no es posible aportar ese dinero al Gobierno en algunos países, ya que se corre el riesgo de que no llegue a la población. Ojalá pronto no sea ya necesario ningún misionero ni cooperante en ningún país del mundo excepto en situaciones de máxima urgencia».Jorge Viejo, en Mieze
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Zaragozano de 48 años, tenía 35 cuando se fue como misionero laico. Estuvo dos años en Mozambique, participando en el Instituto Agropecuario de Nacuxa y otros dos en Honduras, ayudando en un colegio y atendiendo a presos en la cárcel. «Regresé a Mozambique, esta vez a Mieze, para desarrollar un proyecto de recuperación de tierras para la agricultura con Manos Unidas». Cinco malarias consecutivas le obligaron a regresar a Zaragoza.
La nueva ola de misioneros aragoneses
Ese recambio con cooperantes laicos supone que, en ocasiones, el misionero encuentre el amor en un país lejano y forme allí una familia. Así le sucedió al zaragozano Germán Sánchez Miguel, de 48 años, y que en 1994 decidió hacerse cooperante de MISEVI y viajar a San Pedro Sula, en Honduras. «Tenía entonces poco más de 22 años y, a través de las Hijas de la Caridad, fui a Valencia a ayudar en un albergue para enfermos de sida. Fue una experiencia que me marcó profundamente y que despertó en mí el deseo de ayudar. Cuando te decides a irte, no sabes si es un proyecto a largo plazo, en mi caso no me planteaba quedarme mucho tiempo en Honduras. Ahora entiendo que esa llamada te acompaña hasta el final».
Cuando llegó a San Pedro Sula, donde la pobreza era «intolerable», Sánchez puso en marcha un programa para atender a enfermos de VIH, que con los años se convirtió en una asociación cuyo esfuerzo consiguió que el Gobierno hondureño administrase retrovirales a los enfremos de sida. «En esa localidad conocí a Delmy, hondureña que trabajaba también de misionera. Nos enamoramos, nos casamos, y allí nació Daniel, nuestro primer hijo». Después, la ONG les propuso ir a Bolivia, a Cochabamba, para coordinar hasta 11 proyectos relacionados con niños discapacitados, atención sanitaria en cárceles y programas contra la violencia de las mujeres. Allí, nació la segunda hija del matrimonio.Germán Sánchez, en familia
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Es misionero laico desde hace 25 años y actualmente en Cochabamba (Bolivia), donde atiende a niños discapacitados y presos, entre otros proyectos. Este zaragozano de 48 años conoció a su actual esposa en Honduras y actualmente tiene dos hijos: Daniel y Ana Ruth.
Germán Sánchez viaja con su familia a Zaragoza una vez cada dos años. No contempla en ningún momento regresar y admite que es feliz en la misión. «Mi patria es el ser humano», resume.
En situaciones de peligro
Todos tienen situaciones difíciles, en las que han temido por su vida. Enfermedades que se complicaron, como es el caso de Jorge Viejo, que tuvo cuatro malarias seguidas. Bombardeos, como Carmen Acín, que ha vivido tres guerras civiles. O la amenaza del ébola, que sorprendió a José Manuel Sanz cuando estaba en Togo. «Todos los cooperantes se estaban yendo y un niño se acercó a preguntarme cuándo me marchaba yo. Le dije que no me iría. “Pero todos los blancos se van”, aseguró. “Yo, me quedo aquí, pase lo que pase”, contesté. Afortunadamente, el virus no llegó a entrar en el país».
Carmen Acín recuerda una terrible noche en la que los independentistas mozambiqueños huían de las tropas portuguesas. «El país todavía no había conseguido la independencia y la guerra me sorprendió en mis primeros años de misión. Recuerdo las bombas sembradas en el camino, la necesidad de salir a atender a los heridos…».Carmen Acín, toda una vida en Mozambique
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Natural de San Mateo de Gállego (Zaragoza), tiene 85 años y ha pasado más de 50 en Mozambique. Ha sobrevivido a tres guerras y tuvo que regresar a Zaragoza por motivos de salud.
Experiencias tan intensas marcan y es difícil adaptarse a la vida normal cuando se regresa al hogar. Mª Luz Guiral reconoce que le costó marcharse de Ecuador. «Imagina, había vivido desde 1977 a 1986 en el pueblo de San Clemente. Después, otros nueve años en Santiago. De allí, en 1995, me mandaron a Ecuador, para fundar la misión. Estuve viviendo siete años en la selva. Todo ese tiempo he enseñado a alumnos, acompañado a enfermos, formado a mujeres… Es difícil dejarlo atrás».
