en 20 DE JULIO 2015 •
En las últimas semanas me he sentido obligada a responder a una serie del «gran Papa» fotos e historias alabando al Papa Francisco por sus posiciones sobre la pobreza y el cambio climático que aparecen en mi página de facebook. En todos los casos he añadido algo así como: «No vayamos por la borda de un Papa que no creen que las mujeres son plenamente humana.»Me refiero, por supuesto, a la reiteración del Papa Francisco de prohibición de las mujeres en el sacerdocio de la Iglesia. Pero igual de importante, y quizá más importante, es el papel de la Iglesia Católica Romana ha desempeñado y sigue desempeñando para evitar que las mujeres tengan acceso a la anticoncepción y el aborto.
El control sobre nuestro propio cuerpo es un derecho fundamental que subyace en cada lucha por la igualdad y la liberación de la mujer. Pero el Papa no quiere que las mujeres tengan el derecho de usar la anticoncepción para prevenir embarazos no deseados, ni tampoco quieren que tengamos el derecho al aborto si la contracepción no está disponible o no, ni siquiera en casos de violación o incesto.
Cuando el Papa Pablo VI publicó Humanae Vitae (la encíclica papal sobre Anticoncepción) en 1968, el sacerdote en mi congregación local de la Universidad de Yale predicó un sermón destacando la importancia de la doctrina de la conciencia de la Iglesia. Él nos animó a estudiar las razones que la Iglesia había salido contra el control de la natalidad, a reflexionar profundamente, a orar, y si todavía sentimos la decisión de la Iglesia se equivocó, para seguir nuestra propia conciencia.
Lamentablemente, la Iglesia Católica Romana no se ha contentado con promulgar y promover sus enseñanzas y confiar en las mujeres para examinar las enseñanzas de la iglesia y su propia conciencia en lo que respecta a las decisiones sobre sus cuerpos. En mi familia, mi tía Jeanne de «corazón roto» (palabras de mi tío Dick) cuando su sacerdote le dijo durante la confesión de no poner un pie en la iglesia de nuevo si ella continuó siguiendo el consejo de su médico para utilizar un método anticonceptivo. Su médico le había recomendado el control de la natalidad a la luz del hecho de que ella ya tenía cuatro hijos, y su marido acababa de sufrir un ataque al corazón casi fatal. Murió alejado de la Iglesia.
El Papa ha asesorado recientemente a los sacerdotes a ser más indulgentes con mujeres como mi tía: ofrecerles el perdón en lugar de condenación. Aún así hay que entender que esta ablandamiento de juicio no tiene relación con la enseñanza de la Iglesia que el uso de la anticoncepción es un pecado. El daño a las mujeres individuales realizada por las enseñanzas de la Iglesia es sólo una pequeña parte del problema del Papa con las mujeres. Como es bien conocido, la Iglesia Católica Romana no se ha contentado con aconsejar católicos romanos en los temas de control de la natalidad y el aborto.
La Iglesia Católica Romana es una de las principales (si no el mayor) actor en el escenario mundial que trabaja alrededor del mundo para evitar que las mujeres tengan acceso a la anticoncepción y el aborto. En muchos países católicos aborto todavía está prohibido, y en Estados Unidos, es difícil para muchas mujeres para tener acceso a los abortos legales que necesitan y desean. Mujeres desesperadas de todo el mundo recurren a «abortos clandestinos por los pobres «, poniendo en peligro sus propias vidas y el futuro de sus hijos. La Iglesia Católica tiene una gran parte de la responsabilidad de esta situación.
Las mujeres de todo el mundo son los más pobres entre los pobres. La falta de acceso a métodos anticonceptivos y el aborto significa que las mujeres pobres están teniendo los niños les resulta muy difícil de cuidar. El Papa es consciente de ello. Su respuesta ha sido que si la pobreza se acabaron, las mujeres podían cuidar de todos sus hijos. Aunque hay algo de verdad en esa declaración, que se desliza sobre el hecho que cuando las mujeres pueden controlar su propio cuerpo, por lo general optan por tener menos hijos. El Papa sigue diciendo que las mujeres no deberían tener el derecho a elegir cuándo y si se debe tener hijos.
Reciente declaración del Papa sobre el Cambio Climático ha sido ampliamente alabado. No me malinterpreten, me alegro de que el Papa reconoce este problema. Pero, de nuevo, su punto ciego es enorme. El gran número de personas en la tierra están poniendo una carga insostenible de la tierra y los recursos necesarios para alimentar y albergar a ellos. Sí, la gente en los países desarrollados están utilizando mucho más de los recursos del mundo que los de las naciones más pobres. Pero a medida que las naciones más pobres, como China y la India se desarrollan, están empezando a ponerse al día con las naciones desarrolladas en sus demandas de recursos del mundo. No podemos hacer frente al cambio climático global, si la población mundial sigue aumentando.
He estado preguntando acerca de la hipocresía en la adulación del Papa Francisco individuos por lo demás liberales «. Dos respuestas vienen a la mente.
Gente largos para un varón Salvador. («Si Dios es el hombre, el hombre es Dios.» -Mary Daly)
Las mujeres vienen en pasado.
Carol P. Cristo lleva la vida que transforma la Diosa Peregrinación a Creta ( facebook y Twitter) . Libros de Carol incluyen ella quien Cambios y y Renacimiento de la Diosa ; con Judith Plaskow, las antologías ampliamente utilizados Womanspirit Rising y Tejiendo las visiones y próxima año próximo, Diosa y el Dios en el Mundo: Charlas en Embodied Teología. Explorar la escritura de Carol. Foto Carol: Maureen Murdock.
Nota: ¿Puede una persona que no es Católica criticar al Papa? Mi respuesta es «sí», porque está afectando a nuestro mundo común. Dicho esto, me crié en una familia que era la mitad católica, asistí a la misa como los funerales católicos infantil y, y era una católico practicante durante mis cinco años en la Universidad de Yale.
Evangelizadoras de los apóstoles 
Jul 22, 2015 @ 13:36:33
A pesar de sabios y santos, cualquiera se burla de gran injusticia.