Issa, el niño que fabrica armas en Siria


El pequeño de 10 años trabaja con su padre en una fábrica que repara armamento para el Ejército Libre Sirio.


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Desde hace más de dos años la guerra cambió la vida de millones de sirios. Para Issa, de 10 años, significó el fin de su infancia en Alepo, con una maratoniana jornada de 10 horas, 6 días a la semana. La Coalición Nacional Siria (CNFROS) denunció recientemente la muerte de 10.913 menores el comienzo del conflicto. Otros cientos de miles viven desplazados, en campos de refugiados.

Esta serie de fotografías de la agencia Reuters narra su historia.

 

http://noticias.co.msn.com/colombia/issa-el-ni%C3%B1o-que-fabrica-armas-en-siria-7#image=1

ELISABETH ANNE JOHNSON TEOLOGA NORTEAMERICANA


Elizabeth Anne Johnson nació en Brooklyn, Estados Unidos en 1941. Entró al convento siendo adolescente y enseñó como profesora por un tiempo. Cuando llegó la renovación de la vida religiosa a su comunidad -con el Concilio Vaticano II- entró a la facultad de teología, en 1977.  Como religiosa de la Congregación de San José de Brentwoodingresó a la Universidad Católica de América, pontificia, convirtiéndose en la primera mujer en obtener un doctorado en teología  en esa universidad. Según sus propias palabras durante esos años de formación nunca tuvo una profesora mujer ni leyó libros escritos por mujeres y muchas veces era la única mujer en clases.[1]

 

En 1981 se integró al cuerpo de profesores de su facultad, enseñando cristología.  En 1986, Johnson se convirtió en la primera mujer elegible para la titularidad de cátedra en la facultad de teología de la Universidad Católica. Tenía las credenciales necesarias, el apoyo de sus colegas y el cariño de sus alumnos.

 

El decano de la época, el hoy fallecido Cardenal James Hickey, se oponía a su nombramiento. Durante el proceso de postulación  se le aseguraba permanentemente que el hecho de ser mujer no era un problema; en ese momento, argumentaban, la universidad Gregoriana de Roma ya tenía una mujer titular de cátedra. Sin embargo, Hickey quería la validación de Roma y para ello envió a revisión, al entonces Cardenal Ratzinger, todos los escritos de Johnson, publicados en diversos medios especializados.[2]

 

El Vaticano respondió al cardenal Hickey enviando a Johnson una lista de cuarenta preguntas –dubia– con respecto a su teología, las que la teóloga respondió argumentando y fundamentando con solidez cada una de sus respuestas. Luego de esto, y por órdenes del Vaticano, Elizabeth Johnson debió comparecer frente a un comité de todos los cardenales norteamericanos para ser interrogada acerca de su teología.

En una mañana de septiembre de 1987, el día de su interrogatorio, Johnson se dirigió al edificio de la Armada y la Marina en Washington DC. El lugar escogido anunciaba un encuentro poco amistoso: al cardenal Hickey  le pareció un lugar apropiado por ser “territorio neutral.” Johnson intencionadamente -según cuenta a AngelaBonavoglia- se vistió de rojo, blanco y azul y se enfrentó a los seis cardenales  rigurosamente enmarcados en su negritud. Todos se sentaron frente una mesa rectangular, cada uno con una gruesa carpeta enfrente que tenía copia de todos los escritos de Johnson y la correspondencia  que habían mantenido con Roma. Johnson era la única mujer presente. Los cardenales llevaron a sus ayudantes y la teóloga a sus abogados canonistas. Por recomendación de los abogados de la interrogada, se pidió la presencia de un taquígrafo, de manera de evitar malos entendidos o malas comprensiones a posteriori.

