Vaticano: descontento por nueva casa de Bertone


La vivienda de lujo de casi 700 metros cuadrados a la que se quiere mudar el ex secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone está generando debate en este pequeño Estado confesional, ubicado en el centro de Roma.
La vivienda de lujo de casi 700 metros cuadrados a la que se quiere mudar el ex secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone está generando debate en este pequeño Estado confesional, ubicado en el centro de Roma. Así lo informa el diario La Repubblica. Según este periódico, Bertone se trasladará a su nuevo y lujoso hogar dentro del Vaticano en unos meses. La vivienda es diez veces más grande que el apartamento de 70 metros cuadrados en el que habita el papa Francisco en la Residencia Santa Marta. El pontífice argentino, que no deja de pregonar una «Iglesia pobre para los pobres», al parecer no está muy contento con la nueva casa de Bertone. En su homilía del Jueves Santo, el Papa habló sobre la alegría del sacerdocio, que tiene como «hermana» a «la pobreza». La nueva vivienda, que ahora está siendo reformada para Bertone, de 79 años, cuenta con 600 metros cuadrados de vivienda y una terraza de 100 metros cuadrados. El cardenal, que dejó hace medio año la Secretaría de Estado, ha sido objeto de críticas por su gestión; durante su mandato estallaron escándalos como el “caso Vatileaks”, que involucró el robo de documentos papales confidenciales, las numerosos denuncias de abusos sexuales sufridos por niños y jóvenes a manos de religiosos. (dpa)

 

http://www.dw.de/vaticano-descontento-por-nueva-casa-de-bertone/a-17580446

27 abril/14 TOMAS EL QUE DUDA. MENSAJES PARA NIÑAS/OS


Mensajes para niños
Sermón de la semana
2do Domingo de Pascua, Año A
27 de abril 2014
Sermón de la semana

Título: Cotejando el registro

Tema: Tomás, el que duda – 2do Domingo de Pascua, Año A

Objeto: Un registro similar al escolar o una lista de nombres.

Escritura: Tomás, al que apodaban el Gemelo, y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. Así que los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!» (Juan 20:24-25a – NVI).

¿Qué es lo primero que hace la maestra al comenzar el día de clases? No sé de tu maestra, pero lo primero que hacen muchas maestras es cotejar el registro. La maestra abre su registro y comienza a llamar los nombres de sus estudiantes: Juan, Susana, María, Santiago. Al ser llamados, los estudiantes alzan sus manos y dicen: «Presente.» Si la maestra llama a Pedro y éste no responde, la maestra marca en su registro que él está ausente. ¿Por qué es importante para la maestra el saber que Pedro está ausente? Es importante porque él necesita saber lo que se perdió cuando estuvo ausente.

Algo similar pasa en nuestra lección bíblica de hoy. Era el domingo después que Jesús fue crucificado y sus discípulos se habían reunido en un cuarto cerrado. Estaban juntos en ese cuarto cerrado porque tenían miedo. Tenían miedo de lo que los enemigos de Jesús pudieran hacer con ellos. La Biblia nos dice que, aunque las puertas estaban cerradas, Jesús vino y se paró en medio de los discípulos. Cuando los discípulos vieron a Jesús, se pusieron muy contentos.

Uno de los discípulos, que se llamaba Tomás, no estaba con los otros en ese cuarto cuando Jesús se les apareció. No sé por qué Tomás no estaba. Tal vez estaba enfermo o quizás decidió quedarse en su casa ese día. Pero la siguiente vez que los discípulos vieron a Tomás, le dijeron lo que se había perdido por haberse ausentado. Dijeron: «Hemos visto a Jesús. ¡Él vive!» Tomás no les creyó. Él dijo: «A menos que ponga mi dedo donde estuvieron los clavos, y ponga mi mano en su costado, no lo creeré.»

La semana siguiente los discípulos estaban en la casa nuevamente y ahora Tomás estaba con ellos. En esa ocasión ocurrió lo mismo. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús vino y se paró en medio de sus discípulos. Se volvió hacia Tomás y dijo: «Mira mis manos, pon tu dedo aquí. Estira tu mano y ponla en mi costado. Deja de dudar y cree».

