Icona de Santa Maria Magdalena a Grace Cathedral,
la seu anglicana de la Diòcesi de Califòrnia, a San Francisco
Para distinguir a una persona con un nombre común de los otros, los nombres de lugar se podría utilizar. Es por eso que Jesús (el equivalente arameo de Josué) fue llamado «Nazareno». Por lo que tenemos, además de María, la madre de Jesús, María de Betania y María Magdalena – o María Magdalena.
Desapegado de marido, padre o hermano, el Magdalena se destacó dentro de la comunión de Jesús en una cultura donde las mujeres se espera que vivan bajo la protección masculina.Cuando Jesús dijo que las prostitutas tenían una mejor oportunidad de entrar en el Reino de Dios que sus rivales lo hicieron (Mateo 21:31), algunas personas llegaron a la conclusión de que María Magdalena entran en la categoría.
Imaginación medieval tuvo esa posibilidad y lo explotó. María Magdalena se combinó con una mucho más tarde, María (María de Egipto), y teniendo en cuenta un itinerario que la llevó a Jerusalén, a través de la conversión, y luego en un viaje en un barco sin timón guiado por un ángel en el sur de Francia.No, se dijo, después de ganar almas para Cristo y la destrucción de los ídolos, María Magdalena se retiró a una cueva de la montaña, donde levitaba cuando dijo sus oraciones, y finalmente murió el 22 de julio, día de su festividad.
Otra leyenda cuenta que, sin ataduras como ella, María se convirtió en concubina de Jesús. Esa fue una reclamación presentada por los cátaros, los cristianos que se convirtieron en objeto de una cruzada interior declarado por el Papa Inocencio III. Sus verdugos celoso destruyó toda la ciudad de Beziers por el insulto a María Magdalena, llevando a cabo el genocidio en su día de fiesta en 1209. Sin embargo, la idea perdido ni un ápice de su atractivo, y más tarde Martín Lutero abrazó la visión cátara de enlace de Jesús con María Magdalena.
La imaginación no terminó con la Edad Media. Pierre Plantard, un derechista y antisemita pretendiente al poder en Francia después de la Segunda Guerra Mundial, trató de aportar pruebas – en forma de pergaminos falsificados que depositó en la Biblioteca Nacional – de que Jesús y María Magdalena había nacido un niño. Afirma Plantard final nos dio la ficción atractivos de El Código Da Vinci.
La historia es también una forma de imaginación, su poder reside en su insistencia en la valoración de la prueba y su negativa a someterse a un programa preconcebido de lo que los resultados deben ser. La historia revela una fuerte María Magdalena de las proyecciones de predominio masculino que han reinado desde el momento de la crítica de Jesús a sus retratos sexualizada en las fantasías de la Nueva Era.
María Magdalena es la única persona nombrada en los Evangelios como exorcizado por Jesús, liberada de siete demonios (Lucas 8:2). Durante esta larga convalecencia, Jesús inició a María en su comprensión particular de exorcismo. Para Jesús, la gente toma por su cuenta estaban tan limpias como Dios hizo a Adán y Eva. Si una persona se convirtió en sucio o impuro, que no fue a causa de contacto con los objetos exteriores. En su opinión, la impureza era una perturbación en el espíritu de esa persona que les hizo querer ser impuro, un deseo perturbado a contaminar y daño a sí mismos.
Inmundicia tenía que ser tratado en la personalidad hacia el interior y espiritual de las personas afectadas. María Magdalena había razón para entender estos principios mejor que la mayoría de la gente, y no es coincidencia que la mayoría de las historias detalladas de exorcismo en los Evangelios proceden de lugares cerca de Magdala, donde fue activo como profesor, tanto antes como después de la muerte de Jesús.
Unción, además de exorcismo, un ritual de la firma de Jesús.Evangelio de Marcos (6:13) informa que, cuando sus discípulos se volvieron a ofrecer una terapia de curación de Jesús en su nombre «, lanzó que a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.» Unción el Espíritu transmite a la mente de Jesús, y él quería que sus seguidores para ungir a las personas.
Cuando María ungió a Jesús al final de su vida a los otros discípulos estaban enojados con ella (Marcos 14:4-5). Sin embargo, Jesús explicó el significado de lo que María Magdalena había hecho. La unción de los muertos era una parte tradicional del judaísmo, y vio que María – ungiéndolo – conecta la curación espiritual de su vida en Galilea, con la posibilidad de su ejecución en Jerusalén. Así como la vida humana puede ser transformado por el influjo del Espíritu, de modo que la muerte misma puede convertirse en el vehículo de la presencia de Dios. Jesús insistió: «Dondequiera que se predica el evangelio en todo el mundo, lo que tiene, se le menciona en la memoria de ella» (Marcos 14:9). La visión completa que el sufrimiento puede convertirse en un medio de la presencia divina se acercaron a Jesús a través de la unción de María, y él lo ordenó como parte de su mensaje.
La dedicación de María con el ritual de la unción de extenderse más allá de la muerte de Jesús. Para completar el cuidado debido de su rabino muerto, María y otras mujeres se dirigieron a la tumba. Aceite perfumado para el frotamiento de los muertos estaba perfumado con la resina de mirra y de las hojas de aloe (Juan 19:38-39). La visión de María en la tumba de Jesús marca su separación de su carne y su entrada en una vida resucitada. «Él se levanta, él no está aquí», dice un ángel (Marcos 16:6). Jesús describió a sí mismo los levantó de los muertos como «los ángeles como» (Marcos 12:18-27, Mateo 22:23-33, Lucas 20:27-38). La visión de María Magdalena, precisamente porque se trataba de una visión en el relato más antiguo (Marcos 16) y no a la inspección de una tumba vacía, puso a Jesús en el reino de los cielos.
Por debajo de las leyendas complicado de los hagiógrafos medievales y las teorías de la conspiración de sus colegas revisionistas modernos, los sacramentos de María Magdalena, la firma del exorcismo, la unción y la visión persisten. Sus tres dones del Espíritu son su herencia: disolver lo que es impuro o el mal, que ofrece el ungüento para las náuseas y el discernimiento y la visión para percibir la verdad espiritual de la resurrección.
Si Jesús y María, dos personas solteras, nunca entró en una relación sexual no es una cuestión históricamente responsables. Pero su relación íntima en el mundo del ritual es tan claro como la continuidad del poder de las prácticas que ha desarrollado.
Evangelizadoras de los apóstoles 
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