 

No todos los cardenales presentes se oponían a Johnson. En un extremo del espectro estaba el fallecido Cardenal Joseph Bernardin, en ese momento presidente del Consejo de Dirección de la Universidad Católica, quién, según el recuerdo de Johnson abrió la sesión diciendo  que el asunto de las mujeres en la iglesia era uno de los temas más urgentes que era necesario plantearse con seriedad y que para cuando eso sucediera, el trabajo de la Dra. Johnson sería de gran utilidad. Pero en el otro extremo del espectro estaba el arzobispo de la diócesis de Boston, Cardenal Bernard Law, forzado a renunciar el año 2002 por los escándalos de pedofilia en su diócesis. Su disparo inicial fue hostil en forma y contenido y rápidamente, recuerda Johnson, tuvo que ponerse a la defensiva.

 

El feminismo en aquel entonces, como ahora, era el asunto candente y resultaba  amenazante para las autoridades de la Iglesia, por ello las primeras preguntas apuntaron en esa línea.  Johnson les explicó qué era el feminismo y cómo se vinculaba con la revelación, haciendo hincapié en que el feminismo es una manera de interpretar las Escrituras y la tradición desde el punto de vista de las mujeres y que eso no se había hecho nunca antes. Por eso, en cierta forma, terminaba diciendo, es un nuevo momento de revelación para la Iglesia. Finalmente y luego de varias horas de interrogatorio se retiró del “territorio neutral” quedando a la espera de la decisión final. Después de varios días se aprobó su titularidad.

 

Al año siguiente Johnson  dejó la Universidad Católica. A pesar de haber obtenido la cátedra, la experiencia había dejado su marca. La razón fundamental de su partida, según ella misma lo explica, fue el miedo a la autocensura. “¿Cómo podía seguir publicando, pensando y creciendo como académica si iba a tener miedo de que cada pensamiento podía ser castigado?,”[3] se preguntaba. Decidió emigrar a la universidad jesuita de Fordham, en New York.

 

A los pocos años la decisión de Johnson empezó a dar frutos: publicó  en 1992 su obra SheWhoIs. Themystery of God in feministtheologicaldiscourse[4], convirtiéndose de inmediato en un hito para las teólogas feministas que valoran y defienden la pertenencia a la institucionalidad de la Iglesia Católica. Actualmente ella sigue enseñando en la FordhamUniversity, en el Bronx, en New York. La experiencia  narrada y muchas otras, le han permitido transitar con facilidad no sólo entre los discursos clásicos y feministas, vislumbrando nuevas opciones para nombrar a Dios sin renegar de su pertenencia eclesial,  sino, además, ha aprendido a moverse en el amplio espectro y en todos los registros espirituales, teológicos y doctrinales de nuestra Iglesia. Iglesia que requiere de la fidelidad de todos sus hijos e hijas y en donde ninguno/a está demás.

 

Elizabeth Johnson fue presidenta de la CatholicTheologicalSociety of America y es integrante de la instancia de diálogo ecuménico American TheologicalSociety. Forma parte del NationalLutheran-Catholic Dialogue, es consultora vaticana para el estudio de la cristología y otras religiones, preside el Comité de Mujeres en la Iglesia y la Sociedad que integra el consejo consultivo de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.

 

En los trabajos de Johnson puede verse la influencia de algunos elementos particulares como el Concilio Vaticano II, en especial Gaudium et Spes; los estudios bíblicos que florecieron post Concilio; la teología sobre la muerte de Dios; la Teología de la Liberación latinoamericana, así como las expresiones surgidas en el contexto africano; la teología feminista y la ecoteología. También, teólogos de los cuales se reconoce deudora: La formación de sus primeros años estuvo especialmente “dibujada” -en sus palabras- por Santo Tomás de Aquino y la Suma Teológica, de la cual, curiosamente -agrega-  nunca leyó la famosa cuestión 92: las mujeres son hombres defectuosos.[5] De la teología europea católica menciona en especial a Rahner, Metz y Schillebeekx; de la protestante a Barth, Bonhoeffer y Pannenberg, sobre quien hizo su tesis doctoral.[6]

 


[1]Cfr. BONAVOGLIA Angela, Good Catholic Girls. How women are leading the fight to change the church,Regan Books, New York, 2006, 181-191. Traducción de Patricia Paz, Teologanda, Buenos Aires, Argentina.