Tomás no necesitaba tocar las heridas donde los clavos habían estado o poner su mano en su costado. Él cayó de rodilla ante Jesús y dijo: «¡Mi Señor y mi Dios!»

Una de las grandes promesas hechas por Jesús fue cuando dijo: «Cuando dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí estaré con ellos!» Cada semana nos reunimos en el nombre de Jesús para adorarle y alabarle. Así que ¿qué nos perdemos cuando estamos ausentes? Nos perdemos lo mismo que Tomás se perdió al estar ausente: ¡La oportunidad de estar con Jesús!

Padre, hemos venido a esta casa y estamos reunidos en tu nombre porque deseamos estar contigo. Hemos venido a adorar y alabar tu nombre. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

Páginas para colorear y actividades

Actividades grupales interactivas

Página para colorear

Crucigrama

Laberinto

Sopa de letras

PowerPoint Pesentación

Boletín para niños (DOC) (PDF)

(Imprima la primera página y luego insértela en la impresora para imprimir el otro lado. Doble el boletín por la mitad y tendrá un boletín de cuatro páginas para los niños.)

Enlaces a los sermones

Impresión amistosa: «Cotejando el registro»

Otro sermón basado en Juan 20:19-31: «Créalo o no»

Tenemos materiales para ayudarle con los niños

Tenemos un CD conteniendo estos materiales:
Tres años de sermones de Sermons4Kids
Páginas para colorear del Antiguo y Nuevo Testamento
Una serie de páginas para colorear de Graham Kennedy
Lecciones: La vida de Cristo de cada uno de los cuatro Evangelios
Canciones para la Escuela Bíblica de Niños
Catorce presentaciones de PowerPoint
Un año de lecciones del Antiguo Testamento (de Mission Arlington)

Para imprimir una forma para ordenarlo haga clic aquí. (Es gratis)
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Derechos de autor Sermons4Kids, Inc.
Todos los derechos reservados.

Teresa Forcades: «Echo de menos la palabra profética de la CEE»


http://www.periodistadigital.com/religion/america/2014/03/21/teresa-forcades.shtml

EL CRISTIANISMO DE MARÍA MAGDALENA


ecleSALia 22 de abril
de 2014
«PREMIO ALANDAR 2011»

JUAN JOSÉ TAMAYO, teólogo, juanjotamayo@gmail.com
MADRID.

