COLOMBIA: SE REVIVE LA CONQUISTA ESPAÑOLA CON EMGESA. DESTRUYEN CAPILLA EN EL HUILA


¿EMGESA habría destruido una capilla, monumento histórico y cultural, en España?

En el departamento de Huila, Colombia, SÍ lo va a hacer.

Además, al recorrer la región se observan múltiples cementerios de maderas: el más grande arboricidio y el mayor ecocidio, jamás visto en este país. Miles y miles y miles de árboles talados.

El Gobierno guarda silencio porque acepta y aprueba.

 

Héctor Alfonso Torres Rojas, Sociólogo

El sábado 11 de julio, hacia el medio día, tuvieron lugar las honras fúnebres de la Capilla de San José de Belén, con una eucaristía concelebrada por 20 sacerdotes. Esa capilla, declarada Patrimonio Histórico y Cultural por el Departamento de Huila, y luego por la Nación, va a quedar inundada por la represa El Quimbo, que inició su llenado el día 30 de junio. EMGESA, en la licencia ambiental, había prometido de-construir la capilla y re-construirla en el lugar que se indicara. Incumplió con el visto bueno del Gobierno Santos y de ANLA. La Agencia Nacional de Licencia Ambientales (ANLA), en perfecta sintonía y connivencia, le ha concedido todo lo que ha solicitado EMGESA. EMGESA exige cambios a su favor, e inmediatamente ANLA acepta y le firma lo que sea.

Las aguas de la represa darán movimiento a la hidroeléctrica del mismo nombre, construida por EMGESA, con todo el apoyo abierto y enmascarado de los gobiernos Uribe y Santos. Las tierras que ya están en proceso de inundación, tienen una extensión de 8.000 hectáreas, que hacen parte de varios municipios de Huila. Esas hectáreas son tierras  de primera calidad para la agricultura, suelos fértiles y valles regados por el Río Magdalena y otros ríos y afluentes. ¡¡¡ Tenemos tierras óptimas e importamos productos agrícolas!!!  El llenado, parece, va a durar seis meses.

Para asegurar su construcción fueron desplazad@s  de esas hectáreas, 30.000 habitantes. Allí donde l@s campesin@s no querían salir y organizaron resistencia pacífica, el Gobierno Santos envió la Fuerza Pública, al tenebroso ESMAD, que con violencia, obligó el desalojo, a favor de EMGESA.  Existen  videos. Hubo personas maltratadas, golpeadas y heridas por los agentes del ESMAD.

San José de Belén, administrativamente hablando pertenece al municipio de El Agrado. La mayor parte de las personas víctimas-desplazadas no han sido reubicad@s y/o indemnizad@s, porque EMGESA, hizo un acomodado y falso censo, que las desconoció. Así lo demostró y comprobó, en investigación y documento, la Contraloría General de la Nación.

El lugar conocido hoy como San José de Belén se inició como centro doctrinero indígena, allá por los años 1610, cuando allí habitaban varios pueblos indígenas. Desde las capillas, muy sencillas y precarias que seguramente se sucedieron,  se animó la vida religiosa indígena durante varios siglos. La actual capilla entró en uso  en  1817, es decir, tiene doscientos años. Es, pues, un pequeño edificio colonial en su arquitectura y es joya histórica, que también testimonia  del genocidio indígena. Con los cambios socio-económicos y el correr del tiempo, San José de Belén quedó reducido a un caserío de unas 25 viviendas, hace unos meses destruidas por las máquinas de EMGESA, a nombre “del progreso y del desarrollo”. Sus habitantes, a las buenas o a las malas, fueron desalojad@s y desplazad@s. Las máquinas de EMGESA arrasaron las construcciones. No quedan sino los vestigios: montones de ladrillos, trozos de cemento, maderas, algunos viejos utensilios y las cercas o empalizadas que formaban los límites entre casa y casa, por el suelo. También árboles aserrados con potentes serruchos eléctricos. Los habitantes lograron, mientras vivían en el sitio, que no fuera aserrada una enorme, bellísima y centenaria ceiba. Sus grandes y largos brazos sirvieron de sombrío para una parte de las tres mil personas que llegaron en peregrinación, durante la eucaristía.

La celebración religiosa: mucho ritual y ninguna denuncia real

La convocatoria a la peregrinación  fue un gesto positivo pero tardío por parte de la Diócesis de Garzón-Gigante. Una larga caravana de buses, busetas y “chivas” (son buses enchapados en madera, con mucho colorido y una configuración especial, muy utilizados para el transporte desde el casco urbano de los municipios hacia las veredas y para paseos turísticos), carros, jeeps, camionetas y un enjambre de motos, fueron llegando, de diferentes municipios. Desde los parqueaderos naturales improvisados, una caravana colorida caminaba lentamente hacia la colina, donde se encuentra la capilla y la vieja “casa cural”.  Se reunieron unas tres mil personas, bajo un sol radiante y caluroso, a la sombra de la enorme ceiba y otra de menor extensión. Los 20 celebrantes ocupaban el corredor externo der la “casa cural”.