[2] Todo el proceso que describo está narrado en la entrevista que le hace BONAVOGLIA Op. Cit. a Johnson, en la que recuerda esos años.

[3] Cfr. BONAVOGLIA, Op. Cit. 181-191.

[4]Crossroad Publishing Company, New York, 1992. Porestaobraobtuvo los premios Louisville GrawemeyerAward en Religión; elCrossroad Publishers Women’s Studies Award y el Catholic Press Asociation Book Award. In Don Brophy, One Hundred Great Catholic Books: From the Early Centuries to the Present. New York: BlueBridge Pub., 2007.

 

[5] BONAVOGLIA, Op. Cit. Johnson remite a Santo Tomás de Aquino. Me detengo en la cuestión (q) 92 porque volverá a aparecer en la obra de la teóloga y en este trabajo. Cfr. DE AQUINO Tomás, Suma Teológica (en adelante ST) Primera Parte en www.hjg.com.ar. Código 15. Índice: ESTHSUMA (ESTHOASSUMMAE). La q 92 trata acerca “Del origen de la mujer”. Santo Tomás se plantea el problema en cuatro preguntas: “Ahora hay que tratar sobre el origen de la mujer. Esta cuestión plantea y exige respuesta a cuatro problemas: 1. Al producir las primeras cosas, ¿debió o no debió ser producida también la mujer? 2. ¿Debió o no debió ser hecha del hombre? 3. ¿Y de la costilla del hombre? 4. ¿Fue o no fue hecha directamente por Dios? (Suma Teológica I Qu.92) Desarrollando el artículo 1, que da respuesta a la primera pregunta afirma: “Fue necesaria la creación de la mujer, como dice la Escritura, para ayudar al varón no en alguna obra cualquiera, como sostuvieron algunos, ya que para otras obras podían prestarle mejor ayuda los otros hombres, sino para ayudarle en la generación. Esto aparece de forma evidente si nos detenemos ante los modos de generación que se dan en los vivientes. Hay vivientes que no poseen en sí mismos la capacidad generativa activa, sino que son engendrados por un agente de distinta especie. Ejemplo: Las plantas y los animales que son engendrados sin seminación [sic] a partir de la materia convenientemente dispuesta, por medio de la potencia activa de los cuerpos celestes. Otros poseen unidas la potencia generativa activa y pasiva. Ejemplo: Las plantas que se reproducen a partir de la semilla. No habiendo en ellas una función vital más digna que la generación, es preciso que en ellas estén en todo tiempo unidas la potencia pasiva y la activa de la generación. En cambio, la potencia generativa activa de los animales perfectos reside en el sexo masculino, y la pasiva en el femenino.

Porque en ellos hay operaciones vitales más dignas que la generación, a las que se ordena principalmente su misma vida, en los animales perfectos no siempre están unidos el sexo masculino y femenino, sino solamente durante el coito, de modo que por él resulta una sola cosa de la unión del macho y de la hembra, al igual que en las plantas siempre están unidas la potencia masculina y la femenina, aunque a veces una esté en mayor proporción que la otra. Por su parte, el hombre se ordena a una operación vital más digna aún: entender. Por eso, en él era conveniente una mayor distinción de ambas potencias, de modo que la hembra fuese hecha separadamente del varón, y, sin embargo, se unieran carnalmente para la generación. Así, inmediatamente después de la formación de la mujer, se dice en (Gn 2,24): Serán dos en una sola carne.

