Nos hemos reunido (Septiembre 15/17) a celebrar la memoria de nuestro Hermano Mayor, Gerardo Valencia Cano, en su Centenario Natalicio, con sus hijas, en la Casa USEMI, algunos de sus hermanos sacerdotes, seminaristas de su Congregación Misioneros Javerianos, familiares y amigas.
Nos saludamos con las amistades de antaño, nos presentamos y empezamos a compartir lindos recuerdos vividos, al lado de quien fuera nuestro amigo y formador.
Nos acompañó, Sofia Toro, quien nos deleito recordándonos los inicios de UFEMI-USEMI, como misionera seglar fundadora, con Maria Eugenia Posada, Liliam Yepes, Astrid Yarce. Recordamos a Teresa Guevara, Maria Loaiza y Margarita Franco, iniciadoras del proyecto en el Vaupés, con Monseñor. Acontecimiento digno de recordar, ya que con ello se inicia lo que sería el futuro de los laicos dentro de la Iglesia, 15 años antes, del Concilio Vaticano II.
Con su visión profética, impulso al laicado a apersonarse de la Iglesia, viviendo su Bautismo en plenitud.
Imposible dejar de compartir, el papel del laicado y como mujeres, que las misioneras realizamos en la II Conferencia Episcopal de Medellín (1968), con el apoyo de Gerardo y su equipo.
¿Cuál fue su pedagogía? Su espiritualidad, su testimonio, su acercamiento a la gente, su vida entregada al servicio de todo aquel que lo necesitara.
REPORTE GRÁFICO DE LA REUNIÓN Y LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA.
Fotografías: Jenny Valencia y Olga Lucia Alvarez
*Presbitera católica romana.
Leila Rosa Betancur Díez
Sep 20, 2017 @ 00:52:38
La pequeña reunión realizada en USEMI para rendir homenaje a nuestro hermano Mayor Gerardo Valencia Cano,nos mantiene todavía en vilo por el carácter novedoso que su obra de profeta imprime a todo lo que concierne a su labor pastoral , vida de profunda y radical opción por los pobres, de discípulo y pastor fiel a su Maestro hasta el heroísmo del martirio. La novedad de esa reunión consiste en que por fin, pudimos sentarnos al mismo tiempo y en el mismo lugar, en un clima fraternal: una presbitera de la ARCWP, seminaristas, sacerdotes, laicos, y misioner@s laicos. La sola asistencia de cada uno de los participantes habla de la existencia real aunque no suficientemente practicada de la Iglesia como Pueblo de Dios, definición del Vaticano II que todavía levanta ampollas en algunos sectores de nuestra comunidad de fe.. La pluralidad de los participantes, los distintos ministerios, los diferentes modelos de servicio al Reino, le dan un profundo significado a esa pequeña asamblea: la unidad en la diferencia.