ECLESALIA, 22/04/14.- En su obra La Ciudad de las Damas, de principios del siglo XV, la escritora francesa Christine de Pisan constataba la disparidad entre la imagen negativa de los varones sobre las mujeres y el conocimiento que tenía de sí misma y de otras mujeres. Los varones afirmaban que el comportamiento femenino estaba colmado de todo vicio; juicio que en opinión de Christine demostraba bajeza de espíritu y falta de honradez. Ella, por el contrario, tras hablar con muchas mujeres de su tiempo que le relataron sus pensamientos más íntimos y estudiar la vida de prestigiosas mujeres del pasado, les reconoce el don de la palabra y una inteligencia especial para el estudio del derecho, la filosofía y el gobierno.
La situación de entonces se repite hoy en la mayoría de las religiones, que se configuran patriarcalmente y nunca se han llevado bien con las mujeres. Estas no suelen ser consideradas sujetos religiosos ni morales, por eso se las pone bajo la guía de un varón que las lleve por la senda de la virtud. Se les niega el derecho a la libertad dando por supuesto que hacen mal uso de ella. Se les veta a la hora de asumir responsabilidades directivas por entender que son irresponsables por naturaleza. Son excluidas del espacio sagrado por impuras. Se las silencia por creer que son lenguaraces y dicen inconveniencias. Son objeto de todo tipo de violencia: moral, religiosa, simbólica, cultural, física, etc.
Sin embargo, las religiones difícilmente hubieran podido nacer y pervivir sin ellas. Sin las mujeres es posible que no hubiera surgido el cristianismo y quizá no se hubiera expandido como lo hizo. Ellas acompañaron a su fundador Jesús de Nazaret desde el comienzo en Galilea hasta el final en el Gólgota. Recorrieron con él ciudades y aldeas anunciando el Evangelio (=Buena Noticia), le ayudaron con sus bienes y formaron parte de su movimiento.
La teóloga feminista Elisabeth Schüssler Fiorenza ha demostrado en su libro En memoria de ella que las primeras seguidoras de Jesús eran mujeres galileas liberadas de toda dependencia patriarcal, con autonomía económica, que se identificaban como mujeres en solidaridad con otras mujeres y se reunían para celebrar comidas en común, vivir experiencias de curaciones y reflexionar en grupo.
El movimiento de Jesús era un colectivo igualitario de seguidores y seguidoras, sin discriminaciones por razones de género. No identificaba a las mujeres con la maternidad. Se oponía a las leyes judías que las discriminaban, como el libelo de repudio y la lapidación, y cuestionaba el modelo de familia patriarcal. En él se compaginaban armónicamente la opción por los pobres y la emancipación de las estructuras patriarcales. Las mujeres eran amigas de Jesús, personas de confianza y discípulas que estuvieron con él hasta el trance más dramático de la crucifixión, cuando los seguidores varones lo abandonaron.
En el movimiento de Jesús las mujeres recuperaron la dignidad, la ciudadanía, la autoridad moral y la libertad que les negaban tanto el Imperio Romano como la religión judía. Eran reconocidas como sujetos religiosos y morales sin necesidad de la mediación o dependencia patriarcal. Un ejemplo es María Magdalena, figura para el mito, la leyenda y la historia, e icono en la lucha por la emancipación de las mujeres.
A ella apelan tanto los movimientos feministas laicos como las teologías desde la perspectiva de género, que la consideran un eslabón fundamental en la construcción de una sociedad igualitaria y respetuosa de la diferencia. María Magdalena responde, creo, al perfil que Virginia Woolf traza de Ethel Smyth: “Pertenece a la raza de las pioneras, de las que van abriendo camino. Ha ido por delante, y talado árboles, y barrenado rocas, y construido puentes, y así ha ido abriendo camino para las que van llegando tras ella”.
Las mujeres fueron las primeras personas que vivieron la experiencia de la resurrección, mientras que los discípulos varones se mostraron incrédulos al principio. Es esta experiencia la que dio origen a la Iglesia cristiana. Razón de más para afirmar que sin ellas no existiría el cristianismo. No pocas de las dirigentes de las comunidades fundadas por Pablo de Tarso eran mujeres, conforme al principio que él mismo estableció en la Carta a los Gálatas: “ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra”.
Sin embargo, pronto cambiaron las cosas. Pedro, los apóstoles y sus sucesores, el papa y los obispos, se apropiaron de las llaves del reino, se hicieron con el bastón de mando, que nada tenía que ver con el cayado del pastor para apacentar las ovejas, mientras que a las mujeres les impusieron el velo, el silencio y la clausura monacal o doméstica. Eso sucedió cuando las iglesias dejaron de ser comunidades domésticas y se convirtieron en instituciones políticas e Iglesia.
¿Cuándo se reparará tamaña injusticia para con las mujeres en el cristianismo? Habría que volver a los orígenes, más en sintonía con los movimientos de emancipación que con las Iglesias cristianas de hoy. Es necesario cuestionar la primacía –el primado- de Pedro, que implica la concentración del poder en una sola persona e impide el acceso de las mujeres a las responsabilidades directivas compartidas.
Hay que recuperar el discipulado de María Magdalena, “Apóstol de los Apóstoles”, como la llama Elisabeth Schüssler en un artículo del mismo título pionero en las investigaciones feministas sobre el Testamento cristiano, en referencia al reconocimiento que se le daba en la Antigüedad cristiana. Es necesario revivir, refundar el cristianismo de María Magdalena, inclusivo de hombres y de mujeres, en continuidad con los profetas y las profetisas de Israel y con el profeta Jesús de Nazaret, pero no con la sucesión apostólica, de marcado acento jerárquico-patriarcal.
Un cristianismo olvidado entre las ruinas valladas de la ciudad de Magdala, lugar de nacimiento de María Magdalena, que visité hace tres años, a siete kilómetros de Cafarnaún, donde tuvo su residencia Jesús de Nazaret durante el tiempo que duró su actividad pública. En las excavaciones que se llevan a cabo en Magdala se descubrió en 2009 una importante sinagoga Ahí se encuentra la memoria subversiva del cristianismo originario liderado por Jesús y María Magdalena, que fue derrotado por el cristianismo oficial.
Pero de aquel cristianismo sepultado bajo esas ruinas emerge un cristianismo liberador vigoroso, desafiante, y empoderado a través de los movimientos igualitarios que surgen en los márgenes de las grandes iglesias cristianas, como surgió en los márgenes el primer movimiento de Jesús, de María Magdalena y de otras mujeres que le acompañaron durante los pocos meses que duró su actividad pública..
Es necesario heredar la autoridad moral y espiritual de María de Magdala como amiga, discípula, sucesora de Jesús y pionera de la igualdad. En definitiva, Jesús Nazaret, María Magdalena, Cristina de Pisan, Virginia Woolf, los movimientos feministas, las comunidades de base y la teología feminista de las religiones caminan en dirección similar. Por ahí han de ir las nuevas alianzas, creadas desde abajo y no desde el poder, en la lucha contra la violencia de género y la exclusión social de las mujeres.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