A las objeciones:

Soluciones: 1. Considerada en relación con la naturaleza particular, la mujer es algo imperfecto y ocasional. Porque la potencia activa que reside en el semen del varón tiende a producir algo semejante a sí mismo en el género masculino. Que nazca mujer se debe a la debilidad de la potencia activa, o bien a la mala disposición de la materia, o también a algún cambio producido por un agente extrínseco, por ejemplo los vientos australes, que son húmedos, como se dice en el libro De Generat Animal. Pero si consideramos a la mujer en relación con toda la naturaleza, no es algo ocasional, sino algo establecido por la naturaleza para la generación”.  (Suma Teológica I Qu.92 a.1) No termina aquí la q.92 sino que el aquinatense sigue desarrollando los artículos para dar respuesta a las preguntas planteadas.

[6]Cfr. JOHNSON E., “Forging theology: A conversation with colleagues”, en ZAGANO Phillis y TILLEY Terrence W. (Eds.) Things new and old. Essays on the theology of Elizabeth A. Johnson, The Crossroad Publishing Company, New York, 1999, 91-123.

 

http://www.carolinadelrio.cl/recomendaciones/elizabeth-anne-johnson-teologa-norteamericana/

«La Iglesia se convertirá en menos europea, pero más universal»


 

Cardenales

 

Se espera que el Consistorio de Francisco traiga cambios

El talante de los nuevos cardenales marcará los objetvos del Papa

Redacción, 10 de enero de 2014 a las 17:37

 La creación de nuevos cardenales es un hecho muy importante y repercute en las decisiones políticas y estratégicas del nuevo pontificado

El Papa Francisco mira su reloj/>

El Papa Francisco mira su reloj

El Papa Francisco ha convocado unconsistorio el próximo 22 de febrero para la creación de nuevos cardenales, un acontecimiento que señalará los objetivos de su Pontificado, poco antes de que se cumpla el primer aniversario de la elección del primer Papa jesuita y latinoamericano de la historia. Así lo ha explicado a Europa Press el sacerdote Giovanni Sale, redactor de la revista ‘Civiltá Cattolica’, que entrevistó a Francisco el pasado mes de septiembre.

«La creación de nuevos cardenales indica con bastante claridad lo que son, o aspiran a ser,los principales objetivos del Pontificado«, ha subrayado.

Sale destaca que en este tiempo «récord» el Pontífice se ha ganado el respeto de todos y ha renovado la fe de millones de católicos, al tiempo que destaca que su concepción de Iglesia pasa por ser «más democrática y horizontal», además de tener que «hacer lío y salir afuera».

El consistorio es una de las ceremonias que, según este experto, mejor simbolizan la unidad de la Iglesia católica y que reflejan, a través del talante de sus elegidos, la dirección que el Papa quiere que sigan los 1.200 millones de católicos del mundo.

«Para la Iglesia Católica, la creación de nuevos cardenales es un hecho muy importante yrepercute en las decisiones políticas y estratégicas del nuevo pontificado«, explica, al tiempo que subraya que los cardenales son «los más estrechos colaboradores del Papa».

Los purpurados participan en los organismos de decisión del Vaticano, intervienen en las reuniones para dilucidar los asuntos más importantes de la Iglesia y son los encargados de elegir al futuro Papa en un cónclave.

En esta línea, Sale ha recalca que, aunque la función propia de los cardenales hoy en día es «ser electores del Papa», esto «no es un atributo de la ley divina, sino simplemente un derecho humano y por lo tanto puede cambiar, aunque esté consolidado en una larga tradición«.

Los purpurados son fácilmente identificables por el color rojo escarlata de sus vestiduras, tanto la sotana como la birreta y el solideo. El color simboliza que están dispuestos a morir por su fe. La impresión de Sale es que el Papa tiene intención de revitalizar su función, que es, en gran medida, impulsar la universalidad de la Iglesia Romana».

ÚLTIMO CONSISTORIO, NOVIEMBRE DE 2012

El último consistorio celebrado por la Iglesia Católica tuvo lugar en noviembre de 2012, cuando Benedicto XVI creó seis cardenales, con una particularidad: entre ellos no había ningún italiano, ni europeo. La variedad se hizo presente en tres tipos de ritos que confluyeron en esta ceremonia.