Quizá por ello todos los misioneros de este reportaje continúan ayudando en distintas asociaciones. Jorge Viejo ahora es bombero, pero a través de la Asociación Hablamos es voluntario en en Mediacion Penitenciaria en la Carcel de Zuera. Confiesa que durante meses ha tenido «una sensación de irrealidad. Me cuesta acostumbrarme a la burocracia, al hecho de que aquí tengamos tantos medios y sea tan complicado hacer algo y allí en Mozambique, con tan pocas cosas, pudiésemos hacer tanto».Por su parte, José Manuel Sanz está en Cáritas y, además, colabora con la Fundación Sopeña. Para él, el regreso fue complicado: «Zaragoza ha cambiado tanto en los últimos 30 años… La gente es distinta, muestra más descontento y es más desconfiada». Un sentimiento que comparte con Germán Sánchez. El zaragozano sigue de misión, pero percibe en los visitantes ese cambio del que habla Sanz: «Se habla de la crisis en vocaciones religiosas, pero yo percibo aún más la escasez de vocaciones en sí. Muchos voluntarios que recibimos por un tiempo corto en realidad son gente que no sabe qué hacer con su vida. Vienen en busca de un nuevo proyecto, inmersos en la desesperanza y la inseguridad».
Y las veteranas Carmen Acín y Mª Luz Guiral siguen igual de activas. Acín ayuda los lunes en una residencia de ancianos, los viernes da clases de repaso de música en San Pablo… Guiral decidió centrarse en atender a las religiosas mayores que no tienen familia. «Y los miércoles, de 17.00 a 19.00 estamos aquí, en la delegación de misiones, en la Casa de la Iglesia (plaza de La Seo, en Zaragoza), para atender a todos los que sientan la llamada y quieran salir allí, a ayudar en el mundo», se despiden.
«Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos, estoy seguro de que todos allí me precederíais, pues habéis derrochado tanto amor con los pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni siquiera seré digno de desataros las sandalias», dice a sus fieles en la despedida
El prelado gallego, conocido por su lucha por los derechos de los refugiados e inmigrantes, había rebasado en dos años la edad de jubilación
Francisco le concede la renuncia después del histórico viaje a Marruecos
Casi dos años después de haber presentado su renuncia (cumple 77 años el próximo 20 de junio), el Papa ha aceptado la jubilación de Santiago Agrelo. El franciscano gallego deja de ser arzobispo de Tánger, en una decisión esperada, que se produce después del histórico viaje papal a Marruecos, en el que Agrelo fue figura destacada.
Por el momento, tal y como recoge el VIS, el Papa deja vacante la sede, a la espera del nombramiento del nuevo arzobispo, que se llevará a cabo en conversación con la procura de los franciscanos (quienes históricamente han llevado las riendas de la Iglesia de Tánger). Por el momento, será Cristobal López, el arzobispo de Tánger, quien administrará la sede.
«Mi tiempo se ha cumplido», narra, en una emocionante carta a la diócesis, el ya obispos emérito. «Quiero expresar obediencia y reverencia, gratitud y cariño al Papa Francisco, pues en todo momento de mi servicio en esta Iglesia me he sentido confortado por su palabra, por el ejemplo de su vida, por su amor a la Iglesia, por su solicitud con los emigrantes, por su amor a los pobres», apunta Agrelo.
Carta de amor a la diócesis
«Vuelvo rico del amor que Dios me tiene, amor del que ha sido sacramento real la caridad que vosotros habéis tenido conmigo, el amor con que habéis dulcificado mi camino durante estos años», añade el franciscano, quien ofrece una declaración de amor a la Iglesia de Tánger.
Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos, estoy seguro de que todos allí me precederíais, pues habéis derrochado tanto amor con los pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni siquiera seré digno de desataros las sandalias. Pero seré dichoso, inmensamente dichoso de vuestra dicha, aunque sólo pudiere verla desde lejos y desde abajo. Vosotros habéis hecho posible el cumplimiento del compromiso de servicio a la Iglesia y a los pobres que asumí cuando acepté el nombramiento de obispo.
El prelado gallego es conocido por su lucha en favor de los derechos de refugiados e inmigrantes, y se ha pronunciado en numerosas ocasiones, en la línea de Francisco, contra las políticas anti-inmigración que se está imponiendo en Europa.
Monseñor Agrelo junto a migrantes africanos
Agrelo es uno de los mayores críticos de la instalación de concertinas en la valla de Meililla, y tampoco le duelen prendas en denunciar, proféticamente, la tantas veces errada línea de la cadena Cope en relación con el trato al extranjero.
Con la marcha de Agrelo -que aún no ha confirmado si seguirá en Tánger o regresará a Galicia-, y hasta el nombramiento de su sucesor, la Iglesia de Marruecos queda al mando de otro español, el arzobispo de Rabat, el salesiano Cristóbal López, al que el Papa ha nombrado administrador apostólico.
El Papa abraza a monseñor Agrelo
Nada más conocerse la decisión papal, el propio Agrelo ha enviado un escrito a su diócesis, ya firmando como obispo emérito. Es el siguiente:
Seré inmensamente dichoso de vuestra dicha
A la Iglesia de Dios que peregrina en Tánger: Paz y bien.