La pequeña capilla re-lucía su blanco colonial, iluminado por el sol. En el pequeño campanario batía sus ondas una bandera nacional. Sobre su fachada, tres pancartas a favor de la  naturaleza. Leyendas: “Salvaje no es el que vive en la naturaleza. Salvaje es quien la destruye”. “No más violencia contra la naturaleza y los animales”. Una tercera con los diez mandamientos que exigen el respeto por el Medio Ambiente. Por su única puerta entraba y salía una verdadera romería. Adentro, vacío total de bancas o sillas. Plena claridad. De sus vigas horizontales colgaban hacia las paredes, largas cintas variopintas, de papel festivo. Apenas unas tres imágenes en el altar. Una despedida jamás vista, pero registrada para la historia por miles de fotos tomadas por cámaras fotográficas y celulares. Nadie quería dejar de re-visitarla y/o conocerla por todos sus ángulos. Un acontecimiento muy humano, muy emotivo, muy sentido, muy triste…

La ceremonia consistió en dos actos. Primero una especie de “Hora Santa”, como desagravio por la destrucción del edificio sagrado, lugar donde miles de personas, a largo de cuatro siglos, recibieron bautismo, matrimonio, confesión, eucaristía y se alegraron en las festividades religiosas… En su estilo y formato, la Hora Santa no fue muy en la línea pastoral del Concilio Vaticano II.

En segundo lugar, la celebración de la eucaristía por veinte sacerdotes, ante todo de los municipios afectados, presididos por el Vicario de la Diócesis, presbítero Héctor Trujillo Luna. El Obispo, Fray Fabio Duque Jaramillo, se encontraba en Medellín, donde sesionaba la Asamblea Plenaria de Obispos.

Para mí, el momento más esperado fue el de la homilía del Vicario de la Diócesis Héctor Trujillo Luna. Suponía que el sacerdote tendría talante profético y de denuncia. Me llamó la atención que después del saludo, dijo, palabra más-palabra menos: “Rara vez escribo una homilía. Pero para hoy sí lo hice. Por lo tanto me voy a permitir leer el texto”. Por esas palabras me animé y le dije a uno de mis vecinos: “Este cura se la va a jugar y quiere dejar testimonio escrito de su manera de pensar respecto al ecocidio, para evitar tergiversaciones de sus posible críticos o enemigos”.

Después de  un largo discurrir no muy apropiado para el evento, luego de alabar las bondades de la naturaleza y de explicar  la necesidad de cuidarla, citando la encíclica “Laudato si”, e insistiendo inclusive sobre el concepto de la “Casa común”, de Francisco-Papa,   “la montaña parió un ratón”. No relacionó los conceptos de la encíclica con lo que ha venido aconteciendo en esa parte de la Casa común,  que se llama El Quimbo. El texto de la homilía no aterrizó en los hechos concretos que se suceden  hace ya siete años. No mencionó el despojo obligado de las 8.000 has. El vocabulario de la homilía no conoció la  palabra EMGESA, ni ecocidio, ni arboricidio, cuando precisamente el lugar de la celebración estaba rodeado de naturaleza muerta por mano humana y del despojo de casas destruidas. El arboricidio produjo miles y miles de metros cúbicos de madera, que deberían ser sacados antes de la inundación. EMGESA no lo va a hacer. Esa enorme cantidad de madera, se pudrirá lentamente y durante varios años, causando grandes daños a la vida piscícola en las aguas del río Magdalena, porque esas aguas infectadas de la represa, volverán al río.

Tampoco recordó que hay autoridades nacionales y departamentales, responsables-irresponsables de la suerte de las 30.000 víctimas y del Medio Ambiente de la región. Las expresiones Gobierno nacional o Gobierno departamental brillaron por su ausencia. Menos aún la sigla ANLA. Esa homilía tuvo demencia senil porque no se acordó de los sufrimientos, angustias y maltratos a las víctimas. No hizo el menor reconocimiento a los cientos de campesin@s que desde ASOQIMBO, su organización, han venido defendiendo los derechos individuales y colectivos, incluyendo la capilla.

El vocero de la Diócesis leyó una homilía light. Desperdició un precioso tiempo de evangelizar desde el Medio Ambiente, a partir de la tragedia de El Quimbo, que permitirá enormes ganancias a una multinacional y mucha pobreza para la región. Amén de los peligros que acarrea la represa, analizados por diferentes especialistas, porque según afirman, tiene fallas técnicas graves. Podría haber ruptura de muros.