El rito latino estaba representado por el colombiano Rubén Salazar Gómez, el estadounidense James Michael Harvey, el nigeriano John Olorunfemi Onaiyekan y Luis Antonio Tagle, de Filipinas; al rito siromalankarese pertenecía Baselios Cleemis Thottunkal, de la India; y al rito maronita, su patriarca Béchara Boutros Raï, del Líbano.

«A través de este Consistorio, deseo destacar de manera particular que la Iglesia es la Iglesia de todos los pueblos, y se expresa por tanto en las diversas culturas de los distintos continentes. Es la Iglesia de Pentecostés, que en la polifonía de las voces eleva un canto único y armonioso al Dios vivo», dijo entonces Benedicto XVI para señalar la universalidad de la Iglesia.

DESCENTRALIZACIÓN

Siguiendo la línea de Benedicto XVl, el Papa Francisco ha dejado claro en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium que la reforma de la Iglesia pasa por la descentralización, lo que deja la puerta abierta a que se repita la particularidad de que los nuevos cardenales sean en su mayoría no europeos. «Tal vez la Iglesia se convertirá en menos europea, pero sin duda más universal, como el Señor lo ha querido», ha referido Sale.

En su opinión, será importante analizar si el Papa impone la birreta y el anillo «a obispos pertenecientes a las llamadas «jóvenes Iglesias» o «del nuevo cristianismo», tales como los obispos de Asia, África» o por ejemplo, ha explicado Sale, «crea cardenales en iglesias olvidadas y pobres, iglesias perseguidas por regímenes políticos en el poder o, simplemente, iglesias expuestas a los riesgos de una naturaleza diferente».

Sales también ha apuntado a que seguramente «muchos cardenales vendrán de América Latina porque es la tierra del Papa Francisco». «Hacer de América Latina sede cardenalicia le dará nueva fuerza y vitalidad a una iglesia que durante varias décadas ha sido olvidado por el «centro», ha concluido Sale.

COMPOSICIÓN ACTUAL

A finales de enero, los cardenales electores (menores de 80 años) serán 106. Por el momento, hay catorce vacantes disponibles en el Colegio Cardenalicio, porque el número tope de cardenales electores es de 120, pero el Papa podría cambiar esta norma.

Diez cardenales cumplen este año 80 años, la edad máxima para poder ser cardenal elector en caso de cónclave, por lo que el número de cardenales creados podría ampliarse hasta los 24.

El cónclave que escogió a Francisco el año pasado estaba formado por 69 cardenales de Europa, 19 de Latinoamérica, 11 de África y 10 de Asia.

HISTORIA

Desde la elección del Papa Pío X en 1903 hasta la renuncia de Benedicto XVI, se han celebrado 57 consistorios para crear a un total de 731 cardenales de la Iglesia Católica.

En concreto, Pío X presidió siete consistorios e impuso en total 50 birretes rojos; Benedicto XV creó 32 nuevos purpurados en cinco ocasiones; Pio XI tiene el récord de consistorios convocados con 17 en los que creó 76 cardenales. Por el contrario, Pío XII convoco en sus 20 años de pontificado dos consistorios para crear 56 cardenales. Juan XXIII, en cinco consistorios otorgó 52 birretes rojos. Los números del Colegio Cardenalicio aumentan con Pablo VI: 6 consistorios, pero 144 cardenales. Pero el papa que más cardenales ha creado es Juan Pablo II: 231 en un total de nueve consistorios. Benedicto XVI, elevó la orden cardenalicia a 90 obispos en cinco consistorios.

Ha habido pontífices que han convocado consistorios dos veces el mismo año, como Pío X en 1907; Benedicto XV en 1923, 1925, 1926, 1927; Pío XI en 1929; y Benedicto XVI en 2012. (RD/EP)

 

http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/01/10/la-iglesia-se-convertira-en-menos-europea-pero-mas-universal-iglesia-religion-se-espera-que-el-consistorio-francisco-traiga-cam