Hermanos míos muy queridos: Mi tiempo se ha cumplido. Para vuestro pastor ha llegado la hora del regreso a la quietud de la vida conventual. Para vosotros llegará otro pastor, llamado a guiar –lo hará con sabiduría y amor- esta Iglesia humilde y hermosa. En esta carta quiero dejaros algo así como una memoria personal, una mirada afectuosa al camino que he tenido la dicha y el privilegio de recorrer con vosotros, un pequeño mundo de palabras que os ayuden a guardar en el corazón un recuerdo amable de este hermano menor que fue vuestro obispo durante casi doce años. Una travesura de niño fue la ocasión de la que se sirvió el Señor para llevarme al Seminario –nosotros lo llamamos Colegio Seráfico- de la Provincia Franciscana de Santiago. Allí los hermanos me enseñaron todo lo que sé, también a buscar al Señor, a amarle; me enseñaron a amar a los pobres, amar a la Iglesia. Luego, en el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo, de Roma, aprendí veneración por la Palabra de Dios. El Señor se ocupó siempre de mí, como se ocupa de un niño pequeño una madre cariñosa. Cuando el Papa Benedicto me llamó a este ministerio en Tánger, lo acepté confiadamente. Lo acepté con una súplica en el corazón al Dios de mi vida: ayúdame, Señor, a amar a tu Iglesia con el amor con que tú la amas, ayúdame a servirte en los pobres, ayúdame a ser fiel a tu santa voluntad. En aquel momento me sentí como el patriarca Abrahán, que en la ancianidad había sido llamado a dejar casa y patria, y a ponerse en camino, llevando como único tesoro en el corazón las palabras de la promesa divina. Me sentí como Sara, visitada a la puerta de su tienda por un ángel con un anuncio de hijos, que siempre son para una madre gozos y trabajos. Me sentí turbado y confiado, gozoso y esperanzado, dispuesto a caminar y a cuidar hijos para el Señor. Me sentí profundamente agradecido al Señor, a la Iglesia, al Papa, a quien prometí obediencia y reverencia, y a quien pedí que me ayudase a vivir y morir como hijo en la santa Iglesia. Ahora, como obispo ya emérito y como Hermano Menor, quiero expresar obediencia y reverencia, gratitud y cariño al Papa Francisco, pues en todo momento de mi servicio en esta Iglesia, como si hubiese sido a él a quien pedí ayuda, me he sentido confortado por su palabra, por el ejemplo de su vida, por su amor a la Iglesia, por su solicitud con los emigrantes, por su amor a los pobres. Hermanos míos muy queridos: Terminado mi servicio como obispo de esta Iglesia, vuelvo gozoso a la obediencia de mis superiores religiosos, vuelvo rico del amor que Dios me tiene, amor del que ha sido sacramento real la caridad que vosotros habéis tenido conmigo, el amor con que habéis dulcificado mi camino durante estos años. Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos, estoy seguro de que todos allí me precederíais, pues habéis derrochado tanto amor con los pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni siquiera seré digno de desataros las sandalias. Pero seré dichoso, inmensamente dichoso de vuestra dicha, aunque sólo pudiere verla desde lejos y desde abajo. Vosotros habéis hecho posible el cumplimiento del compromiso de servicio a la Iglesia y a los pobres que asumí cuando acepté el nombramiento de obispo. Por mi parte, a lo largo de estos años he compartido con vosotros lo que he vivido en la fe, y os he comunicado, sin guardarme nada –el menos eso he intentado-, cuanto he recibido del Señor. A él y a vosotros pido perdón por la atención que no os haya prestado, por cuanto haya perdido de lo que el Señor quiso que os diese, por cuanto no haya sabido amaros. Con vosotros, con los pobres, con la Iglesia, resonarán en mi corazón las palabras del cántico de Nuestra Madre la Virgen María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”. En verdad, él se ha fijado en su Iglesia, en los pobres y en mí para bendecirnos como jamás hubiese podido soñar. Vosotros habéis sido bendición de Dios sobre mi vida, sois mi alegría y mi corona, y con Cristo os llevo guardados para siempre en el corazón. El Papa Francisco ha encomendado a mi hermano Cristóbal López, arzobispo de Rabat, la administración apostólica de la archidiócesis de Tánger, hasta que la Santa Sede pueda nombrar a mi sucesor. Estoy seguro de que, lo mismo a él que a mi sucesor, los acogeréis como me habéis acogido a mí, con la misma familiaridad, con la misma confianza, con el mismo respeto, con el mismo cariño. En esta carta, de agradecimiento más que de despedida, entran también con todo derecho el pueblo marroquí y las autoridades de este país que me han acogido durante estos doce años, me han tratado siempre con respeto, con cordialidad, con familiaridad, y me han permitido sentirme uno más en esta tierra bendecida por Dios. El Señor os bendiga, hermanos míos muy queridos: El Señor os guarde en su paz, os colme de esperanza y de alegría, os llene de su Espíritu, os mantenga siempre unidos, y a todos nos reúna un día en su casa del cielo.
Tánger, 24 de mayo de 2019.
Fr. Santiago Agrelo Obispo eméritoEl arzobispo Agrelo Agencias
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