Pareciera que muchos de los peregrinos llegaron atraídos únicamente por el ritual, por lo religioso, por el rezo. Por la ceremonia de desagravio…  Posiblemente los párrocos insistieron bastante en asistir a un ritual de desagravio. Esa fue la tónica de la Hora Santa. Me atrevo a afirmar que la toma de conciencia y la protesta por la destrucción del Medio Ambiente quedó al margen, en la convocatoria.

Escribo tal ide, porque al cierre de la eucaristía un sacerdote anunció una explicación ambiental de parte del especialista Fernando Martínez. Cuando comenzó a hablar, la gente se fue yendo, a tal punto que el párroco del municipio de El Agrado, si no me equivoco, tomó el micrófono para solicitar a los peregrinos, que no se retiraran, porque eran muy importantes la comunicación y los conceptos del ambientalista. Sin embargo, la gente siguió desfilando.

Llevo más de un año ocupándome de la cuestión de la represa y de la hidroeléctrica. He viajado varias veces al Huila, asistiendo a diferentes eventos. He preguntado por el compromiso y el accionar de los párrocos. Las respuestas positivas han sido muy escasas. Han estado más ausentes que presentes. Y me da la razón la afirmación  que hizo el sacerdote que presentó al ambientalista Fernando Martínez.  Dijo casi textualmente: “Un ambientalista desde hace varios años nos venía alertando y no lo escuchamos. Ahora vemos las consecuencias”…

Me atrevo a afirmar que una buena parte de los sacerdotes de la Diócesis se pellizcaron solamente cuando se dieron cuenta que EMGESA ya no iba a cumplir con la de-construcción de la capilla y su re-construcción en otro sitio, como quedó pactado en el documento que justificó la licencia ambiental. Pero ya fue tarde. Durante el evento religioso, ningún sacerdote afirmó que la Diócesis exigiría el cumplimiento de lo pactado.

Cabe una pregunta de peso y fondo: ¿Existe Pastoral Social en la Diócesis? Si existe, de qué se ocupa? El Quimbo no es una cuestión grave y un problema mayor del cual debe ocuparse la Pastoral Social? ¿Sabrá el clero que van a construir más represas en Huila, sobre las aguas del río Grande de la Magdalena?

Francisco-Papa ha llamado “a formar lío”, a “ir a las periferias”,  a no quedarse en las casas curales y sacristías…  Pero en el Huila…

Viernes 10 de Julio: Día departamental de protesta por el llenado de la represa

En 20 de los 37 municipios que tiene Huila, hubo algún acto de inconformidad por el llenado de la represa y los incumplimientos de EMGESA, en los parques centrales o frente a las alcaldías.

En Neiva hubo un plantón en el Parque Santander, de 10.30 a.m. a una de la tarde. Allí se presentó, por primera vez en público, la canción: “El Quimbo, negocio chimbo”, que se ha convertido en el himno de quienes luchan contra EMGESA.

“Señores voy a contarles

Lo que al Huila le pasó

Cuando llegó desde España

Un negociante mayor

 

Políticos y empresarios

A todos los convenció

Que la represa del Quimbo

Sería nuestra salvación

 

Coro: Represa gritaron,

qué buena negociación

Contratos, contratos

Negocios al por mayor

De Neiva para El Agrado

De Gigante hasta Garzón

Viajaban haciendo cuentas

Pa´ embaucar a la región…

 

Siguen 12 versos…

 

Grupos musicales animaron el evento con canciones, y el público participó con la creación espontánea de textos, coplas y “rajaleñas” (un tipo de verso cantado, propio de Huila). Todas, expresiones artísticas contra EMGESA y el Gobierno.

En breve acción teatral, tres mujeres indígenas, entre ellas la legendaria Cacica Gaitana, símbolo de la larga resistencia,  enfrentaron y dieron muerte a un militar español, que a su vez simbolizaba al ejército español y el asesinato de numerosos indígenas por los españoles, en la región que sería luego el departamento de Huila. La historia de Huila narra que el español Pedro de Añasco asesinó a Timanco,  hijo de la Cacica Gaitana. En venganza,  la madre dio muerte a Pedro de Añasco.

En el plantón abundó la juventud, con sus consignas y pancartas. Cerró el evento el profesor Miller Dussán, cabeza de ASOQUIMBO, narrando los abusos e incumplimientos de EMGESA, del Gobierno nacional y de la clase política-politiquera de Huila.

ASOQUIMBO llama a votar en blanco, en las elecciones municipales y departamentales del último domingo de octubre, de este año.

 

Héctor Alfonso Torres Rojas, Sociólogo

Bogotá, Domingo 12 de Julio de 2015.

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