eclesalia.net /

AMAR LA IGLESIA A PESAR DE TODO.


CIUDAD DEL VATICANO, 4 abril 2003 (ZENIT.org).- El amor de Cristo por la Iglesia –hasta dar la vida por ella— estuvo en el centro de la predicación que este viernes de Cuaresma dirigió el padre Raniero Cantalamessa al Papa y a sus colaboradores.
El predicador de la Casa Pontificia citó en particular a Santa Catalina de Siena quien, imitando a Cristo, dio su vida por la renovación de la Iglesia.

«Si Cristo amó a la Iglesia a pesar de las iniquidades que ella habría de cometer, haciendo como si no lo viera, ¿quiénes somos nosotros para encontrar en las debilidades y miserias de la Iglesia una razón para no amarla e incluso juzgarla? ¿Precisamente nosotros, que estamos tan llenos de pecado?», cuestionó el padre Cantalamessa.

«¿Pensamos que Jesús no conocía mejor que nosotros los pecados de la Iglesia? ¿No sabía Él por quién moría? ¿No sabía que, entre sus discípulos, uno le había traicionado, otro le negaba y todos huían?», continuó.

«Pero Él amó esta Iglesia real, no aquella imaginaria e ideal. Murió “para hacerla santa e inmaculada”, no porque ya fuera santa e inmaculada», reconoció el padre Cantalamessa ante el Papa y los miembros de la Curia romana reunidos en la Capilla Redemptoris Mater del palacio apostólico vaticano.

Y recordó: «A Lutero, quien le reprochaba su permanencia en la Iglesia católica, a pesar de su “corrupción”, Erasmo de Rotterdam respondió un día: “Soporto esta Iglesia en espera de que se haga mejor, desde el momento en que también ella se ve obligada a soportarme a mí en espera de que yo sea mejor”».

«Todos debemos pedir perdón a Cristo por tantos juicios desconsiderados y por tantas ofensas ocasionadas a su Esposa y, en consecuencia, a Él mismo –exhortó el padre Raniero Cantalamessa–. La afirmación de la Carta a los Efesios contiene implícita una pregunta: “Cristo amó a la Iglesia, ¿y tú?”».

Finalmente, el predicador del Papa invitó a los presentes a unirse a la oración de Santa Catalina: «Oh, dulcísimo amor, tú viste en ti la necesidad de la Santa Iglesia, y el remedio que necesita, y se lo diste, esto es, la oración de tus siervos, de los cuales tú quieres que se haga un muro en el que se apoye el muro de la Santa Iglesia y a quienes la clemencia de tu Santo Espíritu infunde ardientes deseos para su renovación».

Charla íntegra de Sor Lucía con Risto Mejide


http://www.cuatro.com/viajandoconchester/temporada-1/programa-3/sor-lucia-caram/Charla-Sor-Lucia-Risto-Mejide_2_